Desde hace mucho tiempo las personas se plantearon muchas teorías sobre la evolución del

ser humano y su origen geográfico, ya después en el siglo XX debido a las constantes

investigaciones del arqueólogo Louis Seymour bazett en África se planteó la hipótesis de que el
género homínido surgió o se origino en el continente africano, esto debido a que los restos de
homínidos que se encontraron allí fueron muchos más antiguos de los que se encontraron en
Asia o Europa. Una investigación en 1987 con una tecnología moderna en el campo de la
biología y usando una técnica de reloj molecular se corrobora que nuestro ADN mitocondrial
tiene una secuencia ancestral común entre todos los seres humanos, el cual tiene por nombre
EVA MITOCONDRIAL, Eva porque sería del género femenino que hace referencia a la primera
mujer del planeta en el libro de Genesis de la biblia.

El ADN mitocondrial a diferencia del ADN nuclear es solo transmitido por un solo progenitor
específicamente de la madre porque en la fecundación es el óvulo el que aporta todas las
mitocondrias al cigoto, en cambio el ADN nuclear es transmitido por ambos progenitores, la
mitocondria es un organelo de la célula que se ubica en el citoplasma, que es el lugar donde se
produce la mayor parte de energía. El ADN mitocondrial está formado por unos 16.500 pares
de bases, si algunas de estas bases tienen un desperfecto, este no produciría la suficiente
energía para los órganos del cuerpo, la cual se conoce como trastorno mitocondrial y que
causaría daños a los órganos.

La importancia del ADN mitocondrial se encuentra en su facilidad de averiguar nuestro árbol

genealógico, esto debido a que el ADN mitocondrial seria exactamente idéntico en madre e
hijos, de aquí sale el antepasado más antiguo del ser humano a la cual se le podo como “Eva
mitocondrial”.

En 1980, el bioquímico Alan Wilson, pionero en la aplicación de esta disciplina en el estudio de

la evolución humana, decidió usar el ADN mitocondrial para localizar la cuna ancestral de la
humanidad, la cual se llegó a la conclusión de que todos los seres humanos descendemos de
una mujer de hace 150 000 años en África, se quiso saber la ubicación exacta de la apodada
Eva mitocondrial, pero hasta la fecha no se logra encontrar esa ubicación o también llamado
“edén ancestral” haciendo referencia al libro de Genesis de la biblia.