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a LA REPRODUCCION DOMESTICA Los conflictos del medio ambiente, asociados al nivel de Jos conocimientos adquiridos, a la naturaleza del pro- ducto y a las condiciones objetivas de su produccién, contribuyen a conformar relaciones de produccién decisi- vas que se manifiestan por un dominio mas 0 menos avanzado del modo de produccién social necesario para la reconstitucién de las relaciones de produccién, Dominio que depende de las capacidades politicas adquiridas por la sociedad, vale decir del robustecimiento del poder civil, el cual se funda en dltima instancia sobre las relaciones de produecién que tiende a preservar. En la forma ace- bada de la comunidad doméstica, en la cual nos deten- dremos ahora, la descendencia del matrimonio es conce- dida a la comunidad del marido. La alianza, como medio de regulacién de las relaciones matrimoniales, se impone de manera decisiva a la violencia mediante la generaliza- cién de los procedimientos de conciliacién a los que auto- riza el reforzamiento de la autoridad civil, ligada a nue- vas condiciones de produccién. Esta formula presenta, en relacién con el ginecoesta- tismo, una ventaja considerable debido al hecho de que Jas capacidades de reproduccidn de los sexos no son seme- jantes. Gracias a la movilidad de las mujeres paberes, en efecto, las capacidades reproductivas de un grupo no dependen s6lo del numero de mujeres originarias del mismo, sino de los medios politicos de que dispone para hacerlas entrar en su seno. El niimero de hombres puibe- res es, desde el punto de vista exclusivo de la reproduc- cién, indiferente (basta que no sea nulo) pues un solo hombre puede embarazar précticamente a un mimero ilimitado de mujeres. Mas adelante veremos de qué ma- nera esta formula, con efecto patrilineal, es a més sus- ceptible de asegurar un mejor reparto de las mujeres plberes en el tiempo y en el espacio y de aprovechar mejor [54] {1A REPRODUCCION DOMESTICA 55 ‘sus facultades de procreacién, incluso cuando cada comu- nidad s6lo disponga a plazo fijo de un ntimero de mujeres 1 al de las mujeres que ha producido, Es, ademas, un sistema estable, susceptible de equilibrarse y corregirse manteniéndose dentro de sus normas. Se trata ahora de examinar cuales son las condiciones de funcionamiento y de perpetuacién de tal progreso. 1. EL NIVEL DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS La definicién de la comunidad doméstica, de acuerdo a como la consideramos, exige precisar el periodo hist6rico al que se vincula, no sélo como un momento de una eventual evolucién, sino como caracterizada por un desa- rrollo determinado de las fuerzas productivas. La comunidad doméstica es la célula basiea de un modo de produccién constituido por un conjunto de estas comu- nidades organizadas entre ellas para la produccién eco- némica y social, y para la reproduecién de la relacién de produccién especificamente doméstica (cf. K. Marx, 1866 = 257 [p. 101)). El nivel de las fuerzas productivas al que corresponde el desarrollo de la comunidad doméstica puede considerarse dominado por los siguientes rasgos: 1. Conocimiento de las técnicas agricolas y artesanales que permiten la préctica de una agricultura de produc vidad muy elevada para satisfacer las necesidades alimen- ticias necesarias al mantenimiento y reproduccién de sus miembros asi como para la repeticién del ciclo agricola. Todas las otras actividades de subsistencia, incluso las indispensables para un equilibrio dietético, son activida- des complementarias 0 de apoyo. Nunca se las realiza a expensas de las actividades agricolas. La repeticién del ciclo agricola (en una economfa que descansa esencialmente sobre esta actividad) implica la eonservacién de tun volumen de producto agricola capaz de cubrir dos tipos de perfodos: por una parte el de unién de los cielos; por otra parte (mediante la renovacién de los stocks) un periodo lo suficiente- 56 LA COMUNIDAD DoMeSTICA mente largo como para hacer frente a las variaciones climéticas ¥.a otros accidentes (sequia, langosta, calamidades de diversos tipos) susceptibles de interrampir la produesién durante tno 0 varios afios consecutivos. Esta capacidad de almacenar una reserva suficiente para cubrir un periodo aproximadamente igual al de la maxima duracién de una catéstrofe probable, constituye la medida de la productivided minima que debe aleanzar la agricultura. Es evidente que desde este punto de vista los cereales, susceptibles de una conservacién que supera ampliamente el ciclo agricola, son mucho més propicios al desa- rrollo de la comunidad doméstica que los tubéreulos o los frutos. El] modo de produccién doméstico encuentra su expresién més acabada en la agricultura corealera 2. Utilizacién de la tierra como medio de trabajo, trans- formada en productiva a término mediante una inversién de energi 3. Utilizacién de la energia humana como fuente ener- gétiea dominante en el trabajo agricola y artesanal.! 4, Uso de medios de produecién agricola individuales que para ser producidos sélo exigen una inversion de trabejo individual. Actividades distintas a la agricultura pueden ser objeto de inversién colectiva al nivel de un conjunto de comunidades reunidas, por ejemplo, en aldeas. Esto sucede para ciertas acti dades de caza 0 de pesca, cuando la construccién de trampas ‘compromete el trabajo de un cierto mimero de productores. Estas inversiones colectivas sélo tienen una incidencia secundaria sobre el sistema social, por el hecho de que las actividades a las ‘que se vinculan estén subordinadas a las relaciones sociales determinadas por la actividad dominante, la agricultura. No pueden considerarse aisladamente estas formas de cooperacién como si fueran “modos de produecién” (Terray, 1969). Sélo se trata de procesos de trabajo, En la comunidad doméstica agricola la agricultura es dominante, no s6lo porque moviliza la mayor parte de la energia de los productores, sino, especialmente, porque determina Ja organizacion social general a la que estan subordinadas las restantes actividades econémicas, socia- ! Dominante porque es nevesario mencionar el fuego que interviene como fuente de energin en ciertas operaciones agricolas (el rozado) 0 artesanales, LA REPRODUCGION DOMESTICA 87 “es y politicas. Asi las relaciones que se establecen me- -diante la practica de ciertas actividades, como la guerra o Ja caza, s6lo prevalecen mientras duran tales actividades 'y en su ambito estricto. Al finalizar se disuelven; los guerreros 0 los cazadores, al entrar en la aldea, estén de nuevo subordinados a las relaciones de filiacion y de anterioridad que dominan en la sociedad doméstica. Las caracteristicas precedentes definen un modelo que deja de lado las economias donde interviene la traccién animal o la accién de medios colectivos o sociales de luccién;? las comunidades campesinas sometidas a la explotacién y obligadas a entregar una parte de su pro- ducto a una clase explotadora; y, por iltimo, aquellas que se encuentran organizadas para vender alimentos agrico- Jas en el mereado. En otros términos, el modelo considerado se sitéa en un contexto histérico donde las comunidades constituidas en Jas condiciones senaladas mAs arriba no tienen relaciones sino con comunidades semejantes, mientras que sus rela- ciones eventuales con otras formaciones sociales son su- perficiales y no susceptibles de transformarlas cualitati- vamente. La relacién con comunidades semejantes define una forma especifica de libre acceso a las tierras, a las aguas ya las materias primas necesarias para la practica de sus diversas actividades. El acceso a los medios naturales de “ Produccién no debe confundirse ina_ forma, cualquiera ella sea, de apropiaci61 Para un " individuo el acceso a la tierra como medio agricola " sobrevivencia se asocia necesariamente con el semilla y a la subsistencia durante todo el per! preparacién de los cultivos, sin los cuales la “propiedad” “de la tierra no tendrfa ningiin contenido. Bl acceso a la _ * Medios colectivos de produccién: los que proceden del trabajo calectivo de varins células de produccién, pero que son de inmediato empleados esencialmente para la satisfaccién de las necesidades de cada una de tllas. (Asi es, por ejemplo, para los trabajos de irrigacién que exigen una inversién en trabajo de varias comunidades, pero cuyas aguas son utiliza "das para la produccién de las subsistencias destinada® a cada comunidad), ‘Medios sociales de produccién: medios de produceién que concentran tun trabajo social, empleados para la fabricacién de un producto destinado al ‘mercado o a la colectividad en general, en el marco de una divisin social el trabajo, 58 LA COMUNIDAD DoMESTICA tierra esté ast subordinado a la existencia 0 a la ereacion de relaciones sociales previas -filiacién o afinidad-* me- diante las que se obtienen dichas materias. La exclusién fuera de 1a comunidad prohibe menos el acceso a la tierra gue el acceso a los medios de cultivarla. Al ser indisocia- ble de las relaciones de produccién y de reproduccién que permiten su explotacién, la tierra no puede ser objeto de una “apropiacién” mediaate la cual seria separada del contexto social que le otorga una existencia econdmica y un valor de uso. En su representacién los agricultores no disocian la tierra de los ancestros, vale decir de los lazos sociales pasados y presentes que subyacen a la producti- vided. El andlisis de las relaciones de produccién con- firma que no puede haber “propiedad” individual de la tierra, punto sobre el cual casi todo-el mundo esta de acuerdo. Sin embargo, al ser la pertenencia a una colecti- vidad la condicién de acceso a la tierra, comiinmente se considera que tal comunidad la tiene en “propiedad co- min”. En realidad la conciencia de una “apropiacién”, vale decir de una relacién exclusiva con una porcién de suelo, no procede del movimiento de exploracién y de ocupacién de las tierras ni del trabajo invertido por los miembros presentes y pasados del grupo. Sélo surge si el usufructo de esta tierra es amenazado por otra colecti dad. Se sefala que la conquista de las tierras esta prac camente ausente de las relaciones entre sociedades do- mésticas, incluso sila densidad de la poblacién es ele- vada. La sociedad doméstica en general no opone ningén obstéculo a la admisién de individuos o de familias ex- trafias desde el momento en que estan definidas las relaciones sociales que las ligarén a la colectividad. Las "conquistas” son, muchas veces, efecto de una larga infil- tracién de inmigrados aceptados de esta manera, pero cuyo niimero o las actividades particulares que efectitian les permite, en un momento dado, imponerse a sus anfi- * Empleo el término afinidad (y no alianza), contrariamente al uso de los ‘etndlogos franceses, para designar las relaciones de un individuo con los. parientes desu esposo ode su espasa, an y no aliado) para designar & fos individuos sitdudos en dicha relaciim (Lit Reservo ol trmino de alianea para las relaciones sancionadas por "actos" Garamontos, pacta, tratadon, tc.) yestablecidos més all do Tas relaciones de parentoco y de afinidad LA REPRODUCCION DoMESTICA 59 triones. Incluso admitiendo que la tierra sea objeto de apetencia y de conquista por las sociedades militares, su cin no implica ipso facto 1a construccién de un derecho real tan elaborado que haga surgir, independien- temente de las circunstancias historicas apropiadas, el concepto de propiedad. La propiedad, que en su sentido pleno contiene los derechos de usus, de fructus y de abusus, est ligada a la economia mercantil que permite laalienacién del producto y su transformacién en mercan- efa, vale decir su insercién en relaciones de produccién contractuales de un orden distinto a las que prevalecen en la comunidad doméstica. El término “propiedad” es por lo tanto impropio, incluso seguido del calificativo “comin”, el cual no cambia en este aspecto su sentido. El derecho moderno ofrece como categoria mAs aproximada Ja de patrimonio, vale decir de bien perteneciente de manera indivisa a los miembros de una colectividad (fa- miliar) y que se transmite normalmente por herencia, prestacién 0 donacién entre miembros de esta colectivi- dad, por lo tanto siempre sin contrapartida,* La relacion patrimonial con la tierra procede asi de relaciones de produccién domésticas que la propiedad, lejos de reforzar, contribuye, por el contrario, a disolver. A estas mismas condiciones histéricas se asocia la autosubsistencia, la aptitud de la comunidad para produ- cir las subsistencias necesarias para su mantenimiento y su perpetuacién a partir de los recursos que estén a su aleance y son obtenidos por medio de explotacién directa. La autosubsistencia no sdlo es caracteristica de la comu- nidad doméstica, se aplica igualmente a la horda, pero en condiciones sociales de produccién diferentes. En la co- munidad doméstica la autosubsistencia esta estrecha- mente ligada a un modo especifico de circulacién del producto, que se opone a la existencia de una division social del trabajo* y que excluye el intercambio equiva- lente en provecho del intercambio idéntico (1, 4, m1). ‘La venta del patrimenio, es decir su conversién en mercancfa, es un ‘acto extraordinario que exige, incluso en nuestras sociedades capitalistas ‘mercantiles, garantias y precauciones particulates, ® Bxiste divisién social del trabajo cuando las células de produecién no pueden subvenir a sus necesidades sino mediante el intereambio equiva- lente de sus productos. En la sociedad doméstica existe reparto de tareas. ’ 60 LA COMUNIDAD DoMBSTICA Sin ser determinante 1a autosubsistencia puede ser considerada como un rasgo critico, pues su desaparicion entrana a término fijo la disolucién de las relaciones de produccién doméstica.’ La autosubsistencia no se confunde con 1a nocién de autarguia. No excluye las relaciones con el exterior, e incluso ciertos intercambios mercantiles siempre que sus efectos sean susceptibles de ser neutralizados y que no se legue al limite critico més alla del cual las transforma- ciones de las relaciones de produecién que implica sean irreversibles. En otro lugar demostré (1964, 1968, 1971) de qué manera las mercancias y el numerario, por ejem- plo, son neutralizados por su transformacién en tesoros o en bienes patrimoniales en la economia doméstica o pala- ciega, y de qué manera los intercambios estan polariza- dos por el decano 0 el soberano pero no penetran las relaciones domésticas 0 de afinidad.? La autosubsistencia tampoco excluye la existencia de especialistas ligados a la practica de una técnica como la metalurgia. Especialidad no implica especializacién, vale decir la prdctica exclusiva, mediante una unidad de pro- duccién auténoma, de una actividad no vitel que implica la transferencia continua de subsistencia hacia esta uni- dad especializada. La préctica de una especialidad no implica necesariamente el abandono de las actividades agricolas. Cuando esto sucede -y por lo general ocurre s6lo en parte- la subsistencia de la comunidad especiali- zada esta asegurada en el marco ampliado de los meca: nismos de redistribuci6n. El grupo especializado esta entonees en una posicién de cliente en relacién con una 0 varias comunidades agricolas que le ofrecen la subsisten- cia a cambio de subvenir las necesidades de sus sefiores con los productos de su especialidad. Por este procedi- miento se previenen los efectos inmediatds de la divisién social del trabajo, se preservan los mecanismos funda- mentales de la comunidad doméstica, incluso si, en un determinado plazo, dichas transferencias actian even- Por otra parte, un concepto necesario para comprender los meca- nnismos de superexplotacién del que es susceptible este modo de produc- ‘ign en el perfodo colonial (segunda parte y Dupriea, 1973). * Este fendmeno os atin imperfectamente percibido por M. Godelier (1973, 4), quien s6lo distingue entre “mercancfa” y "bienes a dar”. {LA REPRODUCCION DOMESTICA, 61 tualmente sobre las condiciones sociales de la produccién de las subsistencias (Meillassoux, 1973). El modelo que propongo se aplica a tales situaciones en tanto las insti- tuciones conservadoras sigan actuando. Lo que define el nivel de las fuerzas productivas no es lo tanto sélo la practiea de una técnica, sino los ‘efectos socialmente aceptados de su aplicacién. Es por esta razn que el empleo de una nueva técnica no revolu- ciona de golpe a la sociedad en la medida que ésta se acomoda, a veces durante largo tiempo, resistiendo insti- tucionalmente a los efectos sociales que implica una produccién especializada y al intercambio restringido al que da lugar.* Mas cominmente estas transformaciones actiian al nivel de los eonjuntos politicos que al nivel de as comunidades, La organizacién social de la comunidad agricola domé: tica esta construida simultaneamente, y de manera in Sociable, alrededor de las relaciones de produccion, tal como se constituyen a partir de las obligaciones econémi- cas impuestas por la actividad agricola, realizada en las condiciones definidas por el nivel de las fuerzas producti- vas, y alrededor de las relaciones de produccién necesa- rias para la perpetuacién de la célula produetiva. Si las necesidades de la exposicién de este proceso exigen la disociacién de los dos tipos de relaciones, su interaccién es continua en razén de la simultaneidad de las necesida- des de la produecién y de la reproduecién, por una parte, y de la necesidad de resolverlas en el campo de su accién reciproca por otra. Es evidente el hecho de que la repro- duccién es la preocupacién dominante en esas sociedades, ‘Todas las instituciones estén dirigidas hacia esta tarea. E] énfasis puesto sobre el matrimonio, las instituciones matrimoniales y paramatrimoniales, la filiacién, los cul- tos a la fecundidad, las representaciones vinculadas con la maternidad, la evalucién de la situacién de la mujer segtin su posicién en el ciclo de fecundidad, las inquietu- des producidas por el adulterio y por los nacimientos * (Bis necosario aclorar que esta situacién no esté en contradiceién con el ‘materialismo histérico sino con el determinismo tecnolégico con el cual a ‘menudo se Io confunde? 62 LA COMUNIDAD DoMesTICA fuera del matrimonio, las prohibiciones sexuales, etc., son otros tantos testimonios del lugar ocupado por esta fun- cién, Las relaciones de parentesco que proceden del ma- trimonio (en tanto que institucién), m4s aun que las del nacimiento (el cual sélo es un acontecimiento codificado por las reglas fijadas fuera del matrimonio), son clara- mente relaciones que se articulan alrededor de la repro- duecién de los individuos.” En la sociedad doméstica la reproduccién de los indivi- duos, su incorporacién después del nacimiento y durante la vida, son objeto de un control social que domina el conjunto de las relaciones sociales. En lugar de ser, como en la horda, un acto breve y de consecuencia inmediata {el recibimiento y el acoplamiento), el proceso de repro- duecién se cumple mediante un procedimiento a muy largo término (promesa, compromiso, matrimonio, dote, etc). La nocién de filiacién se desarrolla en esta perspec: tiva. Bs la filiacién, por consiguiente la sucesién, 1a que sanciona las ceremonias més importantes, como los fune- rales y, de manera menos extendida, los bautismos, los matrimonios, los que, a diferencia de los acoplamientos, reglan no s6lo la cohabitacién de los esposos 0 sus respec- tivas tareas, sino el destino de la descendencia esperada Sin embargo el proceso de reproduccién, aun cuando aparece como dominando las preocupaciones sociales y politicas, y aun cuando inspire lo esencial de las nociones ideolégico-juridieas, esté subordinado a las condiciones de Ja producci Ul, LA CONSTITUCION DE LAS RELACIONES DE PRODUCCION Vimos precedentemente que la diferencia radical entre la horda y la comunidad agricola descansa sobre el hecho de » I-P, Olivier de Sardan, en ou estudio sobre los Wogo (1969), eit el matrimonio en el centro del sistema social. ‘© Los trabajos que describen con precision la organizacién social de la produccién en las sociedades domésticas atin no son muy numerosos. Es conveniente citar aqui la notable obra de E. Pollet y G. Winter (1871), quienes, « partir de un profundo y minucioso estudio de los Soninke del Diahunu, entablan una discusin teérica que representa una contribucién importante al materialismo dialéctico aplicado a la antropologia. Aunque _ LA REPRODUCCION poMESTICA 63 que la primera explota la tierra como un objeto de trabajo y la segunda como un medio de trabajo. El uso de la tierra como medio de trabajo significa que una cierta cantidad de energia humana'' es invertida en ella con la perspectiva de un-rendimiento a plazo fijo. La acumulacién de esta energia, que permite dicho modo de explotacién de la tierra, prepara la acumulacion del pro- ducto. Por razones climatol6gicas y botdnicas la produc- ci6n se posterga hasta que finaliza el proceso de inversién del trabajo y de la maduracién de la cosecha. Por lo comin la agricultura no es un proceso continuo sino de estaciones. El ciclo agricola se divide sucesiva- mente en periodos improductivos y productivos. El ciclo agricola comienza necesariamenté con un perfodo agri- cola improductivo durante el cual se efectiia la inversion de la energia humana en la tierra, para la preparacién, el desbrozamiento, la siembra, la mantencién, el escardado, ete. Es seguido de un perfodo productivo durante el cual se efectiia la cosecha. Para permitir la realizacién de este ciclo es asi indispensable que el producto de la estacién productiva sea consumible durante el periodo improduc- tivo para mantener la vida y la fuerza de los “producto- ree De esta manera el ciclo agricola s6lo puede ser reali- zado si el cultivador dispone de recursos necesarios para sobrevivir durante el periodo de preparacién de la cose- cha y para esperar su maduracién. Historicamente la agricultura s6lo puede aparecer aso- ciada a una economia de extraccién, a la pesca, 1a reco- se trata do-una sociedad que ha practic ln contexto historic diferente, los anélisis y las dessripe namienta de las reliones eomunitarias queen ella se practian remiten Permanentemente a las tess propuestas aqui ‘También conviene mensionar las investigaciones actuales de Jean Schmitz, lns que se ubiean en las mismas perspectivas que las muestras, tun euande hayun sido concebidas indopendientemente "Respecto de la utilizacién de la nocién de “energia humans", con preferencia a la de “fuersa de trabajo" ver 1, 3. *'Debido a que su conden de expose domina toda su vida activa y a que sus relaciones matsimoniales se imponen a todas las otras, en los analisis aque siguen la mujer estara eculta detras del marido, vehicul de todas las Felaciones sociales. EI produeto de su trabajo sera asimilado al de este Lltimo. Por “productor” es necesario entender, econimicamente, el ma- trimonio mono o poligamico, y, politicamente, al esposo. 64 LA COMUNIDAD DOMESTICA leceién y la caza. Estas actividades conservaran su im- portancia mientras la productividad agricola no permita Satisfacer las necesidades alimenticias de los productores durante el periodo improductivo o en un perfodo de penu- rias. Los modos de produccién fundados sobre la explota- cién de la tierra o del agua como objeto de trabajo cumplen el papel de la acumulacién primitiva para la agricultura. El mismo proceso se repite en la sociedad agricola ‘cuando un grupo decide separarse por segmentacién de la célula madre. Este segmento estar obligado a recurrir a actividades de rendimiento inmediato, como la caza, para subsistir el tiempo del primer periodo improductivo. A medida que la agricultura se perfecciona es cada vez mas dificil la segmentacién por ruptura con la comunidad madre, Vimos que la agricultura por plantacién de vés- tagos opone menos impedimentos materiales para la segmentacién, pues resulta facil apoderarse de plantas o de gajos en los campos, ast como de una parte del ali- mento, durante el perfodo improductivo, La agricultura cerealera, por el contrario, que permite la formacién de stocks, la centralizacién y el cuidado de los granos en la aldea, y que exige, por otra parte, una cantidad relativa- mente importante de semillas que deben conservarse de una estacién a otra, subordina la segmentacion a la conservacién 0 a la creacién de un 1azo social con una célula agricola constituida alrededor del granero (el del abuelo, de_un pariente materno, de un afin o de un amigo) a fin de obtener la semilla'* y persistir en la agricultura cerealera. En lo que concierne al alimento, el grupo que se segmenta rompiendo con la célula madre esta obligado a retornar a formas relativamente més primitivas de produccién: caza, pesca, recoleceién, even- tualmente agricultura de plantacion de vastagos. Sin duda aqui se encuentra una de las causas de la estabili- dad y la extension de las comunidades domésticas. Desde que se emprende el ciclo agricola el recurso a la economia de recoleccién para cubrir los perfodos vacios, 0 para reemprender el ciclo productivo agricola, es rempla- zado poco a poco por el almacenamiento y la gestidn del "= Es raro encontrar en la literatura etnoligica detalles sobre el acceso « Jas seria, P ePRoDUCCION pomESTICA 65 lucto agricola, permitiendo asi la division y la distri- cién del producto entre los productores durante un ‘periodo de tiempo que cubrird el perfodo improductivo, abida cuenta de los otros usos (sociales o de provisién) a Jos que puede ser destinado, La caza, la recoleccién, la ‘pesca, incluso cuando desempefan un papel de apoyo, ‘estin subordinadas a la organizacién social agricola. Como dije mas arriba, considero el caso en que la “productividad agricola permite esta gestion, Veamos, en consecuencia, cuales son los rasgos princi- pales de la economia agricola doméstica: produccién a plazo fijo en raz6n de la inversién de energia humana en la tierra, acumulacién, almacenamiento y redistribucién dirigida’y organizada del producto. La agricultura practicada con los medios de produccién jue definimos més arriba no exige un grupo numeroso de bbajadores. Técnicamente todas las tareas pueden ser realizadas por un grupo de efectivos restringido com- puesto de participantes con fuerza y capacidad variable y al que podria corresponder la familia nuclear. Sin em- argo (dejando aparte los trabajos que exigirian ser reali- zados en un periodo de tiempo limitado pero que pueden ser realizados con la participaciin de eélulas aliadas) interviene aqui una preocupacién de un orden totalmente distinto. Se refiere al cardcter aleatorio de las capacida- des de produccién de células con efectivos débiles, en las que no actia la ley de los grandes mimeros. Esta preocu- pacién es la de tener suficientes trabajadores como para que la enfermedad o los accidentes corporales no impidan el funcionamiento de la célula productiva. La enferme- dad, que constituye un motivo de preocupacién perma- nente en estas sociedades, tiene repercuciones econémi- cas inmediatas sobre lu produecién. Por eso se 1a debe conjurar por todos los medios mégicos, medicinales y demograficos (Retel-Laurentin, 1974). Los efectivos que permitiran a la célula productiva perpetuarse a través de los azares de 1a enfermedad y de los accidentes tenderan a ser superiores a los exigidos sélo por las necesidades técnicas. La constitucién, la perpetuacién del equipo agricola y de sus efectivos, esta asi subordinada a sus capacidades de reclutamiento, las 66 ‘LA COMUNIDAD DOMESTICA que dependen de su insercién en un conjunto orgénico de reproduccién, como examinaré més adelante. En razdn de la produccién diferida, la cooperacién agri- cola entre los miembros de la eélula productiva es dura- ble, y hasta permanente, La actividad agricola crea lazos entre los individuos desde dos puntos de vista. Primero entre aquellos que han trabajado juntos desde el mo- mento que comenzaron las tareas preliminares hasta el momento de la recoleccién: estos individuos tienen inte- rés en permanecer juntos para beneficiarse de su trabajo comin. En segundo lugar, y esto es atin mas importante, entre todos los trabajadores sucesivos que, en cada esta- cién, dependen para su sobrevivencia, durante el periodo improductivo y para la preparacién del préximo ciclo, de las subsistencias producidas en el curso del periodo pro- ductiyo precedente, En esta perspectiva el ciclo agricola se acompafia de una circulacién continuamente renovada de adelantos y de restituciones del producto entre los grupos productores de las estaciones sucesivas: el con- Junto de los trabajadores de una estacién adelantan la subsistencia y las semillas a los de la estacion siguiente. Si la mayor parte de los trabajadores permanece de una estacién a otra, a medida que el tiempo pasa la composi- cién del equipo de trabajo se modifica: los mas viejos desaparecen, mientras que los jévenes ocupan su lugar. En raz6n de la transformacién progresiva de la composi- cién del personal se Mega, en un plazo determinado, a un cambio de generaciones. La composicién cambiante del equipo de productores se refleja en la jerarquia que prevalece en las comunidades agricolas y que se establece entre “quienes vienen antes” y “quienes vienen después”. Ella descansa sobre la nocién de anterioridad. Los primeros son aquellos a quienes se debe la subsistencia y las semillas: son los mayores. Entre ellos el mas viejo en el ciclo de produccién no le debe nada a nadie, salvo a los ancestros, mientras que concentra sobre sf la totalidad de lo que los menores le deben a la comunidad que él viene asi a encarnar. En raz6n de su ubicacién en lo mas alto de la célula comunitaria, el mayor es légicamente responsable de las tareas relativas a la cosecha y almacenaje del producto. También tiene atribuciones para distribuirlo. Asi, la ne- cesidad de esta gestién que asegura la reproduccién del | LA REPRODUCCION Dos«ésrICA 67 ciclo productivo, crea una funcién, mientras que la es- tructuracion de la eélula productiva designa a quien debe asumirla. El ciclo de adelantos y restituciones aqui des- crito se efectéa entre el mayor y sus asociados menores. Se expresa formalmente mediante un circuito prestatario-redistributivo que es el modo de circulacién dominante en la comunidad de este tipo, ‘Tenemos aqui las relaciones de produccién en su esen- Ellas crean relaciones orgdnicas de por vida entre los miembros de la comunidad; suscitan una estructura je- rérquica fundada sobre la anterioridad (o la edad”); contribuyen a la constitucién de células econémicas y sociales funcionales, coherentes y orgénicamente ligadas en el tiempo; definen una pertenencia, una estructura y un poder de gestion reservado al més anciano en el ciclo productivo. IIL LA CONSTITUCION DE LAS RELACIONES DE REPRODUCCION ‘Mas alla de la reproduecién del ciclo produetivo los culti- vadores deben resolver el problema de la reproduccién de la célula productiva y las relaciones de produccién. La perpetuacin del ciclo distributivo, es decir, para cada uno de los miembros de la comunidad, la posibilidad de beneficiarse en el futuro de su trabajo pasado y presente, est4 subordinada a su capacidad para reproducir las relaciones de produccién, para recrear la organizacién social de acuerdo con un esquema repetitivo y segiin las mismas estructuras. Una de las exigencias asociadas a esta reproduecién consiste en mantener un equilibrio satisfactorio, en la comunidad, entre el mimero de individuos productivos e improductivos, y, entre éstos, un miimero suficiente de miembros de ambos sexos en edad adecuada para repro- ducir la célula productiva en sus efectivos y sus propor- ciones. Sabemos, sin embargo, que no existe una coinci- dencia necesaria entre los efectivos que exige la produc- cién agricola y el crecimiento genético. Vimos que, tée- nica y te6ricamente, la dimension de la célula productora podia reducirse a la de la familia nuclear y que sdlo el deseo de premunirse contra los azares de la enfermedad y 68 La COMUNIDAD DoMeSTICA de la muerte prematura tendia a ampliarla. La célula constituida tinicamente alrededor de las funciones pro- ductivas es por lo tanto muy restringida para poder asegurar su reproduccién continua y regular. Es asi in- dispensable la apertura hacia otras comunidades, las que representan un conjunto con efectivos suficientemente ‘umerosos como para asegurar esta reproduccién, tanto genética como socialmente. El mayor, que se halla investido, por su posicién en el circuito de los bienes de subsistencia, de las funciones de gestién de la comunidad, asume también la gestin de la reproduccién del grupo. La naturaleza del poder, de di- reccién, civil y gerontocratico, favorece las alianzas paci- ficas y una regulacién de las relaciones matrimoniales entre comunidades homélogas mediante la movilidad de las mujeres piiberes. Movilidad que permite, cualquiera sea el mimero de hombres y de mujeres puberes nacidos en cada comunidad, asegurar una reproduccién éptima mediante una distribucion mejor equilibrada de las capa- cidades reproductoras de la mujer. En nuestra hipotesis, sobre la movilidad de las mujeres preferentemente a la de los hombres, la reproduccién se ealiza mediante la insercién de la descendencia de la esposa en la comunidad receptora del marido, vale decir mediante la institucionalizacién de la filiacién masculina 0, en términos etnol6gicos, por la patrilinealidad. Son las potencialidades procreativas de la mujer las que son negociadas, después de su entrada en la comuni- dad receptora, por un periodo generalmente concebido a priori como igual a su periodo fecundo. Se realizaré un acuerdo mediante el cual se reglamentaré el destino de los vastagos de la mujer; por una parte porque en virtud de las circunstancias descritas més arriba, la mujer no procrea en provecho de su comunidad de origen (la iden- tidad de la familia que se beneficiaré con esta procrea- cin debe establecerse al mismo tiempo que se limitan las reivindicaciones de la ota comunidad); por otra parte porque al no procrear la mujer en su propio provecho, la filiacién materna ostensible debe ser substituida por una filiacién paterna de carécter juridico.!* De all el desarrollo del derecho en torno a Ta filiacién paterna que de ‘otra manera no comenzaria a existir. LA REPRODUCCION DoMESTICA 69 Este acuerdo, que regla las condiciones de la produc- cién del productor y su destino, es el matrimonio, el cual funciona como institucién que define la situacién de la esposa en la comunidad receptora, las relaciones que mantiene con los miembros de ésta y las relaciones de su descendencia con la comunidad del padre y con la suya, es decir las reglas de filiacion."® Es evidente que sélo puede compensar a una mujer piber en sus funciones reproductoras otra mujer piiber. Cual- quiera que cede una muchacha espera otra en cambio. Pero, por las razones expuestas anteriormente (exiglidad de la célula produetiva), que hacen necesaria esta tran- saccion, el intereambio de mujeres s6lo excepcionalmente puede ser un acto de reciprocidad inmediata. Asi los intercambios de mujeres son asuntos que se estipulan a un determinado plazo. En ciertas poblaciones el inter- cambio de mujeres se funda sobre acuerdos bilaterales con reciprocidad diferida: el grupo que ofrece una mujer espera del grupo beneficiado otra mujer en cambio. La evolucién de tales acuerdos consiste en extenderse a una poblacién lo suficientemente amplia y susceptible de in- cluir sujetos matrimoniales en niimero adecuado como para asegurar una reproduccién continua. Al mismo tiempo, el acuerdo bilateral evoluciona hacia acuerdos multilaterales.'® Incluso aunque eada comunidad no disponga nunea de mas mujeres de las que produce, mediante el juego del intercambio multilateral este mimero no esté sometido, como en el sistema matrilineal, al azar de la demografia, pues puede extenderse en el tiempo. Las mujeres adqui- ridas ahora constituyen la restitucién de mujeres cedidas anteriormente 0 una obligacién sobre mujeres a ceder en el futuro. Bl intercambio multilateral permite asi una gestién ms dgil, mas extensa, de la reproduccién, La préctica del noviazgo de las nifias, la costumbre de la ' En la prdctica tales acuerdos son de una difieultad de aplicacién que testimonia acerca de la subordinacién del parentesco a otras exigencias as coercitivas que las reglas juridicas, "lo estaios de M. Douglas entre los Lele (1963) ilustran esta evox 70 LA COMUNIDAD DOMESTICA promesa, los matrimonios convenidos por las familias, muestran este deseo de regulacién a largo término. ‘Asi se constituyen dreas matrimoniales sin limites perfectamente definidos, pero generalmente invertidos sobre si mismos, deseansando sobre la red intrincada y cambiante de los acuerdos matrimoniales arreglados entre decanos de comunidades. Pero cualquiera sea la complejidad de esta red, para la regulacién y el control de las alianzas y de las promesas, s6lo los individuos en condicién de restituir una mujer un futuro previsible, pueden en principio asociarse a tales transacciones."™ ‘A fin de conservar su capacidad de negociacién los mayores deben asegurar.que las muchachas de su comu- nidad permanezcan disponibles para el intercambio, por lo tanto mantener el control de su destino. La célula social se mantendra en la dimensién de una célula estrictamente productiva, no sera necesario impo- ner una prohibicidn de la endogamia. Mas alla del hecho de que las ocasiones de acoplamiento entre hermanos y hermanas de una unidad con efectivos tan reducidos son siempre menos probables que con individuos exteriores de edad més adecuada, esta prohibicién no seria necesa- ria para la preservacién de la autoridad del mayor pues ésta deseansa sobre la gestién de las subsistencias. Pero, desde el momento en que la célula, para reproducirse, se abre cada vez mas hacia el exterior a fin de procurarse esposas, el poder del mayor tiende a desplazarse desde el control de las subsistencias hacia el control de las muje- res, desde la gestién de los bienes alimenticios hacia la autoridad politica sobre los individuos. Como lo senalé en otra parte (1960), la direccién politica es més facil de aplicar a una comunidad més extendida mediante el control de las mujeres que mediante la gestion material de los productos alimenticios. Mientras que ésta se yuelye mas engorrosa a medida que crece el grupo, el manejo de la politica matrimonial se hace més eficaz, le © J.¥, Martin demuestra con precisién la existencia de esas areas matrimoniales entre los Mataram (1970), en el interior de los cuales se rrealizan del 80 al 90% de los matrimonios. Volvers (i, 4) sobre las condiciones de funcionamiento de los inteream- AA REPRODUCCION DomESTICA n rinda a la comunidad la posibilidad de ampliarse e ntegrar varias células productivas mediante la descen- ralizacién de la administracién de las subsistencias, vale lecir de los hogares y de los graneros."” La segmentacién uuede llegar al nivel econdmico de la produccién y de la istribucion mediante la constitucién de células produc- ivas auténomas, mientras que la cohesién persiste y se efuerza al nivel matrimonial definiendo una célula poli- ica exogimica mas amplia (familia extensa, linaje, lan. ..). Cuando esto sucede la autoridad del mayor jescansa menos sobre la gestién material que sobre las unciones matrimoniales y sobre su capacidad para tratar on los grupos exteriores y homdlogos, Al ser el matrimo- io y la reproduccién social la razén dominante de dichas elaciones exteriores, la preservacién de esta autoridad xige que el matrimonio sea prohibido en el interior del rupo con el objeto de que las mujeres puiberes y mibiles ue le pertenecen permanezcan disponibles como objetos e esas transacciones, Paradéjicamente esta prohibicién es anto mas necesaria y més estricta por cuanto el grupo, | ampliarse, adquiere la capacidad de crecer de manera ndégena, por casamientos internos. Cuando la reproduc- ién por acoplamiento de miembros de la comunidad se ace estadisticamente posible, el poder de los mayores, ue se ha construido a partir de la gestion matrimonial, s amenazado por los efectos mismos de esta gestién, la ue hizo posible la ampliacién de la comunidad. El poder e funda sobre una situacién que tiende a suprimir al onsolidarse. No existen otros recursos, para conservarse, ue producir y desarrollar una ideologia que imponga la utoridad. La religion, la magia, los ritos, el terrorismo upersticioso infligido a los subordinados, a los jovenes y specialmente a las mujeres puberes, se incrementan; las rohibiciones sexuales y los castigos por su violacién, se wultiplican adquiriendo un caracter absoluto (Isichel, 973). La endogamia se convierte en incesto, la prohibi- i6n en proscripcién, Los matrimonios preferenciales"” entre miembros de na misma célula social expresan por lo tanto una ten- Ver en particular el easo de los Soninke explicado por Pollet y Winter 971 : 387), 0 el de los Guro (1964 :123 «,), Matrimonios entre primos, considerados habitualmente como preferi- es en cirtas sociedades. 12 LA COMUNIDAD DoMESTICA dencia a la autorreproduccién que permitiria a la comu- nidad adquirir, en este plano, la autonomia que ella posee en el dominio de la produccién. Por las razones politicas expresadas se comprueba, de hecho, que la en- dogamia nunca es una regla absoluta en las comunidades domésticas, incluso en las mas extendidas. Se expande, en particular, en los linajes aristocraticos, situados en relaciones de clase que los someten a otras normas de reproduccién, 0 en la sociedad patrimonial, entre las familias deseosas de preservar sus bienes.”! Incluso considerando, en este punto del razonamiento, que las mujeres ptiberes circulan y estan distribuidas entre todos los miembros masculinos paberes de la comu- nidad, estaria asegurada una reproduccidn equilibrada de la poblacién. La fecundidad diferencial que permite a ciertos linajes crecer més répido que otros, o que condena a algunos a la extineién, al desequilibrio del sex ratio, las muertes prematuras, las enfermedades y los accidentes, contribuyen a un desequilibrio de los sexos y de las edades. La reproduccién genésiea sola es incapaz de ase- gurar la reproduccién y el crecimiento armonioso de una comunidad agricola funcional que respete las proporcio- nes entre agentes productivos e improductivos. Si la genética asegura, en efecto, la reproduccién natural de una poblacién en una amplia eseala, en limites estadfsti- cos éptimos, no asegura la reproduccion estructural de células funcionales de efectivos limitados. Como lo ob- servé y describi a propésito de las comunidades Guro (1964), la reproduccién natural debe ser continuamente corregida por la redistribucién de los individuos entre células produetivas constitutivas y por la captacién de miembros na- Cidos fuera de la comunidad. La adopeién de nifios de un linaje por otro, de cautivos de guerra, de clientes, de obligados, a ‘veces el don de una esposa o el robo de mujeres, las fusiones entre familias debilitadas, son los medios para corregir un equilibrio siempre precario.** ‘La ampliacion de la comunidad doméstica, o a unién de varias células constitutivas organizadas para la pro- 21 La ideologia patriarcal donde a religién asume el remplazo de la fautoridad gestionaria pars sostener y refurzar el poder de los ancianos. #8 P. Bonte (1973 : 93) objeta sin embargo a P.-P. Rey la incapacidad de la sociedad de linaje para compensar los accidentes. demogréficos. 73 ledor de las funciones politicas de la reproduccién, acilita la redistribucién de los efectivos en el interior de sta ultima. Redistribucién que, como veremos, es una de as condiciones del funcionamiento orgénico de la comu- tidad ampliada y de la produccién social de la energia yumana que es su motor. Hemos observado el desarrollo ldgico de la organizacién loméstica que deriva de la produccién de las subsisten- s de donde surge la autoridad del mayor, hasta la eproduccién social que se organiza y se ordena alrededor le esta autoridad. La reproduceién social de la comuni- lad doméstica no es un proceso natural ni, como en los isos precedentes, el efecto de la guerra, del rapto o del obo, Es una empresa politica, Las relaciones de produccién y de reproduccién se nos parecieron como el substrato de las relaciones juridico- deolégicas del parentesco. La cooperacién en el trabajo gricola lleva a relaciones vitalicias entre las parejas, omo lo son siempre las relaciones familiares. La repro- luccién del ciclo agricola implica una solidaridad necesa- ia y practicamente indefinida entre los productores que e sticeden en ese ciclo: las nociones de anterioridad y de osterioridad que sefialan el lugar de los productores en Ciclo agricola, presiden la jerarquia social entre mayo- es y menores, protectores y protegidos, entre el que dopta y el adoptado, entre el anfitrién y el huésped, jesde él momento en que se sitdan en esas mismas elaciones. La gestion y la redistribucién del producto designan al nas viejo en el ciclo produetivo como el polo de la comu- jidad productora. Se trata, en esta posicién, de algo asi omo el “padre” que alimenta®® a todos los menores lo la substancia necesaria para la perpetua- iacién del ciclo agricola. “Padre” significa, en cto, no el genitor, sino ef que alimenta, el que os rotege y, en contrapartida, reivindica vuestro producto y ‘uestro trabajo. En sus funciones de regulador de la eproduecién social, el “padre” es también el que os casa. i tales relaciones de produccién y de reproduceién se ' Consultar las investigaciones de E, Benveniste sobre el soberano que limenta (1969, 1 = 85). 4 EA COMUNIDAD DOMBSTICA rompen entre dos partes, desaparece también el lazo de parentesco que las unia."* La adopcién, a la inversa, anuda entre las partes las relaciones materiales y socia- les deseritas. La familia, célula de reproduccin, se convierte en el lugar de desarrollo de una ideologia y de ritos donde dominan el respeto a la edad, el culto de los antepasados y de la fecundidad, celebrando bajo diversas formas la continuidad del grupo y reafirmando su jerarquia. Si la comunidad doméstica se constituye por la relacién de los productores segiin una estructura econémicamente necesaria, ésta, una vez formada, deviene el euadro insti- tucional de recepcién de los futuros productores. Las relaciones de dependencia que se establecen y se realizan en la produccién deben asi ser recreadas por la filiacién 0 la adopeidn en un marco parental. En efecto, para que se reproduzea la comunidad doméstica es necesario que las relaciones de filiacién estén conformes a las relaciones de dependencia y de anterioridad establecidas en la produc- cién: es necesario que las relaciones de reproduccin se vuelvan relaciones de produccién. Pero, al ser intangibles las obligaciones de la produccién (a un nivel que se supone constante de las fuerzas productivas), s6lo al nivel de la reproduccién pueden aplicarse las reglas que la conformardn con las exigencias materiales de la produc cién. La reproduecién es el nivel maleable al que puede aplicarse la decisién politica y 1a accién de las autorida- des para efectuar esta conformidad.* Si, por lo tanto, la reproduccién es la preocupacin dominante, porque es el lugar de la reconstruccién social, permanece subordinada a las constricciones de la produccién que es la determi- ante, La importancia respectiva de las relaciones de produc- cin y de reproduccién se manifieste en algunas institu- ciones, La sucesién mediante la transmision de las pre- + La maldicion paterna, institucién frecuente en este tipo de sociedad, es ‘uno de los modos de ruptura del vinculo familiar. } Recordemos las reflexiones de Nadel (1942 : 3 s.) sobre In influencia determinante de la economia sobre el parentesco entre los Nupe. Ver también, mas reciontemente, Glikman (1971) \ KEPRODUCCION DOMESTICA 6 ogativas del decano entre productores que se suceden 1 el ciclo de adelantos y de restituciones es muy exten- da en este tipo de sociedad. Este modo de sucesion, que ma la forma institucional de la filiacién colateral, de ermano” 2 “hermano”, esta estrechamente asociado al clo productivo que establece esta continuidad. Expresa aramente una relacién de produccién.” La determinacién de las relaciones de produccién se anifiesta dun, como veremos, en la redistribucién de los istagos 0 haciéndolos comunes (1, 3, Ill), instituciones ediante las cuales se afirma la predominancia del hom- e productor sobre el hombre reproductor. Pero el lugar que ocupan las relaciones de reproduccién 11a organizacién y la gestion social explica la importan- a que adquiere la representacién juridico-ideolégica de s mismas, vale decir el parentesco, y esto ocurre por ‘anto, como vimos, los fundamentos del poder tienden a bilitarse a medida que aquél se afirma. Se acentia al ismo tiempo el caracter dominante de las relaciones de produccién que, si bien estan subordinadas a las rela- ones de produccién, tienden a imponerse como “valores” enciales en una sociedad no iguslitaria de clases. Relaciones de produceidn y relaciones de reproduccién, | efecto, se cortan pero no se recubren. Las primeras vorecen un modo de filiacion lateral, de mayores a enores, de “hermano” a “hermano”, segtin el rango de ceso en el ciclo productivo. Las relaciones de reprodue- én, por el contrario, tienden a establecer un modo de iacién vertical, de generacién a generacién, de “padre” “hijo”. La. sucesién lateral implica una continuidad tre individuos de edad aproximada, por ser la fuerza ica de los productores un elemento importante en la nstitueién de una pequefia comunidad donde domina el abajo agricola. Por el contrario, cuando se introducen s condiciones de desigualdad social y la constitucién de 1a clase aristocratica dominante, que se reproduce giin sus propias normas (preocupada por la sucesin Hay que tener en cuenta que la nocién de “hermano” en la terminolo- del parenteseo de las comunidades agricolas tiende a precisarse para tinguir hermano “mayor” y hermano “menor”. Esta filiaciOn colateral nunca se establoce entre las mujeres, cuyas jeiones de productoras nunca estén formalmente reconocidas. 6 LA COMUNIDAD DOMBSTICA politiea y la reproduccién de las eondiciones de su domi- Potion), la sucesién vertical tiende poco 8 pec impo- race jas secuelas de 1a sucesién colateral: 4 sucesion vertical, que implica una diferencia de edad mas grande taomento en que la fuerza fisica es meno necesaria, para Te continuidad del grupo, que 1a inteligencit politica, capacidad que un individuo puede conservat hasta una edad avanzada.’ La etnologia clésica, més inclinada a entender Jos con- faptos al nivel de la representacion ques hacian los copies ados que al andlisis de los fundamenton de la rganizacién social, ereyé haber encontrado en el paren- tesco la clave de la antropologia: Tlusion compartida por ei rotomerxismo estructuralieta que, vendo incluso mas fejos, atribuye al parentosco el doble estat de infraes- lelos, airy de superestructura (Godelier, 1970, 1875 >> de smpctm mega de toda explicacion concernionte a las socie- alle Y Orvinitivas. El parentesco engendraria 6s(/ e& dades Prgida, su propia determinacién. De donde, &m cieriperspective, se deduce que 1a economia o&8 deter- esta Berson la ‘evoluci6n social (como, lo entiende x Gitlan (1973. ; 126], discipulo de Godelier) y ar% al Caterialismo histérico no tiene ninguna base cientifica.”* spalayinrerge virnos que We aniaestructana Do sue Sin ember, parentesco sino relaciones de produesi®n. relacione’ aad de reproducir estas relaciones de produc: 1 Bl proceo de emergencia de Ta sucesién file) Pot primogenitara es Teer Prete lento y acamapanado de sansriontas quer} idindsticas. La siempre Treana eaté llena de estas guorras fratrcidas 98 ‘entablan Ios torSionion el trono a la muerte de los soberanat, ‘transformando por Prete de ia songre la filiacién colateral on fac Aineal. Pues zeémo de golpe al mayor del primer nacido de los hermanot clasificato- nr de gelFet hermano mayor, al mayor de a primera ese» ete? (Bruyas, 1966). (Brayas, 1950) on procede de un proceso may comin ep ios Prete or Bata coe que un modo de produssén dewansh neeear net sobre tas, Al acter paedan do produccign, materials eH ‘el modelo orange otorge aa tierra una posi ni ‘Al eomprobar, con “Schur de In tierra es drigdo por le crganioogs social y 0 de pee atribuye 4 las estructuras sociales la cructura”. A REPRODUCCION DOMESTICA 7 jén, que s6lo se establecen mediante la produccién del roductor, constrifie a las primeras en lazos individuales las sitdia en un marco institucional destinado a manipu- .rlas para adaptarlas a las exigencias de la organizacién del control de esta produccién. El andlisis anterior demuestra que las sociedades primitivas” no escapan al materialismo histérico. De- questra que “el modo de produccién dado y las relaciones e produccién correspondiente al mismo [...] en suma a estructura econémica de la sociedad es la base real obre la que se alza una superestructura juridica y polf- ica. [...] para el cual ‘el modo de produccién de la ida material condiciona en general el proceso de la vida scial, politica y espiritual’ ”. (Marx, 1867, 1 : 93 [1] : 00)). A diferencia del capitalismo, y esto es importante, el oder en ese modo de produccién reposa sobre el. control de 99 medios de Ia reproduccién humana: subsistencias y sposas, y no sobre los medios de la produccién material. Esta Ultima distincién descarta las interpretaciones rotomarxistas que sélo pueden ver en las sociedades no apitalistas una prefiguracién de las sociedades capitalis- as, vale decir de los sistemas sociales en los que las elaciones de produccién se establecen mediante la pro- iedad juridica de los medios materiales de produccién. ista visin limitada e hipécrita del materialismo histo- ico s6lo puede conducir a la interminable repeticién de gunos esquemas del materialismo vulgar. El control social a través de los medios de la reproduc- ién humana se prolonga en todas las sociedades donde as socidlogos han reconocido el predominio del “estatus” obre el “contrato”. Veremos simultaneamente su expan- jn y su desvanecimiento en la esclavitud y en las iferentes formas de servidumbre que le estén asociadas Africa del oeste (Meillassoux, 1975; y obra en prepara- m). 3 LAS ESTRUCTURAS ALIMENTICIAS DEL. PARENTESCO, Lo anterior sélo es el esquema deseriptivo de los meca- nismos de funcionamiento de la comunidad doméstica. La produceién y la reproduccién se realizan mediante la circulacién, la cual s6lo se distingue analiticamente, ‘eomo nos lo ensefié Marx, del proceso de prodaccién. La circulacién del producto se funda sobre la anterior dad en el ciclo de la produccién. A este nivel del andlisis se nos aparecié no bajo su forma juridico-ideolégica de un ciclo de prestacién-redistribucién, sino como ua ciclo de adelantos y de restituciones del producto. No hay, en este ciclo, intercambio equivalente, vale decir transferencia de objetos, de bienes 0 de servicios diversos, en contrapar- tida y equivalencia uno de los otros. Los bienes no son confrontados (1960). No se presentan las condiciones para el surgimiento de un valor de cambio. El producto circula desde el productor hacia el gestionario y vuelve a él, a plazo fijo, bajo la forma de un. producto consumible idén- fico. Pero detrés de una apariencia material inmovil, el producto sufre una sucesién de avatares mediante los cuales se realiza la reproduccién. "En todas las formas de sociedad existe una determinada pro- ducci6n que asigna a todas las otras su correspondien‘e rango (e) influencia, y cuyas relaciones por lo tanto asignan a todas las, otras el rango y la influencia,” (K. Marx, 1859 : 170 [1858-1858 :1, 27-28). En la comunidad doméstica esta produccién determi- nada es la de los alimentos agricolas cuya transformacién enenergfa humana asegura la perpetuacion y la reconsti- tucién de la comunidad. La nocién de “energia humana” que empleo aqui es més amplia que “fuerza de trabajo” Abarca la totalidad de la potencia (781 pSTRUCTURAS ALIMENTICIAS DEL, PARENTESCO 79 energética producida por el efecto metabélico de las substancias alimenticias sobre el organismo humano. En la sociedad eapita- lista s6lo una fraccién de esta energia se manifiesta como fuerza de trabajo, cuando es vendida en el mercado, ya sea directa- mente a un empleador, o indirectamente mediante su incorpora- cién a un objeto comercializado por el productor mismo. La fuerza de trabajo es asi la parte de energia humana que tiene valor de cambio. La que es empleada en el tiempo libre, por sjemplo, no se considera mereancia. Sélo tiene para el trabajador un valor de uso, incluso cuando es empleada para la reconstitu- én de la fuerza de trabajo, En la comunidad doméstica, donde oda la energia humana tiene valor de uso, esta distincién no existe. El razonamiento debe aplicarse a la fotalidad de la energia humana producida y a su redistribucién entre diversas ictividades, Produceién energética y produceién alimenticia son las jos fases de un mismo proceso productivo, uno metamor- osedindose en otro y viceversa. Proceso universal, cier- amente, pero cuyo andlisis, aunque simple, resta por racer en el ciclo doméstico, a fin de descomponer los necanismos sociales de esta transformacién mediante la ial la comunidad actia, en tanto célula de produccién oherente y orgdnica, para su propia perpetuacién, LA REPRODUCCION DE LA ENERGIA HUMANA 0 EL PROCESO 1B PRODUCCION: ENERGIA ~ SUBSISTENCIA - ENERGIA a reproduccién econémica se realiza mediante la pro- luccidn de alimentos, medio de produccién de la energia jumana, y por la distribucién de esta energia en el ciclo roductivo, vale decir su distribucién entre los producto- es pasados, presentes y futuros, ‘omo veremos al analizar el costo de la reproduccién de la 1erza de trabajo en el marco del imperialismo (cf. segunda arte), el edleulo del tiempo de trabajo sobre una base hofaria sti ligado especificamente a la explotacién eapitalista, Este iodo de eéleulo excluye, en efecto, el costo de la formacién y de | teproducién de la fuerza de trabajo, costo que es reintrodu- ido mediante mecanismos extrasalariales. Una economia como \ economia doméstica, donde la fuerza de trabajo no es una wereancfa, se adapta menos aiin al célculo horario, Para com- 80 LA COMUNIDAD DOMESTICA prender en su coherencia los mecanismos de produccién y de circulacién que se realizan en la escala de varies generaciones sucesivas, es necesario sustituirlo por el ediculo vitalicio. Si, en esta economia, el control de la energia humana no se disocia del control del productor, la energia, por su materializacién en el producto y la circulacién de éste, no queda ligada al individuo. Se transmite y se reproduce, tanto por el automantenimiento del productor como por su inyersién en futuros productores. ‘Aun cuando la reproduccién de los productores y de los reproductores aparezca como un hecho demografico, esta tolalmente subordinada a la economia, a la produccién de Jas cantidades de alimentos necesarias para el creci- miento biolégico de los futuros productores. “La produc- cién de los medios alimenticios, sehala Marx, [es 1a] condicién. . . de toda la produccién en general” (1867, 11, 3 ; 26 [i, p. 591)). Bs, en particular, condicion de la produccién de los productores. El crecimiento demogra- fico depende de las capacidades productivas de subsisten- cias que tenga la sociedad y en las cantidades de éstas que serdin afectadas a dicha reproduccién. Al ser el pro- ducto vital, el alimento, el medio de la produccién y de la reproduccién de los productores, es en su afectacién que es necesario analizar la produccién y su composicién. En la comunidad doméstica el producto vital se reparte de la siguiente. manera: una parte esta consagrada a la reproduccién del producto mismo, vale decir a la consti- tucién de una reserva de semillas; otra fraccién esté reservada a las actividades sociales (recepciones, ceremo- nias, cultos, ete.);' y la mayor parte (en mi andlisis me referiré s6lo a ella) est4 destinada al consumo de los miembros de la comunidad. Esos viveres consumidos cumplen las siguientes funciones: reconstitucién de la energia de los productores (parte consumida por los adul- * LiMfraccién destinada a las semillas no circula entre los productores y se renueva normalmente de ciclo en ello, En mi rezmamlento o6lo me refiero a ella como referencia. Lo mismo curr con la hipotesis de que las actividades sociales por medio de las cuales une parte de las subsistencis ‘5 oftecida a miembros exteriores a la comunidad implica una reciproci- dad de los beneficiarias, de manera tal que no existe deperdicio (ef. Sulin, 1965) Esta parte no figura, por lo tanto, en las formulas que siguen, ESTRUCTURAS ALIMENTICIAS DEL PARENTESCO 81 tos productives); produccién de los futuros productores parte consumida por los nifios no productivos); parte sonsumida por los ancianos productores.? { Lo que precede puede ser expresado mediante la si- guiente formula: ya sea (en afos) A: periodo preproductivo de la infancia B: periodo productivo del adulto C: periodo posproductivo de la vejez y(A+B+C)=T ) (en cantidades): «: consumo anual por individuo,* produccién anual por individuo productivo (en B) Gia A representa el consumo de un individuo durante jus aflos preproductivos,' por lo tanto, igualmente, la arte del producto social invertido en la produccién de un uturo productor, (a Bes ‘la parte consumida por el productor durante ti periodo productivo, equivalente a la fraccién del pro- lucto social destinado a la reconstitucién de su energia, Ga Ces la parte del producto social que vuelve al roductor que se ha vuelto incapaz en su periodo pospro- juctivo, equivalente, término medio, a la fraccién que de u produccién anterior se habia consugrado a la alimen- acién de los viejos de la generacién precedente. En a C enemos en cuenta la parte destinada a los otros incapa- itados (enfermos, invalidos, ete.). a C no produce energia til, a diferencia de « A y a B. Agreguemos Ia fraccién almacenada para hacer frente a los. afios iitarios, Ia que desempefia un papel regulador sobre un periodo més mplio, Este almacenamiento no cambia los datos de base del problema atado aqui. Sobre la parte consagrada al mantenimiento de los paspra- uctivos, ef, infra, p. 107. Es evidente que el volumen dol consumo difiore segin lus edades y los nos, Es suficiente, si se desea aplicar esta férmula a los datos calcula: , de afectar « con el coeficiente correspondiente, La divisién en edades productivas y no productivas no esta establecida stamente en Ia realidad: un nif participa desde muy temprano en ertas actividades agricalas (cuidado de los campos, pequefios trabajos pgareos, ete.) antes de ser un verdadero producter. Del mismo modo el 82 LA COMUNIDAD DOMESTICA OB es el volumen de las subsistencias producidas por un individuo durante su periodo productivo. Para que la célula productiva funcional sea capaz de reproducirse, en el marco de nuestra definicién de la comunidad doméstica, es necesario que el volumen de alimento producido por cada productor sea igual o supe- rior al volumen necesario al mantenimiento del produc- tor y a la formacién de los futuros productores, asi como para el retiro de un posproductor. Las condiciones de la reproduecién seran: U una reproduccién simple (el productor se reproduce mediante un tinico sustituto): BB = a(A + B + C) 5 reproduccién ampliada (el productor produce mas de un substituto): BB > aA + B + C) (Se supone que la fraceién aA que ha sido invertida en la formacién del productor de referencia, fue extraida del producto social de la generacién precedente.) Tasa Rd de reproduccién doméstica (ntimero de depen- dientes menores que el productor puede alimentar hasta la edad productiva durante su vida productiva): Rd = 6B—aB+0)=8 aA, aA (S = sobreproducto bruto.) La formula anterior representa la tasa de reproduceién bruta; se supone arin que la fraccién a A, que fue inver- tida en la formacién del productor de referencia, fue extrafda del producto social de la generacién precedente. Rd tiene en cuenta asi, entre los dependientes del produc- tor, a su sustituto, el nifo que lo remplazara como productor. La reproduccién neta, la que solo cuenta el nimero de los nifios suplementarios, 0 que expresa el crecimiento doméstico, seria: Rn = BB —alA + B + ©) A STRUCTURAS ALIMENTICIAS DEL PARRNTESCO, 8o La formula vale para cada productor, hombre o mujer: 4 reproduccién de un hogar es la suma de las tasas de eproduccién de cada uno de sus miembros activos. En lo que concierne a las esposas que Iegan a la munidad ya formada, se considera que cada comunidad ecibe a plazo fijo tanto como cede, de tal manera que las ansferencias de aA se anulan. Esta hipétesis esta de euerdo con la logica del sistema (ef. 1, 4). La produccién vitalicia de un produetor puede formu- use, en términos de distribucion del producto, de la guiente manera: Bi=eButyaCr2+naAw n el transcurso de su vida el productor consume: As +aBrtaCw niimero de viejos que pueden ser alimentados con el trabajo del productor considerado, niimero de jovenes improductivos que también pueden ser alimentados con el trabajo del productor. Los indices 0, 1, 2, segiin estén en primera o en se- inda posicién, indican el origen o el destino del pro- icto. generacién posterior atin no productiva (los jévenes); : generacién presente productiva (los adultos activos); : generacién anterior no productiva (los viejos). La constitucién de la comunidad gira alrededor de las ansferencias de aA y aC, vale decir mediante la circu- cién de las subsistencias entre las tres generaciones oductoras sucesivas. Si se considera que todes las cantidades aA y aC son énticas entre ellas, sustrayendo de la produccién vitali- 1 de cada productor su consumo vitalicio, se obtiene su usproducto vitalici a@B + yaC + naA) ~ (aA+aB+aC) = aGly-1) + eAG-1) Al nivel del conjunto de la comunidad el plusproducto ‘4 a cada momento representado por el volumen de las a LA COMUNIDAD DOMESTICA subsistencias disponibles por sobre la cantidad necesaria para la reproduccién simple de los efectivos: Para que este plusproducto permita un crecimiento demografico de la comunidad doméstica, es necesario todavia que se cumplan varias condiciones, Si se tiene en cuenta que la produccién agricola nunca es regular sino que esta sometida al azar del clima, el que a veces puede reducir la produccién durante varios afios consecutivos, la primera condicién para el crecimiento demografico consiste, Io hemos visto, en disponer de productos que tengan la capacidad de-conservarse al menos mientras dure el mas largo de los periodos cataclismicos. Si esto se cumple, el volumen medio del plusproducto debe estable- ‘cerse a un nivel constante durante un perfodo al menos igual a la.duracién A de formacién de una generacién de productores, Una buena cosecha no es suficiente para aumentar la poblacién. Es necesario que durante quince © veinte afios los nifios supernumerarios nacidos en este periodo estén seguros de recibir la cantidad de alimento aA necesaria para su maduracién. Si se supone que la duracién del almacenamiento de los productos alimenticios permite cubrir los periodos cata- clismicos, para que en el mismo se conserve el nivel demografico, serd necesario que: AW) =P ST y para que haya crecimiento de la poblacién: AW + AV) >P @ V: volumen anual de produecién de 1a comunidad, 4 V: crecimiento de V, plusproducto, P: efectivo de la poblacion de la comunidad. Los stocks que constituyen las comunidades nunca re- presentan “excedentes” porque su objeto es extender en el tiempo su capacidad de reproducirse y, eventualmente, de erecer. Asi, lo que una clase explotadora extrae eventualmente del producto social se realiza siempre en detrimento del crecimiento o incluso de la reproduccién simple del grupo ESTRUCTURAS ALIMENTICIAS DEL PARENTESCO cuando esta extraccién produce la muerte prematura de una parte de la poblacién (Ja muerte prematura debido a Ja miseria nunca es contabilizada como una pérdida eco- némica en los caleulos de la economia liberal). Il EL PLUSTRABAJO Mas que de un plusproducto, la economia doméstica es capaz de producir un plustrabajo. La division de las actividades agricolas en estaciones productivas e improductivas hace aparecer elaramente la capacidad de la agricultura para brindar un volumen de subsistencia $8, cuyo consumo produce una suma de energia SE superior a la necesaria para la reproduecién Xp. Esto puede ser evaluado facilmente mediante el tiempo de trabajo necesario para la produccién del pro- ducto agricola que, en general, s6lo es una fraccién del afio solar. A este periodo debe agregarse el tiempo de trabajo necesario para las operaciones anexas, en particu- lar las relativas a la fabricacién de los instrumentos agricolas, asi como el tiempo de trabajo necesario para la preparacién de las substancias alimenticias y para la fabricacién de utensilios culinarios. Durante las estacio- nes muertas son realizados los trabajos indispensables para el mantenimiento del productor de energia: cons- truccién de la vivienda, fabricacién de vestidos, diversos muebles, etc. Estas operaciones, estrictamente necesarias para la produecin y la reproduccién, generalmente no absorben la totalidad de las fuerzas de los trabajadores durante la estacién muerta. Aun cuando este perfodo sea muchas veces dificil, queda un resto de energia que puede emplearse en actividades productivas suplementarias (caza, recoleecién, ete.), en actividades sociales o politicas (debates, competiciones, guerras, etc.) 0 en la produccién de bienes artesanales no productivos, Asi, al ser E la cantidad de energia producida anual- mente por cada productor activo, hombre o mujer, Guna fraccién Es de E es utilizada para la produecién de un volumen de subsistencias de origen agricola nece- sario para la reconstitucién de las fuerzas del productor y para la formacién de los futuros productores (cf. 1, 3, 1); 86 LA COMUNIDAD DOMESTICA C una fraccién E: esta dedicada a las inversiones nece- sarias para la fabricacién de los medios de produccién, tiles, utensilios culinarios, etc., y al mantenimiento del productor (habitacién, vestidos): C una fraccién Ei se aplica a otras actividades econd- micas no estrictamente necesarias para la produecién de E, asi como a las actividades sociales y politicas. C EI resto es E-. Luego: E = (B) + B) + (Ei + B)S La diferencia entre la cantidad de energia producida E y.la cantidad de energia gestada Es+Ei para la produc- cidn de E, es: Ei+E-, Esta diferencia entre cantidades de energia producida y gastada se traduce por una diferen- cia entre el tiempo de trabajo estrictament2 necesario para la produccién de la energia B y la duracién del empleo de esta energia, duracién que al menos siempre es igual a un ciclo agricola completo, vale decir a un aio.” En otros términos, el plustrabajo es la cantidad de energia disponible mas alla de las cantidades aplicadas a la produccién de las subsistencias necesarias para la reproduccién simple de la comunidad.* Ez+E- se traduce para la comunidad en um tiempo libre que goza gracias a sus esfuerzos y a la explotacién de sus capacidades fisicas e intelectuaies, tiempo del que di pone de acuerdo con sus conveniencias y sus necesidades, tiempo indispensable para todas sus expansiones y pro- gresos. Para participar en el ciclo productive, vale decir para pertenecer a la comunidad -y veremos las implicaciones de esta ‘observacién cuando estudiemos la esclavitud-, asi * Las respestvascantidades 5, B Bi, dopenden del nivel de producti vided alennzado por Ia comunidad’ Un progreso del insrumental au ‘menta Ei en provecho de una disminucién de Kb, as{ como an progreso de Tas tenia agri "Para qe BB paren, os necesario que se respete nassrahiptess inicial, a saber, una agricultura de productividad muy elevuda como para sane ln nsdn alent recor pra anon roproducién de sus membros ast como para la repetkion dl ciclo agricola (cf. 1, 2, 1), franc "Ente plustrabjo e, por exenca, la renta en trabajo en una economia feudal y la plvalia en tn econamniaexpitalist, En ambos caso ee mediante le despotsiin do ese tempo libre que el hambre et alienad, ESTRUCTURAS ALIMENTICIAS DEL. PARENTESCO a7 como para contribuir a su propia perpetuacién, cada productor debe: 1} restituir a 1a comunidad la parte wA:: que consumié durante su edad improductiva para que ella se vuelva a invertir en la formacién de un futuro productor; 2] adelantar Ia parte aCu que consumira cuando se vuelva incapaz; 3) producir la parte oBu necesaria para su mantencién presente como productor, El saldo S, si existe, normalmente es ‘devuelto a la reproduccién ampliada de los productores, vale decir al crecimiento de la comunidad, lo que permite realizar los objetivos sefalados, La circulacién del producto entre generaciones, circula- cién necesaria para la reconstitucion de Ia energia hu- mana, convierte a cada individuo, produetor 0 futuro productor, en dependiente de todos los otros miembros de Ja comunidad. La capacidad de cada productor para pro- ducir un excedente energético esta subordinada a su pertenencia a la comunidad. La energta de cada produc tor es el producto social y temporal de la comunidad y de sus relaciones de produccién y de reproduceién, anudadas sobre una duraci6n de tres generaciones sucesivas Desde un punto de vista estrictamente econémico la parte consagrada a la alimentacién de los improductivos, y en particular de los viejos, parece superflua. Bs olvidar que las condiciones de la produccién conducena situar a los ancianos en el centro de las relaciones de produccién y contribuyen al acrecentamiento de su autoridad, a la concentracién de las funciones de gestién en sus manos y al desarrollo de la ideologia del mayor. Estas estructuras definen la finalidad de este modo de produccién: la perpe- tuacién y la multiplicacién de sus miembros, Desde este punto de vista la comunidad doméstica representa un progreso sobre la horda, la que es poco capaz de soportar las enfermedades y los incapaces, 0 de asegurar la sobre- vivencia de los viejos mas alla del momento en que dejan de tener fuerzas para producir. Ahora bien, en la comunidad doméstica la sobreviven- cia de los posproductivos sélo es posible por la inversién de la energia producida durante su edad productiva en la formacién de futuros productores, Si no pudiera invertir en una célula de produccién o de reproduecién, un traba- jador aislado no podria sobrevivir -a partir del momento en que deja de trabajar- mas alla del periodo de conser- ey LA COMUNIDAD DOMESTICA vacién de las subsistencias que haya acumulade antes de su retiro, vale decir durante varios afos. Al carecer de un modo de intercambio que le permita ahorrar durante un largo perfodo para la transformacién del producto agri- cola perecedero en un valor durable y recambiable a plazo fijo -como por ejemplo la moneda-, el futuro no puede invertirse sino en la produccién y reproduccién de la fuerza de trabajo de los dependientes inmediatos, en la constitucién y reconstitucién de la célula productiva do- méstica. UL LA CIRCULACION DE LOS NINOS Una de las condiciones para la reproduccion estructural de la comunidad es que los futuros productores reciban la parte «A de subsistencia necesaria para su crecimiento. ‘Al considerar que el volumen de la produccién AB de cada productor es, en término medio, equivalente, y que, por el contrario, la capacidad de procreacién de cada uno no se encuentra ligada a sus capacidades productives, se im- pone una redistribucién capaz de armonizar la produccién y la reproduccién, De hecho, contrariamente a lo que parece superficialmente légico, esta armonizacién se rea- liza mas por la redistribucion de la descendencia que por Ia redistribucién del produeto. Por lo comin se efecttia mediante la practica de la comensalidad: el producto comin es transformado y el alimento distribuido de igual manera entre todos los miembros, Pero lo que se realiza por medio de este rodeo no es tanto una redistribucién del producto como un hacer comin a la descendencia, considerada también como si fuera la descendencia del decano, Por esta razén la poligamia es mayor en las comunida- des econdmicamente muy centralizadas (donde la totali- dad del producto esta administrada por el decano) que en las comunidades descentralizadas, En las primeras el decano puede disponer de numerosas esposas y tener una amplia descendencia, sin que esta situacién actie de manera determinante en la redistribucion de las subsis- tencias, al ser carla uno, con igual titulo, hijo del decano. Sila comunidad esta dividida en hogares que disponen de ESTRUCTURAS ALIMENTICIAS DEL, PARENTESCO 89 todo o de parte de su producto, se impone una redistribu- cién para corregir los imprevistos de la fecundidad. En una comunidad descentralizada, en efecto, el reparto de las esposas piiberes, de los productos y de los nifios, debe acordarse con la distribucién del producto. En los limites del producto disponible este reparto entre células productivas tiende a ser equilibrado, pues el producto presente de cada hogar sélo adquiere valor si es consumido y transformado asi en un produeto futuro. El hogar que no tiene suficientes nifios como para absorber su producto no realiza el “valor” de éste. La acumulacién de alimentos (mas alla de las reservas nece- sarias para enfrentar las eventuales variaciones de la produccién) sélo equivale a su esterilizacion. Por otra parte, el hogar que tiene exceso de bocas para alimentar no realiza las potencialidades productoras de su descen- dencia. En las condiciones historicas del fumcionamiento de la comunidad, admitiendo que ésta sdlo tiene posibilidades iimitadas de reclutar fuera de su seno (en oposicién a lo gue pasa en la sociedad esclavista), la adecuacién del producto social con el consumo se realiza mediante el lesplazamiento de los individuos entre las células pro- ductivas més que por el de las subsistencias. En los mites de los efectivos de la comunidad, el nimero de nifios en el seno de cada hogar es apto para variar mas y ‘on mayor rapidez que la produccién. La redistribucién ie los dependiontes permite repartir mejor. la energia umana entre las célutlas productivas y proporcionar en su interior el numero de los individuos productivos mproductivos. Esta politica de redistribucion de los efec- ivos en funcién de las exigencias de la produccién se nanifiesta en la prdctia y en diversas instituciones tales como la adopcién de sobrinos y sobrinas-, y se bserva en la movilidad de los individuios entre los hoga- es de una misma comunidad; instituciones que favore- en, mediante una manipulacién de las relaciones de yarentesco, la reconstitucién permanente de las relaci 1es de produccidn (véase 1964, cap. 4; Pollet y Winter, 971 : 385; J. Schmitz, 1975, ete.). i en lugar de una redistribucién de los nitios, de acuerdo con los necanismos descrites, hubiera reparto del producto, la eoncen- 90. LA COMUNIDAD DOMESTICA tracién de un niimero de nifos proporcionalmente més grande en un hogar mas fecundo permitiria a éste, en una primera fase, recoger una parte del producto social superior a su propia pro- duccién, extraida de la produccion de In comunidad en su con- Junto. Ya esto seria reconocerle un derecho privilegiado sobre la pproduccién futura de su descendencia, cuyo crecimiento estaria Iniciado por esta extraccin ejecutada sobre los otros hogares de Ja comunidad, Si se admite que el producto del trabajo de esta descendencia ast constituida permanecera en ese hogar, habré una ruptura del ciclo de adelantos y de restitucimes y un definitivo acaparamiento de esta fraccién del produeto social que fue utilizado en la formacién de los productores del hogar. Sin embargo el plusproducto inicial acaparado de esta mienera no se reproduee sino en circunstaneias sociales que permiten su inver- sion independientemente del estricto crecimiento genético. En ‘otros términos, el plusproducto proveniente de los productores formados en el hogar gracias a sus recursos exteriores debe corresponder, en la generacién siguiente, a una descendencio proporcionada para alimentar, a falta de la cual el plusproducto se pierde. Para gozar de é), el hogar debe encontrar fuera de su senoy fuera de la comunidad eon la cual se rompieron los ciclos de redistribucién—a los individuos que haré entrar en su grupo, a fin de invertir en ellos el plusproducto del cual dispone. Una acumulacién diferencial del producto supone esta posbilidad de reelutar dependientes extranjeros. Ahora bien, las condiciones histéricas del funcionamiento de la comunidad doméstica limi- tan esta eventualidad a circunstancias ocasionales, no suscepti- bles de reproducirse regularmente, por lo tanto ni instituciona- les ni orgénicas. Si ella ocurriera haria. posible, mediante la utilizacién de una redistribucién inicial del producto, el co mienzo de una acumulacién diferencial, pero al precio de una ruptura de Jas relaciones de produceién y de reproduecion do- méstiea, es decir de una transformacién radical de las estructu- ras sociales. Asi, a causa de las obligaciones de lq produccién, la logica de la redistribucién se ejerce sobre los individuos mas que sobre el producto, al ser considerado ceda hogar en suis capacidades relativamente estables de produccion més que en sus inciertas potencialidades de reproduccién: el sistema social es administrado a partir de los datos més pertinentes. Mediante la redistribucién de los de- pendientes ningtin productor, salvo en caso de muerte Precoz, es despojado del producto de su trabajo. Su plus- producto le es reintegrado, cualquiera sea el nimero de hijos que haya procreado, Este le permitiré alimentar un ESTRUCTURAS ALIMENTICIAS DEL PARENTRSCO a mismo ntimero de nifios $ (ya sea que esos nifios sean aA adquiridos o pertenezean a la comunidad). La concepeién de la familia ampliada al parentesco elasificatorio, que prevé institucionalmente la circula- cién de los individuos, esté asi en conformidad con las condiciones de la produccién y de-la circulacién de las subsistencias que légicamente dan mayor importancia al trabajo productivo que a la simple capacidad generadora del macho. 4 LA DIALECTICA DE LA IGUALDAD La circulacién de la descendencia que se realiza en el interior de la comunidad doméstica no se acompafia de ninguna contrapartida material. La cireulacién de las esposas que se realiza entre comunidades diferentes im- plica a veces una circulacién en sentido contrario de objetos, circulacién cuyas modalidades, la evolucién y los efectos, vamos a examinar ahora, I. LA CIRCULACION DE LAS ESPOSAS Y DE LAS DOTES!' En el conjunto matrimonial constituido por la alianza de varias comunidades, la reproduccién de cada una de ellas estd asegurada por la redistribucién de las mujeres puibe- res disponibles. La intencién fundamental de esta redistribucién es la reproduceién, cuyo instrumento es la mujer. El reparto de las mujeres no es el objeto altimo de su circulacién, sino el reparto de su descendencia. En todo lo que sigue la expresion “circulacién de las mujeres” sobreentiende “de- volucién de la descendencia”. Aceptando que las mujeres no procrean en su propia comunidad (salvo en el caso de matrimonios preferenciales), ellas son transferidas hacia otras comunidades. Esta transferencia solo puede effc- tuarse sobre la base de una reciprocidad absoluta, pues una mujer pitber séio tiene otro equivalente funcional en ‘otra mujer ptiber. En estas condiciones y si se respeta * Entiendo por dote el conjunto de bienes materiales yio de prestaciones, cexigidas convencionalmente por la comunidad prestataria de a comunidad ‘que adquiere mujer. La dote se distingue del ajuar, objetos personales que ln novia lleva a casa de su espaso y que siguen pertoneciéndale, y de los regalos hechos a titulo personal por ciertos parientes, 192)

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