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A pesar del Mundial, Pichetto no deja de tejer su red

Para Miguel Pichetto, el líder de Encuentro Federal, no hay Mundial que detenga su constante
armado político. Y, si bien desde su migración del Frente de Todos a Juntos por el Cambio en 2015
se instaló con comodidad en las proximidades de Mauricio Macri, esto no le impidió tener, como
siempre, un juego propio. ¿Una nueva prueba? Al momento de definir a su candidato para
confrontar con Axel Kicillof por la Gobernación de Buenos Aires, se inclinó por Diego Santilli.

Pichetto hizo público su apoyo al ladero de Horacio Rodríguez Larreta durante el lanzamiento de la
sede del Instituto República en el partido de La Matanza.

"No se puede perder tiempo, ni la sociedad nos va a esperar ni va a aceptar una nueva frustración
y un nuevo fracaso. Entonces, en este rumbo y en este pensamiento estoy acá, acompañando y
apoyando la candidatura de Diego (Santilli) en la provincia."-enfatizó.

De la actividad participaron también el candidato Diego Santilli, el Intendente de Tres de Febrero


Diego Valenzuela y la Senadora provincial Claudia Rucci, y otros dirigentes opositores, en una
nueva ofensiva para tratar de instalarse en el histórico territorio del peronismo bonaerense.

Pichetto se muestra muy activo en los últimos meses, y diseña con cuidados sus movidas como un
ajedrecista experto. En tanto en la CABA decidió jugar con un candidato propio, Lucas Jacsewski,
marcando así su autonomía y voluntad de marcar el terreno para su espacio, en Provincia tomó la
pragmática decisión de acompañar al ex vicejefe de Gobierno porteño, en la inteligencia de que la
unidad es la única estrategia posible para obtener un resultado electoral favorable.

Pero esta decisión no implica un desentendimiento respecto de la elección provincial, ya que su


equipo de técnicos viene trabajando desde hace tiempo en la tarea de "construir un programa
productivo y un proyecto de desarrollo para la Provincia de Buenos Aires".

Para el experimentado político, la provincia "Es una potencia agroindustrial, turística y económica.
No es el único destino el plan social y la pobreza infinita." Con esta declaración Pichetto no sólo
descargó munición gruesa sobre el Frente de Todos, sino también contra la errática María Eugenia
Vidal, que deambula entre su alineamiento con Mauricio Macri y el coqueteo con su histórico jefe,
Horacio Rodríguez Larreta.

En línea con el discurso de Pichetto, Diego Santilli afirmó que hay que "retomar la cultura del
trabajo, del esfuerzo, del mérito y de la educación", que "son los valores centrales que
el kirchnerismo ha destruido" y "los pilares fundamentales desde donde vamos a levantar a este
gigante dormido que es la Provincia de Buenos Aires".

Y, si bien reconoció que "El desafío es inmenso”, aseguró que “seguimos avanzando y
construyendo una alternativa lo más amplia posible para ganarle al oficialismo el año que viene."

La estrategia del consenso y la negociación, que siempre privilegió Miguel Pichetto, es la que ha
caracterizado también a Diego Santilli desde su desembarco en la Provincia de Buenos Aires. Con
orígenes compartidos en el peronismo, ambos tienen en claro que cualquier iniciativa electoral o
de gestión debe estar sólidamente instalada en el territorio provincial, algo que nunca terminó de
comprender Vidal, que llegó a la gobernación por las disidencias y el “fuego amigo” dentro del
Frente de Todos en 2015.

También hizo uso de la palabra el intendente Valenzuela quien, pragmático, subrayó la


"importancia de tener políticos que apoyen más fuertemente a los comerciantes y trabajadores
para que puedan progresar con estímulos y baja de impuestos."

Y también destacó que "La provincia necesita un plan claro que le garantice empleo, seguridad y
certidumbre a cada vecino que quiere salió adelante.”

Cada uno de los tres expositores interpeló al ámbito geográfico y social que privilegia en su
accionar. Valenzuela le habló al vecino, Santilli a los bonaerenses y Pichetto a la nación, aunque
manifestando sus preferencias y prioridades para la provincia.

En plena definición del Mundial de Fútbol, el PRO y Encuentro Federal instalaron su cabecera de
puente en La Matanza, un distrito clave para la elección y que experimenta una importante
fractura por la competencia interna dentro del Frente de Todos.

¿Terminará en 2023 el ciclo peronista ininterrumpido desde 1983 en la Matanza? No es una tarea
sencilla, pero la magnitud de la crisis interna del oficialismo permite generar expectativas muy
optimistas en la oposición, que también tiene su interna.

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