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AÑO JUBILAR

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La reforma de
Ignacio de Loyola
Luis García-Huidobro, S.J.

Para Ignacio y sus compañeros no pare-


ce haber sido preocupación fundamen-
tal la reforma luterana y protestante con
la cual se debatía la Iglesia de su tiem-
po. Más bien Ignacio se ve él mismo
Para esta presentación de la fi- como un reformador, que buscaba la habiendo recibido misión de él. Más
gura de Ignacio arraigada en su tiem- bien, acercándonos al camino del Pe-
po, tomaré algunos conceptos o si- conversión personal a través de los Ejer- regrino, vemos que Ignacio era un
tuaciones claves del contexto eclesial cicios Espirituales, y ello no sin difi- hombre simple, de pocos y dificulto-
europeo del siglo XVI y, a través de cultades con la Inquisición y otras au- sos estudios, algo fantasioso, cuya pre-
ellos, intentaré delinear algunos ras- toridades. ocupación principal en su vida fue
gos de la personalidad del santo. Me ayudar a las ánimas a través de senci-
apoyaré fundamentalmente en la vi- llas conversaciones personales.
sión que ofrece el psicólogo jesuita Meissner1 y el biógrafo lai- Durante todo su tiempo como estudiante, apunta Tellechea,
co Lacouture2 . Ignacio nada dice de la Iglesia y sus lacras, de la situación del
Desde los rasgos de personalidad destacados, abordaremos clero... de la jerarquía, de la Reforma... No es un hombre de libros
la importancia que Ignacio otorga al voto de obediencia, siem- y lecturas, de ambiciosos programas u ocupado en cambiar estruc-
pre suponiendo en sus súbditos la misma vehemencia, dureza turas, ni hace mención de las nuevas herejías que conmueven a
de juicio y pragmatismo con que él enfrentó las situaciones Europa... (Íñigo y sus compañeros estudian) insertos en la polé-
eclesiales. mica protestante y viendo sus efectos y represiones. ¿No habrá lle-
gado la hora de formar un grupo de Maestros para combatir a
LA REFORMA Lutero? (Tal sería la conclusión razonable para un espíritu de
talante reformador de estructuras) No. El grupo se compromete
Veamos, en primer lugar, a Ignacio en relación con el con- con voto a ir a Jerusalén, aunque esté ardiendo Europa.
cepto de reforma, según lo presenta José Ignacio Tellechea3 . Hoy nos puede resultar un poco extravagante, tomando en
Este autor da cuenta de cómo cierta mirada simplificadora pre- cuenta la situación de Europa, que en París el proyecto de Ig-
senta a Ignacio, en cuanto paladín de la Contrarreforma, como nacio y sus compañeros sea todavía Jerusalén. Esto a pesar de
el antagonista de Lutero, lo que nos aleja de la personalidad y que ya más de diez años antes hubo que amenazarlo con exco-
proyecto ignacianos4 . munión para que abandonara su idea fija de quedarse allí. Tan
La exacerbación de esta imagen, para Tellechea, tiene que ver obsesionado está Ignacio con esa idea de un apostolado anóni-
con la re-catolización de Alemania gracias al impulso de Ignacio mo y peligroso entre infieles por las tierras en que caminó el
como superior general, de ahí la exaltación del santo y de su Jesús de sus devociones, que no es capaz de ver que la mayor
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orden como campeones de la Contrarreforma. Sin embargo, este gloria de Dios se está jugando en sus propias narices en las ciu-
afán anti-protestante no es en ningún caso eje de su proyecto, dades europeas.
como se puede leer a posteriori, sino a lo sumo una preocupación Sumergirse en la tierra del Señor... mientras la Iglesia de
de los últimos años de Ignacio5 , puesto ya al servicio del Papa y Europa arde, como dice Tellechea. Solo si este proyecto no re-

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Lo que principalmente da para
sospechar es el hecho de que
Íñigo conversara cosas espiritua-
les siendo que era hombre de
pocos estudios y que tomara su
propia experiencia como para-
digma espiritual (tal como ha-
cían los iluminados).

sultara se pondrían a disposición del


Papa, según el voto de Montmartre. Y ni
siquiera entonces con un proyecto refor-
mista para la Iglesia, sino para lo que el
Papa estimase conveniente en cuanto Vi-
cario de Cristo, el Cristo por cuya devo-
ción eran movidos a Jerusalén.
A pesar de ser maestro en la conduc-
ción de almas, tenemos a un Ignacio afe-
rrado a un proyecto apostólico con muy
poco porvenir, quizá algo obnubilado.
Sin ser capaz de mirar más allá de su pro-
pio deseo y devoción, en una Europa
bullente de necesidades y posibilidades.
La Compañía de Jesús, como vemos,
no nace como proyecto alternativo en res-
puesta a la reforma protestante. En Roma,
a sus miembros se les conoce como sa- Ignacio de Loyola
cerdotes reformados, pero esto más referi-
do a la propia conversión que a un pro-
yecto de cambio de estructuras eclesiales. Se trata simplemente fuga mundi que es Jerusalén. No será así, en ningún caso, en el
de sacerdotes disponibles para la misión de Cristo (habiendo espíritu de la orden religiosa que, quizá contraviniendo sus im-
fracasado definitivamente la quimera de Jerusalén), por sus votos pulsos primeros, después fundaría.
de pobreza y castidad (disponibilidad que no era común entre
los sacerdotes de su época).
Es decir, si hablamos de reforma en Ignacio, esta se refiere a 1 W. Meissner, Ignacio de Loyola, Psicología de un santo, Anaya & Mario Muchnik,
una conversión personal que consiste en no buscar el propio Barcelona, 1995.
querer e interés .Y a este fin va dirigida su ayuda a las almas, es 2 Jean Lacouture, Jesuitas, Paidós, Barcelona, 1994.
decir, ayudarlas a hacerse libres y disponibles. Desde ahí, arrai- 3 “Ignacio de Loyola, reformador”, en Ignacio de Loyola en la gran crisis del siglo
gados en los Ejercicios Espirituales (EE.EE.)6 , más que en gran- XVI, Congreso Internacional de Historia, Madrid, 19-21 noviembre de 1991. Men-
sajero-Sal Terrae,
des proyectos, hay que entender las esperanzas de Paulo III de 4 ¿Acaso no han leído alguna vez alguna brillante página literaria en que se pre-
que la Compañía podía reformar la Iglesia. Para Tellechea, se senta a ambos —otoño de 1521— encerrados en los castillos de Wartburg y
trata de las posibilidades de irradiación de ese espíritu de con- Loyola rumiando sus respectivos proyectos y maquinando una lucha mutua a
versión, a modo de contagio; y menciona que durante los tiem- muerte? Es tan bello como falso... Si Íñigo había acaso oído el nombre de fray
pos de Ignacio unas 7.500 personas hicieron los EE.EE. Martín Lutero —algo cronológicamente posible— este tenía para él menos signi-
ficado que el del Amadís de Gaula de la fantasía de las novelas caballerescas...
En conclusión, si hemos de hablar de Ignacio en cuanto Ni siquiera en los veinte años siguientes a su conversión, Lutero o el luteranismo
reformador, habremos de entender la reforma como fruto de parecen estar presentes en su intencionalidad. Ibid., p.241.
un proceso de conversión personal, en que toda la fuerza y 5 En carta a Pedro Canisio (Roma, agosto de 1554) Ignacio manifiesta su proyecto
pasión, la creatividad y capacidad estratégica del sujeto se orien- de extirpación de la herejía y arraigo de la fe católica, convirtiéndose de inquirido
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tan pragmáticamente a la misión de Jesucristo, conocida esta a que fue en Inquisidor. (Obras de San Ignacio de Loyola, BAC, 1991, p.1009-1016).
6 En el N° 189 trata de la Reforma de la propia vida para quienes no han de hacer
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través de los EE.EE. y la conversación espiritual. Tal reforma de


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elección: Aprovecha mucho, en lugar de hacer elección, dar forma y modo de enmen-
vida, por ser primeramente un proyecto personal, podía en el dar y reformar la propia vida... Porque piense cada uno que tanto se aprovechará en
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horizonte del Ignacio estudiante conjugarse con esa especie de todas cosas espirituales, quanto saliere de su propio amor, querer e interés.

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LA INQUISICIÓN Luego en París se vuelven a levantar rumores contra él. Le


llega la voz de que un inquisidor dominico lo había hecho lla-
La reforma de vida así entendida, proyecto que promueven mar. Ignacio se adelanta y lo va a ver para que el asunto se
los primeros compañeros, les acarreará razonables sospechas y despache con rapidez, puesto que quería entrar luego a estu-
dificultades por parte del rol inquisitorio de la Contrarreforma. diar, precisamente para terminar con estos incómodos asuntos,
Mientras estudia en Alcalá se sospecha que él y su grupo son ya que la causa de la desconfianza era siempre su falta de estu-
de la secta de los iluminados o alumbrados7 . Meissner menciona dios. El inquisidor no lo volvió a molestar.
un estudio de los archivos de la Inquisición en Madrid en que se Mientras estudia, su amigo, el Dr. Frago, se extraña de que
muestra que varios de los amigos y seguidores de Ignacio habían ya no lo persigan más, a lo que Ignacio le responde desafiante:
tenido algún contacto con el movimiento iluminista. El mismo La causa es porque yo no hablo con nadie de las cosas de Dios; pero,
Diego de Eguia, amigo y benefactor de Ignacio, es mencionado terminando el curso, volveremos a lo de siempre9 . El interés fijo de
en varios juicios de iluminados como amigo y cómplice de muchos de Ignacio es la ayuda para la reforma o conversión de las almas,
los líderes del movimiento8 . El hermano de Diego, Miguel, fue aun sabiendo que, dado el ambiente eclesial, esa ayuda le va a
juzgado en Toledo durante la década de 1530 por herejías lutera- acarrear desconfianzas, persecuciones y todo tipo de problemas.
nas e iluministas. Según Meissner, de esto podemos concluir al
menos que algunos del movimiento de los iluminados se sintie- UNA NUEVA ORDEN RELIGIOSA
ron atraídos por el talante espiritual de Ignacio, dados algunos
puntos de cercanía, y que estas relaciones fueron las que interesa- El discernimiento de las circunstancias llevó finalmente a
ron a sus inquisidores. Lo que principalmente da para sospechar Ignacio y sus compañeros a querer fundar lo que se llamó una
es el hecho de que Íñigo conversara cosas espirituales siendo que orden de sacerdotes reformados. Hablaremos aquí algo del Igna-
era hombre de pocos estudios y que tomara su propia experien- cio pragmático, el emprendedor y organizador movido por una
cia como paradigma espiritual (tal como hacían los iluminados). idea fija de institución con la que sueña.
La respuesta de Ignacio frente a estas sospechas, y esto es lo Se trata el suyo de un tiempo de crisis de las instituciones,
que nos interesa recalcar, es siempre firme y frontal. Al respec- tanto de las eclesiales como de las públicas. La pregunta de fon-
to resulta ejemplificadora la respuesta de Ignacio a Figueroa, do de un Ignacio que no renuncia a la institucionalidad es:
de la comisión de Toledo, (de quien se ganó el respeto y apre- ¿cómo tienen que ser nuestras instituciones dadas las exigen-
cio): ¡También le quemarían a usted si lo encontraran cometiendo cias de la misión en los tiempos que vivimos? Según José Ma-
una herejía! nuel Pérez, tal búsqueda estaba también en la administración
Nunca las acusaciones se basan en algo concreto sino más pública de la época. Se trata de una búsqueda de eficacia en la
bien en la desconfianza propia de la efervescencia de la época. acción y en la capacidad para el diseño institucional flexible, unas
La herejía está en el ambiente e Ignacio no tiene estudios que veces apelando a la tradición y otras con iniciativas novedosas10.
lo avalen sino solo su experiencia de vida reflexionada. El mo- En este contexto es que Ignacio considera esencial, para la
vimiento Iluminado había sido muy fuerte en Alcalá y el institución que quiere fundar, liberarse de las trabas que no le
hecho de que Ignacio basara su apostolado en los EE.EE. y en parecen propias de nuestra vocación: el oficio y la misa coral, las
las conversaciones personales hace razonables las sospechas. De penitencias comunes y también diversos ministerios que restan
hecho, tras su primer proceso se le prohíben estas conversacio- flexibilidad. Las dificultades para la aprobación de la orden son
nes secretas. Se le prohíbe enseñar y predicar bajo pena de exco- bastante razonables: en tiempo de relajación de las costumbres
munión, tampoco puede dar los EE.EE. en los monasterios, precisamente lo que parece necesario es
Ignacio, duro el juicio y firme el convencimiento de su ino- una reforma de ellos, es decir, sumar —y no restar, como por-
cencia, a pesar de reconocer su falta de formación, cumple mien- fiaba Ignacio— estructuras que les den solidez. Siendo grato a
tras está bajo jurisdicción del arzobispo de Toledo, pero luego Paulo III el proyecto de constitución de la Compañía, se le
en Salamanca sigue con sus prácticas habituales. encargó al cardenal Ghinucci redactar el documento para la
Salamanca estaba convulsionada por Erasmo y el humanis- aprobación. Sin embargo, según Iparraguirre, el cardenal con-
mo, por lo que la Inquisición es fuerte allí. De nuevo la acusa- sideraba, entre otras dificultades, que la supresión del coro y de
ción es de iluminismo. Para el dominico que lo examina es las penitencias comunes... (eran) una concesión peligrosa a la men-
claro que, puesto que habla de cosas espirituales, o tiene estu- talidad luterana.11 Nuevamente el fantasma de la desconfianza
dios —que no los tiene— o ha sido iluminado por el Espíritu
Santo —como afirman de sí los iluminados. Ignacio, como es
su costumbre, se muestra firme frente a sus inquisidores: No 7 El nombre Iluminados viene de la pretensión de iluminación directa del Espíritu
diré más que lo que he dicho, a menos que sea ante mis superiores Santo, saltándose a la Iglesia y a la Jerarquía.
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que pueden obligarme a hacerlo. Nuevamente no se trata de algo 8 Meissner, Op. cit, p. 178.
concreto, en que se le sorprenda una falla doctrinal, sino de 9 ibid., p.155.
10 José Manuel Pérez, “Las instituciones contemporáneas e Ignacio de Loyola”,
una desconfianza razonable por parte de la Jerarquía, ante la en Ignacio de Loyola en la gran crisis del siglo XVI, Congreso Internacional de
cual Ignacio nunca se amilana sino que responde con fuerza y Historia, Madrid, 19-21 noviembre de 1991. Mensajero-Sal Terrae.
rectitud. 11 Introducción a las Constituciones, en Obras de San Ignacio... cit., pp. 440-442.
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Ignacio de Loyola, Pedro Fabro y Francisco Javier

y de la peligrosa herejía acosa a Ignacio es un hombre de acción, un emprendedor que no tiene miedo a
Ignacio en su interés de ayudar
a las ánimas. tomar la iniciativa, a innovar, a asumir riesgos y sortear dificultades.
Sin embargo —nos dice Principalmente, es maestro en entusiasmar a otros para sacar adelante
Iparraguirre— San Ignacio no se un proyecto personal.
mantuvo a la expectativa. Terció
en seguida en el combate con toda
clase de armas. Primero con las puramente espirituales... Después para ganárselas. Ignacio es un hombre de acción, un empren-
(como era de esperar) vinieron los resortes humanos. Procuró, por dedor que no tiene miedo a tomar la iniciativa, a innovar, a
medio de sus hijos esparcidos ya en varias regiones y acogidos asumir riesgos y sortear dificultades. Principalmente, es maes-
benévolamente por varios príncipes, buscar recomendaciones. tro en entusiasmar a otros para sacar adelante un proyecto
Entre otros, movió al mismísimo rey Juan III de Portu- personal.
gal para que le escribiera al Papa e interesara a Carlos V y Para destacar un poco más este espíritu de acción y
Francisco I. La opinión de los cardenales que tenían que pragmatismo en el proyecto fundacional de Ignacio, haré refe-
decidir (salvo Contarini, a quien Ignacio había dado EE.EE.) rencia nuevamente al concepto de reforma. Esta vez aplicado a
era que se debía reducir las órdenes religiosas y en ningún cierta voluntad surgida en Gandía —tierra de Francisco de
caso crear nuevas. Pero la tenacidad y obstinación de Igna- Borja— de reforma de la Orden ya aprobada, hacia un espíritu
cio y sus influencias fueron poco a poco minando los impe- de mayor penitencia, oración y austeridad. Tal episodio nos
dimentos. puede ayudar a profundizar más en el carácter de la Orden
Vemos aquí con claridad al Ignacio porfiado en sus fines y creada por Ignacio.
pragmático en los medios. Un Ignacio sin complejos. Si veía Se trata de las profecías de los padres Onfroy y Oviedo,
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con claridad la voluntad de Dios, no se achicaba a la hora de quienes se quejaban de que en ninguna otra Orden había tan
usar todos los medios a su alcance. Frente a las autoridades, poca oración como en la Compañía, y que a medida que crecía
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en número decrecía en espíritu. La profecía hablaba de una


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eclesiales y políticas, nuevamente, como en sus tiempos de


reforma en ese sentido, tanto para la Iglesia como para la Com-
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conflicto con la Inquisición, desplegaba rectitud y habilidad

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pañía, que habría de llevar a cabo un nuevo Papa Angélico, que una mano vemos que se sirve su divina Majestad de mucho de los
sería Francisco de Borja.12 . sujetos de la Compañía13 —así responde a la acusación de que
Tal proyecto tal vez hubiera parecido al Ignacio peregrino o la Compañía decrece en espíritu cuanto crece en número.
estudiante muy propio del buen espíritu que llama a la conver- Con ese criterio, Ignacio mismo había hecho disminuir la
sión. Sin embargo, el superior general de la Compañía, en car- oración a los padres Onfroy y Oviedo. Incluso al mismo Fran-
ta a Francisco de Borja, desautoriza al P. Onfroy, ironizando cisco de Borja, el año anterior, le había recomendado reducir a
respecto a que tantos ejercicios corporales y mentales así como la mitad los ayunos y penitencias, en virtud de más estudio,
le han dañado el cuerpo, parece que le han dañado también el gobierno del Estado de Gandía y conversaciones espirituales
entendimiento. Y que la tal profecía parece responder más a la de las que se puede sacar fruto.
propia inclinación de Onfroy a las largas meditaciones y ora- La Orden fundada por Ignacio, al menos como él la conci-
ciones (inclinación que Ignacio también conocía), que a la vo- be en su madurez de superior general, al contrario de su voca-
luntad de Dios. ción inicial, no es compatible con una búsqueda narcisista de
Para Ignacio, el criterio de adecuación a la voluntad de Dios la propia paz o santificación a través de oraciones, penitencias
no puede ser otro —ojo con el pragmatismo— que el fruto en o apostolados (como Jerusalén) que hagan a los jesuitas sentir-
muchas ánimas que se ha hecho. Se sabe, así de lo vecino de Espa- se conformes consigo mismos. En ese sentido, podemos enten-
ña como de lo más remoto de las Indias, y el Congo y África, y a der la voluntad de hacer el mayor bien posible en Roma como
el último gran movimiento de reforma personal en Ignacio. Su
objetivo es poner todos los medios a nuestro alcance, todas
CRONOLOGÍA ESENCIAL DE LA COMPA- nuestras potencialidades, para más ayudar a las almas a refor-
ÑÍA DE JESÚS marse. Entendiendo la reforma como una liberación de todo
afecto desordenado (sean corrupciones y herejías como oracio-
1491 Nace en Loyola (Guipúzcoa) Íñigo López de nes y penitencias) para trabajar arduamente por el proyecto de
Loyola, quizá el día 1º de junio. Jesucristo en su Iglesia Católica.
1521 Herido en la batalla de Pamplona, Íñigo comien- Lo que hay de fondo aquí es que Ignacio se escandalizaba
za un periodo de reflexión y conversión, cuyos puntos de la falta de celo apostólico de los que proponían un estilo de
culminantes serán su experiencia de ejercicios espiri- vida más rígido, aunque lo demandaran en virtud de la tan
tuales en Manresa en 1522, y su peregrinación a Tierra necesaria reforma de la Iglesia y la vida religiosa. Es que Ignacio
Santa en 1524. ya sabe, por su experiencia como estudiante, que las cosas espi-
1527 Íñigo se traslada a París, donde forma un grupo rituales pueden obstaculizar la misión.
de amigos y seguidores. Pasa a llamarse Ignacio.
1534 Los votos de Montmartre (París). LA CONTRARREFORMA
1537 Ordenación sacerdotal de Ignacio y sus primeros
compañeros, en Venecia. A través de la actitud de Ignacio frente al Concilio de Trento
1540 El papa Paulo III aprueba la creación de la Com- queremos terminar de recalcar aquello que entendía Ignacio
pañía de Jesús. por reforma y plantear algunas preguntas sobre su actitud, que
1541 Ignacio es elegido superior general. tanto ha dado que hablar y escribir, frente a la reforma protes-
1556 Muere Ignacio de Loyola el día 31 de julio. Los tante.
cuatro siguientes superiores generales serán: Diego San Ignacio designa a tres teólogos por petición de Paulo
Laínez, Francisco de Borja, el belga Everardus Mercurian III, y no por interés propio —recalquemos eso— como se es-
y el italiano Claudio Aquaviva. Este último ejerció du- peraría de un espíritu ansioso de reformas doctrinales o estruc-
rante 35 años y a su muerte, en 1615, había 13.000 turales. Recordemos que la confianza de Ignacio está puesta en
jesuitas en 500 comunidades en todo el mundo. la conversión de las personas.
1622 Son canonizados Ignacio de Loyola y Francisco En los consejos a los enviados les recomienda hablar poco y
Javier. escuchar mucho, evitar las controversias y no mostrarse muy afec-
1773 El papa Clemente XIV suprime la Compañía de tados por juicios propios (sabe de lo que habla). Más que en los
Jesús.
1814 El papa Pío VII restaura la Compañía de Jesús.
12 La profecía hace referencia a las profecías anteriores de Joaquín di Fiore (prin-
1965 En vísperas de la clausura del Concilio Vaticano
cipios del siglo XIII), en que hablaba de un papa pobre y sencillo que renovaría la
II, es elegido superior general Pedro Arrupe, el primer Iglesia con su ejemplo de vida. Atendiendo a la profecía, se había llamado Papa
vasco en el cargo tras Ignacio de Loyola. Angélico a Celestino V, un monje sencillo y piadoso que en 1294 renunció tras
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1983 Es elegido superior general el holandés Peter-Hans cinco meses de incapacidad para gobernar, no bastándole su piedad. Ver artícu-
Kolvenbach quien renunciará al cargo en el 2008, año lo de Rogelio Zelada en: http://www.vozcatolica.org/72/angelico.htm, vigente el
19/01/06.
a la vez de su 80 cumpleaños y en que sesionará la Con-
13 Carta a Francisco de Borja (de julio de 1549), en Obras de San Ignacio... cit. p.
gregación General 35 de la Orden. 853.
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frutos estructurales o doctrinales del Concilio, Ignacio se mues- Al respecto dice Iparraguirre, citando a Dumeige, que Ig-
tra interesado en que edifiquen a todos, visiten a los pobres y nacio prefiere teóricamente el buen ejemplo a las medidas coerciti-
muevan a la conversión personal. Más aún, respecto al protes- vas, pero sabe que el mal está demasiado extendido para que triun-
tantismo, les aconseja que, en la predicación, eviten tocar ningu- fase sola la primera medida16 .
nas partes donde difieren los protestantes de los católicos, mas sim- No olvidemos que la tolerancia religiosa no es un concepto
plemente exhortando a las buenas costumbres y devociones de la Igle- de moda en el siglo XV. Veamos además que se trata ya no de
sia, moviendo a las ánimas al entero conocimiento de sí mismas, y a pequeñas corrientes marginales de descontento, como los
mayor conocimiento y amor de su Criador y Señor14 . alumbrados que conoció Ignacio mientras estudiaba, sino de
Frente al protestantismo, no se juega Ignacio aquí por el una guerra declarada frontalmente contra la Santa Madre Igle-
rigor de la Inquisición ni por la fuerza de la refutación intelec- sia Católica. Recalquemos, además, que el Ignacio estudiante,
tual, sino por la exhortación al autoconocimiento y al conoci- que al ser blanco de sospechas por parte de la Inquisición exige
miento y amor de Dios. Lo suyo son más los EE.EE. que la con firmeza que se le juzgue y se determine con claridad si está
teología. dentro o fuera del magisterio de la Igle-
La misma actitud veremos en sia, no es contradictorio con el superior
Fabro, quien se siente enviado a Ale- La reforma, tal como la entiende Ig- general que alecciona a Canisio sobre los
mania para la reformación. Sin em- nacio, es un proceso de conversión medios más eficientes para castigar y ex-
bargo, afirma Lacouture que, según tirpar la herejía en esta guerra declarada.
su Memorial, se trata menos de refor-
personal orientado a una mayor dis- De todos modos —y creo que aquí
mar a los otros que de reformarse a sí ponibilidad (libertad) para el servi- está la clave para comprender al santo—
mismo, a fin de “restaurar las ruinas cio de la misión de la Iglesia Católi- no es fundamental el concepto de cohe-
del catolicismo”. Veía Fabro, como ca. rencia en el actuar de Ignacio a lo largo
Ignacio, que la decadencia católica de su vida. Ese no es un asunto a aten-
es más bien moral que intelectual, y der para un hombre cuyo máximo lega-
que de ahí deriva la decadencia institucional. do es un método para ganar libertad para discernir la voluntad
Estoy apenado –escribe Fabro– de que las potencias de la tie- concreta de Dios para cada circunstancia.
rra no tengan otra actividad, otra preocupación, otro pensamiento
que extirpar a los herejes manifiestos... ¿Por qué no volvemos a... UNA OBEDIENCIA ACTIVA Y APASIONADA
la conducta de los primeros cristianos...? El que desee ser útil a los
herejes de estos tiempos, primeramente debe amarlos con una ver- La reforma, tal como la entiende Ignacio, es un proceso de
dadera caridad... A continuación hay que ganar su espíritu para conversión personal orientado a una mayor disponibilidad (li-
que nos amen y nos guarden un lugar en su corazón. Podemos bertad) para el servicio de la misión de la Iglesia Católica.
lograr esto charlando familiarmente con ellos, hablando de nues- No nace la Compañía como respuesta a la reforma protes-
tros puntos comunes, evitando cualquier confrontación...15 . No se tante, al menos directa y explícitamente, es decir, con un plan
trata, pues, para Lacouture, de confundir a los herejes con ra- contrarreformador. Surge, más bien, como fruto de un proceso
zones sino de llevarlos a cambiar de vida. Resulta un poco cho- personal de Ignacio y sus compañeros, que los mueve a formar
cante hoy para nosotros que Ignacio se mostrara más interesa- una orden de sacerdotes reformados, con el objetivo de ayudar a
do hasta de cuántas pulgas les picaban a los enviados a Trento; es otros a reformarse. Sin embargo, nada repugna a que el discer-
decir, cómo vivían, qué comían y dónde dormían, a ver si esta- nimiento posterior la transforme en la herramienta más eficaz,
ban edificando; y menos, al parecer, en sus disputas teológicas. a través del uso de todos los medios posibles, para una agresiva
Laínez, sin embargo, sabio en teología y hombre también de contrarreforma católica.
discernimiento, actúa con cierta independencia respecto a Ig- Desde ese contexto eclesial necesitado de reforma, es decir,
nacio, de modo que la Orden recién fundada se gana un buen de libertad para la misión, y desde ese espíritu apasionado, lle-
nombre allí como defensora de la fe frente a la herejía, lo que la vado de sus ideas y pragmático por la misma misión de Cristo,
llevará a profundizar por ese camino más confrontacional. quisiera terminar haciendo referencia a lo que se ha llamado el
Apunta Lacouture que después del Concilio de Trento, los eje fundamental del legado ignaciano: la obediencia17 , para si-
textos y las iniciativas de Loyola, de Laínez y de Canisio harán
mucho para acreditar la imagen de una Compañía transformada
14 A los Padres enviados a Trento, ibid., p.785.
en máquina de guerra contra el luteranismo y el calvinismo. Se 15 Lacouture, Op. cit., p. 146.
refiere particularmente a las instrucciones de Ignacio a Canisio 16 Introducción a Carta a Pedro Canisio, Obras de San Ignacio... cit. p. 1009.
para la extirpación de la herejía en los países germanos. 17 En otras religiones podemos sufrir que nos hagan ventaja en ayunos, y vigilias,
Se plantea aquí una perspectiva interesante, y aparentemente y otras asperezas que, según su Instituto, cada una santamente observa; pero
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contradictoria, para estudiar a Ignacio: ¿cómo es el proceso en en la puridad y perfección de la obediencia, con la resignación verdadera de
nuestras voluntades y abnegación de nuestros juicios, mucho deseo, Hermanos
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que la Compañía se transforma de grupo de estudiantes que carísimos, que se señalen los que en esta Compañía sirven a Dios nuestro Se-
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sufre la censura de la Inquisición, en esa máquina de guerra ñor. Carta a los padres y hermanos de Portugal, en Obras de San Ignacio... cit.
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contra la reforma protestante? p.935.

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tuarla desde la personalidad fuerte y pragmática de Ignacio que Meissner que Ignacio contradijo con su vida, permanentemen-
se orientaba hacia un proyecto. te, aquello de no querer traer al superior a la voluntad propia.
El presupuesto para la obediencia —creemos que no es aven- Lacouture respalda esta visión al decir que cuando redacta
turado plantear— es que Ignacio espera de sus hombres que las Constituciones... así como su Carta de obediencia de 1553,
sean como él. Esto es: llevados de sus ideas y apasionados por la Ignacio no puede olvidar su propia historia, sus rebeldías, sus resis-
misión de la Iglesia. Hombres capaces de idear y llevar adelante tencias, sus debates tanto con la Inquisición como la Santa Sede y
proyectos, de entusiasmar a otros. Es decir, que Ignacio escribe la Curia19 .
sobre la obediencia no pensando en espíritus pusilánimes e Lo fundamental del espíritu de Ignacio es la voluntad de
inhibidos sino en hombres vehementes y quizá algo duros de poner todos los medios para lograr un objetivo que el discerni-
mollera como él mismo lo fue. miento establezca. Ignacio, como emprendedor y organizador,
Da Cámara da cuenta de este carácter ignaciano: es hombre de proyectos, aunque muchas veces las circunstan-
Nuestro Padre está acostumbrado a ser tan firme en lo que cias lo hayan llevado por rumbos diferentes a los que tenía pen-
emprende, que su tenacidad asombra a todos. De ahí que se tome sado. La obediencia es un ejercicio activo porque es expresión
tantas precauciones para discernir y consultar sobre cada asun- de la voluntad de poner todos los medios al servicio del fin. El
to. Porque una vez tomada la decisión —comenta Meissner— discernimiento por parte de todos los jesuitas es fundamental
pasaba a ser voluntad de Dios. Simón Rodrigues, en conflicto porque para llevar adelante proyectos se necesitan hombres ac-
con Ignacio, le comenta a Da Cámara: Debe darse cuenta de que tivos y emprendedores, apasionados por la misión encomenda-
el Padre Ignacio es un hombre bondadoso y de gran virtud, pero es da. De ahí que Lacouture ligue concretamente la importancia
vasco, y una vez que se ha tomado algo a pecho...18 . del voto de obediencia con la mundanidad de la Compañía. Es
El mismo Meissner destaca que la independencia de Simón el mismo Ignacio, duro de cabeza con los fines —ayudar a las
Rodrigues, o la de Bobadilla, respecto de Ignacio, era bastante almas, en el sentido de que ganen libertad para la misión— y
parecida a la actitud que este mismo tuvo siempre frente a sus pragmático con los medios —todos los que se tengan al alcan-
autoridades: ce.
Desde el punto de vista psicológico —Meissner es psicoana- Es decir que sin hombres apasionados, algo obstinados y
lista—, el insistente e incansable énfasis de Ignacio en lo funda- pragmáticos como Ignacio; sin jesuitas con ideas, emprende-
mental de la obediencia parece más bien extraño junto al modelo dores y dispuestos a sortear dificultades y oposiciones, ponien-
de su propia vida y carrera. Durante toda su vida Ignacio se man- do todos los medios para la eficacia en la ayuda de las almas, tal
tuvo un tanto testarudo, resuelto a seguir su propio curso sin mu- como lo hizo siempre San Ignacio; sin este tipo de hombres, el
cho respeto por los deseos y esperanzas de quienes lo rodeaban... Se voto de obediencia mediante el cual nos constituimos como
refiere Meissner tanto a la juventud de Ignacio como a sus pri- cuerpo apostólico, no encuentra su eje y corre el riesgo de
meras determinaciones, sus actitudes frente a todo tipo de au- diluirse en una inactividad que no calzaría con el espíritu del
toridades familiares, eclesiásticas y del reino a lo largo de su fundador. M
vida. Como ya hemos visto, en particular frente a la Inquisi-
ción, o con su proyecto apostólico en Jerusalén, o incluso al
fundar la Compañía, la Orden de sacerdotes reformados liga- 18 Meissner, Op. cit., p. 262.
dos por especial voto de obediencia al Papa. Más aún, dice 19 Lacouture, Op. cit. p.156.
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