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Seminario Herencia Multifactorial-Grupo 3-NRC 11103
Seminario Herencia Multifactorial-Grupo 3-NRC 11103
CARDIOPATÍA CONGÉNITA
GENÉTICA
REALIZADO POR:
Inlago Shannen
López Romina
Martínez Melany
Mena Camila
Parreño Daniel
Polit Sophia
NRC:
11103
RESPONSABLE:
THELVIA ISABEL RAMOS, Ph.D
UNIVERSIDAD DE LAS FUERZAS ARMADAS ESPE
INGENIERÍA EN BIOTECNOLOGÍA
GENÉTICA
GRUPO 3
INTEGRANTES: Shannen Inlago - Romina López - Melany Martínez - Camila Mena - Juan
Daniel Parreño - Sophia Polit
NRC: 11103
FECHA: 06/02/2022
TEMA: Cardiopatía congénita
1. OBJETIVOS
2. INTRODUCCIÓN
2.1 ANTECEDENTES
Ocho de cada 1.000 bebés nacen con cardiopatías congénitas. De estos, aproximadamente el
25% requiere intervención quirúrgica inmediata o con catéter. Incluso con tratamiento, la
esperanza de vida de las personas con cardiopatías congénitas es limitada en comparación
con sus pares; El 89,5 % de las personas con cardiopatías congénitas están vivas a los 20
años, pero para algunos diagnósticos (por ejemplo, tronco arterioso y ventrículo único), la
supervivencia es mucho más pobre (Tennant et al., 2010). La supervivencia en individuos con
cardiopatías congénitas que llegan a la edad adulta se reduce (Verheugt et al., 2010). La
muerte se debe comúnmente a insuficiencia cardíaca o muerte súbita, y el riesgo aumenta por
arritmia, endocarditis, infarto de miocardio e hipertensión pulmonar.
En el año 2000, 1 millón de adultos en los Estados Unidos vivían con enfermedades cardíacas
congénitas. Aproximadamente la mitad de ellos tenían una enfermedad residual relativamente
simple, una cuarta parte tenía una enfermedad residual moderadamente compleja y una cuarta
parte tenía una enfermedad residual grave (Warnes et al., 2001). Sin embargo, la discapacidad
funcional no se limita a aquellos con una enfermedad "grave", ya que incluso una persona
con una enfermedad "simple" puede quedar discapacitada debido a una complicación.
3. JUSTIFICACIÓN
Existen diversos factores relacionados con la presencia de cardiopatías congénitas que han
sido identificados estos incluyen anomalías cromosómicas, factores ambientales que pueden
ser modificables, entre otras, el fin de este estudio es identificar los factores que influyen en
la presencia de esta patología que nos permitirá determinar las medidas de prevención y la
difucion de informacion que actualmente se han visto limitadas por la falta de conocimiento
del comportamiento de estos factores , lo que traerá consigo un beneficio para el cuerpo
estudiantil de la Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE. Desde el punto de vista social
seria mejorar la calidad de vida de posibles pacientes mediante la prevención y realizando un
diagnóstico temprano debido a que esta patología tiene una alta morbimortalidad y finalmente
reconocer la asociación entre estos factores de riesgo y la morbimortalidad de las cardiopatías
congénitas para intentar mejorar el tiempo de sobrevida en un grupo de pacientes.
4. MARCO TEÓRICO
La mayoría de las malformaciones o defectos congénitos del corazón son de herencia
multifactorial, se deben a la acción conjunta y simultánea, del ambiente y de los genes
heredados por el producto de la concepción. Éstas son en general las cardiopatías congénitas
que se encuentran sin otras alteraciones en el paciente.
Las características comunes a la herencia multifactorial que se ponen de manifiesto en la
cardiopatía congénita se citan a continuación:
1. La herencia multifactorial, es la combinación del ambiente y su efecto sobre genes
"menores". Al referirse al ambiente, en este caso, se considera el ambiente materno, la
alimentación de la madre, las drogas o medicamentos que ingiere, la altura en la que
vive, y otros. Si se modifica el ambiente se puede aumentar o disminuir el riesgo de
malformaciones de tipo multifactorial. Entre los genes comprometidos en el
desarrollo y funcionamiento del corazón deben considerarse los genes homeóticos
HOM y los genes homeóticos selectores HOX, de las llamadas cajas homeóticas que
sirven al embrión primitivo para reconocer las regiones del organismo, cefálico y
caudal, ventral y dorsal y permitir el desarrollo, de los grupos de células en sus
funciones específicas y su lugar adecuado (Klein de Zighelboim, 1999).
2. Presencia de variación genotípica subyacente (Quesada & Navarro, 2014, p.153). La
mayoría de las cardiopatías congénitas ocurren como malformaciones aisladas,
mientras que el 25-30% de ellas se encuentran asociadas con anomalías
extracardiacas, y algunos defectos específicos se encuentran frecuentemente
relacionados con síndromes genéticos conocidos. Las principales anomalías
cromosómicas se han asociado con CHD durante más de medio siglo. Las
aneuploidías son las primeras causas genéticas identificadas de CHD y la contribución
de las anomalías citogenéticas oscila entre el 9 % y el 18 %. La gran cantidad de
genes afectados da como resultado fenotipos pleiotrópicos y severos, y el 98% de los
fetos afectados tienen al menos una anomalía extracardiaca. Las mutaciones
somáticas no son una causa común de CHD, pero existe la posibilidad de que
desempeñen un papel en el desarrollo de la enfermedad en un entorno poligénico o
multifactorial (Saliba et al., 2020, p. 281).
3. Predisposición para un defecto particular (Quesada & Navarro, 2014, p.153).
4. El efecto fenotípico se produce cuando el nivel de predisposición genotípica y
ambiental marcan un umbral a partir del que se expresa el defecto y a mayor
severidad del defecto corresponde un genotipo más afectado (Quesada & Navarro,
2014, p.153).
5. En la mayoría de los casos se trata de la interacción de factores ambientales sobre un
terreno genéticamente predispuesto: de la quinta a la sexta semana de la vida
intrauterina se producen los cambios principales en el tubo cardíaco primitivo, que es
muy sensible a diferentes noxas patógenas (Quesada & Navarro, 2014, p.153).
Son alteraciones en el número o estructura de los cromosomas, son otro factor relacionado
con la presencia de cardiopatías congénitas en el 10% de los casos, sin embargo, los
mecanismos que causan el disturbio morfológico cardiaco es desconocido. El diagnóstico de
una cromosomopatía o anomalía cromosómica se establece por la sospecha clínica es decir la
presencia de dismorfias acrales y faciales (dos criterios mayores o cinco criterios menores) y
se confirma mediante cariotipo. En un estudio realizado en Porto Alegre Brasil, se observó
una prevalencia del 9% hasta el 23% de alteraciones cromosómicas en pacientes con
cardiopatía congénita siendo las más frecuentes trisomía 21 (Síndrome de Down), trisomía 18
(Síndrome de Edwards), y en menor frecuencia Síndrome de Patau o trisomía 13, Síndrome
de Turner, Klinefelter y Triploidía (Guartambel, 2018).
Las cardiopatías congénitas están asociadas a mutaciones simples que pueden presentarse en
una gran variedad de genes involucrados en la estructura y funcionamiento cardíaco. El nivel
para la especificidad cardíaca en estas mutaciones es altamente variable. Algunos genes
mutados se asocian a síndromes con una presentación neuromuscular sistémica que también
involucra al corazón tales como la Ataxia de Friedreich y Distrofia muscular de Duchenne,
otros defectos cardíacos resultan de estas mutaciones genéticas, incluyendo anormalidades en
la función electrofisiológica dando lugar a defectos de la conducción y arritmias, proteínas de
la matriz extracelular, enzimas y transportadores de membrana involucradas en la biosíntesis
de ácidos grasos y función mitocondrial, metabolismo de la fosforilación oxidativa, estructura
sarcomérica, proteínas contráctiles y factores de transcripción nuclear que regulan la
expresión genética miocárdica y su desarrollo programado (Cruz et al., 2015).
● Exposición a pesticidas y otras sustancias tóxicas: Las madres que laboran dentro
de la industria agrícola presentan un mayor riesgo de que sus descendientes
desarrollen una cardiopatía congénita debido a la asociación con productos químicos
utilizados en la agricultura como son los pesticidas (Sayasathid et al., 2012).
● Contaminación ambiental: La contaminación atmosférica ambiental, como el
monóxido de carbono (CO), el óxido nítrico (NO), el ozono (O3) y el dióxido de
azufre (SO2), puede causar cardiopatías congénitas dependiendo de los niveles de
contaminantes (Sayasathid et al., 2012).
● Edad materna: Dentro de los factores de riesgo ambientales relacionados con la
presencia de cardiopatía congénita se han descrito los maternos como edad de la
madre durante el embarazo; en un estudio se observó que la edad materna avanzada
mayor de 40 años era un factor de riesgo, mientras que en otros estudios se observó
que tener edades maternas extremas (menores de 20 años y mayores de 35 años)
aumentaba 2.45 veces el riesgo de presentarlas (Guartambel, 2018).
Heredabilidad
Prevalencia al nacer
Susceptibilidad
En un estudio realizado observaron que la edad materna mayor de 40 años era un factor de
riesgo, mientras que en otros estudios se observó que tener edades maternas extremas
(menores de 20 años y mayores de 35 años) aumentaba unas 3 veces el riesgo de presentarlas
(Guartambel, 2018).
Severidad
Cualquiera puede tener un hijo con un defecto cardíaco congénito. De cada 1000
nacimientos, al menos ocho bebés tendrán algún tipo de trastorno cardíaco congénito, la
mayoría de los cuales son leves. Si miembros de una familia ya han tenido un bebé con un
defecto cardíaco, su riesgo de tener un bebé con un defecto cardíaco puede ser mayor.
Además se pueden presentar problemas con el crecimiento y el desarrollo, infecciones
frecuentes del tracto respiratorio (ITR), endocarditis infecciosa (una infección del corazón),
hipertensión pulmonar: aumento de la presión arterial en los vasos sanguíneos de los
pulmones, Insuficiencia cardíaca : cuando su corazón no puede bombear sangre de manera
eficiente (Letica, 2021).
Consanguinidad
Los hijos de parejas consanguíneas tienen un mayor riesgo de defectos congénitos, ya que el
mismo gen mutante puede heredarse de ambos padres, expresado como un trastorno
autosómico recesivo. Cuanto más estrecha sea la relación biológica entre los padres, mayor
será la probabilidad de que su progenie herede el mismo gen recesivo desfavorable. Es por
ello, que la descendencia de uniones consanguíneas puede tener un mayor riesgo en
cardiopatías congénitas, defectos del tubo neural, pérdida de audición congénita y de defectos
visuales (Guartambel, 2018).
Concordancia gemelar
El embarazo gemelar espontáneo tiene una incidencia del 1%, siendo mayor con el uso de
técnicas de reproducción asistida. El riesgo de malformaciones congénitas, como lo es el caso
de las cardiacas, es mayor en embarazos gemelares, y es todavía mayor en las gestaciones
monocoriónicas con respecto a las dicoriónicas. Se considera que el riesgo de cardiopatía
congénita en gemelos monocoriales se sitúa entre el 2-9% (Guartambel, 2018).
Riesgo de recurrencia
En una familia en la que se encuentre un hijo afectado con cardiopatía congénita, de acuerdo
a la ley de herencia multifactorial el riesgo de recurrencia se encuentra entre el 1 y el 5%, no
obstante este puede ser mayor conforme al grupo específico de cardiopatía congénita (Centro
médico Teknon, 2005).
Otro de los factores implicados ha sido los antecedentes familiares de cardiopatías, que según
aumenta en 4 veces el riesgo de presentar cardiopatía, y que en el caso de ser la madre
portadora de una cardiopatía el riesgo se incrementa aún más; sin embargo, existen otros
estudios en los cuales un seguimiento a madres embarazadas con cardiopatías, no presentaron
ninguna alteración de sus productos al nacimiento (Guartambel, 2018).
5. RESULTADOS
Árboles genealógicos
➔ Caso 1: Esporádico
Historia y antecedentes
En la familia presentada en el árbol genealógico existe cardiopatía congénita en el individuo
V-1 del cual al realizar un estudio se determinó que la enfermedad no se había presentado en
generaciones anteriores, no obstante, se conoció que la madre del individuo afectado estuvo
expuesta a dos factores de riesgo durante el embarazo, dichos factores correspondían al
consumo excesivo de tabaco y diabetes mellitus, además de ello se conoce que durante la
etapa gestacional la mujer habitaba en un sector cercano a una plantación en donde era
frecuente el uso de pesticidas. Como dato adicional del estudio se determinó que la
cardiopatía congénita del paciente estudiado no estaba relacionada con ningún síndrome.
El análisis del individuo afectado en comparación con datos de personas con cardiopatía
congénita cuyas madres tenían diabetes mellitus permitió determinar que los defectos
cardíacos se pueden deber al nivel de hiperglicemia materna durante el periodo embrionario,
causando alteraciones como defectos septales, heterotaxia o la obstrucción del flujo de salida
sanguíneo derivados de un aumento en la formación de radicales libres de oxígeno y la
producción de daño mitocondrial. Por otro lado, el análisis sobre el consumo de tabaco
identificó que dependiendo de la cantidad de sustancia que se consuma el riesgo de que la
descendencia presente cardiopatías congénitas aumenta.
➔ Caso 2: Familiar
Historia y antecedentes
Se describe una familia en la que la abuela, la madre y la niña (nieta) tenían comunicación
interauricular comprobada. Los hallazgos importantes en estos tres pacientes se dan en el
árbol genealógico para estudiar el caso de cardiopatía congénita en la niña: V-1. Tomando en
cuenta que la abuela (III-2) recibió un diagnóstico gracias a las características clínicas y
radiológicas que sugieren que el defecto es del tipo ostium primum (defecto en la parte
anteroinferior del tabique, una forma de defecto del tabique auriculoventricular), mientras
que la madre (IV-2) tiene muy probablemente un defecto ostium secundum (defecto en la
fosa oval - en la parte central (o el medio) del tabique interauricular). Es posible que el
bisabuelo (II-4) padeciera una cardiopatía congénita pero no hay forma de obtener datos más
definitivos sobre este punto: había padecido toda su vida una cardiopatía y tenía tendencia a
la cianosis (coloración azulada de la piel o de la membrana mucosa que generalmente se debe
a la falta de oxígeno en la sangre). Murió a la edad de cuarenta años y su certificado de
defunción dice que la muerte se debió a "neumonía, insuficiencia cardíaca congestiva (se
produce cuando el músculo del corazón no bombea sangre tan bien como debería hacerlo). Se
decía que la tatarabuela (I-2) padecía una enfermedad cardíaca, pero vivió hasta los setenta y
tres años. Los factores responsables de múltiples casos de cardiopatías congénitas no se ha
demostrado que las causas ambientales, aparte de la rubéola en el embarazo, desempeñen un
papel importante y lo más probable es que los factores genéticos sean los responsables,
aunque es difícil dilucidar el modo real de herencia. Es habitual que los defectos en una
familia sean de naturaleza similar, en las siete familias que hemos investigado donde hay dos
miembros afectados, padre e hijo y hermanos, se concluye que el individuo V-5 es positivo
para cardiopatía congénita de descendencia familiar.
➔ Modelo de la Carga-Umbral
Existen varios modelos que explican la relación entre múltiples genes y factores ambientales
que contribuyen a manifestaciones fenotípicas multifactoriales, como las cardiopatías
congénitas. Uno de ellos es el modelo de umbral de carga, que ayuda a explicar mejor el
fenotipo de varias condiciones y se considera que es el punto en el que una combinación de
factores genéticos y ambientales hace que surja el fenotipo. Está representado por una curva
continua en la que la susceptibilidad genética a un fenotipo se distribuye en la población,
generalmente con la menor susceptibilidad en el extremo izquierdo y la máxima
susceptibilidad en el extremo derecho. Los individuos afectados aparecen después del umbral
que divide a la población en grupos afectados y no afectados, más a la derecha, al final de la
curva de distribución para la distribución normal de la susceptibilidad a la enfermedad (ICPR,
2014).
El Modelo de Carga Umbral permite una serie de predicciones entre las que se encuentran las
siguientes: primero, se esperaría que el riesgo relativo para los familiares de un caso índice
(en comparación con la población general) sea absolutamente mayor, pero proporcionalmente
menor, a medida que aumenta la frecuencia de la afección en la población; esta situación se
produce porque, cuando la frecuencia poblacional es alta, los genes de la condición se
distribuyen por toda la población de modo que la probabilidad de superar el umbral es alta; en
una población en la que la frecuencia en la población es baja, sólo los familiares tienen riesgo
significativo (ICPR, 2014).
En segundo lugar, con los rasgos multifactoriales (en contraste con la situación habitual con
los rasgos monogénicos), el riesgo para los familiares variará de una familia a otra debido a
las diferencias interfamiliares en la estructura genética. Sin embargo, si un miembro de la
familia ya está afectado, se espera que aumente el riesgo de recurrencia; también se esperaría
que cuanto más grave sea el efecto en el probando ( persona que sirve como punto de partida
para el estudio genético de una familia), mayor será el riesgo para los familiares (en
comparación con el de la población general), debido a la mayor probabilidad de genotipos
compartidos (ICPR, 2014).
En tercer lugar, para las afecciones en las que existen diferencias marcadas de sexo en la
prevalencia, el modelo de carga umbral multifactorial, con la suposición adicional de
diferentes umbrales en los dos sexos, predeciría mayores riesgos relativos para los familiares
de sexo menos frecuentemente afectado. Si se supone que, en las mujeres, el umbral está más
lejos (= más a la derecha, en la cola superior de la distribución) de la media que en los
hombres, se deduce que las mujeres afectadas tendrían que tener más alelos que predisponen
a la enfermedad, en promedio, que los pacientes masculinos. Por lo tanto, los familiares de
las pacientes femeninas recibirían más de estos (por lo tanto, corren un riesgo
correspondientemente mayor) que los familiares de los pacientes masculinos (ICPR, 2014).
En la Fig 1. se presenta una curva normal de predisposición poligénica con mecanismo de
umbral. Se asume que la predisposición a presentar un rasgo de malformación congénita se
distribuye de manera normal en población, y que forzosamente los individuos colocados a la
derecha del umbral acumulan excesiva cantidad de genes predisponentes, resultando
afectados.
6. DISCUSIÓN
Otras condiciones que pueden afectar el estado funcional general entre los pacientes
cardíacos congénitos incluyen anomalías del desarrollo, retraso mental, retraso del
crecimiento, anomalías somáticas (auditivas, dentales, faciales, musculoesqueléticas),
anomalías del sistema nervioso central, convulsiones, anomalías visuales y trastornos
médicos (por ejemplo, insuficiencia renal o cirrosis hepática) (Medicine, 2010).
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