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Tres adventencias y un recordatorio Este €s un libro escrito para las mujeres, donde no estan excluidos los hombre: 's. Seria muy bueno que ellos asumie- ran su lectura. Les garantizo que aprenderan mucho sobre Nosotras. A fin de cuentas, cada cual debe saber, con la mayor precisi6n, quién es la persona que estd en el otro lado de la cama. Hay hombres y mujeres que creen que en asuntos sexuales lo saben todo. Pero es de sabios reconocer que nunca se terminan los saberes. La edu- ¢acion sexual ha puntualizado que el instinto y el deseo erédtico, por si solos, no hacen del amor un arte. Aprender a ser buenos amantes lleva tiempo, conocimientos, control y mucho més que una pizca de sensibili- dad, que también se cultiva Por ello, este texto tiene que ver con todas aquellas personas interesadas en ampliar sus horizonte: le cémo somos y sentimos las mujeres, acerca de nuestra erdtica y uns de experiencias que permiten hallar puntos de uni6n sanos y animado 0s, porque el sexo es, ademiés, diversion, y encon- trar el retozo que mas acomode hace a la gente mas feliz. Este volumen recoge muchas cartas de mujeres que hacen interesantes y Muy validas reflexiones, confidencias nunca antes expresadas por ellas, que resultan una ensefianza para los hombres, y para otras mujeres también, No solo acerca de la sexualidad y la erdtica femenina, sino de nuestros pen- Samientos mas intimos relacionados con el sexo, las emociones y los senti- mientos amorosos. 40s mensajes utilizados provienen de mujeres que han escrito a la seccion _ de correspondencia en la revista Mujeres, y me han llegado a través del _ Correo postal o a mi correo electrénico aloyma@infomed.sld.cu; otros pro- _ ceden de América Latina y el Caribe, y los recibo mediante el consultorio. que atiendo en el portal peruano http://www.astrolabio.net, creado en 1998, y cuya cantidad de usuarios sobrepasa las 400 mil visitas diarias, Es llamativo que muchos de los dilemas sexoafectivos de las mujeres latinas Y caribefias de habla hispana resulten tan parecidos, asi sean ellas algo mas ia. Como son cartas ; primera advert Y Fewiats identidad de quienes no desean co res reales; ellas mismas Me ofrecen el seudénimo, of, * ‘a usar sus datos personales. Lo que si eg 4"5 son las historias, los secretos que anida e| afm. estamos dispuestas a compartir con la Pare; cia es que este no es un libro triste, ded s y frustrados. Nada de eso. No obg pareja sin resolver, y ofrece la Posibilidag liendo de las experiencias de otras myj ones que cada quien puede ir sacando. Mug] ros problemas se hallan apropiandonos q ncia tiene como maxima lo siguiente: En este y cluida. Tenga la edad que tenga, la preferencia sey al resto de las mujeres o disminuida. Sie jientras no se sientan unas «acabadas». Record afios puede que no pase nada novedoso en nuesti de pronto, cambia ese formato. Todo es posible mier 1 fe en ellas mismas, en su capacidad para ver q la con optimismo, aunque les haga falta a los infortunios, no deciden morir en vidi undo de su ser, alguna sorpresa en cualquier , como la cubana Marité Cordova, qu ne cuenta de su interés expreso: eS pense aie a Para dar. Soy una mujer divertida, con una _ inme : pacidad de comprensién, elevada cultura, apta fisi- | camente y con pronésticos de continuar asi por largo tiempo. Criterios como este rompen lai sociedad entre lo joven y lo vi que no va a tus afios.., Mujeres como Marité tienen cla: piarse de la sexualidad es que asi debiamos pensar ancianas, nzas contra esos términos impuestos por la 'ejo, lo bello y lo feo, lo que es apropiado, lo ras muchas cosas. Su manera de apro- gratificante. Mas, ella es una excepcion, y aun- Y sentir todas, desde las adolescentes hasta las recordemos siempre que nos construyeron «femeninas», y cuando hablamos de feminidad no se trata de Preceptos o atributos naturales, sino de todos esos condicionamientos historicos, culturales, sociales, relacionales que nos llevaron por mucho tiempo a creernos per- sonas mas débiles. Desde las instituciones, el poder, los medios, la medicina, las leyes, la poesia, la musica, en fin, desde todas partes nos llamaban el sexo «débil». Todavia hay por ahi quienes lo dicen. Sobre todo aquellos hombres que prefieren seguir empefiados en vivir una masculinidad que va despintén- dose con las justas demandas de igualdad entre los sexos, Aclaro: no tengo problemas con los hombres, reconozco y conozco que son seres maravillosos (cuando quieren), pero no caben dudas de que por siglos (cuando éramos fragiles y lloronas) el mundo qued6 en sus manos, hasta hace un tiempito para acd que estamos también luchando nosotras por lo que nos toca en el espacio de la realizacién personal, el éxito y las com- petencias la tercera advertencia tiene que ver con la disposici6n y la propia posicin que se te nte la sexualidad. Si usted es de las mujeres que cerré ese libro, seguramente ningin capitulo de este que tiene en sus manos la moti- varé o ayudard. Aunque quién sabe haga la prueba Muchas mujeres, incluso jévenes o sobre la cuarta década de la vida, por voluntad propia o por las circunstancias, deciden alejarse definitivamen- te de todo lo que tiene que ver con el sexo. Sin embargo, es mi interés a lo largo de estas paginas mostrar que el amor y la sexualidad afiaden a la vida un aroma especial y enriquecedor. Un sentir que nos regald la natu- taleza. Por qué darle un manotazo y echarlo al olvido, para qué reprimir Ciertos deseos erdticos, de interactuar con otra persona, que no suelen _ alejarse, asi pasen los afios, los afios.... en ae Ti eh ieM ecm Lak Laren Se telat tele ell ae ea ele a ake I eR et oreo Re eel embargo, auin existen no pocas muj ; idades en la vide, ijeres que, al pedirle un listado de a ‘olocan en primeros I un montén de is relacionadas con la familia, los hijos o el t rating "misma su sexualidad, abajo, menos con ella ee. ‘Todavia no aprendemos a valorar en su justa medida la importancia que | tiene para nosotras una vida amorosa y sexual enriquecedora y gratifi- _gante. Realmente, no es culpa nuestra. siglos se intenté que la mujer "fuera recatada, asexual, de su casa, servicial y complaciente, buena pari- dora, con abundante leche para amamantar... El aluvién de puritanismos, ‘tabiies y las enormes diferencias de género construyeron a una mujer | madre ante todo, complaciente, hacendosa (jatin no cocinar bien es una | herejia!), dependiente y atenta a desvivirse, sobre todo, por su marido y | bafamilia. Berne de esta larga madeja se pierde muy atras; el control del cuerpo “de las mujeres anuld su erotismo. Todavia estamos sufriendo de esos males, a pesar de que somos ingenieras, maestras, médicas, abogadas, periodistas, bioquimicas... Vale la pena echar un vistazo a aquellos leja- fos tiempos para entender mejor el porqué de las vergdenzas, los mie~ dos y los prejuicios de muchas mujeres de hoy. Como dice el viejo refran: Aguellas Iluvias trajeron estos lodos. % NEWT Yann rs Coincido con Anna Arroba, antropdloga costarricense, en que los hom- bres se han convertido, cientificamente hablando, en los expertos de Nuestro cuerpo. Fueron ellos quienes dijeron, por ejemplo, que el clitoris ay hi ‘brgano femenino correspondiente al pene. Intentaro om ‘adescubrir» que nuestra anatomia sexual no misma del varén, pero inferior, degradada. Sobre este asunto, tizadas —masculinas, por supuesto— sentaron por base yn teorias que construyeron socialmente una sexualidad femening rada y disminuida. ‘Sigmund |, el famoso psicoanalista austriaco, sent6 cdtedra “ner que 1h rare Aghiainés en la més profunda inconsciencia, ale menda envidia por el pene. Mucha gente, por afios, se crey6 algo ag, , ‘afirmaciones en la historia que dejan marcas indelebles en muchas sonas. Esta es una de ellas. Hasta 1819, los ovarios fueron denominados «testiculi». Entonces reconocido galeno introdujo la idea de que la vagina no era mas que un pene vuelto hacia adentro, y afirmé enfaticamente que la Unica difere * cia entre ambos sexos consistia en que los genitales femeninos estaban dentro del cuerpo y los masculinos, fuera, apunta la antropdloga Arroba, Allo largo del siglo XIX, las cosas se fueron acomodando de tal manera en la cultura occidental que terminé por definirse a las mujeres como seres completamente distintos a los hombres, que no sentian placer sexual y que, por naturaleza, eran frigidas. | El producto de tal cultura fue una mujer construida por los hombres, _ Todas las teorias, juicios y valoraciones sobre la sexualidad femenina _ seguian siendo enunciados por varones. De esta manera, se vieron desfi- lar criterios que sustentaban, por ejemplo, que a la mujer no le interesa- ba ni agradaba el sexo, pues su aparato genital solo estaba en funcién de tener hijos. De ahi parte el famoso «instinto maternal», del cual se deduce que si una mujer no queria procrear como opcién personal era, sencillamente, anor- mal o padecia una grave afeccién mental, era una histérica y habia que internarla en un hospital de locas. | Aquellas «teorias» también trajeron el mas importante papel que se esperaba y alin se espera de la mujer: ser buena esposa y madre. Nada ni nadie por encima de tan sagrado deber. Perdiendo hasta la identidad, la Sra. de Pérez 0 la Sra, de Fernandez esperaban, pasivamente acostumbra- _ das (0 con desagrado), que el esposo se metiera entre sus sdbanas, que- dando el «cémo se hacia» y con qué frecuencia en la decisién masculina. Entonces, las cosas eran muy faciles para los hombres. __Aifin, bien avanzado el siglo XX, las investigaciones cientificas dieron por lo que la mujer no era un sei erdticamente mutilado, ni carecia de deseos y necesidades sexuales, Biolégicamente estaba capacitada para vivir en plenitud todas las etapas de la relacién sexual —deseo, excita~ cién, Orgasmo, resolucién o recuperacién— en forma equivalente al hombre. Se descubrié que ella tiene una estructura muy compleja —el clitoris, rgano que no posee el sexo masculino—, cuya funcién exclusiva es la de darle placer sexual, La Respuesta Sexual Femenina es eso: femenina, privativa de las mujeres. Si bien las etapas son andlogas a las de la Respuesta Sexual Masculina, sé diferencia de esta en multitud de aspectos que ambos integrantes de la pareja deben conocer y recordar para lograr la maxima armonia y el maximo placer, algo a lo que toda mujer y todo hombre tiene inalienable derecho, reconoce el sexdlogo Juan Carlos Kusnetzoff, en su libro La mujer sexualmente feliz, Pero, como bien afirma Anna Arroba, no se puede obviar el hecho de que las mujeres no pueden, de un momento a otro, cambiar su comporta- miento erdtico por el simple hecho de un permiso otorgado por expertos y sexdlogos, quienes siguen siendo, en su mayoria, hombres. No se supe- ran los silencios, las etiquetas y la ignorancia acerca de la sexualidad nuestra, porque te digan: «Ya, gézala». Por ello, a lo largo de estas paginas encontrards muchas respuestas a pre- guntas que alguna vez te has hecho. Argumentos para entenderte, pen- sar y pensarte como ser sexual. RE ks Casi como aquei que dice el otro dia, se realizan los mas importantes des- cubrimientos sobre la sexualidad femenina. Actualmente, las mayores demandas tienden a insertar el placer sexual de las mujeres como parte de los derechos sexuales, al considerarlos una importante fuente de bienestar fisico, psicoldgico, intelectual y espiritual. Los avances en el campo de la sexologia demostraron que la anatomia de las mujeres era mucho més compleja de lo que se pensaba, al ser inves- tigadas con minuciosidad las zonas de mayor estimulacién en el cuerpo femenino. | sman Ernest Grafenberg revelat ‘ ntrovertido «Punto G». éExiste o no? ; unos y otros sexdlogos sobre ese punto? s afios se ha puesto de moda. Un sinfin de parejas, en te del mundo, persigue este «punto», que se encuentra @, con la idea de que es como «bajar al centro mismo de = ; la Tierra, do como el maximo climax erdtico en la relacion sexi , ‘ual. embargo, el Punto G todavia tiene defensores y detractore. campo de la sexologia. Para sus partidarios, es como hallar la cul placer, aunque reconocen que no resulta facil dar con él ni ta posible formular una guia precisa y adaptable para tod que cada una de nosotras, como bien sabemos, d Sen @| mbre dej MPOCO eg las las. Mujeres, ya es un mundo diferente, Explican sus defensores que cuesta localizar| Tes tenemos el Punto G en el mismo lugar d en que la Unica forma de hallarlo es busc dedo, hasta conocer su ubicacién. 0 porque no todas las Muje- e la vagina, y por ello insisten ‘andolo, especialmente cone] Una de las técnicas que recomiendan es utilizar el método «del reloj», Consiste en tomar el frente de la vagina como el cuadrante de un reloj y empezar la exploracion por las 12, que es donde se localiza el Punto G en muchas mujeres, En otras, se encuentra mas cercano a las once, la una ° las cuatro. adivine. La zona en cuestidn t diferencia de la superficie sua mulada aumenta de volumen. iene una textura aspera o estriada (que se ve y de la vagina), y alser esti “el pretexto perfecto Para expi fo que es nuestro cueres ee Sitios nuevos en ese gran mapa erdti- | Q | sin embargo, con respecto los Ear, Una larga siete tena Teena io que el clitoris as ¢ ‘igaciones conclu jien- ese Fesrallae facie ea sexual con mayor casei ueeeeesh "© 94e era, precisamente, su unica funcién en nuestra anatomia, Esta situado a varios cen entre los labios menores yma pap vores, gran sensibilidad. El clitoris es pare Be cado. Al acariciarlo aumenta de tamafio como espuma de cerveza, ti Metros de la entrada de la vagina, escondido ‘0 protegiéndose quizds por su '0, increiblemente sensible, deli- Y desborda la excitacién sexual Su estructura visible es redondead i - fa, del tamajio de u j rics , ina almeja seca o un chicharo, Mas © menos, aunque esto del tamafio varia de una muj otra. Su parte oculta se halla b: ees ajo el tejido muscular d ‘ ‘ le la vulva, y es la que promueve las sensaciones orgasmicas que se desencadenan. que, en realidad, resulta un teji clitoris, el que hace danzar a | veces para estimularlo solo se | ido fibroelastico; es la parte esencial del ‘as Mujeres hacia el orgasmo, aunque a les acaricie muy suave el monte de Venus, El movimiento de! coito, a veces, alcanza para estimular las sensaciones clitoridianas, pero no hay nada como el contacto suave y experimentado, al punto que muchas mujeres serian anorgasmicas si no se lo estimularan con pasion y amor. Apenas a veintidos sema: mado su clitoris y ese fia nazca. s de haber sido gestada, una nifia ya tiene for- ‘0 es el mismo que tendré cuando la peque- Segtin estudios a nerviosas, una c ris posee unas ocho mil terminaciones vayor que en cualquier otro érgano del cuerpo, incluidos |: a lengua y la punta de los dedos. Debido a su alta sensibilidad, a veces duele y, por ello, hay que estimularlo de forma suave; de lo contrario, si se aplica la rudeza o se presiona demasia- do sobre él, en vez de provocar placeres, crea desagrado. yh) 2 ,, desde los albores dela hur tanto de la existencia de ese Organo, dela exquist discrecion ante todo lo sexual. la exquis mujeres se callan ubrimientos erdticos. El porqué ya sido Beescpere mantener en silencio todo goce ‘sexual. El temor a que se nos juzgue de putas, libertinas, libidinosas.o, peor aun, de padecer esa enfermedad inventada por los hombres, conocida como «fuego uterino», sella la boca de muchas féminas. | Tanto nos ha costado ese silencio, tan anclado a nuestro subconsciente, | que, en verdad, ni en familia ni con los propios especialistas queremos hablar de «eso». Nos avergilenza. Por suerte, una gran parte de las gene- raciones mas nuevas esta haciendo afiicos tales poses y busca ayuda especializada, ‘Sea como sea, el clitoris provoca temor en los hombres y en {as propias mujeres. En numerosas sociedades africanas persiste la practica de extir- Par este Organo a las recién nacidas. Cientos de muertes por infeccién provoca esta tradicién que no para. En nuestras sociedades machistas modernas no se llega tan lejos. Nos : 2 con la extirpacién simbélica del clitoris, sefala el mencio- »articulo. La palabra ni siquiera se pronuncia. Sobre ella cae una cen- s fuerte que sobre el pene y el condén, es poderosa. Cuando la mujer descubre su clitoris, experimenta iciones Nuevas y es capaz de ejercer a plenitud su sexualidad. Puede r «virgen» © no. Lo importante es que sepa que es capaz de orgasmar, je saber que tiene esa opcién personal, que no parte de un guion que ructura O ensefia otro. | problema es que hay millones de hombres que les tienen miedo a las y _ mujeres y prefieren relacionarse con mujeres que son «nifitas» o aparen- tan serlo, afirma el articulo del periddico chileno que exhorta también a llevar estos temas de educacién sexual a debate publico, criterio con el cual me solidarizo. Almargen de tales consideraciones, me parece oportuno subrayar que, no obstante la importancia esencial del clitoris, el principal érgano del placer sexual es el cerebro, el cual se encarga de procesar los estimulos erdticos que provienen tanto del cuerpo como de la mente. q faecium eras En los afios 60, la creacién de los anticonceptivos artificiales —mucho mas Seguros que los naturales que se usaban hasta entonces— permiti ron deslindar el placer se: de la reproduccién. La llamada revolucién sexual ofrecié a las parejas una gran tranquilidad. De manera cada vez mas masiva, las mujeres, al de embarazos no deseados, pudieron acercarse més al goce que significaba una sexualidad sin riesgos de prefiez. En el siglo pasado, quedé por sentada la capacidad multiorgésmica de “Tas mujeres y sus posibilidades de vida sexual y goce hasta muy avanza- fa edad, siempre que no haya recesos prolongados o enfermedades “invalidantes. Algunas de estas realidades todavia asustan a algunos ertido en la recomendacién fundamental de los sexdlogos para snder el goce propio, junto a la imaginacién y las fantasias. No abun- hora sobre este aspecto esencial de la masturbacién femenina por- e, mas adelante, en el capitulo 3, se trata ampliamente. tante puntualizar que muchas de las tendencias en la respues- al femenina se conocieron gracias a los trabajos de un matrimonio 0 norteamericanos, William Masters y Virginia Johnson, quie- i on Puesta sexual fg ‘aunque no son necesariamente universales. Pero veamog, entre el respuesta sexual femenina esta asociada, en particu} 4 a eee fantasies y sensaciones ligadas a su parte emociong” recy y tactil, mientras que en el sexo masculino esta mAs vine 4 ti imagenes visuales. lada Con relacién a las zonas erdégenas, sobresalen e| clitoris, log nes, los labios, el cuello, la parte interior de los Muslos y los q 3 dos del cuerpo, aunque varian de mujer a mujer, ta Las mujeres tienden a responder de forma positiva a una estimut cidn sexual continua, es decir, sin interrupciones, & El tiempo de excitacién de ellas es mas largo que el de bres, y necesita de una fase de deseo inicial, sustentada sias 0 tocamientos. los hom. en fanta. Ese mapa erotico llamado. ea ‘Si bien es importante conocer como funcionamos nosotras, la clave de nuestra riqueza erotica se imbrica, en lo esencial, con ei esa otra persona. gusto sexual po} Sin embargo, cientos de mujeres y hombres también testifican que ese fuerte atraccién sexual —la famosa quimica—, que puede ser el preludi de una relacién, decaerd si no se enriquece en el vivir cotidiano col ingredientes afectivos y humanos, que es hablar de esa cercania que so se logra ante el respeto, el halago, el orgullo de vivir con alguien especi @ nuestros ojos. { | Y €s que no caben dudas de que la calidez del enamoramiento imprimé fa vida un sello privativo. Solo quienes se aman llegan a tocarse en tod el sentido de la palabra, con la piel, el tacto, el alma, la mirada... auien reconoce que, aunque lamentable, una buena parte de las P fo saben construir amor, ¥ que, como seres humanos, tal vez pode sin amor, ternura, erotismo, sin embargo vivir a plenit Seré muy dificilmente posible. El enamoram nde relaciones amorosas y erdticas desempefian en la vida de la gente. BLM tots 204 ns, ¢ ‘han vivido sin amor roméntico y no se han muerto por re hay miisica en su alma. No obstante, atin son capaces de upesibllidad de hallar el amor cuando este sentimiento las ha Paw sin Sere, El argumento que proporciona Maria d Na venezolana de 52 afios, amiga por correo electrénico, de largo esta realidad: “ga ‘ Pract} ERE Se Sipe ere y Boa ‘cumplido 50 afios y no sabla qué era un orgasmo. Ni ‘ siquiera conocia muy bien el significado de esta palabra hasta que me encontré con un sefior que cambié mi vida toda. 2 Uevaba aifios sin tener sexo ni interesarme por é! porque mi Unico novio y mi Unico esposo por 35 afios, me habia hecho sen- tir una mujer vaina, seca, culpable por mi poco entusiasmo sexual. Mis hijos se casaron y se fueron a vivir lejos. Mi Gnico novio y mi unico marido recogié un buen dia y se perdié por los caminos. El techo se me caia encima, hasta el suicidio habia pasado por mi mente cuando conoci el amor de mi vida, en un extranjero. De a poquito fue como sacdndome de una vieja y dura cdscara. Mi cuerpo empez6 a reaccionar y yo misma no salia de mi asombro. Hoy me siento mds joven que cuando tenia 30. La vida me dio esta oportunidad. Fue como si me dije- ra: «Cachita, tu no te puedes morir sin sentir un orgasmo». Son variados los sentidos y érganos sensoriales que tenemos; sin embar- gO, usamos unos pocos en el ejercicio del erotismo. os aprendido a vivir la sexualidad de una forma genitilizada, exclusiv trada en el goce de cinco segundos... como si Ic s Fuesen la tinica parte de nuestro cuerpo y los unicos érganos que tuv nds para dis- frutar la relacion de pareja. Manifiesta Leonardo Romero que no son pocas las personas analfabetas en el arte de amar, de sentir. Desconocemos lo que somos como cuerpo, tenemos poca comprension de lo que somos como organo sensorial. Estamos perdiendo la oportunidad de descubrir las inmensas posibilida- des sensuales que tenemos para vivir y disfrutar de nuestra sexualidad. ‘La piel que recubre nuestro cuerpo es de aproximadamente dos metros cuadrados y estd construida por millones de células sensoriales y termi- naciones nerviosas que nos permiten percibir y sentir, ternurizar, amar y otizar. r implica erotizar el encuentro, teniendo sexo con sentido; do el amor con sentido sexual, y una genuina intimidad requiere ‘vinculacién afectiva profunda, cercania existencial y mutuo iy st podemos sentir y vivenciar la ternura y el amor, pero las act; res, creencias y estereotipos aprendidos en la sociedad occig al amor y el erotismo dafian y perturban el natural fluir de capacidad para ello. En su vasta experiencia como sexdlogo, Romero ha observado que buena parte de las parejas, a pesar de llevar muchos afios ten; 7 y conviviendo juntos, no logran construir intimidad, que va mas alld det compenetracién fisica. Algunas parejas ni siquiera pueden hacer encuentro fisico una magia, lo cual les impide construir una Benuina int midad amorosa. No saben hacer el amor, pero no en sentido sexi } saben ser constructores del amor, de un amor que sea nico y exclusiy que viva y cambie, crezca y no se anquilose, brille, libere y no cons 4 que dé vida y no muerte, que produzca placer y no dolor. En la intimidad del cuarto, muchas mujeres sufren a la hora de te sexo. Tanto que comienzan a odiarlo. El caso de Belinda, de Pinar del Rio, pinta la escena con densos colores: " “Soy una mujer que va a cumplir 32 afios. Mi primera _ sexual la tuve a los 25, con mi esposo actual, nunca he tenido sexo con otro hombre. | De los 25 a los 30, pensé que estaba eri etapa de aprendizajey que por eso mi cuerpo no funcionaba bien, pero algo sentia | y algo disfrutaba. Después de los 30, ya no ando por esa linea, y me voy convenciendo de que como soy complejista nunca voy a llegar a un orgasmo. Por esa razén, considero que he sido trai- _ cionada por mi esposo, en dos ocasiones, con mujeres mayores. _ Mi esposo me dice que como no siento nada, vamos a probar — _ con sexo anal. Yo siempre me he negado porque me imagino | que duele mucho; en ocasiones para complacerlo, he comenza- | do, pero como soy cobarde, se me sale la griteria, y él ha tenl- | do que parar para que los vecinos no crean que me estd dando golpes, y se ha puesto muy bravo conmigo. Yo no quisiera perderlo porque es un buen hombre, y est acostumbrada a él, pero lo mal que nos va en la cama aca’ nuestra relacién. Yo no me atrevo a decirle lo que me gust que me hiciera, porque él es muy bruto, pero sé una cos®, ¥ é que no sabe excitarme, por eso empiezo a odiar todo esto. _ Soo een 7% rade posiciones gimndsticas, ingerir prendas exdticas; estos paliativos no terminan resolvien el problema. No pocos estudiosos de la sexualidad, en cualquier parte del mundo, ~ advierten que nacemos con una inmensa capacidad para amar, dar y reci- birternura, erotizar, pero estos potenciales son sensibles al aprendizaje y ‘ala educacién. Necesitamos una educacién sexual intencionada y siste- matica, que forme seres humanos con capacidad de reconocer su cuerpo ‘como fuente de placer, que aprendan a sentir y expresar con el cuerpo ‘qué son, que desarrollen inteligencia para amar y sean capaces de inti- ‘mar y construir vinculos sanos, subraya el experto colombiano. & Bailar en la Luna El placer tiene a su vez un profundo sentido emocional, si hay amor. Lo que hace sublime el sexo es su presencia. Esta ecuacién no suele funcio- nar al revés, es decir, no se concibe que el sexo invente el amor, si real- mente este no existe. Tal y como lo avalan multiples encuestas y estudios en diversas latitudes, muchos hombres creen que el sexo se limita a tener un orgasmo. lamentablemente, se obsesionan por penetrar. En cambio, por lo comun, fas mujeres situan el coito dentro de un contexto fisico mas amplio e insertan el sexo en un tejido emocional mas completo. Laarticulista de la web En buenas manos.com, Ana Elena Costa, se hace dos preguntas que bien caben en este contexto: éDénde dejamos el ins- tinto? éDdnde dejamos ese impulso primario que nos motiva a todos los hombres, mujeres y animales a satisfacer nuestras necesidades primor- diales en base a un conjunto de actos espontaneos? Se dice que el impul- | so sexual, junto con el de conservacién, rigen la vida. El primero ayuda a conservar la especie, mientras el segundo perpetta al individuo. La natu- raleza ha provisto, tanto a hombres como a mujeres, de un determinado tipo de hormonas, cuya funcién consiste en que el hombre y la mujer se _ atraigan mutuamente, asegurando, de una manera instintiva, la conti- _ nuacién de la especie. cita las palabras del Dr. Otto Schwartz, quien reconoce que la del instinto sexual es una fuerza imperiosa que nos empuja y e como un apetito que no puede saciarse como los demas t b se est compartiendo el placer, #5 da mucha importancia al hedonismo, personas ae vida, en busca de satisfacer todos los placeres y, entre los princi wal. Hablar del placer es ubicarnos en el momento justo, citi Oe seo y la satisfaccién del deseo; por lo tanto, encontrarlo es la chas relaciones. Entonces, cuando en la sexualidad se an el acto sexual y cada miembro de la pareja consigue placer, 'auna sensacion de satisfaccion absoluta. Pero a! igual que a de su vida, se siente inconforme con este tipo de rel Buscan algo mas que placer en las relaciones intimas y moral, sino que desean encontrar un sentido dife .y esto tiene mucho que ver con el enamoramiento, él 'y sentimental, el amor... ee cuando una pareja realiza el acto sexual y a la vez si se extienda a otro nivel. Es como bailar en | un fin en si mismo, sino la ct le interviene algo mucho | (0 mas humano que la busq Aprender a hacerlc El amor, sin dudas, nos ha hecho mejores seres humanos. Pero no basta ‘solo con sentir amor y tener las mejores intenciones de pasarla bien en ‘el lecho. Este testimonio de la nicaragiiense Inés José lo confirma. Ella me escribid un correo electrénico, en momentos en que se sentia muy angustiada: Cuando Io conoci, le decian «La Dote» porque, segun decia, todas las mujeres querian su «cosa». Pusimos un pequefio negocio juntos, y terminamos enamordndonos. Yo me habia hecho muchas ilusiones de lo bien que nos iba a ir en el sexo. Pero cuando ocurrié, en el otro lado de la cama habia un hom- bre que lo unico que le interesaba era penetrarme. Fue una gran desilusién. No sé cémo voy a curarme de este dolor. Alo largo de la vida se va adquiriendo una ensefianza basica: aprender a hacer el amor. Pero no siempre ocurre asi. Muchas personas no saben qué hacer con su sexualidad. Algunas, incluso, de tanto fracasar, no quie- ren saber de sexo; otras lo practican de vez en vez, pero les va mal. Detras de esos infortunios en la cama existe una gama infinita de particularida- des que convergen generalmente en un mismo punto: falta de informa- cién, de educacidn sexual. (Nuestra Sexualidad es nuestra, y valga la redundancia. Nadie debe deci- dir por nosotros de qué manera debemos disfrutarla mas, con quién o bajo qué requisitos. Nos corresponde a cada ui ujaria, irla confor- mando desde el continente hasta el contenido. Esto es importante como premisa. la sexualidad es libertad de decidir lo que queremos. Eje de nuestros ‘mas intimos placeres erdticos que compartimos en soledad o con la pareja, de una manera relajada, auténtica, sin trasfondos. Cuando esta amarrada a mitos, prejuicios, a las decisiones 0 manipulaciones de otro, solemos alejarnos de ese baluarte que es la libertad, no solo por lo que esta encierra en si misma, sino por lo que significa en el mundo ‘sentimental y emocional de cada quien, ese universo personal, Unico e irrepetible. La carta de Elisabeth, de Camaguey, es un ejemplo de quien ha ido reba- sus propios prejuicios para convertirse en una mujer nueva que Jibertad sexual sin verglenzas: En mis 46 offos, me he casado cuatro veces. Era una my, muchos complejos, insegura, mi educacion respecto af g much ordre, 10 pobre, tampocd WYO, era entonces tobi. Ahora, ol cabo de los afios, es que yo sé qué cosa es un o, mo. Ahora sé cdmo una mujer puede explorar su cuerpo, sara, Je goce, reconocer sus zonas de excitacion, sin que sientq pend , sentimientos de mujer «ligera». estuve casada con tres hombres, y ninguno d, ellos me hizo saber qué era lo maximo en el sexo, ef clin usted dice. Imaginese si me habré cansado de ‘fingir. como un nuevo esposo que me comprende, me hizo sen- de mi vida (a los 45 afios), y me hace ef tir el primer orgasmo | sexo oral, que también me gusta mucho. - Como le dije, yo He leido escritos donde usted se refiere a las formas de tener sexo, cémo lograr complacerse, y que todo es normal. Eso me sirvid también para ‘entender que el problema no es «tal», sino | que lo hemos inventado y lo hemos escondido dentro de noso- tras mismas, haciéndonos dafio, mucho dafio. Pero ahora que cada vez mds mujeres estamos alfabetizadas en e/ sexo, conte- ‘mos nuestras historias de cémo salimos de Ia oscuridad, y de lo sencillo que es, solamente hay que decidirse. @ Aceptarnos tal mo somos Ami modo de ver, la educacién sexual, ademas de enseiiar el uso de Com) dones para protegernos de infecciones de transmision sexual y de orien tarnos sobre otros anticonceptivos, la reproduccién humana, las zonas erdgenas, y un largo etcétera, debe insistir igualmente y con énfasis en as fortalezas individuales de cada persona. No es posible unirse aalguien para formar pareja si antes no hemos aprendido a amarnos a nosotras: _ mismas, poseer una equilibrada autoestima; aceptar nuestro cuerpo pee sentir que valemos porque somos tnicas, aunque estemos ‘de aquel dislate de 90 centimetros de busto, 60 centim etros de cine tura y 90 centimetros de cadera. una conversacidn con el sexdlogo espaiiol Félix Lopez, este ‘que uno de los graves problemas que tenemos los huma pees de la figura corporal. Decia al respecto aus 3 corporal porque todos deseamos ser 2! es poder en todas las esferas de la vida y también en la 'sexual, porque gran parte de las creencias sociales sobre el sexo que ver en particular con la desinformacién. 'se escucha con demasiada frecuencia: La mujer que no tiene orgasmos es frigida. ‘Elhombre que tiene eyaculacién precoz es acomplejado. El que tiene dificultades con la ereccién es por culpa de la mujer En Ia ancianidad muere el sexo. ‘Una mujer amargada tiene un marido que no la complace sexual- mente. jquier persona podria afiadir otros mitos hasta confeccionar una larga ‘aci6n lleva a los malentendidos, a herir sentimientos ajenos ir el placer sexual. cs ge el indo c's sexualidad, donde se mueven hhace falta, en ocasiones, un poco de valor, cierto circunstancias de quien lo esté evaluando. Se siente fom que en una escala de 0 a 10, no puede queda” Por debajo Y que no e note, eS la sugerencia de un co nombre no quiero acordarme, ya q tir semejante propuesta, que s falsedades en la pareja. «Fingir en la cama... y que NO st rio publicado en una web de cuyo de ninguna manera puedo com enredaria los lazos del engafio y !as si y, ademas, divulgarla, propici con dificultades para lograr ta un doble engafio, a si misma y a Su pareja las uniones centradas en el prop con transparencia, tanto en la recomendacion a Uevar adelante una de una persona agravar el funcionamiento orgasmo y, ademas, foment Todo lo contrario, debe suceder en | de que los dos se sientan bien y s& traten cama como fuera de ella. Coincido con la psicdloga argentina Veronica Kenigstein, quien afirma e la mujer se est perdiendo ut el problema de fingir radica en qu r : on d inte con respecto a SU sexualidad, que tiene que ‘con su satisfacci6n, su placer y Su salud. saria para completar un ciclo energéti ta experta y sostiene que la dificultadd erar alteraciones en la salud)y y puede ser una de las causas) la rga orgasmica es nece: al, vital y saludable, agrega 4 ‘ese ciclo, a la larga, puede gen r dolores de cabeza, mal humor, del sindrome premenstrual entre otras molestias. Estudios al sefialan que, al anular la mo, ocurre algo similar al circulo del estrés, una acumulacion de adrenalina que, al no evacuarse, n do de presion e insatisfaccion permanentes, con la frustracion por no haberlo logrado. descarga mediante el orgas™ donde hay una congestion ieja en un estan consabida fase dey Para responder a una presion externa de su compafiero (y a veces pro= pia), originada en la necesidad de una mujer de «demostrar» su habilidad ‘como amante, muchas veces se pierde el sentido del encuentro. La velo- cidad y la presién por conseguirlo son los peores enemigos del orgasmo femenino. Es como si ella quisiera tener un orgasmo «para él», comenta Kenigstein. ‘especie de afan, que puede frisar la desesperacion por el maxi como si en esto fuera la vida, se aprecia en este correo electro 0 de Cuba: F raasmo, llego a sent con eso, y necesito saber si es que ee nunc Yo logran, Madonee Is montirpocsin fe Ba 120 Pues casi no me excito tacdndome yo misma, Ya no sé ; Digame, éexiste alguin tipo de ejercicio que facilite ef orgasmo?, éseré que no llegaré a tenerlo alguna vez? | Ami me gusta tener relaciones sexuales con mi novio, me gusta ver que é! queda complacido. Pero ultimamente estoy tratando _ de evitarlas por no tener que pasar por el momento final. _ Quienes han sentido algo asi, pueden ser capaces de entender- me. Por favor, respéndame. Carité Esta muchacha de 19 afios esta atrapada en un problema que no puede resolver por sj sola. Necesita un tratamiento especializado que debe empezar buscando en los centros de salud mental comunitarios yenla Casa de Orientacion a la Mujer y la Familia. Ni unas palabras de consue- lo, ni su pertinaz interés totalmente entendible—, o el de su pareja, Seran capaces de dar la solucidn. Hagamos el sexo en paz Algunas mujeres, en situaciones similares, no se esfuerzan por buscar | ayuda, y ellas mismas caen en total apatia o en justificaciones insipidas y vacias, tales como: «En el primer encuentro no pude, y ya me bloqueé y nunca puedo». «El se cansa de esperar y no quiero abusar de su pacien- Cia». «No estoy para perder tiempo, siempre quiero dormir porque estoy _ cansada». «Me avergiienza demorar». «Prefiero que crea que soy un terremoto...» Asi las cosas, de un argumento en otro, se va de mal en peor. Hay algu- _ nas maneras sencillas de lidiar con nuestra anorgasmia de una forma mas 82 na. La primera es decirlo sin pizca de vergiienza. No hay motivos para e menoscabada por no tener orgasmo. Es un mecanismo que fun- 10 a nuestro interés o voluntad. La segunda opcidn es buscar Aunque todo el mundo sabe qué significa esa palabra tan co, amor, ya que de una forma u otra lo han vivenciado —y Sobre Ham, sufrido en su nombre— no suele hacerse una verdadera aha todo h, amor roméantico, reconoce mi amiga Patricia Arés, doctora aa Psicoldgicas. Y es que el amor, ademés de ser un sentimiento, a o portamiento: un acto relacional voluntario con otro, lo cual pa responsabilidad para que no siga usdndose como justificante uni as dafios humanos. Ersal de Partiendo del punto de vista de la psicologia, debemos establecer el pog. cionamiento critico de! amor y definir, en primer lugar, que este | Posh miento es un aprendizaje, un acto comunicativo, un vinculo de rela que implica la capacidad de expresar lo que sentimos, tanto en postal como en negativo. B : Asi las cosas, hacer el amor no es tan simple porque todas y todos hem ‘ evolucionado lo suficiente como para entender que el sexo es un aa humano. Y puede —hasta sin desearlo— resultar lo contrario: una oat chapuceria. Es imprescindible entonces ir a su encuentro con mas sao duria, herramientas y poder, con las ganas a flor de piel, pero cuidanl de no caer en actitudes que lastimen a una misma 0 al otro miembro de | la pareja. A hacer el amor no se aprende en el colegio, ni en cursos de posgradg) No tiene doctorado algo tan esencial. Pero requiere, sin dudas, de una sabiduria que cada quien se debe proporcionar y hay que preocuparse) por ella. Es, a su vez, armar un rompecabezas donde cada pieza debal encajar con tino, creatividad y autonomia, sin olvidar que la verdademal libertad sexual depende de liberarse del «deberia», del «di que interesa es lo que mi pareja y yo queremos, no lo que querer». de todas estas realidades de las que venimos hablando, cié iversas especialidades reconocen haber descifrado el enigm nos enamoramos de una determinada persona y no de ol ‘esa desbordante experiencia de sentir cosquilleos en e las manos, boca seca o saliva pastosa, pulso acelerado nes cuando nos encontramos con ese «alguien esP ina serie de cambios bioquimicos que se pro yuier persona ni con frecuencia, sefialan los & que provoca un sentimiento y sensacie a 4 : clones y sustan i Bran eta verdo q intimero de emociones, e esas sustancias son la dopamina, la feniletilamina y la ocitoci- dos estos productos quimicos son relativamente comunes en el humano, pero solo son encontrados juntos en las etapas de la Diversas indagaciones han concluido que se puede hacer un cuadro con Jas variadas manifestaciones y etapas del amor y sus relaciones con dife- rentes sustancias quimicas en el cuerpo. De esta manera, el deseo ardien- te de sexo esta unido a la testosterona, mientras que la atraccién y el amor en la etapa de euforia, asi como el sentirse involucrado emocional- mente, estan relacionados con altos niveles de dopamina y norepinefrina y bajos niveles de serotonina. El vinculo y la atraccién que evolucionan hacia una relacién calmada, duradera y segura tienen que ver con la oci- tocina y la vasopresina. Estas investigaciones que enmarcan el amor como un proceso bioquimi- co no han concluido todavia. EI descubrimiento de que la feniletilamina esta enganchada con el amor se inicid con la teoria propuesta por los | médicos Donald F. Klein y Michael Lebowitz, del instituto Psiquiatrico de eva York, quienes sugirieron que el cerebro de una persona enamora- ‘da contenia grandes cantidades de feniletilamina y que esta seria la res- able de las sensaciones y modificaciones fisiolégicas que experimen- s cuando estamos enamorados 0 enamoradas. 5 compuestos combinados hacen que los amantes puedan permane- yras y horas haciendo el amor y conversando, sin sensacién alguna ancio o suefio, afirma el quimico Francisco Mufioz, de — area “A pesar de todas ‘explicaciones bioquimicas, que podrian. ce tehe al acre ‘magico misterio, hay una verdad aug ‘modo esquivar: mal tener por tiempo una relacién lon ' tolerancia y buen manejo de situaciones dificiles ‘aqué hacer para lograr que esta quimica inicia| dela cotidianidad, las amarguras de las Fey nsiones? La respuesta tiene que ver mucho di que ese sentimiento, si amamos con el coraz6n, si ap mos con la razon © si preferimos amar con el corazon y la razon, 7 Elamor no es un bolero. En esas melodias, hombres y mujeres cuca por amores que no siempre son lozanos, pasiones que pueden controlar. La vida es otra cosa, donde la.quimica ha de tener espacio tanto como el propio raciocinio. Hay quienes conocen matrimonios donde la mujer es dominada, inclu tada fisicamente por su pareja y aun ella dice que lo ama. éC6 ‘querer a una persona que no nos respeta, que nos dafia ya ‘significacion tiene eso? éEn realidad se puede amar desde ona, sea hombre o mujer, no tiene para con su pare| oylaconsideracion que deben mediar entre dos que con 6n de amor, no hay quimica amorosa que aguante, ~ : ciega muchas veces y, atrapada en las reacciones y mat 0 zo, no puede ver con claridad ciertos elemet encienden como luz roja en son de advertencia. Amigt veces se acercan: «No te conviene», puede ser 0 empecinadamente, da igual, se piensa que pode alidad en la pareja que amamos, hacerla di ‘Se toma para sf el refran popular que reza: «La mu hay que tener paciencia», Y luego nos pesa Ni Oportunas para no hacer el ridiculo? éPara i6n infértil? éCémo mover el tablero f, salir airosa, no quedar acorrala construir una pee armon a oe

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