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CPO - SUJETOS Y JURISDICCIONES

CPO - FUENTES DEL DERECHO INTERNACIONAL


CÁTEDRA DRA. FRIDA MA. ARMAS PFIRTER
COMISIONES 0399/0989 PROF. BRADI
COMISIONES 0476/0898 PROFª. MEZA

CORTE PERMANENTE DE JUSTICIA INTERNACIONAL

DOCUMENTO NO OFICIAL
Traducción al idioma español realizada por
Prof. Abg. Matías N. Marino
Auxiliar Docente de la Cátedra

PUBLICACIONES DE LA CORTE PERMANENTE


DE JUSTICIA INTERNACIONAL

SERIE A – No. 9

26 de Julio de 1927
___________

COLECCIÓN DE
JURISPRUDENCIA
___________

CASO RELATIVO A LA
FÁBRICA DE CHORZÓW
(RECLAMO DE INDEMNIZACIÓN)
(JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA)

IMPERIO ALEMÁN
c.
REPÚBLICA DE POLONIA
SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

12ª SESIÓN ORDINARIA


_______________________

Ante:
M. HUBER, Presidente;
LODER, Ex Presidente;
Juez LORD FINLAY;
Juez NYHOLM;
Juez MOORE;
Juez DE BUSTAMANTE;
Juez ALTAMIRA;
Juez ODA;
Juez ANZILOTTI;
Juez PESSOA;
Juez adjunto YOVANOVITCH;
Juez nacional RABEL y
Juez nacional EHRLICH.
___________________

SENTENCIA No. 8
___________________

CASO CONCERNIENTE A
LA FÁBRICA DE CHORZÓW
(RECLAMO DE INDEMNIZACIÓN)
(JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA)

El Gobierno del Imperio Alemán, representado por el Dr. ERICH KAUFFMANN,


Profesor en Bonn.
SOLICITANTE

El Gobierno de la República de Polonia, representado por el Dr. THADEUS


SOBOLEWSKI, Agente del Gobierno de Polonia ante el Tribunal Arbitral
Mixto Polaco-Germano.
DEMANDADA

~2~
SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

LA CORTE
COMPUESTA como arriba,

HABIENDO oído las observaciones y conclusiones de las Partes,

DICTA la siguiente sentencia:

El Gobierno alemán presentó una solicitud de procedimiento ante la


Secretaría de la Corte, el 8 de febrero de 1927, de conformidad con el artículo
40 del Estatuto y el artículo 35 del Reglamento de la Corte. Ha sometido a la
Corte una demanda relativa a la reparación que, en opinión del Gobierno del
alemán, se debe a que el Gobierno polaco, la empresa Oberschlesische
Stickstoffwerke A. G. (en adelante, designada como “Oberschlesische”) y la
empresa Bayerische Stickstoffwerke A. G. (en adelante, designada como
“Bayerische”), en razón de la actitud adoptada por ese Gobierno hacia tales
empresas, en el momento que tomó posesión del nitrato en la fábrica situada
en Chorzów -declarada por la Corte en la sentencia Caso relativo a ciertos
intereses alemanes en la Alta Silesia polaca (Fondo) del 25 de mayo de
1926-, no haber sido de conformidad con las disposiciones del artículo 6 y
subsiguientes de la Convención sobre la Alta Silesia, concluidos en Ginebra,
el 7 de mayo de 1922, entre Alemania y Polonia (en adelante, descripto como
la Convención de Ginebra).
Se presenta en la solicitud:
(1) Que debido a su actitud con respecto a Oberschlesische y Bayerische,
cuya actitud ha declarado la Corte que no ha sido de conformidad con las
disposiciones del artículo 6 y subsiguientes de la Convención de Ginebra, el
Gobierno polaco se halla obligado de reparar el daño consiguiente sostenido
por las mencionadas empresas, desde el 3 de julio de 1922 hasta la fecha de la
sentencia;
(2) Que el monto de la indemnización a pagar por el Gobierno polaco es de
59.400.000 de marcos alemanes por los daños causados a Oberschlesische y
de 16.775.200 de marcos alemanes a Bayerische;
(3) Con respecto al método de pago:
(a) que el Gobierno polaco debe pagar dentro de un mes, a partir de la fecha
de la sentencia, la indemnización debida a Oberschlesische para la toma de
posesión del capital de trabajo (materia prima, productos semimanufacturados
y acabados, tiendas, etc.) y la compensación debida a Bayerische por el
período de explotación desde el 3 de julio de 1922 hasta la fecha de la
sentencia.
(b) que el Gobierno polaco debe pagar las sumas restantes impagas antes del
mes de abril de 1928, a más tardar;

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SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

(c) que a partir de la fecha de la sentencia, los intereses al 6% anual deben ser
pagados por el Gobierno polaco;
(d) que los pagos mencionados en (a) - (c) deben hacerse sin deducción a la
cuenta de las dos empresas en el Deutsche Bank en Berlín;
(e) que hasta el 3 de junio de 1931, ninguna cantidad de nitrato de calcio, ni
de nitrato de amonio debería exportarse a Alemania, ni a los Estados Unidos
de América, Francia o Italia.
En el caso presentado ante la Corte, el 2 de marzo de 1927, de conformidad
con el Artículo 35 de las Reglas, la solicitante modificó sus conclusiones
como sigue:
(1) Que debido a su actitud con respecto a Oberschlesische y Bayerische, que
ha declarado la Corte no ha sido de conformidad con las disposiciones del
artículo 6 y subsiguientes de la Convención de Ginebra, el Gobierno polaco
se encuentra obligado de reparar el daño consiguiente sostenido por las
mencionadas empresas, desde el 3 de julio de 1922 hasta la fecha de la
sentencia solicitada;
(2) Que el monto de la indemnización a pagar por el Gobierno polaco es de
75.920.000 de marcos alemanes, más el valor presente del capital de trabajo
(materias primas, productos semimanufacturados y acabados, tiendas, etc.)
adquiridos el 3 de julio de 1922, por el daño causado a Oberschlesische y de
20.179.000 de marcos alemanes a Bayerische;
(3) Que hasta el 3 de junio de 1931, ninguna cantidad de nitrato de calcio, ni
nitrato de amonio debería exportarse a Alemania, ni a los Estados Unidos de
América, Francia o Italia;
(4) Con respecto al método de pago:
(a) Que el Gobierno polaco debe pagar, dentro de un mes a partir de la fecha
de la sentencia, la indemnización debida a Obershlesische para tomar
posesión del capital de trabajo y la indemnización debida a Bayerische por el
período de explotación desde el 3 de julio de 1922 hasta la fecha de la
sentencia;
(b) Que el Gobierno polaco debe pagar las sumas restantes, a más tardar el 15
de abril de 1928, con carácter subsidiario, en la medida que el pago pueda
efectuarse en cuotas. El Gobierno polaco entregará, en el plazo de un mes a
partir de la fecha de la sentencia, letras de cambio por la cantidad de las
cuotas -incluidos los intereses- pagaderas en las respectivas fechas en que
vencen y debidos a Oberschlesische y a Bayerische;
(c) Que a partir de la fecha de la sentencia, los intereses al 6% anual deben
ser pagados por el Gobierno polaco;

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SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

(d) Que el Gobierno polaco no tiene derecho a compensar, contra la


reclamación de indemnización del Gobierno alemán mencionada
anteriormente, su reclamo con respecto a los seguros sociales en la Alta
Silesia; que no puede hacer uso de ninguna otra compensación contra el
reclamo de indemnización mencionado anteriormente; y que los pagos
mencionados en (a) - (c) deben hacerse sin deducción alguna a la cuenta de
las dos compañías en el Deutsche Bank en Berlín.
La solicitud de procedimiento fue, de conformidad con el artículo 40 del
Estatuto, comunicado al Gobierno polaco el 8 de febrero de 1927; con lo cual
ese Gobierno, luego de haber recibido el 3 de marzo de 1927 el caso alemán
en la demanda, recibe el 14 de abril de 1927 una Excepción Preliminar,
presentada en el Registro de la Corte de conformidad con los artículos 34 y
38 de las Reglas, acompañada por un contra-caso preliminar en la demanda
relativa al Caso relativo a la Fábrica de Chorzów (Indemnizaciones).
En la Excepción Preliminar que niega la jurisdicción de la Corte para
entender la controversia presentada ante ella, solicitó que "sin entrar en el
fondo, declare que no tenía jurisdicción".
De conformidad con el artículo 38 del Reglamento, el Gobierno alemán fue
invitado a presentar, antes del 1 de junio de 1927, una declaración escrita
exponiendo sus observaciones y conclusiones respecto a la objeción de la
jurisdicción de esta Corte.
Sin embargo, el 25 de abril de 1927, el Gobierno alemán transmitió al
Gobierno polaco un memorándum en el que argumenta que, incluso si la
Corte rechaza la jurisdicción sobre la base del artículo 23 de la Convención
de Ginebra, ella misma tendría jurisdicción bajo el artículo I del Tratado de
Arbitraje Germano-Polaco, rubricado en Locarno, el 16 de octubre de 1925,
sugiriendo que las cinco preguntas siguientes sobre el caso de “La Fábrica en
Chorzów” deben remitirse de común acuerdo y por medio de acuerdo
especial a la Corte:
(1) ¿Hasta qué monto está obligado el Gobierno polaco a indemnizar por el
daño causado por su actitud a Oberschlesische y Bayerische?
(2) ¿Está justificado el Gobierno alemán al reclamar -además de la
compensación pecuniaria- la prohibición de exportación de nitrato de calcio y
nitrato de amoníaco a Alemania, los Estados Unidos de América, Francia e
Italia, debieran cesar?
(3) ¿Cuáles son los métodos de pago apropiados para liquidación de la
indemnización fijada de acuerdo con el punto (1)?
(4) ¿A qué tasa deberían devengar las sumas en cuestión hasta el pago total?
(5) ¿Puede el Gobierno polaco compensar estas reclamaciones de sumas con
respecto a los seguros sociales en la Alta Silesia, o cualquier otro reclamo; las

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sumas deben ser pagadas por el Gobierno polaco bajo los puntos (1), (3) y
(4), o ser pagadas en dinero en efectivo y sin deducción alguna?
El texto de este memorándum fue transmitido por el Ministro alemán al
Secretario de la Corte, en La Haya, el 29 de abril de 1927.
El Gobierno polaco respondió mediante un memorándum, fechado 14 de
mayo de 1927, el cual fuera comunicado al Registrador de la Corte, tanto por
el Ministro alemán (nota del 1 de junio de 1927), como por el Ministro polaco
(nota del 2 de junio de 1927), en La Haya.
En este memorándum, el Gobierno polaco observó -entre otras cosas- que no
pudo compartir la opinión del Gobierno alemán en cuanto a la relevancia del
Tratado de Arbitraje Germano-Polaco con respecto al presente caso y rechazó
la propuesta hecha en nombre del Gobierno alemán.
El Gobierno alemán, por lo tanto, presentó el 1 de junio de 1927 una
respuesta a la Excepción Preliminar del Gobierno polaco.
Dado que, de conformidad con el Artículo 38 de las Reglas, los
procedimientos posteriores deben ser orales, la Corte, en el curso de las
sesiones públicas celebradas el 2, 24 y 25 de junio de 1927, escuchó las
declaraciones, respuestas y réplicas presentadas por los Sres. Sobolewski y
Politis, Agente y Consejero respectivamente del Gobierno polaco y del Sr.
Kauffmann, Agente del Gobierno alemán.

CUESTIONES DE HECHO

Los hechos relevantes para el presente caso se exponen como sigue en la


sentencia Caso relativo a ciertos intereses alemanes en la Alta Silesia polaca
(Excepciones Preliminares), emitida por esta Corte, el 25 de agosto de 1925:
El 5 de marzo de 1915, se firmó un contrato entre el Canciller del Imperio
Alemán, en nombre del Reich, y la compañía Bayerische de Trostberg (Alta
Baviera) mediante el cual se comprometió esta empresa a establecerse en el
Reich alemán y comenzar inmediatamente la construcción de -entre otras
cosas- una fábrica de nitrato en Chorzów (Alta Silesia). Las tierras necesarias
debían ser adquiridas en nombre del Reich alemán e ingresadas en su nombre
en el Registro de la Propiedad. La maquinaria y el equipo debían estar de
acuerdo con las patentes, licencias de la compañía y la experiencia adquirida
por ella. La compañía se comprometió a administrar la fábrica hasta el 31 de
marzo de 1941, haciendo uso de todas las patentes, licencias, experiencia
adquirida, innovaciones y mejoras, como también de todos los contratos de
suministro y entrega de los cuales tenía el beneficio. Para este propósito, una
sección especial de la compañía debía formarse -lo cual era, en cierta medida,
estar sujeto a la supervisión del Reich alemán- y tendría derecho a una parte

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del excedente resultante del trabajo de la fábrica durante cada año de


operación financiera. El Reich alemán tendría derecho, desde el 31 de marzo
de 1926, a rescindir el contrato de gestión de la fábrica por la compañía, el
día 31 de marzo de cualquier año, notificando con quince meses de aviso. El
contrato podría rescindirse tan pronto como el 31 de marzo de 1921, siempre
con la condición de que se reciba un preaviso de quince (15) meses dado si la
participación del Reich alemán en el excedente no alcanzaba un nivel fijo.
El 4 de diciembre de 1919, una serie de instrumentos legales fueron firmados
y legalizados en Berlín, con vistas a la formación de una nueva empresa, la
Oberschlesische, y la venta por el Reich alemán a esa compañía de la fábrica
en Chorzow; que es decir, todo el terreno, edificios e instalaciones
pertenecientes, con todos los accesorios, reservas, materia prima, equipo y
acciones. La gerencia y el trabajo debían permanecer en manos de Bayerische
que, para este propósito, utilizaría sus patentes, licencias, experiencia
adquirida y contratos. Estas relaciones entre las dos compañías fueron
confirmadas mediante cartas del 18 y 24 de diciembre de 1919
intercambiadas entre ellas. Oberschlesische ingresó debidamente el 16 de
enero de 1920 en el Registro de Tierras de Chorzów del Tribunal de Distrito
de Chorzów, como propietario de la tierra en la que se asienta la fábrica de
nitrato.
El 1° de julio de 1922, esta Corte dictó una resolución estableciendo que el
registro en cuestión era nulo y debía ser cancelado, debiendo ser restaurada la
posición preexistente, y los derechos de propiedad de las tierras en cuestión
debían ser registrados a nombre del Tesoro polaco. Esta decisión citaba el
artículo 256 del Tratado de Versalles, la Ley del 14 de julio de 1920 y el
Decreto del 16 de junio de 1922, en vigencia desde ese mismo día.
El 3 de julio de 1922, M. Ignatz Moscicki, quien fuera delegado con plenos
poderes para hacerse cargo de la Fábrica en Chorzów por decreto ministerial
polaco del 24 de junio de 1922, tomó posesión de la fábrica y se hizo cargo
de la gestión de acuerdo con los términos del Decreto. El gobierno alemán
sostiene y el Gobierno polaco admite, que dicho delegado, al emprender el
control del funcionamiento de la fábrica, al mismo tiempo tomó posesión de
bienes muebles, patentes, licencias, etc.
El 11 de noviembre de 1922, Oberschlesische interpuso un recurso ante el
Tribunal Arbitral Mixto Germano-Polaco, solicitando "permitir el reclamo
presentado y ordenar al Gobierno polaco, la demandada, restaurar la
fábrica, disponer cualquier otra reparación que el Tribunal considere
conveniente y pagar las costas de la acción". En su respuesta a esta solicitud,
el Gobierno polaco solicitó al Tribunal declarar que no tenía jurisdicción. La
demanda fue admitida y se fijó una audiencia para el 15 de octubre 1923. Sin
embargo, aún está pendiente.

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SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

Además, Oberschlesische interpuso un recurso ante el Tribunal Civil de


Katowice (Polonia). Solicitó a ese Tribunal "ordenar a la demandada que
informe al solicitando sobre los bienes muebles encontrados en la Fábrica de
Chorzów, a las 11 horas del 3 de julio de 1922, cuando el trabajo se reanudó
en la fábrica; indicar qué deudas había recogido; restaurar al solicitante o a
Bayerische tales bienes muebles, o, si esto ha de ser imposible, el monto
equivalente y, también pagar a la solicitante o a Bayerische el monto de las
deudas cobradas." Esta acción aún se encuentra pendiente ante ese Tribunal.
Sin embargo, el 7 de diciembre de 1923, decidió que no existía una
litispendencia y que, como aviso de la acción, la misma aún no había sido
remitida a la Fiscalía General en Varsovia.
Con respecto a esta demanda, el Gobierno alemán declaró en sus
"Excepciones" presentadas el 9 de julio de 1925, que la solicitud hecha al
Tribunal de Katowice tenía la intención de servir como base a su reclamo, de
conformidad con el artículo 588 de la Convención de Ginebra, en referencia a
la demanda ante el Tribunal Arbitral de la Alta Silesia, porque el Tribunal
había rechazado este reclamo.
Estas demandas se encontraban pendientes cuando, el 15 de mayo de 1925, el
Imperio Alemán presentó ante esta Corte una solicitud para que ella juzgue
(1) que los artículos 2 y 5 de la Ley polaca del 14 de julio de 1920 constituyó
una medida de liquidación de los bienes, derechos e intereses involucrados;
(2) que esta liquidación no estaba en conformidad con los artículos 92 y 297
del Tratado de Paz de Versalles; (3) que era contrario al artículo 6 y
subsiguientes de la Convención de Ginebra; y, finalmente, (4) declarar que la
actitud de Polonia debería haber estado de conformidad con los Tratados
Internacionales mencionados.
El artículo 297 del Tratado de Paz de Versalles se refiere a la liquidación, por
los Poderes Aliados y Asociados vencedores de la Primera Guerra Mundial,
de la propiedad, derechos e intereses pertenecientes, a la fecha de entrada en
vigor del Tratado de Paz de Versalles, a ciudadanos alemanes, o empresas
controladas por ellos, dentro del territorio, colonias, posesiones y
Protectorados de tales poderes, incluidos los territorios cedidos por el Tratado
de Paz de Versalles y, mientras estipulan que la liquidación se llevará a cabo
de conformidad con las leyes del Estado aliado o asociado involucrado, el
artículo 297 establece ciertas reglas que conectan el tema con el de
indemnización.
Sin embargo, el artículo 92 del Tratado de Paz de Versalles, de conformidad
con su artículo 297(h), establece expresamente que la propiedad, los derechos
e intereses de los ciudadanos alemanes no serán liquidados por el Gobierno
polaco, de conformidad con el artículo 297, excepto con la condición (1) que
el producto de la liquidación se pagare directamente al propietario; y, (2) que
si, en la solicitud del propietario, el Tribunal Arbitral Mixto Germano-Polaco

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o un árbitro designado por éste, estuviera convencido de que las condiciones


de la venta o medidas tomadas por el Gobierno polaco, por fuera de su
legislación general, sean injustamente perjudiciales para el precio obtenido,
teniendo discreción para otorgar al propietario equitativamente
indemnización, a cargo del Gobierno polaco.
Polonia, en respuesta a la solicitud alemana, solicitó a la Corte: (1) declarar
que no poseía competencia sobre la controversia; o. (2) que la solicitud no
podría ser entendida hasta tanto el Tribunal Arbitral Mixto Germano-Polaco
dictara sentencia.
Sin repetir las disposiciones del Estatuto relativas a la jurisdicción de la
Corte, es suficiente decir que la jurisdicción de la Corte fue invocada, en el
presente caso, sobre las estipulaciones de artículo 23 de la Convención de
Ginebra. Este artículo, que consiste en dos párrafos, dice:
"1. En caso de diferencias de opinión surgidas entre el Gobierno
alemán y el Gobierno polaco, resultantes de la interpretación y
aplicación de los artículos 6 a 22, las mismas deberán ser
sometidas a la decisión de la Corte Permanente de Justicia
Internacional.”
“2. La jurisdicción del Tribunal Arbitral Mixto Germano-Polaco,
bajo las disposiciones del Tratado de Paz de Versalles, no es de
ninguna manera dañada."
Sobre la excepción preliminar presentada por el Gobierno polaco a la
competencia de la Corte, en su sentencia Caso relativo a ciertos intereses
alemanes en la Alta Silesia polaca (Excepciones Preliminares), de agosto de
1925, la Corte sostuvo:
(1) Que la jurisdicción de la Corte, en virtud del artículo 23, no se vio
afectada por el hecho que los derechos reclamados fueron disputados a la luz
de las disposiciones de otros Tratados, así como en las disposiciones de los
artículos 6 a 22 de la Convención de Ginebra.
(2) Que los juicios pendientes ante el Tribunal Arbitral Mixto Germano-
Polaco y el Tribunal Civil de Katowice no pueden evitar que la Corte ejerza
su jurisdicción en virtud del artículo 23.
(3) Que se desestime el motivo ante la jurisdicción.
La demanda sobre el Fondo fue reservada.
Antes de proceder a la sentencia dictada posteriormente por la Corte en
cuanto al Fondo, es esencial resumir las disposiciones de los artículos 6 a 22
de la Convención de Ginebra, en la medida en que son involucrados en el
presente caso.

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El artículo 6 establece que Polonia puede expropiar grandes empresas


industriales en la Alta Silesia, conforme a las disposiciones de los artículos 7
a 23 de la Convención de Ginebra; pero que, con esta excepción, los bienes,
derechos e intereses de los ciudadanos alemanes o de las empresas
controladas por ellos, no puede ser liquidado. Por el artículo 7, se puede
ejercer el derecho de expropiación, de conformidad con las disposiciones de
los artículos 92 y 297 del Tratado de Paz de Versalles, durante quince (15)
años a partir de la fecha de la transferencia de soberanía, "si a petición del
Gobierno polaco esta medida ha sido reconocida por la Comisión Mixta
como indispensable para el mantenimiento de la explotación". La Comisión
Mixta se refirió a sí misma como un Tribunal Internacional cuyo
establecimiento es previsto en el artículo 562 de la Convención de Ginebra.
El artículo se refiere al asunto de la expropiación luego del período de quince
(15) años anteriormente mencionado. Las estipulaciones de los artículos 9 a
11 son innecesarias aquí para particularizar. Los artículos 12 a 16 se refieren
a la expropiación de grandes fincas rurales. El artículo 19, párrafo 1, asegura
al Gobierno polaco derecho a investigar la propiedad real de una industria
importante, o una gran finca rural y el control real de una empresa que
aparece como propietaria. Si el Gobierno polaco llega a la conclusión de que
el dueño es realmente un nacional alemán, o que la compañía está realmente
controlada por dichos nacionales alemanes; y si, después de recibir la
notificación, la parte interesada alega que los hechos no son los indicados;
esta última, durante un mes después de la fecha de la notificación, puede
apelar ante el Tribunal Arbitral Mixto Germano-Polaco, el cual puede
suspender provisionalmente el procedimiento de expropiación.
Luego de expedirse la Corte en la sentencia Caso relativo a ciertos intereses
alemanes en la Alta Silesia polaca (Excepciones Preliminares), el Gobierno
alemán modificó las presentaciones hechas en su solicitud de modo que,
como las presentaciones finalmente se mantuvieron, se le encomendó a la
Corte expedirse:
(1) Que la aplicación de la Ley polaca del 4 de julio de 1920, decretada por la
Ley del 16 de junio de 1922, constituía una medida de liquidación en el
sentido del artículo 6 y subsiguientes de la Convención de Ginebra; y que,
como no se ajustaba a esos artículos, como tampoco a los artículos 92 y 297
del Tratado de Paz de Versalles, al cual la Convención expresamente refería,
dicha solicitud era ilegal.
(2) Que la actitud del Gobierno polaco hacia Oberschlesische y Bayerische no
se encontraba en conformidad con los artículos de la Convención de Ginebra
mencionados anteriormente y de considerarse esto así, que la Corte diga qué
actitud habría estado en conformidad con ellos.
En respuesta, el Gobierno polaco le preguntó a la Corte:
(1) No satisfacer al solicitante como se considera en la presentación No. 1.

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SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

(2) Entender que no era necesario decidir sobre la conformidad o no


conformidad de la actitud del Gobierno polaco con respecto al artículo 6 y
subsiguientes de la Convención de Ginebra, dado que el Gobierno polaco no
había tomado ninguna medida de liquidación.
Cuestión así unida, la Corte, en su décima (extraordinaria) sesión, escuchó el
caso sobre el Fondo y dictó sentencia.
En la sentencia Caso relativo a ciertos intereses alemanes en la Alta Silesia
polaca (Fondo), del 25 de mayo de 1926, las disposiciones de la Ley polaca
del 14 de julio de 1920 se analizan y exponen en detalle. El tema de esta Ley
es la "transferencia de los derechos del Tesoro alemán y de miembros de las
casas alemanas reinantes al Tesoro polaco". El artículo 1 dirige a los
Tribunales polacos para sustituir automáticamente, en los Registros de
Tierras de las ex provincias prusianas, el nombre del Tesoro polaco por el de
"la Corona, el Reich alemán, los Estados de Alemania, el ex emperador de
Alemania u otros miembros de las casas reinantes", ingresados después de
noviembre de 1918 como propietarios o poseedores de derechos reales. El
artículo 2, párrafo 1, dirige a los Tribunales polacos, donde tales personas o
instituciones hubieran, después del 1 de noviembre de 1918, enajenado o
cargado la propiedad de la tierra, o solicitado, o consentido a la cesión,
cancelación o modificación de derechos reales, para restaurar los registros a
su condición en esa fecha. El artículo 5 autoriza al Tesoro polaco para exigir
el desalojo de personas que, como resultado de un contrato celebrado con una
de las personas o instituciones mencionadas en el artículo 1, permanecieron
en ocupación de la propiedad después de que la Ley entró en vigor.
La Corte sostuvo:
(1) Que los artículos 2 y 5 eran incompatibles con las disposiciones de la
Convención de Ginebra y que el Gobierno polaco no había invocado ningún
título de Derecho Internacional que permitiera inferir que los artículos 2 y 5
de la Ley del 14 de julio de 1920 constituyen el ejercicio de un derecho de
superación de las obligaciones derivadas del Título III de la Convención de
Ginebra;
(2) Que en la transferencia de la fábrica a Oberschlesische no hubo un
ejercicio abusivo, por parte de Alemania, del derecho de enajenación de
propiedad en el área de plebiscito; que la alienación era una verdadera
transacción efectuada de buena fe y no fue diseñada para ser celebrada en
detrimento de los derechos de Polonia; y que el derecho de propiedad que
ostenta Oberschlesische debe considerarse como establecido y podría haber
sido disputado solo ante un tribunal competente;
(3) Que los derechos de propiedad y operación reclamados por Bayerische
también eran válidos y habían sido violados por la acción polaca;

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(4) Que la expropiación sin compensación era contraria al Título III de la


Convención de Ginebra, y que la aplicación de la Ley del 14 de julio de 1920
era contraria al artículo 6 y subsiguientes de aquella; y que la Corte había
expresado su competencia definitiva sobre el tema, por aplicación del artículo
23 de esa Convención.
En conclusión, la Corte sostuvo:
(1) Que la aplicación de los artículos 2 y 5 de la Ley del 14 de julio de 1920,
decretada por la Ley del 16 de junio de 1922, había constituido, en cuanto a
los ciudadanos alemanes o empresas controladas por ellos, dentro de la Parte
1, Título III, de la Convención de Ginebra, una infracción del artículo 6 y
subsiguientes.
(2) Que la actitud del Gobierno polaco hacia ambas empresas no estaba en
conformidad con esos artículos, pero que la Corte no fue llamada a declarar
qué actitud habría sido de conformidad con ellos.
Fue sobre la base de esta decisión de la Corte que las negociaciones fueron
emprendidas por ambos gobiernos para una solución amistosa de las
reclamaciones de ambas empresas mediante el pago de daños materiales.
Tras la sentencia de la Corte del 25 de mayo 1926, el Gobierno alemán envió
al Gobierno polaco una nota, con fecha 25 de junio del mismo año, en la que
le solicitó "tomar las medidas necesarias para establecer una situación de
hecho y de Derecho conforme al fallo". Estas medidas debían, en opinión del
Gobierno alemán, comprenden tres características diferentes:
(1) El reingreso de la compañía Oberschlesische en el Registro de Tierras de
Chorzów del Tribunal de Distrito de Chorzów, como propietarios de los
bienes inmuebles que constituyen la Fábrica de Chorzów;
(2) La restauración de la propiedad de la Fábrica de Chorzów como empresa
industrial a Bayerische;
(3) El pago indemnizatorio a estas dos compañías de una cantidad de dinero
que se fijará mediante negociaciones directas entre ambos Gobiernos.
Polonia respondió a esta nota el 9 de septiembre de 1926. Alemania, mientras
tanto, había pedido al Gobierno polaco que si no tenía intención de responder,
prefería que la cuestión fuera resuelta por el establecimiento de nuevos
procedimientos ante la Corte. La respuesta polaca fue al efecto de que
Polonia estaba “dispuesta a negociar, por medio de un acuerdo con
Alemania, todas las cuestiones en disputa con respecto a la Fábrica de
Chorzów”. Sin embargo, el Gobierno polaco declaró, en relación con el
reclamo por la restauración de la Fábrica de Chorzów, que no pudo cumplir
por razones de hecho y de Derecho; también hizo reservas en cuanto a la
validez, en la Ley municipal y la entrada de Oberschlesische en el registro de
catastro. Finalmente, sugirió que sería mejor "teniendo en cuenta la

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naturaleza del asunto" que los representantes de las empresas interesadas


deban abordar directamente la gestión de la fábrica y que ambos Gobiernos
sólo deben intervenir si no se puede llegar a un acuerdo alcanzado de esta
manera. En una nota posterior, fechada el 18 de octubre de 1926, el Gobierno
polaco, mientras sostiene que las disputas eran cuestiones de Derecho
Privado, acordaron que los delegados de ambos Gobiernos también deberían
participar en las negociaciones.
En estas circunstancias, el Gobierno alemán propuso mediante nota fechada
el 3 de octubre de 1926, que las negociaciones deberían comenzar en Berlín
el 15 de noviembre de 1926. Creyendo que se podría decir que todavía
existían diferencias de opinión entre ambos Gobiernos "con respecto a los
principios legales establecidos por la sentencia de la Corte” del 25 de mayo
de 1926. El Gobierno alemán se reservó el derecho a recurrir ante la Corte en
relación con la ejecución de dicha sentencia, si estas diferencias de opinión
subsisten durante las negociaciones y hacen necesaria tal incursión.
El Gobierno polaco, aunque acepta iniciar negociaciones en Berlín el 22 de
noviembre de 1926, mantuvo el punto de vista tomado en sus notas
anteriores.
Las negociaciones habían estado en progreso -desde el 22 de noviembre de
1926- cuando el 19 de enero de 1927, la delegación alemana envió a la
delegación polaca una nota que expone dos propuestas alternativas para un
Compromiso. Propuestas que, dejando de lado la cuestión de restitución,
únicamente se encontraban relacionadas con el monto de las indemnizaciones
y el método de pago. El pago debía efectuarse en la fecha de firma del
Acuerdo concluido, mediante letras de cambio pagaderas en diferentes
fechas; en caso que los pagos no sean hechos dentro de los tiempos
especificados, el Gobierno alemán se reservó el derecho -una vez más- a
recurrir a la Corte. Una de las dos propuestas debía ser aceptada. Las
diferencias de opinión existentes serían desechadas. Pero si no, el Gobierno
alemán se declaró listo para reabrir negociaciones, aunque la posibilidad de
nuevas negociaciones no impediría al Gobierno alemán remitir las diferencias
de opinión existentes a la Corte. En los nuevos procedimientos judiciales, por
supuesto, el Gobierno alemán no estaría obligado por las propuestas del
Compromiso que hubiera asumido. A la nota se adjuntó un memorándum, el
14 de enero de 1927, con respecto a la posición de negociaciones. Este
memorándum deja en claro, entre otras cosas, que la razón por la cual el
Gobierno alemán había abandonado su reclamo original de restitución de la
fábrica era porque había llegado a la conclusión de que la Fábrica de
Chorzów, en su estado actual, ya no correspondía a la fábrica como era antes
de la toma de posesión en el año 1922 y que el Gobierno alemán se reservó el
derecho, en caso que los polacos se retrasarán demasiado respondiendo a las
propuestas alemanas, para llevar el asunto ante la Corte y, de esa manera,

~ 13 ~
SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

pueda incluirse en la lista de la Corte en su duodécima sesión, siempre que


sea posible retirar la solicitud si se llega a un acuerdo bilateral en un plazo
relativamente corto.
La respuesta del Gobierno polaco el 1 de febrero de 1927 acepta -más menos-
completamente los montos sugeridos por el Gobierno alemán para las
indemnizaciones. El gobierno polaco propuso que las sumas se paguen
posteriormente a Bayerische, en letras de cambio emitidas por la Fábrica
Chorzów, pero declaró que no estaba dispuesto a cumplir los deseos del
Gobierno alemán respecto a los proyectos de Ley para Oberschlesische,
particularmente, por la razón de que -como sostuvo- poseía reclamos para con
el Gobierno alemán por varias sumas de dinero, una de las cuales, con
respecto a los seguros sociales en Alta Silesia, había sido fijada por la Liga de
las Naciones en 25 millones de marcos alemanes, y eso es así, en opinión del
Gobierno polaco, porque resulta esencial exponer las demandas respectivas
uno en contra del otro. Cabe señalar que, en su respuesta, el Gobierno polaco
propuso la reanudación de las negociaciones con respecto a, entre otras cosas,
la "posible presentación de una solicitud con la Corte", un punto que, según
el Gobierno polaco, "aún no se había discutido". Si el Gobierno alemán no
aceptaba las propuestas polacas, el Gobierno polaco no se consideraría
obligado por las mismas.
El Gobierno alemán, por nota del 8 de febrero de 1927, informó al Gobierno
polaco que los puntos de vista eran tan diferentes que parecía imposible evitar
recurrir a un tribunal internacional y que, por lo tanto, el Ministro alemán en
La Haya había recibido instrucciones para presentar una solicitud ante la
Corte. En su nota, el Gobierno alemán también llamó la atención del hecho de
que, en todo el conjunto de las negociaciones, la delegación alemana hizo
hincapié en que si no se llega a un acuerdo, presentarse ante la Corte sería
inevitable.

CUESTIONES DE DERECHO

Como ya se ha indicado, la solicitante -en su caso sobre el Fondo- hizo


presentaciones que constituyen una enmienda de aquellas realizadas en la
solicitud.
Dado que esta enmienda se ha efectuado en el primer documento de los
procedimientos escritos, a la demanda presentada por la solicitante -desde el
momento en que, de conformidad con el Artículo 38 de las Reglas, la
demandada aún conserva su derecho para presentar el anteproyecto de
Excepciones- no se le puede hacer ninguna objeción a ello. Además, en su
alegato preliminar, la demandada se ha referido a las presentaciones
formuladas por la solicitante en el caso y no formuladas en la demanda.

~ 14 ~
SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

Son, por lo tanto, las presentaciones formuladas en el caso aquellas que la


Corte tiene ahora ante sí.
Las presentaciones formuladas en la solicitud se basaron -aparte de las
disposiciones antes mencionadas del Estatuto y Reglas de la Corte-,
exclusivamente, sobre la cláusula jurisdiccional contenida en el artículo 23 de
la Convención de Ginebra. La base de la enmienda a las presentaciones
expuestas en el caso permanece sin cambios.
Es cierto que en este documento, el Gobierno alemán se ha referido al
Tratado de Arbitraje Germano-Polaco. Sin embargo, el único objeto de esta
referencia es, como lo muestra el contexto, establecer que la presentación del
Gobierno alemán de un cierto reclamo que Polonia tiene contra el Imperio
Alemán no puede, sin el consentimiento de su contraparte, ser ejecutado
extrajudicialmente contra cualquier indemnización que pueda ser adjudicada
por la Corte en el presente caso, especialmente teniendo en consideración el
procedimiento instituido por el Tratado mencionado. Por lo tanto, esta
referencia no puede servir para modificar la fuente de que, según la solicitud,
la Corte posea jurisdicción.
El mismo razonamiento se aplica a fortiori con respecto a la declaración
hecha ante la Corte por el Agente del Gobierno alemán, ante el efecto que,
incluso si la cláusula de arbitraje contenida en el artículo 23 de la Convención
de Ginebra no se aplicara en el presente caso, la Corte tendría jurisdicción
bajo el Tratado de Arbitraje Germano-Polaco "si fuera aplicable en este
caso"; para esta declaración que, además, se hizo en una etapa muy tardía,
difícilmente pueda afirmarse, en más o menos, una opinión teórica sobre la
interpretación de dicho Tratado.
La Corte, por lo tanto, sostiene que las presentaciones anteriores se han
expuesto sólidamente ante ella, en virtud del artículo 23 de la Convención de
Ginebra.
Antes de proceder a exponer las razones por las cuales debe anular la
Excepción Preliminar esbozada por Polonia a su competencia para este caso,
la Corte observaría que, para el propósito de esta declaración de razones,
como también para los propósitos de su futura sentencia sobre el Fondo, no
puede tener en cuenta las declaraciones, admisiones o propuestas que las
Partes hayan realizado en el curso de negociaciones directas que han tenido
lugar entre ellos; declaraciones que, además, se han realizado sin prejuicio
sobre los puntos en discusión que son objeto de procedimientos judiciales.
Las negociaciones en cuestión, como reconocieron los representantes de las
Partes ante la Corte, no condujeron a un acuerdo entre ellas.
Es cierto que la solicitud del 8 de febrero de 1927 y las presentaciones del
caso alemán del 2 de marzo de 1927 se refieren a las reparaciones
presuntamente debidas por el Gobierno polaco por su actitud, establecida en

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SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

la solicitud alemana del 15 de mayo de 1925, y que la Corte, en la sentencia


Caso concerniente a ciertos intereses alemanes en la Alta Silesia polaca
(Fondo) del 25 de mayo de 1926, declaró no estar en conformidad con los
artículos 6 a 22 de la Convención de Ginebra. Polonia niega la competencia,
mientras que la Corte, mediante la sentencia Caso concerniente a ciertos
intereses alemanes en la Alta Silesia polaca (Excepciones Preliminares) del
25 de agosto de 1925, ha decidido que posee competencia con respecto a la
solicitud del 15 de mayo de 1925; ello también abarca la nueva solicitud del 8
de febrero de 1927 y las presentaciones en el caso del 2 de marzo de 1927. La
posición del Gobierno polaco se basa, principalmente, en los dos siguientes
argumentos:
(1) Que el artículo 23, párrafo 1, de la Convención de Ginebra, otorga
competencia a la Corte para entender "diferencias de opinión, resultantes de
la interpretación y aplicación de los artículos 6 a 22, que puedan surgir entre
el Gobierno alemán y el Gobierno polaco”; pero no contempla diferencias de
opinión en materia de reparaciones reclamado por violación de esos artículos;
(2) Que la Convención de Ginebra ha instituido jurisdicciones especiales para
reclamos que personas privadas puedan hacer valer en caso de supresión o
disminución de sus derechos, y que la existencia de estas jurisdicciones
afectaría a la de la Corte, incluso si el párrafo 1 del artículo 23 de la
Convención de Ginebra pudiera interpretarse que incluye diferencias de
opinión con respecto a las reparaciones entre los relacionados mediante la
aplicación de los artículos 6 a 22; por lo tanto, las partes interesadas deberían
recurrir a las jurisdicciones en cuestión.
En primer lugar, el significado y alcance del párrafo I del artículo 23 deben
ser considerados sobre esta cláusula solamente -y sólo sobre esta cláusula-: ya
que la jurisdicción de la Corte en el presente caso descansa en aquella.
La Corte, mediante las sentencias Caso concerniente a ciertos intereses
alemanes en la Alta Silesia polaca (Excepciones Preliminares) y Caso
concerniente a ciertos intereses alemanas en la Alta Silesia polaca (Fondo),
ha reconocido que las diferencias relacionadas con la aplicación de los
artículos 6 a 22 incluyen no sólo los relacionados con la cuestión de si la
aplicación de una cláusula en particular ha sido correcta o no, sino también la
cuestión sobre la aplicabilidad de estos artículos, es decir, sobre cualquier
acto u omisión creadora de una situación contraria a dichos artículos. Es un
Principio del Derecho Internacional que la violación de un compromiso
internacional implica la obligación de reparar de forma adecuada. Por lo
tanto, la reparación es el complemento indispensable de una cláusula de
fallida aplicación en una Convención; y, por ello, no hay necesidad de que se
establezca en el texto literal de la Convención misma.

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SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

Controversias relacionadas con las reparaciones, que pueden ser debido a la


falta de aplicación de una Convención, en consecuencia, son diferencias
relacionadas con la solicitud presentada.
Ahora, Polonia sostiene que las palabras "diferencias de opinión, resultantes
de (…) la aplicación", en el artículo 23, no pueden tener el significado
indicado y deben interpretarse, simplemente, como la pregunta de si, en un
caso dado, la aplicación de los artículos 6 a 22 son correctos o no, con
exclusión de cualquier diferencia en cuanto a reparaciones.
A este respecto, el Gobierno polaco, en apoyo de su alegato que el párrafo I
del artículo 23 de la Convención de Ginebra debe interpretarse de manera
restrictiva, ha rastreado el desarrollo de Tratados generales de Arbitraje
durante los últimos cincuenta años, los que comprenden:
(1) La llamada cláusula compromisoria (cláusula de arbitraje)
introducida en Tratados comerciales y de otro tipo durante los últimos
veinticinco años del siglo XIX; y, posteriormente, por el cual en la
contratación las partes acordaron someter a arbitraje cualquier diferencia en
cuanto a la interpretación o aplicación de los Tratados particulares;
(2) Tratados generales para el arbitraje obligatorio de ciertas categorías
específicas de disputas, concluidas desde 1900; y
(3) Tratados y cláusulas para el arbitraje de reclamos pecuniarios. No
hace falta decir que el párrafo I del artículo 23 es un ejemplo del primero de
estas tres clases de Acuerdos.
El abogado de Polonia admitió, en su argumento ante la Corte, que la
cláusula compromisoria fue originalmente interpretada como inclusiva de
reclamos de reparación; pero mantuvo eso porque, de desarrollos posteriores,
la cláusula ahora debe interpretarse como excluyente de tales reclamos. La
Corte no puede compartir esta opinión.
Si bien en la Convención para el Acuerdo de Controversias Internacionales
Pacíficas, concluida en La Haya, en el año 1899, aunque no se hicieron
excepciones en las disposiciones relativas a la "justicia arbitral" incluidas en
el Capítulo I, Título IV, el arbitraje, en ningún caso, se hizo obligatorio. Un
movimiento activo luego comenzó para la conclusión de Tratados por los
cuales la presentación de las diferencias sería obligatoria para los Tratados ya
celebrados, en el marco del artículo 19 de dicha Convención. El logro de este
objetivo, en lo que respecta a cuestiones generales de derechos y
obligaciones, se consideró factible al incluir sólo ciertas clases de preguntas,
y someter incluso éstas a reservas.
Por otro lado, desde finales del siglo XVIII, se ha encontrado que es posible
concluir Acuerdos para la presentación de reclamaciones pecuniarias a un
procedimiento de arbitraje sin reserva alguna.

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SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

Estos hechos parecen ser lógicamente fatales para la inferencia que se busca
extraerse de ellos, porque muestran claramente que, en opinión de los
Estados, las diferencias sobre las cuales tales reservas se consideraron
necesarias eran aquellas relacionadas con los derechos y obligaciones legales
y no las relacionadas con la reparación pecuniaria. Decir, por lo tanto, que la
cláusula compromisoria ahora debe ser interpretada restrictivamente como
excluyente de la reparación pecuniaria, resulta contrario a las concepciones
fundamentales por las cuales se ha caracterizado el movimiento a favor del
Arbitraje general.
Además -aparte de la pregunta de si las expresiones utilizadas en las
Convenciones con otras potencias y en diferentes períodos pueden ser
tomadas en consideración al interpretar la intención de los firmantes de la
Convención de Ginebra- la Corte sostiene que, en vista de la diferencia
fundamental entre la naturaleza de las cláusulas de arbitraje (cláusula
compromisoria) y el objeto de la clasificación de controversias en Acuerdos
de Arbitraje General, no se puede llegar a una conclusión extraída de la
terminología de la clase de disposiciones en respeto del otro.
La clasificación de controversias internacionales aplicable en este caso es, sin
lugar a dudas, aquella adoptada en el artículo 13 del Pacto de la Liga de las
Naciones y en el artículo 36 del Estatuto de la Corte. Estos instrumentos
jurídicos internacionales que se encuentran cercanos a la Convención de
Ginebra en razón del tiempo, se constituyen como Tratados colectivos de
especial importancia, ya que marcan un paso hacia la realización del Arbitraje
obligatorio. Pero la clasificación que contiene sería, en opinión de la Corte,
llevar a la conclusión de que la expresión "diferencias de dictamen resultante
de la interpretación y aplicación" en el artículo 23 de la Convención de
Ginebra, debe interpretarse como inclusiva de cuestiones relacionadas con las
formas de establecer reparaciones en el Derecho Internacional. Es cierto que
el Pacto y el Estatuto mencionan por separado, en primer lugar,
"controversias en cuanto a la interpretación de un Tratado" y, en cuarto
lugar, aquellos en relación con "la naturaleza o el alcance de la reparación";
aunque menciona también, en tercer lugar, como categoría separada,
controversias en relación con "la existencia de cualquier hecho que, de
establecerse, constituiría un incumplimiento de una obligación
internacional". Ahora es establecido por las sentencias Caso relativo a
ciertos intereses alemanes en la Alta Silesia polaca (Excepciones
Preliminares) y Caso relativo a ciertos intereses alemanas en la Alta Silesia
polaca (Fondo), que la Corte tiene competencia para decidir si se ha
infringido los artículos 6 a 22 de la Convención de Ginebra. La decisión de si
ha habido una violación de un compromiso internacional implica, sin duda
alguna, una competencia más importante que una decisión sobre la naturaleza
o el alcance de la reparación debida por un incumplimiento de un
compromiso internacional cuya existencia es ya establecida.

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SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

Si el artículo 23, párrafo 1, cubre las controversias en las categorías primera y


tercera por las dos disposiciones mencionadas anteriormente, sería difícil
entender por qué (fallando una disposición expresa a tales efectos) no
deberían ser contempladas controversias menos importantes mencionadas en
la cuarta categoría.
Polonia también ha llamado la atención de la Corte sobre la Convención de
Ginebra que, actuando también en nombre de la Ciudad Libre de Danzig,
concluyó con el Imperio Alemán, en el año 1921 -es decir, en un momento no
muy alejado de la conclusión de esta Convención- en relación con la libertad
de tránsito entre Prusia Oriental y el resto de Alemania. Los artículos 11 y 12
de esta Convención prevén el establecimiento de un Tribunal Arbitral al que
cada Alta Parte Contratante difiere "controversias que pueden surgir en la
interpretación o en el aplicación” de la Convención de Ginebra. Polonia
observa que el artículo 11, párrafo I, que establece la competencia recién
referida, contiene un párrafo especial en el sentido de que el Tribunal Arbitral
tendrá competencia, si es necesario, para decidir sobre la reparación que deba
ser llevada a cabo por la Parte que haya sido responsable de un
incumplimiento de las disposiciones de la Convención de Ginebra.
Cualesquiera hayan sido las razones que llevaron a las Partes a mencionar
expresamente la competencia con respecto a las reparaciones, además de su
interpretación y aplicación respetuosa, el hecho de que una Convención
disponga explícitamente la concepción generalmente adoptada con respecto
cláusulas arbitrales, no puede interpretarse en el sentido de que las mismas
Partes, cuando empleando en otra Convención la redacción utilizada
habitualmente en Convenciones de este tipo, al hacerlo, han dado evidencia
de un intención contraria a la que se presume al interpretar una cláusula
arbitral en una Convención.
De lo anterior se desprende que el Artículo 23, párrafo I, constituye una
cláusula arbitral típica (cláusula compromisoria) y contempla todas las
diferencias de opinión resultantes de la interpretación y aplicación de un
cierto número de artículos de la Convención. Al usar la expresión
"diferencias de opinión resultante de la interpretación y aplicación", la
contratación entre las Partes parece haber tenido en mente no tanto tales
diferencias como su fuente y esto justificaría la inclusión de diferencias
relativas a las reparaciones en lo concerniente a su aplicación, incluso si la
noción de “aplicación” de una Convención no previó reparaciones por una
posible violación a una obligación internacional.
Teniendo en cuenta el hecho de que el Consejo del Gobierno polaco ha
puesto énfasis en el significado literal de la palabra "aplicación", la Corte
piensa que es bueno señalar que, en la sentencia Las Concesiones de
Palestinas de Mavrommatis, del 26 de marzo de 1925 -que ha sido citada
antes a este respecto por dicho Consejo- observó no sólo que la "aplicación"

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SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

es más amplia, más elástica y como término es menos rígido que "ejecución",
sino que también "ejecución (...) es una forma de aplicación". De ello se
deduce que la sentencia mencionada no puede ser citada para apoyar una
interpretación restrictiva del término "aplicación".
Para la interpretación del artículo 23 se debe tener en cuenta no sólo el
desarrollo histórico de los Tratados de Arbitraje, así como de la terminología
de tales Tratados y de la gramática y significado lógico de las palabras
utilizadas, sino también y, especialmente, de la función que, en la intención
de las Partes contratantes, debe atribuirse a esta disposición. La Convención
de Ginebra proporciona numerosos medios de reparación para asegurar la
observación de sus cláusulas y lo hace en formas que varían según los temas
tratados bajo los diferentes Títulos, u otras subdivisiones de la Convención.
El artículo 23 contiene disposiciones de este tipo. En lo que respecta a los
artículos 6 a 22, estos forman la mayor parte del Título III, primera parte.
El objeto de estos métodos para obtener reparación -y el del artículo 23 en
particular- pareciera ser evitar la posibilidad de que, como consecuencia de la
existencia de una persistente diferencia de opinión entre las Partes
contratantes en cuanto a la interpretación o aplicación de la Convención, los
intereses respecto de los cuales está diseñada para garantizar, quizás se
encuentren comprometidos. Una interpretación en tal sentido haría limitar a la
Corte, simplemente, al corroborar que la Convención ha sido aplicada
incorrectamente, o que no se ha aplicado, sin ser capaz de establecer las
condiciones para el establecimiento de la Convención, los derechos afectados
serían contrarios a lo que prima facie sería el objeto natural de la cláusula, o
una jurisdicción de este tipo, en lugar de resolver una controversia de una vez
por todas, dejaría abierta la posibilidad a nuevas controversias.
Esta conclusión, que se deduce del objeto de una cláusula como el artículo 23
y, en general, de cualquier cláusula arbitral, sólo podría ser derribada ya sea
por el empleo de términos suficientemente claros para mostrar una intención
contraria de las Partes contratantes, o por el hecho de que la Convención
hubiera establecido una jurisdicción especial para reclamos con respecto a la
reparación debida por una violación de la disposiciones en cuestión, o
habiendo acordado algún otro arreglo con respecto a tales reclamos.
Se desprende de lo que se ha dicho, con respecto al significado y alcance de
las palabras "diferencias de opinión resultantes de la interpretación y
aplicación de los artículos 6 a 22", que los términos del primer párrafo del
artículo 23 no establecen la existencia de una intención en contrario.
Ahora queda por considerar el alcance del artículo 23, párrafo 2, y del
artículo 22 de la Convención de Ginebra.
El Gobierno polaco sostiene, en segundo lugar, que existen otros Tribunales
Internacionales y Nacionales ante los cuales las compañías perjudicadas

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SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

podrían hacer valer su derecho a una indemnización y que, en estas


circunstancias, el Gobierno alemán no puede, subrogándose en los derechos
de estas empresas, perturbar el sistema jurisdiccional establecido por la
Convención de Ginebra.
La Corte debe considerar este punto, no sólo porque el abogado de Polonia ha
citado el Principio General de Derecho de recurrir a Tribunales accesibles a
personas privadas, sino también, y más específicamente, en relación con los
términos del artículo 23, párrafo 2, de la Convención de Ginebra.
En primer lugar, debe observarse que cualquier jurisdicción que los tribunales
polacos pueden tener no debe tomarse en consideración. El acto por parte del
Gobierno polaco, que el Tribunal ha sostenido no estar en conformidad con la
Convención de Ginebra, consistió en la aplicación de los artículos 2 y 5 de la
Ley polaca de julio de 1920, decretada por la Ley del 16 de junio de 1922,
cuya aplicación, en opinión de la Corte [Caso relativo a ciertos intereses
alemanas en la Alta Silesia polaca (Fondo)] es en sí misma una medida
contraria al artículo 6 y subsiguientes de la Convención de Ginebra. El
Tribunal de Chorzów ha efectuado esta solicitud, ordenando la inclusión del
Tesoro polaco como propietario de la fábrica en el Registro de la Propiedad,
en lugar de Oberschlesische. En consecuencia, Polonia no ha argumentado
que los tribunales polacos tienen jurisdicción con respecto a la reparación.
Los tribunales a tener en cuenta son, por tanto, los contemplados por la propia
Convención de Ginebra, a saber: el Alto Tribunal Arbitral de Silesia y el
Tribunal Arbitral Mixto Germano-Polaco. El Agente y el abogado del
Gobierno polaco se referían, a veces, a uno u otro de estos tribunales
internacionales, sin especificar cuál de ellos sería competente en el caso
particular, ni si ambos podrían ser competentes.
La cuestión de si la jurisdicción otorgada a estos tribunales pudiera impedir el
ejercicio de la jurisdicción otorgada a la Corte por el párrafo 1 del artículo 23
de la Convención de Ginebra, fue traída a conocimiento de la Corte durante el
procedimiento en relación con la jurisdicción, presentada en la demanda ante
la Corte por el Gobierno alemán, del 15 de mayo de 1925. De hecho, el
Gobierno polaco afirmó que esa solicitud no podía ser entendida por la Corte
hasta tanto el Tribunal Arbitral Mixto Germano-Polaco hubiera expedido su
laudo en el caso relativo a la misma Fábrica de Chorzów, incoado por
Oberschlesische, en noviembre de 1922. El Gobierno polaco también
argumentó que, al tratarse de una supuesta violación de derechos adquiridos,
el Alto Tribunal Arbitral de Silesia podría tener jurisdicción en virtud del
artículo 5 de la Convención de Ginebra.
Algunas de las razones por las cuales la Corte, en la sentencia Caso relativo a
ciertos intereses alemanes en la Alta Silesia polaca (Excepciones
Preliminares), denegó esta solicitud de que la demanda no podía ser
entendida -por ejemplo, el argumento relacionado con el hecho de que las

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SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

Partes no son las mismas-, en cierta medida podría ser aplicable también en el
presente caso. Sin embargo, debe observarse que la posición no es la misma,
más especialmente en vista del hecho de que la solicitud alemana, del 15 de
mayo de 1925, sólo encomendó a la Corte una sentencia declaratoria entre
Estados y que sólo la Corte podía dar; mientras que la presente demanda
busca una indemnización que no es necesariamente diferente de lo que las
compañías, en cuyo nombre se afirmó, podrían obtener de otro tribunal
internacional o nacional, suponiendo que hay uno que sea competente. Por
esta razón, la Corte no puede referirse a la sentencia Caso concerniente a
ciertos intereses alemanes en la Alta Silesia polaca (Excepciones
Preliminares) y, una vez más, examinará la cuestión en relación con las
condiciones especiales en las que se presenta en esta ocasión.
Antes de emprender este examen, la Corte se siente llamada a recordar lo
siguiente: en la sentencia Caso concerniente a ciertos intereses alemanes en
la Alta Silesia polaca (Fondo) sostuvo que, como la expropiación permitida
en el Título III de la Convención de Ginebra es una excepción a las reglas
generalmente aplicadas en lo que respecta al tratamiento de extranjeros y del
principio de respeto a los investidos derechos, y esta derogación es en sí
misma de un carácter estrictamente excepcional, cualquier otra medida que
afecte la propiedad, derechos e intereses de ciudadanos alemanes
contemplados en el Título I y no apoyados por alguna autoridad especial que
tenga precedencia sobre la Convención de Ginebra, y que sobrepasa los
límites de los acuerdos internacionales generalmente aceptados como ley, es
incompatible con el régimen establecido por la Convención de Ginebra. La
incautación de los bienes, derechos e intereses pertenecientes a
Oberschlesische y Bayerische fue, precisamente, una medida de este tipo. Es
en este sentido que las medidas tomadas por el Gobierno polaco con respecto
a las empresas mencionadas son, en opinión de la Corte, contrarias al Título
III de la Convención de Ginebra, y esto a pesar del hecho de que no cae,
propiamente hablando, dentro de la categoría de expropiaciones o
liquidaciones reguladas por ese Título. Por lo tanto, las medidas en cuestión
son de especial naturaleza; y es sólo en relación con esas medidas, así
calificadas, y por el régimen establecido en la Alta Silesia, que debe
considerarse si las empresas desposeídas podrían solicitar, ya sea al Tribunal
Arbitral de Alta Silesia o al Tribunal Mixto Arbitral Germano-Polaco, la
reparación del perjuicio alegado.
El Gobierno polaco sostiene que el Tribunal Arbitral de Alta Silesia tiene
jurisdicción sobre la base del artículo 5 de la Convención de Ginebra. Este
artículo, que es el último del Título II de la Convención, se expresa como
sigue:
"La cuestión de si y en qué medida una indemnización por la
supresión o disminución de los derechos adquiridos debe ser

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SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

pagada por el Estado, será decidido directamente por el Tribunal


Arbitral sobre la queja de la parte interesada.”
En opinión de la Corte, es imposible aceptar esta proposición. Cualquiera sea
el alcance y los límites de la jurisdicción conferida al Tribunal Arbitral de
Alta Silesia por este artículo, puede ser en otros aspectos. El hecho es que
esta jurisdicción se relaciona con el tema abordado en el Título II de la
Convención de Ginebra, que se refiere a la protección de los derechos
adquiridos. Ahora la Corte, en la sentencia Caso concerniente a ciertos
intereses alemanes en la Alta Silesia polaca (Fondo), ha decidido que el
despojo afectado a Oberschlesische y Bayerische fue una violación del Título
III y así lo ha decidido, a pesar de que puede ser cierto que cualquier
violación de este Título, que constituye una excepción al Principio General de
respeto a derechos adquiridos es, al mismo tiempo, necesariamente una
violación del Título II. Además, de ello se deduce que los tribunales
competentes solo pueden ser aquellos previsto por el Título III. Esto también
se confirma por el hecho de que el Tribunal Arbitral de Alta Silesia, en virtud
del artículo 5, solo puede permitir indemnizaciones pecuniarias; ahora es
cierto que el Título III de la Convención de Ginebra está diseñado,
principalmente, para preservar el statu quo en la Alta Silesia polaca y, por lo
tanto, siempre que sea posible restitutio in pristinum (restituir al estado
anterior) ésta será la reparación natural de cualquier violación o
incumplimiento de observar las disposiciones contenidas en la misma.
La jurisdicción del Tribunal Arbitral Mixto Germano-Polaco, derivada del
Tratado de Paz de Versalles, está expresamente reservada por el artículo 23,
segundo párrafo.
Para comprender esta disposición, debe recordarse que el Título III de la
Convención de Ginebra no se ha declarado nulo, aunque limita en varios
aspectos el régimen de liquidación instituido por el Tratado de Paz de
Versalles y algunas disposiciones de ese Tratado respecto de ese régimen se
han declarado expresamente aplicables en la Alta Silesia polaca. Así, los
artículos 7 y 8 de la Convención de Ginebra hacen referencia a los artículos
92 y 297 del Tratado de Paz de Versalles.
Estos artículos, entre otras cosas, permiten a personas privadas acudir ante el
Tribunal Arbitral Mixto Germano-Polaco. El derecho de acceso se otorga a la
Parte interesada, en caso de una controversia sobre las condiciones de venta o
medidas tomadas por el gobierno liquidador fuera de su legislación ordinaria
y siendo injustamente perjudicial para el precio. El Tribunal puede, entonces,
asegurarle a la Parte interesada una razonable indemnización que deberá ser
pagadera por el gobierno liquidador.
Como la Convención de Ginebra tenía la intención de asegurar a los
nacionales alemanes de la Alta Silesia polaca el tratamiento más favorable
que, como resultado del Tratado de Paz de Versalles, no podría cuestionarse

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SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

una abolición o disminución de las garantías otorgadas por este Tratado a


personas que puedan liquidar sus bienes. Otra vez, la jurisdicción otorgada a
la Corte por el Artículo 23, párrafo 1, que no tiene equivalente bajo el
régimen de liquidación del Tratado de Paz de Versalles, podría haber dejado
algunas dudas sobre si los medios para obtener una reparación, abiertos a las
Partes interesadas en virtud de este Tratado, podrían mantenerse abiertos a
pesar de ello. Casos del mismo tipo que los contemplados en las
disposiciones de dicho Tratado, sobre el régimen de liquidación, es
ciertamente posible, incluso en conexión con las expropiaciones o
liquidaciones autorizadas por la Convención de Ginebra. Por lo tanto, era
natural que se reserve expresamente el derecho de los particulares a recurrir
en tales casos al Tribunal Arbitral Mixto Germano-Polaco: esto es lo que el
párrafo 2 del artículo 23 sí hace.
La Corte tampoco ha omitido examinar el artículo 22 de la Convención de
Ginebra, en la medida en que otorga jurisdicción al Tribunal Arbitral Mixto
Germano-Polaco. Sin embargo, está claro que este artículo también
contempla expropiaciones regulares efectuadas dentro de los límites fijados
por los artículos anteriores. Que este es el caso y así lo demuestra, entre otras
cosas, el hecho de que la contingencia contemplada en el artículo es el de un
reclamo por daños mayores que la indemnización fijada. Por lo tanto, el caso
es de expropiación, en el sentido propio del término; y la jurisdicción dada al
Tribunal Arbitral Mixto Germano-Polaco no difiere de lo otorgado por los
artículos 92 y 297 del Tratado de Paz de Versalles.
Siendo esto así, parece que no hay duda que ninguna disposición -ni siquiera
el artículo 23, párrafo 2- contempla expresamente actos de ese tipo, para los
cuales el Gobierno alemán reclama una indemnización en nombre de las
compañías desposeídas. Como ya se ha dicho, estos actos constituyen
medidas especiales que están fuera del funcionamiento normal de los
artículos 6 a 22 de la Convención de Ginebra, mientras que la jurisdicción
reservada por el artículo 23, párrafo 2, supone la aplicación de esos artículos.
En el presente caso, la reparación es el resultado no de la aplicación de
artículos 6 a 22, pero sí de actos contrarios a las disposiciones de esos
mismos artículos.
No se ha escapado de la opinión de esta Corte que Oberschlesische apoyó la
acción presentada ante el Tribunal Arbitral Mixto Germano-Polaco sobre,
entre otras cosas, el artículo 305 del Tratado de Paz de Versalles. Sin
embargo, esto no puede afectar la conclusión arribada por la Corte. El
objetivo del artículo 305 -al cual, además, ni el Agente ni el abogado del
Gobierno polaco han hecho alusión alguna- es asegurar a las Partes
interesadas la posibilidad de recurrir ante el Tribunal Arbitral Mixto
Germano-Polaco, incluso si medidas contrarias a los términos del Tratado de
Paz de Versalles han sido examinadas en juicio. Cualquier postura en

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SENTENCIA NO. 8 ---- FÁBRICA DE CHORZÓW

contrario que los tribunales arbitrales mixtos hayan sostenido o sostengan


sobre este artículo, esta Corte no desea, de ninguna forma, interferir. La
Corte, cuando tiene que definir su jurisdicción en relación con la de otro
tribunal, no puede permitir ceder su propia competencia, a menos que se
enfrente a una cláusula que considera suficientemente clara para evitar la
posibilidad de un conflicto negativo de competencias, que implican el peligro
de una denegación de justicia. La Corte no considera que, en lo que
respectivo a la aplicabilidad del artículo 305 ante la situación de
Oberschlesische, se eliminan todas las posibles dudas; observa, sin embargo,
que no está llamada a decidir sobre este punto. Además, cabe señalar que el
Gobierno polaco, en relación con la acción interpuesta por Oberschlesische
ante el Tribunal Arbitral Mixto Germano-Polaco, el 10 noviembre de 1922,
presentó una petición a esta jurisdicción, entre otros asuntos, sobre la
inaplicabilidad del artículo 305 en ese caso.
Además, hay otra razón por la que la Corte se considere llamada a demostrar
que la jurisdicción del Tribunal Arbitral Mixto Germano-Polaco no puede ser
instada en este caso y en oposición a la jurisdicción conferida a la Corte por
el artículo 23, párrafo 1, de la Convención de Ginebra.
Un examen cuidadoso de las disposiciones del Título III de la Convención de
Ginebra pone de manifiesto -como la Corte ya ha tenido ocasión de señalar en
la sentencia Caso concerniente a ciertos intereses alemanes en la Alta Silesia
polaca (Fondo) - que uno de los principios fundamentales en los que se basa
este Título, en lo que respecta al procedimiento, es que no se puede efectuar
desposesión sin previo aviso al propietario real o aparente, ofreciéndole
siempre la oportunidad de ser escuchado ante el tribunal competente. Es
cierto, teniendo en cuenta la promulgación de las Leyes del 14 julio 1920 y
del 16 de junio de 1922 por el Gobierno polaco y a la solicitud dada a
aquellas que en este caso no se ha adoptado dicho procedimiento, el despojo
de las compañías en cuestión, en afirmación del Gobierno polaco, tuvo lugar
fuera del marco de la Convención de Ginebra. En consecuencia, el Gobierno
polaco no puede, en este caso particular, requerir que las Partes interesadas
busquen una reparación del perjuicio sufrido en los tribunales internacionales
o nacionales que podrían haber estado disponibles a ellos, si se hubiera
aplicado la Convención de Ginebra. A partir de entonces, lo máximo que las
Partes interesadas podrían obtener de estos tribunales sería una reparación por
el daño acaecido, mientras que si ese procedimiento se hubiera seguido,
quizás el daño nunca hubiera ocurrido.
De lo dicho, se deduce que una vez que el despojo ha tenido lugar sin una
indagación previa sobre el derecho de propiedad y la posible realización de
una investigación para justificar tal despojo -después de que haya tenido
lugar- no puede deshacer el hecho de que ya se ha producido una violación de
la Convención de Ginebra, o que haya afectado la jurisdicción de la Corte.

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Es, además, un principio generalmente aceptado en la jurisprudencia de


arbitraje internacional que una Parte no puede valerse del hecho de que su
contraparte no ha cumplido alguna obligación, o no ha recurrido a algún
medio de reparación si la Parte, por algún acto ilegal, ha impedido a su
contraparte cumplir con la obligación en cuestión, o por tener que recurrir al
tribunal que hubiera sido accesible para ella.
Si en contra de lo que acaba de ser declarado por la Corte, se sostuvo que las
medidas tomadas por el Gobierno polaco con respecto a Oberschlesische y
Bayerische no constituyeron expropiación en el sentido del Título III de la
Convención de Ginebra, la Corte debería repetir lo que ya ha tenido ocasión
para decir no sólo en la sentencia Caso concerniente a ciertos intereses
alemanes en la Alta Silesia polaca (Fondo), sino también en el presente caso,
a saber: que si la expropiación en consideración de ese Título prohíbe la
indemnización, a fortiori es una incautación sin compensación a las partes
interesadas y, por lo tanto, prohibida.
Se ha discutido repetidamente en el curso del presente procedimiento que en
caso de duda, la Corte debe declinar la jurisdicción. Es cierto que la
jurisdicción de la Corte es siempre limitada, existiendo solo en la medida en
que los Estados la hayan aceptado; en consecuencia, la Corte lo hará, en caso
de objeción o cuando haya de evaluar su competencia, siempre que la fuerza
de los argumentos en su favor sean preponderantes. El hecho que pudieran
proceder sólidos argumentos para apoyar la afirmación de que no posee
jurisdicción, la Corte no puede, por sí misma, crear una duda calculada para
alterar su jurisdicción. Cuando se considera que posee jurisdicción -o no-, el
objetivo de la Corte es siempre determinar si existe una intención de las
Partes interesadas para conferirle jurisdicción. La existencia de una duda que
anule su jurisdicción, no necesita ser considerada cuando, como en el
presente caso, esta intención puede demostrarse de una manera convincente a
la Corte.
De las consideraciones anteriores se desprende que la Corte afirma su
jurisdicción y se reserva la demanda sobre el Fondo en cuanto a la primera de
las presentaciones del caso del 2 de marzo de 1927, con respecto a la cuestión
sobre si "por en razón de su actitud con respecto a Oberschlesisch y
Bayerische, actitud que ha sido declarada por la Corte que no ha estado en
conformidad con las disposiciones del artículo 6 y los siguientes artículos de
la Convención de Ginebra, el Gobierno polaco se encuentra obligado de
reparar el consiguiente perjuicio sufrido por las mencionadas compañías
desde el 3 de julio de 1922 hasta la fecha de la sentencia.”
Las otras presentaciones (No. 2-4) del caso se refieren al monto de las
indemnizaciones a pagar por Polonia, una prohibición de exportación
afectando ciertos productos y, finalmente, el método de pago. Es prerrogativa
de la Corte tratar estos puntos y otorgar o rechazar la reclamación del

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Gobierno alemán, pues se deduce del hecho de su competencia para entender


el reclamo de reparación.
Si bien niega que la Corte tenga competencia para tramitar las reclamaciones,
solicitando reparación por una violación de los artículos 6 a 22 de la
Convención de Ginebra, Polonia -en su contra-caso preliminar- presentó
ciertas objeciones, en particular, con respecto a la comunicación alemana
sobre la prohibición de exportación y en el sentido de que no se debe permitir
a Polonia compensar, contra cualquier monto que pueda ser debido como
reparación, un reclamo que tiene contra el Imperio Alemán bajo la decisión
del Consejo de la Sociedad de Naciones, del 9 de diciembre de 1924. La
Corte no está llamada a tomar una decisión sobre estos puntos en esta etapa
del proceso, pues pertenecen al Fondo de la demanda.
En consideración sobre la cuestión de las formas de reparación que son
admisibles en este caso y de los métodos de pago indicados, la Corte
presupone que se encuentra satisfecha la existencia de una obligación de
reparar y de la existencia, naturaleza y extensión del perjuicio resultante de
una actitud contraria a los artículos 6 a 22 de la Convención de Ginebra.
En cuanto a la conclusión No. 4 (d) del caso alemán, sobre la cuestión de si
Polonia podría, si se presenta la situación, hacer valer un reclamo contra su
deuda con Alemania, cualquier deuda que le deba Alemania queda, por lo
tanto, completamente reservada.

POR ESTAS RAZONES,

LA CORTE, habiendo oído a las PARTES, POR 10 VOTOS CONTRA 3:

 DESESTIMA el motivo formulado por el Gobierno polaco solicitando a la


Corte declarar que no tiene competencia para entender la controversia
presentada por el Gobierno alemán el 8 de febrero de 1927, reservándose
esta solicitud para un juicio sobre el Fondo (Merits) del caso, y;

 ORDENA al Presidente que fije los tiempos para el depósito del contra-
caso, réplica y dúplica sobre el Fondo (Merits).

HECHO en francés y en inglés, en el PALACIO DE LA PAZ DE LA HAYA, el día veintiséis (26)


de julio de mil novecientos veintisiete (1927), en tres copias, una que se colocará en los
archivos de la Corte y las demás para ser enviadas a los agentes de las Partes solicitante y
demandada, respectivamente.
HUBER, Presidente.

M. EHRLICH, juez de nacionalidad polaca, haciendo uso del derecho que le asiste conferido
por el Artículo 57 del Estatuto, ha entregado una opinión separada.

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