Introducci6n ‘
2Qué es un armador politico?
A poco de empezar el trabajo de campo me sorprendi6 elnivel de acuerdo
que compartian mis entrevistados —las primeras y segundas lineas del Ministerio
del Interior desde la vuelta de la democracia— sobre una cantidad considerable de
temas. Uno de estos acuerdos sobresalia en particular: la fascinacién por la figura
de Carlos Corach, el ministro del Interior que habia acomparado a Carlos Menem
desde antes de que terminara su primer mandato hasta el final de su presidencia.
Tanto los que habian pasado por esta cartera durante el gobierno del riojano como
los que lo habian hecho durante las presidencias de Alfonsin, De la Ruta, Duhalde
o Kirchner; los “antimenemistas” del radicalismo como los del kirchnerismo; los
mas jévenes como los mas viejos; los que esgrimian discursos conservadores 0 pro-
gresistas, todos sin excepeién lo admiraban. La gran mayoria sostenia un criterio
comiin que se contradecia con el extendido rechazo a los aios neoliberales impe-
rante en el momento en que realicé las entrevistas, pocos atios después de la salida
de la convertibilidad y la reactivacién poscrisis 2001. Era clara la admiracién
que inspiraba la figura de Corach, acompaiada por cierta dosis de envidia hacia
un gobierno que habia tenido el privilegio de contar con semejante argquitecto para
sus negociaciones y armados politicos. Mi asombro ante esa opinién undnime no
solo se debia al hecho de que Corach hubiera sido durante tantos anos ‘ministro de
Menem, sino también a las denuncias de distinto porte que pesaban en su con-
‘va: por el pedido de sobornos para adjudicar la produccién de documentos a la
empresa alemana Siemens, por la supuesta complicidad en los encubrimientos del
‘wcio por el atentado ala AMIA, por el desvio de fondos priblices para la activi-
dad politica de sus propos hijos, por la connivencia con jueces federales a quienes12 LA ROSCA POLITICA
tapas de diarios y notas elogiosas de revistas, articulos q doble pigs
{fotos de los numerasos periodistas que se daban cita en i, iar ad len
eC
con mandatarios det yy Pt
roy con politicos locales de diferentes partidos J nivel de exposici do ene,
denuncias en ta primera plana de Pagina/12 y caricatwy’, quel, bi ‘ambien
) l0 mostraban extorsionando Bente o con valijas repletas de diner, Bsas
dibujos, que podrian haber sido una desgracia
parecéan en este caso contribuir a su fama 2 @ la construccion de sy Personaje
Lagos de incomodarto 0 producinle pudor, el exministro ‘Parecéa tomartes con hum,
alenmarcarlos y distanciarse de ellos, tal como hacéan tos otros entrevistadas,INTRODUCCION 13
el gobierno nacional. Parte de ese relativo desconoci-
récter amplioy elusive de sus responsabilidades y
Mientras otros ministerios regulan areas de la
ucaci6n, Salud, Economia, Trabajo,
en gran medida, de articular
intos niveles
os politicos y
; del ca
encion.
Jimitadas —los de Ed
, este se OCU
actores politicos en dis
ad, Pero otra parte de ese descono-
miento proviene
imbitos de interv
vida social mas de
‘ollo Social 0 Defensa:
ses, negociar con
»bernabilid
Desart
elaciones ¢ interes
ssbierno y procurar &¢ ;
Obie oven la poca visibilidad de sus tareas yen Ios medios que
as, En este libro mostraremos que gran parte de la
¢ dirime en ambitos informa-
cimiento f
a realizar
svidad de los armadores del ministerio s
we en reuniones y vinculos interpersonales, en arreglos que conllevan
un alto nivel de discrecién y un acuerdo técito sobre su importancia.
Por sus caracteristicas y por las tareas que desemperia, en esta investi-
gacién tomo el Ministerio del Interior come locus privilegiado para inte-
rrogar la profesi6n politica en la Argentina y la tarea de los armadores
politicos desde Ia vuelta de la democracia en 1983. En este sentido, el
bro tiene un doble foco: él ministerio y sus elencos politicos. El primero
< el escenario de mi objeto de investigaci6n, pues la profesin politica no
ede estudiarse aislada de las organizaciones y situaciones en que se
erce. El libro no hace foco en todo el ministerio y sus diversas atribucio-
cs, sino principalmente en las éreas mas atadas a la coyuntura y aquellas
emplea Pp:
que ocuparon a sus més altas jerarquifas, En especial, se concentra en los
desafios especificos que enfrentaron losactotes!politicos de'este minis:
terio y en los instrumentos y estrategias que emplearon para superarlos.
2Qué dilemas y pruebas debieron afrontar en los distintos momentos his-
ros ut ae de accién consolidaron y cuéles fueron sus criterios
le eficacia? Qué continuidat i e
ns dene enleuliieanedatinidenideadierre ne
as ycompetencias de los funcionatios yen laveladign que even nan
nen con practicas, habilidades y ‘ ier
un caracter fundamenta
ental en este espaci i
— spacio de gobierno.
los veinti ni - br
woah — ahios aqui estudiados, que abarcan desde la
ia
(ioeaameesd asta el final del mandato de Néstor Kirchner
que estas mantie-
saberes de distinto tipo que adquirieron1g LA ROSCA PoLitIca
relacién de confianza con pares en distintas escalas Un cap;
politico y val
tal irre! plazable. Los i. p ’ )
producirian itinerarios prefijados ni tampoco coherencia absoluta en, rm
jas, sino que transmitirian un sentido practico (Bourdieu,
eel Deane de (y fepee hacia) las reglas de fora
comtin, Asi, aquel criterio compartido que los entrevistados expresaban,
para mi gran asombro haria referencia aun conocimiento necesario y va.
Jorado por todos, que elude ciertas preocupaciones omnipresentes ep ia
‘escena piblica (sobre la moralidad, la imagen o la honestidad de los po
liticos) y alude a desafios concretos y situados que tienen que enfrentar,
Por cierto, se puede ser politico de numerosas maneras: tanto por
medio de elecciones (concejales, senadores, diputados, gobernadores,
intendentes o presidentes, entre otros) como por designacién directa
(ministros, secretarios y subsecretarios, asesores, directores de distintas
agencias y demas dirigentes menos visibles que pueblan oficinas 0 reco-
rren el territorio bajo contratos de diverso tipo), en distintos niveles de
gobierno (nacional, provincial, municipal), de forma continua o inter
jos precoces en la militancia y los Partidos
noINTRODUCCION 15,
rato no se debi6 al cardcter tranquilo y armonioso del periodo. Las crisis
ocurridas entre 1983 y 2007 distan de ser desdenables: levantamientos
vcjitares, hiperinflaciones, protestas masivas y recambios presidenciales
“rnticipados han jalonado nuestra historia reciente. Sin embargo, todas
ccs crisis pudieron ser procesadas dentro del sistema politico. Los pro-
fesionales de la politica, sus estilos de negociacién y sus cédigos com-
partis ron en la construcci6n de esa nueva estabilidad, En este
sentido, el Ministerio del Interior y sus profesionales del “armado” con-
por un lado promovieron la
tribuyeron al doble filo de este proces
gobernabilidad del pats y la estabilidad de sus reglas, y por otro hicieron
que muchos procesos se volvieran altamente informales y dependieran
cada vez més de acuerdos poco visibles entre politicos.
El espiritu de cuerpo y el desarrollo de intereses en comin al con-
junto de los profesionales de la politica gravitarén con frecuencia en el
argumento del libro. En gran medida, me inspiro en las reflexiones so-
bre la corporativizacin del sistema politico desarrolladas por Alfredo
Pucciarelli (2002). No obstante, estas paginas no ofreceran una respues-
ta sobre los grados de corrupcién en el perfodo estudiado ni se plegaran
a las habituales denuncias en los medios de comunicacién y entre los
expertos en transparencia del mundo académico y el tercer sector. Como
se sabe, el tema de la corrupcién de la politica devino un problema puiblico
central durante los anos noventa (Pereyra, 2013a) y desde entonces no
abandoné la agenda medidtica. Antes bien, se volvié un objeto recurren-
te sobre el que sedimentaron sentidos comunes antipoliticos y tendié a
establecerse una divisién entre “buenos ciudadanos” (0 “vecinos”) y “ma-
los politicos” (Frederic, 2004). Procuraré comprender el problema antes
que responderlo, ¢ intentaré reflejar los efectos que las sospechas y los
distintos estandares de evaluacién de la actividad politica tienen sobre las
practicas de sus miembros. Como nos recuerda Bernard Lahire (2016),
. sociologia busca comprender y explicar antes que denunciar. Eso no
significa restar responsabilidad a los agentes que estudia sino volver in-
‘eligibles Sus practicas, reinsertarlas en una relacin de fuerzas amplia y
cvilar insinuar que sus acciones se explican por si solas. “Ni excusar, ni
acute (Lahire, 2016; 53): en este caso se tratara de comprender la po-
litica tal como funciona, de intentar una sociologia politica realista que
devuelva una imagen menos encantada, mas informada
in :
de la democracia y sus ladies y menos ingenua16 LA ROSCA POLITICA
“CHEQUERA, POLICIA, VOTOS”. PRUEBAS E INSTRUMENTO
DEL MINISTERIO DEL INTERIOR
Por qué se piensa que el Ministerio del Interior es el ministerig tig
del Gabinete? En principio por sus atribuciones, Tesponsabilidades ae
terlocutores. Al menos hasta la creaci6n de la Jefatura de Gabinere
ta reforma constitucional de 1994-, esta cartera centralizaba la neg.”
eign con losactores del sistema politico en distintas escalas dspontg ie,
potentes instrumentos para entablar esa articulacién e idear estrateg:
que sostuvieran al gobierno en su conjunto. Si repasamos sus func;
legales, veremos que tiene una injerencia determinante sobre algunos
resortes centrales del poder material y simbélico del Estado,
En primer lugar; la ley le asigna responsabilidad en el gobiemo po.
litico interno y el resguardo del régimen republicano, representativo y
federal. Parte central de su actividad implica la articulaci6n entre el nivel
nacional y las provincias: tiene a su cargo la relacién con los gobernado-
Tes y otros politicos subnacionales y ejecuta las intervenciones federales
en las provincias en estado de crisis,
En segundo lugar, concentra una serie de atribuciones en el pla:
no politico-institucional: entiende en las Propuestas de reforma de la
Constituci6n, en la declaracin del estado de sitio y en la concesién delINTRODUCCION 17
de Justicia mediante argumentos formales referidos a la Gptica de dere-
chos que debia regi la seguridad ciudadana, pero siempre estuvo ligado
cn la préctica al perfil de los ministros que ocuparon esas carteras (ya su
capacidad cle negociar para retener esas atribuciones). ;
En un plano menos formal, desde este ministerio se negocian leyes
fundamentales para la Presidencia con los bloques propios y ajenos de
diputados y senadores, se procuran alianzas ion todo el territorio para
asegurar el poder del Ejecutivo, se proyectan e implementary eateatenens
de muy distinto tipo ante situaciones criticas para el gobierno nacio-
nal. El repaso de los instrumentos con que cuenta mostrara hasta qué
punto las tareas informales de sus funcionarios superan con creces sus
deberes formales.
Cuando se les pregunta a quienes ocuparon sus peldaiios mas altos
qué es este ministerio y qué significa en el seno del Gabinete, las res-
puestas siempre desgranan una confirmaci6n casi tautolégica: “Es el
ministerio politico”.
Es el ministerio politico, no es un ministerio muy técnico, con ex-
cepcidn de esas cuestiones a las que haciamos referencia [el
Renaper y Migraciones]. Es un ministerio que interviene en si-
tuaciones delicadas, que tiene caracteristicas eminentemente po-
liticas. No estudia la asignacién de un recurso como puede ser el
Ministerio de Economia 0 el de Obras Puiblicas. Es un ministerio
que trata aquellas cuestiones de la buena relacién que es necesario man-
tener con el resto de los gobernadores; y a su vez en aquel entonces
(durante la presidencia de Alfonsin], y todavia de alguna mane-
ra ¢s asi, este ministerio tenia a su cargo el manejo de la Policia
Federal, de tal modo que habia que atender muy puntualmente
estas cuestiones y esto nos obligaba en mas de una oportunidad
a recorrer las provincias [...] De tal manera que es un ministerio
de relacién, zno es cierto? [un ministerio que se ocupa] de supe-
rar dificultades que puedan llegar a existir desde el punto de
vista politico buscando mediaciones 0 intervenciones directas 0
indirectas, que intenta solucionar problemas (subsecretario y
luego secretario de Provincias durante la presidencia de Ratil
Alfonsin, entrevista con la autora el 27/5/2009).
Es el ministerio politico por definicién, mas alla de que tie-
ne algunos organismos que no hacen esencialmente a €s0,
como Migraciones. Pero es un ministerio fundamental en el18 LA ROSCA POLITICA
sentido politico (secretaria de Asuntos Politicos ¢
presidencia de Fernando de la Ria, entrevista con i
el 13/8/2009).
Este cardcter “politico por definicién’” remite, para sus n
centralidad en la negociacién con otros representantes
articulacién de intereses en conflicto, en la gestién de
parto de fondos, obras y asistencia de todo tipo por p
nacional. Segiin la definicién de un exministro, es un
el clima politico y apuesta a generarlo:
[El Ministerio del Interior] es el ministerio politico. ¥
Senera la temperatura politica en el pais [...] es elINTRODUCCION 19
écnica y financiera con los gobiernos provinciales y municipales”
Fs que los resortes de poder que tuvo bajo su égida
fueron considerables. Encargado de tareas tan dlisimiles como adminis-
or oas de dinero para las provineias no fijadas a priori, organizar los
la policia, sus protagonistas subrayan la
litica, t
(Oszlak, 2000: 7).
rar
actos electorales y comandar a
singularidad de estas atribucion
La elecci6n, la relacion con los gobernadores, la plata de ayu-
da a las provincias y la policia juntos?! Eso se hace en México,
que no es el mejor modelo. democratic del mundo. jEso es
pal’ PRI! Todas esas cosas juntas: ;chequera, policéa, votos! Eeeepa,
es demasiado. jEso es pal’ PRI! (ministro del Interior duran-
te la presidencia de Carlos Menem, entrevista con la autora
el 22/10/2009).
En efecto, esos instrumentos que el exministro sintetiza lacénicamente
como “chequera, policia y votos” supusieron, en distintas épocas, una
importante concentracién de poder. Dejando de lado su ironia sobre
el PRI, que quiza en México replicarian para referirse al peronismo y su
relacién con el poder, la magnitud de los temas atendidos por esta car-
tera y los recursos para hacerles frente fueron muy significativos durante
parte del periodo analizado.
Uno de los principales pilares de ese poder se bas6 en los instrumen-
tos de mediacién y negociacién con las provincias. Por un lado, Interior tuvo
la responsabilidad, junto con el Ministerio de Economia, de negociar
la Ley de Coparticipacién Federal" y los Pactos Fiscales,! que establecen
cémo se reparten los impuestos federales recaudados por la Naci6n entre
las distintas provincias, En pocas palabras: el gasto ptiblico se distribuye
aproximadamente en partes iguales entre el Estado nacional y los gobier-
nos subnacionales (provincias y municipios), pero la recaudacién queda
mayormente a cargo del Estado central. En 2007, en cifras redondas, el
50% del gasto ptiblico era ejecutado por la Naci6n, el 40% por las pro-
vincias y el 10% por los municipios, mientras el 80% de todos los recur-
= tibutarios era recaudado por el Estado nacional (Geryasoni, 2011).
Sobre la base de esta centralizacién de los recursos y su responsabilidad
3 Vencida en 1984, durante el alfonsinismo se intents sin éxito
por tlkimo se instaur6 tuna nueva en la reforma de la Constitucién de 1904.
4 Estos tuvieron lugar en 1992 y 1993; volveremos
capitulo 4. y sobre el tema en el}20 LA ROSCA POLETICA
de asignarlos, el nivel central fue denominado “Estado cajero® (
2001), dado que la mayoria de las provincias se financian en, gran lak,
vnediante transferencias del Estado nacional y este, al poser la nt®
de la caja”, ejerce un poder de veto sobre el destino de esos ree
siempre basado en criterios neutrales. De todos modos, «
suponer la dependencia o sumisién automatica de las pro
tro seria un error, Se trata, en cambio, de un vinculo de mutu
pendencia en que ambas partes poseen recursos desiguales (fi
politicos, sociales, contextuales) para hacer valer sus intereses,
Otra herramienta fundamental para aceitar los vinculos con.
cias fueron los famosos Aportes del ‘Tesoro Nacional (ATN). Este for
creado por ley en 1988, representa el 1% de los rect partic
yel Estado nacional, a través de la cartera de Interior, tien
ee entre las provincias de modo discrecional se
como “situaciones de emergencia quilibrio:
los gobiernos provinciales”.? Asi, cae ‘INTRODUCCION 21
» otros medios de: vinculacién con las provincias: desde las
4 tedra”® administradas por la Secretaria de Municipios, que su-
tor ie vinculacién politico-técnica y la creacién de redes con fun-
seit were hasta las significativas intervenciones federales. Una
pi implica la remocién del gobernador de la provincia y todo
abinete, y la designacién de uno sustituto de forma interina por el
; en contextos de crisis institucionales,
Existel
su Gi
Estado nacional. Se Ilevan a cabo
snestabilidad politica, crisis econdmicas significativas -en general, acom-
pasadas por la falta de pago a empleados piblicos durante meses 0 pro-
testas masivas y fuerte represién; en fin, situaciones que se definen como
fuera de control en los sistemas politicos provinciales.” Durante el perio-
do 1983-2007 hubo ocho intervenciones federales repartidas en cuatro
provincias.'° Los funcionarios de Interior al frente de esas intervenciones
procuraron estrategias in situ que neutralizaran el conflicto provincial ya
la vez significaran un rédito politico para el gobierno nacional. Ademas,
para muchos Ejecutivos provinciales o municipales, las primeras y segun-
das lineas del Ministerio del Interior representaron mediadores para fa-
cilitar fondos de otros ministerios: a través de ellos pudieron destrabar
recursos en las areas de Desarrollo Social u Obras Publicas.
En un nivel menos formalizado, esta cartera gestiona la negociacién
de leyes importantes para el Poder Ejecutivo con los representantes de
las dos camaras del Congreso y funciona como mediadora de muiltiples
acuerdos entre los partidos politicos mayoritarios. Sus responsabilidades
constitucionales en los proyectos de reforma politica fueron uno de los
canales institucionalizados para encauzar ese vinculo, pero en términos
mas amplios el Ministerio del Interior fue un espacio articulador del dia-
logo politico con las distintas fuerzas desde el Poder Ejecutivo a lo largo
de todo el siglo XX (Heredia y Gené, 2009; Canelo, 201 4a). Mas tarde, la
figura del jefe de Gabinete disputaria esa centralidad, de forma diferente
en cada uno de los gobiernos, como veremos en los capitulos 5 y 6. En un
8 Son contratos para dictar cursos de formaci6n en distintas instancias. Muchas
ces se ulizan para contratar personal ocomplementarel sicko de alga-
9 Esta prerrogativa implica una gran dosis de poder para el Estado nacional
¥en distintas ocasiones fue aprovechada para fomentar coaliciones electo-
Tales ysalidas de crisis que favorecieran a los aliadlos politicos el gobierno
2001; Serrafero, 2007).
arecen haber disminuido para dar lugar a
le conflictos internas de las provincias, como la destitucidn por
lo a elecciones (Rodrigo, 2011),ae LAROSCA POLITICA
rincipio se supuso que el jete de Gabinete acsitteat el presidenciay:
iat argentino, pero em Jos hechos se consolid6 como un nuevo mini
politico que compartio funciones y protagonismo con los Tesponsableg
de Interior."
Enloatinente. lasclecciones, el Ministerio del Interior es el pring}
responsable de st. organizacién material: en articulacién con la ‘justicig
electoral realiza el empadronamiento de los ciudadanos, aprueba lista
yeandidatos, garantiza la distribucion de urnas en todo el territorio na.
cional, supervisa el recuento de votos y comunica los resultados definiti
‘vos. Pero: enaun: nivel menos formalizado, el ministerio es un lugar claye
donde se tejen alianzas y apoyos para (intentar) ganar elecciones. En sus
areas menos burocriticas se trazan estrategi:
7m 25 ‘gias para favorecer las listas y
candidatos del oficialismo en todos los puntos del a
dos para apuntalar campaiias electoral pais y se derivan fon.
delmini "i : les. En este sentido, la ubi
ministerio en la intersecci6n entre Esta i ubicacién,
nistre en simultineo los mecanism do y gobierno hace que admi-
10s estables y rutinarios de la
ciones aINTRODUCCION 23
eso antes de ser secretario de Seguridad Interior
dos aios— resume asf la proximidad de la polici
jmiento de situaci6n re-
seguridad en el Congr
gel ministerio durante
con distintos negocios
(querido para tratar con ellos:
¢ ilegalismos, y el conoc
cuando tenés un didlogo personal intenso, te conocen ad
hace quince atios, y vos lo conoeés al que es jefe de oe es
de que era comisario. Vos podés sentarte y decirle “Veni, no
te hagas el pelotudo” (con bronca, determinaci6n], “Esta es ast,
termina con esta joda, no la hagas”. ¥ el tipo no te puede de-
cir que no. Porque él sabe que yo sé (secretario de Seguridad
Interior durante la presidencia de Carlos Menem; ministro
del Interior durante la crisis de 2001, entrevista con la autora
el 30/10/2009).
Para los entrevistados en esta investigacion esa ambigiiedad estaba siem-
pre presente: sin sus atribuciones sobre la seguridad interna, el ministe-
rio quedaba muy debilitado, pero la complejidad de su manejo impli
ba cuidarse de posibles maniobras de desestabilizacion. Un exministro
radical lo explicé en estos términos; “Lidiar con las fuerzas de seguridad
es todo un tema, [ya] que vos no sabés cuando te ponen una cascara de
banana tus propios subordinados”."®
Por todo lo dicho hasta ahora, en este ministerio se enfrentaron pruc-
bas relacionadas con la coyuntura politica y el equilibrio de poder entre
¢l Estado central y las provincias, por un lado, y entre el oficialismo y los
distintos representantes de la oposicién, por otro. Para lidiar con esos
desafios complejos, sus funcionarios contaron con instrumentos pode-
Fosos y cambiantes a lo largo del tiempo, como veremos en los distintos
esata anlfassicaes aucaenentomenyoneenee ete
“detrés de escena” de la politica y a | mee inet eden cae
cosechar alianzas, a pacts ° ecu earned Goan
nominee “i . menos perdurables y respaldos piiblicos
punto de mira sobre lo que llamamos “politi-
“acon miniscula” y constituye un escenario privilegi
; ario privilegiad: j
'os armadores politicos. ar weaeag oleebae
12 Ministro del Interior di
lurante |; “
‘con la autora el 3/9/2009, Penceneia de Fernando de la Rita, entrevisBi LITICA
24 LA ROSCA POL
SCA POLITICA: EL TRABAJO DELANTE.
DETRAS DE ESCENA DE LOS ARMADORES
érmino “politica” es polisémico y admite un espectro amy a
aed papier tude rotmanstae Y restrictivas hasta las mama
abarcadoras, su definici6n es variable en el tiempo y los espacigg MY
(Lagroye, 2003). En este libro mostraremos que los armadores de, ie
nisterio del Interior se ocupan de lo que podriamos denominar "Dolitg
con mintscula’. Es decir, no tanto de elaborar grandes proyector ae
mesas de futuro cuyo objetivo explicito es moldear el curso de la hi
sino de negociar en el entramado cotidiano de actores e imtereses ge
actian en el Estado. Esa politica “con miniscula” remite al detrais dees.
cena de muchas decisiones ptiblicas, al conjunto de acuerdos y alianzas
forjadas para movilizarlas, a la lucha por el poder y su ejerci
En este sentido, se acerca a lo que, en términos nativos ¥ coloquiales,
sucle denominarse “rosca politica”, Es decir, el trabajo de agregacién de
intereses y voluntades entre pares, la negociaci .
Yla resolucién de conflictos propios del campo politico. “Rosca”, al igual
que “trenza”, es un término utilizado por los propios actores, a veces
‘con una: 16; Peyorativa y otras, meramenteINTRODUCCION 25,
)s, 2011; Manzano,
jucién de problemas @ nivel barrial (Vommaro y Quit kana
soo, Auyero, 1998), este libro buscar echar luz sobre un trabajo pols
co menos explorado: el que realizan los a madres a nivel nacional.
Ls armadores politicos son. expertos en intermediaci6n entre pares
para cerrar acuerdlos, viabilizar decisiones y garantizar apoyes. Por tanto;
pee también grandes “tiempistas’, conocedores de los ritmos y detalles
que construyen los vinculos entre dirigentes, funcionarios y referentes
partidarios con intereses cruzados pero también con ciertas coinciden-
cias que los acercan por el solo hecho de compartir un mismo wniverso
o,en términos de Bourdieu, un juego en comtin, El término “armado” lo
sugiere sin ambages: son. constructores de vinculos y bases para sostener
proyectos politicos de distinto alcance. Como tales, son necesarios para
el funcionamiento cotidiano de la politica y para contribuir a la goberna-
bilidad de los oficialismos en distintas escalas.
La actividad politica tiene diversas facetas: desde la construccién de
grandes horizontes de sentido y la solucién de problemas para grupos
especificos hasta la lucha por el poder y los cargos de quienes pugnan
por imponer ¢ implementar esas definiciones. Ningiin politico lo desco-
noce y ningiin proyecto puede descuidar esas facetas. “La politica es al
mismo tiempo lucha y construccién, El que desprecia la lucha duerme
afuera”, sostienen Miguel de Luca y Andrés Malamud (2018). En efecto,
la lucha es parte constitutiva de la politica, y en este sentido adquiere una
importancia central ganar, imponerse, conseguir llegar y mantenerse en
el poder para -en el mejor de los casos y entre otras cosas— implementar
las politicas ideadas.
A esta acepcién en particular, a esta politica “con mintiscula” se dedi-
can principalmente los armadores del Ministerio del Interior. Como vi-
mos, este es el ministerio de “la politica” en tanto se ocupa de la negocia-
cin cotidiana con actores representativos 0 con capacidad de decisién
en distintos niveles del Estado argentino, de la construccién de poder
Y apoyo territorial para el partido en el gobierno, y del mantenimiento
“ % ne coyunturas criticas sobre la base de instrumen-
, en lineas generales, también oficia como vocero
Presidencial y es una de las caras visibles en la comunicacién politica
del gobierno,
‘ En ese sentido, es fundamental seiialar que existen muchos tipos de
armadores. Ellos (yen muy menor medida, ellas) operan en distintos es-
Pacios de gobierno y con niveles de visibilidad variables. Cada una de las
scalas en que realizan su trabajo politico supone lenguajes especificos y
“Titerios de reconocimiento diferentes, por lo cual deben ser competentes96 1A Rosca POL
adaptarse a ellos (Hurtado, Palading
iniiprenatios ie Vo
9018), Hay armadores en el Poder Ejecutivo y en el Legis) ¥ Vom, '
2018). stidos y en los movinientos sociales, hay, , hay
madores en los pal ative, ha
. ; eso. Su trabajo de interme: ts
ea giigcotn oe ens cacionalch y otras con referent
me ps i, re om
algunos politicos funcionan coma a Bi Pcp ȴ su trabajo,
consiste en vincularlos con distintos actores relevantes, allanar el cay
fa sus carreras, construir estrategias que les permitan diferenciarse y
cer politicamente” (Soprano, 2009). Los armadores de los partidos ye
Jos movimientos suclen operar en las sombras: arman reuniones y tg
vinculos con otros grupos y referentes sin tener cargos formales que |g,
habiliten a desempefiar ese rol. Muchas veces el poder que detentan vq
de la mano de su baja exposici6n, de una discrecién que facilita la rosea
entre pares y el secreto sobre los términos en que se cierran acuerdos,
Para muchos, de hecho, el término “armador” remite a personajes
poco visibles, con quienes es necesario hablar y cuyo nombre todos
conocen dentro de una organizacién, pero que jamas ocupan las pri-
meras lineas de ningtin organigrama o lista de candidatos. Otras veces,
cn cambio, los armadores trabajan en Puestos visibles y altamente ins.
Stucionalizados, como la presidencia de la camara de Diputados
jefaturas de bancadas numerosas en el Congreso. Su labor es —_
luntades; procurar disciplina p; i
@ los discolos, escuchar s i
conecta a vecesINTRODUCCION 27
apongan ciertos candidatos, que se aprueben presupnestos, que se
wrraticen conflictos...
jnverviniendo en el dia a dia, muchas de sus practicas son particular.
senve informales. No obstante, esto no hace que sean menos “perfor-
.anves”, en el sentido de que tengan efectos concretos o dejen de fun-
soy expectativas y permitir interacciones entre sus miembros. Hace ya
scone altos, Guillermo O’Donnell sefialaba la necesidad de reflexionar
4< ai de lo formal para explicar el funcionamiento de las institucio-
ses em Ja vegin y subrayaba la relevancia del componente informal en
«< democracias latinoamericanas (1996). Otras reflexiones mostrarian
os tarde que la informalidad en los partidos y las agencias estatales
oo es mecesariamente sinénimo de debilidad o ineficacia (Helmke y
Lewistky, 2006). Por el contrario, este tipo de instituciones supone re-
tes compartidas socialmente, creadas y comunicadas fuera de los ca-
males sancionados oficialmente, rutinizadas hasta cierto punto y capa-
es de instaurar expectativas sobre comportamientos futuros y formas
de reciprocidad.
Por todo lo dicho, los armadores no son patrimonio de este minis-
sone sino que pueblan muchos otros espacios, a veces formales y otras,
ormales. Del mismo modo, no todos los ministros que pasaron por
is cartera de Interior o sus colaboradores fueron grandes armadores,
ome yeremos mas adelante. Pero este escenario provee una ventana
petvilegiada para observarlos y para comprender el trabajo que realizan,
les mecanismos y recursos en que se apoyan, los desafios hist6ricos que
savesaron y los medios que consolidaron para enfrentarlos a lo largo
dei tempo.
(O° 0RACIONES METODOLOGICAS:
4 PROPOSITO DE LAS ENTREVISTAS
cone meses me fue imposible conseguir datos sobre la cantidad de personal
winicterio, presuprestos de sus diferentes dreas 0 ntimeros concretos sobre Su
ucin en A tiempo. La existencia 0 no de una biblioteca donde pudiera estar
pomible esa informacién constituia un misterio. Tras consular varias veces
dfomicamentey en su pagina web, Negué a creer que no existia, pero uno de los
cntrevitados me dijo que pensaba que debia encontrarla y me contacto con wn
Suncvmario de la burocracia media del ministerio para que puiliera preguntarle.
14 entrevista, en el propio Ministerio del Interior, fue ilustrativa en varios as-