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Fármacos y envejecimiento

Dado que las personas mayores son más propensas a sufrir


enfermedades crónicas, toman mayor cantidad de fármacos que los
jóvenes. En promedio, una persona de edad avanzada toma cuatro o
cincofármacos con prescripción médica y dos sin receta. Estas
personas son dos veces más propensas a reacciones adversas al
fármaco, en comparación con los jóvenes. ) Además, las reacciones
tienden a ser más graves.
A medida que se envejece disminuye la cantidad de agua del
organismo. Los fármacos alcanzan concentraciones más altas en la
personas mayores. Muchos fármacos, una vez en el cuerpo, se
disuelven en los líquidos del organismo pero en estas personas existe
menos agua para diluirlos. Además, los riñones son menos eficaces
en la excreción de fármacos por la orina y el hígado tiene menos
capacidad para metabolizarlos.
Por esta razón, muchos fármacos permanecen más tiempo en el
organismo de un anciano que en el de un joven. Como resultado, los
médicos deben prescribir dosis menores de muchos medicamentos a las personas mayores o
incluso un número reducido de dosis d iarias. Además el organis mo de estas personas es más
sensible a los efectos de muchos fármacos. Por ejemplo, pueden experimentar somnolencia o
confusión, si se les administran ansiolíticos o somníferos. Los fármacos que reducen la presión
arterial, dilatando las arterias y disminuyendo el estrés cardíaco tienden a disminuir la presión
arterial más en la gente mayor que en los jóvenes. El cerebro, los ojos, el corazón, los vasos
sanguíneos, la vejiga y los intestinos se vuelven más sensibles a los efectos secundarios
anticolinérgicos de algunos de los fármacos más utilizados. Los fármacos con efectos
anticolinérgicos bloquean la acción de una parte del sistema nervioso, el denominado sistema
nervioso colinérgico.
Ciertos fármacos tienden a provocar reacciones adversas, siendo frecuentes e intensas en las
personas de edad avanzada.
Por ello deben evitarse determinados fármacos, ya que en la mayoría de los casos están
disponibles alternativas más seguras. E xisten ciertos riesgos si no se siguen las indicaciones del
médico respecto a un fármaco. Sin embargo, el incumplimiento de las indicaciones del médico
entre le gente mayor no es más frecuente que entre los jóvenes.
No tomar un fármaco o tomar más o menos dosis de las indicadas puede causar problemas.
Por ejemplo, pueden aparecer los síntomas de una enfermedad, o bien el médico puede cambiar
el tratamiento, pensando que el fármaco no ha sido eficaz.
Si una persona mayor no desea seguir las indicaciones del médico, debe comentárselo y no
actuar por su cuenta.
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