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ZORRO Y UN CONEJITO

Había una vez había un zorro pequeño y curioso que tenía


pelo de color marrón, con patas pequeñas y blancas. Tenía
una nariz negra como sus ojos, pero los ojos todavía tenían
un destello atento y bromista.
El zorro vivía en una arboleda pequeña cerca de un
pueblo. Había muchos cazadores en el pueblo  y
frecuentemente cazaban animales pequeños en la arboleda.
Cada vez era más y más difícil para el zorro encontrar
alimento. Por eso, él empezó a robar pollos por las
granjas, un trabajo arriesgado y peligroso. Más de una vez,
el zorro casi fue herido por un arma.

Un día en particular, el zorro se escapó por poco de un


cazador particularmente infame. Estaba corriendo a través
de los árboles, con el cazador siguiendo su rastro, cuando
oyó una voz baja a su izquierda.
-       ¡Aquí! – dijo la voz.
El zorro se detuvo y ojeó el suelo alrededor, pero no vio
nada.
-       ¡Debajo del árbol! – la voz dijo con entusiasmo.
El zorro miró, y vio un conejo minúsculo. Tenía pelo
blanco y ojos grandes, y brincó en su lugar con energía,
llamando con la pata.
-       ¡Date prisa! – gritó el conejito.

El zorro dudó un momento; no supo por qué el conejo


quería ayudarlo. De repente, el sonido del arma explotó
por los árboles a la derecha. El conejo desapareció por la
boca de una madriguera pequeña y casi invisible en el
suelo. El zorro no tuvo tiempo para contemplar, y corrió a
la boca. Apretó el cuerpo a lo largo de un túnel hasta que
llegó a la madriguera del conejito.
El conejito estaba a la escucha por si había algún sonido
de arriba. El zorro también escuchó, pero no oyeron nada.
Finalmente, el conejo miró al zorro.
-       ¡Estamos a salvo! – le dijo.
-       ¿Por qué me ayudó? – respondió el zorro asombrado.

-       Nosotros dos somos animales pequeños y presas del


cazador. – explicó el conejo –. Como tú, siempre estoy
corriendo por los cazadores. Somos amigos, porque
necesitamos ayudarnos uno a otro. ¡Juntos podemos
sobrevivir!
El zorro comprendió, y estaba agradecido al conejo. Desde
este momento, los dos fueron mejores amigos.

ZORRO Y UN CONEJITO

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