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El cuerpo humano: la máquina perfecta

Los seres humanos nos caracterizamos por ser una especie curiosa e innovadora, que
desde la antigüedad ha encontrado en la tecnología una forma de “llegar a la perfección”;
inventando máquinas como la computadora, los teléfonos celulares, los cohetes y los
automóviles, el hombre ha pensado que está a punto de alcanzar la perfección. Sin
embargo, lo que el hombre ignora es que la máquina perfecta ya existe, y que su nombre es
“el cuerpo humano”.

El cuerpo humano es una verdadera máquina, que normalmente se encuentra


calibrada a la perfección para la conservación de la “homeostasis” o “balance” a través del
trabajo conjunto de numerosos sistemas. sistema nervioso, con el cerebro y la médula
espinal como sus piezas principales, que envían señales a otros sistemas del cuerpo para
controlar su funcionamiento; un sistema cardíaco, con el corazón y los vasos sanguíneos
como protagonistas, que se encargan de transportar sangre con oxígeno y nutrientes hacia
todas las células del organismo, y de llevar los desechos de éstas hacia los pulmones; un
sistema endocrino, que secreta hormonas desde distintas glándulas para que actúen en
células blanco específicas que propiciarán un efecto deseado en el organismo. Los
complejos mecanismos por los que actúan estos y otros aparatos (como el digestivo, el
respiratorio y reproductor) y permiten que un cuerpo conserve su estado de salud es gracias
a la vez al trabajo en equipo ejercido por la unidad funcional básica de nuestro cuerpo: la
célula; si bien su tamaño es pequeño, su cantidad es numerosa, constando de 100 millones
de engranes trabajando en conjunto para que los distintos sistemas que componen a esta
máquina que es el cuerpo lo hagan armoniosamente.
El cuerpo humano es valioso

A veces uno se pregunta cómo el cuerpo humano puede funcionar de una manera tan
compleja y coordinada. Desde que tomamos una bocanada de aire o movemos un músculo,
cientos de procesos se ponen en marcha, solo una máquina perfecta es capaz de realizar
tantos procesos al mismo tiempo como los que realiza el cuerpo humano.

“cada uno de nuestros órganos significa una fortuna”.

La vida es más fácil y más feliz, cunado todos nuestros órganos están en su lugar y
saludables.

Solo un órgano tan extenso como la piel, se adapta a todos los cambios de
temperatura, tiene diferentes tonos, para adaptarse a más o menos sol y tiene unos
mecanismos de sensibilidad, tan sofisticados que nos permite sentir, detectar cuando algo
esta frio o caliente, proteger nuestros órganos internos y comunicarnos con el exterior.

Piensen ¿cuánto vale cada uno de los dientes que tenemos dentro de nuestra boca?
¿Cuánto vale una mano biónica? ¿Un pie biónica? Millones y millones. En otras palabras:
nuestro cuerpo vale tanto que no tiene precio, por eso debemos cuidarlo al máximo.

El cuerpo humano y el entorno laboral

En los entornos laborales de hoy, no hay nada que por necesidad tenga que producir
accidentes con lesiones que resulten incapacidades para toda la vida. Nadie trabaja para
accidentarse o enfermarse. Esto nos obliga a tomar medidas para prevenir accidentes, por
ejemplo, el sentido común no indica que una máquina en movimiento, puede lesionar a una
persona que no la use correctamente, si se trata de hacer mantenimiento a una máquina que
está en funcionamiento, se arriesga sin ninguna necesidad a sufrir fuertes lesiones o incluso
perder la vida por una descarga eléctrica, al realizar levantamiento de cargas pesadas la
persona se arriesga a lesionarse la espalda. Y si no buscar ayuda, puede llegar a sufrir
lesiones lamentables que impedirán que continúe trabajando, para ganarse el sustento.
Incluso en la forma adecuada de sentarse, se debe cuidar la columna.

Los accidentes se pueden evitar, no importa la edad que tengamos, o lo


experimentado que seamos: siempre hay que mirar dónde ponemos nuestras manos, dónde
pisamos, cómo podemos prevenir cualquier caída o golpe. Cada uno de nosotros debe
cuidarse.

Prestar atención a nuestro cuerpo

No solo en el trabajo estamos expuestos a los peligros. Estamos expuestos, también


en nuestro hogar, cuando practicamos deportes o simplemente cuando vamos de paseo con
la familia. Por eso siempre debemos estar atentos y tomar medidas preventivas.
No deja de ser interesante como cuando le damos un bocado a una manzana, ni nos
paramos en qué tenemos que hacer después y sin embargo adentro de nosotros hay una
inmensa maquinaria funcionando para digerir, absorber nutrientes y expulsar desechos.

También debemos de tener en cuenta que todos tenemos una máquina perfecta en
nuestra posesión y que esta irá disminuyendo su eficacia a medida que nuestro equilibrio
nutricional se vaya orientando, tanto a los defectos nutricionales como a los excesos. E irá
aumentando siempre y cuando tomemos en cuenta todas las recomendaciones y medidas
preventivas para conservar nuestra salud.

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