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BLOJ, Los Pioneros
BLOJ, Los Pioneros
Los Pioneros
Psicoanálisis y niñez en la Argentina
1922-1969
PRIVACIONES GENEALÓGICAS
1. Presentaremos aquí parte de las indagaciones realizadas en la tesis doctoral titulada: “Los
pioneros: Psicoanálisis y niñez en la Argentina. 1923-1969.
2. Sólo utilizaremos el término infancia cuando el autor abordado lo utilice. Caso contrario nos refe-
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Con un equipo de colaboradores, intentamos analizar estas concepciones a la
luz de los atravesamientos históricos y locales con la finalidad de establecer una
pro- vocación constante a la universalización de niñez como categoría cerrada.
Globa- lidad que borra las particularidades culturales, de género y las
subjetividades que allí se delinean. La hipótesis es que, no contar con la niñez
como instancia articula- dora, podría limitar los verdaderos alcances de una
práctica que permanentemen- te pide “recreación”, sustentada en los principios
propios de la dinámica inmanen- te en la teoría misma.
La búsqueda se centró específicamente en el rastreo de ese concepto en las
pro- ducciones de los primeros psiquiatras de niños que incorporaron
tangencialmente al psicoanálisis y de aquellos psicoanalistas que la abordaron en
el período 1922-1969. Escogimos especialmente a profesionales que hubiesen
introducido producciones y prácticas novedosas o vanguardistas: Lanfranco
Ciampi, Telma Reca, Lydia Coriat, Eva Giberti, Arnaldo Rascovsky, Arminda
Aberastury y Elizabeth Goode Garma.
tes significantes y que dan cuenta de un cierto nivel de representación imaginaria de lo social y
del tipo de vinculación y lazo social que ello contempla.
En la conformación del imaginario social acerca de la niñez entran a jugar fuerzas sociales que
operan en diferentes planos (subjetivos, institucionales y sociales) que pueden ser analizados a
través de mitos acerca de los diversos actores sostenedores de prácticas sociales referidas a la
infancia (mitos acerca de la maternidad, de la paternidad, el rol del Estado, de la educación, y
otros).
Estos flujos o movimientos de fuerza implican la producción y reproducción de un universo de signi-
ficaciones imaginarias constitutivas de la niñez que forman parte no sólo de los valores de la
socie- dad sino también de la subjetividad de hombres y mujeres.
Ana María Fernández. La mujer de la ilusión. Buenos Aires, Paidós, 1994. p. 162.
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Algunos de los interrogantes nos acompañaron esta línea de indagación:
¿Qué estatuto tuvo para los pioneros del psicoanálisis de niños el hecho de
inda- gar específicamente este período de la vida del sujeto en el tiempo en que
le tocó vi- vir en este país? ¿Qué aspectos ético-ideológicos atravesaron sus
producciones?
¿Cuál fue el “centro de interés” de cada uno de estos autores/productores de
sa- ber psicoanalítico en torno a la niñez?: ¿Es el mismo para todos?; ¿Es el
sujeto?; ¿Es el niño?; ¿Es cada niño?; ¿Es el niño como hijo?; ¿Es el vínculo
parental y su influen- cia en el hijo/a?; ¿Son los aspectos evolutivos del sujeto?;
¿Es analizar el modo en que se constituye el sujeto? Interrogantes que tienen
como referente el objeto de es- tudio y su metapsicología.
¿En qué medida estos aspectos condicionaron, posibilitándo o limitándo sus
producciones?6 ¿Qué concepciones de niñez pueden desprenderse de cada una
ellas?
Para dar respuesta a estos y otros interrogantes que fueron surgiendo, las
entre- vistas resultaron un valioso aporte. Dada la talla de los entrevistados, los
mismos se constituyeron interlocutores que colaboraron con el análisis del tema
indagado. La entrevistas fueron llevadas a cabo con familiares y amigos de los
autores abordados: Carmen Garma, hija de Elizabeth Garma; Elsa Coriat, hija de
Lydia Coriat; Evelina Acosta, amiga y compañera personal de trabajo de Telma
Reca; Gilou García Rei- noso, esposa de Diego García Reinoso; como los autores
y protagonistas principa- les del fragmento de historia a la que nos aproximamos:
Eva Giberti y Aurora Pé- rez. Las entrevistas serán incluidas en una publicación
posterior.
También resultaron sumamente valiosos los aportes de Gilda Sabsay Foks,
pre- sidenta de la Asociación Latino-Americana de Historia del Psicoanálisis.
Centramos el rastreo especialmente en las publicaciones y material inédito de
los autores considerados “pioneros” en tanto hubiesen realizado innovaciones
rele- vantes de carácter local.
Indagamos a su vez en artículos de revistas y diarios7 de circulación masiva en
los que participaron psicoanalistas de niños reconocidos en nuestro país, especial-
mente en aquellas secciones de orientación destinadas a padres y docentes
referidas a la crianza y educación de los niños. También se analizaron aquellas
publicidades que incorporasen la dimensión de la niñez en algún aspecto:
promoción de artícu- los para niños (remedios, juguetes, ropa, muebles y otros).
Analizamos también documentos personales: cartas, notas, resúmenes de los
au- tores y fotografías. Contamos con este tipo de material en los casos de
Lanfranco
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Siglo XX: La niñez: “activa y atractiva”
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nalítico producido a partir del trabajo con pacientes adultos. Resulta llamativo
que Freud haya logrado una ruptura fuerte con la imagen del niño preponderante
en su tiempo trabajando exclusivamente con pacientes adultos.
13. Juan Carlos Volnovich. El niño del “siglo del niño. Buenos Aires. Editorial Lumen,1999
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IV. ESTADO Y NIÑEZ DESDE LA DÉCADA
DEL 50. CAMBIO DE SITUACIÓN.
v. 1. CONTexTO INTeRNaCIONaL.
A partir de la década del 50, el Estado cobra protagonismo en las políticas so-
ciales. Los organismos internacionales colocan en la familia nuclear
(especialmen- te en los padres) la función de crear y garantizar el crecimiento y
desarrollo de ni- ñas y niños sanos. La “recuperación” de ese espacio vital de la
niñez resulta moti- vo de preocupación y objeto de políticas sociales por parte de
los organismos in- ternacionales.
Los países desarrollados se encuentran en pleno “Estado de Bienestar”, bajo
las ideas Keinesianas y el modelo “fordista”, caricaturizado por Chaplin en la
pelícu- la Tiempos Modernos. Muchos de los valores establecidos hasta entonces
comien- zan a ser cuestionados.
La revolución sexual que empezaba a gestarse se posibilita aún más a partir
de la comercialización de los anticonceptivos, que a su vez permiten “elegir” el
momento en que se desea la procreación. El auge de los movimientos feministas
con las conse- cuentes propuestas de modificación de la función de la mujer
como esposa y madre lleva a una vacilación en el ejercicio de las funciones
parentales. Los consejos de los psicoanalistas se constituyen en punto de apoyo y
referencia más que necesario en un tiempo en el que ya no se confía en los
saberes de las generaciones precedentes.
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126. UNESCO. “La infancia víctima de la guerra”. Publicación Nº 461, 1949 p.10 y 11, citado
por Naciones Unidas. Departamento de Asuntos Económicos y Sociales. Niños privados de un
medio fa- miliar Normal. Buenos Aires: Humanitas, 1963, nº 5. p. 13.
127. Op. cit. p. 29.
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que en los sectores sociales altos los indicadores quedan vinculados con la inesta-
bilidad emocional de los padres. Se les atribuye a los mismos una incapacidad
para establecer buenos vínculos al interior de la familia cuando se encuentran en
situa- ciones de inestabilidad.130
El estudio pone el acento en los aspectos afectivos y emocionales de niños y
ni- ñas.
89
mente vulnerable, que necesita indefectiblemente del cuidado adulto, especialmen-
te el de los padres.
132. Alicia Barroso; Alicia Simón. Escuela para padres. Tesis inédita de Trabajo Social del
Instituto Superior de Formación Docente Nº 11, Lanas, Provincia de Buenos Aires, 1982. En
Enrique Car- pintero y Alejandro Vainer. Las huellas de la memoria: Psicoanálisis y Salud
Mental de los ’60 y ’70. Tomo I: 1957-1967. Buenos Aires: Topía, 2004. p. 126-127.
133. Eva Giberti. “Mujeres en Jerusalem”. Nuestros Hijos. Buenos Aires: febrero de 1965, Año
XI, Nº 121, p. 6-9.
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pueden ser enseñados como conocimientos con los cuales una familia lleve
adelan- te la crianza de los hijos.
La Escuela para Padres (que surge por la década del 40 en Europa) otorga
dimen- sión institucional a una modalidad práctica que venían ejerciendo aquellos
profe- sionales que trabajaban en asistencia familiar. Los consejos eran sostenidos
espe- cialmente por el médico de familia. Desde otro marco institucional, era la
iglesia la institución dedicada hasta ese entonces a dictaminar los usos y
costumbres fami- liares. La misma se constituía en fuente de múltiples consultas
para el ejercicio de la función parental.
Se imagina a los niños de la década del 50 como los protagonistas de la
conforma- ción de un mundo nuevo, interespacial. Se da un crecimiento
económico vertiginoso de la economía mundial. El capitalismo avanza junto con
la tecnología y el desarro- llo de la investigación científica. En 1957, la perra
Laika es lanzada en el Sputnik II rumbo al espacio y convertida en“perra
astronauta”. La idea de progreso y desarrollo del hombre comenzaba a certificarse
a partir de los avances logrados, prometiendo para el año 2000 ciudades
espaciales, alimentos en pastillas, el fin del hambre en el mundo, y posibilidades
de desplazamientos del hombre en el espacio sin medios de locomoción, como
aparecían en las series e historietas de ciencia ficción.
El país debe contar con un pueblo sano, para forjar su grandeza. Cualquier
indi- viduo que haya tenido una infancia feliz y tranquila puede afrontar sin
esfuerzo las responsabilidades de la vida civil. La organización social de la
Nueva Argentina in- tenta, por tanto conceder las mayores ventajas al niño y a la
madre.136
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Nuestra capacidad de asombro parece colmada. El contacto diario con las
mara- villas que el ingenio humano va creando, satura la posibilidad de admirar.
No nos damos cuenta, casi. Y sin embargo, gozamos de comodidades que ni
siquiera los mo- narcas más poderosos de antaño pudieron creer posibles.
Apoltronados frente a la vieja butaca frente al televisor, vemos y oímos lo que
está sucediendo lejos nuestro…
Los modernos jets llevan a cualquier modesto burgués o ahorrativo proletario
a los puntos lejanos del globo….El espacio entre esos puntos lejanos no se mide
ya
–por lo menos no se mide ya subjetivamente- en miles de kilómetros. Se habla,
se piensa ahora en horas o minutos. Se “siente” que todo está más cerca…Se
“presien- te” incluso que pronto el mundo terrestre será pequeño para él…
Hasta la propia vida del hombre se modifica. Cada uno puede disponer, al me-
nos en el cálculo de probabilidades, de más tiempo para realizar aquellos a lo
cual se siente llamado por su vocación. El espacio que podemos recorrer en el
programa o proyecto vital es mayor. Medicinas más eficaces, alimentos
racionales, mejores vi- viendas, psicoterapia, estudios sociológicos, todo se
integra y contribuye…139
137. M.E.B. “Todos somos cosmonautas”. Nota editorial. Nuestros Hijos, Buenos Aires: junio
de 1963, nº 101. p. 6-7
138. Enrique Carpintero y Alejandro Vainer. Las huellas de la memoria: Psicoanálisis y Salud
Men- tal de los ’60 y ’70. Tomo I: 1957-1967. op. cit. p. 56-57.
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de Salud Mental en los países centrales capitalistas. Dicha corriente se incluye en
la perspectiva del Estado de Bienestar promovida por Keynes. Los organismos
interna- cionales –la Organización Mundial para la Salud (OMS) y la
Organización Paname- ricana de la Salud (OPS) entre otros– plantean la
necesidad de realizar un pasaje de la Psiquiatría a la Salud Mental, basando su
propuesta en la búsqueda de prácticas alternativas para su prevención y
promoción en la comunidad, junto con la trans- formación de los hospitales
psiquiátricos en comunidades terapéuticas.
EL INSM estaba compuesto por dos órganos:
Desde mediados de los 50’ éste y otros cambios fueron promovidos por un
gru- po de psiquiatras reformistas, que no acordaban con las orientaciones del
Peronis- mo. Adscribían a los principios de la Salud Mental con una visión más
amplia de la disciplina, abarcando diferentes líneas teóricas, una de cuyas era el
psicoanálisis. Este grupo estaba integrado por Mauricio Goldemberg, Gregorio
Berman, Enrique Pichon Rivière, Jorge García Badaracco, Jorge Thenon y
otros.141
La década del 50 se constituyó en un período de importantes cambios en
materia política, social, tecnológica y económica. Tanto a nivel internacional
como local.
Los movimientos mencionados en este capítulo funcionaron como plataforma
de interesantes producciones e innovaciones en el campo específico del
psicoanáli- sis de niños en nuestro país al mismo tiempo que estos desarrollos
colaboraban con el cambio de situación planteado.
v. 4. eL psICOaNáLIsIs y La COmUNIDaD .
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Aires. La clase media se va engrosando y trasladando de los barrios al nuevo
espa- cio central. Al agrandarse, la ciudad se vuelve anónima e impersonal.
Frente a esta nueva realidad, los sectores medios pasan a refugiarse en la
intimidad de sus hoga- res. La radio y la televisión, las revistas y los diarios
cobran un protagonismo impor- tante en esa intimidad resguardada. A través de
estos medios, el discurso del psicoa- nálisis comienza a filtrarse y a ganar espacio
en este nuevo sector urbano. La con- sulta al psicoanalista comienza a convertirse
en una instancia “de moda” para una clase media contradictoria que se balancea
entre el optimismo y el pesimismo, sin tomar partido por ninguna posición.142
En un mundo que miraba hacia el futuro, el conocimiento cambiaba de eje: ya
no estaba en la generación de los abuelos. La ciencia tenía mucho para decir y se
po- día confiar en ella. A los cambios en las configuraciones familiares y la
fractura in- tergeneracional se sumaba el desarraigo de la cultura de origen
producto de la in- migración. La mayoría de los abuelos de los niños de las
generaciones del 50 y 60 eran inmigrantes, lo cual presupone un agrietamiento en
la transmisión genealógi- ca y un punto de fragilización subjetiva considerable.
Especialmente en las familias de sectores medios –sector que se había
engrosa- do considerablemente- surgían poderosas inquietudes y la necesidad de
contar con conocimientos que les permitieran manejarse con sus hijos superando
los obstácu- los y sufrimientos padecidos en la propia niñez.
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Ingresábamos en otra época signada por la TV y en la cual podían registrarse
no- torios cambios en la descripción de la “familia”: las migraciones que desde
las pro- vincias habían constituido el cinturón villero conurbano aportaban
modelos que sobresaltaban a quienes defendían el modelo tradicional: por
ejemplo, el cambio de “padres” para los hijos de una misma mujer, relaciones
sexuales admitidas entre pa- drastros e hijastras, mujeres solas con hijos de
distintos padres, etc. Antiguamente la familia tradicional se había enfrentado a
formas clásicas de “antifamilia” como el prostíbulo, y con estilos de convivencia
denigrados por la burguesía: el conventillo. Ahora la “villa” aportaba matices
para la crítica social…144
145. Eva Giberti, “Efectos de la divulgación en las prácticas del psicoanálisis”. op. cit. p.11
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BIBLIOgRafía.
Escardó, Florencio (1968). Anatomía de la familia [1954]. Buenos Aires: El Ateneo. (6ª ed.)
200 p.
matErIal dE archIVo.
M.E.B. “Todos somos cosmonautas”. Nota editorial. Nuestros Hijos, Buenos Aires: junio
de 1963, nº 101. p. 6-7
Giberti, Eva “Mujeres en Jerusalem”. Nuestros Hijos. Buenos Aires: febrero de 1965, Año XI,
Nº 121, p. 6-9.
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