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BLANCHE: -Era un nio, nada ms que un nio, cuando yo era una muchachita an. A los diecisis aos, descubr...

el amor: de golpe y en forma muy completa, demasiado compl eta. Fue como si a una le mostraran bajo una luz cegadora algo que siempre haba estado en la penumbra; as descubr el mundo. Pero fui desdichada. Me desilusion. En aquel nio haba algo distinto, una nerviosidad, una suavidad, una ternura que no parecan las de u n hombre, aunque distaba de parecer afeminado... Y, con todo... aquello estaba all. Acudi a m en busca de ayuda. Yo no lo saba. No supe nada hasta despus de casarnos, cuando nos fu gamos y volvimos y slo adivin que yo no haba logrado satisfacerlo en cierta forma inimaginable y no poda darle la ayuda que l necesitaba, pero de la cual no poda hab lar! Temblaba aferrndose a m... Pero yo no lo sacaba, resbalaba y caa all con l! Yo no lo saba. No saba nada, salvo que lo amaba insoportablemente, pero sin poder ayudarle ni ayudarme a m misma. Luego, lo descubr. En la peor de las formas imaginables. Entra ndo repentinamente en una habitacin, que crea vaca... y que no lo estaba, porque haba al l dos personas... el nio con quien me haba casado y un hombre mayor que l, su amigo desde haca aos... (Blanche se interrumpe, se levanta, va a primer trmino.) Ms tarde, fing imos que no se haba descubierto nada. S, todos fuimos en automvil al casino de Moon Lake , muy ebrios y riendo sin cesar. Bailamos La Varsoviana! (Se oyen unos compases de La Varsoviana, que luego se extinguen.) Repentinamente, en plena danza, el nio con qu ien me haba casado se zaf de mis brazos y sali corriendo del casino. Unos pocos instantes ms... y son un tiro! Sal a toda prisa, todos salimos... y rodeamos aquella cosa horrible q ue estaba al borde del lago! No pude acercarme, haba demasiada gente. Entonces, algu ien me cogi el brazo. No se acerque ms! No querr verlo! Ver? Ver qu? Entonces, o voces que decan: Allan! Allan! El hijo de los Grey!. Se haba metido un revlver en la boc haba disparado, volndose... la tapa de los sesos! (Desfallece, se cubre el rostro. ) Fue porque, en la pista de baile... no pudiendo contenerme, yo le haba dicho de improviso: Lo s! Lo he visto! Me das asco!. (Vuelve a orse La Varsoviana.) Y entonces, el reflector que iluminaba el mundo se apag y nunca hubo para m desde aquel da una luz ms intensa que la de esta vela de cocina...

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