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ESI En la escuela: Aproximaciones desde una perspectiva integral

Docente: PATRICIA FERNÁNDEZ


Integrantes el grupo: GASTON GRIPPI 26000432 (Referente)
ROMINA ANGULO 40345644
SABRINA ANGULO 36085247
MARIA CASARES 18391351
NICOLAS CESTARI 41781083
FERNANDO GONZALES 26588634
PAOLA LOPEZ 24129637
MICAELA RODRIGUEZ 40188929
LAURA SALOMON 27966210
KARINA SIVORI 22200845
Explique la ampliación de la visión biologicista a partir de alguno de los artículos de la Ley en los
que se evidencia que la educación sexual integral articula aspectos biológicos, psicológicos,
sociales, afectivos y éticos.

Es posible encontrar una visión biologicista de la sexualidad en la Ley 2110 de Educación Sexual
Integral, pero esta visión no es la única que se aborda.

La Ley reconoce que la sexualidad está influenciada por muchos factores, incluyendo aspectos
biológicos, psicológicos, sociales y culturales. Sin embargo, también se enfatiza la importancia de
abordar la sexualidad de manera integral, lo que implica tener en cuenta todos estos aspectos.

En el artículo 5 de la Ley 2110 se establece que la educación sexual integral debe incluir información
sobre el desarrollo humano, la biología de la reproducción, la salud sexual y reproductiva, y las
relaciones interpersonales. Esto puede interpretarse como una visión biologicista de la sexualidad, ya
que se reconoce la importancia de la biología en el desarrollo humano y la reproducción.

Si bien es cierto que la Ley reconoce la importancia de los aspectos biológicos en la sexualidad, también
promueve una visión más amplia e integral de la misma. Esto indica que la Ley busca ir más allá de una
visión meramente biologicista de la sexualidad y considera la importancia de abordarla desde una
perspectiva integral que tenga en cuenta los derechos humanos y la diversidad sexual y de género.

En el artículo 3 de la Ley se establece que la educación sexual integral es un derecho humano, que tiene
como objetivo desarrollar habilidades, conocimientos y actitudes que permitan a las personas ejercer su
sexualidad de manera libre, responsable y placentera. Este enfoque va más allá de una visión meramente
biologicista de la sexualidad, ya que considera que la sexualidad es un aspecto de la vida humana que
involucra muchos otros aspectos.

El artículo 4 de la Ley establece que la educación sexual integral debe ser integral, es decir, que debe
abordar los aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos de la sexualidad. Esta
ampliación de la visión biologicista de la sexualidad es importante, ya que reconoce que la sexualidad no
se limita a la biología, sino que también está influenciada por factores psicológicos, sociales, afectivos y
éticos.

Además, en el artículo 9 de la Ley se establece que la educación sexual integral debe incluir información
sobre la diversidad sexual y de género, con el fin de promover el respeto a la diversidad y prevenir la
discriminación y la violencia hacia las personas que tienen una orientación sexual o una identidad de
género diferente a la heterosexualidad y la cisgeneridad. Esta inclusión de la diversidad sexual y de
género en la educación sexual integral amplía aún más la visión biologicista de la sexualidad, ya que
reconoce que la sexualidad no es simplemente un hecho biológico, sino que también está influenciada
por factores sociales y culturales.

Aunque no siempre están leyes han estado vigentes ni la ESI era considerada de esta manera. La
educación sexual integral evolucionó para incluir aspectos más.

Antes, la educación sexual estaba limitada a la prevención del embarazo y de las enfermedades de
transmisión sexual, y se enfocaba en gran medida en las mujeres. Esta visión limitada y sesgada de la
educación sexual no permitía que las personas comprendieran la complejidad y la diversidad de la
sexualidad, y reforzaba estereotipos y prejuicios de género.

Con el tiempo, la educación sexual integral comenzó a ampliarse para incluir aspectos biológicos,
psicológicos, éticos, sociales y culturales de la sexualidad, y a abordar temas como la diversidad sexual y
de género, el respeto a los derechos humanos y la prevención de la violencia sexual y de género. Esto fue
posible gracias al trabajo de muchas personas y organizaciones que lucharon por una educación sexual
más amplia e integral.

En este proceso, el feminismo tuvo un papel importante, luchando por los derechos de las mujeres
durante décadas, y han denunciado la falta de educación sexual integral y de acceso a la anticoncepción
y al aborto seguro como parte de esta lucha. El feminismo ha enfatizado la importancia de comprender la
sexualidad de manera integral y de promover el respeto a los derechos sexuales y reproductivos de todas
las personas, independientemente de su género y ha cuestionado la visión de la sexualidad como un
asunto exclusivamente femenino y ha destacado la importancia de abordar la sexualidad desde una
perspectiva de género.

En conclusión, la educación sexual integral evolucionó para incluir aspectos más amplios gracias a la
lucha de muchas personas y organizaciones que promovieron una visión más integral y respetuosa de la
sexualidad. La Ley 2110 de Educación Sexual Integral es una prueba de ello, ya que reconoce la
importancia de los aspectos biológicos en la sexualidad, pero también amplía esta visión para incluir
aspectos psicológicos, sociales, afectivos, éticos y de diversidad sexual y de género. De esta manera, se
busca promover una educación sexual integral que tenga en cuenta todos estos aspectos, para que las
personas puedan ejercer su sexualidad de manera libre, responsable y saludable, y prevenir la
discriminación y la violencia hacia las personas que tienen una orientación sexual o una identidad de
género diferente a la heterosexualidad y la cisgeneridad.

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