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Arte
Arte
Su vida transcurrió entre la pintura y las peleas, y en las dos artes era extremadamente bueno.
El genio barroco pintó con un realismo sorprendente otra de sus grandes obras maestras entre
tinieblas.
Italia, 1602
Jesucristo resucita ante sus discípulos, pero Santo Tomás se resiste a creérselo y no se le
ocurre otra cosa que meter un dedo en la herida del costado, algo bastante anti-higiénico,
pero sumamente revelador.
Esto unido al naturalismo extremo del genio barroco dan lugar a una escena absolutamente
fascinante, que además tiene una magnífica composición donde todas las miradas convergen
en la llaga de JC.
Creador del tenebrismo o «caravaggismo», el artista deja con la boca abierta a todo el siglo
XVII con este intenso efecto lumínico donde los motivos aparecen fuertemente contrastados
con luces intensas y oscuridades profundas.
La violencia, el realismo y ese marcado contraste entre luces y sombras, tan característico de
los cuadros de Caravaggio, son el reflejo de la biografía del pintor italiano. Una existencia
convulsa marcada por su relación con la peor calaña individuos de cada ciudad: peleas,
borracheras, denuncias y juicios que acabaron incluso en condena a muerte por asesinato
cuando intentó castrar a un tío.
El artista consiguió huir de la justicia, pero en 1610 su cuerpo apareció muerto en una playa
italiana. Tenía 39 años.
Narciso
Retrato de Narciso, el vanidoso joven enamorado de sí mismo que muere ahogado, pero es
convertido en una flor.
Italia, 1599
Museo: Galería Nacional de Arte Antiguo, Roma (Italia)
Ya vimos a Narciso en esta web, pero no con la intensidad de este retrato tenebrista.
Un Caravaggio más maduro (29 años) hace avanzar la historia del arte mostrando a uno de sus
típicos modelos atractivos que posa como el Dios que se enamoró de su reflejo en el agua.
Podemos ver ya su estilo barroco tenebrista, con esas penumbras de fondo, y una composición
donde el protagonista tiene gran cercanía a nosotros (incluso el artista le corta un par de
dedos a la derecha). Estos dos rasgos eran impensables sólo unas décadas atrás.
Otra característica de este artista pendenciero era mostrar a sus personajes con ropas de su
época (el siglo XVII), ya fuera San Pedro o este Narciso, que probablemente era uno de sus
amantes.
El lienzo está claramente cortado en dos mitades. Arriba un hermoso Narciso, que dibuja un
rectángulo casi perfecto, y abajo un Narciso más atenuado.
Como sabemos, el personaje de la mitología griega quedó tan embobado con su reflejo en el
agua que acabó ahogándose y convirtiéndose en flor…
Barroco
Rembrandt van Rijn es el artista más grande de los Paises Bajos. Su figura trasciende la historia
del arte para situarse en uno de los nombres más importantes en la historia de la civilización
occidental.
Maestro barroco, fue la figura central de la edad de oro holandesa, cuando el país era una de
las mayores potencias internacionales.
El Dr. Nicolaes Tulp enseña a sus colegas el funcionamiento de los tendones del brazo de un tal
Adriaan Adriaanszoon de 41 años, ahorcado ese mismo día por robar una túnica a mano
armada. Rembrandt se encargaría de inmortalizar al delincuente, que pasaría a la posteridad
como el protagonista de uno de los cuadros más famosos de la historia del arte.
Tulp, anatomista oficial de la ciudad, solo permitía una disección pública al año (mejor en
invierno, para conservar bien el cuerpo), por lo que este tipo de actos se convirtieron en
verdaderos espectáculos que casi rozaban el teatro de variedades. De hecho, estas lecciones
de anatomía se solían realizar en teatros, a los que asistían estudiantes, colegas y público en
general, a cambio de pagar una entrada.
Junto a Tulp aparecen representados los cirujanos Jacob Blok, Hartman Hartmanszoon, Adraen
Slabran, Jacob de Witt, Mathijs Kalkoen, Jacob Koolvelt y Frans Van Loenen. No es que fueran
eminencias. Sabemos sus nombres por la lista que uno de ellos tiene en la mano y fueron ellos
los que le pagaron a este joven artista holandés de 26 años para realizar un retrato en grupo,
como una actual fotografía de una cena de empresa o un equipo de fútbol.
Los que sepáis algo de anatomía debéis aplaudir la exactitud con la que Rembrandt plasma los
músculos y los tendones. Sabemos que el artista conocía bien su talento y la modestia no era
una de sus peculiaridades (el autorretrato era uno de sus géneros preferidos…).
En la esquina superior derecha lo pone bien clarito: REMBRANDT. F[ecit]:1632. Lo habitual era
firmar con iniciales y listo.
Mujer en el baño
Quizás un bosquejo de una imagen religiosa o mitológica (Susana o Betsabé, o la diosa Diana…)
o quizás algo tan tratado en la historia del arte como es el tema de las bañistas, o cómo pintar
a mujeres (a veces también hombres) en un momento de higiene íntima.
El caso es que es una obra que sorprende por su calidad y su frescura y su evidente erotismo
vouyerístico, con el asunto de las telas mojadas y pegadas al cuerpo que estamos espiando sin
compasión.
De un acabado inusualmente espontáneo para ser una pintura barroca, hasta parece una obra
inacabada, si no fuera porque el orgulloso artista la da por finalizada firmándola y fechándola.
Algo típico de Rembrandt es el uso extraordinario de la luz, que consigue penetrar en las
penumb
Leonardo da Vinci
Italia, 1452–1519
Quattrocento
Leonardo da Vinci, el homo universalis, el sabio renacentista, el artista versado en todos los
ámbitos del conocimiento humano.
No sólo era artista, también fue una eminencia en aerodinámica, cocina, hidráulica, anatomía,
poesía, botánica.
Y por supuesto, por lo que lo conocemos hoy: por su pintura, escultura y arquitectura. Gracias
a ello forma parte, junto a Miguel Ángel y Rafael, de la santísima trinidad del arte renacentista.
Italia, 1490
Título original: La dama con l'ermellino
Leonardo hace aquí un retrato de Cecilia Gallerani, la amante de Ludovico Sforza, que era el
poderoso duque de Milán y además protector y mecenas del artista. Cecilia fue una de las
pocas mujeres con las que Leonardo estableció una amistad cercana.
Al parecer a da Vinci le caía muy bien la joven Cecilia, que contaba entonces con 16 años. La
chica era inteligente, y como vemos también muy bella. Entendía mucho de literatura y
música, dos disciplinas muy valoradas por el artista, y juntos charlaban de ello durante buenos
ratos. Por ello la cosideraba una Musa, una y “Donna docta”, comparable a grandes mujeres
como Aspasia de Mileto o Axiotea, la alumna de Platón y por sus dotes de poeta en la corte la
tenían por “gran lume de la lingua italiana”.
La retratada lleva en sus brazos un pequeño animal, parecido a una comadreja o un hurón,
pero en la cultura popular la tesis más aceptada es que se trataba de un armiño, bicho
asociado a la realeza.
La composición es un retrato en tres cuartos de perfil, algo bastante innovador para la época.
Muestra con ello movimiento y al mismo tiempo, la imperturbabilidad solemne de una estatua
antigua.
Típico de da Vinci es la imperceptible sonrisa en los labios de Cecilia. El pintor prefería sugerir
las emociones más que presentarlas de forma explícita.
Autor: Leonardo da Vinci
Estilo: Renacimiento
Tipo: Fresco
Técnica: Témpera
Año: 1494-99
s un cuadro religioso pintado sobre la pared de una iglesia (fresco). El original de esta obra
corresponde a un fresco de 8,8 x 4,6 m. Pintado sobre gesso (mezcla de yeso y tiza) entre 1495
y 1497 en el convento Santa María de las Gracias, Milán, Italia
Diego Velázquez
España, 1599–1660
Barroco
«Pintor de pintores» (segú n Manet), maestro indiscutible del arte
universal, genio del barroco sevillano, «el más grande pintor que
jamás ha existido» (dice Dalí)….
Vieja friendo huevos
España, 1618
Cada objeto del cuadro tiene sus distintas texturas, matices y esencias… Cada una su vida
propia.
El genio de la pintura tiene incluso el detalle de distorsionar un poco la perspectiva para que
veamos lo que hay sobre la mesa (y eso en el barroco no era lo habitual precisamente).
Hasta esos huevos friéndose (o cociéndose, o escalfándose… todavía no hay una sesuda y
definitiva teoría al respecto) parecen estar vivos dentro del cuadro: “logra mostrar el proceso
de cambio por el cual la transparente clara del huevo crudo se va tornando opaca al cuajarse”
(Según palabras de Giles Knox, de la Universidad de Indiana)
Las personas del cuadro casi parecen también objetos. Lo digo porque parecen haberse
quedado inmovilizados, y Velázquez los trata con el mismo distanciamiento y objetividad que a
la cebolla o al cesto colgando del techo.
Lo cierto es que Velázquez estaba un poco enfadado porque el género del bodegón era
desdeñado por los teóricos en esos años precisamente por carecer de “asunto” (el más bajo
escalón del arte…, decían), así que el pintor quiso dignificarlo de esta impresionante manera.
El porqué “Vieja friendo huevos” está hoy en Edimburgo se debe a que el pintor David Wilkie
lo compró casi como una baratija en Sevilla y lo vendería en Londres por 40 libras en 1863.
Tras pasar por las manos de varios viejos y acartonados millonarios británicos, la National
Gallery compraría la obra por 57.000 libras en 1955.
Mercurio y Argos
Velázquez humanizaba lo divino.
España, 1659
Esta es la historia de un drama de amor narrada por el poeta Ovidio en su libro Las
Metamorfosis. Cuenta la historia, que el dios supremo Júpiter tenía una amante llamada Ío, a
la que quería con pasión y por ello su esposa Juno, estaba tremendamente celosa. Temeroso
de la ira de su mujer, Júpiter decide convertir a su amante en ternera blanca para protegerla
pero Juno descubre el ardid y astutamente consigue convencer a Júpiter de regalarle la
ternera. Con la ternera en su poder, la esposa decide confinar a la amante al cuidado de Argos,
un gigante de cien ojos que nunca duerme, puesto que alguno de sus ojos siempre permanece
abierto.
Al enterarse, Júpiter entra en cólera y decide enviar a Mercurio, el mensajero de los dioses,
para que con el sonido de su siringa duerma al gigante y le dé muerte con el propósito de
liberar a la amante. Cuando Juno decide ir a ver como iba el asunto, se encuentra al gigante
Argos muerto. Acongojada por la pérdida de su fiel servidor, la diosa recoge los cien ojos de
Argos y los coloca con delicadeza, uno por uno, en la cola del pavo real, su animal favorito.
En la obra, Velázquez retrata de esta historia, el momento en que Mercurio sigiloso se dispone
a dar muerte a un gigante humanizado y ya adormecido por el sonido de su flauta, a sus
espaldas vemos a la ternera Ío, en un paisaje reducido, en el que los personajes ocupan la
mayor parte del espacio.
Puesto que los temas mitológicos tuvieron un importante auge en época barroca, el episodio
de Mercurio y Argos, fue representado por varios artistas como Rubens y tuvo diversas
versiones. El caso es que la versión de Velázquez difiere en varios aspectos de los demás
artistas, confiriendo su visión naturalista tanto al momento elegido (el previo a la acción) como
al tratamiento menos heroico del tema (no hay enfrentamiento entre los personajes); si bien
mantiene los atributos clásicos del mito como por ejemplo el casco alado de Mercurio o la
propia Ío en forma de ternera.
Velázquez siempre se interesó por representar los dioses mitológicos como personas de rasgos
comunes, humanizó sus representaciones y trató de escenificar los temas en espacios
naturales sin idealizaciones o apologías heroicas. Esta manera de representar los temas de la
mitología alcanzaron con Velázquez una expresividad y emoción sin parangón, otorgando un
punto de vista cercano, comprensible y cotidiano al tema mitológico.
Aún así, el conocimiento y estudio que tenía el maestro Velázquez, “el pintor de pintores”
como le calificó Manet, de los modelos clásicos, se ven claramente reflejados en este lienzo,
resulta llamativa la similitud en el personaje de Argos a modelos de inspiración clásica como el
Galo moribundo (Musei Capitolini, Roma).
Este lienzo formaba parte de una serie de cuatro obras, todas relacionadas con asuntos
mitológicos y realizadas por Velázquez, pintor-decorador de la corte española. Fueron
realizados para el salón de espejos del Alcázar de Madrid, en 1734 un incendio devastó el
palacio y de los cuatro lienzos sólo se salvó éste. En el contexto de la corte, el tema constituía
una alegoría de la debilidad de la razón representada por Argos, frente al deleite carnal
personificado en Mercurio. La virtud de la razón del estado fue encomiado como argumento
del programa de propaganda política en la corte de Felipe IV.
Italia, 1598–1680
Barroco
Arquitecto, dibujante, pintor… Bernini fue un verdadero hombre del renacimiento en el
barroco, y rozó la genialidad en todas las artes que cultivó. Pero si en algo destacó este artista
básico de la historia del arte universal fue en el terreno de la escultura.
El rapto de Perséfone
Italia, 1622
Perséfone, hija de Zeus y de Deméter en la mitología griega, fue raptada por Hades, dios de los
infiernos. Por mucho que se resistió, nada pudo hacer para contener los deshonestos deseos
del barbudo dios.
La pobre chica se vio obligada a vivir con su secuestrador (Demeter la buscó por todos los
confines del mundo, Zeus no tanto…) y al final, desarrollando un síndrome de Estocolmo,
accedió a casarse con él.
Pero la madre no cesó en su intento y al final fue a buscar a su hija al mismo infierno, donde
exigió a Hades que se la devolviera.
Ya que sin la diosa, las flores se negaban a crecer, Zeus también se puso duro. Hades no tuvo
más remedio que ceder y se llegó a un acuerdo:
Perséfone pasaría medio año con él en el mundo de los muertos, y el otro medio con su
madre, bajo el sol.
Es por ello que la mitad del año todo florece y llega la primavera, y la otra mitad vuelve con
Hades, haciendo llorar a su madre. (Si amigos… la lluvia viene de ahí.)
Bernini representa este tema mitológico como excusa, por un lado para mostrar desnudos, y
por otro para trabajar en el concepto que más le gustaba: el movimiento. No olvidemos que
estamos en pleno barroco y la moda era mostrar dinamismo y agitación.
No hay ni que decir que el artista consiguió ambos objetivos: con ese asombroso contraposto
retorcido consiguió convertir el mármol en carne y a la vez que las figuras parecieran estar
vivas, congeladas por un instante en pleno frenesí de la lucha.
Italia, 1652
Título original: L'Estasi di Santa Teresa
La transverberación viene a ser una “unión íntima” con el mismísimo Dios y por lo tanto es
más que un orgasmo, es como sentir “traspasado el corazón por un fuego sobrenatural”.
Donatello
Italia, 1386–1466
Donato di Betto Bardi; «Donatello» fue uno de los pioneros del Renacimiento. Escultor
moderno, (aunque podría pasar por uno de los clásicos de la antigüedad), su obra destaca por
su asombrosa profundidad en un mínimo plano. Fue también el gran revolucionario del relieve,
con su técnica en stiacciato, con una variación de milímetros entre figura y fondo con
innumerables superposiciones.
El David de Donatello
El Greco
España, 1541–1614
Manierismo
Domenicos Theotocopoulos, pintor griego que acabó siendo español y mezcló estilos de
muchos otros países y culturas para crear una personalísima pintura, sin duda adelantada a su
tiempo, que rezuma misticismo, expresión y sentimiento. y que todavía hoy posee un
desconcertante efecto en el espectador. Por ello se considera un precursor de muchos
movimientos del arte contemporáneo, como el expresionismo.
Fue el único precedente realmente original de Velazquez que se vio en la historia de la pintura
española.
España, 1580
Pues El Greco realizó uno de los retratos más sublimes y maravillosos de la historia del arte,
este misterioso caballero de la mano en el pecho, casi un estereotipo de hidalgo de la época,
con la vestimenta típica del siglo de oro (cualquier día vuelve a llevarse la gorguera), armado
con espada demostrando que es efectivamente un caballero, y haciendo lo que parece ser un
juramento, siendo nosotros, espectadores, los testigos.
Destaca esa mirada ligeramente estrábica con un ojo mirando a Toledo y el otro a Cuenca
(aunque es evidente que nos mira a nosotros), esa posición de la mano (dedos corazón y
anular unidos que se ve en otras de sus obras) y sobre todo el excesivo protagonismo de la
figura, sin nada que nos llame la atención más que el retratado, sin detalles superfluos en ese
fondo neutro, sólo el caballero iluminado y esa mano que atrae todas las miradas hacia ella.
No es casual que El Greco resalte todo “lo importante” entre esos encajes blancos.
Pero sobre todo llama la atención, y de ahí lo sublime y maravilloso, es lo que oculta este
cuadro. No por la identidad del retratado, que ya puede asegurarse casi con toda seguridad
que se trata de Juan de Silva y Ribera, III marqués de Montemayor y notario mayor del reino,
sino por lo que nos transmite de manera casi mágica este caballero: esa mirada (melancólica si
nos fijamos en un ojo solo, simpática si nos centramos en el otro…), ese pasado sugerido que
hace pensar en tiempos mejores, esa dignidad, serenidad y calma de su pose, esa especie de
espiritualidad laica que parece anunciar ya sus últimos y delirantes cuadros de pintura
religiosa…
"El soplón" Ver
Autor: El Greco
Estilo: Renacimiento
Tipo: Cuadro
Técnica: Óleo
Soporte: Lienzo
Año: 1572
También conocido por el título "Muchacho encendiendo una candela", fue pintado al óleo
sobre lienzo en 1572.
Obra de estilo manierista donde se puede observar la magnificencia del artista como retratista.
Además despliega un dominio total de la iluminación y la incidencia de la luz sobre el rostro. El
motivo de la obra es enigmático: un niño encendiendo una llama en un espacio oscuro y
aparentemente frío. No está clara la procedencia de la idea, pero el artista la repitió varias
veces a lo largo de su carrera.
Autor: El Greco
Estilo: Renacimiento
Tipo: Cuadro
Técnica: Óleo
Soporte: Lienzo
Año: 1587
La pintura se presenta como una alegoría teológica y descriptiva del cielo (mitad superior) y la
tierra (mitad inferior).
Se pinto para la parroquia de Santo Tomé (Toledo), y es en esta misma iglesia donde se
conserva actualmente.
Michelangelo Buonarrotti
Italia, 1475–1564
Michelangelo Buonarroti o Miguel Angel fue un hombre del renacimiento: arquitecto, pintor y
poeta, y sobresaliente en todo esos campos. Pero desde luego su pasión, su vocación, su
obsesión era la escultura.
Miguel Angel fue uno de los más grandes artistas de la historia del arte universal, y no sólo por
sus esculturas, sino también por su asombrosa labor pictórica.
La Piedad
Michelangelo Buonarrotti
Italia, 1499
Nos situamos en 1498 en Roma, en pleno apogeo del Renacimiento. El cardenal Saint Denis
encarga al escultor florentino, Miguel Ángel, que realice una Piedad. Se trata de la actual
Piedad del Vaticano, también nombrada como Pietà, creada en mármol de Carrara y localizada
en la capilla del Crucifijo de la Basílica de San Pedro.
El grupo escultórico forma un triángulo equilátero sobre una base elíptica, que otorga
equilibrio y estabilidad a la imagen. Es notable la influencia neoplatónica sobre el escultor, que
da como resultado el idealismo renacentista que hace que la belleza predomine sobre el
sufrimiento.
De esta forma, a pesar del momento tan duro que se representa, la Virgen María aparece con
el rostro joven, bello e inmaculado, simbolizando a María eternamente virgen y madre. Jesús
con un aspecto más maduro que el de su madre, representando un rostro común en la
naturaleza humana.
Una característica poco visible pero si muy importante es el portentoso tamaño de María, ya
que si se pusiera de pié, se vería a una mujer de unas dimensiones demasiado grandes. Pero
todo tiene su explicación, y es para así corregir la óptica sobre la escultura desde el suelo,
situando el cuerpo de Jesús en un punto de apoyo mayor
Miguel Ángel pone mucha atención también en los detalles y en la anatomía, además de la
inteligencia de saber jugar con las luces y las sombras, como en los pliegues de los paños de la
Virgen, en los que casi se hace deslizar la luz.
Así tenemos la Piedad más armoniosa de todas, que como última curiosidad, es la única obra
firmada por Miguel Ángel. La firma la plasmo sobre la Virgen, en la misma noche en la que se
enteró de que circulaba el rumor de que esta escultura no era de su autoría.
Italia, 1541
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Datos principales
Tipo
Arquitecto
Escultor
Fecha nacimiento
1377
Lugar nacimiento
Florencia
País nacimiento
Italia
Fecha muerte
16-4-1446
Lugar muerte
Florencia
Cargo
Escultor y arquitecto
Desarrollo
Florencia
Género: architecture
La cúpula tiene 113 metros de altura incluyendo la linterna y 44 metros de ancho. Se trata de
una doble cúpula de base octogonal tanto la interior como la exterior, que reposan sobre
pechinas que dan paso a un tambor octogonal abierto por ocho óculos.
Capilla Pazzi
Fecha
1429-44
Autor
BRUNELLESCHI FILIPPO
Lugar
Florencia
Dirección
Localización
Florencia
La Capilla de los Pazzi es una pequeña capilla a la que se accede desde el claustro de la iglesia
de Santa Croce.