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“CONOZCAMOS EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD”

Para establecer una cronología de las etapas del desarrollo de la personalidad resulta interesante
partir de la clasificación de las principales etapas vitales.

Partiendo de ellas como referencia, veamos de qué manera se va desarrollando la estructura


psicológica de los seres humanos.

1. Los primeros momentos

En el momento en que un bebé nace no podemos considerar que tenga una personalidad
marcada, ya que el nuevo individuo no ha tenido experiencias concretas que le hagan ser,
pensar o actuar de una manera determinada. Sin embargo, sí que es cierto que según pasan los
días vamos viendo cómo el niño o niña tiene una tendencia a comportarse de una manera
determinada: por ejemplo podemos observar si llora mucho o poco, cómo se alimenta o si
responde al tacto con miedo o curiosidad.

Estas primeras características forman parte de lo que se viene a llamar temperamento, el cual
forma parte de la constitución innata de la persona y que posteriormente puede ser moldeado
mediante el aprendizaje.
2. Infancia
Según el sujeto va creciendo, va desarrollando poco a poco diferentes capacidades
cognitivas y físicas que le van a permitir captar la realidad, empezar a intentar entender
cómo funciona el mundo y cómo el propio ser puede influir y participar en el.

Esta etapa se caracteriza por la adquisición de valores, creencias y normas provenientes del
exterior, de una manera inicialmente imitativa y con pocos tintes críticos. La personalidad
empieza a formarse según las características del temperamento van siendo confrontadas a
la realidad, adquiriendo patrones de comportamiento y maneras de ver mundo y
formándose el carácter.

En esta etapa la autoestima tiende a ser inicialmente elevada debido al elevado nivel de
atención que se suele prodigar al menor en el entorno familiar. Sin embargo en el momento
de la entrada al mundo escolar tiende a disminuir, debido a que se deja atrás el entorno
familiar para entrar en uno desconocido en el que confluyen numerosos puntos de vista.
3. Pubertad y adolescencia
La adolescencia, el punto en que pasamos de ser niños a ser adultos, es una etapa clave en
la formación de la personalidad. Se trata de una etapa vital compleja en que el organismo
se encuentra en proceso de cambio, al tiempo que se aumentan las expectativas respecto
al comportamiento del individuo y este empieza a experimentar diferentes aspectos y
realidades.

Se trata de un momento vital caracterizado por la necesidad de diferenciarse, siendo


frecuente que aparezca una ruptura o separación respecto a los adultos al cargo y un
cuestionamiento continuo de todo lo que hasta entonces se le ha inculcado.

Se aumenta el número de entornos en los que la persona participa, así como el número de
personas con las que interactúa, propiciando junto a los cambios hormonales y el aumento
en la capacidad de abstracción propia de la maduración cognitiva hará que experimente
diferentes roles que le enseñaran que le gusta y que se espera de él o ella. Se da una
potenciación de la búsqueda de vinculación social y aparecen las primeras relaciones. El
adolescente busca una identidad propia a la vez que un sentimiento de pertenencia al
entorno social, intentando insertarse como parte de la comunidad y del mundo.
4. Adultez

Se considera que es a partir de la adolescencia cuando podemos hablar de personalidad


propiamente dicha, habiéndose forjado ya un patrón relativamente estable de conducta,
emoción y pensamiento. Esta personalidad aún va a variar a lo largo de la vida, pero a
grandes rasgos la estructura va a ser semejante salvo que suceda algún acontecimiento
muy relevante para el sujeto que le empuje a realizar cambios en su manera de visualizar el
mundo.

En relación a otras etapas vitales, la autoestima tiende a subir y en general el


autoconcepto del adulto tiende a intentar acercar su yo real con el ideal, por lo que la
timidez disminuye, en caso de haber sido elevada anteriormente. Como consecuencia,
deja de tener tanta importancia lo que los demás opinen de uno mismo, y pueden llevarse
a cabo actividades que en etapas anteriores darían vergüenza.

5. Senectud
Si bien en general la personalidad sigue siendo estable la llegada a la vejez supone la
progresiva vivencia de situaciones como la pérdida de habilidades, actividad laboral y
seres queridos, cosa que puede afectar en gran medida a nuestra forma de relacionarnos
con el mundo. Se registra una tendencia a la disminución de la extraversión y la
autoestima.
ACTIVIDAD

1. ¿ Cuáles son las etapas de la vida que contribuyen al desarrollo de nuestra personalidad?

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2.Qué características o conductas corresponden a la infancia?


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3. La adolescencia, el punto en que pasamos de ser ……. a ser …………, es una etapa clave
en la formación de la ………………
a) jóvenes – adultos - solidaridad c) infantes – adultos mayores - vulnerabilidad
b) niños – adultos - personalidad d) niños – ciudadanos – tolerancia

4. ¿ Qué características o conductas corresponden a la adultez?


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5. ¿cómo definirías a la personalidad?


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