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Defesa Legítima y Cumplimiento de Un Deber
Defesa Legítima y Cumplimiento de Un Deber
DEBER”.
ID: 00618570
CRN: 50147
LICENCIATURA EN DERECHO
8-FEBRERO-2022
“Caso”
Como se muestra en el video, el policía actuó para repeler una agresión real,
actual e inminente (como refiere el artículo 12 de la Ley Nacional del Uso de la
Fuerza (LNUF)) y en defensa de su vida, como bien jurídico a proteger. La vida es
un bien inmaterial, un derecho fundamental y por tanto es justo y legítimo,
defenderlo y preservarlo.
III. Resistencia de alta peligrosidad: conducta de acción u omisión que realiza una
o varias personas, empleando la violencia, el amago o la amenaza con armas o
sin ellas para causar a otra u otras o a miembros de las instituciones de seguridad,
lesiones graves o la muerte, negándose a obedecer órdenes legítimas
comunicadas de manera directa por los sujetos obligados, quienes previamente se
han identificado como autoridad. Contra la resistencia de alta peligrosidad podrán
oponerse los mecanismos de reacción a los que se refieren las fracciones I, II,
III,IV y V del artículo anterior.”
Ahora bien, la fracción V del artículo 9 justifica el uso de la fuerza letal para la
conducta presentada por el occiso: “V. Fuerza Letal: su límite es el cese total de
funciones corporales. Se presume el uso de la fuerza letal cuando se emplee arma
de fuego contra una persona.” Por otro lado, como decíamos, la respuesta del
agente posee sus propias cualidades que la justifican.
En cualquier caso, sólo se podrá hacer uso intencional de armas letales cuando
sea estrictamente inevitable para proteger una vida.
la fuerza.
“I. Absoluta necesidad: para que el uso de la fuerza sea la última alternativa para
tutelar la vida e integridad de las personas o evitar que se vulneren bienes
jurídicamente protegidos o con el fin de mantener el orden y la paz pública, al
haberse agotado otros medios para el desistimiento de la conducta del agresor”
En el video no aparece, por parte del agente, ninguno de esos elementos, sino
todo lo contrario: al agente se le ve haciendo señas con la mano tratando de
apaciguar al ciudadano e incluso acciona su arma hasta después de que el occiso
se lanzara contra él.
Es por ello, que se concluye, que de parte del policía tampoco hubo provocación
alguna para que los hechos se dieran de la lamentable forma en que se dieron,
sino todo lo contrario, él mismo evitó cualquier forma de violencia contra el
individuo hasta que no tuvo otra opción.
Por lo tanto, una vez expuesto todo lo anterior, queda claro que la respuesta del
agente fue proporcional no en tanto al instrumento en sí (arma de fuego vs. Arma
blanca), sino en tanto al uso de la fuerza sobre ese objeto (fuerza letal). El occiso
lanzando cuchilladas y el policía respondiendo con impactos de su arma.
En pocas palabras, la respuesta del agente fue letal ante una agresión real, actual
e inminente y con fines letales. Como se ha visto, no había otra forma de
responder. El ataque del occiso fue veloz, apenas dando tiempo a que el agente
diera los disparos necesarios para hacerlo retroceder y cesar su conducta.
Teoría del caso del Ministerio Público Aspectos que Ministerio Público puede
considerar para desarrollar y fundar su teoría del caso: El agente (en adelante “el
imputado”) no actuó en legítima defensa, pues esta no consiste en la mera
respuesta letal para repeler un ataque inminente, real y actual, sino que supone la
respuesta responsable y menos perjudicial para ambas partes. La Ley Nacional
sobre el Uso de la Fuerza (LNUF), misma a la que se apegan los agentes y todos
los cuerpos de seguridad a nivel nacional, puntualiza acciones alternas y
graduales para que los cuerpos de seguridad respondan de manera eficiente,
neutralizando la agresión en un máximo grado de cuidado a los Derechos
Humanos. Esto se puede corroborar si se revisan los artículos 6, 9, 11 de la citada
ley.
VI. Lesión grave: utilizar la fuerza [epiletal], permitiendo el uso de armas menos
letales o de fuego con la finalidad de neutralizar a los agresores y proteger la
integridad de la autoridad o de personas ajenas, con alta probabilidad de dañar
gravemente al agresor, y Por lo que quedan algunas cuestiones por responder:
¿No cuenta la policía con equipo para inmovilizar a las personas violentas? ¿No
tenía suficiente espacio para accionar antes de que el occiso siquiera levantara el
arma? ¿No cuenta la policía con irritantes o armas menos letales que aturdan y/o
inmovilicen a las personas? De ser así, ¿no está entrenado para usarlas? ¿Por
qué no las usó? ¿Por qué usar el arma como primer y única herramienta para
neutralizar al agresor? ¿Por qué esperar hasta que la mera presencia del
uniformado y la persuasión fallaran para así pasar directamente al uso del arma?
¿Por qué ceder a lo que gritaba la ciudadana: “¡Tírale! ¡Es legítima defensa!”?
Por ello se insiste en que no actuó en legítima defensa, pues no hubo conducta
diligente -como exige el artículo 11, fracción I, inciso c- en aplicar los distintos
grados de impacto de la fuerza previstos en el artículo 6, mencionado
anteriormente. Por ello, fue el mismo agente quien, por su comportamiento lento y
desordenado, propició que el occiso mantuviera su postura e incrementara en el
tiempo el grado de gravedad de su conducta hasta que culminó irremediablemente
en el enfrentamiento entre este y el occiso.
Se le imputa homicidio doloso, pues privó de la vida a un ser vivo y culposo, pues
como agente debe velar por la vida y la seguridad de todos. Según lo dispuesto en
los artículos 97 y 195 del Código Penal para el Estado de Aguascalientes: “
El homicidio doloso porque priva de la vida a un ser humano, bien jurídico previsto
en el artículo 4 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
“La seguridad pública es una función del Estado a cargo de la Federación, las
entidades federativas y los Municipios, cuyos fines son salvaguardar la vida, las
libertades, la integridad y el patrimonio de las personas, así como contribuir a la
generación y preservación del orden público y la paz social.
Bibliografía