¿Qué es Democracia Representativa y Democracia Participativa?
Se entiende por democracia representativa o democracia indirecta a un tipo de sistema
democrático que opera en base a la representación política. Esto significa que los ciudadanos delegan su poder soberano de decisión política en un conjunto de funcionarios a quienes eligen a través del voto. La democracia directa o participativa supone un mayor grado de involucramiento de la ciudadanía respecto de las decisiones tomadas por las autoridades. Es un modo de hacer política que supone menos distancia entre el pueblo y la toma de las decisiones trascendentales en su vida. Esto supone menos intermediarios entre una cosa y la otra, razón por la cual se le llame “directa”: se supone que los ciudadanos deben participar en la gestión del Estado, y no simplemente elegir a quienes lo hagan y del resto hacerse a un lado o quedarse esperando. En las democracias representativas, cuando la gente se siente disconforme y desconfía de sus representantes tienden habitualmente a participar menos. En otros casos, eligen opciones cada vez más radicales, incluso aquellas que abiertamente atentan contra la democracia. Los grandes problemas de la democracia representativa tienen que ver con la corrupción. Los funcionarios políticos se encuentran supervisados por ellos mismos o por otros colegas, lo cual dificulta la labor de fiscalización. La gran virtud de la democracia representativa respecto a la participativa tiene que ver con el uso de la burocracia. Para hacer participar a millones de personas en cada gran decisión política, haría falta un gigantesco aparato de consulta, con un alto costo económico. Se denomina democracia participativa a una forma de gobierno democrático que involucra a los ciudadanos en la toma de decisiones, pero manteniendo las estructuras de representación del Estado. Es decir que se trata de un modelo intermedio entre la democracia representativa y la democracia directa. La diferencia más sustancial entre ambas formas de democracia radica en que la participativa busca incorporar a la ciudadanía al ejercicio del poder. Así se evita convertirla en un testigo pasivo de lo que la clase política decida. En ese sentido, representa un paso hacia la democracia ateniense o directa de la antigüedad. Por el contrario, la democracia representativa se sostiene en base a un criterio más práctico: la población es demasiado numerosa para ser involucrada directamente en la conducción de la nación. Por eso, en el sistema representativo el pueblo gobierna sólo a través de sus representantes, los cuales son libremente elegidos. La participación ciudadana, al no ser directa, se maneja en un estado intermedio que vigila el desempeño de las instituciones y posee herramientas para llevar a cabo denuncias, rechazos o correcciones. Utiliza canales de comunicación como los medios comunitarios, el gobierno abierto o incluso comunicaciones digitales. Algunos de los rasgos positivos de la democracia participativa son: 1) Mayor control ciudadano sobre el desempeño de la clase política, y una toma de decisiones más informada respecto de los intereses de los beneficiados o perjudicados. 2) Se fomenta la transparencia en los asuntos políticos, y se evita el aislamiento de los procesos políticos, o sea, las “cajas negras”. 3) Se fomenta un ambiente participativo, más igualitario, que no contemple a los políticos como una élite.