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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La investigación que queremos realizar fue realizada en distintos países de Latinoamérica y


Europa, pero no se la realizo en nuestro país.

 México: “Las emociones y su relación con la conducta alimentaria”-Lic. Ana Lucia


Alvarado Méndez

En el presente estudio, se identificaron los alimentos consumidos con mayor frecuencia por
estudiantes universitarios y las emociones que experimentan durante la alimentación.
Participaron 819 universitarios, hombres y mujeres, con un promedio de edad de 22 años. Los
resultados generales indican que las emociones que experimentan los universitarios durante la
alimentación son en su mayoría agradables (disfrute, placer, alegría, felicidad y amor).
Adicionalmente se identificaron diferencias por sexo tanto en el tipo de alimentos como en las
emociones que reportan hombres y mujeres. Los resultados de la presente investigación
sugieren que las emociones agradables representan uno de los factores socioculturales que
motivan la conducta alimentaria. En estudios sobre trastornos de la conducta alimentaria, se
ha identificado que las personas con dichos padecimientos pueden experimentar emociones
desagradables antes y después del consumo de los alimentos. Como emociones antecedentes,
se han identificado: enojo, sensación de vacío, desesperación, preocupación e insatisfacción.
Como emociones consecuentes se han identificado: culpa, vergüenza, arrepentimiento,
remordimiento y autodesprecio. Sin embargo, actualmente no es clara la influencia de las
emociones experimentadas durante el consumo, tanto en muestras con trastornos en la
conducta alimentaria como en muestras no clínicas. En el paquete estadístico SPSS se
capturaron las emociones que los participantes asignaron a cada uno de los alimentos, así
como la intensidad experimentada. Las emociones reportadas con mayor frecuencia,
independientemente del alimento fueron: alegría, alivio, amor, arrepentimiento, asco, culpa,
disfrute, felicidad, placer, remordimiento, repulsión y ternura.

En cuanto a emociones agradables, se identificó que los participantes asignaron al 85% de los
alimentos emociones de disfrute, placer, alegría, felicidad y amor; en el consumo de agua y
papaya, reportaron emociones neutras como alivio. Finalmente en cuanto a emociones
desagradables, los participantes refirieron sentir asco en el consumo de nopales, pescado,
atún, pollo guisado y sushi; culpa en el consumo de refresco y remordimiento en el consumo
de pan y frituras. Los resultados globales indican que los universitarios consumen alimentos en
donde están presentes los hidratos de carbono, proteínas y grasa, vitaminas y minerales.
También se identificó que las emociones que los universitarios experimentan con mayor
frecuencia durante la alimentación son: alegría, alivio, amor, arrepentimiento, asco, culpa,
disfrute, felicidad, placer, remordimiento, repulsión y ternura. Adicionalmente se encontró
que las emociones experimentadas durante el consumo del 85% de los alimentos fueron en su
mayoría emociones agradables tales como disfrute, placer, alegría, felicidad y amor.
Finalmente se encontró que los hombres tienden a experimentar placer durante el consumo
de los alimentos a diferencia de las mujeres que tienden a experimentar disfrute con mayor
frecuencia.

 Chile: “Rol de la emoción en la conducta alimentaria”-Dra. Ana María Palomino Pérez


Las emociones tendrán un rol en la elección, calidad y cantidad de alimentos ingeridos,
lo que llevaría al aumento o disminución del peso corporal. La relación entre las
emociones y la conducta alimentaria es bidireccional y es dependiente del contexto,
de la escasez de la emoción en cuanto a su valencia, excitación e intensidad, así como
de la escasez fisiológica del sujeto. Dentro del contexto de la obesidad, se ha descrito
el concepto del “comedor emocional” como aquel individuo que utiliza los alimentos
como un mecanismo disfuncional para afrontar sus emociones negativas (ira, apatía,
frustraciones, entre otras). Estas emociones negativas estarían más presentes en
situaciones de alto estrés percibido, lo que conllevaría al aumento de la ingesta de
alimentos llamados “reconfortantes”, como lo son aquellos altos en azúcares y grasas.
La presencia del comer emocional sería más prevalente en mujeres que en hombres;
en personas obesas que en aquellas con estado nutricional normal y en contextos de
restricción alimentaria. Las últimas investigaciones señalan que la forma en cómo
regulamos nuestras emociones permitirían controlar la cantidad o calidad de los
alimentos que se ingieren, siendo una estrategia efectiva para el control alimentario. El
comer emocional es un concepto que deriva de la teoría psicosomática procedente del
psicoanálisis y define a aquella persona que presenta como mecanismo disfuncional, el
regular sus emociones negativas, a partir de la ingesta de alimentos; por tanto, es el
término que más se ha estudiado en el contexto del exceso de peso. Estas emociones
negativas son más sobresalientes en periodos de estrés percibido (la persona “se
siente” estresada) y en periodos de estrés crónico (condiciones laborales, económicas,
familiares de características desfavorables, entre otras); razón por la cual se vuelve
relevante la comprensión y aplicación del modelo de determinantes sociales de la
salud como la solución efectiva frente a la obesidad.
 España: “Inteligencia digestiva”- Dra. Irina Matveikova
"Según la opinión general, el intestino es una parte del cuerpo con forma parecida a
una serpiente, que además es muy fea, maloliente y produce sonidos socialmente no
aceptados. Sin embargo, poseemos un verdadero cerebro dentro de nuestras entrañas
y su función neuronal resulta muy parecida a la actividad cerebral de la cabeza.
Nuestro sistema nervioso entérico es nuestro segundo cerebro, y no se trata de una
metáfora".
Estas esclarecedoras palabras de la doctora Irina Matveikova nos acercan a un mundo
poco conocido: por qué nuestra mente no puede controlar las funciones digestivas;
por qué esta resistencia pone de mal humor e irrita a mucha gente, que busca
solucionar de inmediato sus problemas de digestión, hinchazón o estreñimiento, o los
dolores producidos por su colon irritable; por qué suele ser preciso un tratamiento
prolongado para recuperar el equilibrio interno; por qué la conducta digestiva influye
en el pensamiento, el estado de ánimo o la productividad intelectual.
Desde una perspectiva holística y con un profundo sentido didáctico, la autora
defiende la importancia de cuidar el cuerpo y mantenerlo limpio, porque cuando
descuidamos la salud, todo lo demás es mucho más difícil.
Se realizó el trabajo en base a lo que la propia autora del libro sentía, experimentaba
en base a la relación de sus emociones con su sistema digestivo, ella paso por varios
problemas emocionales y logro ver el cambio que existía en su cuerpo; la falta de
apetito, los dolores de estómago, subió y bajo de peso muy rápido, llegando a obtener
el resultado de que su estómago era su segundo cerebro.

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