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Teórica Nº16 bis – Adaptaciones al Buceo

El buceo es una adaptación cardiorrespiratoria. El principal problema que plantea el buceo a


profundidad es que hay estructuras colapsables, como los pulmones, que en la profundidad
tienden a reducir su volumen y aumentar su presión adentro.
El gas que genera el mayor problema en el buceo es el nitrógeno, que fisiológicamente es
inerte, pero que se acumula mucho en las grasas. Durante la fase de ascenso, el nitrógeno
pasa bruscamente de la sangre al aire alveolar, produciendo burbujas que pueden provocar
dolores en articulaciones, mareos, alucinaciones, etc. Entonces, un buceador cuando
asciende tiene que respetar ciertos tiempos para permitir una descompresión suave y
paulatina para no generar estas burbujas.
Arriba a la derecha vemos una figura que muestra que a mayor profundidad, la tasa de
invasión es más importante en buzos. En los verdaderos buceadores, como las ballenas y
focas, lo que pasa es que antes de la sumersión el aire es expulsado de los pulmones. En el
caso de las ballenas, los pulmones pueden comprimirse casi totalmente y el aire contenido
en los pulmones cuando la ballena bucea a profundidad es expulsado hacia la tráquea,
entonces no hay tasa de invasión de los gases a la sangre. La tráquea de las ballenas es
incompresible porque tiene anillos óseos que la rodean, haciendo que el aire permanezca
allí sin intercambiar con la sangre.
Las focas también expulsan dejando un mínimo remanente permitiéndoles buceos de larga
duración que pueden llegar hasta los 60 minutos. En los buceos de corta duración se
mueven alrededor de los 100 o 200 m, pero en los buceos de mayor duración los animales
pueden llegar hasta los 800 metros o más.

Los animales que son realmente buceadores con alta capacidad para resistirlo, tienen en
sus fosas nasales y un poco de la glotis, receptores de agua que se estimulan cuando los
animales mete la cabeza en el agua. De ahí se da un reflejo nervioso que mantiene la
apnea (detención de la ventilación), y en mamíferos además ocurre una bradicardia (menor
frecuencia cardíaca).

Durante el buceo, si los animales están en apnea en la sangre el oxígeno va a descender ya


que lo consumen los tejidos, y al mismo tiempo en la sangre aumenta el dióxido de carbono
y consecuentemente los protones. Estos estímulos químicos en condiciones normales
estimulan la ventilación, pero en este caso la ventilación está inhibida por el reflejo de
apnea. Entonces, los receptores de estiramiento pulmonar inactivos al combinarse con el
centro integrador del bulbo raquídeo desencadenan una vasoconstricción periférica y
visceral, y una bradicardia. Este ajuste redirige la sangre a un circuito que comprende el
sistema nervioso, el encéfalo y el corazón, la sangre pasa a ser un reservorio de oxígeno,
logrando que el oxígeno dure más tiempo. Con una vasoconstricción generalizada a piel,
vísceras y músculo esquelético, en el circuito sistémico va aumentar la resistencia de los
vasos. Si la resistencia aumenta, para mantener la presión sanguínea hay que generar una
bradicardia para compensar la vasoconstricción. Si los receptores de estiramiento
estuvieran activos (NO en el buceo pero por ejemplo en alturas, donde hay hipoxia
ambiental y pulmones pueden ventilar), la respuesta que generan estos estímulos va a ser
una vasodilatación tendiente a enviar sangre a los tejidos para compensar el descenso de
oxígeno y un aumento de frecuencia cardíaca para mantener la presión sanguínea.
En el eje Y vemos la frecuencia cardíaca, o sea la intensidad de la bradicardia, va a
depender de la duración del buceo. Expulsar el aire de los pulmones evita un equilibrio de
los gases a alta presión de los pulmones a la sangre. La sangre obligadamente tiene que
pasar por el circuito pulmonar, y para evitar que los gases entren en contacto con la sangre,
el animal expulsa la mayor cantidad de aire. Entonces la sangre en el pulmón se redirige
hacia las zonas más colapsadas.
En azul más intenso vemos el flujo correspondiente al buceo del animal y en celeste a lo
previo al buceo. La sangre circula por el cerebro (los primeros dos a la izquierda), no puede
evitar que circule por los pulmones (histogramas 3 y 4), el corazón sigue recibiendo sangre
durante el buceo (histogramas 5 y 6). El gasto cardíaco es menor comparando el circuito
pulmonar dada la bradicardia y se redirecciona hacia el corazón y el cerebro.
El músculo esquelético queda aislado del aporte sanguíneo. Para poder moverse, los
músculos de los buceadores tienen mayor cantidad de mioglobina, lo que les permite
consumir el oxígeno almacenado. Para evitar el conflicto con los factores locales que
producen vasodilatación, el cierre del flujo ocurre a nivel arterias.
Cuando se agotan los niveles de mioglobina pasamos al gráfico de abajo. Aquí comienza la
anaerobiosis aumentando los niveles de ácido láctico como resultado. Este se acumula en
los músculos. Durante el buceo vemos que no aumenta la cantidad de ácido láctico en las
arterias porque no hay irrigación a los músculos.
Acá vemos lo que pasa con los gases en tres etapas. En el gráfico de arriba vemos a la
izquierda la etapa previa al buceo, en el medio la etapa correspondiente al buceo, y a la
derecha la etapa posterior al buceo. Vemos en un comienzo a el dióxido de carbono al
oxígeno y el ácido láctico que durante la etapa de buceo disminuye la cantidad de oxígeno,
y aumenta el del dióxido de carbono dada la apnea.
Cuando el animal sale del buceo comienza nuevamente a ventilar (vemos en el segundo
gráfico que aumenta la ventilación en este punto), los estímulos químicos generan la
respiración, aumentan el O2, disminuyen el CO2, y aumentan masivamente el vuelco del
ácido láctico a la sangre. Esto fomenta que el CO2 se elimine todavía más, ya que aporta H
+ desplazando la reacción a la hidratación del CO2.
Finalmente vemos en el tercer gráfico el intercambio de dióxido de carbono y oxígeno con el
ambiente: normal en un principio, nulo en el buceo, luego aumenta el O2 y el CO2 al salir. El
extra de oxígeno que incorpora el animal al salir del buceo para saturar tiene un área
(marcada en rojo) menor al área en azul. Este área en azul sería hipotéticamente la tasa de
consumo de oxígeno (ml/min) que tendría el animal durante el buceo, si mantuviera su tasa
metabólica cte. Comparando ésta con el área en rojo, vemos que la última al ser menor,
refuta la hipótesis de que la tasa metabólica se mantiene cte. en el buceo. La tasa
metabólica en realidad baja al bajar la irrigación, hasta el punto donde se igualarían las
áreas marcadas.

Dato: El volumen de sangre de un buceador en proporción a su tamaño, es mayor que al de


un animal no buceador.
Dato 2: además de los tejidos sin irrigación, los tejidos que sí tienen (como el cerebro),
también pueden descender su temperatura reduciendo por lo tanto su tasa metabólica
Dato 3: además de tener más volumen relativo de sangre, tienen más capacidad de
transporte por más concentración de hemoglobina
Dato 4: el hecho de expulsar el aire les ayuda a sumergirse y flotar.

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