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Parroquia “Cristo Rey

Reconocer en el Padre, Hijo y Espíritu Santo a un solo Dios, único y verdadero : Padre Creador, Hijo redentor, Espíritu
Santificador

1.¿Sabes que significa la Santísima Trinidad?


2 .Logras entender la presencia de Dios en tres personas distintas? Comparte.

1.¿Quiénes son los protagonistas de este texto


1. ¿Qué frase te ha impactado más de la lectura? bíblico?
2. ¿Cuál es el mensaje de los textos bíblicos?

1. ¿Qué es lo que pide Jesús en este texto?

Para explicar este gran misterio, existen ciertos símbolos que son entendibles a nuestra razón: La Santísima
Trinidad es simbolizada como un triángulo. Cada uno de los vértices es parte del mismo triángulo y sin embargo
cada uno es distinto
También podemos simbolizar a la Santísima Trinidad como una vela encendida: La vela en sí misma simboliza
al Padre, la cera que escurre es el Hijo, que procede del Padre y la llama encendida es el Espíritu Santo. Los
tres son "vela", pero son distintos entre sí. Hay quienes simbolizan a la Santísima Trinidad en forma de trébol.
Cada una de las hojas es "trébol" pero son distintas entre sí.
Parroquia Cristo Rey - Catequesis Familiar
¿En qué consiste el Misterio?
Sabemos que hay UN SOLO DIOS, en tres personas distintas entre sí, no por su naturaleza que es divini-
dad misma sí por su obrar en la historia de la salvación. Así decimos que:
DIOS PADRE, es el principio sin principio, no fue creado ni engendrado; es por sí solo el principio de vida;
es la vida misma, que posee en absoluta comunión con el Hijo y con el Espíritu Santo.
DIOS HIJO, es engendrado por el Espíritu Santo - no creado- por el Padre; Jesús es Hijo eterno y consus-
tancial; Dios es al mismo tiempo Padre, como el que engendra, e hijo como el que es engendrado.
DIOS ESPIRITU SANTO, procede del Padre y del Hijo; es como una ”espiración”, soplo del amor consustancial entre el Padre
y el Hijo; se puede decir que Dios en su vida intima es amor, que se personaliza en el Espíritu Santo.

"En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" Es costumbre de los católicos repetir frecuentemente estas palabras,
principalmente al principio y al fin de nuestras oraciones.
Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz sobre nuestro cuerpo, recordamos el misterio de la Santísima Trinidad.
- En el nombre del Padre: Ponemos la mano sobre la frente, señalando el cerebro que controla todo nuestro cuerpo, recordando
en forma simbólica que Dios es la fuente de nuestra vida.
-...y del Hijo: Colocamos la mano en el pecho, donde está el corazón, que simboliza al amor. Recordamos con ello que por amor
a los hombres, Jesucristo se encarnó, murió y resucitó para librarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.
-...Y del Espíritu Santo: Colocamos la mano en el hombre izquierdo y luego en el derecho, recordando que el Espíritu Santo nos
ayuda a cargar con el peso de nuestra vida, el que nos ilumina y nos da la gracia para vivir de acuerdo a los mandatos de Jesu-
cristo.
- Anunciamos el misterio de la Santísima Trinidad en la oración del Credo.

261. El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fé y de la vida cristiana. Sólo Dios puede dárnoslo a conocer
revelándose como padre, Hijo, y Espíritu Santo.
265. Por la gracia del bautismo” en el nombre del Padre y del hijo y del Espíritu Santo” somos llamados a participar en la vida
bienaventurada Trinidad, aquí abajo en la oscuridad de la fé y, después de la muerte, en la luz eterna.
En la Creación, Dios Padre está como principio de todo lo que existe.
En la Encarnación, Dios se encarna, por amor a nosotros, en Jesús, para liberarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.
En Pentecostés, el Padre y el Hijo se hacen presentes en la vida del hombre en la Persona del Espíritu santo, cuya misión es
santificarnos, iluminándonos y ayudándonos con sus dones a alcanzar la vida eterna.

“Jesús se presenta como Aquel que lleva a cabo el plan de salvación del Padre para el mundo: “Porque
tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único”. Estas palabras indican que la acción de las tres Per-
sonas divinas – Padre, Hijo y Espíritu Santo – es todo un plan de amor que salva a la humanidad y al
mundo”.
Dios Padre ama tanto al mundo que, para salvarlo, da lo más precioso que tiene: su único Hijo, que da
su vida por la humanidad, resucita, vuelve al Padre y, junto con Él, envía el Espíritu Santo. La Trinidad
es, por lo tanto, Amor, amor completamente al servicio del mundo, al que quiere salvar y reconstruir”.
La Santísima Trinidad “nos invita a dejarnos fascinar una vez más por la belleza de Dios; belleza, bon-
dad e inagotable verdad. Pero también belleza, bondad y verdad humilde, cercana, que se hizo carne
para entrar en nuestra vida, en mi historia, en nuestra historia, en la historia de cada uno de nosotros, para que cada hombre
y mujer pueda encontrarla y obtener la vida eterna. Y esto es la fé: acoger a Dios-Amor, que se entrega en Cristo, que nos
mueve en el Espíritu Santo, dejarnos encontrar por Él y confiar en Él”.

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Santísima Trinidad merecedor de toda honra, gloria y alabanza, creo en tu poder de Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, te suplico
que tengas misericordia de mí y me des tu auxilio para que mi alama se llene de serenidad, transfórmame en una persona paciente,
comprensiva, humilde y revestido de tu bondad.
Bendito Espíritu Santo fuente de todo consuelo, te pido que enriquezcas mi alma con la abundancia de tus dones. Amén.
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