José Arturo Escamilla 9/6/23 En la sociedad contemporánea, el papel de los miembros de la comunidad es esencial para el avance de un colectivo justo e igualitario. El pueblo es el pilar fundamental de una democracia, ya que es él quien ejerce sus derechos, asume sus responsabilidades y participa activamente en la toma colectiva de decisiones.
En primer lugar, los derechos de un miembro de la comunidad son necesarios para
asegurar su libertad y dignidad. Estos derechos están consagrados en la constitución y las leyes de cada país, incluyendo la libertad de expresión, la libertad de asociación, la libertad de religión, el derecho a la igualdad, etc. Estos derechos permiten que las personas vivan en un entorno en el que puedan expresar sus opiniones, practicar sus creencias y recibir un trato justo y equitativo de las autoridades y sus pares. Cada miembro de la comunidad tiene la responsabilidad de conocer y ejercer estos derechos, porque protegerlos y promoverlos ayuda a fortalecer la democracia y construir una comunidad más justa.
Sin embargo, además de los derechos, los miembros de la comunidad también
tienen responsabilidades con su grupo y país. Estas responsabilidades incluyen cumplir con la ley, cumplir con los impuestos, brindar servicios según sea necesario (en los países solicitantes), entre otros. Estas responsabilidades no solo aseguran el buen funcionamiento de la sociedad, sino que también reflejan el compromiso de los individuos con el bienestar colectivo. Al llevar a cabo estas responsabilidades, los miembros de la comunidad contribuyen a fortalecer las instituciones y mantener un orden social estable.
Además de ejercer sus derechos y asumir sus responsabilidades, los individuos
contemporáneos asumieron diversas formas de participación en la vida política y social de sus comunidades. La participación ciudadana puede tomar la forma de votar en elecciones, unirse a organizaciones de la sociedad civil, organizar protestas pacíficas, informar a las autoridades, etc. Estas formas de participación permiten a los miembros de la comunidad influir en las decisiones políticas, hacer oír su voz y contribuir positivamente al desarrollo de su grupo. La participación ciudadana es fundamental para el funcionamiento de una democracia y para evitar la concentración del poder en manos de unos pocos. Por esta razón, es importante fomentar y promover la participación ciudadana como un aspecto importante de la vida democrática.
El concepto de pertenencia a la comunidad es de naturaleza histórica, ya que ha
evolucionado con el tiempo. En la antigua Grecia, por ejemplo, solo los hombres libres nacidos en Atenas eran considerados ciudadanos, quedando excluidas las mujeres, los esclavos y los extranjeros. Con el tiempo, este concepto se ha ampliado para incluir a personas de diferentes géneros, etnias y orígenes. Además, el reconocimiento de derechos y la expansión de las libertades civiles también es un proceso histórico. Los avances en la lucha por la igualdad de derechos, como el sufragio universal o la abolición de la esclavitud, cambiaron el concepto de pertenencia a la comunidad y ampliaron la inclusión de diferentes grupos sociales.
Si la actual forma de gobierno en nuestro país garantiza los derechos de los
comuneros es un tema de debate y reflexión. En teoría, un gobierno democrático debe proteger y garantizar los derechos de todos y promover la igualdad, la justicia y el bien común. En la práctica, sin embargo, puede haber desafíos y limitaciones a la eficacia de dicha protección. La corrupción, la falta de transparencia, la discriminación y las violaciones de los derechos humanos son problemas que pueden surgir en diferentes contextos.
Toda persona, como parte activa de la sociedad, tiene la responsabilidad de estar
alerta y exigir que se respeten y protejan sus derechos. La participación ciudadana, tanto individual como colectiva, es fundamental para lograr cambios y mejoras en la forma de gobierno. Todos deben informarse por sí mismos, participar en debates públicos, unirse a movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil, y utilizar los mecanismos legales disponibles para promover la rendición de cuentas, el proceso y la justicia.
Como estudiante de secundaria, mi papel como individuo es muy importante para el
futuro de mi país. Aunque todavía no puedo ejercer plenamente mi derecho al voto, puedo participar activamente en la vida política y social de mi comunidad. Puedo aprender sobre los problemas y desafíos que enfrenta la sociedad, puedo expresar mis puntos de vista e inquietudes, puedo participar en proyectos y acciones para promover la prosperidad del Estado Libre Asociado y puedo conocer mis derechos y responsabilidades como individuo.
Además, como estudiante, tengo la oportunidad de adquirir conocimientos y
habilidades que pueden contribuir al desarrollo de mi país en el futuro. Gracias a mi formación pude cultivar valores como la responsabilidad, la solidaridad y el respeto a los derechos humanos. Puedo convertirme en una persona importante y dedicada que puede aportar ideas creativas y constructivas en beneficio de la sociedad en su conjunto.
En definitiva, el papel del individuo contemporáneo es fundamental para el
funcionamiento de una sociedad justa e igualitaria. Las personas tienen derechos, obligaciones y formas de participación que les permiten influir en las decisiones políticas y sociales. El concepto de individuo es histórico, ya que ha evolucionado con el tiempo para incluir a más personas, al tiempo que reconoce y protege más derechos. Si bien la forma de gobierno actual en nuestro país puede presentar desafíos para garantizar los derechos individuales, los individuos tienen la responsabilidad de participar activamente y exigir el cambio para promover una sociedad más justa, más igualitaria y más igualitaria. Como estudiante de secundaria, mi rol como individuo es aprender, participar y contribuir al desarrollo de mi comunidad y mi país.