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FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB Ficha técnica: Eticas deontolégicas y utilitaristas Autores: CENCI, Walter y PERPERE VINUALES, Mora Contenido L.Introduccién... Contexto hist6rI¢0 El utiitarismo: sus premisas y alcances El utiitarismo de Stuart Mill El utiitarismo como concepeién liberal... ronnie ese ese 9 ‘Algunas eriticas.. Las respuestas a las criticas y el utilitarismo de las reglas .....msnnmnnnnnsennnnnnnnnsnn AD Kant y la fundamentacién de la metafisica de las costumbres.. 2 3 4 5. 6 7 8 9 La ética y la dindmica del deber .....nnnnnnnnnmnnnnnesnnnnnnnnnneresrnnnnnnnnsnn 16 10. La configuracién de la maxima y el imperativo categérico. 11. El imperativo categdrico y SUS FErMUIAS ...nmnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnsssnnnn 18 12. Bibliografia . FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB Eticas deontologicas y utilitaristas 1. Introduccién Luego del viaje que hemos hecho por el mundo griego, haremos un gran salto hist6rico para ubicarnos en el mundo moderno (de la Edad Moderna) europeo, donde surge el utilitarismo. El uilitarismo es una de las propuestas éticas mas importantes y populares. Entre los motivos de su éxito, podemos sefialar su sencillez y su modalidad cuantitativa de concebir Ia virtud, puesto que busca encontrar una medida para la bondad de los actos a realizar. La ética concebida de esta ‘manera pretende poseer un caracter mas objetivo que aquellas posiciones que hacen referencia a las intenciones o al carécter de las personas involucradas. Asi, el utiitarismo ha considerado a la ética como una ciencia positiva de la conducta humana En esta unidad, primero ubicaremos esta doctrina en el contexto histérico en el que surge. Luego, veremas los puntos principales que establecié su fundador, Jeremy Bentham, y las modificaciones que introdujo posteriormente Stuart Mill. Después, mencionaremos su relacion con el liberalismo y algunas objeciones que se le han hecho. Finalmente, concluiremos con algunas variantes posteriores. del utilitarismo que pretenden salvar esas objeciones. 2. Contexto histérico No es casual que la Inglaterra del siglo xvi haya revisado en gran medida la antigua tradicién hedonista (la que asociaba la felicidad con el placer) para encontrar en ella una perspectiva moral que pudiera dar cuenta de la nueva situacién que comenzaba a consolidarse en el pais. Una hilandera, por ejemplo, podia hacer un pafio en un telar en un dia, ecudntos més puede hacer una ‘maquina? Sin duda, los beneficios (en principio solo para los duefios del sistema productivo) estan en la capacidad notablemente mayor que provoca la implementacién de la energia del vapor en la industria textil. Ahora bien, esta mayor productividad, équé impacto tiene socialmente? «Qué consideraciones morales pueden estar presentes alli? El efecto inmediato fue la destruccién de numerosos puestos de trabajo artesanal, al que se sumaron condiciones de vida lamentables para las clases mas bajas y un deterioro de las formas sociales de convivencia. La revolucién industrial y los cambios sociales que esta provocé necesitaban un sistema moral acorde a la situacién, donde las nuevas condiciones de produccién y sus efectos sociales, debian poder ser justificados -y eventualmente rectificados- desde alguna moral. El utlitarismo tiene este sello y, si Bien no es exclusivo del mundo inglés de esa época, es indudable que alli encontré las condiciones para pader expresarse filosdficamente. Para esta escuela, el objetivo de la moral no es agradar a Dios ni seguir ciertas reglas abstractas, sino producir en el mundo la mayor felicidad posible, Esta escuela no se consideraba a s{ misma simplemente un movimiento filos6fico limitado FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB al mundo académico, sino que sus precursores eran reformadores sociales que buscaban modificar las practicas de la época, Elhedonismo, adormecido por siglos de moral cristiana, tendré un retorno muy singular a través del utilitarismo, con la economia como un punto de apoyo en esta articulacién. Otro antecedente, menos directo, pero de importancia para la configuracién de esta doctrina, es la visién econémica presentada a partir del siglo xvi Precisamente, la terminologia que utiizarén los filésofos utiltaristas tiene en la economia un lugar central de referencia. Palabras cruciales como “interés” 0 “utilidad’, propias de esta doctrina moral, provienen de las consideraciones econémicas. Como articular las nociones de bien y de felicidad con las de interés y utilidad va a ser un tépico central del pensamiento de Jeremy Bentham y, luego, de John Stuart Mill. Los lineamientos del utilitarismo fueron propuestos inicialmente por David Hume (1711-1776). Sin embargo, su desarrollo fue consolidado por J. Bentham (1748-1832) y J. S. Mill (1806-1873). La diferencia entre la formulacién utilitarista de uno y otro es que, en el caso del primero, es rigida, radical y comparativamente cruda con respecto a la de Mil. Aunque sigue sosteniendo sus principios bsicos, en general, se dice que Mill suaviza y modifica considerablemente la doctrina de Bentham. Igualmente, ambos comparten ciertas caracteristicas que exceden el marco teérico de la ética: ambos son reformadores de la historia. As{, Bentham tuvo una gran influencia en las instituciones briténicas de comienzos del siglo xix. Pertenecié, como lider, @ un grupo reformador llamado Los Radicales Filoséficos, grupo que fue responsable de beneficios sociales y cambios politicos en la industrializacién de Inglaterra. Por ejemplo, gracias a los esfuerzos de este grupo se mejoré considerablemente el cédigo penal. Cuando Bentham muri6, Mill llegé a ser el lider del movimiento. Ambos pensadores estaban en contra de la monarquia y del privilegio aristocratico, y los dos eran ‘opuestos al imperialismo e impulsaban el sufragio de las mujeres, entre otras cosas. Bentham y Mill llegaron al utilitarismo como resultado de sus intereses en la reforma, y desarrollaron su posicién ética a través de la busqueda de un principio que se pudiera determinar con objetividad y que asegurara su aplicabilidad a cualquier accién moralmente justificable. Lo que buscaban, en definitiva, era un criterio de decisién para determinar si un acto era justo o injusto y que ese criterio fuera objetivo. La pretensién de Bentham era que la ética fuera una ciencia tan exacta como la matematica, motivo por el cual puede verse cierto formalismo en las afirmaciones utilitaristas. La idea era tratar de no apelar a los conceptos de autoridad, de intuicién, de divinidad, de sentimiento y de emocién, conceptos que o bien llevan a una étice subjetivista o bien llevan 2 una ética de la trascendencia. Hasta aqui podriamos sintetizar lo anterior diciendo que el utiitarismo buscaré no solo una justificacién de la ética, encuadrada en su marco histérico de aparicién, asociada a las consideraciones econémicas de su época, sino que ademas intentard convertirse en una disciplina positiva, en la medida en que pueda dar cuenta de la conducta humana ajusténdose al bien, a la justicia ya la felicidad. Entremos, pues, en el tema, FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB 3. El utilitarismo: sus premisas y alcances El utilitarismo surge en Inglaterra en la misma época en que escribia David Hume, el fildsofo escocés que mencionamos en un tema anterior y que fue uno de los fundadores de la filosofia empirista, Tengamos presente que el empirismo es la filosofia que sostiene que el conocimiento proviene de nuestras percepciones y que toda idea en la que no pueda rastrearse la impresién sensorial que la originé carece de sentido. Por ejemplo, desde esta perspectiva, las ideas de Dios o de alma no refieren a nada, sino que son solo ruidos que hacemos con la voz cuando decimos esas palabras. Fuerte, éno? Dentro del marco empirista, entonces, el utilitarismo pretende encontrar un parémetro observable para medir el valor moral de las acciones. Obviamente, la intencién o los preceptos que tenga una persona para llevar a cabo una accién no son algo observable. En cambio, las consecuencias concretas que pueda tener una accién silo son y, por lo tanto, son objetivas y medibles. De ahi que este sea el criterio elegido para juzgar la conducta moral El niicleo central de esta escuela reside en su definicién de “bueno”, que consiste en lo siguiente: “La maxima felicidad para el mayor nlimero de personas posible”. Pero cen qué tipo de felicidad estén pensando? Esta premisa debe implicar una definicién de felicidad, que el utiltarismo rastrear en el hedonismo. De alli es que los utilitaristas, en su fiiacién a esa corriente griega, conciban la felicidad en relacion con el placer. Asi, el principio utilitarista puede ser reformulado de la siguiente ‘manera: “EI maximo placer para el mayor niimero de personas posible”. Seguin Bentham y Mill este debe ser el criterio a partir del cual debemos decidir si una accién es correcta o incorrecta. En sintesis, esta escuela descansa en dos cuestiones principales: (2) Que la buena vida de un hombre es una vida de placer. (b) En tanto los hombres son agentes morales, ellos deberfan actuar de acuerdo can el maximo placer para la mayor cantidad de personas posible. La primera pregunta que surge, entonces, es en qué punto es posible juzgar un acto como bueno, tomado en este sentido utilitarista. Un acto puede ser juzgado como bueno o malo, segiin sus intenciones (como lo veremos en el caso de Kant) o segtin las consecuencias que pueda tener. Cuando un acto es juzgado por sus intenciones, lo que evaluamos es en qué estaba pensando esa persona cuando hizo algo. Muchas veces la gente hace actos valiosos porque espera algo a cambio, Asi, un politico que tiene una mala imagen publica puede hacer una gran donacién, u otro tipo de obras de caridad, pero no porque esté bien hacerlo, sino para que se modifique su imagen. Si la opinién publica evaluara ese acto desde el punto de vista de la intencién que lo origin, consideraria que ese acto es menos bueno 0 valioso que uno similar realizado por Teresa de Calcuta (si viviera), dado que en este ultimo caso la intencién seria simplemente ayudar a los més pobres. Si se evalia un acto por sus consecuencias, en cambio, lo que se considera es el resultado. En este caso, no FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB importa la intencién de Teresa ni la del politico: si los dos donaron la misma suma de dinero para ayudar a la misma organizacién, los actos de ambos son igualmente buenos. Ahora bien, ¢cual es la posicién del utlitarismo a la hora de juzgar un acto? El utilitarismo evalia los actos segin sus consecuencias, y por este motivo a este tipo de éticas se las denomina consecuenclalistas. Pero aquino termina todo: de esta definicién de “bueno” se desprende también ue esta escuela es extensionalista porque evalua los actos por sus efectos y no por quién los lleva acabo. Muchas veces el mayor niimero de placer para la mayoria puede producir una cantidad desmedida de dolor para una minoria (cuyo numero podris ser considerable), con lo cual el placer de la mayoria debe estar balanceado con el dolor de la minoria. Es decir, el placer de muchos no debe exceder en gran medida al dolor de unos pocos (0 no tan pocos). De alli que una cuestién central para los criterios utilitaristas de Bentham sea la posibilidad de un cdlculo de utilidad que pueda cuantificar los efectos de una accién y, por ende, determinar su moralidad. Para el utilitarismo, la ética, en tanto vincula el bien y el placer a través de lo util, necesita “matematizar” la moral, Pars ello, intentara ver de qué modo se puede medir el bien y el mal de los actos. Volvamos al concepto de utilidad. En primera instancia, hay dos aspectos fundamentales involucrados en él: uno es la intensidad y el otro es la extensividad. El primero remite a la condicién de méxima satisfaccién de una necesidad y, el segundo, a la cantidad de individuos afectados por ese acto u objeto util. Asi, la llegada del fin de semana nos da placer porque satisface nuestra necesidad de descanso. iPero una semana con dos sabados seria atin mejor! ¥ seria mejor que cada uno se tomara un dia més de descanso porque, si es feriado descansamos todos, es decir, afecta a una mayor cantidad de gente. Aqui cabria una consideracién en relacién con el hedonismo antiguo: para este, la felicidad esté en la busqueda del placer; pero, para el utilitarismo, aunque Bentham o Mill no lo hayan enunciado de este modo, la felicidad no estaria exclusivamente en obtener placer y evitar el dolor, sino en la satisfaccién de necesidades, que no es exactamente lo mismo. En la época en que se publicaron los primeros escritos de Bentham, se los caricaturizaba con dibujos de cerdos dedicandose a los més bajos placeres del cuerpo. Pero, en realidad, él pensaba ms bien en el placer que da satisfacer una necesidad. Un fin de semana largo después de rendir un examen dificil es muy placentero, ipero tampoco es una bacanal Veamos otro ejemplo. Un medicamento es mas util si resuelve la congestién gripal, pero si ademas es antifebril, es mejor que aquel que solo sirve para la congestién, En este sentido, se mide la intensidad. Ademés, si el medicamento tiene eficacia en el mayor niimero de personas con las ‘menores contraindicaciones, ser, por cardcter extensivo, ms itily, por lo tanto, mejor. No obstante, répidamente podemos advertir que en este célculo de utilidad aparecen algunos dilemas éticos. Puede ser que un medicamento, por ejemplo, sea intensamente mejor que otro, pero muy caro. Su alcance, en cuanto a la cantidad de personas que pueden beneficiarse con él, es ‘menor, éCual es mas itil?: Zel que satisface mas necesidades o el que alcanza a mas gente? FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB Debido a cuestiones como la ejemplificada arriba, aparecen otras variables, junto a la extensividad yla intensidad, que hay que tener en cuenta para hacer el célculo utiltarista. Una es la cuestion de la duracién. En efecto, puede ser que una accién sea util por un tiempo menor que otra y, por ende, serd preferible Ia que proporcione placer durante mas tiempo. Por lo tanto, la condicién temporal se convierte en otra clave para dar cuenta de qué puede ser considerado stil. También hay que atender a la proximidad, Puede que algo proporcione placer, pero a muy largo plazo. Comparado con otro objeto 0 accién que nos satisface de manera inmediata, pareciera que hay que preferir la Ultima, Otro factor que entra en el calculo utiltarista es la certeza de que esa accién efectivamente va a ser iitil para la mayoria, Esto le agrege valor a une accién frente a otra acerca de cuyas consecuencias no estamos seguros. Ademds, hay que tener en cuenta la fecundidad de ese acto, es decir, que de lugar a futuros placeres; y, por iiltimo, la pureza, esto significa que esa accién no conlleve dolor. Con todos los aspectos mencionados, deberiamos poder calcular exactamente el valor de una accién. Se le asignara un puntaje a cada variable y la accién que sume el puntaje mas alto serd la ‘més util, la que proporciona mayor placer. (Hay que tener un posgrado en matematicas para decidir algo! Como podemos ver, estas consideraciones situian al utilitarismo como una teoria que no presta demasiada atencién a lo que sucede en la intimidad de la persona, sino a una forma de objetivided, de exterioridad medible y cuantificable que intenta emparentar la ética con las ciencias del calculo. Sibien hemos hecho referencia a la filiacién del utlitarismo con el hedonismo, en la corriente griega hhay un egofsmo intrinseco que no pone de relieve el vinculo con el otro: todo lo bueno es bueno para el individuo en tanto le provoque placer. En esta ecuacidn, placer = felicidad = bien, no hay ugar para lo social mas que como horizonte en el cual encontramos nuestras satisfacciones. Por eso. se dice que el hedonismo antiguo es egoista. El utilitarismo, en cambio, pondra en consideracién la \clusién del otro en la medida en que una necesidad del ser humano, uno de los puntos que se debe resolver en funcién de su felicidad, es ser amado. Igualmente, la asociacién entre felicidad y placer es bastante débil, tal como hemos podido ver cuando estudiamos a los fildsofos clisicos. Incluso desde nuestra perspectiva del sentido comin y desde le concepcién actual de felicidad, es bastante clara la diferencia: buscamos placer porque lo consideramos bueno, pero no buscamos Ia felicidad porque sea buena. Por el contrario, nos ponemos felices cuando hemos alcanzado algo que consideramos bueno. De hecho, para evitar todas estas dificultades en cuanto a la identificacién entre felicidad y placer, los utilitaristas contemporaneos han buscado otras alternativas a la hora de definir la felicidad. Un punto importante a tener en cuenta es que para el utilitarismo, la felicidad de cada persona cuenta por igual. Debemos tener presente esta tesis, especialmente debido a la asociacién que tiene cen nuestra sociedad este término con el ambito empresarial y con el egoismo, basada en el vinculo de este término con Ia palabra”itl”. Sin embargo, nada mas lejos de esta escuela, pues uno de sus conceptos centrales es el de imparcialidad. Como explica Mill: “La felicidad que constituye el criterio utilitarista de lo que es correcto en una conducta no es la propia felicidad del agente, sino la de FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB todos los afectados. Entre la felicidad personal del agente y la de los dems, el utilitarista obliga a aquél a ser tan estrictamente imparcial como un espectador desinteresado y benévolo,”* Esto significa que, al contrario de cualquier posicién defensora del egoismo, uno debe sacrificar su propia felicidad en aras de la felicidad de la mayoria, En realidad, esta concepcién de imparcialidad ha dado lugar a una serie de debates de interés, no por el egoismo que esta en su base sino, por el contrario, por su excesiva exigencia. De hecho, esta exigencia es aun mayor si tomamos en cuenta que para esta escuela no tiene sentido establecer una distincién moral entre seres humanos y no humanos, lo cual significa que un animal debe ser tratado, ‘moralmente como un ser humano. Esta posicién es utilizada por varios ecologistas que rechazan el maltrato a los animales, asi como su uso para experimentaciones de distintos tipos y para el entretenimiento de los seres humanos. Bentham dio fundamentos para estas tesis al desplazar lo que define el trato moral de un ente desde la razén o el habla hacia la sensibilidad. Asi, si consideramos que un ente es sensible al dolor, no debe ser maltratado. Este fildsofo plantea su tesis con las siguientes palabras: Puede llegar el dia en que el resto de las criaturas animales pueda adquirir aquellos derechos que nunca podrian habérseles negado, excepto por la mano de un tirano. Los Sranceses ya han descubierto que el color negro de la piel no es razén para que un ser ‘humano sea abandonado sin mas al capricho de un torturador. Tal vez lleque un dia en el que se reconozca que el ntimero de piernas, la vellosidad de la piel o la terminacién del os sacrum sean razones iqualmente insuficientes para abandonar a un ser sensible a la misma suerte. éQué otra cosa podria trazar la insuperable linea? éEs la facultad de la razén, 0 quizd Ia facultad del habla? Pero un caballo o un perro adultos son, sin comparacién, animales mds racionales, asi como mds capaces de sostener una conversacién, que un bebé de un dia 0 una semana o incluso un mes de edad. Pero supongames que fuera de otra manera, éde qué les serviria? La pregunta no es épueden razonor? ni pueden hablar?, sino épueden sufrir?™ En efecto, supongamos que vivimos en un departamento de tres ambientes en un barrio de clase media, poseemos un automévil pequefio y tenemos un esténdar medio de vida. Un dia alguien nos toca el timbre y nos recrimina la vida lujosa que tenemos, en contraste con la gente del norte del pais que muere de hambre, Nos exige que nos mudemos a un departamento de dos ambientes, vendamos el auto y que donemos el dinero restante para nutrir a gente que no conocemos. éCémo lo tomariamos? Si fuéramos utiltaristas consecuentes, deberiamos hacerlo, pero desde el sentido comin no nos cierra. Si bien podemos juzgar positivamente 2 quien tome esa posicién, no la consideramos obligatoria. Pareciera que desde el sentido comin no existe esta imparcialidad exigida por Bentham, y que no todos somos iguales. 24,5, Mil citado por Rachels James. Introduccién aa flosofla moral. Madrid: Fondo de Cultura Econémica, 2007, p. 165. ® Rachels, James. Introduccién ala filosofia moral. Madrid Fondo de Cultura Econémica, 2007, pp. 157-158. FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB En efecto, una cosa es nuestra familia y amigos y otra es el resto de la humanidad, la mayor parte de la cual nos resulta desconocida. Por los primeros dariamos muchos, sino todos nuestros bienes, pero no hariamos lo mismo por el segundo grupo. Esta distincién esta excelentemente graficada en la siguiente objecién al utiltarismo: “Un padre que deja que su hijo se queme, sobre la base de que en el edificio en llamas habia alguien mas cuya contribucién futura al bienestar general prometia ser mayor, no es un héroe: es (correctamente) objeto de desprecio moral, un leproso moral.”* 4. El utilitarismo de Stuart Mill Anteriormente dijimos que Mill habia suavizado el utilitarismo de Bentham. Resta preguntarnos entonces cual es la diferencia entre la posicién de uno y otro, y en qué consiste esa moderacién propia de Mill. Una diferencia importante es que Bentham asumié que si se calcula el aumento de placer que causa una accién determinada, esta produciré ese placer en cada persona en cantidades iguales. Mas atin, 61 asumid que no habria diferencias cualitativas entre placeres, sino solamente cuantitativas, tales ‘como [a intensidad o la duracién. Supongamos, por ejemplo, que el placer que provoca comer un chocolate sea x cantidad, de acuerdo con su intensidad, extensién, duracién, etc. Supongamos, ademés, que leer una novela provoque la misma cantidad de placer. Segiin Bentham, no habria ninguna diferencia, desde el punto de vista ético, entre estas dos acciones. Asi, para Bentham el calculo del placer supone Gnicamente factores cuantitativos. Pero Mill no estaba de acuerdo con esto. Como Epicuro, él consideraba que los placeres de la inteligencia son diferentes, superiores a los placeres del cuerpo. De ahi que distinguié entre tipos de placeres y evalué cudles eran los mas valiosos. Para Stuart Mill, la variante de placer que debe considerarse como buena es le que él denomina placer intrinseco, es decir, aquel placer mental, inherente a la psicologia humana. Por otra parte, estén los placeres extrinsecos, que valen en la medida en que pueden generar los intrinsecos, es decir, que son un medio para obtenerlos. Esto nos lleva a considerar que no es posible determinar la bondad de algo por la sola consideracién cuantitativa, tan importante en la perspectiva de Bentham, ya que el impacto psicolégico de los actos no puede mensurarse fécilmente ni homogeneizarse para determinar un canon de bondad, utilidad y, por lo tanto, de moralidad. En estas consideraciones, Mill también propone la clasificacién de los placeres en subjetivos y objetivos, siendo los primeros psicolégicos y més deseables que los segundos, aunque estos tltimos tienen la ventaja de que podrian ser calculables, mientras que los primeros no. Con respecto a lo que entiende Mill por placer: “Es mejor ser un ser humano insatisfecho que un cerdo satisfecho; mejor ser Socrates insatisfecho que un tonto satisfecho. Y si el tonto 0 el cerdo son de una diferente opinién, es porque ellos conocen solamente su propio lado de la cuestin. En 3 1bidem, p. 176. FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB cambio, la otra parte de la comparacién conoce ambos lados. Como podemos apreciar, esta es tuna importante restriccién al principio que asocia placer y felicidad con aquello que es deseable 0 no. De alguna manera muestra que, siguiendo a la tradicién griega, la vida intelectual es més preciada que la material Para comprender hasta qué punto ambas posiciones pueden llegar a oponerse, preguntémonos: qué nos generaria més placer: una noche en el Colén o una noche de lujuria asegurada? En el caso de Mill la respuesta serd, sin lugar a dudas, la primera, En cambio, como Bentham les otorga a todos los placeres el mismo valor, evaluaré qué genera mayor placer para la mayorla. éCual de las opciones suponemos que preferira la mayoria? 5. El utilitarismo como concepcién liberal El pensamiento utilitario, en particular a los puntos que lo lleva Stuart Mill, sostiene lazos con la politica, la psicologia y la antropologla; parte de estas disciplinas y vuelve a ellas. En un fragmento de Sobre Ja libertad, expresa con claridad su perspectiva y la manera en que la ética queda instaurada en medio de consideraciones de aguellas otras disciplinas, y manifiesta una necesaria articulacién det utilitarismo con las posiciones liberales y su inherente individualismo: Que fa especie humana no es infalible; que sus verdades no son mds que medias verdades, en la mayor parte de los casos; que la unidad de opinién no es deseable a menos que resulte de Ia mds libre y més completa comparacién de opiniones contrarias, y que la diversidad de opiniones no es un mal sino un bien, por lo menos mientras la humanidad no sea capaz de reconocer los diversos aspects de la verdad, tales son los principios que se pueden aplicar a los modos de accién de los hombres, asi como a sus opiniones. Puesto gue es itil mientras dure la imperfeccién del género humano, que existan opiniones diferentes, del mismo modo serd conveniente que haya diferentes maneras de vivir; que ‘se abra campo al desarrollo de la diversidad de cardcter, siempre que no suponga dafio a los demés; y que cada uno pueda, cuando lo juzgue convenient, hacer la prueba de los diferentes géneros de vida. En resumen, es deseable que, en los asuntos que no conciernen primariamente a los demés, sea afirmada la individualidad. Donde la regia de conducta 1no es el cardcter personal, sino las tradiciones 0 las costumbres de otros, alli faltaré completamente uno de los principales ingredientes del bienestar humano y el ingrediente més importante, sin duda, del progreso individual y social.* Si en la posicién de Bentham la clave del utilitarismo estaba en funcién de responder al mévil fundamental del hombre, que es placer-dolor (diada inscripta en la condicién humana y que se despliega en todas las direcciones hasta llegar ala ética), en Mill o uti es la posibilidad del hombre de expresarse libremente: es util aquelio que del hombre permite producir progreso, tanto “Esta es una fase célebre que encontramos en el capitulo 2 de su text £ utiliterismo (2007) 5 nil ohn Stuart. Sobre la ibertad. Madre: Alianza Editor, 1970, p. 68 FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB dividual como colectivo. En Bentham, lo util estaria en funcién de satisfacer necesidades; en Mill, en proyectar al individuo libremente, afirmando su diversidad y su originalidad. Es importante sefialar que, en este punto de Mill, no hay un anclaje tan claro en el hedonismo, sino més bien en el liberalismo propio de la Inglaterra del siglo xx. Bienestar y progreso son dos caracteristicas que estan en sintonia con el liberalismo y abren la cuestién a la politica y a la funcion del Estado. La eutanasia es un tema en el que se pone de manifiesto la tensién existente entre esta concepcién liberal utilitaria de la vida y la visién que impera en la sociedad actual. El término “eutanasia” viene del griego eu, que significa “buena”, y thanatos, “muerte”, y se refiere al derecho que tiene el ser humano a decidir sobre cuéndo morir. El debate se plantea en aquellas situaciones en las que las personas no pueden llevar a cabo dicha decision, como sucede en ciertas instancias de las enfermedades terminales, donde estan bajo el control médico, o en personas con impedimentos para movilizarse. Por lo general, se recurre a argumentos cercanos al paternalismo para rechazar dicho derecho como, por ejemplo, el planteado por John Locke de que Dios nos ha creado y es nuestro duefio, por lo que no podemos hacernos nada que afecte a su propiedad. Los utilitaristas, por el contrario, favorecen esta préctica, pues rechazan restringir cualquier libertad que no afecte a terceros. Veamos cémo lo explica Bentham: El tnico fin por el cual es justificable que la humanidad, individual o colectivamente, se entremeta en la libertad de accién de cualquiera de sus miembros es la propia proteccién. Que fa tinica finalidad por ta cual el poder puede, con pleno derecho, ser ejercido sobre un miembro de una comunidad civilizada, contra su voluntad, es evitar que perjudique a los demds. Su propio bien, fisico © moral no es justificacién suficiente [..]. Sobre si mismo, sobre su propio cuerpo y espiritu, ef individuo es soberano. Otro ejemplo de la concepcién liberal de esta escuela se encuentra también en el modo en que concibié el problema de la prisién y en qué consistia una pena. Bentham rechazaba el retribucionismo, es decir, devolverle de algtin modo al ofensor su mala accién (un paradigma de esta posicién es la famosa ley del talién, resumida en el Antiguo Testamento con la frase “ojo por ojo y diente por diente”. En su opinidn, todo castigo era malo en s{ mismo, siempre y cuando el castigo supusiera tratar mal a la gente, quitdndole su propiedad, mediante una multa, su libertad con la prisién 0 incluso la vida. En realidad, lo que todo esto hacia era aumentar el sufrimiento en el mundo. Si de fo que se trata es de aumentar la felicidad en el mundo, la Unica justficacién para encerrar a los criminales es aislarlos para que no sigan infringiendo la ley. Sin embargo, el concepto de la prisién se vio modificado cuando las ideas utilitarias empezaron a propagarse en las distintas legislaciones. En efecto, le prisién dejé de ser considerada como un lugar de castigo en el que se encerraba a los malhechores, para convertirse en un centro de rehabiltacién. Su objetivo pasé a ser modificar la mala educacién recibida y capacitar a quienes estaban encerrados para insertarios en el mundo laboral. En nuestro proximo tema, veremos cémo se puede concebir el castigo y las carceles desde otra perspectiva ética: la de Kant. iExactamente al revés! Rachels, ames, 6p cit, pp. 154-155. 10 FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB 6. Algunas criticas En este punto reuniremos algunas de las dificultades que se desprenden de lo que hemos venido sefialando a lo largo del apartado. Como hemos visto, la primera gran dificultad es determinar en qué consiste tanto el placer como la felicidad, conceptos fundamentales para la propuesta sobre qué es bueno, segtin esta escuela, A este punto se le debe agregar la cuestién de cmo cuantificar el placer. Algunos herederos de Bentham han propuesto utilizar como criterio la cuantificacién del mercado: lo que se paga por satisfacer ciertos deseos, intelectuales 0 no, daria una medida del valor de cada placer. Sin embargo, por motivos de espacio, no nos adentraremos en este punto. En segundo lugar, tenemos que sefialar el problema consistente en determinar el alcance de una accién desde el punto de vista espacial y temporal. Al respecto, podriamos recordar lo que dice Borges sobre esto. Para él, las consecuencias de un acto se ramifican hasta el infinito, por lo que un acto es infinitamente bueno y también malo, si es que lo consideramos desde sus consecuencias, Entonces, las probabilidades de bondad o maldad se neutralizan en el infinito, y con ello su consideracién moral entra en la indeterminacién.” Tomemos el caso de las plantas pasteras de Botnia y Ense como ejemplos de este punto. La ciudad de Fray Bentos, en Uruguay, es una ciudad fronteriza que ha tenido pasados mds gloriosos. Pueblo a la vera de una ruta del MERCOSUR, vive del comercio y del turismo, En la plaza central hay una glorieta donada por los emigrados de esa Ciudad a diferentes paises, lo que demuestra la alta desocupacién de la ciudad y la gran cantidad de emigrados que tuvo por ese motivo. A finales del siglo xx, la Anglo tenia una planta de procesamiento de carne de grandes proporciones, con un amarradero para exportar la carne. Esta planta hoy en dia se convirtié en el Museo de la Revolucién Industral. La instalacién de las plantas pasteras (después queds solo Botnia) proporcionaria fuentes de trabajo para el lugar y mejoraria de ‘manera ostensible el PBI del pais. Esto parecfa un negocio redondo por todas partes. Sin embargo, si ampliamos el alcance de la accién, tomando en cuenta un periodo de tiempo més amplio que los siguientes cuatro u ocho afios (es lo que tiene en mente un politico que es 0 apunta a ser presidente) y, ademds, ampliamos el alcance geogrsfico més alld de la Republica Oriental del Uruguay, veremos que el panorama no resulta tan “redondo”. En efecto, por una parte, tenemos el reclamo de la gente de Gualeguaycht que sostiene que los olores de la pastera as! como las sustancias limpiadoras utiizadas afectan la playa del Rlandubaysal. Més alld de estos efectos, el propio reclamo de la Argentina fue una consecuencia no tenida en cuenta por exceder el alcance de lo evaluado a Is hora de tomar la decisién. Desde el punto de vista temporal, también es posible que haya efectos perjudiciales no contemplados en su momento. Asi, del sector agricola cercano a Fray Bentos hubo reclamos referidos a los érboles utilizados para la pastera, que afectaban la agricultura de la region porque absorbian gran cantidad de agua. Por otra parte, podria darse el caso de que los olores y los desperdicios de la planta terminaran afectando a Las Cafias, la playa de Fray Bentos, fuente importante de turismo. En sintesis, podria ser que esta planta terminara afectando al campo 7 Ct Borges, Jorge Luisy Ferran, Osvaldo. En alilogo. Buenos Aires: Ed. Sudamericana, 1988, p. 298, 11 FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB yal turismo, dos de los pilares econémicos de nuestro pais vecino, en un periodo de tiempo mayor al tenido en cuenta en la decision primaria. El tercer punto que se le objeta al utilitarismo es que, para ellos, “buenas” son las acciones que consiguen “el mayor bien para el mayor nlimero de personas”. El problema es que en aras de lograr ese objetivo puede atentarse contra las minorias. Leamos el sigulente ejemplo de Murray Rothbard para mostrar de qué manera esta consecuencia puede afectar un derecho de la minoria tan importante como el de la vids Imaginemos que en una determinada sociedad la mayoria aborrece y vilipendia a los pelirrojos y que le gustaria enormemente acabar con ellos; imaginemos, ademds, que en cada periodo concreto existe un nimero muy pequefio de pelirrojos. ¢Debemos decir que, en tales cireunstancias, es ‘bueno’ para la inmensa mayoria degollar a los pocos individuos de cabellos rojizos® Impactante la cita, everdad? Pero, en dltima instancia, Rothbard quiere resaltar que las necesidades de las minorias también tienen que ser satisfechas. Entonces, es posible reconstruir una gran cantidad de ejemplos que, desde el sentido comin, resultan inmorales, pero que pars el utilitarismo son perfectamente correctos. Veamos el siguiente caso en el que se ponen en tensién la felicidad de la mayoria y el principio de equidad ligado con la justi Supéngase que un utiltarista estuviera visitando un érea en la que hubiera conflictos raciales, y que, durante su visita, un negro violara a una mujer blanca, y que ocurrieran disturbios raciales como resultado del delito, turbas de gente blanca que, con la complicidad de la policia, golpean y matan negres, etc. Supdngase también que nuestro utilitarista estd en la zona del delito cuando éste se comete, de modo que su testimonio conduciria a la condena de un negro en particular. Si él sabe que una pronta detencién pondrd fina los disturbios y linchamientos, seguramente, como utiltarista, debe pensar que tiene ef deber de dar un falso testimonio que produciré el castigo de una persona inocente® 7. Las respuestas a las criticas y el utilitarismo de las reglas Los utiltaristas han contraatacado, en primer lugar, sefialando que los casos aqui recogidos son hipétesis que llevan la cuestién del derecho o la justicia a extremos no realistas acerca del mundo, y de ahi se concluye que esta concepcién es errénea. En efecto, en el mundo real dar falso testimonio tiene malas consecuencias y no buenas, coma se propuso mas arriba. Sin embargo, esto " Rothbard, Murray. Algunas teorias lternativas sobre Ia libertad. Libertas N® 31, art. 03. Ed, ESEADE, 1999, SH. McCloskey, citado por Rachels, James, introduccién a lo flosofa moral, p. 168, 2 FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB ‘no parece una objecién suficientemente fuerte, pues es en estos ejemplos imaginarios donde salen ala luz los problemas de las distintas teorias que hemos venido viendo hasta ahora. Una segunda estrategia para responder a esta objecién es poner en duda el sentido comtin. Nuestro sentido comin no es necesariamente confiable. De hecho, es usual que se recurra a teorlas como las que estamos viendo para avalar de algtin modo o justificar lo que dice el sentido comin. Pero hemos visto situaciones en las que la raz6n nos ha advertido contra lo que dice el sentido comuin. Habria que ver hasta dénde no tendremos que rever ciertas cuestiones respecto de los derechos de los animales o la eutanasia, en las que el sentido comtin nos gufa hacia una direccién y la teoria utilitaria hacia otra. Una iltima estrategia, especialmente dirigida hacia el problema de las minorias, es la que se ha dado por llamar el utilitarismo de la regla. Para entender esta estrategia tenemos que analizar en qué consiste el utiitarismo, recurriendo a las herramientas vistas en la primera unidad. A la hora de introducir el tema de la ética, hemos mencionado tres ambitos diferentes: el Ambito de las acciones; la moral, en el que se encuentran los codigos que nos dicen qué hacer; y finalmente, la ética, que proporciona la justificacién de la moral, es decir, responde a por qué hacemos algo. Hecha esta distincién, podriamos decir que el utilitarismo (al que denominaremos utilitarismo de la accién para distinguirlo del de la regla) estd en el segundo nivel. Esto significa que nos responde qué hacer en determinada situacién. E| utilitarismo de la regla, por el contrario, se ubicaria a nivel de la ética. A grandes rasgos, pretende establecer un cédigo moral que sea el que mayor felicidad proporcione a la mayoria de la gente. Es decir, es una suerte de jusificacion ética que utlizaria un legislador a la hora de establecer un codigo. Grafiquemos esta distincién utilizando el esquema que vimos en el tema 1: Etica Utilitarismo de la regla Moral Utilitarismo de la acci6n Acciones Asi, por ejemplo, en el utilitarismo de la accién se evaltia si mentir va a generar mayor o menor felicidad en una situacién en particular. En Ia préxima ocasién, deberemos volver a evaluario. Dicho: con otras palabras, nunca se puede establecer desde el utilitarismo de la accién una regla o un mandamiento como “no mentirds”. En el utilitarismo de la regla, en cambio, se trata justamente de 13 FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB determinar una regla como la anterior y para eso se toman en cuenta diversas situaciones, algunas para las cuales esta regla generaré mayor felicidad y otras en las que no. Si se concluye que, definitivamente, la regla genera mayor felicidad que su contraria, en adelante se toma como una regla que no se ha de modificar. En conclusién, a pesar de las crticas que ha recibido, el utiitarismo sigue siendo una doctrina muy popular aunque, muchas veces, malinterpretada. Se la suele asociar con el egoismo, pero ya hemos Visto que, por el contrario, la felicidad del individuo se ve supeditada a la de la mayoria. Esta escuela de pensamiento tuvo mucha influencia en las teorias econémicas posteriores. Asi, el economista italiano Wilfredo Pareto propuso el famoso principio econémico conocido como éptimo de Pareto. Seguin este autor, una sociedad alcanza un estado dptimo cuando no es posible aumentar el bienestar de un agente sin disminuir el de otro. Es decir, una politica es buena sia alguno o algunos les va mejor con dicha politica mientras que a ninguno le va peor. Las teorias econémicas neoclésicas de la actualidad contindan esta linea de pensamiento. 8. Kant y la fundamentaci6n de la metafisica de las costumbres La potencia del pensamiento de Kant se expresa no solo por haber reconsiderado las posibilidades legitimas del uso de Ia razén, sino por haberle dado a la reflexién sobre la vida prdctica Ia aplicacién de esta raz6n para organizar las acciones, dandole un giro absolutamente nuevo a la visién de la ética. Como si se tratara de alguien contra el resto del mundo, Kant postula una distancia radical con respecto al resto de las éticas que, desde el horizonte filoséfico, se habian presentado: ya no es més la felicidad lo que se busca en la ética, sino el deber. Si algo ha revolucionado Kant con respect alla ética, es modificar la pregunta originaria sobre el bien: este no es lo que nos lleva a la felicidad, sino aquello que remite al deber. Si tuviéramos que proponer, a modo de arquitectura inicial, el encofrado que pondra Kant para la construccién de la ética, este esta en la articulacién entre el bien, la libertad, la razén y la voluntad en funcién de la construccién del fin de la ética que es conquistar el deber en lugar de la felicidad, Precisamente es a la voluntad a la que le da un valor particularmente valioso. Asi nos lo formula en uno de sus libros dedicados a la ética. “En ninguin lugar del mundo, pero tampoco siquiera fuera del mismo, es posible pensar nada que pudiese ser tenido sin restriccién por bueno, a no ser Gnicamente una buena voluntad”, asi abre Kant su Fundamentacién de la metafisica de las costumbres. La voluntad, en efecto, juega un papel fundamental en su filosofia practica, pues ella determina que algo sea, finalmente, un bien o un mal De esta manera, los dones naturales, ya sean talentos del espiritu o propiedades del temperamento, pueden ser en extremo nocivos si la voluntad que ha de hacer uso no es buena. Lo mismo ocurre con los dones de la fortuna: estos se pueden emplear bien o mal, incluso la felicidad yace sometida alla condicién de una voluntad buena. 4 FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB Esta idea contrasta con la eudaimonia aristotélica que tiene a la felicidad como el fn dltimo de la naturaleza humana, pues es lo Unico bueno en s{ mismo, el fin ditimo de nuestras acciones. En cambio, segiin Kant, encontramos que cuanto més se ocupa una razén cultivada por alcanzar la felicidad, tanto mds se aleja de la verdadera satisfaccién. Esto se da pues siempre que se encuentra que, por el hecho de alcanzar la felicidad conforme al célculo de los medios, en realidad se han echado encima mas trabajos que felicidad ganada y la vida pasa ser, como decia Schopenhauer, “un negocio que no cubre los gastos” La voluntad no es buena por lo que se efectiie o se realice conforme @ un fin, sino por querer; es buena en si misma. Por eso el verdadero cometido de la razén ha de ser producir una voluntad buena, Como dijimos, esta voluntad es el bien sumo y no un medio para satisfacer nuestras inclinaciones: es la condicién para todo lo restante (incluso la felicidad), sin ningn propésito ulterior. Con el fin de explicar lo que significa ser una voluntad buena, Kant recurre al concepto de deber, pues también el deber, como ya hemos abservado, es en si mismo incondicionado, De alli que en el entramado citado al comienzo, la libertad, la raz6n, el bien, la voluntad, se juegan en funcién de no hhacer que las inclinaciones sean el impulso definitorio en la ética. Porque si fuera por ellos, lo tinico que se buscarfa seria la satisfaccién, no el deber. De este modo, segin Kant, el deber abarca a la buena voluntad, pues él puede ser incluso contrario a nuestras inclinaciones. Kant no ve un problema cuando el deber coincide con las inclinaciones, sino cuando no coincide. Por ejemplo, si miinclinacién es ceder el asiento a un anciano, ahi mi deber ‘no juega un papel coercitivo o decisive para mi accién. Pero simi inclinacién es no cederlo, entonces el deber constituye un elemento esencial para que mi voluntad esté por encima de tal inclinacién y se constituya como buena. Por eso Kant distingue entre acciones conforme al deber como es en el primer caso y acciones por deber como sucede en el segundo. Veémoslo con otros ejemplos: podemos decir que es correcto que un comerciante no cobre més caro a un comprador inexperto, ‘manteniendo un precio fijo universal de manera que un nfo puede comprar como cualquier adulto. De este modo, el comerciante sirve honradamente, pero, segtin Kant, esto no basta para creer que elcomerciante se haya conducido asi por deber, pues su provecho también exige no dar preferencia en el precio a uno sobre el otro. En consecuencia, la accién no ha sucedido ni por deber ni por inclinacién inmediata, sino meramente por un propésito interesado. Si cedo el asiento por cualquier otra razén que no sea el deber, supongamos para caerle en gracia a una persona que viaja conmigo, entonces obro de acuerdo a mi propio provecho y mi voluntad no es buena en si misma. Una cuestién mas complicada se produce cuando la accién es conforme al deber y, ademas, hay una inclinacién inmediata a ella. Conservar le propia vida es un deber, y todo el mundo tiene una inclinacién inmediata a ello, por eso no tiene ninguin valor interior. Para que haya valor interior tiene que anularse la inclinacién inmediata 0 natural. As, si alguien sufre producto de las contrariedades del mundo 0 posee una congoja sin esperanza que le ha arrebatado el gusto de vivir y desea la 15 FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB ‘muerte, pero conserva la vida sin amarla, no por inclinacién o miedo, sino por deber, entonces su méxima (“debo conservar la vida") tiene un contenido moral". Una accién por deber tiene su valor moral no en el propésito que vaya a ser alcanzado por medio de ella, sino en la maxima segun la que ha sido decidida. No depende de la realidad del objeto de la accién, sino meramente del principio del querer seguin el cual ha sucedido la accién, sin tener en cuenta objeto alguno de Ia facultad de desear. Asi, el valor moral de una accién reside en el principio de la voluntad que es meramente formal, pues si una accién sucede por deber, es porque ha sido sustraido todo principio material. La conclusién es que el deber es la necesidad de una accién por respeto a la ley. ‘Aqui ya encontramos una particularidad en Kant yes la no exterioridad del problema moral. Es decir, rno en la accién misma ni en sus eventuales efectos, sino en la interioridad que la guia que, segiin él, se formula por una maxima, 9. La ética y la dinamica del deber Como sintesis, tenemos tres proposiciones: 1. el valor moral consiste en hacer el bien por deber y no por inclinacién; 2. el valor moral de una accién reside en su maxima, no en su propésito y 3. el deber es la necesidad de una accién por respeto a la ley. Ahora bien, se pregunta Kant: “Qué ley podré ser esa cuya representacién, incluso sin tener en cuenta el efecto que se espera de ella, tiene que determinar a la voluntad para que esta pueda, en absoluto y sin restriccién, llamarse buena?™. Esta ley que sirve a la voluntad como principio reza de la siguiente manera: nunca debo proceder més que de modo que pueda querer también que mi maxima se convierta en una ley universal. Ante todo, hay que distinguir aqui entre maxima y ley universal. En Critica de la razon prictica se expone claramente tal diferencia: Los principios précticos son aquellas proposiciones que contienen una determinacién universal de la voluntad subsumiendo bajo ella diversas reglas practicas. Dichos principios son subjetivos, 0 maximas, cuando la condicién sea considerada valida solo para la voluntad del sujeto en cuestién, © leyes précticas, si dicha condicién es reconocida como tal objetivante, es decir, cuando vale para la voluntad de cualquier ente racional. Dicho en otros términos, una maxima se halla en primera persona (yo debo hacer tal y tal cosa) mientras que una ley universal esté precedida por el cuantificador en cuestién (para todo x, si x es racional, entonces debe hacer tal y tal cosa). La primera implica un apremio subjetivo de la accién; la segunda, uno objetivo. Veamos esto con el conocido ejemplo kantiano de la promesa: éno puedo licitamente, cuando estoy en un aprieto, Nétese aquila diferencia con Aristételes, shay una inclinaci6n natural ala felicdad entonces la méxima “debo ser feliz" no posee un auténtica contenido moral. 16 FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB prometer algo que no tengo intencién de cumplir? No se trata de saber si seria imprudente o pperjudicial no hacerlo, pues nunca sabemos las consecuencias que deparard una accién. De lo que se trata es de averiguar si su seguimiento es 0 no conforme al deber. El medio mas seguro de saber esto iltimo es preguntarme si quiero que esa maxima sea una ley universal. Es obvio que no puedo quererlo, pues si todos (no solo yo) prometiesen algo sin intencién de cumplirlo entances el prometer careceria de sentido. Nadie creeria en las promesas y, por lo tanto, tampoco en las mias. El querer una promesa sin intencién de cumplirla y su universalizacién es contradictorio, luego imposible. De esta manera, la maxima no puede formar parte de la legislacién universal que constituye las acciones conforme al deber 0 valor moral. De esta manera, y como ya hemos advertido anteriormente, todos los conceptos morales tienen su sede y origen a priori en la razén, porque es ella en tanto practica la que impulsa la ley universal. De tal manera, sostiene Kant en la Critica de la razén préctica, si un ser racional debe pensar sus maximas como leyes précticas universales, no puede pensarlas sino como principios que contengan el fundamento para determinar Ia voluntad, no segin la materia sino solo segtn la forma. De lo contrario, la regla de la voluntad quedaria sometida a una condicién empirica y, por lo tanto, no seria una ley préctica. Sia uns ley se le despoja de toda materia, de cualquier objeto de la voluntad, no queda nada salvo la simple forma de una legislacién universal. Por eso, la voluntad no es otra cosa que razén préctica, pues es ella la que establece que los imperativos sean leyes objetivas. Venimos hablando de los principios de la accién humana y del comportamiento humano. Estos principios implican ciertas restricciones y ciertos habitos. Dados estos habitos y las posibilidades naturales de actuar sobre si se pueden enunciar maximas de comportamiento. Las maximas conforman propiamente las leyes practicas o principios pricticos objetivos que nos indican como. ‘nos tenemos que comportar. Las leyes practicas son constrictivas para la voluntad y tienen la forma de imperativo. 10. La configuracién de la maxima y el imperativo categérico Kant distingue entre dos tipos de imperativos: el hipotético y el categérico. El hipotético tiene la forma general de “no debes hacer esto porque sino..." Es decir, ¢s un imperativo que esta orientado a las posibles consecuencias de la accién. Por el contrario, el imperative categérico tiene la forma general “debes hacer x” o la versi6n prohibitiva “no debes hacer x", simplemente porque asi lo manda el deber. Por eso, la mera expresién lingUistica no es suficiente para determinar si el imperativo que ha guiado nuestra conducta es categérico. Para saber si es uno u otro es preciso referirse a lo que ha movido nuestra voluntad. Si no hemos robado, nuestra conducta es conforme al deber (conforme al imperativo “no debes robar”), pero si no hemos robado por miedo a la policia, el imperativo que hemos seguido es hipotético ("no debes robar si no quieres tener problemas con la policia”). Mientras que en el imperativo categérico el deber es fin en si mismo, en el imperativo hipotetico el deber est orientado a la consecuencia de la accién. 7 FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB El imperativo categorico nos viene a decir que, por ejemplo, no se debe robar porque la accién de robar es mala en si misma, independientemente de si nos pueda detener o no la policia. Si el ‘mandato delimperativo ordena algo como bueno, de realizacién necesaria independientemente del provecho o perjuicio que implique, es categérico. En cambio, si ordena algo de forma condicionada, si manda algo porque es un buen medio para la realizacién de un propésito ulterior, entonces el imperativo es hipotético. Finalmente, si el propésito es un fin no comtin a todos los hombres, el ‘mandato recibe el nombre de imperativo de la habilidad. Si es comtin a todos, recibe el nombre de imperativo de la prudencia, Kant consideré que nunca se puede estar absolutamente seguro de que nuestra conducta no haya estado motivada por un interés 0 por alain temor, y por ello concluyé que cuando nos parece seguir un imperativo categérico siempre cabe la posibilidad de que el imperativo por el que nos regimos sea hipotético. Es decir, siempre puede darse el caso de ser movidos por el interés propio o por el egofsmo o por las consecuencias de las acciones en vez de por el deber. 11. El imperativo categérico y sus formulas Dejamos claro que la representacién de un principio objetivo, en cuanto obliga a la voluntad, se denomina mandamiento de la razén, y la férmula del mandamiento se denomina imperativo. Kant distingue cuatro formulas del imperativo categérico, a saber: 1. Formula de la ley universal: obra solo segun una maxima tal que puedas querer, al mismo tiempo, que se tome ley universal 2, Férmula de la ley de la naturaleza: obra como si la maxima de tu accién debiera tornarse, por tu voluntad, ley universal de la naturaleza. 3. Férmula del fin en si mismo: obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como, en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio. 4, Férmula de la autonomia: obra como si, por medio de tus maximas, fueras siempre un miembro legislador en un reino universal de fines. Como vimos, la primera férmula es la mas general, de ella se desprende la segunda. Esta ultima nos dice que la maxima, siendo en si misma subjetiva, se transforme en objetiva (esa objetividad es propia de las leyes de la naturaleza). Més interesante es la tercera formula. Tomar al hombre como, un medio es intrumentalizarlo, considerar que se trata de un objeto cuya esencia es un “uso para...” Justamente cuando hablamos, por ejemplo, de “recursos humanos” lo que hacemos es concebir al hombre como un elemento mas de la naturaleza que sirve para determinados propésitos, como una ppieza més de una maquinaria funcional: un recurso puesto a disposicién que se puede usar, gastar, cconsumir. La idea central es que un hombre no puede ser dominado por otro otro hombre. Ademas, que el hombre sea un fin en si mismo implica la posibilidad de pensarlo como un valor intrinseco y 18 FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB no como mero valor de uso. Pero los valores no estan como estrellas en el firmamento, sino que son generados por el curso de las acciones de los hombres, y en tanto generador de valores es quello que tiene valor en si mismo. Sin embargo, la férmula del hombre como fin en si mismo no es empirica sino puramente racional; la humanidad que figura en ella no es un fin subjetivo sino universal: es condicién restrictiva de cualquier otro, El empleo de una persona para satisfacer los intereses de otra es una forma de degradar a un hombre sobre otros, un modo de quitarle aquello ue lo distingue como hombres: la libertad de autodeterminarse. Como dice |. Berlin, Kant es el verdadero padre de la nocién de explotacién como mal. Por eso cuando prometemos algo sin intencién de cumplirio, se vulneran de algtin modo los derechos de la otra persona, aquello que lo constituye como hombre: su autonomia para decidir libremente. Dice Kant, “si hay un imperative categérico (esto es, una ley para toda voluntad de un ser racional), solo puede mandar hacer todo por la maxima de la propia voluntad como una valuntad tal que a la vez se pudiese tener como objeto a si misma como universalmente legisladora, pues solo entonces el principio practico y el imperativo al que ella obedece es incondicionado, porque no puede tener interés alguno como fundamento” (432, 20-25). Un ser racional pertenece al reino de los fines nicamente como miembro cuando es en él universalmente legislador, pero estando é! mismo también sometido a esas leyes, en tanto que forma parte del reino de los fines. Por otro lado, Kant seftala que en el reino de los fines todo tiene o bien un precio o una dignided. En el lugar de lo que tiene un precio puede estar puesta otra cosa como equivalente; su esencia es su intercambiabilidad. En cambio, lo que se halla por encima de toda equivalencia tiene dignidad: “La moralidad es la condicién cnicamente bajo la cual un ser racional puede ser fin en si mismo, porque solo por ella es posible ser un miembro legislador en el reino de los fines. Asi pues, la ‘moralidad, ls humanidad en tanto que esta es capaz de s{ misma, es lo Unico que tiene dignidad”. Asi, la dignidad constituye la base de la autonomia que esta garantizada por la participacién del hombre en la legislacién universal. El ideal de humanidad encierra el ideal de autonome, de elegir su propio destino conforme al ser moral. Por eso la formula de la autonomia sefala la autofirmacion de la racionalidad humana: el hombre es hombre en tanto elige racionalmente conforme al deber moral. \Veamos estos cuatro de ejemplos que fueron expuestos por el propio Kant y que sirven para plasmar estas férmulas en circustancias plausibles: 1. Uno que, por una serie de desgracias lindantes con la desesperacién, siente despego de la vida, tiene aun bastante raz6n para preguntarse si no seré contrario al deber para consigo mismo el quitarse la vida. Pruebe a ver sila maxima de su accién puede tornarse ley universal de la naturaleza. ‘Su maxima, empero, es: hdgame por egoismo un principio de abreviar mi vida cuando esta, en su largo plazo, me ofrezca mas males que agrado. Tratese ahora de saber si tal principio del egoismo puede ser una ley universal de la naturaleza. Pero pronto se ve que una naturaleza cuya ley fuese destruir la vida misma, por la misma sensacién cuya determinacion es atizar el fomento de la vida, erin, Las races del romantiismo, p. 102. Maded, 2000. 19 FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB seria contradictoria y no podria subsistir como naturaleza. Por tanto, aquella maxima no puede realizarse como ley natural universal y, por consiguiente, contradice por completo al principio supremo de todo deber. 2. Alguien se ve apremiado por la necesidad a pedir dinero en préstamo. Bien sabe que no podrd pagar, pero sabe también que nadie le prestard nada como no prometa formalmente devolverlo en determinado tiempo. Siente deseos de hacer tal promesa, pero atin le queda conciencia bastante para preguntarse: no esté prohibido, no es contrario al deber salir de apuros de esta manera? ‘Supongamos que decida, sin embargo, hacerlo. Su maxima de accién seria esta: cuando me crea estar apurado de dinero, tomaré a préstamo y prometeré el pago, aun cuando sé que no lo voy a verificar nunca. Este principio del egoisme o de la propis utilidad es quizé muy compatible con todo, ‘mi futuro bienestar. Pero la cuestién ahora es esta: Zes ello licito? Transformo, pues, la exigencia del egoismo en una ley universal y dispongo asi la pregunta: gqué sucederfa si mi maxima se tornase ley universal? Enseguida veo que nunca puede valer como ley natural universal, ni convenir consigo. misma, sino que siempre ha de ser contradictoria. La universalidad de una ley que diga que quien crea estar apurado puede prometer lo que se le ocurra proponiéndose no cumplirlo haria imposible la promesa misma y el fin que con ella pueda obtenerse, pues nadie creeria que recibe una promesa y todos se reirian de tales manifestaciones como de un vano engafio. 3. Una persona encuentra en si cierto talento que, con la ayuda de alguna cultura, podria hacer de élun hombre itl en diferentes aspectos. Pero se encuentra en circunstancias cémodas y prefiere ir ala caza de los placeres que esforzarse por ampliar y mejorar sus felices disposiciones naturales. Pero se pregunta si su maxima de dejar sin cultivo sus dotes naturales se compadece no solo con su tendencia a la pereza, sino también con eso que se llama el deber. Entonces, ve que bien puede subsist una naturaleza que se rija portal ley universal, aunque el hombre -como hace el habitante del mar del Sur- deje que se enmohezcan sus talentos y entregue su vida a la ociosidad, al regocijo ya la reproduccién. En una palabra, al goce. Pero no puede querer que esta sea una ley natural universal o que esté impresa en nosotros como tal por el instinto natural, pues como ser racional necesariamente quiere que se desenvuelvan todas las facultades en él, porque ellas le son dadas y le sirven para toda suerte de posibles propésitos. 4, Alguien a quien le va bien ve a otras personas luchando contra grandes dificultades. €l podria ayudarles, pero piensa: équé me importa? iQue cada cual sea lo feliz que el hacerle: nada voy a quitarle, ni siquiera le tendré envidia; no tengo ganas de contribuir a su bienestar © a su ayuda en a necesidad! Ciertamente, si tal modo de pensar fuese una ley universal de la naturaleza, podria muy bien subsisir la raza humana, y, sin duda, mejor atin que charlando todos de compasién y benevolencia, ponderéndola y aun ejerciéndola en ocasiones y, en cambio, engafiando cuando pueden, traficando con el derecho de los hombres o lesionéndolo en otras maneras varias. Pero aun cuando es posible que aquella maxima se mantenga como ley natural universal, es, sin embargo, imposible querer que tal principio valga siempre y por doquiera como ley natural. Pues una voluntad que asf lo decidiera se contradiri asi misma, ya que podrian suceder elo 0 él mismo quiera 20 FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB algunos casos en que necesitase del amor y compasién ajenos. Entonces, por la misma ley natural oriunda de su propia voluntad, se veria privado de toda esperanza de la ayuda que desea. Estos ejemplos ponen de manifiesto el carécter formal de la ética kantiana, ya que se afirma que es posible decidir la correccién o incorreccién de una maxima a partir de un rasgo meramente formal como es la posibilidad de ser universalizada. Kant nos transmite un modelo objetivo para determinar la correccién moral de nuestras acciones. La marca de esta objetividad se encuentra en el hecho, presupuesto a veces por Kant, de que al preguntarnos cémo tienemos que obrar ante determinadas circunstancias, todos llegaremos a la misma respuesta de conducirnos racionalmente. Es deci, todas las respuestas racionales ante la pregunta acerca de cémo nos debemos gobernar en situaciones que contradicen nuestras inclinaciones naturales tienen que coincidir. Por eso, Kant distingue entre la forma y la materia de un mandato: la materia es lo mandado (por ejemplo, decir la verdad para el mandato “no se debe mentir’)y ia forma, el modo de mandarlo (sise ha de cumplir siempre, algunas veces 0 nunca). ‘Aquellas maximas de conducta que cumplen el requisito formal de ser universalizables describen tuna accién correcta, y aquellas maximas que no pueden ser universalizables describen una conducta equivocada o incorrecta. La correccién es seguir una méxima clegamente. Asi, por ejemplo, la méxima de conducta segiin la cual cuando hago una promesa la hago con la intencién de no cumplirla, es una maxima que describe una conducta mala, pues como hemos visto si la niversalizamos dejarla de tener sentido proponer y aceptar promesas. ‘A modo de esquema y como una especie de sintesis: de los principios practicos, unos son objetivos (leyes practicas) y otros subjetivos (maximas). Dentro de los objetivos, encontramos los que no poseen un caracter constrictive (como, por ejemplo, Dios) y los que poseen caracter constrictive (imperativos). Dentro de los imperativos, encontramos los que son hipotéticos, en tanto particulares Y contingentes (como los imperativos de la prudencia o de la habilidad) y los que son categéricos, es decir, aquellos que son universales y necesarios, pues vienen dados por el deber en si mismo (el deber por el deber) bajo les cuatro formulas que anteriormente fueron expuestas. Las consecuencias filésificas y précticas, tanto a nivel politico, juridico y ético propiamente dicho, atin siguen resonando. La grandeza de su pensamiento también se observa en las doctrinas y autores que lo han cuestionado u observado de distintos modos, sean el utiltarismo, el retorno a las concepciones de la felicidad como horizonte de la ética 0 la teorfa de los valores, como en Scheler. Sin duda, a grandeza de Kant se mide tanto por la impronta de sus seguidores como por Ia altura de sus adversarios. 12. Bibliografia BORGES, Jorge Luis y FERRARI, Osvaldo. En didlogo. Buenos Aires: Ed. Sudamericana, 1998, ISBN 9789500714815. 21 FuNDACION UADE RAGAN UNDERSAB CARPIO, A. Principios de filosofia: una introduccién a su problemdtica. 2a ed. Buenos Aires: Glauco, 1997. ISBN 9789509115019. CENCI, W.;LAERA, Ry LYTHGOE, €. Etica. 2a ed. Buenos Aires: Temas-UADE, 2010. ISBN 9789509445390 FERRATER MORA, José y COHN, Priscilla (comp,). Diccionario de filosofia de bolsillo. Madrid: Alianza, 2001. |SBN 9788420645407 KANT, IMMANUEL. Critica de la razdn prdctica. Barcelona: Ed. Gredos, 2017. ISBN 9788424937751. KANT, IMMANUEL. Fundamentacién metafisica de las costumbres. Madrid: Ed, Tecnos, 2006. ISBN 9788430943296. MILL, John Stuart. Sobre /a libertad. Madrid: Alianza Editorial, 2013. ISBN 9788420675558, MILL, John Stuart. £1 utilitarismo. Madrid: Alianza Editorial, 2014. 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