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ALCANZANDO MI BENDICIÓN

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Más tarde, Jesús regresó al pueblo de Caná, en Galilea, donde había convertido el agua en vino. En ese pueblo había un
oficial importante del rey Herodes Antipas. Ese oficial tenía un hijo enfermo en el pueblo de Cafarnaúm.  47 Cuando el
oficial supo que Jesús había viajado desde la región de Judea a Galilea, fue y le pidió que lo acompañara a su casa y
sanara a su hijo, pues el muchacho estaba a punto de morir. 48 Jesús le contestó: —Ustedes sólo creen en Dios si ven
señales y milagros. 49 Pero el oficial insistió: —Señor, venga usted pronto a mi casa, antes de que muera mi hijo. 50 Jesús le
dijo: —Regresa a tu casa. Tu hijo vive. El hombre creyó lo que Jesús dijo, y se fue. 51 Mientras regresaba a su casa, sus
criados salieron a su encuentro y le dijeron: «¡Su hijo vive!» 52 El oficial les preguntó a qué hora el muchacho había
empezado a sentirse mejor, y ellos respondieron: «La fiebre se le quitó ayer a la una de la tarde.» 53 El padre del muchacho
recordó que, a esa misma hora, Jesús le había dicho: «Regresa a tu casa. Tu hijo vive.» Por eso, el oficial del rey y toda su
familia creyeron en Jesús. 54 Ésta fue la segunda señal que Jesús hizo en Galilea al volver de Judea.

Insistir: rogar, suplicar, pedir.

1. Fue por la bendición


2. Lucho por la bendición
3. Tuvo fe y consiguió la bendición
4. Agradecimientos y honra

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