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La Conferencia eee de los Pajaros Teas © lea Asia 2002 Src asiadnc: Dr, Chace Wh bap bene Gina, €1 2002, pot Frcs tne tite | “Tonio ve are Ait, Lode NYS IR2 ‘ Wrens poss con pmo The BMS Ly (The tlh tag Hse 2002 De lepesene cdi opal Asin JA ies (sd Tel: S1GU C807 erste stances “act: Naa tenon : Pin in entree e208? Is eres ots7 apc poe so expen pits ly. shar fod gps dt, cononccipbeny SELFECION DE POESIA SUFI DF farbntbeok ea sccm acai de toes pin eh ni sre ! FARID UD-DIN ATTAR ecb pasts tens bdo era Sard cc e790 ie r ear eeras nL! Cea Bahl Deen oes | (jaa cap dep eka sac | RaFICQ ABDULLA Gaia Invocacion A ujo de las cosas nos absorbe: su nimero.y miltiples aparienclas provocan en nosotros tna confusi6n aue denominamos concciiento. tack: Dios er el mundo, unié la noche af dia, fxm’ mentatas para realzar su suelo, mares para lavar su far, cratuas vives cue con sus splicas (predecesoras de las plegertas) buscan un silo ‘en este mistero que en el espacio infnto Reta. Dios coloeé la Testa sobre la espaida de un toro, “yal loro sobre un pez que darzaba sobre un ovillo de luz ploteada tan tenue que al aire se asemefa, ‘ya su vez descansa sobre la nade, ‘ave nata puede compat. Texlas las cosas son scares a disposici6n de Dios, sfibelos que nos ensehan cue el Creador todo lo cs El Simurg Oh, el Simurg! ¢Quién es este prodigioso ser aue, tuna noche sefaloda, cuando el tiempo se detuvo, ssobrevol6 China sin un alma ver? Una pluma de ese rey cay6, su bellezay su voluniad, 'y conmocioné a los corazones auc su roce pereibieron, IMuctios trazaron una forma lininal a partir de lla, y {quienes contemplaton sus lineas brillantes fueron arrastrados por el anhelo como érboles en una ribera azotada por la tormenta ‘China ain conserva esa plums en sus espacios sagracls, por Io que el Profeta exhorta air en busca del conccimiento precisamente hasta alli, donde la sombra de [a plum favorece ‘a quienes se cobijan bajo su superlicie, Saberlo es guarcer silencio. Pera a menos que fa imagen de la pluma sea vista y pereibida, nadie conocer los ascuros y camblantes estadlos Cel cor ue sustituyen inaccion por decision Su gracia invade el mundo y moldea nuestros destinos ‘aunque sin el Iimite de la forma 0 la configuracion defini, poraue todas las definiciones son gélidas contradicciones: para el saber: por eso, si deseéis recorrer el camino, pattid ahora mismo en busca det Simurg, sin parloteos y con paso fieme: hasta que os perdais en la rigidez de la muerte. Todos los pajaros, conmoctonacos, deseaban preparat su encuentro con el sha {y absorber las revelaciones del Libro, ‘Anhelaban conacer al rey, tan cercano y tan lejano, {y a ese sol se entregaron para arder en sus brasas. Peso el terror les invadi6 frente a tan largo y peligroso camino, 'y cack una de elles, ignorando su compromise de'recordar siempre'la verdad, una excusa pronunel6 para no pair Dios se dirige a Moisés Un dia Dios se dgis a Mots y le di: Visita a Setanis, interrogale, usa tu cabeza.» Hasta las ardicntes salas del Inflerno desceadié entonces Molsés ‘pata pedir conseja al maligna, auien soni, perverso, al verlo llegar. A través de sus denes eras como el crn, Setar hal «kecuerés esa regla de serido comin Jamas digas “o's, porave a nite parecer.» © persigues en tu Inestor. ‘Mientras para ti mismo vias, solo seras tn tambor que retumba orgillo, un cntbalo de infideldad la vanidad, of resentimient, Ia envida yla ira serin como un perro con ta kengun enloguccida, inlecteda porta fidolenca del pecedo. Te comettirésen ol prisionero eve t6 mismo Dios se dirlge a David David era un céntaro abieto; la luz eniré nly en su interior ereieron las palabras del Creator, caien através de 8 dj: ‘A fda la humanidad, entregadaa la arogarcla y el pecado, regu: sel cielo y el iflena no existiesea para atraparos “yotesne,qpxeh(ls, ob putas de pelo, dstingulr Ta verdad de ta Falsedad? gPodrfan vestros os encontrar el verdadero nicleo de mis palabras? i slo hublese oscunced, ‘pensariais en mi y0s dedicaials 9 or) Anil volurtad estas unides, vyuestras alnes siguen la direccién de mi siento con esperanza y un miedo ave culebra Jos allores de westio corazon, dhe medio ee me adorarets con la mente, fas palzbrasy a inclination. Erppezad por conve 4 7 cenzas fo 6 ce Se os unid las centzas ala fdelidad del viet, exiraed a rqueza de vuestro ser,” “y slo entonces conenearéls aver» F| alumno pregunta; el maestro responde udPor aué Adin fue eblgado a abandon el pataso?». pregunt6 el almno al maesiro. eE/ munclo moter enclarei6 5 cov#z6n, yclen vinculos erreales Jo encadenaron al ciclo de la viday de fa muerte. Estaba dego a esta ecuacion y no via por Dios, de modo que fue expulsado del paraiso _y-con su cuerpo moral se marchit6 su al. ‘Adin, la més aoble de las ctauras de Dios, ‘convo una pola consenida pola arma de una vel, ‘entrd con culpa en fa hstora ‘que ensona a la hurmanidcl 0 cue es Ja vergienza. Por no haber entregado Aden su corazén ‘Dis, para él no habia sitio en el paraiso donde cl nico anigo es el Creador, ciya voluntad to es aue Adin fo imagine ylo transgreds. El Ruisefor El thisefior alza la cabeza, nareotizado de pasi6n, ‘y vierte el acelte del amor tersenal ce tal forma Que los demas péjaros enmuddecen, ensombrecidos ante aquellas melodias que los misterios revelan: x€on0zc0 los secreios del amor; con ni lauta los anunclos, cant xBusc6 un David con el corazén roto para descifrarle las melancdlfcas pias de esos secretos; el duloe lamento’de la flautainspiro, la conversacién de las cucrdas del lad alfento, Mi canci6n disuelve las rosas en fraganciay con sit tono sollozante desgatta corazones, {que se quiebran por las lineas de fractura cll anhelo y el deseo. Mi misica es como el negro océano del cielo, y aulen me escucha la raz6n pierde. El mundo se convierte en el sello, de loy suefios de ciertos amantes, donde s6lo la rosa es verdadera. No puedo alejarme, estoy paralizedo, xy mi alma expongo anclada a la senda divina mi amor por fa rosa me basta, debo permanecer proximo a sus pétalos, no necesito nada mis, para mi florece la rosa, mi semis.» El Coronado responde: «lmprudente es tu amor por ka rosa, ruisefor; tu absurdo canto ha quedado atrapado centre las espinas de la flor, y ¢5 pasajero un pétalo de tereiopelo; cl sosiego del perfume te produce placer, sf, pera también dolor porque la belleza de fs rosa es effmera cas escapan de las heladas del invierno. Si deseas enconttar el sendero destiaate de este amor que dura un dia, El brote alimenta su propio final mientras el dia sustenta la noche. ie Cuida de ti, aleja de tu vist esa rosa mortal» ah ae, » Ve El Haleon Fs un soldado, como tal tiene su orgullo este haledn que junto a un rey vive Alto como su amo, a las demas aves atertoriza y su pico es tan temido como sus garras, Con sus ojos encapuchados (un sitio en cl favor réal es su recompense) se alza, centinela, sobie el brazo del soberano, ameble 'y meticulosamente entrenado para hacer lo corecto ‘con magnifica gracta, por lo aire no necesita ver al Simurg nl siqulera en suefios; sus actos Te bastan, y ningun viaje podifa reemplazar los mandatos reales, exauisito bocado ‘que no desea rechazar, Satisface a su rey ‘sobrevolando valles y surcando ei cielo, {y no tiene otto anhclo auc vivir de ese modo hasta ou la muerte lame a su puerta. F1 Coronado le dice: «Tu oxgullo gucitero te Gerees cute vivir cerca de los reyes y acalar sts Grcenes basta para mantener tu privileglo y permanecer siempre a su lado? Un rey mundano puede ser Justo, pero cufdate de su justicia porque la ejerce a su antojo. Hubo una vez un monarea que, fascinado por los relejos plateados que irradtaba la piel de uno de sus esclavos, eon hermosos trajes le visti para convertirie en su favorit. Pero el noble, que gustaha practicar¢ltiro al blanco, colocé tun dia una manzana sobre la eabera de su sicrvo, ‘y-el miedo volvo aanaills agvela aryéntea pict consciente del color de la sangre, el pobre hombre sabia cue su tez perderia sus destellos si eb arco del rey erraba el tro, 'y Un esclavo herido y desprovisto de su esplendor de plata ‘acabara rechazado en cuanto a su amo ya no divirtiese.» Pregunta a Yunaid Algulen pregumts a Yuna: «Como es posible axe seas libre “yal sino tempo esclavo de Dios? sCul es el secreiors ‘Debemos aprender a acepar, no a través del mie sino con anor. Dios e¥ nusiro diigo pos espera, respondi6.con vor suave y une sonrisa en Ios labios. £1 fom puede bila, pero lo hace por un ardid de a naturaleza. ‘Ne es mis ave un dlomo, 610 650, pero si con el sol confunde su fulgr,habré inicado su verdadero bilo. El Pato £ pato es timido pero se sia en el estrado exhibiendo el brillo de sus plumas, ‘Ave contradictoria, tiembla de temor : al proclamar: «Nadie ha visto criatura mas pura que yo. Mis abluciones realizo cada dfa _y sobre las aguas disperso el gran poder ide mi plegaria. Encaino la gracka en los Hos y los Lagos, soy un set cristaino, profeta pentiente y fimpio al servicio de Dios, morador de un elemento puro que es mi alimento y mi hogar ademas de mi terapia frente a amargos dificllades ue no consigo comprender. Pertenezeo a un elemento fmpido, ya que todo eniste gracias al agua ‘Por aué tendrfa que dejar mi vida aetual para buscar al Simurg?» #1 Coronado responde: «(El agua ocupa toda tu vidal Fs tu descanso y stefio obsesivo, pero culdado con ella, tan ialclonera come una cage; ti eres pulcto, y el agua no €s lo aue parece. Una ola te atrapard y arrastraré a menos auie seas ciictil como ella, solo. ast conseguiras mantenerte a salvo. Pero recuerda que el tlempo es paciente y, sobre tod, fuerte, ‘Quiza seas tan puro como dices; pero chasta cudndo?s El Gorrién ‘Soy un ser frdgil, d€il de cuerpo, sumiso. @Cémo podifa algo tan insignificante partir en busca del Simurg? Tengo la uerza de una hormiga Un simple gorrién como yo es incapa dle parir en busca de lejanos reinos, de una corte esplendorosa No emprenderé un viaje que jamds podré finaliza ‘expuesto a que mis alas se quiebren y el ylento me atrasie; estoy incapacitado para semejante empresa ‘y slo en mi lugar pucdo vii ‘Seprin mi propio simio, buscaré a mi patrlarca osé nef manantia,y cuando Jo encuentre me elevaré hacia el cielo, y desde el vigoroso pez fasta Ia luna volaré.» El Coronado responce: «|Hipécrital Tu modestia deja al descubietto tu engano: cl valor oue te fata suples con falso tacto, Aun eft la rct6rica de tu humilde fon, mientes Si has de-euiemarte, lo harés junto a 10s otros y la muerte encontrards, asi que cierra el pico y deja ya de hablar. Abandona el bol olvida las excusas que has dada reeurriendo al nombre de José ‘y limitate a segulrme.» El lunatico y Jidr did evs de un tomo itens. verde su pl, verde su mia, verde su vor enue a vegetation de Su ision dso un loco, ‘ya aqula ans exalada fir propo: “Desens vor conmigo para encotiart ugar» El demente respondid: vA tio vda te renuera so cesar pero no eres bueno pare mi poraue dbo dar fina esta existencta, culminar este especticulo. Mi vk es pura abstencin sin el Amato, ina camteza cue 0 vl una mots de poo Tu ata esl vide comtina que comienza ya tne i pera cada yo me prepro para epi y enchecerne. Por e80, amigo mio, mantengininos dstantes cone la era el clon EI Pavo real Como un suefo, el paw real aparece on sls plumas semejantes 4 mil ojos: ave engreic de glorioso presente, afima xRepresento e| arte del genio, aquel que el paraiso plasmé, lo dibujé en el abanico de mis plumas; sin embargo, tal edén no existe en 1o profund de mil corazén ni en el éspero sonido, e mi voz. Unico soy entre las aves, como Gabriel, pero nadie deberta de envidianme: Fai amigo de fa serpienite —mi mayor enror— en maravillasa quietud del paratso, y cuando ambos fuimas expulsados de tan exauisito lugar nuestra felicidad se esfun Ya nadie conffa en mi, con mis pies atados al polvo ignominioso, no ceso de buscar un gufa ‘que me aleje de esla oscura morada cubieita de orgullo ‘y me condkizca a la etema mansién del Simurg, hasta su puerta Pero no entraré, porque ya he vido en el parafso ‘y no deseo volver. Prefiero quedarme fuera, porque fo Gnico que me importa es mi magnifica cola.» El Coronado suspira y con presteza responce: ‘Tu tortuosa respuesta te desvia del camino verdadero: para ti, viajar y habitar el palacio dle este rey no es la demosiracién del parafso auc describes, 1a movadd eterna se halla en el bosque del coraz6n, que oculta tu alma y es superior a tu cola Busca ese tesoro, que es la meta desde fa que comienzas viajar eternamente como el sol, que no tiene tiempo para un destello, o como tu espititu, que es més grande que sus partes. Puedes tener el océano, asf aue ¢por qué buscar una gota de limo? Sila perfeccién y Ia integridd deseas alcanzar ven con nosoltes. y aprende a culdar de tu alma.» El Baho E| btho, anclano desde que nace, medita sobre toda la conversacisn con ansiedad en fa mirada. «Estoy confundidor, dice, «Nact en un establo vacto, un receptéculo destruido, en ruinas y soitario,y alll he ppermanccido como los.clementes se aferran a las tlerras despobladas, Jamas el vino moja mi pico, sobrio estoy, tranauilo; busco las espacios aue ocultan tun tesoro sagrado, {y apaciblemente voy tras él Entre ruinas zzotadas por {a lluvia vivo ansioso Je» =a Line gt por encontrar un tesoro, Imperturbable en mi sedentarla labor Creo en el gran Simurg a mi modo, pero soy clemasiado dvi), apegado a las romas y dvido de coger un tesoro con mis propias garras; eso ¢s para mf el &tasis verdadero ‘y no el viaje del auc hablas. No partiré en busca del Simurg.» El Coronado, que pierde la pactencia ante estas excusas, mira al biho con severidad y adverte: ‘Tu amor por la riqueza y el oro acabard por asfixiate ‘de modo que si encuentizs el tesoro del que hablas era tu fin; te hard viejo y tu becerro de oro no soportard la andadura del tiempo hacia la tuba. El dia del juicio, cuando todos, cubiertos de ceniza, nos enconiremos frente al trono, tu rostro, oh serine, no serd ¢l mismo: apareceré desfigurado, ¥y wanhelo sucumbiré ante la terrible mal liciin de Dios.» La duda de las aves EI Coronado entona «sDebéis desear de coraz6n, fe mas all de la tentacion de las palabras y el conocimlento de las estrellas Debéis querer con todo wuestro sery estar seguros de yuestra esencla, que primero tendréts que hallar en la ms profundo de vosotros pata cl oro extraer de vuestras alas {y camera a tecorrer el camino. 'S\incapaces sols de digetic un solo gran y de beber una copa de vino, {como pensdis én sentatos a la mesa del Simurg? Si.os ahogéis en una gota de agua, destruida por el roce de una mano, Jamas aprenderéis a sondear las profundidades n} a ascender a as alturas del paraiso que os espera y decfs buscar. Debéis aprender ta bondad de la perpelided, a recuperar la sompresa Fd At ~ts pe Ht Se ad en vuestro corazény viestra mirada, a reconocer lo verdadero,» Los pajaros reflexionan sobre este discurso, y con las crestas cubriéndoles los ojos responden: «Somos débiles dtomos, a la deriva, corentes de ingenio para buscar 0 reconocer a quien sobre todo se alza y sin embargo vive en nuestro interior No podemos buscar lo que no comprendemos. El es Salomén, <1 aica que a todos nos contiene, y nosotros seres periéricos, simples hormigas en el fondo del abismo aue escarban en la oscuridad. Al gran Simuirg no podemos ver ni tampoco habler de é peta nuestros corazones faten con fuerza cuando comenzames a vislumbrar = Stmagnfico Ser, que supera cualauier intercamblo mortal © el peso de la visibn.» El Eoronado oye estas palabras con creciente ita: aCareceis de verdadera aspiracion, vuestros corazones no saben distinguiry no dejéis de parlotear mientras jugsis con el fuego; rio 0s dal cuenta de que podrfals adentraros en ese misterio lejano y a la ver préximo st slo os emibarcéscis en ¢l amor 'y partiésels con los ojos bien abiertes, No vacilés, deja atrés Ta insignificante vida que levis les la luz que transporta las sombras que imploran vivir en la oscurkcad, pero jams fo consiguen; st mirada las convlerte en aves voladoras donde todo es forma’y la sustancia deseparece. Sois sombras de Su palabra. Debéis atravesar este espacio vacio con yuestra alma ensombrecida, «y si ablais con la diselpina cel amor percibirets la sombra del Simurg que sols yosottos mismos, y en el desierto encontraréis el camino, ese océano en el aue podéis sumergiros en su Ser que mora en yuesties corazones y en las estrella sin cue podals verlo.» El Rey encantador Erase una vez un rey cuya incomparable beleza era su gloria, tan exeusitay conmoredora como Ia misica, poderosa como el mar. El amanccer era su sonra y su elegancia se desplegaba en sus oblgactones, su fagancia recondaba d perfume de Gabrid a oscura covteza de un cedro, ra su ser estan tna revelacion, Corin de si secreto cue sorprendi, cesar 2 auienes 2 su ado se enconiraban. Miles murieron por amor a él, por contemplar su imagen: ‘no pedian resstilo, ni vivir slejados de ten magnifica erature Pero unos pocos, fuertes y devotos, i sobrevivieron y a través de é Jogracon vislumbraro tenuemente percibir la infinite realidad. ara are mis seresFucian capaces de soportar la vision de su belleza { paitetan contemplate. el rey se pos frente a un espeja ‘ie fos ojos de fa mente no pudese ignorar y por eso su recuerdo debs recuperary teviir, aprender a apreciar a amigo cuiabtarlr ido leas puplevea eee Si ‘Su rile proyeca inknitas sombres ‘que se mantienen alejadas de a luz que las allanza «en su yuelo eterno, ysin enbergo él no se diferencia elas sombras oue envuclren wuestra mirada: pensar lo contro es enuliocase y esuclar un error cue noe yd os peiseguld Asi aye contemplac ls somibras con renovado entendinvenio y procamed lees estas sombras, pero las supera yes mucho més grande. Fl re) no desaparece aunque su rostro eculte tas un velo de oscuridad: podels conterplar el sol detrés de las sombres, pero primero debs aprender a rezar, El viaje propuesto ta hz del Simurg comienza a brilar en los corazones de quienes escuchan al Coronatlo, ‘emplezan a tener sentido fos misterios. La presencia de su rey resplandece en ellos y las historias de cada uno impulsan sus ojos huérfanas hacia el camino. Pero pronto sus corazones se cubren de sombras; luyen sus dudas como fa sangre {SU Inteligencia se hel; no demuestran valor alguno para cuniplir con su deber y se decleran débiles para volar Tan atrapadios han aucdedo cn cl fango de su orgulloy su vanidad, ave no pueden untise ala luchar sDesenmascaraos», gta cl Coronado. «Unfos a my ama, libraas de vuestios miedos, sacrificed wuestros cuerpos mezquinos, rechazad yuestras almas vacTas ‘ycenirad vuestros corazones y ojos en la meta; sin kigrimes de remordimiento ‘emprended e! vuelo, id a Su encuentro y penetrad en el éter de Su amor sigulendo este sendero de peligros y afliecin. Volad con el corazén conflado hacia El, tan Tejano y prximo a la vezs 1 amor no es un jardin de placer, sino una agonfa que invade el espiritu para convertiros en seres amados por vasotros mismos y por El, pronta a exallar esa parte de vosotros ‘que vive més alld de la fe a de su ausencia, auc tan sélo casecha pledad religiosa, Con amor camblatéis y haré’s realidad €l significado de vuestras almas, cantando salmos en el aire con profundo respeto hacia el misterto que os aguarda tanto fuera coma dentro. ‘Cuando iniciis el viaje lavaréis el pecado de vuestras sombras.» La historia del jeoue Sanan Fstacs la storia de wt feaue santo conocedor de fs en los mistrios de af, ‘yas vevezctones le haan realmente sabi. Juno sus exaniclemes desputes efenia la Verda ‘on su euerpoy su somibra en el inperto de la Ka, Jncansable rezba por la permanencia de Dies. El jeque y sus murids, eles al sendero, ‘eaminaban limpcbar ls pecados del mundo. Una noche o espintu dl jeare se oex6 de su cxerpo yaBum tue tasedado en sucios. To ee oy escuch bat en leguinas su rosiro dorm, _y al despertar ya no er el de siempre: ‘Dip entonces a sus disxpulos: Dehemes abandonar exe lugar Sago deja a Keba y ij hasta Rum, donde he de halar scuello aie i suePo me ha ocultad: parte de mt respondera y habla cuando enauentre el igen demi basqueda, su racinientoo Todos fantosinictaron el caminoy ats deeron su Frontera ‘para alertanse en ieras de kdSatras, care se rigen por leyes de idGtatrasy come tales visten y viven Sin cesar buscaron el objeto de aguel sue, hasta que un dia fos ojos del jeque se pasaron en una joven odeeds de lores, aue aconpanaban su hernosura come los deciles instruments embellecen un ghazal. Su rostro, en pate cubierto por el esplendor de sus cabelas, «escondia la lta belleza de sus ojos, ave deslumbraban 4 eufenes asaran contemplaros. ¥ ewando esos mismios ojos envolvieron al feat. rederon a cenizas su itu A esta belleza pagans entreg6 el nombre su fey su eorazén, poraue tras haberia visto ya nada quedaba de él ide la celacién con sus discos, 2 qulenes ordend que se mercharan. El feaue enamorado sulfa de anor, _y despojado de su fe dej6 de creer Su saber y regi cuedaron teducidos a menos recuerdos ante ta termosura de esta dorcel, ego y helo, de labios de suave seda y boca tin pequena ue fas palabras apenas lograban atravesanla, Era alta, de delicada figura, _y eutndo alzaba el exiremo de su velo ls hoyuclas de sus mejilas sedcian a todo el que las conterpleb. El jeaue ardié en deseoral verla _ysincliento aued6, desespetato: de tox su ser se laa apoderado aguella crstura, adnirada por el so) y las estes. xe ha hecho su escevolr, sols. ‘Me siento ebendonado ahora aue mi fe he perdido. De aué sine mi corardn, cautvado por su encanto?» Jgporando el pesar che sus dsefpuios, ‘ayes paldras resultaban tan files camo un desterto de fueso seco, jequie slo podia contemplar ala joven, cuya belleza representcba una t2icion asus seguidores ya su fe; por es, con voz desesperada git: ‘Oh, Sehor, en la vide he ayunado ysulrido ‘pero emis como ahora: me sieno atrapado por esta efatura de cabellera negra como la noche Ya nada me importa chora ‘ue fe posado mis ofas sobre ela y languidezco ante su belleza {an profurces son mis suspiros ane temo cae fa lanpara cel elo, in gua, se eMinga. £0 es cue fas celos le han abtgado 2 reitar su luz de m) buena suerte? Ante toro y gto parareue me ayudes.con esta joven y mi pena cese «este dolor del anhelo acabe y recompenses ‘ni amor por ella, Mi corazén herido se ago como un bo bajo el azote de una tormenta. Sacia mised de esta fncomparble criature, ode lo comario pereceré.» FF vano suplicavan sus segues ‘pore por amr el jerqserechaccba su fe, su misma esenci, _y se negaba a partir, Incapaz de deshacerse ‘de aauel encantamiento, desconsolador testinonio de su profunda desercion. Sus dscipuos le dejaron solo cuando el sable del la cecapit6 la negrara dela. noche. pero él all continuaba, ‘nfectado de amos ela este idolo ane haba arancedo ou fe. I polvo cia su fecho: el postal de su amadla, su esperanza os perios del vecindaro le obsenvivan, y furivos se acercaban a ofitear tan angusiioso e imposible anhelo. Sad fie Bae Bie Sf tel Cie ty ‘como una brijla sin direcién y el foose se rindé asus deseos. privaco de su fey deplorand ef Libro Sagratlo, spuesto a entregatto alas llamas. ‘Satanis le manejaba, el ino era el culpable, y aunaue si manto arrojo af Fuego, I insecisble dma mas ain exigio —plata y o10— yélimagind tan dulces sevos banados en doredo mei La piel de su armada sus actos regia “yencodensba a} soborno su alma enamorada La dama se entieg6 ontonces a a lujurta de jeaue, pero como dote propuso: «Has de cuidar una plara de cerdosy vivir en la suciedad, «—_deprarar ts sents con su hedor ysu ptr inmunia Con fos animales darmiras como piuia de tu amor Fn es tmedo estircol cabo el hombre solo, rodeado de mil cerdos que inlectavan su corazon herido, Asi como hay euien mira con lastina yarrogancia —hurmanas caracteristicas—, Ia sucedad ‘uc 6 hal6 vive también en avienes pretendenes observar este espiitu deshontado a la distancia, Fn todos nosotros se esconde la vejacon, y hemos de aceptarlo si pretenemos recorte el camino con paso firme, Teds los dscipulas se prepararon para pati, excepto uno. cue suplicaba permenecer junto a su jeque. Pero también a él éte despidi: i, la he hecho ma, pero a un ello preci. No te quedes nut, regresa ala Kaba e informa de mi infortunio: enredado estay en mi destino y mi propia volurtad, ‘Somos instruments de esta vida, atrapacos por pealeres que en nuestro interior acechian, como mina algunos tienen fa fortuna de evltalos pero muchos, ‘como Jo, caemos en su tramps 1a doncelt, al verlo en la cle, con un velo se cubri6 paca aproximarse a 6, pero la provinidad de su vestido tento aun ms a jeque, asi como el roce de agucllas delicados pes, ‘que eran una protongacién de su arcrente semblante, La joven rechazaba tan irracional devocin, pero el hombre conlest: «Mi corazén has robado pra tora la eleridad y me ahoga ta connmocton cue tas productdo en inf Soy sombra de tu sol {ite pertenezco: haz connigo lo ue auras Por the perdido la razon.» La doncela, inmutabe, respon sEstés casi muerto; rropatu fio cadaver con una sibana No podris conseguirme ni entrar en mi cama.» 1a Iria amargura de aauel rechazo no cons|gui6 desantanr el eaarnorado: «Di lo auc evieras, poreve vivo 0 muerto fe ano, joven o ancano. 1No puedes rechazarme sume si mata: Ia decacienca y el fn son nuestro destino cont, ‘tedos cruzaremos agin dia el unbral cela muerte Haré lo cue desees; lu mss insigoiicante sonrisa de asentinvento ‘es mi destino, iodo lo aue digas y hagas guardaré en mi pecho con lervor, Tu burl es el catalizador de mis actos» Hla respondi6: «Entonces obcdece,pOstrate ante mt, abraca la idctatra, auema el Corén, entcega tu ment al vino, deja de lado la razon, desecta tu fe, conviriete en mn cfatura.e Accedi6 el feque a renirse al vino, cep le aceptar fas dents rets, {pal emplo Ia joven le condujo para aiborrar su euerpa ce ior. ‘Miserable y con los ojos lacerados perdi el hombre su saber, pero ella sélo buscaba enloquecer aguella debi! mente 6 Bae 8 Sey ot See of Deu Con estas palebras se alef6 de su ago para regesar a fa povauertca _y arts defo. sus seguidores, aue dectdleron empreader 1 regreso a a morada de los espitus puro. “Mientras tanto, un hombre bueno y santo que en su carina hacia Dios habia aleanzado una gran sabidurie y su corazon y su sla entregsba «Ia plegaria, pregunt6 en la Keba por el jeaue, a auien conocia pero cue a Rum no habia acomperado. Los discipulos le hablaron entonces de la joven, el vino, (a apostasia, la plara de cerdos: detallaon las daves de su perdicién. Ef amigo, consternado, tnclin su oscuro rostro con vergilenza y amargura, yas Wad: sHebéls abandoredo a wiestro jeque cuando dlebals demostrarvuestalestad yaerraras a él en su cata» «No somos nosotis los cupsblesr, se excusaron, «Nos oftecmas ‘a acompaiarle pero ordend que nos merchisemes y obedecims.» amigo, impesturbuble, pregunt6: «Por eué, déviles de corazén, no habé's rezado por su alma con ml plegarias diferentes ‘en lug de cefaros domirar por viesiro deseo de meoreneras alejados'de A? Las puertas de Dios se habrian zbterto ante vosotres de forme aye as sorprendera ‘Su mlsercordla es mas que una recompense: eel mistero de la gracia» Las dscipulos regresaron a Rum y sgllosamente se acercavon al jeaue para rezer,suplcantes, Conscientes de su propia colicin, sus sincerasplegaras por fin Hegaron al cielo, destino Gitino de su amepentinento y esperanza, {Las penurias del jecaie fueron recites por Angeles y santos ‘uyos sentidas son como Ia primavera, plena de verde y rescor, radlante como lan. Enionices ef Profeta aparect6 ante uno de ellos, ‘con sus cabellos cubriéndole el pecho. Leno de grace hablo, y-su voz no tardo en inundar aquellos corazones aber. sblebéis rezado con tal fervor ac he venido a lavar el pecado de vuesto Jeque con el rocio de la soplica. Ya es libre de regres a la fe ‘ve to origen a su vida y prepard su alna: leaker arepentio reeupera su itegridad.» Al oir estas palabras, el discfpulo cori a contar Jas buenss nuevas a os denis, que n0 tardaron en ir en busca del fegue, ahora convert en un fuego sagrado purified, exonerado, uci nuevamente de su fey sbiduria L016 de remordiniento al verse recuperado _yjunto asus dscipulos emprendié ol regres, limpio de pecado, ‘acta el sitio sagrado del ae hablan partido lato tempo ats camino de Rum. La joven, angustindsy prvada desu fe, part Ferverosa en fusca del grupo de las peregtiaa> para volver 2 descubrir-su identdad, al verlos prometio sums a fa palabra de Dios Se cubrio el rostro con fas manos, aergonzada y dolita, rol feque, compasiva,‘detovo sus pasas pata regresar ‘al sitio donde ella Noraba desconsotada, ero cuando a si lado se incliné, comprendio que la muerte ‘se aprestaba a gular a la doncella al parciso; eonmerido, or6 por acuclla alma ahora ercycite “yell le sonni6 con amor, no anerga lasciva, é se elev mits allé de las nubes cue revisien el clelo receptor, are se apocero de si ala como ‘hard con la nuestra evando nos ilegue fa hora, © No somas mas que desechs que el viento esparce, ‘oscurldad allmentada por el dolor y la desesperacio, Incesantes son las lueges que forjan la ilusion en esa vid, yysabemos, con el corazén unido a Dios, ‘eel sendero surca tanto las ciclos como las entratas de la era, Los pajaros hablan sobre el viaje ‘Atora las aves se entusiasnan con fa empresa {sus espintus ondulan como la marejada Nace el amor por el Simurg en aquellos que se preguntan si son capaces de recorrer el camino; unos a otros. se responcien que estin preparados a viajar acta la lu ppeto priniero buscen un gufa aue les indique qué hacer {yanalice su angustiay alegrfa durante el yuelo, Te furan fidelidad en pensemiento y acctén, sea su vale agradable 0 lleno de dolor; siempre aue pueden ofrecerse al rey, esta multitud de peregrinas de plumes clara y oscuras preparada est para lucir alas de angeles. Echan suertes y la providencia declara al Coronado el elegido: ‘todos los péjatas meditan en silencio, yuna voz que emana de sf mismos les incita a prepararse para port Enionces ascienden con el polvoriento aleteo Tras esas palabras, una respuesta vol6faca él y anlé en su oil «Pattcula es el rey, pues slo achnite los pocos que demuestran inteaciones paras, a quenes comprerden el miedo _zal amor se entrogan; El rechaza aquellos que se le acercan ‘on eatravagantes alabanzes, ya las desculdados _y perezox0s les apart sin compunci6n. S56 pactente, Bayarid. cue td eres uno de las xe se clevaré» Las ayes emprenden vuelo Por fin, arméndose de valor, fa nuibe de pajaros se alia a emprender vuelo pero ath no despega ni usa sus alas, ansiosa por plantear mas preguntas al Coronado. Frente a la Senda aue conduce al infinito, que al infinito acerca con pasos infnitesimales, las aves se acobardan y piden consejo a su guia, presas de la desesperacién, Necesitan conocer la ceremonia aue les espere, saber e6mno acercarse al won con reverencia para. auc el rey pueda tolerar sus timiclas vacilaciones y recibay tone lo mejor de ellos. wAlascender al minhar», imploran, «linos, Coronado, ‘como comportamos, iuesttas mentes enséfianos a colmars. Al ofr aquellos lamentos lanzadas como flechas al aie, ef Coronado se eoloca sui corona y con sagacidad encuentra la perla del silencio en su interior pata escuchar con austero ofdo las voces de estos péjaros oue de miedo se epagan El pajaro inseguro Dime por aué, oh Coronado, oue en nada pareces alferenciate dem —pregunts el primer péjaro—, con tus suaves y resistentes plumas, tan buenas para el wuelo como fas mifas, eres capa. ce ver Jo que ni yo ni mis compatieros logramos percibit:» «No s0y distinto de vosotros, en efecto, ni mejor aunque sf abierio y con el alma preparada para recibir 1 misictio», responde e! Coronado: «en la materia ‘ue hace auc el corazén ame, la ley auc he aprendido a obececer, si bien la obedtencta por sf sola no ey mds ‘que una cetemonia.Incluso Lucifer, a auien deploramos, ‘obedecié una vez, pero la cbediencla es ta médula de nuestro credo 'y 6 necesarla para mantener el velo de nuestra necesidad El pajaro débil «Ti, Coronado, eres fuerte, pero yo soy tuna débil criatura, demasiado ligera para cruzar estos montes y valles de pavorosa oscurided: ccarezco de cualidades especiales para emprender / tan noble empresa. De seguro caeré.en la primera etapa dl viaje como los miles que fan perecido en esta guerra tras haberse alistado para saciar su sed. {Como podria yo, polvo en el viento, alcanzar tan lejana orilla?» Sacudtendo sus plumes con impaciencia, el Coronado responde: «dPor aué dudas tanto, coraz6n oprimido? Nada eres, asf que si desfalleces nada mucre. Tuya es [a elecci6n; si permaneces donde estas, ciblerto de estiércol mundano, te hunclirés en este suelo dduda te detetloraris y tornarés amarllento ima de pesar. y ‘como fa seda antigua, languideciendo con k Fs preferible volar y escoger el camino aunaue jgnotemos si el trlunfo corbnard nuestro esfuerz0: si fallamos, lo haremos mientras intentamos descubrir el océano del amor. Nacen miles simplemente para convertirse en prisioneras de su propia cadicta y excusar su apatta algunos se dicen temetosos y otros revelan su modestia {Como pueden los mortales aspirar a la vida eterna? Somos simples partfulas en la luz, dicen; ese es nuestro destino, tan elevado aue no conseguimos alcanzarlo; pero con débiles digresiones se evaden de la verdadera tarca, oue consiste ‘en mort por ellos mismos, considerar su muerte como un preludio del sendero, Dejad que las polillas de la duda se destruyan a sf mismas: emprended vuelo hacia ese lugar consclentes de que no siempre es agradable, ‘que exige que 0s arrlesguéts hasta morir st es necesutto con su peculiar cfreulo de amor, pena y duelo, Peto debéis optar por vivir en el amor hasta vuestro Ultimo allento.» El pajaro desesperado La tercera ave duda de sus ferzay ‘yafronta como puede sus temores «Mis fllas me corvierten en un pecador Indigo de ver al Simurg, receptor de almas en las que el camino «std claramente marcado y leido, ¢Como podria yo transitar ta senda hacia e| rey si sucio estoy como una mosca? En cuanto intento ponerme en marcha mi indignidad mie derrota,ceigo de bruces. Envuelto en polvo moriré.» El Coronado. se apiada y dice: «No pierdes la esperanza, tus pecados son fan ligetos como tus plumas a los ojos del rey. Ore paciente por Su gracta y recuerda que no esta soga ta que mata al pristonero sino fa mano del verdugo Is que fo conduce a la muerte, Por eso muestra tu coral frente atu etor, ¥yno te deshogos del resplandeciente escudo de tu alma sufriente ‘nl te expongas al peligro con la sombra del terror imaginado, Recorre el senclero con tu impureza y en un ser integro te convertirés.» El ave indecisa «Soy delicada de alma y espfritu, incluso frégile, expone tra ave @ mad de excusa, «Vacilo,y aunauie en acasiones ‘soy buena y 4gil de pensamienio y juicio, en otras me agotan ciertos actos que con disoluta habilidad mis virludes reducen, Puedo tezar y ayunar y-con frecuencia lo hago, capaz soy de apartarme de yyicios poco atractives a mi paladar, pero también frecuento taberas 0 sitios de mala reputacién, y disiruto con fa lujuria yl vicio. {No es verdad auc estos errores dejardn su huella en mi alma suftiente? No puedo confiar en mf misma.» Pero no consigue disuadir al Coronado, que responce: «A todos los hombres les sucede fo mismo, 'y Si asf no fuera, Dios no tendrfa nada que mostrar, ‘ni clemeneia ni hierro para marcar a los pecadiores salvados; -serfas como el patin que actiia de acuerdo con su materia inerte. Aunaue une velela seas puedes aprender a obedecer la ley y a escepar del estruendo detus actos y escudlidos pensamientos; debes atdet por la Vitud y lo rea, evilar Jos perros del deseo Ast sabras dominarte y conocerds la pasién.» El pajaro lujurioso «MMe traiciono a mi mismo», afirma el quinto pajaro. «Albergo en mi el germen que mi alma devora. {Cémo puedo emprender semejante viaje? Soy carne oftecida cn [a Corte del diablo, donde las hienas cargan de desco iniy sentidas fasta fa obscenidadh dentro de mt aguardan al acecho, soy su preva, ‘slembran mi came de dulces pecadas y me tornan. altactivo y seductor al ofdo y la vista, Soy {a malla de la que penden todos los vicios con voraz serenidad, 'y mi coraz6n late por apetitos que conmigo juegan y se burlan.» El Coronado no se impresiona: «Hablas de hienas pero con tus metéforas s6lo deseas ocultar tu indolencie vy lalta de fe, las crasas mentiras ave emenen de ti Tu orgullo impio monopoliza tu “ala. Somos criatutas de varias etapas: tras una infancta de debilidad dle jvenes luchamos por controlar nuestro arrebato y conaxtstar todo lo que frente a nosoitos se yergue:; pero entonces Mega la velez ‘sumisa, y el miedo se apodera de nosotros. Todo es devastacién, ¥¥ € cambio constante es nuestro nombre terrenal Hechos estamos para no perdurar, y eun ast nuestra lujuria cenina cencierra una tenaz detemminacién ue nos avergitenza, ‘Asics out llegamos al final lerrados a la cascara externa; Ia confianza es una virtud aue no hha crecido en nosotros, y hasta el sepulturero, ave ha vislo cueipos rfgidos de sangre oxidada Ly miembros thesos y marmdreos a causa de la muerte cue es més grande ‘que cualquier casa carmel de fa terra, eae en este anelo de poseer y utilizar a pesar de que reconoce que no es mids Que polvo. Esa es la maravilla, dice é; que el hombre no pueda confiar ‘en su propia naturaleza > El pajaro vanidoso «Soy la vandal personificada Noche y da Ibis me vigil e impide que siga los pasos de un gua Estoy destrozado, e hicapaz me slento de halla el sendero, Soy un dedo el orgullo del diablo, no puedo resistir; «1 Maligno me esté pontendo a prueba,» El Coronado oye las palabras del sento péjaro.y dice «Fre un jugucte del demonio, came del perro del deseo auncaie te confieses a gritos con el fin de empezar de nuevo EI Diablo te alrae con vanas deseas que carcomen tu alma al igual aue los gusanos, revisten la carne del cuerpo, que es tu fin ‘a menos que recanozcas con el coraz6n y la mente ‘que no eres ms que el carbon de Satands, listo para arder hasta convertirse en cenizas. No es amigo tuyo quien aparenta sctistacer tus caprichos; te estds alejando del sendero aue deseas recorrer, asi que rechaza las lisonjas de! mundo aue te llevan por mal camino.» EI ave avaricios ‘Tanto me gusta el oro que sti ecquisto sol me envuelve; Un lingote es para mf como una almendra fresca en su céscara a dulce y fulgurante {uz la que me entrego 'ysirvo diligente, El oo me ha hechizado.» El Coronado, girando en el Gter, posa sus diminutos ojos sobre cate péjero terrenal y canta «Te vences a ti mismo, una ausencia eres y tu amor uta mueca de desagracio en el sti del'rey; esclavo de las apariencias, te dejas engal por el color y la forma: verde, azul claro, rojo voluptuoso. Inexperto es tu apetito, bribén libertino. Tu amor por fo exterior demuestra tu falta de voluntad, y te has fundido con el oro corrupto que ankiclas,intenta comprender la naturaleza de las cosas, poraue tu alma esta enferma La rigueza no es buena para tl, pues cuanto més poses mis plerdes Comparte lo cue tienes y cambiards tu destino: ¥y aunque no puedas emprender vuelo desc tu rama para entregar tu cuerpo al aire, al menos elévate por encima de tu ansia de atesorar. Situ avaricia supers tu amor, al menos intenta ocuparte de los dem: 50 El pdjaro amante del placer «Mi corazén rebosa de goz0 Vivo en un palacio incomparable, inmenso, envidia clo. de todo el que lo ve. y s6la mio. ‘Aaui soy feliz, cada dfa vivo en plenitud. {Como esperas que deje todo esto para seguir tus pasos por tan peligroso senclero? ‘Ninguna criatura razonable renunciarfaa esta copa de oro que me sustenta y cobija.» El Coronado replica en voz baja: «Asi como los lobos aiillan a la luna, maliciosamente expresas estas frivolidades aue afitmas te aferran ala terra, Lu corazén estd fro ‘y has castrado {u voluntad Arapado en el brillo de las aparien marcado ests para moriry llenar tun hueco en fa tierra con amargos excrementos putrefactos que una vez tuvieron vida, Esta tienda de espojos auc llamas hoger, sitio donde deseas revolcarte, al igual aue los cerdos se restriegan en el lodo y los excrementos mientras paren y conten, esa 05 la vida de la que te jactes, ‘comparable al creciente dessnimo imposible le trata Un dig la muerte tu palacio encontrar yy td que contias en ta complacencia, tu corla existencia habras desperdiciaco Sélo si las soxpresas de la muerte desaparecen, en este sitio cue dices aniar podrés permanecer: ppeto nada en este manctl Jo se concluye nunca, yy todo es pédida y dolor 2 menos que encuerires el sendero.» La Arana Observa a la ara, can su decade red selpiceca de lageimas que bilan sobre lincas geomricas «en una simetia encantada por el Mijoytelyfo dela aparencia. Una mosca aueda atrapada y sere huchando, converte ya en aimento de la paciente ctatura De pronto, una escoba barre con todo: fa mosca, Ja ara tejedora y su marailosa red, prucha de que la fatalided rge este contingente mundo, ‘Mil posesiones puedes tener, ‘pero procure cue ellas no te pascan a ti como el polvo ave se adhere al cuerpo sudoroso, Tu conaciento es como un copo de nieve, tea en un instante efmero. Lo case sabes no es més ‘Que una Insigaiicanci, un simple rao ce a az ‘que lumina Ia noche innit, fella de una huella tan recta como eh velo del cuervo. Tuankelo de poder y espacio es una disraccion, poraue cstés vaca y 1a insaiislaccién te ha ahogado. Dernasiado billante pura tus ojos es el sendero aue evils. ¥ no te dejesengatar por la aparente clemidad de la hora asf como la pantera es un oxcutofelino onntvro “ye promi perece desl yaaa al so, va es ‘como Un aguacero, un fimero elemento que no dee fuel Para renunciar atu fen vance yespurmosa autoesina ddebes abrite y Mir, preparado para consumirte de poder cuando el sendero te transporte mas all de lo que aparcatas ser. Considera tu vida a los ojos de Dios, estar el hilo ave cre tu alna, mir al cfelo _y acepta eraprender el vie. Una vez ave Comes la decision ideshazte de fo meter, ytu propta vor descubsiris El pajaro herido de amor «Oh, Coronado, t@ que nos gularés hasta el rey, de amor no me hables poraue cl éxtesis ya conozco, Los ojos de mi amada ie han robado los sentides, he perdido la raz6nyy volar me es imposible: mis alas son sus esclavas. Se ha hecho con mi vida, la ha abrasaco, {y mi coraz6n late a su capricho, al ritmo de sus miradas En este estado abyecto, pendiente de su talante, Hleno estoy de una pasion que solo apunta hacia el libro de su revelacién, No puedo emprender el vuelo sin ella, soy demasiado débil para realizar este viaje; quedaré clego sin su mirada, desprovisto del tacto auc recorre mi cuerpor Fanguideceré hasta morit, es¢ ¢s mi destino, ¢Qué puedo hacer? El amor por ella me consume como nadie imagina,» El Coronado se acerca al piano con pera poraue es un caso perdido «Te ahogards en tu amor Que troca o70 por escoria “ya. que Ia belleza visible es pasajera en tiempo y en espacio, inadecuada para el vuelo al que tu alia pertenece; eres td alien plerde sino superas el vineulo sensual, una cruz que no debes carga Tu amor no es la luna, y se desdibuja con el paso del tiempo ‘xtc desgasta montafias y reduce a polvo rocas: la belleza verdacera no se reconoce con la vista, el lacto 0 el olfato en fa ceremonia de tu corazén, Estés huchando, aunque abrumado por la suciedad que cubre tus sentidos, anhelantes y deseosos. de carne y hueso, Debes comprender que el mundo ¢s un velo ‘que a tus ojos encendidos oculta los misterios. ‘ En esta tierra habituados estamos al dolor: analiza los detalles de mis palabras y si lo deseas busca a tu modo la belleza. Pero debes saber aue si el velo en el aue se hunden tus ojos se rasgara, | munca y su noiorta apariencia se desvanecerfan ‘Nada sepuitréen su sitio nl recbirds la bendliciOn que inica ef sendero Y \ ‘ure necesitas transitar, Quédate si neda més puedes hacer, pero lo mejor de thes ya incapaz de ver Tu concepio del amor te alejard de! camino a la eternidad.» 3, (El consejo de Shabli "Un hombre se acere6 a Shabli con ef rostra banado en lagrimas, “y-con compasion y alecto Indags el sul sobre ol origen desu Nanto ‘Oh, jeauer, exclam ol desdichado, «Yo tenia un joven amigo de incomparable belleca lisica y espirliual ue mi alma llenaba de g0z0 yla clevaba por los aves como un dell. Ayer mi amigo muri, y para nie mundo ha legado suf il corazén es una hoja de ofono que Tos Ventos anna respirar no puedo, la pena me abruma Sélo soy na céscare que simula vit ahora que &i se ha ido _yde Wisteza morte, ahogedo on mis propas ligrins.» CContempando el hombre de rosto desencajado y voz toa, ‘Shabli dijo: «No sultas en vano. Ese amigo era un signo ya desaparecido, asi cue sigue adelante y descubre otro que calme tu pena: hablo del Amado, aue es uno y no ha de met mafara.s El miedo a la muerte «He de confesar que lo que me atemoriza ‘no e5 el viaje en.si mismo sino la muerte. Aprecio tus palabras, Coronado, ‘cuando hablas del rey y de volar por el sendero hasta su fortaleza, situada en lo més alto, donde cuesta respirar “ypulmones y corazén se afanan; pero allf podifa yo marr en el primer aleteo, 'y esa idea me disgusta No tengo fe en mi resistencia, ‘y conta la muerte no existe escudo. Me Wy Me oY ee ey ake ei Maes yr Wy ike v- ie be ee |, Carezco de armadura contra el miedo, {¥ no puedo evitar imaginar lo peor. El terror me paraliza.» Este discurso no impresiona al Coronado, ‘que tras posarse en tierra con solemne cadencla entona «Eres debil, incapar de distinguir la imagen de fo real. Reflejas ese miedo que te hace tan sumiso # gno sabes acaso que la vida te ta sido prestace? Slente el vacto que sustenta tus sentidos y asuie esta verdack has nacido y mori; ya est escrito el destino de tu cuerpo terrenal! No te engahes a ti mismo con distracciones, porque imposible es negar la realidad: has liegado exultante de vigor al mundo, y rfgido te irés a una tumba cuando tu tiempo haya acabado. Contempla el ci para que todos olviden que al atardecer el sol fo tetlrd de sangre Con la intenci6n de esparcir su mancha por la apesadumbrada concavidad de la noche, vueles © no, eres tierra alsa roldeada con una gota de agua, no mas; aun en vuelo nada eres, grano de tierra sin dimensiones, y aunque disirutes del poder ‘yl riqueza mundana, tarde 0 temprano llegaré el dfa en aue la muerte enfrentes en un abriry cerrar de ojos, dolorido y enfermo. Enirards entonces en esa agonfa auc corta el aliento, la muerte siempre nos alcanza y, furtva en todos nosotros centra su punter 0 moribundo, que florece a mediodia Sécrates habla a sus discipulos ‘Sécraesreletondbe y Se prepare par mor, Aspuestowcbeecer y marcharse pasado el ct. Uno de sus alunos pregunt en un suspic: «Ti que ensefias cuando hablas, oh maestro, dinos: cuando tu esprit se cleve yt cuerpo ya ct€inpto “y preperato pra ter so mos, Mat Dhondt cep ate a tie yt “poate, respond {Slime encontrds, no soy orgloso -enterradine donde aueréis; ahora os deseo buenas naches. S50 bo larg de mi vida he sid incapaz de encore 4 m{ mis. por qué habrfes de hafeme vosotes cuando muera? ‘no sera vuestra vista més aguda cue la anf. A ptsar de is eslerans por éonoterne, nada sé mds gle nombres bt resto de mt sere an instance como e unc» El pajaro complaciente «Mi fe, oh Coronado, ¢s como mantequilla al sol comparada con la tuye, siempre tan firme y fuerte. Me atormentan la ambici6n y la codicia, no evito. ningdin pacer, por bajo cue sea: acto mal, lo sé, y mi corazén late desesperado, Fécilmente calgo en la complacencia y el esceptieismo, ero por supuesto ayuno y rezo para sanar mi espritu. Volaria contigo, fo aseguro, pero el viaje mal acabaria, Demasiado confundido y perplejo, lo que necesito es aire puro. Dime aué debo hacer para empezar mi visjex Bajo los rayos del sol, como una espada brilla el pico del Coronado: «(Pajaro orgulloso y absorto en sf mismo! Faces bien, al mos, en estar tuibado; eprende a armonizar J Tied of Sey ol Med Tt a tu lado volver€ para empezar de nuevo.» El Coronado, aue ha escuchado estas palabras ccon la mente abierta, responde: «Tienes buenas intenciones; suftirds pero por eleccién proplay no como un inerte cuerpo muerto ante el sendero invisible. Fse oriente bien te guard acatar fas Orlenes de Dlas por un momento yale mds que toda una vida al servicio del mundo. ‘Acoede a la gracia eligiendo obedecer, y tv acto daré vida a tu alma, que volaré més allé de la tierra ultrajeda.» 6 Bare of Sly tf Set : con Io invisible y deja a un lado el fugaz mundo, ‘mancillads por las distrayentes tentaciones de la pasion, Si permites cue tu codicia te ate Jamas conseguirds recorrer el sendero, aut: exige {que conties en tu mente y purifiques tu alma Debes convert tu suffimiento carnal en una causa espiritual para cambiar y ser feliz, y la gracia vendrd a ti en tus oraciones: Pero tu actitud demuestra que no eres mas que la piel ‘que cubre fa materia ignorada por el sendero.» El jeque y la anciana Lina anclanadescentena implore pa ‘Quiero aprender a rezar, se cepa ante el jee ‘Deseo orar para conocer secteto def serendad.» «TA sto rezas para obtener ana recompenss, {yw dua hace que a ae aco lo ea eln mas, respond el ecu «También yo encontré una buena postura para rezar de radillas ‘pero no hallé satisfecci6n, o al menos ella no me encontr6 a mi. icici casera pete desde e momento en cue asuminos ‘como una trea nests extensis leg - El ave que anhela ser fuerte «Dime cémo ser sincero, Coranaxlo, 1 ae no engatias dim qué hacer para alear la elstraccion que me seduce 'y convierte mi corzzén en una pleda arrofaca al mar. ‘Anular mis faltas ya no puedo, y Ia pasion de mis sentidos me reduce y empobrece mi espiritu, ‘que ha perdido lo que poseta; lo demas se ha convertida cen alacranes que hostigan mis ojos y mi lengua. Llamo pero nadie en mi interior me oye, sinceridad me falta para arrancar mi mente de fas llamas del mundo. Cierlo es que me rind ante mis fdolos, pero anhelo ‘encontrar mi verdaclero papel Sincero es mi deseo de conocer al rey, pero la fuerza espiritual me ha abandonado.» La respuesta del Coronaclo expresa compasion y también tirmeza: 4E| sendero no es para todos, ni se trata de una feria de entrada libre. Quien emprende este viaje lo hace con el coraz6n en paz.y cuted encuentre el camino ave le guiard hasta el centro; pero primero debe aprender a ser, a no pugnar por cosas tersen 6 Tae te Busco a Leite, « quien pertenezco, «ella cuter llegar a busco bajo la Maria, entre las roces, su lune, las alas del vento, laraz6n de in sinrazén, Leila, por todas partes la busco.» BS i fea El Valle de la Bisoueda ‘Ahora que os habéis reunido en el creptisculo 'y la inmensa planicie de la noche cubre el celo, tiemblan las estrellas y 1a crtistula de la luz se extingue sobre la irregular silueta de fa tlerra esmaltada. © Escuchad con atencion: a punto esta de comenzar ‘uestro viaje en la oscuridad. Oscureced vuestras mentes, ‘vuestros corazones, vuestras excepclonales almas ‘que retinen fuerzas para volar con fe y coraje hacia cl rey, Siete valles tan cxtensos como el cielo deberéis atravesar. Haréis realidad vuestra bisaueda y encomendaréis, ‘westros corazones al Amor; os acercaréls luego al Entendimiento, ‘que con sui viva danza agasaja a la Independencia y fa Separacion -y precede a la Unidad pura y al Asombro, un valle ‘Seguro, fresco y abstracto como puntos de luz estelar, Por ultimo, al final del camino conoceréis la Pobreza sagrada, itil de nace, y wuestra meta habréisalcanzado. El dolor y la duda os asaltarén cuendo <1 dl primer valle de westra bifsoueda, pero seguid viaje entre el fuego y el hielo y haced frente ala marejada de confusién porgue nadie os oird gritar. Todo lo que os parecta carne y hueso se convertira ‘en huesoy ceniza; para salvar vuestro corazén de la perdiciOn, pata coger la primera luz de la divinidad que arde en vosotros coculta, batallaréis hasta sofocar la insurreecién ‘que ha sido vuestro apetito, Alejzos de ese estado envencnado, regresad a vuestro nticleo, al centro de vuestto corazén y yueslra mente, alabad cl serdeto, comprometens con la biscet, 'y 0s apartaréis de las fuestes cortientes que surgen de muestro dogma, dvisin, creencla y escepticismo, Elevads hasta el amor y dejad atrés Ia afliccion del mundo.» n El Valle del Amor «El amor no ¢5 algo que se profese para auc surta efecto ni razonablemente se apliaue: el amor es fuego. Contemplad una llama desgarrada desde el are, tnteniad offal lobo Que atlla 2 la céndida luna ¥ perelbiréis la naturaleza del amor. El rostro de un amante se inflama y arde impetuoso sobre la capeiasa razén que s6lo nombra. Para amar debéts ser transparentes y estar dispuestos a darlo todo, o fa lama del amor se extinguité en vosotres. Os guian los sentidos, un manto de raz6n asfisia vuestra voluntad de entregaros por entero, y no estdls desesperados comio el pez ‘que el mar ha arrastrado hacia fa costa y, afin de sobrevivir, lucha contra la arena inexorable La’aspitacion por si Sola no basta: sin amor es un cedazo perforado {y obstruido por la escoria de la especulacién, El Valle del Amor es fuego. y aauellos que entran y vi son también fuego enloguecido y desesperadamente cat "(El amor es mit vida’, y en el Amado se hunden hasta mori,» El Valle del Entendimiento «Este valle no es alfa ni omege su final 5 fa niebla que el sol disperse, y sv origen tan clerto como una luciémage en la distancia cenagosa Infinite ¢5, pero en acuellos aue alcanzan ta pureza de su esencla perdlura y crece bendiciendo cuerpo y alma, cue asctenclen y descieniden como espejas de la respiracion humana, Para ver el sendéro debéis trabajar por yuestra integridad, dlisipar la distracci6n y fa indolencia, evitar la muerte espiritual, Se os revelara segin vuestra capacidad al ritmo en que poddis concebirlo; entender es transformarse, ver lo que pocos distinguen hacerlo a través de las cambiantes arenas de ta apariencla ‘comp s6lo los seres alados consiguen, Cuando dejéis de obsestonaros por vesotros mismos, 4 al mirar directamente el rastro de wuestro amigo encontrés la eternidad, Wuestro aprendizaje 0s concederd la plenitud, Pero debéis adentraros en | valle Corrla firme decision de cruzar esta sombre de mortales trampas, porque corréis el riesgo de perderos como muchos otros o simplemente de caer en un profundo suefo Despertad de wucstio sopor € id en busca del amigo, © comio una flecha en el viento se torcerd yuesizo velo.» El Valle de la Separacion E] Coronado habla en tono gtave y tierno a la vez «Después del Entencimiento llega el Valle de Ia Separacion, cuando alme y cuerpo se unen para tomar distancia de! mundo y contemplerlo con desapego. ‘Aaui sopla un viento helado aue todo reduce a una simettfa de insignificancias: las océanos se conder'san nun estaneaue, los planetas que cantan en armonta celestal se convierten en meras chispas, y el cielo el inflerno pletden sus dimensiones. Entonces los mitos se hacen realidad, y una hormiga es tan fuerte como clen elefantes ‘con sus colmillos alzados y los ojos inyectados en sangre; ‘len carayanas que huyen de una tormenta de polo s¢ transforman en fantasmas dentro de [e punzante tinicbla, ‘y un cuervo lentamente corta el cielo y atiborra su buche. Huestes de dngeles confieren a Adén su luz celestial nil criaturas perecen en fa inundacién de Noé, ‘que ahoga al mundo entero, y una mirfada le mosauitos laca el eército del rey Abraha, cuyo poder se extingue sobre el lodo tenido de sangre, Mil recién nacidos mueren mientras Moisés 5 puesto a salvo con el fin de que vivay gufe a su tribu; {os fieles cantan sus himnos para satisfeccr [a voluntad de Dios _y dar nucva vide a Jests en el recuerdo del paraiso, forialeciendo el cielo en la tierra los corazones son tomacios por asalto para que en ka noche cl Profeta —Ia paz sea con él— pueda al Supremo obectecer, Mlajar descle el centro hasta el extremo ultimo en milagroso vuelo {luego ascender hasta el trono para aprender cinco veces a ora: En este valle nada nueyo ni viejo tiene valor puede arder el mundo, y la noche usurpadora desprectar el dia, lls horas pasan hacia atrés, las mentiras nacen como verdades, yl ciclo y la tierra se desintegran en una hoja que de un arbol cae Si mil almas se abogasen en un poderoso mar no serfan més que tina pulga engullida por una gota; Si todo se conuirtese en nada, desde el pez hasta la lun ¥y auecese aniquilado sin dejar rastro de hombre o genio, seria Iu gota de agua que todo Io tefleja por dentro.» El astrélogo Observal a astrologo lent fega con la ater Su elit cibre con cee ml granos ycoge tuna vara, como si de una varita mégica ve tatase, ‘pata trav con mano fine y espertmentada ‘es trqyecterta de los planetasen torno a un centro, _y preecir el fituro de cata uno ce nosotras. Sus desigics ycileulos vatican desde el celo 1a terra J auguran buena 0 mala fortuna, bravura 0 doclidad, hasta que, de improvis, easrdlogo bora signos y igura: ASI 6 este mundo y también fa vida, como una darea ante nuestros propios ojos, nuestros ingenuos anficlos yet superficial juego de la pasion ‘Slo nuestro interior enclerta la verdad, ‘ye resto es puro azar El Valle de la Unidad Ye.en pleno vuelo, el Coronado cruza valles noche y dia Inientres (as aves empenan todas sus fuerzas en seguirie: an yuestro viaje tendréis que encumbraros hasta la Unidad-En este vale todo aparece fragmentado ane vuestros ojos pia volver a unificarse: dicz mil cabezas de un mismo origen se alzan, y yosoltos huis de esa multiiud y su algarabia, Peto ese confuso.ndimero surge de una fuerza ‘que vuelve a formar diez mil, y en consecuencia Ia unidad que pereibis se convierte en multitud EL Ser del que hablo y vosotros desedis sobrepasa la unidad, es infinitud y més, ‘excede los confines del antes y el después. Y no se llega a él séio con deseatla pporauie este ser todo lo supera Existe algo cuando todo se reduce ala nada?» ie “thes dt Ela at La réplica de un bufon de Dios ‘Am hombre sao se e formu una pregunta: «¢Qué es este mundo? Qué s\gnifican las imagencs cuc mils ofos ven?» Ei buon de alma bondadosaentorces do sSincer eu pregntay por eso la espeneré este mindo este vetginoso fego le imagenes cue te seducen noche yc, pero también te dsustan y hororizan, son como cera de nif coleresy fonnas; site aprons vets grieas due pronto se conserten en merosbultos, ‘membranes sn valor n medida, Aun as ns lamas .este falso tesoro que vanos deseos alimenta ‘¥no-nos percatemos de que en realidad todo es uno, aspiramas tontamente a mucho, ash ue ale cut valen les palabras? Debséisreliraros del tunuilo y debate sobre la vida exterior, tan aya “J vacts ae os convieste en nada, poco ms aue un ganso. ‘i plum, incenclusos, varecas y en came vive, Para salvar westtas alias ested atentos e Intentad alcancac la otra erilla.» El Valle del Asombro «Cuando la Unidad dejéis atrés llegeréis al Valle del Asombro, y perplejas seréis cond hacia este invisible mundo que es la suma de Ios bajos espfritus. Allf la voluntad flaquea como la luz al amanecer, cuando el sol atin se oculta; susplraréls, y cada suspiro desgarrard la piel de yuestra alma, El aire pugna por entrar en los puinones y finalmente se escapa en un tfmido y amargo lamento; el fuego no calienta, la depresidn reina en este espacio, y parece que no tenéis salida ante cl mar de sensaciones que os abruman, eDibnde vais entonces? El Valle de ka Unidad fie la praca as ‘que as ensefié a olvidarlo todo, a emerger y 2 disolveros. Paris de las profundidades donde naa se conoce ¥ ni el inviolable medio ni fo remoto se resuelven La historia de las polillas Una noche, varias polillas ardientes de deseo. se reunievon para comprobar si tadas compartian en yosotros. El sentido de la existencia se ha fusionado nada sé, nada comprendo, Y ahora podéts afirm muerto estoy en la superficie, y s6lo el amor sobrevive. Viajo inseguro y me ditijo al Amado, atin desconocido para este corazén au espera ser interpretado.» * El Valle de la Privacion y la Muerte «Anora encontraréis el uhimo valle, explica el Coronado, ‘donde todo es nada y nada es todo. El rayo de sol que moteaba y surcaba apacible las indolentes sombras de la tarde se ha perdido para siempre CT en un cdimulo de olvido y oscura distrecci6n ‘oue se alimenta de Ia semille de la memoria, a » imposible de describir: Fsta penumbra cede ante una nueva luz celestial Se’agita el vasto acéano de la existencia, y la forma se extingue; el mundo se ahioga, y aquellos que reconacen su fullidad se sumergen y disuelven en paz y felicidad CCargados de dolor y humillaci6n pesaba sobre ellos 1 miedo y la duda, pero ahora aue nada son crecch en el acéano. No obstante, les almas impuras petsisten como la piecay el dloe, elementos durosy amargos. ‘que varamente resisten el curso de la existencta,Insepuros {y-0pcos parce el sol sobre ellos no brill; se aferran al ser, [peta aauiellos que se rinden y funden con a unidad superior ‘consenvan fa belleza, se depuran y existen cuando dejan de exists. La mente no puede concebitlo, por mes que se esfuerce.» A. la misma obsescn, ¢Cimo pocennos savers, se preguntaron, _cotvenctdas de ae fa verdad poseian una de sus congéneres emvaron en busca de Informacion ue pudiese saciar su cutosided. De un extreme a otro recor esta pola las velos de la noche ‘hasta que logr6 divisar la lama de une vela en ta torre de un castillo. AV regreser junto a sus conypaeras relat ante ellas su ascrbro, pero una de las polls, ave era sala, dijo ave la mensajera nada habia comyprendido sobre el candi, y emda otra a tnvestgar. Carla punta de sus alas logré la Segunda pola tocar ta sma, ‘pero a ls dems contes6 que e calor Ia habia luyentado “ya verdad 20n ignorzba, Una tercera emprendi6 entonces ef velo, tan intovicada de amor ‘que se arroj6 al fuego y alli perecié, consume 1 sabia, al ver aue fa llama envolvia como un guante falgurante cuerpo de su computer. dijo a tas demas «Esa poll sabe ators Io ae fans pots ects ‘vidio alguno conseguir revela-» Anécdota de un amigo de Dios Un amigo de Dios; cue loraba sin consuelo, + ceplcd el motive desu stern, «loro poraue estoy murtenda y me inovicta cue la vide hiya de ml cuerpo, Sia dl ya estoy unio,

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