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Centro de Estudios Latinoamericanos, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México

CARICEN 19 | Marzo-Abril 2020

C u l t u r a
Arte, colonialidad y
memoria en Martinica
Mildred Cabrejas Quintana*

Resumen Los vietnamitas, antes de la llegada de


los franceses a su país,
El presente artículo se inscribe dentro del cam-
eran gentes de cultura ancestral, exquisita y refinada.
po de los estudios visuales con una orientación Este recuerdo molesta al Banco de Indochina.
decolonial. Intenta establecer una relación en- ¡Haced funcionar la máquina del olvido!
tre la visualidad como medio de expresión y es-
pacio de resistencia y la dimensión histórica de Aimé Césaire
la isla de Martinica. Se pretende indagar sobre
la inserción de un discurso antihegemónico en
un contexto de colonialidad. Introducción
Palabras clave: arte, decolonialidad, Martinica, La danza y la música caribeñas han sido expre-
memoria, visualidad. siones inequívocas de resistencia cultural desde
los inicios mismos de la experiencia colonial.
* Universidad de La Habana. Maestra en Estudios Interdiscipli- La literatura ha fungido también como vehícu-
narios sobre América Latina, el Caribe y Cuba. Líneas de inves-
tigación: crítica a los conceptos occidentales de reconocimiento,
lo del pensamiento decolonial a través de las
estudios visuales, decolonialidad, Antillas Francesas. expresiones orales o de aquello que autores

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Cultura Arte, colonialidad y memoria en Martinica

como Glissant denominan “oralitura”. Las ar- La idea tiene una genealogía en el pensamiento
tes plásticas martiniqueñas, en cambio, emer- martiniqués. Para el poeta, ensayista y político
gen lentamente como espacio de construcción Aimé Césaire, Occidente es asimilacionista y
de realidades alternativas. universalista. Su asimilacionismo excluyente y
su universalismo racista conforman la base que
El presente artículo se inscribe dentro del cam- ha sostenido la idea de un progreso lineal, una
po de los estudios visuales con una orientación experiencia única que todos los pueblos deben
decolonial e intenta establecer una relación en- transitar siguiendo una ruta previamente ensa-
tre la visualidad como medio de expresión y es-
yada por Europa.
pacio de resistencia y la dimensión histórica de
la isla de Martinica. Se pretende indagar sobre En su carta de renuncia al Partido Comunista
la inserción de un discurso antihegemónico en Francés (pcf) Césaire escribe:
un contexto de colonialidad.1 Ahora bien, eso es precisamente lo
En la primera parte se describen brevemente que nos amenaza a algunos como
ideas básicas de intelectuales martiniqueños so- consecuencia de los fallos tan evi-
bre la historia y la memoria como instrumentos dentes que constatamos entre los
miembros del partido comunista
colonizadores o decolonizantes. La segunda
francés: su asimilacionismo invete-
está dedicada al análisis de cuatro instalaciones rado; su chovinismo inconsciente;
artísticas que ofrecen alternativas a la idea occi- su convicción casi innata –que com-
dental de la “Historia”: única, lineal y tendente parten con la burguesía europea–
al progreso. de la superioridad de Occidente en
todos los terrenos; y su creencia
de que la evolución que tuvo lugar
Entre Historia e historias: un acerca- en Europa es la única posible, la
única deseable y que es por la que
miento desde Martinica
tendrá que pasar todo el mundo. Y
Según Jean Bernabé, Patrick Chamoiseau y para decirlo todo, su creencia rara-
Raphaël Confiant, autores de Éloge de la créolité, mente manifestada, pero real, en la
aquello que conocemos por historia antillana Civilización con C mayúscula, en el
es apenas la historia de la colonización de las Progreso con P mayúscula (lo que
Antillas.2 Es el relato escrito por el lado más atestigua su hostilidad a lo que lla-
poderoso, aquel que niega al colonizado toda man con desdén el “relativismo cul-
posibilidad de ser sujeto de su propia historia. tural”) (Césaire, 2006:76).
Todo Occidente está marcado por esta fractura La idea de una trayectoria evolutiva única que
donde la invención del “salvaje”, portador de otorga a Europa una posición de supremacía
culturas orales, justifica el mito de la superio- encuentra en el pensamiento de Césaire un
ridad occidental y separa a las grandes cultu- muro de contención cimentado sobre la idea
ras de las sociedades “sin historia”. De ahí que de la legitimidad de todas las culturas.
la reconstrucción de la memoria colectiva sea
para el Caribe asunto de supervivencia como Fanon, discípulo de Césaire, conoce las tramas
espacio sociocultural. de la matriz colonial del poder.3 En Los conde-
nados de la tierra, descifra los mecanismos de
la colonialidad que van a marcar los procesos
1
Nelson Maldonado-Torres, siguiendo a Aníbal Quijano, hace de descolonización ocasionando retrasos y re-
una distinción importante entre colonialidad y colonialismo. Para
el autor, el colonialismo precede a la colonialidad y denota una trocesos: “El colonialismo no se contenta con
relación política de subordinación de un pueblo a un imperio. La apretar al pueblo entre sus redes, con vaciar el
colonialidad, en cambio, es un patrón de poder que trasciende
la relación formal y se inserta en el ámbito intersubjetivo perpe-
tuando las relaciones de subordinación. 3
Este concepto, desarrollado por Walter Mignolo, se refiere
2
La utilización de historia e Historia se corresponde con la ne- a la estructura compleja de niveles entrelazados a través de
cesidad de diferenciar la mirada antillana de la propuesta lineal y la cual se sedimenta la subordinación de un pueblo, una raza,
universalista propuesta por Occidente. etnia, sexo o género.

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cerebro colonizado de toda forma y de todo Las propuestas de estos artistas tratan aristas
contenido. Por una especie de perversión de como la inclusión/exclusión de la modernidad,
la lógica, se orienta hacia el pasado del pueblo la posibilidad de una reconstrucción histórica y
oprimido, lo distorsiona, lo desfigura, lo ani- de historias múltiples y la participación como
quila” (Fanon, 1965:104). sujeto individual o colectivo.
El secuestro de la memoria colectiva, el olvi-
do impuesto, dificultarán la comprensión del
Bruno Pédurand: Hétérotopie N° 1
presente y la construcción de un proyecto de
futuro. El olvido conduce a los subyugados a En una mirada hacia el pasado, el artista Bruno
asumir las prácticas culturales de los domina- Pédurand nos presenta un museo donde con-
dores, en un intento por superar su condición viven lado a lado Jesucristo, Napoleón, Haïle
disminuida. Sélassie, el General De Gaulle, el guerrillero
Ernesto Guevara y el poeta y líder político
En el pensamiento de Édouard Glissant, tam- martiniqués Aimé Césaire junto a personajes
bién discípulo de Césaire, Occidente es un in- anónimos, extraídos de las crónicas necrológi-
tento continuado de enajenación, un proyecto cas de las Antillas Francesas. Hétérotopie N° 1,
encaminado a borrar la memoria colectiva, a expuesta en el 2013 en la Bienal de Arte Con-
escamotear lo múltiple, diluyéndolo en el uni- temporáneo de Martinica (biac), es un conjunto de
versalismo. El autor identifica en la Historia el seis retratos de factura neoclásica a los que se
eje determinante del universalismo occidental. suman los rostros sin nombre de antillanos.
La Historia Mundial es un totalitarismo, no una
totalidad.
El arte martiniqueño ha vuelto una y otra vez
sobre el tema de la memoria, la reconstrucción
y reinterpretación de lo acontecido. La perio-
dista y crítica Dominique Brebion precisa que
ha habido dos abordajes fundamentales sobre
el tema: “Au sentiment d’une perte irrémédiable, ré-
pondent la résistance à l’amnésie et la reconstitution vo-
lontariste d’un passé occulté”4 (Brebion, 2009).
Bruno Pédurand, Valérie John, Alex Burke y
Ernest Breleur aparecen entre los artistas que Hétérotopie N° 1 de Bruno Pédurand.
Tomado de <http://blog.uprising-art.com/interview-exclusive-bru-
con más frecuencia problematizan sobre la no-pedurand/>.

complejidad de la memoria en un espacio to-


davía sometido a un poder externo. Proponen
El espacio pretende servir como lugar de con-
nuevas formas de plantear una retrospectiva,
vivencia de tiempos distantes y dispares entre
recuperar y ordenar el pasado colectivo. Son
sí. En palabras de Pédurand:
formas críticas que interpelan la “Historia” y el
rol que ésta asigna a cada grupo. L’hétérotopie, selon Foucault, a le
pouvoir de juxtaposer en un seul lieu
Hétérotopie No 1 de Bruno Pédurand, En- réel plusieurs espaces, plusieurs em-
tre(s)-Choc(s) de Valérie John, Mémoires des Amé- placements qui sont eux-mêmes incom-
riques de Alex Burke y Reconstitution d´une tribu patibles…. l’idée de tout accumuler,
perdue de Ernest Breleur nos guiarán por una l’idée de constituer une sorte d’archive
reconstrucción “otra” de la memoria colectiva. générale, la volonté d’enfermer dans un
lieu tous les temps, toutes les époques,
toutes les formes, tous les goûts, l’idée
4
“Ante el sentimiento de una pérdida irreparable, responden de constituer un lieu de tous les temps
la resistencia a la amnesia y la restitución voluntarista de un
pasado ocultado” (Brebion, 2009). qui soit lui- même hors du temps dans

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un lieu qui ne bougerait pas, eh bien, a Saint-Domingue su nombre aborigen –Haití–


tout cela appartient à notre modernité 5 y proclamaron la libertad en Gonaïves el 1o de
(Coussonnet, 2013). enero de 1804 bajo la consigna “Independen-
Pédurand utiliza al héroe, ese personaje que cia o muerte”, decidiendo ser libres por y para
adquiere una dimensión mítica, un simbolismo sí mismos.
instituido o expropiado de rutina por los pro- La primera independencia del continente, el
yectos de poder que deliberadamente lo despo- descalabro del sueño imperial napoleónico a
jan de su humanidad y deifican su singularidad este lado del Atlántico, fue una revolución de
para apartarlo de lo cotidiano y evitar así posi- esclavos, de negros, no de las élites criollas y
bles réplicas. Cuando el héroe de carne y hueso quizá por esto mismo su valor ha sido secues-
desaparece, con él se evapora toda posibilidad trado. De la misma forma, en las Antillas Fran-
de reproducción entre las clases subalternas, se cesas quedaron relegadas al olvido o el repudio
elimina su capacidad de transformar la socie- las imágenes del cimarrón y del quimboiseur, em-
dad. Es más útil, a los propósitos del poder, blemas anónimos de resistencia recuperados
la visión del héroe clásico con todo su valor por Edouard Glissant en El Discurso Antillano.
museable, pilar de una memoria resignificada y
celosamente custodiada a fin de impedir que las La idea del héroe con una misión salvífica ter-
masas lo conviertan en ejemplo que, por imita- mina por oscurecer la agencia del pueblo en la
ble, recobre todo su valor instituyente. ¿Qué es, obtención de sus libertades y la construcción
si no, ese Cristo semita, predicador de la acción de su propia historia. Pédurand desacraliza el
y la iniciativa, en cuyo nombre se demanda pa- mito abriendo espacio para seres comunes,
sividad y resignación? ¿Cómo entender la atri- usualmente inadvertidos. Encuentra íconos en
buida paternidad a Césaire de la departamenta- esos personajes anónimos a quienes devuelve
lización y el modelo de desarrollo subsiguiente su rol protagónico en tanto actores de las lu-
siendo que su pensamiento siempre estuvo del chas emancipadoras y productores del soporte
lado de la autonomía? material que permitió el esplendor occidental.
Resignifica la presencia de seres humanos sin
Personas, eventos, procesos, son conveniente- nombre conocido, anteriormente ausentes de
mente maquillados, desfigurados o invisibili- los museos y sólo exhibidos en exposiciones
zados para propiciar lecturas que legitimen la antropozoológicas que Europa organizó hasta
capacidad de unos y la impotencia de otros. pasado el primer cuarto del siglo xx.
Francia ha demostrado una habilidad refina- En el Jardin Zoologique d’Acclimatation de París,
da para la ocultación de hechos medulares. La sujetos de las colonias africanas, americanas, de
Revolución Haitiana, iniciada por Boukman Asia y el Pacífico –adquiridos por medio del se-
en 1791, ha sido presentada de tal forma que cuestro, cosificados, sometidos al trabajo forza-
hasta la fecha permanece en la oscuridad su do y a condiciones infrahumanas de existencia
verdadero significado para América y para el presentadas como su escenario natural–, eran
mundo. La celebración del Bicentenario de las exhibidos ante la curiosa mirada de los espec-
independencias latinoamericanas en 2010 pasó tadores metropolitanos en una espectaculariza-
por alto que en trece años de lucha, los escla- ción de la “ciencia”. Entre 1810 y 1940, más de
vos llegaron a convertirse en campesinos. En 30.000 personas fueron expuestas enjauladas
un verdadero acto decolonizador, devolvieron para mostrar su “atraso” y “salvajismo” a los
5
“La heterotopía, según Foucalut, tiene el poder de yuxtaponer ojos del “mundo civilizado”. La espectaculari-
en un solo lugar real muchos espacios, muchos emplazamientos zación del cuerpo colonizado tenía como único
que son incompatibles entre ellos. La idea de acumularlo todo, la objetivo negar su humanidad.
idea de constituir una suerte de archivo general, la voluntad de
encerrar en un lugar todos los tiempos, todas las épocas, todas
las formas, todos los gustos, la idea de constituir en un lugar de
Hétérotopie N° 1 es una manipulación del tiem-
todos los tiempos que sean ellos mismos fuera del tiempo en un po que logra negar la antítesis modernidad/
lugar que no se moviera y todo eso pertenece a nuestra moderni- primitivismo inaugurada en el Renacimiento.
dad” (Coussonnet, 2013).

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En esta lógica, la modernidad occidental se tide Caraïbe. La obra es una instalación donde
convierte en modélica y contradictoriamente la artista emplea la luz, el color índigo en los
inaccesible. Las periferias quedan encapsuladas vacíos de la antigua fábrica de azúcar. L’ Habi-
en un tiempo colonizado que Pédurand hace tation Clément,6 traza de la plantación, espacio
pedazos a través de la cohabitación de tiempos protagonista de la opresión pasada y registro
distantes. actualizado de la dominación presente, es una
exposición incompleta de la memoria histórica.
Cada retrato pertenece a la modernidad. Es la La crueldad de la esclavitud, el látigo, las ca-
modernidad de todos, pero no es única ni ho- cerías de esclavos, el llanto, no aparecen. Los
mogénea. Es más bien la puesta en relación de pobres, los desempleados, los damnés de hoy, no
múltiples modernidades particulares, singula- la visitan.
res y equivalentes.
El pasado se entreteje con un presente donde
el espectador queda incluido cuando su ima-
gen es reflejada por el plexiglás que recubre los
retratos. El público encuentra entonces en sí
mismo la imagen de un sujeto que se inserta ac-
tivamente en la memoria histórica y que ha de
ser, además, creador de su propia modernidad.
Es desde la actitud individual de aportar al gru-
po que el artista promueve el gesto redentor,
el acto liberador, la entrada al crecimiento y la
plenitud de derechos. Sólo así el sujeto se im-
Entre(s)-Choc(s) de Valérie John. Imagen cedida por la autora.
plica en la batalla colectiva a fin de alcanzar la
libertad. La pertenencia, la voluntad de cada
individuo conectada con sus semejantes forma El espacio –ayer fábrica, hoy museo– es pre-
ese nous, esa agencia colectiva, ese héroe mul- gunta y respuesta. Valérie crea una tensión
tiplicado y cotidiano. entre el espacio y la obra que nos sugiere un
desplazamiento epistémico, enrutándonos ha-
Hétérotopie N° 1 representa, además, un cuestio-
cia la posibilidad de archivos otros. El vacío y
namiento de la Historia eurocentrada del arte.
su reemplazo, la ausencia y la luz que todo lo
La pintura neoclásica inmortalizó a las grandes
habita, continente y contenido son ambos la
figuras de la aristocracia, religiosas, militares e
obra. El documento inexistente es cuestionado
incluso a la naciente burguesía. Junto a estos re-
por su falta misma. Esta es la marca colonial.
tratos neoclásicos Pédurand coloca a aquellos
La historia invisibilizada sólo puede emerger
personajes anónimos legitimando su presencia
cuando se indaga sobre las ausencias. La irre-
al interior del recinto expositivo, poniendo en
presentabilidad de lo inexistente conduce a la
relación las culturas no occidentales con la oc-
desocultación del pasado y crea conexiones
cidental. Del mismo modo inaugura un espacio
de inclusión y reconocimiento, de recuperación
6
Las habitations eran grandes latifundios azucareros con nume-
y dignificación, al proponer una alternativa in- rosos esclavos propiedad de blancos ricos (grands blacs). La Foun-
clusiva, cuestionando la noción salvífica que dation Clément, mecenas del arte contemporáneo en Martinica,
prescinde de la acción de las masas. pertenece a la Empresa gbh de la familia Hayot, dueña de Carre-
four, Monsieur Bricolage, Renault, etcétera. Posee en total cerca
de 500 empresas. L’Habitation Clément, antiguo espacio de la
plantación, ha sido por tiempo la única plaza expositiva para el
arte contemporáneo en la región y funciona como línea divisoria
Valérie John: Entre(s)-Choc(s) de la comunidad artística antillana. De un lado aparecen aquellos
Valérie John indaga sobre el ayer con la insta- artistas que encuentran favorable el contar con un espacio que
atenúa la dependencia de los artistas de las islas con respecto a la
lación Entre(s)-Choc(s) presentada en la Fonda- metrópoli; del otro, aquellos que rechazan todo vínculo con un
tion Clément en 2008 en la exposición Atlan- ícono del esplendor industrial sostenido por la esclavitud.

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entre el lugar y lo extinto, haciendo surgir del rial bajo la lupa, lo extinto como gesto revisio-
vacío una multiplicidad de historias. Válerie ha nista que deslegitima el relato monolítico de la
dicho sobre esta obra: modernidad y desestabiliza la objetividad de la
Historia dentro del simbólico ámbito de la Fon-
Dans cet espace de la Fondation Clé-
dation Clément.
ment, l'idée initiale était d'utiliser le
lieu comme un motif, comme l'œuvre No es posible obviar que esta institución ar-
véritablement et de le façonner avec de tística es tutelada por el capital. Su accionar se
la couleur-lumière en le remplissant encamina a estructurar y fortalecer un sistema
d'indigo. Sachant qu'il était impossible que garantice la reproducción de sus condicio-
de le remplir physiquement, le matériau nes de existencia. Esta premisa determina los
utilisé a été la lumière: un certain type criterios de inclusión/exclusión e incluso los
de lumière avec des couleurs qui vont términos en que se establece la crítica institu-
du bleu Congo à l'indigo foncé -donc au cional. Valérie lo describe como “un espace pa-
noir- et traversées d'ombres pour assom- limpseste, qui a été un enjeu économique et historique”
brir davantage cet indigo7 (Art absolu- (Art absolument, 2008).
ment, 2008).
En ese manuscrito permeado de huellas de
Las fuentes tradicionales conducen siempre al anteriores escrituras, sigue el rastro que la
mismo lugar: documentos llenos de cifras, incre- conduce hasta el índigo del Atlántico: “Indigo,
mentos, contracciones, porcentajes, números. le mot a traversé les océans, quittés les côtes d’Afri-
que. C’est la matière à l’œuvre dans la fabrique de ce
Who made my clothes? Pregunta el movimiento noir cuit. Sa qualité première signifier une couleur,
Fashion Revolution y en una potente campaña mais sur le sol Antillais ce mot nous parle de la mer,
contra la explotación laboral anima a los con- des hauts fonds”8 (Cabrejas, 2017). Ahí yace el
sumidores a enviar un mensaje destinado a las relato original, pero sus aguas han sumergi-
marcas: “Quiero conocer a la gente que hace do toda pista y nos enfrentan a la verdad de
mi ropa”. Es entonces que caemos en cuenta. su irrepresentabilidad. Sin vestigio alguno, se
Modelos, diseñadores, fotógrafos, propietarios vuelve un imperativo construir sobre la ausen-
de marcas son la cara frente a los flash. Tras cia, la ausencia que no es sino el corolario de
bambalinas se ocultan los 1.133 trabajadores
la más extrema violencia.
textiles fallecidos en el desastre del complejo
industrial en Bangladesh, las miles de perso- El océano ahogó sueños, ocultó suicidios, vio-
nas que en pago de interminables horas tras laciones, epidemias y mezcló historias diversas
una máquina de coser reciben salarios pau- que yacen en lo profundo como sustrato de lo
pérrimos, las producciones artesanales y las que somos. Valérie acude a él como espacio
estéticas locales arrasadas por el transnacio- conceptual y retórico del que emana una nue-
nalismo de la moda. va forma de conocer para construir así su dis-
curso. El océano es el archivo, es génesis y fin
¿Quién fabricó esta riqueza?, parece interro-
de la historia antillana, contada por antillanos.
gar la obra. En ese intento de encontrar quién
En él se dislocan punto de partida y de arribo,
construyó todo el esplendor que se observa en
en innumerables viajes que alteran el itinerario
el recinto, la artista pasa del efecto a la causa,
original trazado desde la metrópoli, la ruta tri-
toma el vacío como documento, lo irrecons-
continental del comercio.
truible como pista, lo inexistente como mate-
El Atlántico, tumba de la libertad de miles de
7
En el espacio de la Fondation Clément, la idea inicial era utilizar el africanos sometidos en nombre de la civiliza-
espacio como un motivo, como la obra real y trabajar con la luz
de color rellenando todo de índigo. Sabiendo que era imposible 8
“Índigo, la palabra ha cruzado los océanos liberada de la costa
rellenarlo físicamente, el material utilizado ha sido la luz: un cier- africana. Este es el material trabajado para fabricar este negro
to tipo de luz de colores que van del azul congo al índigo oscuro, cocido. Significa primeramente un color, pero sobre el suelo
incluso el negro y atravesado por sombras para ensombrecer más antillano esta palabra nos habla del mar, de las profundidades”
el índigo (Art absolument, 2008). (Cabrejas, 2017).

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ción, fue en los sesenta del pasado siglo ruta de Entre(s)-Choc(s) es una reorganización de la his-
paso hacia el sueño de progreso para muchos toria referenciada en la Habitation Clément que
antillanos, franceses d’outre mer que hallaron, abre un nicho donde el lado olvidado halla ca-
tras la promesa de Francia, la humillación de bida, pero donde el conflicto presente no aflo-
saberse desprotegidos por el Estado, lejos de ra. Es, no obstante, una historia otra, un retor-
sus familias y sin la posibilidad real de un re- no a África al estilo cesareano. El archivo se
torno. Arrojados a una condición de indigencia funda no en el dato sino en su ausencia lo que
que condujo a no pocos a la depresión y a otros hace imposible toda racionalización. A falta de
tantos al suicidio. referencia, la artista expone nuestros sentidos
al vacío para persuadirnos de todo el horror del
Entre 1963 y 1982, el Bumidom (Oficina de esclavismo. Nos coloca frente a la realidad de
Migración de los Departamentos de Ultramar) culturas ancestrales arrasadas, formas de pro-
garantizó la migración al Hexágono de unos ducción autóctonas aniquiladas, desaparecidos
160, 000 habitantes de los dom-tom. Cerca de modos de vida que la modernidad ya no nos
33,000 provenían del Caribe. Animados por la permitirá revivir.
idea de realizar estudios superiores y alcanzar
puestos de importancia en la gestión pública,
miles de jóvenes se encontraron trabajando
como domésticos, obreros metalúrgicos o de Alex Burke: Mémoires des Amériques.
la construcción tras haber abandonado su tie- Para la instalación Mémoires des Amériques, pre-
rra. Para la metrópoli, el bumidom trajo la doble sentada en la Expo Vous êtes ici (Fondation Clé-
ventaja de suplir la necesidad de mano de obra ment, 2010), el artista Alex Burke pide la partici-
e impedir la lucha de independencia en los dom. pación del público.
Para el ciudadano d’outre mer, en cambio, fue el
fin de la esperanza de conjurar la inmovilidad y
acceder así, por medio del viaje, a la libertad de
las élites. En la práctica constituyó la estructura
que perpetuó las asimetrías.
El proceso migratorio invirtió origen y destino
mas no las jerarquías de raza y estrato social.
Pero, pese a haber cruzado las mismas aguas,
los deportados del bumidom y la diáspora no
hallan espacio en esta memoria. El océano de
Valérie es el de los trasplantados. No hay más
huellas que las que conducen a África.
La falta de conexión entre el colonialismo y
la colonialidad deja intactos los procesos de
significación que sostienen el dominio de los
valores sígnicos en manos de una élite repre-
sentada esta vez por la Fondation Clément. El
resultado, en efecto, es inocuo. El discurso
de la resistencia e incluso la crítica institucio-
nal son admisibles siempre que no dinamiten
las bases del dispositivo de poder. El siste-
Mémoires des Amériques de Alex Burke. Tomado de <http://www.
ma en conjunto funciona de tal forma que la
cnap.fr/lointain-proche>.
producción artística se corresponda con los
intereses de la política y el mercado.

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Caribeñas y caribeños deberán bordar una pendientes de las celebraciones locales. Es tan
fecha de valor capital en su historia local. La importante conmemorar el fin de la esclavitud
puesta en relación de las piezas permitirá re- como honrar la memoria de sus ancestros. Para
construir la memoria de una región balcaniza- él y sus partidarios, como para Césaire, el deba-
da por procesos históricos paralelos, pero no te se concentra en el tema identitario.
idénticos, donde cada metrópoli dejó su marca
distintiva. Más que una acumulación de fechas Su coterráneo, el senador Félix Desplan del
es una relación conflictual de significantes. Una Partido Socialista, estima que la celebración de
ojeada al interior mismo de las Antillas France- dos fechas es una banalización de la conmemo-
sas develaría la falta de un hilo conductor único. ración que deviene en conflicto racial, creando
Tomemos como ejemplo el fin de la esclavitud. las nociones de víctimas y verdugos.

¿Abolición? ¿Revolución antiesclavista? Cada En la pluralidad hay disenso, contrariedades y


idea tiene sus partidarios. Los que se apegan discusiones, pero también aperturas y compro-
a la abolición afirman que la esclavitud llegó misos. Burke abre un espacio donde cohabitan
a su fin tras el decreto del 27 de abril de 1848 posiciones dispares e incluso antagónicas. In-
firmado por el funcionario republicano Victor clusión contra exclusivismo es la fórmula elegi-
Schoelcher, una especie de “padre fundador” da. El público recibe la invitación a participar, a
venido de la metrópoli cuya batalla contra la crear en colectivo. El artista ha dicho:
esclavitud comenzó hacia 1830. J’ai fait le choix de faire une oeuvre col-
lective avec la participation des habitants
Contrariamente, quienes se ciñen a la idea de
de la Caraïbe et des Amériques, la dé-
revolución se empeñan en demostrar que la li- marche a pour objectif de nous rassem-
bertad fue conquistada por cimarrones, negros bler, nous réunir pour rétablir, restituer
y pardos libres a través de actos de resistencia, symboliquement la véritable histoire de
que tuvieron su punto álgido en la ciudad de nos régions. J’ai toujours considéré que
Saint-Pierre la noche del 22 de mayo de 1848, les livres mis à notre disposition pour
con la revuelta que estalló en respuesta al encar- l’enseignement de l’Histoire étant écrits
celamiento del esclavo Romain de L’habitation par le colonisateur, ils ne contiennent que
Duchamp. Estos recuerdan la figura de Cyrille son point de vue, de la propagande, de la
Bissette, mulato libre martiniqués involucrado désinformation par conséquent ils ne sont
en acciones abolicionistas desde 1818. pas objectifs9 (Cabrejas, 2017).

Burke ofrece la posibilidad de que ambas po- Al construir a partir de los significados que
siciones sean representadas colocando sus cada uno atribuye a los hechos del pasado se
propias fechas en la obra. ¿Cuál quedará en la forja una memoria común y distinta a la vez,
memoria colectiva? Martinica conmemora lo- pero plena de posibilidades para eliminar va-
calmente el 22 de mayo, Guadalupe el 27 de cíos, revelar imposturas, destapar invisibilida-
mayo y Guyana el 10 de junio. Pero la discusión des y dar paso a puntos de vista heterogéneos.
gira en torno a las conmemoraciones naciona- El teatro –con Brecht, Artaud y Pirandello–
les. inauguró la era en que los espectadores co-
Para el guadalupeño Serge Romana, presidente menzaron a ser incluidos como protagonistas
de cm 98 (Comité Marche du 23 mai 1998), el 10 del proceso dramático. En los años sesenta,
de mayo, día en que se firmó la llamada Ley 9
“Tomé la decisión de hacer una obra colectiva con la partici-
Taubirá “para el reconocimiento de la trata pación de habitantes del Caribe y las Américas, el enfoque tiene
negrera y la esclavitud como crimen contra como objetivo lograr una convergencia, reunirnos para restaurar,
la humanidad”, es un arma política. El 23 de restituir simbólicamente restaurar la verdadera historia de nues-
tras regiones. Siempre he considerado que los libros puestos a
mayo, en cambio, es un día de homenaje, de nuestra disposición para la enseñanza de la historia han sido es-
recordación de las víctimas. Romana considera critos por los colonizadores, que contienen sólo sus puntos de
vista, la propaganda, la desinformación, por tanto, no son obje-
que son necesarias dos fechas nacionales, inde- tivos” (Cabrejas, 2017).

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con los happenings, los artistas de la plástica se De esta forma, la imagen, en sus diferentes
apropiaron de las prácticas teatrales alejando a expresiones, ha sido “testigo irrefutable” de
los espectadores de la posición de simples re- la “superioridad occidental”. El artista cari-
ceptores. “Suprimir la lejanía entre creación y beño abocado a decolonizar la imagen transi-
destinatario, entre mirar y actuar, fueron recur- tará necesariamente los caminos del lenguaje
sos a veces lúdicos y en otros casos dirigidos y el concepto.
a que la experiencia estética desembocara en
aprendizajes transformadores” (García Cancli-
ni, 2013:16-37).
Mémoires des Amériques es una invitación a la
creación colectiva no sólo de una obra sino de
nuestra memoria de caribeños y americanos.
Es la rebelión contra un sucedáneo, un pasa-
do ajeno que nos es impuesto junto al borrado
intencional de nuestro acervo. De ahí que el
artista renuncie a una estética individual para
abrir su obra a múltiples posibilidades, miradas
diversas, carentes de un relato central, para que Reconstitution d´une tribu perdue, de Ernest Breleur.

todas las narraciones coexistan con igual legiti- Tomado de: <https://aica-sc.net/2017/05/30/ernest-breleur-con-
querir-ma-singularite/>.
midad. Este acto efectúa un corrimiento don-
de la Historia deja de ser incuestionable para Expuesta por primera vez en el 2003 en la
convertirse, simplemente, en la construcción Bienal de La Habana, Reconstitution d´une tribu
de Occidente. perdue, de Ernest Breleur, es una instalación
compuesta por cuarenta piezas. Cada una es
en sí misma una obra acabada que adquiere
Ernest Breleur: Reconstitution d´une tribu un nuevo nivel de significación en el conjun-
perdue to. Cada pieza es un cuerpo humano. Todas en
conjunto, una tribu reconstruida, una comuni-
La impronta colonial consagró la imagen,
dad recuperada del olvido, diferente cada vez
en tanto lenguaje visual, como instrumento
pues se organiza de desigual manera en otra
legitimador de asimetrías. La pintura y el
nueva exposición (Atrium de Fort-de France, 2006
grabado arribaron como primeros sustitu-
y Habitation Saint-Étienne, 2007).
tos de las expresiones plásticas autóctonas,
plasmando la “Historia” contada por el lado Las piezas han sido formadas a partir de la com-
dominante del poder. binación de radiografías y fotografías de partes
del cuerpo que el artista tiñe de colores. Las ra-
La fotografía, instrumento para el registro de
diografías también son retocadas, creando con-
innumerables estudios etnográficos, facilitó a la
trastes entre el negro que las caracteriza y colo-
mirada de un “observador neutro” la interpre-
res primarios aplicados en pequeñas zonas.
tación del comportamiento “salvaje” a partir
de sus propios supuestos. Fue una constatación Cuerpos metafóricos, sin raza ni clase social,
que fraguó las lógicas sobre las cuales se carac- realizados a partir de huellas de cuerpos reales.
terizaron poblaciones como “primitivas”, natu- Cuerpos que habitan sin etiquetas el mundo.
ralizando la dicotomía civilizados/ “salvajes”. Sus diferencias se pierden en la monocromía
La radiografía, no tan lejos de las anteriores, del negro. Fotografía y radiografía, derecho y
ha servido al área de la ciencia que se ocupa revés, lo que se expone y lo que se oculta según
del soma, de aquella parte natural, terrenal, dis- el punto de vista de quien muestra, quien ve,
tanciada del espíritu, de la parte del ser que la quien narra, quien escucha. Dos técnicas, dos
modernidad privilegió. formas diferentes de construir una imagen, de

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Cultura Arte, colonialidad y memoria en Martinica

canalizar la intención de encubrir o descubrir. mentos del “progreso”: el hierro y el caballo.


Breleur intenta desplazarnos de ambos extre- Para Occidente, grupos meramente naturales.10
mos. La obra invita a observarla desde varios
puntos de vista. La profundidad y la multiplici- La composición a partir de imágenes y materia-
dad de piezas reclaman el movimiento más que les disímiles es el reconocimiento de un origen
la visión estática, el acercamiento desde puntos diverso y por tanto, la aceptación plena del pre-
disímiles más que el ángulo único. Se obtendrá sente mestizo y múltiple. Breleur recicla, com-
pone imágenes a partir de imágenes. Miembros
una visión diferente y compleja vez tras vez.
diversos, inconexos en su origen se relacionan
En la asunción de la existencia real de una co- ahora en una suerte de esculturas surrealistas
munidad sin nombre, por lo tanto, de una co- que se combinan, se conectan en un gesto in-
munidad posible en cualquier área y época, el clusivo. Este acto de inclusión debemos consi-
artista confronta las prácticas coloniales, hace derarlo como una voluntad de introducir frag-
emerger a la “gente sin Historia” y pone en mentos del mundo, con el fin de producir un
tela de juicio el discurso occidental creando un encuentro, un diálogo y tratar de llegar tal vez
espacio donde diversas interpretaciones son a una especie de totalidad (Berthet, 2008:13).
pertinentes. De su acto restitutivo el propio
Breleur expresa: “Y esta operación de recons- Reconstitution d´une tribu perdue es, ante todo, una
trucción (metafórica) del cuerpo me permite metáfora del poder. La marcada verticalidad
habitar el espacio con AQUELLOS que no co- de cada pieza suspendida, la muchedumbre de
nocí y que desaparecieron en el Viaje Triangu- cuerpos, la fuerza que otorga la comunidad, el
lar. Consecuencia de este gesto reconstructivo: grupo, acentúan la idea de subversión de las re-
mis objetos-personaje siguen siendo anónimos laciones de poder. El campo de exploración se
pero la Verdad de su presencia emerge emocio- abre hacia la acción, no registrada oficialmente,
nante y cuestionadora” (Breleur, 2003:21). de un grupo humano anónimo.

Reconstitution… es un explícito cuestionamien- El artista interviene la “Historia”, y lo hace


to por la pérdida junto al acto de restitución, desde el concepto y el lenguaje. En sus prime-
de reconquista, de reinvención del pasado. Al ras incursiones en la plástica, Breleur transitó el
rehacer, el artista otorga el derecho a existir a camino de la pintura confrontándose perma-
individuos que el poder, conscientemente, ha nentemente con “la hegemonía de un Arte do-
borrado. En la autonomía de cada pieza sub- minante y con su cortejo de peligros… (La di-
vierte las relaciones dominadores-dominados y solución y la uniformidad)” (Breleur, 2003:21).
El colectivo Fwomajé, del que formó parte des-
ofrece una alternativa al modelo de poder.
de 1984, fue puerta de entrada del arte marti-
El cuerpo se vuelve promesa, posibilidad. Es el niqueño a la contemporaneidad con un sentido
cuerpo que se dobla en el surco quebrado bajo de búsqueda identitaria hacia una estética cari-
el látigo. Es el cuerpo que piensa en la crueldad beña. Se trató de descifrar el Caribe como es-
del amo. Es el cuerpo que escapa, que huye al pacio histórico, geográfico y simbólico. Su pin-
palenque. Es el cuerpo que narra sobre prínci- tura se vio influenciada por Lam y el mundo de
pes secuestrados y esclavizados para construir animales y figuras imaginarias del cubano. En
una historia que sólo la voz hace perdurar. El 1989 se produce su salida de Fwomajé y transi-
cuerpo es a la vez acontecer y lugar del acon- ta el camino hacia una indagación más amplia,
tecimiento. Se erige en escenario de querella. cercana a preocupaciones metafísicas. El cuer-
Cada uno es un desafío. Su estar ahí desenmas- po se convierte en el teatro de sus reflexiones
cara el efecto de toda la maquinaria civilizatoria y comienza a aparecer en sus lienzos y fotogra-
de destrucción y deshumanización que pervi- fías. Cuerpos decapitados, donde la horizonta-
vió durante siglos, borrando del mapa grandes
grupos humanos. Grupos inferiorizados por- 10
Según Hegel, estas poblaciones “meramente naturales”, al
que eran carentes de los dos grandes instru- acercarse el espíritu, la llegada de la incomparable civilización
europea, no podían menos que desaparecer.

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Mildred Cabrejas Quintana

lidad y la verticalidad hablan de muerte y vida monódico que el discurso civilizatorio entona
comienzan a nutrir su repertorio. a escala planetaria.
A Breleur le es imperativo despojarse de un
lenguaje que no es suyo y hallar el idioma que
le permita hablar de los lazos, las hibridaciones, Conclusiones
el mestizaje, el collage, la “Relación” que habita Llegado este punto es posible arribar a conclu-
el “Tout Monde”. La pintura para él es el reclamo siones sobre la construcción de historias otras
de Aragon. Le es preciso cimarronear.11 Así, en el arte martiniqueño. Las obras analizadas
expresa: “aquella ruptura con la pintura tuvo apuntan hacia una relectura de la historia de
como consecuencia principal de abrirme una Martinica que destapa los silencios recubiertos
puerta de emergencia hacia la singularidad de por múltiples capas del discurso colonial a partir
artista y de caribeño” (Breleur, 2003:21), por- de la recuperación de datos no existentes en el
que la pintura en el Caribe ha sido en no pocas archivo tradicional. La puesta en relación es ele-
veces la voz del otro, del no caribeño. mento organizador de las obras, por consiguien-
te, constitutivo de una versión otra de la historia.
Breleur encuentra zonas de expresión más afi-
nes a su propósito. Ha sometido el lenguaje Se nos presenta a la comunidad como sujeto,
para expresar su propio discurso. La fotografía, remarcando el valor de la agencia colectiva
despojada de su mimética función primigenia, frente a la intervención externa tan propia de la
le permite plantear nuevos cuestionamientos. narrativa occidental. El antillano aparece como
Su negativo, la radiografía, indaga en el interior sujeto de su propia memoria, proporcionando
del cuerpo y conduce al observador más allá material para otros tipos de relatos fundados
del vacío, de la ausencia de color. “Le noir, ici, en relaciones de horizontalidad.
est l’énergie de la forme” (Chamoiseau, 2014). Su
lenguaje es el de la resistencia: así logra, desde
una posición subordinada, plantear la opción Bibliografía
de la horizontalidad y soberanía cultural. Art absolument (2008), “Valérie John, artiste
Breleur reconstruye, dona a una colectividad sélectionnée, Martinique”. Dirección url:
extinta la posibilidad de actuar y no sólo pa- <http://www.artabsolument.com/fr/prod-
decer y desaparecer. Compone una comuni-
dad cesareana, antecapitalista y anticapitalista uct/index/detail/32//Numero-25.html>.
a la que dota de una identidad y la posibilidad
Berthet , D. (2008), “La travesía de los
de estar, interactuar y ser parte del mundo,
de mestizar el mundo. Abre un espacio en la cuerpos”, Reconstitution d'une tribu perdue,
“Historia” para insertar epistemologías, cos- Caraib Ediprint.
mologías, y formas de relación otras, alter-
nativas de resistencia frente a las relaciones Brebion, D. (2009), “Reconstitution d’une
coloniales de poder. Suspende las funciones mémoire perdue”. Dirección url: <http://
originales de la fotografía y la radiografía, in- a i c a - s c. n e t / 2 0 1 5 / 0 1 / 2 3 / r e c o n s t i t u -
dulta el lenguaje e inventa un vocabulario para
interrumpir con su polifonía, el extenso canto tion-dune-memoire-perdue/>.

Breleur, E. (2003), “Reconstitution d'une tri-


11
El escritor francés Louis Aragon había reclamado en
Les Lettres Françaises la adhesión de todos los poetas a las bu perdue”, Caraib Ediprint.
reglas tradicionales de la versificación y el soneto. En res-
puesta, Aimé Césaire escribe el poema Le verbe marroner donde
revela la arista colonial del reclamo a la par que invita al poeta
Cabrejas, M. (2017), “Entre(s)-Choc(s). En-
caribeño René Depestre, quien había concordado con Aragon, trevista a la artista Valérie John”, inédita.
a cimarronear, a pensar y actuar como negro que se ha procurado
su libertad, que se ha colocado lejos del alcance del látigo, como
una muestra de resistencia y soberanía cultural.

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Cultura Arte, colonialidad y memoria en Martinica

Cabrejas, M. (2017), “Historias que de-


safían la Historia. Entrevista al artista Alex
Burke”, inédita.

Césaire, A. (2006), “Carta a Maurice Thorez”,


Discurso sobre el colonialismo, Madrid, Akal
Ediciones.

Coussonnet, C. (2013), "1e édition biac


Martinique: Interview Exclusive de Bruno
Pédurand dit Iwa, artiste guadeloupéen”. Di-
rección url: <http://blog.uprising-art.com/
interview-exclusive-bruno-pedurand/>.

Chamoiseau, P. (2014), “Meditations


aupres d’Ernest Breleur”. Dirección url:
<http://aica-sc.net/2014/07/23/medita-
tions-aupres-d-ernest-breleur/>.

Fanon, F. (1965), Los condenados de la tierra, México,


Fondo de Cultura Económica México.

García Canclini, N. (2013), “¿De qué hablamos


cuando hablamos de resistencia?”, en Revis-
tarquis, Escuela de Arquitectura, Universidad
de Costa Rica, vol. 2, núm. 3.

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