Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Beatriz Elena Mejia
Beatriz Elena Mejia
No solo el resultado de las anteriores elecciones locales, sino lo sucedido antes y después
de estas (y tal vez las próximas), deja entrever que Medellín tiene una infraestructura
democrática con una bases resquebrajadas. Si bien el rol de los líderes barriales para la
elección de alcalde no es evidente para la mayoría en los estratos 5 y 6, es bien sabido que
en campaña las redes barriales de intermediación política (y clientelar) se articulan con
movimientos y partidos para movilizar votos a favor de una candidato, de acuerdo con la
capacidad de estos para responder con las demandas de los líderes para sus comunidades,
especialmente en los barrios vulnerables. Esta dinámica ha sido estudiada y documentada
por politólogos/as y sociólogos/as.
¿Qué paso en las elecciones 2020-2023? el resultado fue la elección de un personaje que se
encontraba en una absoluta desconexión con la ciudad, quien ni siquiera había habitado
Medellín en los años previos a su elección. En el contexto, es importante destacar que las
redes de intermediación política funcionan gracias a líderes y lideresas barriales,
principalmente en comunidades con mayores necesidades insatisfechas, que guardan la
esperanza de una vida mejor con un nuevo período electoral. Daniel Quintero ganó las
elecciones, obteniendo un 64% de su votación en el estrato 1, 2 y 3, en las comunas que se
caracterizan por desigualdades territoriales históricas con respecto a las demás comunas
de la ciudad. Según el Departamento Administrativo de Planeación, las comunas y
corregimientos donde Quintero obtuvo la mayor votación son aquellos con índices de
condición de vida más bajos al año 2018.
¿Tiene Medellín una democracia oxidada? Los liderazgos de la cotidianidad, muchos de los
lideres y lideresas de las personas de a pie, han tomado decisiones basados en intereses
distintos a los colectivos, menguado el control sobre la gestión pública y abriendo paso al
distanciamiento de sus habitantes con el Estado, lo que además, favorece el
posicionamiento de líderes políticos que tampoco privilegian el interés público, al igual que
la legitimidad del gobierno criminal. La crisis en el liderazgo político que hoy vive la ciudad
no solo se debe al déficit de líderes y lideresas con perfil para asumir el reto de la alcaldía,
sino también al sedentarismo democrático permisivo, que no incide en la transformación
de su realidad. La ciudad vive un momento sputnik en términos de democracia, con un
alcalde que es resultado de un proceso electoral movilizado en gran parte por las redes de
intermediación política en las comunas que lo eligieron y que no lograron traer de vuelta
sus promesas.