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Unidad 23
Unidad 23
Las críticas sociales sostienen que ciertas prácticas mercadotécnicas lesionan a los consumidores
particulares, a la sociedad en general y a otras empresas mercantiles.
Una encuesta de consumidores arrojó que éstos se preocupan primordialmente por los precios altos,
los productos de mala calidad o peligrosos, las afirmaciones engañosas de la publicidad.
Los elevados costos de la distribución. Una vieja acusación afirma que los intermediarios
ambiciosos elevan los precios muy por arriba del valor de sus servicios. Los detallistas contestan:
Los intermediarios realizan un trabajo que, de no existir ellos, correría a cargo de los fabricantes o
los consumidores. El precio es reflejo de los servicios mejorados que quieren los propios
consumidores. La competencia detallista es tan intensa que los márgenes son bastante pequeños.
Los elevados costos de la publicidad y las promociones. Los críticos afirman que gran parte de los
empaques y las promociones solo agregan valor psicológico al producto y no valor funcional.
Los mercadólogos contestan a estas acusaciones: Los consumidores quieren obtener de los
productos algo más que cualidades funcionales. También quieren beneficios psicológicos. Las
marcas dan confianza a los compradores. Se necesita mucha publicidad para informar a millones de
posibles compradores cuáles son los méritos de la marca. Finalmente una empresa talvez tenga que
invertir mucho en publicidad y promociones para igualar las actividades de sus competidores.
Los recargos excesivos. Los críticos también afirman que algunas empresas imponen recargos
excesivos a sus bienes. Por ejemplo en la industria farmacéutica y funerarias.
Los mercadólogos contestan que la mayor parte de los negocios tratan de hacer tratos justos con los
consumidores, porque quieren que éstos repitan su compra.
Prácticas engañosas
Se acusa a los mercadólogos de caer en prácticas engañosas que llevan a los consumidores a pensar
que recibirán más valor del que reciben de hecho. Los precios engañosos incluyen prácticas como
anunciar falsos precios de “fabrica” o “mayoreo” o una gran rebaja del precio, a partir de un precio
de lista, falsamente elevado. Las promociones engañosas incluyen prácticas como exagerar las
características o el rendimiento del producto. Los empaques engañosos incluyen exagerar el
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contenido del paquete por medio de diseños sutiles, no llenar el paquete hasta arriba, usar etiquetas
que se prestan a confusiones.
Los mercadólogos argumentan que la mayor parte de las empresas evitan las prácticas engañosas
porque éstas perjudican sus negocios a largo plazo. Si los consumidores no reciben lo que esperan,
optarán por productos más confiables. Además, los consumidores suelen protegerse contra los
engaños.
Obsolescencia proyectada
Los críticos acusan a algunos productores de seguir un programa de obsolescencia proyectada, que
hace que sus productos resulten obsoletos antes de que sea necesario cambiarlos, de hecho.
Ejemplo: moda de ropa. También se ha acusado a los productores de retener características
funcionales atractivas, para después introducirlas y hacer que los modelos anteriores resulten
obsoletos. Se ha acusado también a los productores de usar materiales y piezas que se rompen,
gastan, oxidan o pudren antes de tiempo.
Los mercadólogos contestan que a los consumidores les gustan los cambios de estilo; que se
aburren de los bienes viejos y quieren un nuevo aspecto tratándose de modas o un nuevo diseño
tratándose de autos. Las empresas muchas veces retienen las características nuevas porque no están
debidamente probadas, porque aumentan costos al producto que los consumidores no están
dispuestos a pagar y por otros motivos válidos. Sin embargo, lo hacen arriesgándose a que un
competidor introduzca la característica nueva y les robe mercado. Por tanto, gran parte de la
llamada obsolescencia proyectada es obra de las fuerzas de la competencia y la tecnología de una
sociedad libre; fuerzas que conducen a la superación constante de bienes y servicios.
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Las repercusiones de la mercadotecnia en la sociedad en general
La contaminación cultural
Los críticos acusan que la publicidad está atacando nuestros sentidos permanentemente. Los
comerciales interrumpen los programas serios; páginas de anuncios oscurecen los textos impresos;
los carteles afean bellos escenarios. Estas interrupciones están contaminando, la mente de la gente,
con mensajes de materialismo, sexo, poder o posición social.
Los mercadólogos responden a la acusación del “ruido comercial” con estos argumentos: en primer
lugar, esperan que sus anuncios lleguen primordialmente al público al cual se dirigen. Sin embargo,
debido a los canales de la comunicación de masas, algunos anuncios llegan a personas que no tienen
interés por el producto y, por consiguiente, se aburren o molestan. En segundo, los anuncios que
hacen que la televisión y radio sean medios gratuitos y mantienen bajos los costos de revistas y
periódicos.
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Las repercusiones de la mercadotecnia en otros negocios
Los críticos también dicen que las prácticas mercadotécnicas de una empresa pueden perjudicar a
otras empresas y reducir la competencia. Existen tres problemas: las adquisiciones de competidores,
las prácticas de mercadotecnia que levantan obstáculos para la entrada y las prácticas de
mercadotecnia desleales para la competencia.
Los críticos afirman que las empresas se perjudican y la competencia cuando las compañías se
expanden mediante la adquisición de otras firmas competidoras, en lugar de crecer desarrollando
sus propios productos nuevos. En ocasiones, las adquisiciones pueden ser buenas para la sociedad.
Al adquirirse una empresa se pueden conseguir economías de escala que conducirán a costos y
precios más bajos. Sin embargo, las adquisiciones también pueden ser perjudiciales y por tanto
están estrechamente reglamentadas por el gobierno.
Los críticos también han dicho que las prácticas de mercadotecnia impiden que las empresas nuevas
entren en la industria. Las grandes empresas de mercadotecnia pueden usar las patentes, el gasto
elevado para promociones y pueden llegar a arreglos con proveedores o distribuidores para impedir
que entren competidores o para sacarlos. Algunos críticos han propuesto un impuesto progresivo
sobre el gasto para publicidad con la intención de reducir el papel de los costos de venta, que
representan un gran obstáculo para entrar en el mercado.
Por último, algunas empresas han recurrido a prácticas de mercadotecnia desleales para competir,
con el propósito de perjudicar o acabar con otras empresas. Existen diversas leyes para evitar esta
competencia depredadora. Sin embargo, es muy difícil demostrar que la intención o el acto fueron,
en realidad, depredadores. La interrogante es si se trata de un caso de competencia desleal o de la
competencia sana de un detallista más eficiente contra otro menos eficiente.