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4.AHRS - Subsidio Abril 2023
4.AHRS - Subsidio Abril 2023
†
Estamos ante ti, Espíritu Santo
(Adsumus Sancte Spiritus)
No permitas que
la ignorancia nos lleve por falsos caminos.
Concédenos el don del discernimiento,
para que no nos desviemos del camino de la verdad y la justicia,
sino que en nuestros peregrinaje terrenal
nos esforcemos para alcanzar la vida eterna.
I. Exposición
El celebrante, con el paño de hombros de color blanco, trae el Santísimo Sacramento del
lugar de la reserva y lo coloca en la custodia que estará en el altar sobre un mantel blanco y
un corporal del mismo color, previamente extendido. Se emplea cuatro o seis cirios.
Celebrante: Acto de Fe. Dios mío! Creo firmemente todo lo que cree y enseña mi
Madre Iglesia, porque tú lo has revelado y eres inefable verdad.
Celebrante: Acto de Esperanza. Dios mío, espero, por los méritos infinitos de
Jesucristo mi Salvador, que me has de dar tu gracia y tu misericordia en esta vida, y
si observo los mandamientos, la vida eterna en la otra, porque así lo has prometido y
eres fiel en cumplir tus promesas.
Celebrante: Acto de Caridad. Dios mío! Te amo con todo mi corazón, porque eres
infinitamente amable, y amo a mi prójimo como a mí mismo, por amor tuyo.
Primer jueves
Mucha gente no avanza en la oración por descuidar la preparación previa, hay veces
en que, al querer orar, al inicio de la oración, te sentirás tan agitado, disperso que, si
no calmas previamente sus fatigas cotidianas, sus dificultades y sus contradicciones,
los nervios, no conseguirás ningún fruto.
Otras veces, te encontrarás muy sereno. En este caso, no necesitas ningún ejercicio
previo, sin más, concéntrate e invoca al Espíritu Santo y, ora
Podemos tomar una posición cómoda que nos ayude a la reflexión y meditación.
Introducción
Guía: La actitud adecuada ante la cruz, según la enseñanza de Jesús, es aceptarla,
cargarla, saber llevarla. Es todo un aprendizaje saber llevar la cruz de todos los días.
A veces lleva un tiempo hasta que uno le agarra la vuelta, hasta lograr que el peso
sea bien soportado, haciendo fuerza pero una fuerza equilibrada en toda tu persona.
Para Dios, en nosotros todo es posible, dejémosle actuar en nuestra vida y nos
confiemos a Él mientras asumimos los nuevos desafíos que tenemos por delante en
ésta semana.
PRIMER MOMENTO
Te ofrezco, todo lo que tengo, todo lo que soy
(Posición de sentado)
Meditación
Guía 1: Y en esta posición de sentado, podemos caer en la cuenta de que:
-Quien está sentado soy yo,
-Es mí ser, quien está aquí,
-Soy yo, quien en este momento me encuentro delante la presencia de Jesús
Sacramentado.
… Y me puedo preguntar a mi mismo: ¿Quién soy yo? ¿O quien más sigo siendo yo? Y
me doy respuesta poco a poco, lentamente… Yo soy (Decir tu nombre), y le voy
diciendo a Jesús… soy una persona, un hombre o mujer, soy hijo (a), que soy una
persona que trabaja (Decir tu profesión u oficio) en tal lugar, que soy de piel morena
o de piel blanca, que soy una persona amable, llevadera, alegre, serena o una
persona que se enoja muy rápidamente, una persona que guarda sentimientos y lleva
mucho rencor…
… Dile también, soy una persona que tiene esperanza de salir adelante, personal y
familiarmente…. ¿Quién más eres?... Díselo a Jesús Sacramentado, Él te mira y te
escucha, háblale… háblale desde lo más profundo de tu ser. Dile que le ofreces todo
lo que eres, todo lo que tienes, tus logros, tu vida…
Guía 1: Ahora tomamos nuestra biblia y proclamamos a dos coros el Salmo 8, Señor,
dueño nuestro.
(Mujeres) (Mujeres)
Ensalzaste tu majestad sobre los le diste el mando sobre las obras de
cielos. tus manos,
De la boca de los niños de pecho has todo lo sometiste bajo sus pies:
sacado una alabanza contra tus
enemigos, (Hombres)
para reprimir al adversario y al rebaños de ovejas y toros, y hasta las
rebelde. bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
(Hombres) que trazan sendas por el mar.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus
dedos, (Todos)
la luna y las estrellas que has creado, Señor, dueño nuestro,
¿qué es el hombre, para que te ¡qué admirable es tu nombre en toda la
acuerdes de él, tierra!
SEGUNDO MOMENTO
Misericordia, Dios mío por tu bondad
(Posición de rodillas)
Mantener fondo instrumental Nadie te ama como yo (Sax instrumental) u otro canto adecuado
Guía 1: Ahora los invito a ponerse de rodillas, los que no ya no puedan no se preocupen,
pueden permanecer sentados. En la posición de rodillas, reconozco que estoy ante tu
presencia Señor, Jesús, que Tu eres Dios y yo una persona, un bautizado, un cristiano,
Hoy Señor Jesús, vengo ante ti porque quiero reconocer mis culpas, mis pecados,
quiero decirte que he fallado en la vida, que mis pecados y culpas tienen nombres y
apellidos… me reconozco pecador…. Por eso, Señor Jesús, vengo ante ti para sanar, y te
pido perdón, por los látigos y bofetadas que yo mismo te ocasiono.
De eso y más, Señor Jesús, quiero alcanzar tu perdón y encontrar paz en mi interior.
Guía 2: Ahora tomamos nuestra biblia y proclamamos a dos coros el Salmo 50,
Misericordia, Dios mío por tu bondad.
(Hombres) (Hombres)
Misericordia, Dios mío por tu bondad, En la sentencia tendrás razón
por tu inmensa compasión borra mi en el juicio brillara tu rectitud.
culpa,
lava del todo mi delito (Mujeres)
limpia mi pecado. Mira que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
(Mujeres)
Pues yo reconozco mi culpa, (Todos)
tengo siempre presente mi pecado, Te gusta un corazón sincero,
contra ti, contra ti solo peque y en mi interior me inculcas sabiduría.
cometí la maldad que aborreces. Rocíame con el hisopo: quedare limpio;
lávame, quedare más blanco que la
nieve.
TERCER MOMENTO
Alabad al Señor en su templo
(Posición en Pie)
Mantener fondo instrumental Que bien se está aquí (Athenas Karaoke) u otro canto adecuado
En la posición de pie, le digo al Señor, que quiero continuar mi vida, que deseo caminar
siempre adelante y no para atrás. Que el pecado que he cometido, no tiene en mí la
última palabra, que el pecado no debe vencerme, que su gracia me basta para seguir
llevando la cruz de la vida. El camino de la Cruz.
Vamos a decirle a Jesús, varias veces el pecado no tiene la última palabra en mi. Que
más, dile al Señor que te anima a seguir, a estar en pie..
Guía 3: Terminamos este momento, proclamando todos juntos el salmo 150, Alabad al
Señor en su templo
¡Aleluya!
Guía: Hemos podido hacer un recorrido de lo que somos y tenemos, ahora que
estamos en este tiempo de gracia, pidámosle al Señor Jesús, que nos tome de sus
manos, y nos lleve por este de cuaresma a la verdadera conversión del corazón.
Ámame más Señor, para quererte, Por los que no han sabido sospecharte, por
búscame más, para mejor hallarte. los que tiene miedo de encontrarte, por lo
Desosiégame, por no buscarte, que piensan que ya te han perdido,
desosiégame, para retenerte.
por todos los que esperas en la muerte,
Pódame más para florecerte, quiero cantarte, Amor agradecido, porque
desnúdame, para nos disfrazarte. siempre acabamos por vencerte.
Enséñame a acoger, para esperarte,
mírame en todos, para en todos verte.
Oración
(Cfr. Sal. 21, 20. 7)
Guía: Tú, Señor, no te quedes lejos, fuerza mía, ven aprisa a ayudarme; pues yo soy un
gusano, no un hombre, despreciado por la gente y rechazado por el pueblo. Padre mío,
si no es posible evitar que yo beba este cáliz, hágase tu voluntad.
III. Bendición
A) Incensación. El ministro hace genuflexión, se arrodilla y se canta un himno
eucarístico u otro canto apropiado. El ministro inciensa el Santísimo Sacramento.
Repetimos todos:
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su Gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos Amén.
IV. Reserva
Canto: Te adoramos Jesús (Athenas) u otro canto adecuado
Segundo jueves
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Guía: Podemos tomar una posición cómoda que nos ayude a la reflexión y meditación.
Oración introductoria
(Papa Benedicto XVI. Ángelus 15 de diciembre de 2009. Deiverbum.org)
Lector 2: El encuentro con el resucitado provoca miedo en los discípulos “parecían ver
un fantasma”, sin embargo, el Resucitado no es un fantasma. Es el mismo Jesús
crucificado; lleva las señales de cuerpo; “soy yo en persona”.
Petición
Lector 1: Creamos en esa Verdad maravillosa, el destino de Jesús la gloria de Dios en la
carne de los hombres, esto es la Resurrección de Jesús.
Reflexión
Guía: Los discípulos de Jesús creen que después de haber vivido la experiencia de la
resurrección no volverán a tener contacto con él, pero Jesús es consciente de que su
tarea aún no ha terminado.
El evangelista nos relata hoy, como Jesús intenta quitar el miedo y la pesadumbre a sus
seguidores para que sean anunciadores de la Palabra de Dios, por ello, se pone delante
de ellos; estos se asustan, se quedan mudos por el estupor y la incredulidad ante lo que
están viendo, Jesús les pregunta: «¿Por qué se desconciertan? ¿Cómo se les ocurre
pensar eso? Soy yo.
Jesús quiere que tengamos fe, que tomemos conciencia de que no estamos solos,
Jesús hoy te invita a que lo toquen, a que palpen sus heridas.
Lector 2: Hay cuatro razones por las que el Señor enseña a los apóstoles y a nosotros,
su costado, sus manos y sus pies.
-Primeramente, para dar pruebas de que, verdaderamente, había resucitado y así quitar
de nosotros toda duda.
-En segundo lugar, para que la Iglesia, el alma fiel, ponga su nido en sus llagas, como
«en las grietas de la roca» (Ct 2,14), y encuentre en ellas protección contra el gavilán
que la acecha.
-En tercer lugar, para dejar impresas en nuestros corazones, como unas insignias, las
marcas de la Pasión.
-En cuarto lugar, para prevenirnos y pedirnos que tengamos compasión de él y no le
traspasemos de nuevo con los clavos de nuestros pecado.
Lector 1: «¿Por qué están turbados, y por qué tienen pensamientos inquietantes en sus
corazones? Vean mis manos y mis pies». Vean, es decir: estar atentos. ¿Por qué?
Porque no es un sueño lo que están viendo. Vean mis manos y mis pies, ya que, con sus
ojos agobiados, no pueden todavía ver mi rostro. Vean las heridas de mi carne, ya que
todavía no ven las obras de Dios. Tócame, para que tu mano te dé la prueba, ya que tus
ojos están cegados…
Guía: Jesús les dice a sus discípulos: ―Ustedes son testigos de todo esto.
Todo esto significa ante todo la cruz y la resurrección: los discípulos han visto la
crucifixión del Señor, ven al Resucitado y así comienzan a entender todas las
Escrituras, que hablan del misterio de la pasión y del don de la resurrección. ―Todo
esto, por lo tanto, es el misterio de Cristo, del Hijo de Dios hecho hombre, que murió
por nosotros y resucitó, que vive para siempre y, de ese modo, es garantía de nuestra
vida eterna.
Canto: Señor mío y Dios mío (Rodrígo Joglar) u otro canto adecuado
Meditación
(Homilía de S.S. Francisco, 19 de abril de 2015)
Guía: Él, la tarde de Pascua, abre la mente de los discípulos al misterio de su muerte
y resurrección y les dice: ―Ustedes son testigos de todo esto. Los Apóstoles, que
vieron con los propios ojos a Cristo resucitado, no podían callar su extraordinaria
experiencia. Él se había mostrado a ellos para que la verdad de su resurrección
llegara a todos mediante su testimonio. Y la Iglesia tiene la tarea de prolongar en el
tiempo esta misión; cada bautizado está llamado a dar testimonio, con las palabras y
con la vida, que Jesús ha resucitado, que Jesús está vivo y presente en medio de
nosotros. Todos nosotros estamos llamados a dar testimonio de que Jesús está vivo.
1. Para que toda la Iglesia sea portadora, con sus obras y su doctrina, de la
verdad de Cristo resucitado. Roguemos al Señor.
2. Para que el misterio de Cristo muerto resucitado ilumine y transforme nuestro
mundo angustiado por el odio, la duda y la muerte. Roguemos al Señor.
3. Para que los enfermos, los impedidos y cuantos sufren sientan la ayuda y el
consuelo del Espíritu de Jesús. Roguemos al Señor.
4. Para que todos los aquí reunidos vivamos la realidad de la Pascua, renovados
por la gracia del Señor resucitado, y llevemos a todos nuestros hermanos el
amor y la paz. Roguemos al Señor.
Guía: Las personas que quieran presentar alguna oración al Señor, desde su lugar en
este momento pueden hacerlo.
Propósito
Guía: Si te respondiste qué acciones de salvación ha hecho Dios en tu favor; ahora
continúa: ¿Y yo qué hecho para acercar a Dios a mi familia, y a mis amigos? .
Oremos
(Santa Madre Teresa de Calcuta. Cartas)
Guía: Dios nuestro, te pedimos que así como nos nutres con el sagrado alimento del
Cuerpo y de la Sangra de tu Hijo, nos hagas participar de tu naturaleza divina. Ten
misericordia de tu Iglesia suplicante y mira compasivo a quienes se inclinan de
corazón ante ti, no permitas que los que redimiste queden expuestos al pecado ni
consientas que los opriman las adversidades. Amén.
,
Guía: Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo
Todos: como era en el Principio, Ahora y Siempre, por los Siglos de los Siglos. Amén.
III. Bendición
A) Incensación. El ministro hace genuflexión, se arrodilla y se canta un himno
eucarístico u otro canto apropiado. El ministro inciensa el Santísimo Sacramento.
Repetimos todos:
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su Gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos Amén.
IV. Reserva
Canto: Te adoramos Jesús (Athenas) u otro canto adecuado
Tercer jueves
AQUEL A QUIEN DIOS HA ENVIADO,
HABLA LAS PALABRAS DE DIOS
Monición: En esta segunda semana de Pascua seguimos leyendo en la liturgia el
Evangelio de Juan, donde se va a poner de manifiesto, luego del extenso diálogo de
noche entre Jesús y Nicodemo, cuáles son las consecuencias de la Vida Nueva que
Jesús nos trae. “Dispongámonos de corazón a experimentar la palabra del Señor”.
(Isaías.9,2)
Guía: Podemos tomar una posición cómoda que nos ayude a la reflexión y meditación.
Oración introductoria
Guía: Señor nuestro Jesucristo, Origen de la vida y Vencedor de la muerte, que con tu
Pascua me has librado de la muerte espiritual; yo, tu siervo renovado y recreado por
Ti, te ofrezco alabanzas y acción de gracias. Y así como tú destruiste el poder de la
muerte, libra de la muerte del pecado a los que a ti clamamos.
Petición
Lector 1: Concédenos, Señor, vivir siempre llenos de gratitud por estos misterios
pascuales que celebramos, para que, continuamente renovados por su acción, se
conviertan para nosotros en causa de eterna felicidad.
Reflexión
Lector 2: El hombre no se contenta con las cosas de este mundo. Si ha ganado un
millón, quiere más. Si consigue un puesto, busca otro mejor. ¿Por qué nunca
quedamos saciados de nada? Porque el hombre es el único ser sobre la tierra que
está abierto a lo infinito: puede conocerlo todo y siempre le quedará algo, puede
tenerlo todo y siempre habrá algo que le falte.
Este deseo tan profundo sólo se colma definitivamente en la vida eterna. Y, ¿en qué
consiste la vida eterna? Dice el evangelista San Juan: Padre, ésta es la vida eterna:
que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo. El cielo es el
conocimiento total de Dios. Dios es infinito, por eso, al conocerle a Él nuestra
inteligencia alcanza su plenitud y posesión. Y al consistir también en la posesión de
Dios, como es el "Ser" por excelencia, rebasa a todos los pequeños "seres" o cosas
que tanto nos llaman la atención.
Si es así, queremos esa vida eterna. ¿Cómo podemos alcanzarla? El que haya
perseverado en la fe hasta el fin (cf. Mt 10,22; 24,13), obtendrá la vida eterna. Y esa fe, que
ahora es oscura, después de la muerte, será luz eterna.
Meditación
(S.S. Francisco, catequesis 4 de diciembre de 2013)
Comienza durante toda la vida hacia aquel momento de la resurrección final ¡Ya
estamos resucitados! De hecho, mediante el Bautismo, estamos insertos en la
muerte y resurrección de Cristo y participamos de una vida nueva, es decir la vida
del Resucitado. Por tanto, en la espera de este último día, tenemos en nosotros una
semilla de resurrección, como anticipo de la resurrección plena que recibiremos en
herencia.
Lector 2: Por eso también el cuerpo de cada uno es resonancia de eternidad, por
tanto, ha de ser respetado siempre; y sobre todo debe ser respetada y amada la vida
de todos los que sufren, para que sientan la cercanía del Reino de Dios, de esa
condición de vida eterna hacia la que caminamos.
Guía: Las personas que quieran presentar alguna oración al Señor, desde su lugar en
este momento pueden hacerlo.
Propósito
Guía: Buscar a Dios en tu interior, y Él se dejará encontrar. Y cuando lo hayas
encontrado, agradécele y, en compensación a su bondad, comparte con otros su
mensaje.
Oremos
Guía: Dios y Padre nuestro, mira con bondad a estas familias tuyas, por la cual
nuestro Señor Jesucristo no dudó en entregarse a sus verdugos y padecer el
tormento de la cruz, que nos alimentas con esta Eucaristía, y por medio de la
Resurrección de tu Hijo nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete,
concédenos, Señor, llegar, por medio de su resurrección, a la meta de nuestras
esperanzas. Amén.
III. Bendición
A) Incensación. El ministro hace genuflexión, se arrodilla y se canta un himno
eucarístico u otro canto apropiado. El ministro inciensa el Santísimo Sacramento.
Repetimos todos:
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su Gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos Amén.
IV. Reserva
Canto: Te adoramos Jesús (Athenas) u otro canto adecuado
Cuarto jueves
YO LES ASEGURO, EL QUE CREE EN MÍ,
TIENE VIDA ETERNA
Monición: Señor, creo en ti. Creo que por amor te has quedado en la Eucaristía para
darme el pan que me da la vida. Confío en tus planes divinos y te pido en esta hora
Santa, una fe firme que me haga ver mucho más allá de las preocupaciones, de las
tristezas, para poder caminar siempre hacia delante, como lo hizo tu Santísima
Madre, siempre fiel. “Dispongámonos de corazón a experimentar la palabra del
Señor”. (Isaías.9,2)
Lector 1: Del santo Evangelio según San Juan (Jn.6, 44-51). (Nos ponemos de pie)
Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre. Les
aseguro que el que cree, tiene Vida eterna. Yo soy el pan de Vida. Sus padres, en el
desierto, comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo,
para que aquel que lo coma no muera.
Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el
pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo”.
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Página | 11
Capillas de Ado ración Eucarística Perpetua en Tab asco
Sub sidio Mensual, Ab ril
Oración introductoria
Guía: Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos humildemente
tu clemencia, a fin de que este sacramento de amor sea para nosotros signo de
unidad y vínculo de caridad.
Petición
(Espacio sagrado)
Guía: Ruego que yo pueda crecer en sensibilidad, para poder recibir a Dios en lo
profundo de mi corazón.
Reflexión
(Espacio Sagrado)
Lector 2: Hoy Jesús nos invita a alimentarnos de Él; de su Palabra, de su Vida, de los
sentimientos profundos de su Corazón, que hacen, en virtud de su Pascua que no nos
guardemos la vida como algo que hay que reservarse celosamente, sino que la
podamos entregar por amor; que nos podamos jugar la vida por amor y por algo que
nos sacie de veras el ansia profunda y bella de libertad que anida en el corazón de
cada uno de nosotros. Que podamos vivir “con sentido”, y no “consentidos”. Que
podamos dar pasos de libertad. Para hacer silencio y descubrir la originalidad que
somos, palpar este barro del que estamos hechos y llamados a andar.
Lector 1: Y después sí. Mientras nos vamos saciando, salir seguir encontrándonos con
nuestros hermanos, porque en ellos también vive Jesús Resucitado. Y junto a ellos,
lograr que sacien su hambre. Incluso aquellos que luchan día a día por conseguir un
pedacito de pan.
Dios me sabe a pan, no que se guarda, celoso y rancio, sino que se parte, reparte y
comparte con todos, para que nadie quede afuera de la fiesta y del encuentro.
Meditación
(P. Sebastián García sacerdote de la congregación Sagrado Corazón de Jesús de Betarrán. Animador y responsable de la Pastoral Juvenil)
Lector 2: En el evangelio de hoy que forma parte del capítulo 6 del Evangelio según
San Juan y hay una frase decisiva por parte de Jesús, donde nos dice que Él es el
Pan de Vida. “El que coma de este Pan vivirá eternamente”. Y nos promete que el pan
que Él va a dar es la carne para la vida del mundo.
Lector 1: Es muy interesante, es un texto muy lindo, es un texto muy, muy rico ¿no?
Que nosotros también en este camino que vamos haciendo de estos cincuenta días
del tiempo de Pascua podemos también reflexionar sobre este aspecto. Jesús viene
a decirnos que “Yo soy el Pan de Vida”, es decir hay un solo Señor capaz de darnos
vida, capaz de alimentarnos, capaz de saciar lo que quizás nos puede hacer pensar
en una primera instancia: ¿Qué cosa consumimos? ¿De qué cosas nosotros nos
alimentamos? ¿Cuáles son las cosas que buscamos para saciar nuestra hambre y
nuestra sed? Sabiendo que tenemos un Señor que comparte nuestra misma
condición humana, que vive como nosotros, que carga sobre su cruz nuestros
pecados y que resucita para que nosotros también tengamos vida nueva y podemos
vivir en definitiva como resucitados. (Espacio sagrado)
Lector 2: El Padre me atrae siempre hacia su Hijo: ¡es por eso que me encuentro en
oración! Veo las flores crecer: estas son atraídas por el calor del sol. Veo a los niños
aprendiendo: ellos son atraídos por el amor del conocimiento y la verdad. Veo a la
gente que está enamorada: cada uno ha sido atraído por la bondad del otro.
Puedo también hacerme más sensible a la atracción de Dios en la profundidad de mi
corazón. Dios está delante de mí, atrayéndome hacia un amor mucho más
desarrollado y de dimensiones más profundas. (Espacio sagrado)
Lector 2: Somos invitados por el Padre a ser parte de esta divina relación de amor.
Un amor que durará para siempre, alimentado por Jesús. Un amigo que hace sentir
su Presencia en tantas formas, estando ahí para tí, mientras tu compartes tu vida con
Él. Dios es mi camino de vida, constantemente rellenando mi alforja con su Vida y su
Amor. Comunicándose conmigo, guiándome a casa de Dios. (Espacio sagrado)
Guía: Las personas que quieran presentar alguna oración al Señor, desde su lugar en
este momento pueden hacerlo.
Propósito
Guía: A un mundo que cuestiona a los cristianos no le bastan las palabras sino que
quiere ver hechos, ¿Estamos dispuestos a testimoniar nuestra fe con obras ?
Oremos
(Espacio sagrado)
III. Bendición
A) Incensación. El ministro hace genuflexión, se arrodilla y se canta un himno
eucarístico u otro canto apropiado. El ministro inciensa el Santísimo Sacramento.
Repetimos todos:
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su Gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos Amén.
IV. Reserva
Canto: Te adoramos Jesús (Athenas) u otro canto adecuado