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Proceso Laboral-Plazo Razonable
Proceso Laboral-Plazo Razonable
Fecha: 25-ago-2016
Producto: LJ
Sumario: I. Tiempo y derecho. II. Tiempo y proceso. III. Tiempo y duración razonable del
proceso laboral. IV. Plazo razonable y caso concreto. V. Conclusiones.
«Por un lado, era de interés general terminar rápidamente con el proceso; pero, por otro, las
investigaciones tenían que ser exhaustivas, en todo respecto». - Franz Kafka (El proceso)
I. TIEMPO Y DERECHO
El tiempo entonces, desempeña un rol esencial en la situación existencial del ser humano.
Precede a su existencia y sobrevive a ella. Dice Cançado Trindade: «Si bien todos vivimos en
el tiempo, el tiempo del cosmos, no es el tiempo de los humanos». A su vez, el tiempo
envuelve a todos, los que imparten justicia y los que la deniegan. Agregamos a los que
contribuyen con el poder para someter, apoderándose de la vida, y los que resisten al poder y
la opresión.
El tiempo impregna nuestra existencia de memoria, lo que permite la búsqueda del sentido de
cada instante de la historia. El tiempo de los humanos requiere la verdad, la memoria y la
justicia, pues el olvido y la impunidad privarían a la vida de sentido y la llenarían de maldad (2).
Siguiendo al pensamiento del jurista brasileño, digamos que el factor tiempo es inherente a la
ciencia jurídica. Es un elemento determinante en el nacimiento y ejercicio de los derechos. Es
de tal importancia que, actualmente, resulta imposible concebir el derecho (positivo)
independientemente del tiempo. Porque aquel debe acompañar los constantes cambios de las
estructuras sociales y de la conciencia jurídica imperante (en los planos interno como
internacional), para prever los nuevos supuestos de hecho y dar respuesta satisfactoria a
estos.La ciencia jurídica contemporánea reconoce que el contenido y la eficacia de las normas
jurídicas acompañan la evolución del tiempo, no son independientes de este.
Al hacerse cargo del tiempo existencial de los seres humanos, el derecho vino al encuentro de
estos, destinatarios últimos de sus normas de protección (3).
La Corte IDH ha establecido que es preciso tomar en cuenta cuatro elementos para determinar
la «razonabilidad» del plazo: a. la complejidad del asunto, b. la actividad procesal del
interesado, c. la conducta de las autoridades judiciales y d. la afectación generada por la
duración del procedimiento en la situación jurídica de la persona involucrada, considerando,
entre otros elementos, la materia objeto de controversia. Por lo que, si el paso del tiempo incide
de manera relevante en la situación jurídica del individuo, resultará necesario que el
procedimiento corra con más diligencia a fin de que el caso se resuelva en un tiempo breve
(4).
1. En cuanto a la complejidad del asunto, estimamos que es un concepto que debe ser
valorado junto con la especialización de los tribunales del trabajo.En las jurisdicciones en que
se cuenta con estos, creemos que la duración del proceso debe ser mínima en aquellos casos
menos complicados (p. ej.: despidos, accidentes, tutela sindical).
2. La actividad procesal de las partes. Guarda estrecha relación con el tipo de procedimiento
laboral vigente. Veamos las reflexiones de Elffman, ante la inexistencia de un proceso laboral
específico y autónomo: «... la "simetría" forzada entre aquel y uno común -que parte de
supuestos de menores desigualdades-, conduce a una pendiente en que, la teoría de la
prueba, su apreciación y valoración, carecerán de la prelación jurídico procesal de los
trabajadores, como de la tutela de indemnidad de sus créditos alimentarios» (5).
Un rol decisivo tienen los jueces, directores del proceso, que a través de la inmediación, la
concentración, celeridad y economía procesal deberán hacer efectivo el principio protector (art.
14 bis de la CN). Aquellos habrán de distinguir con prudencia entre las acciones y las
omisiones de los litigantes que tienen como objetivo la defensa de sus derechos y aquellas
otras, que solo sirven a la demora, calificando la conducta procesal de las partes.
En otro ensayo, nos hemos ocupado de la relación intrínseca (conducta de partes, actuación
de los jueces), y de cómo inciden en el proceso laboral -negativamente- las defensas dilatorias
y su correlato: la pasividad de los tribunales (7).
Dicho de otro modo, por un lado al poseedor de su fuerza de trabajo y por el otro al poseedor
de los medios de producción y de subsistencia.
El art. 14 bis de la CN no tiene otra finalidad que hacer de todo hombre y mujer trabajadores,
sujetos de preferente tutela constitucional (9). La Constitución Nacional asume el carácter de
una norma jurídica y en cuanto reconoce derechos, lo hace para que estos resulten efectivos y
no ilusorios, sobre todo cuando se encuentra en debate un derecho humano (10). El hombre
no debe ser objeto de mercado alguno, sino señor de todos estos (11). El trabajo humano no
constituye una mercancía (12). Corresponde dar un decidido impulso hacia la progresividad en
la plena efectividad de los derechos humanos (13). Debe aplicarse el principio «pro homine»,
que determina que el intérprete deba escoger dentro de lo que la norma posibilita, el resultado
que proteja en mayor medida a la persona humana (14). El salario es el medio por el cual el
trabajador «se gana la vida» y muestra la directa e indisociable atadura que une a la
remuneración con la vida misma de un empleado y, regularmente, de su familia (15). Ganarse
la vida es obtener, como mínimo, lo necesario para acceder a la salud; a la educación; a la
cultura; a un nivel de vida adecuado, lo cual incluye, alimento adecuado, vivienda adecuada y
vestido adecuado; al descanso, entre muchos otros bienes del terreno de los derechos
humanos económicos, sociales y culturales (16). Estas proyecciones, por alcanzar a la familia
del empleado, permiten vincular la presente problemática con la «protección integral» de
aquella (art.14 bis de la CN) (17). El art. 20 de la LCT establece la gratuidad del proceso como
uno de los pilares del derecho del trabajo, encaminada a hacer real y efectiva la defensa en
juicio (18). El art. 20 de la LCT determina que la vivienda del trabajador «no podrá ser afectada
al pago de costas en caso alguno». Es la efectiva concreción de las garantías constitucionales
establecidas a favor del trabajador a fin de posibilitar el acceso a la jurisdicción en defensa de
sus derechos laborales (19). El valor de la vida humana no resulta apreciable tan solo sobre la
base de criterios exclusivamente materiales (20). La indemnización -accidente de trabajo- debe
reparar integralmente, o si no se afecta la dignidad de la persona y el derecho de propiedad
(21). Los acreedores laborales cuentan con una especial tutela, a fin de procurarles la real
satisfacción de los créditos adeudados que revisten carácter alimentario (22). El trabajador no
debe asimilarse a un acreedor financiero o a un acreedor comercial (23).
Somos conscientes de que, aun evaluando la generalidad con que han sido elaborados los
parámetros proporcionados por la Corte IDH, ellos son valiosos para ser aplicados como
estándar, en cada caso concreto.
Así, dice García Ramírez: el exceso de trabajo no puede justificar la inobservancia del plazo
razonable, el que no es una ecuación nacional entre volumen de litigios y número de
tribunales, sino una referencia individual para el caso concreto. Todas aquellas carencias se
traducen en obstáculos, desde severos hasta irremontables, para el acceso a la justicia.
¿Dejará de ser violatoria de derechos la imposibilidad de acceder a la justicia porque los
tribunales se hallan saturados de asuntos o menudean los asuetos judiciales?(24).
Debemos precisar que el plazo del proceso debe ser considerado desde el inicio mismo de los
reclamos administrativos y no ya desde el comienzo de la etapa judicial posterior (25).
Asimismo, la etapa de ejecución de las sentencias es parte integrante del proceso (26). En
consecuencia, debe ser contemplada a la hora de examinar la razonabilidad del plazo de un
proceso judicial. La tutela judicial efectiva se concreta cuando la solución final de toda
controversia tiene lugar en un plazo razonable.
V. CONCLUSIONES
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(1) BORGES, Jorge L.: Historia de la Eternidad, Emecé, Obras Completas I, p. 353 y ss.; aut.
cit.: Nueva refutación del tiempo, op. cit. II, p. 135 y ss.
(2) Corte IDH, Caso del «Penal Miguel Castro Castro vs. Perú», S. 25/11/2006, (Fondo,
Reparaciones y Costas), Voto Razonado Cançado Trindade, consids. 4 y 5.
(3) Corte IDH, OC 16/99, 1/10/1999, Voto concurrente de Cançado Trindade, consids. 2, 3, 4.
(4) Corte IDH, «Caso Valle Jaramillo y otros vs. Colombia», S. 27/11/2008, (Fondo,
Reparaciones y Costas), consid. 155.
(5) ELFFMAN, Mario: Cuestiones y cuestionamientos de la Justicia del Trabajo. Santa Fe,
Rubinzal-Culzoni, 2013, p. 52 y ss.
(7) BOLESO, Héctor H.: «Proceso laboral: Ejecución de sentencia y dignidad humana», en
Nuevas Herramientas Procesales II, Rubinzal Culzoni, 2013, p. 327 y ss.Allí se citan fallos de
algún Tribunal, que ignora la prohibición legal de conceder recursos de apelación al ejecutado,
en el trámite de ejecución de sentencia.
(9) CSJN, 21/9/2004, «Aquino», MJJ3125; CSJN, 14/9/2004, «Vizzoti», MJJ3038; CSJN,
18/6/2013, «ATE», MJJ79479.
(11) Ibídem.
(12) Ibídem.
(13) CSJN, 21/9/2004, «Aquino», MJJ3125; CSJN, 26/10/2004, «Milone», MJJ3109; CSJN,
3/5/2007, «Madorrán», MJJ10979.
(16) Ibídem.
(17) Ibídem.
(23) Ibídem.
(24) Corte IDH, Caso «Valle Jaramillo y otros», S. 27/11/2008, Voto razonado de García
Ramírez, consid. 7.
(25) Comisión IDH, Informe 3/01, Caso 11.670, «Amílcar Menéndez, Juan Manuel Caride y
Otros (Sistema Previsional)», Argentina, 19 de enero de 2001, «El acceso a la justicia como
garantía de los derechos económicos, sociales y culturales. Estudio de los estándares fijados
por el Sistema Interamericano de Derechos Humanos».
(26) Corte IDH, Caso «Acevedo Jaramillo y otros», S. 7/2/2006, Voto Razonado de Cançado
Trindade, consids. 3, 4.
(*) Abogado. Juez del Juzgado Laboral Nº 1, 1ª Circunscripción Judicial Corrientes. Miembro
Honorario de la Comisión de Jóvenes Abogados del Colegio de Abogados de la Ciudad de
Corrientes. Miembro de la Red Iberoamericana de Jueces. Miembro del Comité de Redacción
de la Revista Científica del EFT. Disertante en numerosas conferencias sobre derecho del
trabajo y derechos humanos. Replicador del Programa de Capacitación para una Justicia con
Perspectiva de Género, OM, CSJN. Autor de publicaciones sobre temas de su especialidad.