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La infraestructura de la democracia en Medellín está oxidada: Elecciones locales 2019 (y

las del 2023?)

Beatriz Elena Mejía Restrepo

Las elecciones de 2019 en Medellín han evidenciado más de un problema en términos de la


democracia en Medellín. En este caso no voy a referirme al déficit de liderazgo en la esfera
gubernamental, sino a la crisis de democracia que vivimos como ciudad y que se expresa
localmente en barrios y comunas, que deja en evidencia un liderazgo barrial paquidérmico
que no está cumpliendo con su deber político ni tiene la confianza de la gente de a pie, en
quien reposa el derecho a elegirles. El estado de las vías, basura en las calles, espacio público
en deterioro, incremento en hurtos a personas, entre otros fenómenos que afectan con
mayor fuerza a ciudadanas y ciudadanos en su entorno cercano, ha puesto en jaque la
gobernanza territorial y el alcance del liderazgo barrial para exigir el cumplimiento de
derechos ciudadanos y ejercer control social sobre las acciones o inacciones de la Alcaldía,
dejando en duda si este liderazgo se orienta a cumplir con la función representativa en la
democracia e incrementando el sentimiento de desprotección en la ciudadanía.

No solo el resultado de las anteriores elecciones locales, sino lo sucedido antes y después
de estas (y tal vez las próximas), deja entrever que Medellín tiene una infraestructura
democrática con una bases resquebrajadas. Si bien el rol de los líderes barriales para la
elección de alcalde no es evidente para la mayoría en los estratos 5 y 6, es bien sabido que
en campaña las redes barriales de intermediación política (y clientelar) se articulan con
movimientos y partidos para movilizar votos a favor de una candidato, de acuerdo con la
capacidad de estos para responder con las demandas de los líderes para sus comunidades,
especialmente en los barrios vulnerables. Esta dinámica ha sido estudiada y documentada
por politólogos/as y sociólogos/as.

¿Qué paso en las elecciones 2020-2023? el resultado fue la elección de un personaje que se
encontraba en una absoluta desconexión con la ciudad, quien ni siquiera había habitado
Medellín en los años previos a su elección. En el contexto, es importante destacar que las
redes de intermediación política funcionan gracias a líderes y lideresas barriales,
principalmente en comunidades con mayores necesidades insatisfechas, que guardan la
esperanza de una vida mejor con un nuevo período electoral. Daniel Quintero ganó las
elecciones, obteniendo un 64% de su votación en el estrato 1, 2 y 3, en las comunas que se
caracterizan por desigualdades territoriales históricas con respecto a las demás comunas
de la ciudad. Según el Departamento Administrativo de Planeación, las comunas y
corregimientos donde Quintero obtuvo la mayor votación son aquellos con índices de
condición de vida más bajos al año 2018.

Paradójicamente, estos estratos han sufrido peores consecuencias en términos de


educación y nutrición y en la ciudad en general, existe una amplia desconexión entre la
ciudadanía y sus liderazgos políticos barriales y comunales, ya desgastados, así como el des-
entusiasmo por la democracia participativa. Un sensación de desesperanza en por resolver
sus problemas cotidianos, marca el ánimo de los y las Medellinenses.

¿Tiene Medellín una democracia oxidada? Los liderazgos de la cotidianidad, muchos de los
lideres y lideresas de las personas de a pie, han tomado decisiones basados en intereses
distintos a los colectivos, menguado el control sobre la gestión pública y abriendo paso al
distanciamiento de sus habitantes con el Estado, lo que además, favorece el
posicionamiento de líderes políticos que tampoco privilegian el interés público, al igual que
la legitimidad del gobierno criminal. La crisis en el liderazgo político que hoy vive la ciudad
no solo se debe al déficit de líderes y lideresas con perfil para asumir el reto de la alcaldía,
sino también al sedentarismo democrático permisivo, que no incide en la transformación
de su realidad. La ciudad vive un momento sputnik en términos de democracia, con un
alcalde que es resultado de un proceso electoral movilizado en gran parte por las redes de
intermediación política en las comunas que lo eligieron y que no lograron traer de vuelta
sus promesas.

¿Será distinto en las elecciones locales 2023?

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