- Beneficios fitosanitarios y de control de plagas por la eliminación de
rastrojos y destrucción mecánica de malezas perennes. - En invierno, mejora de la subida del agua por capilaridad. - Método de probada eficacia. Las diferentes modalidades de siembra convencional no requieren inversiones en maquinaria tan costosas, como en la siembra directa. - En primavera, incremento rápido de la temperatura del suelo.