TOMÁS VIVÍA EN FRENTE DE LA CASA DE CAMILA Y LA QUERÍA MUCHÍSIMO.

LE MANDABA CARTAS LLENAS DE

CORAZONES Y, DE TANTO EN TANTO, LE REGALABA UN CHOCOLATE. 
CAMILA TAMBIÉN LO QUERÍA MUCHO, PERO NO SE LO DECÍA. CADA VEZ QUE LO VEÍA, SE MIRABA LA PUNTA
DE LOS ZAPATOS Y SE PONÍA TODA COLORADA. 
UNA MAÑANA, TOMÁS SE ASOMÓ POR LA VENTANA DE SU CASA. EN LA VEREDA DE ENFRENTE, CAMILA
TAMBIÉN SE ASOMÓ POR LA VENTANA. 
AL VERLA, TOMÁS DIJO: 
-¡BUEN DÍA! -Y SE PUSO UN BESO TIBIO EN EL HUECO DE SU MANO Y LO SOPLÓ CON FUERZA PARA QUE
LLEGARA HASTA LA MEJILLA DE SU AMIGA. 
PERO…EN EL MEDIO DEL VIAJE, PASÓ EL VIENTO CON GANAS DE DIVERTIRSE Y ¡SUMMMMMM!, SE LLEVÓ EL
BESO VIAJERO. LO HIZO VOLAR POR EL AIRE UN BUEN RATO HASTA QUE DECIDIÓ DEJARLO SOBRE LA OREJA DE
UN PERRITO VAGABUNDO. 
-¿QUIÉN SOS? -PREGUNTÓ SORPRENDIDO EL PERRITO. 
-UN BESO PERDIDO.
- QUÉDATE UN RATO, NO TE VAYAS -LE PIDIÓ, Y LE EXPLICÓ QUE COMO NO TENÍA DUEÑO, NUNCA LE HABÍAN
DADO UN BESO. 
Y EL BESO SE QUEDÓ. PASÓ DULCEMENTE TODA LA CARUCHA DEL PERRITO Y CUANDO VIO QUE POR TANTO
MIMO SE ESTABA QUEDANDO DORMIDO, SE ACURRUCÓ OTRA VEZ SOBRE SU OREJA. 
AL RATO PASÓ OTRA VEZ EL VIENTO Y SE LO LLEVÓ. 
EL BESO VOLÓ, VOLÓ, VOLÓ, HASTA QUE ATERRIZÓ SOBRE LA CEJA DE UN SEÑOR QUE TENÍA OJOS DE
ENOJADO, BOCA DE ENOJADO, FRENTE DE ENOJADO…, EN REALIDAD, ESTABA ENOJADO. 
¡MUY ENOJADO PORQUE NO LE SALÍAN LAS CUENTAS! 
-¿QUIÉN SOS? -LE PREGUNTÓ. 
-UN BESO PERDIDO. 
-QUÉDATE UN RATO. HACE MUCHO TIEMPO QUE NADIE ME DA UN BESO.
Y EL BESO SE QUEDÓ. AL SEÑOR LE FUE CAMBIANDO LENTAMENTE LA EXPRESIÓN DE ENOJADO Y DE A
POQUITO LAS CUENTAS LE EMPEZARON A SALIR MEJOR. LA VERDAD, PARECÍA QUE YA NO LE IMPORTABAN
TANTO. PERO…
MÁS TARDE, REGRESÓ EL VIENTO Y SE LLEVÓ EL BESO. ¿HASTA DÓNDE? ¡HASTA EL BANCO DE UNA PLAZA! Y
LO DEJÓ NADA MÁS NI NADA MENOS QUE EN LOS BIGOTES DE UN BISABUELO. 
-¿QUIÉN SOS? -LE PREGUNTÓ. 
-UN BESO PERDIDO. 
-QUEDATE UN RATITO, A VECES ME ABURRO UN POQUITO. 
Y EL BESO SE QUEDÓ.  
EL ABUELO SE PUSO FELIZ SINTIENDO LA COMPAÑÍA DEL BESO, PERO COMO NO ERA NADA EGOÍSTA, LO DEJÓ
DAR UN SALTO HASTA EL CACHETE DE UNA SEÑORA QUE IBA MUY APURADA, PERO QUE DETUVO SU MARCHA
Y SONRIÓ CUANDO NOTÓ QUE ALGO LE HACÍA COSQUILLAS. 
ENTONCES, NUEVAMENTE VOLVIÓ EL VIENTO A BUSCARLO. LO LLEVÓ VOLANDO HASTA UNA CASA DONDE
HABÍA UNA MAMÁ QUE ESTABA PROTESTANDO MIENTRAS PLANCHABA UN PILA ALTÍSIMA DE ROPA. LO DEJÓ
EN SU MEJILLA Y… 
-¿QUIÉN SOS? -LE PREGUNTÓ LA MAMÁ. 
-UN BESO PERDIDO… 
-¡ME ENCANTAN LOS BESOS! ¡SI QUERÉS,PODÉS QUEDARTE UN RATITO! 
EL BESO SE ACOMODÓ CASI EN LA PUNTA DE LA NARIZ Y ALLÍ SE QUEDÓ. Y COMO ERA UN BESO TIBIO Y
REDONDO, IGUAL A LOS QUE A CADA RATO LE DABAN SUS HIJOS, LA MAMÁ DEJÓ DE PROTESTAR Y EMPEZÓ A
CANTAR SU CANCIÓN PREFERIDA. 
PERO CLARO, COMO EL VIENTO TENÍA QUE VIAJAR ESE MISMO DÍA MUY LEJOS, PASÓ CON SU VALIJA
PREPARADA Y DIJO: 
-¡ES HORA DE DEVOLVER ESE BESO A SU DUEÑA! 
Y LO LLEVÓ CRUZANDO EL AIRE, PASANDO POR LA PLAZA Y ATRAVESANDO LAS CALLES HASTA LA CASA DE
CAMILA, QUE JUSTITO ABRÍA LA VENTANA PARA DEJAR ENTRAR EL SOL. 
-¡CHUIC! -SE OYÓ CUANDO CAYÓ SOBRE SU MEJILLA. 
CAMILA SE PUSO COLORADA, COMO SIEMPRE, PERO REQUETECONTENTA, PORQUE NO HAY COSA MÁS LINDA
QUE UN BESO CON RUIDO, TIBIO Y REDONDO, AUNQUE ESTÉ UN POQUITO USADO. 
                                                                                                        MABEL EDITH RUSSO
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