Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Punto 5 y 6
Punto 5 y 6
Causas
La mayoría de las mujeres experimenta algo de náuseas o vómitos (náuseas del embarazo),
particularmente durante los primeros 3 meses de gestación. Se desconoce la causa exacta de
las náuseas y los vómitos durante el embarazo. Sin embargo, se cree que pueden ser
ocasionados por una elevación rápida de los niveles sanguíneos de una hormona llamada
gonadotropina coriónica humana (GCH), La GCH es liberada por la placenta. Las náuses del
embarazo leves son comunes. La hiperémesis gravídica es menos común y más grave.
Fisiopatología
El embarazo a menudo causa náuseas y vómitos; la causa parece ser el aumento rápido en los
niveles de estrógenos o de la subunidad beta de la gonadotropina coriónica humana (beta-
hCG). En general, los vómitos aparecen a las 5 semanas de gestación, tienen un pico a las 9
semanas y desaparecen entre las 16 y 18 semanas. Con frecuencia aparecen por la mañana
(malestares matinales), aunque pueden hacerlo en cualquier momento del día. Las mujeres
con náuseas matinales siguen aumentando de peso y no se deshidratan.
Factores de riesgo
La afección puede suceder en cualquier embarazo, pero es ligeramente más probable en caso
de estar esperando gemelos (o más bebés) o si tiene una mola hidatiforme. Las mujeres
presentan un riesgo mayor de padecer hiperémesis si han tenido el problema en embarazos
previos o si son propensas a los mareos por movimiento.
Síntomas
Las naúseas del embarazo pueden causar una disminución del apetito, un bajo nivel de
náuseas o vómitos. Esto es diferente a la verdadera hiperémesis debido a que las personas
generalmente todavía son capaces de comer y beber líquidos algunas veces.
Los síntomas de la hiperémesis gravídica son mucho más graves. Estos pueden incluir:
Pruebas y exámenes
Su proveedor de atención médica llevará a cabo un examen físico. Su presión arterial puede
ser baja. Su pulso puede estar alto.
Las siguientes pruebas de laboratorio se llevarán a cabo para revisar si hay signos de
deshidratación:
Es posible que el proveedor necesite realizar exámenes para verificar que usted no tenga
problemas gastrointestinales y hepáticos.
Se llevará a cabo un ultrasonido del embarazo para ver si usted está esperando gemelos o más
bebés. El ultrasonido también verificará si hay una mola hidatiforme.
Tratamiento
Las náuseas del embarazo casi siempre se pueden controlar evitando los alimentos
desencadenantes que ocasionan el problema y bebiendo muchos líquidos cuando los síntomas
desaparecen para permanecer hidratada.
Si sus náuseas y vómitos provocan que presente deshidratación, recibirá líquidos por vía
intravenosa. También es posible que le administren un medicamento para controlar las
náuseas. Si las náuseas y los vómitos son tan graves que usted y su bebé podrían estar en
peligro, será admitida al hospital para recibir tratamiento. Si no puede comer suficiente para
obtener los nutrientes que usted y su bebé necesitan, es posible que reciba nutrientes
adicionales ya sea por vía intravenosa o a través de una sonda colocada en su estómago.
Pronóstico
Las náuseas del embarazo generalmente son leves, pero persistentes. Pueden comenzar entre
las semanas 4 y 8 de gestación. Por lo general desparecen hacia las semanas 16 a 18. Las
náuseas y los vómitos graves también pueden comenzar entre las semanas 4 y 8 de gestación y
a menudo desaparecen hacia las semanas 14 a 16. Algunas mujeres seguirán teniendo náuseas
y vomitando durante todo su embarazo. Con la adecuada identificación de los síntomas y un
cuidadoso seguimiento, las complicaciones serias para el bebé o la madre son poco frecuentes.
Posibles complicaciones
Los vómitos graves son dañinos debido a que producen deshidratación y un aumento de peso
insuficiente durante el embarazo. En raras ocasiones, una mujer puede presentar sangrado en
el esófago u otros problemas serios a causa del vómito constante.
La afección puede hacer que sea difícil seguir trabajando o cuidando de usted misma. Puede
provocar ansiedad y depresión en algunas mujeres, que permanecen incluso después del
embarazo.
Causas
La disminución de la contracción de la vejiga
El aumento de eliminación de glucosa en la orina
La compresión de la vejiga
La mayor posibilidad de llegada de gérmenes desde otras partes del organismo al riñón
debido al aumento de la circulación sanguínea general que se da en el embarazo.
Fisiopatología
En la gestante se añaden unas modificaciones fisiológicas y anatómicas que elevan el riesgo de
ITU. La más importante es la dilatación pielocalicial, a la que contribuyen factores mecánicos y
hormonales, dando lugar al hidrouréter/hidronefrosis. Esta ectasia ureterorrenal puede
albergar hasta 200 ml de orina. La compresión mecánica del útero y de la vena ovárica sobre el
uréter derecho se inicia al final del primer trimestre. La dextrorrotación uterina, la
interposición del colon sigmoide y el tránsito en paralelo del uréter y de los vasos ováricos en
el lado izquierdo también favorecen el predominio derecho de la compresión ureteral. Por ello,
9 de cada 10 PA asientan sobre el lado derecho.
El incremento del 50% del volumen circulante provoca un aumento del filtrado glomerular,
que favorece la estasis urinaria. La alcalinización de la orina (incremento en la excreción de
bicarbonato) y el aumento en la concentración urinaria de azúcares, de aminoácidos y de
estrógenos facilitan asimismo el crecimiento bacteriano.
Factores de riesgo
El principal factor de riesgo es el antecedente de ITU previo al embarazo. Del 24 al 38% de las
mujeres que presentan BA en la gestación tienen antecedentes de ITU sintomática. En segundo
lugar, las pacientes con malas condiciones socioeconómicas presentan una incidencia 5 veces
mayor de BA durante la gestación. La drepanocitemia es un factor de riesgo que debe tenerse
en cuenta fundamentalmente en la raza negra, pues duplica el riesgo de adquirir BA 7. La
diabetes mellitus, incluida la diabetes gestacional, favorece la frecuencia de ITU y la aparición
de formas más graves. Otras patologías predisponentes incluyen a trasplantadas renales,
alteraciones en el tracto urinario, pacientes con lesiones medulares (vejiga neurógena) y
gestantes portadoras de reservorios ileales.
Síntomas
Los síntomas varían desde ninguno en la bacteriuria asintomática (5 a 10% de las
embarazadas), hasta fiebre y malestar generalizado con chuchos en la pielonefritis, es decir en
la pelvis renal (1 a 2%), pasando por síntomas que se confunden con los propios del embarazo
en la cistitis.
Diagnóstico
Análisis de orina y urocultivo
En la consulta inicial, se realizan rutinariamente un análisis de orina y un cultivo para controlar
las bacteriurias asintomáticas. El diagnóstico de infección urinaria sintomática no cambia por el
embarazo.
Tratamiento
Agentes antibacterianos como la cefalexina, la nitrofurantoína y la combinación
trimetoprima/sulfametoxazol (TMP/SMX)
Cultivos postratamiento y, a veces, tratamiento supresor
Cefalexina
Nitrofurantoína
Trimetoprima/sulfametoxazol (TMP/SMX)