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Ronal Diaz. Ci:24.217.

419 Sección: 30511

¿Qué es Democracia Representativa y Democracia Participativa?

Se entiende por democracia representativa o democracia indirecta a un tipo de sistema


democrático que opera en base a la representación política. Esto significa que los
ciudadanos delegan su poder soberano de decisión política en un conjunto de
funcionarios a quienes eligen a través del voto. La democracia directa o participativa
supone un mayor grado de involucramiento de la ciudadanía respecto de las decisiones
tomadas por las autoridades. Es un modo de hacer política que supone menos distancia
entre el pueblo y la toma de las decisiones trascendentales en su vida. Esto supone
menos intermediarios entre una cosa y la otra, razón por la cual se le llame “directa”: se
supone que los ciudadanos deben participar en la gestión del Estado, y no simplemente
elegir a quienes lo hagan y del resto hacerse a un lado o quedarse esperando. En las
democracias representativas, cuando la gente se siente disconforme y desconfía de sus
representantes tienden habitualmente a participar menos. En otros casos, eligen opciones
cada vez más radicales, incluso aquellas que abiertamente atentan contra la democracia.
Los grandes problemas de la democracia representativa tienen que ver con la corrupción.
Los funcionarios políticos se encuentran supervisados por ellos mismos o por otros
colegas, lo cual dificulta la labor de fiscalización. La gran virtud de la democracia
representativa respecto a la participativa tiene que ver con el uso de la burocracia. Para
hacer participar a millones de personas en cada gran decisión política, haría falta un
gigantesco aparato de consulta, con un alto costo económico.
Se denomina democracia participativa a una forma de gobierno democrático que involucra
a los ciudadanos en la toma de decisiones, pero manteniendo las estructuras de
representación del Estado. Es decir que se trata de un modelo intermedio entre la
democracia representativa y la democracia directa. La diferencia más sustancial entre
ambas formas de democracia radica en que la participativa busca incorporar a la
ciudadanía al ejercicio del poder. Así se evita convertirla en un testigo pasivo de lo que la
clase política decida. En ese sentido, representa un paso hacia la democracia ateniense o
directa de la antigüedad. Por el contrario, la democracia representativa se sostiene en
base a un criterio más práctico: la población es demasiado numerosa para ser involucrada
directamente en la conducción de la nación. Por eso, en el sistema representativo el
pueblo gobierna sólo a través de sus representantes, los cuales son libremente elegidos.
La participación ciudadana, al no ser directa, se maneja en un estado intermedio que
vigila el desempeño de las instituciones y posee herramientas para llevar a cabo
denuncias, rechazos o correcciones. Utiliza canales de comunicación como los medios
comunitarios, el gobierno abierto o incluso comunicaciones digitales. Algunos de los
rasgos positivos de la democracia participativa son: 1) Mayor control ciudadano sobre el
desempeño de la clase política, y una toma de decisiones más informada respecto de los
intereses de los beneficiados o perjudicados. 2) Se fomenta la transparencia en los
asuntos políticos, y se evita el aislamiento de los procesos políticos, o sea, las “cajas
negras”. 3) Se fomenta un ambiente participativo, más igualitario, que no contemple a los
políticos como una élite.

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