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os tehuelches, aonikenk o patagones son un pueblo indígena de la Patagonia en

América del Sur, cuyos exponentes actuales viven en Argentina.

El nombre complejo tehuelche ha sido usado por investigadores en sentido amplio para
agrupar a un conjunto de pueblos amerindios de la Patagonia y la región pampeana.
Diversos especialistas, misioneros y viajeros han realizado propuestas para agruparlos
teniendo en cuenta la similitud de sus rasgos culturales, su vecindad geográfica y sus
idiomas, aunque entre ellos se hablaban idiomas que no estaban emparentados entre sí,
y su distribución geográfica era extensa.2

Nombre
Según el cronista Antonio Pigafetta de la expedición de Fernando de Magallanes en
1520, este llamó «patagoni» a los indígenas que encontró en la bahía San Julián. En su
Historia general y natural de las Indias el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo en
1535 explicó que ...nuestros españoles les llaman patagones por sus grandes pies, con
lo que está de acuerdo el historiador Francisco López de Gómara en 1552. De esta
forma, el primer nombre que usaron los españoles para referirse a los tehuelches fue el
de patagones. Sin embargo, algunos investigadores sin bases verificables especularon
que Magallanes podría haberse inspirado en el monstruo con cabeza de perro de la
novela Primaleón de 1512, llamado «Pathagon».34

De acuerdo a la opinión más difundida, la palabra tehuelche proviene del mapudungún


chewel che, cuyo significado sería «gente bravía», «gente arisca» o «gente de tierra
estéril».5 Otra versión sugiere que podría derivar del nombre de una de sus
parcialidades, los teushen, más la palabra mapuche «che», que significa ‘gente’ o
‘pueblo’.

El término "aonikenk" es una castellanización del nombre que se dan a sí mismos,


aonek'enk, "sureño".

Clasificaciones
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Este aviso fue puesto el 26 de agosto de 2021.

La clasificación de los pueblos indígenas que habitaron la región pampeana y la


Patagonia es confusa a causa de los distintos términos que se utilizaron para denominar
a los grupos poblacionales nativos de esas regiones del sur de Sudamérica. Son varias
las causas que dificultan el establecimiento de una clasificación única y acabada. Entre
estas circunstancias cabe mencionar la extinción de algunos de estos pueblos, sumado a
las vastas extensiones que impidieron que los exploradores españoles que los
reconocieron tomaran contacto con todos los grupos o, en otros casos, que las
migraciones estacionales que solían practicar recorriendo grandes distancias hicieran
que quienes los observaban sobreestimaran el número de individuos de un pueblo o el
rango de distribución de un idioma. Conjuntamente con todas estas causas, la irrupción
de los mapuches o araucanos desde el oeste transformó profundamente su realidad
cultural, mixogenizando y absorbiendo a las etnias de la pampa y centro y norte de la
Patagonia, produciendo la araucanización de gran parte de los antiguos habitantes.
Finalmente, la posterior Conquista del Desierto llevada a cabo por el Ejército Argentino
condujo a la casi extinción de estas comunidades indígenas. A todo este panorama se
suma el desacuerdo entre los investigadores.

A fines del siglo XIX los exploradores como Ramón Lista y George Chaworth Musters
los llamaron “tsóneka”, “tsónik” o “chonik”. La mayoría de los especialistas están de
acuerdo en que el río Chubut separaba a dos grandes subdivisiones: los «tehuelches
meridionales» y «tehuelches septentrionales», y que los primeros se extendían por el sur
hasta el estrecho de Magallanes, mientras que los segundos llegaban por el norte hasta
los ríos Colorado y Negro. La presencia o no de tehuelches en la región pampeana es
motivo de desacuerdo entre los investigadores, que tampoco se han puesto de acuerdo
sobre la existencia de una subdivisión separada denominada «pampa», y de cuál es la
relación y límites que tenían con los mapuches.

Idiomas

Clasificación de los idiomas tshon, según Roberto Lehmann-Nitsche.

Las diferentes etnias conocidas con el término amplio de «tehuelches» hablaban


idiomas cuyo número y relación han sido objeto de opiniones distintas. Para Roberto
Lehmann Nitsche las lenguas de la Pampa y la Patagonia se dividían en dos grupos, las
lenguas tshon y las lenguas het. La evidencia disponible distingue entre seis lenguas en
el complejo: las de la familia chon (teushen, aoenek’enk, selknam y haush), el idioma
de los gününa küne y el idioma de los querandíes.

La lengua de los aonekkenk parecería más estrechamente relacionada con la de los


teushen (tshon centro-oriental), estas a su vez guardan un parentesco más cercano con
los idiomas de la isla Grande de Tierra del Fuego (tshon meridional). Se ha propuesto
que existe una relación entre estos cuatro idiomas y el idioma de los gününa küne.
Escalada consideró que todo el complejo tehuelche tenía un tronco lingüístico común,
que denominó ken (‘gente’).

Hasta el siglo XIX se reconocían los siguientes idiomas:

 los gününa küne hablaban el gününa yajüch (o günün a'ajech, o puelche, o


gününa küne), cuya relación con los demás idiomas del grupo es discutida y a
menudo se lo considera una lengua aislada a falta de más información;
 los «tshoneka centrales», es decir, los ubicados en la actuales provincias del
Neuquén, Río Negro y el norte de la del Chubut (entre los gennakenk al norte y
los aonekenk al sur), hablaban el idioma llamado pän-ki-kin (peénkenk).

En la Patagonia central existía asimismo un antiguo idioma de transición entre el


penkkenk y el aonekkenk, llamado tehuesh (tewsün, téushenkenk o teushen) y fue
paulatinamente suplantado por las voces aonekenk. Sin embargo, gran parte de la actual
toponimia de la meseta central conserva aún hoy sus raíces tewsün, como por ejemplo el
vocablo «chupat» del cual proviene el nombre de la provincia, Chubut.
Finalmente los aonekenk ("sureños") hablan el idioma conocido habitualmente como
tehuelche o tshoneka o aonekenk, que constituye el idioma actualmente más estudiado
del grupo y el único que continúa siendo usado. Existe un grupo de gente que intenta
recuperar su lengua a través del programa "Kkomshkn e wine awkkoi 'a'ien (No me da
vergüenza hablar en tehuelche). Se ocupan de la difusión de la lengua y su cultura a
través de la organización Wenai sh e pekk, que cuenta con un blog de difusión. 6

Estudios del gününa yajüch

En 1864 Hunziker registró un vocabulario y fraseario del idioma que llamó genakenn en
el área de Viedma. En 1865 el explorador Jorge Claraz recorrió desde el sur de la
provincia de Buenos Aires hasta el Chubut siendo guiado por algunos guías hablantes
del gününa iajëch, recogiendo topónimos, léxico y frases en su Diario de viaje de
exploración al Chubut (1865-1866).

En 1913, Lehmann Nitsche utilizó los datos recogidos por Hunziker y por Claraz para
crear un vocabulario comparado de idiomas tehuelches: El grupo lingüístico tschon de
los territorios magallánicos.

En 1925 Harrington recogió algunas palabras de hablantes bilingües tehuelches que


publicó en 1946 en su Contribución al estudio del indio gününa küne, afirmando que
llamaban a su idioma gününa yájitch o pampa. En los años cincuenta, Rodolfo
Casamiquela recogió de varios ancianos un vocabulario, canciones y oraciones,
esbozando un análisis morfosintáctico.

En 1960 Ana Gerzenstein realizó una clasificación fonética-fonológica en su Fonología


de la lengua gününa-këna.

En 1991 José Pedro Viegas Barros esbozó una proyección morfosintáctica en


Clarificación lingüística de las relaciones interculturales e interétnicas en la región
pampeano-patagónica, y en 2005 desarrolló una descripción fonológica en Voces en el
viento.7

El puelche es una lengua muerta. Casamiquela da nombre y apellido del último hablante
de este idioma: el señor José María Cual, muerto en 1960 a la edad de 90 años.8

Organización social
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En los tehuelches, aunque móviles, sus movimientos grupales solían ser circuitos,
predominantemente de oeste a este y viceversa. Durante cada temporada tenían sitios
donde instalaban sus campamentos, llamados aik o aiken por ellos y tolderías por los
españoles y criollos.

Cada una de sus agrupaciones estaba integrada por nexos de parentesco y tenía un
territorio específico de caza y recolección; los límites solían estar precisados
ancestralmente por accidentes muchas veces poco notorios: una loma, un abrevadero,
una hondonada, un árbol importante. En caso de que una agrupación no pudiera
satisfacer sus necesidades en su propio territorio, debía pedir permiso a agrupaciones
vecinas de la misma etnia para aprovechar los recursos de sus territorios; una
transgresión a esta norma solía implicar guerra.

De un modo análogo, al ser fuertemente exogámicos los varones se veían obligados a


buscar compañera matrimonial en otros grupos y solían practicar el trueque de mujeres.
Esta norma reforzaba los vínculos de unidad étnica. No pocas veces, en lugar del
trueque se practicaba el rapto de mujeres, conducta que casi siempre derivaba en guerras
intraétnicas.

Religión
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Como en el caso de muchas otras etnias que no desarrollaron una estructura estatal, los
tehuelches no poseían un sistema religioso organizado (liturgia y estructura vertical).
Sin embargo, como todos los pámpidos, tenían un corpus de creencias basadas en mitos
y ritos propios, los cuales eran narrados y actualizados por los chamanes quienes
también ejercían la medicina con la ayuda de los espíritus evocados en los mismos,
tocando la quena San Gregorio.

Los tehuelches creían en diversos espíritus telúricos, además de una deidad suprema
creadora del mundo pero que no interviene en él. Una de las versiones cosmogónicas
del mito de creación es aquel según el cual la deidad llamada Kóoch ordenó el caos
creando los elementos diferenciados. De manera similar, los selknam de Tierra del
Fuego narraban un mito análogo según el cual el Creador del mundo, una deidad
conocida como Kénos (variante de Kóoch a través de una raíz común), habría enviado a
la actual Patagonia, por medio de Temáukel; a El-lal, hijo del gigante Nosjthej, quién
creó a los humanos, y les enseñó el uso del arco y las flechas.

En esta cultura se aceptaba la existencia de un espíritu maligno, llamado Gualicho.

En el siglo XXI la mayoría de los tehuelches se consideran cristianos.

Historia
Época prehispánica

Hace 6000 años surgió la industria Toldense, caracterizada por puntas de proyectil sub-
triangulares bifaciales y raspadores laterales y terminales, cuchillos bifaciales y
herramientas de hueso. Más tarde, entre los 4000 y 3000 años a. C., aparece la industria
Casapedrense, caracterizada por una mayor proporción de instrumentos líticos
confeccionados sobre láminas, probablemente como una muestra de la especialización
en la caza del guanaco, lo cual también está presente en los desarrollos culturales
posteriores de los tehuelches.
Desde ese momento y hasta la llegada de los europeos (inicios del siglo XVI) los
tehuelches poseían un modo de vida cazador-recolector en el que hacían uso de una
movilidad estacional, desplazándose en pos de las manadas de guanacos; durante los
inviernos se encontraban en las zonas bajas (vegas, mallines, costas, orillas de los lagos,
etc.) y durante el verano ascendían a las mesetas centrales de la Patagonia o a la
cordillera de los Andes en donde tenían entre otros sitios sagrados el cerro Chaltén.

Llegada de los españoles

Retrato del cacique Junchar por José del Pozo en Puerto Deseado, en 1789, durante la
expedición de Malaspina (1789-1794).

El 31 de marzo de 1520 la expedición española al mando de Fernando de Magallanes


desembarcó en la bahía San Julián para pasar el invierno allí, en donde tomó contacto
con los indios tehuelches, a quienes denominaron «patagones», lo que fue relatado por
el cartógrafo y cronista de la expedición Antonio Pigafetta en Relación del primer viaje
alrededor del mundo; pueblo que acabaría evolucionando a lo que se conoce como la
mítica tribu de Patagones gigantes.9

Según relató también Maximiliano Transilvano en esta bahía se dio el primer encuentro
entre los tehuelche, y los españoles que formaban de la expedición de lo que llegaría a
ser el imperio colonial español. Tras varios días de contacto e intercambios de
mercancías, Magallanes dio la orden raptar a dos lugareños y a varias mujeres para
llevarlos como obsequio para el rey Carlos I.1011 Finalmente uno de ellos consiguió
escapar y el otro murió preso al negarse a comer; así como también murió un marinero
español al ser envenenado por una flecha.1210

Aún antes de encontrarse personalmente con ellos, aquellos exploradores quedaron


asombrados por las huellas de sus pies. Ampliadas por las pieles que les servían de
calzado, pies de suyo mucho más grandes que los de los europeos de entonces —para el
siglo XVI la talla media de los europeos era mucho más baja que la actual—. De hecho,
el promedio de altura europeo hasta 1800 rondaba los 1,50 metros.13 En tanto, los
patagones llegaban a medir 2 m (6′ 7″) —los varones tenían una talla promedio superior
a 2 m (6′ 7″)— por lo que les consideraron «patones» (‘de pies grandes’); y les
evocaron al gigante Pathoagón de la novela de caballería Primaleón.4 De estructura
craneal dolicocéfala como otros pámpidos, llegaron a ser famosos en la literatura
europea de los siglos XVI a XIX por su gran estatura y fuerza física.

Corresponde tener muy en cuenta que entre los siglos XVI a XVIII el topónimo
«Patagonia» era dado a todo el territorio desde el sur del estuario del río de la Plata.
Esto refuerza la hipótesis de antropólogos como Rodolfo Casamiquela, según la cual los
het de Falkner eran también patagones.

La llegada de los españoles implicó un conjunto de cambios en la cultura de los pueblos


originarios y los tehuelches no fueron ajenos a eso; se desataron entre ellos pestes
(sarampión, viruela, gripe) que los diezmaron, particularmente a los septentrionales
gennakenk.

Influencia de los mapuches


Desde antes del siglo XVIII hubo una importante actividad comercial y de intercambio
de productos entre los habitantes nativos de las llanuras pampeanas y las sierras de la
actual provincia de Buenos Aires, los de la Patagonia septentrional y los de ambas
márgenes de la Cordillera de Los Andes. Existían dos ferias muy importantes en el
Cayrú y en Chapaleofú. En estas ferias, llamadas "ferias de los ponchos" por los jesuitas
de la época que las registraron (como Thomas Falkner), se intercambiaban diversos
tipos de productos: desde productos ganaderos y de la agricultura hasta vestimentas
tales como ponchos. El Cayrú se hallaba en la parte más occidental de la Sistema de
Tandilia (en territorio del actual Partido de Olavarría) y Chapaleofú hace referencia a
las inmediaciones del arroyo homónimo, situado en el actual Partido de Tandil,14 ambos
municipios o partidos se sitúan en el interior de la actual provincia de Buenos Aires. Es
así como, a partir de estos movimientos de personas para el intercambio de productos se
produjo cierto intercambio cultural entre distintos pueblos que habitaban desde la
pampa húmeda, pasando por la Patagonia septentrional y hasta la zona inmediata a la
cordillera de Los Andes (tanto en su margen oriental como occidental) hasta la costa del
océano Pacífico. Este es el comienzo del intercambio cultural y los movimientos
migratorios, entre los distintos pueblos entre los cuales cabe mencionar a los tehuelches,
los ranqueles y los mapuches.15

La influencia mapuche tiene su origen en lo anteriormente mencionado, ya que


partiendo de fines de comercio y alianzas, se terminó produciendo una gran influencia
cultural sobre los tehuelches y otros pueblos, al punto que se la denomina
"mapuchización" o "araucanización" de las Pampas y la Patagonia. Buena parte de los
tehuelches y de los ranqueles adoptaron muchas de las costumbres y el idioma mapuche,
mientras los mapuches adoptaban parte del modo de vida tehuelche (tal como lo de vivir
en tolderías) y con ello se difuminaron las diferencias entre ambos grupos, al punto que
sus descendientes se refieren a sí mismos como mapuche-tehuelches.16

Los caciques Cacapol y su hijo Cangapol, durante la primera mitad del siglo XVIII
fueron los jefes más importantes de la región, que se extendía desde la Cordillera de los
Andes hasta el océano Atlántico, y desde el río Negro hasta el río Salado. Cangapol
tenía su sede de gobierno en la zona de Sierra de la Ventana, por lo que se los conocía
como «pampas serranos». Los pampas supieron aliarse con los mapuches del oeste para
atacar la campaña bonaerense en 1740.

Tehuelches en Río Gallegos.

En este proceso, también hubo luchas interétnicas y hacia 1820 se libraron combates
entre patagones y pehuenches a orillas del río Senguerr, otros combates se produjeron
en Barrancas Blancas y Shótel Káike. Hacia 1828, el ejército Realista de Pincheira atacó
a los tehuelches de las zonas de Bahía Blanca y Carmen de Patagones.

Para algunos historiadores argentinos se trató de una invasión en que los mapuches casi
extinguieron a los tehuelches septentrionales por medio de la violencia, pero el
consenso académico actual es que se trató de un fenómeno más complejo.17 Esta
supuesta invasión mapuche ha sido usada políticamente para negar legitimidad a las
reclamaciones indígenas en el sur argentino, al argumentarse que se trataría de
peticiones hechas por descendientes de los "invasores chilenos" y no por descendientes
de los habitantes originarios, aun cuando para entonces no existían los Estados chileno y
argentino.17

Los tehuelches al sur del Río Negro tuvieron como soberana a una mujer: María la
Grande. Su sucesor Casimiro Biguá fue el primer jefe tehuelche que realizó tratados con
el gobierno argentino. Sus hijos, los caciques Papón y Mulato, terminaron en una
reserva al sur de Chile.

Los tehuelches tuvieron que convivir con los inmigrantes galeses que desde la segunda
mitad de siglo XIX comenzaron a colonizar Chubut: en general las relaciones fueron
armónicas entre ambos pueblos. En 1869 el cacique Biguá reconoció la necesidad de
defender a los galeses ante un posible ataque del cacique Calfucurá.

Se sabe poco de la cultura tehuelche anterior al caballo aunque su organización


socioeconómica se parecía a la de los onas de Tierra del Fuego. La introducción del
caballo por los españoles, animal al que conocieron a partir de 1570, transformó el
modelo de organización social de los tehuelches: se formó en ellos un complejo
ecuestre. Al igual que los amerindios de las grandes praderas de Norteamérica, los
tehuelches también trabajaron las estepas de matorrales de la Patagonia, viviendo
principalmente del guanaco y de la carne de rhea (ñandú o choique), seguida de la carne
de huemul, venado, mara e incluso puma y jaguar, además de ciertas plantas (pues
aunque tardíamente, aprendieron a cultivar la tierra). En cuanto a peces y mariscos,
existían en ciertos casos tabúes: algunos grupos tenían, por ejemplo, prohibido el
consumo de pescados. Sus grupos solían estar constituidos por entre 50 a
100 miembros.

La adopción del caballo significó una profunda revolución social en la cultura


tehuelche: la movilidad que les deparó alteró las ancestrales territoralidades y modificó
en gran medida el patrón de los desplazamientos, si antes del siglo XVII predominaban
las trashumancias este-oeste en pos de los guanacos, a partir del complejo ecuestre
tomaron gran importancia los desplazamientos longitudinales (de sur a norte y
viceversa) estableciéndose extensos circuitos de intercambio: a mediados del siglo XIX
los aonikenk trocaban sus pieles y moluscos por cholilas (frutillas, zarzamoras,
calafates, semillas de pehuén, llao llao, brotes y cogollos de coligüe, etc.) y manzanas a
los gennakenk del Neuquén, del Alto Valle del Río Negro y del llamado País de las
Frutillas o Chulilaw (región delimitada aproximadamente al norte por el lago Nahuel
Huapi, al este por las cordilleras bajas y morrénicas llamadas Patagónides, al oeste por
las altas cumbres de los Andes y al sur por el lago Buenos Aires/General Carrera).

El caballo, o más exactamente la yegua, pasó a ser parte principalísima de su dieta,


dejando en segundo lugar a los guanacos. Los selknam de Tierra del Fuego en cambio
no dieron en desarrollar un complejo ecuestre comparable.

Rapto y exhibición forzosa

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, algunos grupos aonikkenk fueron raptados y
exhibidos contra su voluntad en países como: Bélgica, Suiza, Alemania, Francia o
Inglaterra. La familia de la cual se conocen más datos concretos fue la de un jefe
llamado Pitioche, quien fue capturado junto a su mujer e hijo. Parte de estos dramáticos
hechos forman parte del libro Zoológicos humanos de Christian Báez y Peter Mason.18
Reservas en Santa Cruz

Por decreto del 11 de enero de 1898 del presidente José Evaristo Uriburu fue creada la
reserva de Camusu Aike para la «concentración de tribus tehuelches», que se ubica en la
provincia de Santa Cruz, Argentina y que contaba inicialmente con 50 000 ha (lotes 77
bis, 78 bis, 79 bis, 94 bis y 95 bis). Por decreto del 30 de abril de 1953, el presidente
Juan Domingo Perón la redujo a 30 000 ha.19

En 1922 el presidente Hipólito Yrigoyen creó por decreto las reservas de: Lago Viedma
(lotes 119-117) entre 20 000 y 25 000 ha, Lago Cardiel (lote 6) y Lago Cardiel (lote 28
bis). Las dos primeras fueron desafectadas en 1966 y la tercera en 1990.20

Situación de los tehuelches


En Argentina

Rosa Chiquichano, de origen tehuelche, fue Diputada de la Nación Argentina por la


provincia del Chubut.2122

Según el inconcluso «Censo Indígena Nacional» de 1966-1968, había en la Argentina


unos pocos descendientes de esta etnia hablantes de la lengua tehuelche. La población
con linaje tehuelche que se ha mantenido más apegada a esta cultura se ubica en la
meseta central de la provincia de Santa Cruz, aunque se encuentra acriollada. El censo
registró en Santa Cruz:23

 Departamento Deseado: 28 tehuelches, ninguno hablante del aonekko 'a'ien.


 Departamento Güer Aike: 44 tehuelches, de los cuales 24 hablantes del aonekko
'a'ien. Asentamiento de Camusu Aike.
 Departamento Lago Argentino: 36 tehuelches, de los cuales 14 hablaban el
aonekko 'a'ien. Asentamiento de Cerro Índice con 5 familias (24 personas).
 Departamento Lago Buenos Aires: 6 tehuelches, de los cuales 2 hablaban el
aonekko 'a'ien.
 Departamento Río Chico: con 52 tehuelches, de los cuales 11 hablaban el
aonekko 'a'ien. Dos asentamientos tehuelche en este departamento: Lote 6 con
34 habitantes, y Lote 28 bis con 3 familias.

Existían además matrimonios mixtos en Tres Lagos, Puerto San Julián, Gobernador
Gregores y Río Gallegos.

La «Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas» (ECPI) 2004-2005,


complementaria del «Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001», dio
como resultado que se reconocieron o descienden en primera generación del pueblo
tehuelche 4351 personas en las provincias del Chubut y Santa Cruz (de los cuales 307
residen en comunidades indígenas). Otros 1664 se autorreconocieron en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires y los 24 partidos del Gran Buenos Aires; y 4575 en el resto
del país. En toda Argentina se autorreconocieron 10 590 tehuelches.24
El Censo Nacional de Población de 2010 en Argentina reveló la existencia de 27 813
personas que se autoreconocieron como tehuelches en todo el país, 7924 de los cuales
en la provincia del Chubut, 4570 en la provincia de Buenos Aires, 2615 en la de Santa
Cruz, 2269 en la de Río Negro, 1702 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 844 en
la provincia de Mendoza, 738 en la del Neuquén y 625 en la de La Pampa.2526

Actualmente existen en Santa Cruz los asentamientos tehuelches de:

 Territorio de Camusu Aike: 3900 ha a 180 km al noroeste de Río Gallegos,


reconocida en septiembre de 2007 con personería jurídica.27 El censo de 1968
registró a 11 familias con 41 individuos.
 Lote 6 del lago Cardiel: entre la ciudad de Gobernador Gregores y el lago San
Martín.
 Lote 28 bis del lago Cardiel: próxima a la ciudad de Gobernador Gregores.
 Cerro Índice: a 40 km al Sudeste del lago Viedma y 50 km al sur de Tres
Lagos.
 Copolque (o Kopolke): se halla en la Colonia Leandro N. Alem en las cercanías
de Las Heras en el departamento Deseado.

Bandera tehuelche : el azul del mar, el marrón de la tierra y, en medio, la flecha que
mira hacia el norte, con dentro la Cruz del Sur. 2829

En estos asentamientos se encuentran algunos hablantes bilingües del aonekko 'a'ien, el


resto hablan castellano.

En Chubut se hallan las reservas de El Chalía (comunidad Manuel Quilchamal, en el


departamento Río Senguer, a 60 km de la localidad de Doctor Ricardo Rojas, creada en
1916 con 60 000 ha, reducida hoy a 32 000, con unas 80 personas),30 y de Loma
Redonda (entre Río Mayo y Alto Río Senguer, con 30 personas).31 El 17,65 % de ellos
son bilingües castellano-mapudungun y el resto hablan castellano. El censo 1991 solo
reportó dos ancianas con recuerdos de la lengua aonek'o 'a'ien.32

Desde 1995 el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) comenzó a reconocer


personería jurídica mediante inscripción en el Registro Nacional de Comunidades
Indígenas (Renaci) a comunidades indígenas de Argentina, entre ellas a 2 comunidades
tehuelches de la provincia de Santa Cruz y 4 mapuches-tehuelches de las provincias de
Chubut, Río Negro, Buenos Aires y Santa Cruz:

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