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Catolicismo y peronismo en la ciudad guadalupana.

De la colaboración al conflicto
inesperado (Santa Fe, 1946-1955), en Di Stefano, Roberto (Comp.) La ciudad secular,
UNQ, Buenos Aires, 2020.1

Diego Mauro
ISHIR-CONICET/Universidad Nacional de Rosario

Tras una década de cooperación se desató a finales de 1954 un virulento enfrentamiento


entre Perón y la Iglesia católica que contribuyó decisivamente a gestar las condiciones del
golpe de Estado de 1955. Diferentes trabajos, buscando comprender el conflicto,
subrayaron las tendencias "integralistas" y "totalizantes" del peronismo y el catolicismo.
Para Susana Bianchi, una de las principales exponentes de dicho enfoque, la relación entre
Perón y la Iglesia estuvo signada desde el comienzo por una fuerte competencia en
diferentes campos, como el de la familia, la educación, el control de las calles y las
organizaciones sindicales y juveniles. Loris Zanatta, en sintonía con el planteo de Bianchi,
puso el énfasis en el impacto de la reforma constitucional de 1949 y subrayó la desilusión
causada por el nuevo texto constitucional en los sectores "nacionalistas" del catolicismo–
que bregaban por una catolización más profunda del Estado– y en buena parte de las
jerarquías que pretendían la firma de un concordato con la Santa Sede. Desde una
perspectiva diferente, Lila Caimari advirtió sobre el riesgo de derivar mecánicamente la
confrontación de 1955 de la simple acumulación de tensiones y destacó más bien la fuerte
polarización social y política general.2 Coincidió con Bianchi y Mariano Plotkin, no
obstante, en que efectivamente, sobre todo durante la segunda presidencia de Perón, las

1
Versiones anteriores de este trabajo se discutieron en el Workshop "Catolicismo y peronismo desde el
territorio: revisando un debate clásico" (ISES, Tucumán, 6 de octubre de 2017) y en las V Jornadas
Catolicismo y Sociedad de Masas en América Latina del siglo XX (Santa Rosa, La Pampa, 31 de mayo y 1 de
junio de 2018). Agradezco los comentarios de los participantes.
2
Susana Bianchi, Catolicismo y peronismo. Religión y política en la Argentina 1943-1955, Buenos Aires,
Prometeo-IEHS, 2001; César Tcach, Sabatinismo y peronismo. Partidos políticos en Córdoba, Buenos Aires,
Sudamericana, 1991; Loris Zanatta, Perón y el mito de la nación católica. Iglesia y Ejército en los orígenes
del peronismo 1943-1946, Buenos Aires, Sudamericana, 1999; “La reforma faltante. Perón, la Iglesia y la
Santa Sede en la reforma constitucional de 1949”, Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr.
Emilio Ravignani, N° 20, Buenos Aires, 1999, pp. 111-130; Lila Caimari, Perón y la Iglesia católica.
Religión, Estado y sociedad en la Argentina (1943-1955), Buenos Aires, Emecé, 2010; Mariano Plotkin,
Mañana en San Perón. Propaganda, rituales políticos y educación en el régimen peronista (1946-1955),
Buenos Aires, Ariel, 1993.
fricciones con la Iglesia se hicieron más recurrentes como consecuencia del impulso estatal
dado al denominado "cristianismo peronista".3
Más recientemente, cambiando en parte la tónica del debate, Roberto Di Stefano aportó
nuevas pistas al recordar el fervoroso anticlericalismo de muchos de los dirigentes
sindicales que habían nutrido el peronismo en sus comienzos, y Miranda Lida propuso
reorientar la mirada hacia las tensiones producidas por las dinámicas de expansión y
desarrollo de la sociedad de masas.4 En efecto, para varios obispos la "democratización del
bienestar" generada por las políticas públicas del gobierno amenazaba la autoridad religiosa
de la Iglesia al multiplicar las opciones de consumo y recreación entre los trabajadores.
En los últimos años, a estos trabajos –que más allá de sus diferencias se basaban
principalmente en los casos de Buenos Aires y Córdoba– se sumaron investigaciones en
clave regional que aportaron nuevos elementos al debate. Los estudios sobre Tucumán,
Santiago del Estero, La Pampa, Río Cuarto o San Nicolás, entre otros, hallaron niveles de
conflictividad más bajos y pusieron en evidencia la necesidad de construir una cartografía
más rigurosa y descentrada del "conflicto", atenta a los procesos locales.5 Por otro lado,
retomando las tempranas observaciones de Caimari, los nuevos estudios de caso
cuestionaron el sesgo "teleológico" de algunas de las explicaciones clásicas y relativizaron
tanto la idea de competencia excluyente como la derivación causal entre competencia y
conflicto. En esta línea, tomando a la ciudad de Santa Fe como prisma, el presente capítulo

3
El argumento había sido originariamente esgrimido por los propios obispos en la "Declaración Episcopal
denunciando la persecución religiosa en la Argentina", del 13 de julio de 1955, Boletín Eclesiástico de la
Diócesis de Santa Fe (BEDSF), julio-agosto de 1955, pp. 53-60.
4
Roberto Di Stefano, Ovejas Negras. Historia de la anticlericales argentinos, Buenos Aires, Sudamericana,
2010; Miranda Lida, "Catolicismo y peronismo: la zona gris", Ecos de la Historia, N° 2, Buenos Aires, UCA,
2010, pp. 10-13, Miranda Lida, Historia del catolicismo en la Argentina, entre el siglo XIX y el XX, Buenos
Aires, Siglo XXI, 2015; Miranda Lida y Diego Mauro (coords.), Catolicismo y sociedad de masas en
Argentina: 1900-1950, Rosario, Prohistoria, 2009.
5
Lucía Santos Lepera, "La Iglesia católica y el peronismo en Tucumán: nuevas miradas desde una perspectiva
regional", PolHis, N° 8, Buenos Aires, PIHP, 2011; "Los límites de la confrontación: la Iglesia católica y el
gobierno peronista (Tucumán, 1952-1955), Revista de Historia Americana y Argentina, Vol. 50, N° 2,
Mendoza, 2015, pp. 215-248; "Las manifestaciones colectivas de duelo frente a la muerte de Eva Perón
(Tucumán, 1952)", Boletín Americanista, N° 64, Barcelona, 2012; José Vezzosi, "Religión y política en los
orígenes del peronismo santiagueño: afinidades discursivas y pertenencias católicas de A. Mittelbach y C.
Juárez", Sociedad y Religión, N° 41, 2014. pp. 79-118; Javier Martínez, "El duelo por la muerte de Evita en la
futura jurisdicción de la diócesis de San Nicolás de los Arroyos", Historia Regional, N° 36, Villa
Constitución, 2017, pp. 29-44. También en el caso de Córdoba se revisaron en parte las perspectivas más
tradicionales: Jessica Blanco, "1955, golpe de Estado en Córdoba (Argentina): las limitaciones
intrínsecas de la estructura peronista local ante el fortalecimiento preventivo de la Iglesia", Secuencia, N° 89,
México, 2012.
se pregunta por la presencia católica en el espacio público durante el período del
denominado "peronismo clásico". El argumento que se sostiene es que, aun cuando
existieron superficies de roce, y la ciudad, concebida como escenario, fue testigo de ellas,
las tensiones pudieron ser finalmente procesadas de manera pacífica, incluidos las
derivadas de la irrupción del "cristianismo peronista" y el culto popular a Eva. Al menos,
como se verá, hasta que las acusaciones lanzadas por Perón a finales de 1954 alteraran los
equilibrios previos. El capítulo concluye, por tanto, que el distanciamiento entre el gobierno
peronista y la Iglesia en Santa Fe fue un fenómeno recién apreciable avanzada la segunda
presidencia de Perón como resultado fundamentalmente de la irradiación de los conflictos
de las diócesis de Buenos Aires y Córdoba más que de las dinámicas locales.

La devoción guadalupana durante el peronismo


A comienzos del siglo XX, con la creación del obispado las peregrinaciones al santuario
guadalupano, en las afueras de la ciudad de Santa Fe, se oficializaron y comenzaron a ser
organizadas por la curia. Se crearon comisiones especiales, avocadas a la preparación del
evento, y se iniciaron las obras de un nuevo templo, finalizado en 1910. A finales de la
década de 1920, la coronación de la imagen reunió una multitud con un programa de
festejos imponente, similar a los que en breve ensayaría la Iglesia a nivel nacional, en el
marco de la ola de congresos eucarísticos preparatorios para el de 1934 en Buenos Aires.
Avanzados los años treinta, los flujos de peregrinos siguieron en alza y hacia 1940
Guadalupe era ya la devoción más importante a nivel regional.6
Tras el triunfo de Perón en las elecciones de febrero de 1946, la celebración reunió como en
años anteriores unos 30 mil peregrinos y se desarrolló según la agenda habitual de
actividades: una peregrinación desde el centro de la ciudad al amanecer, misas sucesivas
desde las cinco de la mañana, una misa pontifical –con la participación del interventor
federal– y por la tarde, como cierre, una procesión en los alrededores del templo con la

6
Sobre la devoción guadalupana y la movilización católica en Santa Fe: Diego Mauro, De los templos a las
calles. Catolicismo, sociedad y política en Santa Fe, 1900-1937, Rosario, Prohistoria, 2018; "La Virgen de
Guadalupe en Argentina. Movilización y política en el catolicismo (Santa Fe, 1920-1928)", Secuencia, N° 75,
México, 2009; "Multitudes católicas, sociedad de masas y política en la Argentina. Reflexiones a partir del
Congreso Eucarístico Nacional de 1940", Secuencia, N° 97, México, 2017, pp. 200-231.
imagen de la virgen.7 Como era habitual, los peregrinos aprovecharon también la jornada
para visitar la laguna Setúbal –que por entonces era uno de los balnearios más populares de
la zona– y participar de los juegos y actividades recreativas que se improvisaban en los
alrededores, entre las que comenzaba a destacarse como en las fiestas patronales el
"babyfootball".8 No faltaron tampoco las apuestas en dinero, que el Arzobispado intentaba
sin demasiada suerte contener, y algún que otro altercado (a pesar de que se había reforzado
la presencia policial y regía la prohibición municipal para la venta de bebidas alcohólicas
en el santuario).9
Al año siguiente, la buena sintonía entre la Iglesia y el gobierno peronista se hizo evidente
en la recepción oficial que se le brindó al nuncio José Fietta10 y poco después en la
participación de las principales autoridades de la provincia en la celebración guadalupana,
incluido el gobernador Waldino Suárez, sus ministros –entre ellos el de instrucción pública,
José María Funes–, el intendente municipal y el jefe de policía.11 Si a nivel nacional, las
relaciones entre Perón y la Iglesia eran próximas, en Santa Fe el vínculo podía considerarse
aún más estrecho dada la militancia previa del gobernador en las filas del catolicismo social
y sus vínculos con la Acción Católica y los principales referentes de la curia local. El diario
La Mañana, apoyado económicamente por el Arzobispado, le dio un explícito aval y sus
propuestas y programas de gobierno se difundieron cotidianamente desde las páginas del
diario. En ese marco, los festejos por el primer año de gobierno contaron con la celebración
de un Te Deum en la catedral y la presencia del arzobispo Fasolino en el banquete
organizado en el Ritz Hotel por el Partido Peronista.12
El gobierno, por su parte, apoyó las jornadas marianas que se realizaron por entonces en
adhesión al Congreso Mariano Nacional y que incluyeron diferentes actividades, entre ellas
una misa de campaña en la plaza San Martín –oficiada por el arzobispo y con la presencia

7
"Una vez más postráronse a los pies venerados de la Reina del Cielo millares de almas de fieles católicos
santafesinos en su santuario", La Mañana (LM), 6/05/1946.
8
"Las fiestas patronales que se desarrollan en Villa Trinidad", LM, 21/7/1946. Fotos de los peregrinos
acampando en "Escenas campestres tradicionales", LM, 21/4/1947.
9
El municipio había prohibido la venta de alcohol y, en teoría, realizaba controles bromatológicos ."Medidas
adoptadas con motivo de las fiestas en Guadalupe", LM, 4/5/1946 y "Las medidas que se han adoptado con
motivo de la fiesta de hoy en el Santuario de Guadalupe", LM, 5/5/1946.
10
"Visita del Señor Nuncio Apostólico a la ciudad de Santa Fe", en BEDSF, abril de 1947.
11
El diario católico La Mañana los retrató junto al arzobispo Fasolino. "Millares de peregrinos de todos los
puntos se congregaron ayer en el viejo santuario", LM, 21/4/1947.
12
"Numerosos actos se realizaron ayer con motivo de cumplirse el primer aniversario del gobierno del Doctor
Waldino Suárez", LM, 15/6/1946. "El Te Deum de ayer en la Iglesia catedral", LM, 17/6/1947.
del presidente del Consejo de Educación y delegaciones de las escuelas estatales de la
provincia– y una procesión con la imagen de la Virgen de Luján desde la Iglesia del
Carmen hasta el monumento mariano instalado en el parque Garay.13
El gran evento del año fue, no obstante, la visita de Eva Perón que reunió multitudes sólo
comparables con las que la Iglesia había sabido congregar durante las coronaciones
marianas y los congresos eucarísticos (como el de 1940 en Santa Fe.)14 A través de una red
de comisiones dedicadas a diferentes tareas (Propaganda, Finanzas, Recepción, Agasajos)
integradas por los sindicatos, el partido y el gobierno provincial y municipal, se planificó
una secuencia impresionante de actos y festejos. La ciudad se empapeló con afiches y se
levantaron tarimas y palcos en diferentes lugares (informados e ilustrados por croquis y
planos publicados en los diferentes diarios, entre ellos el del Arzobispado).15 Los
homenajes, además, se repitieron en todos los órdenes: se la nombró huésped oficial de la
provincia, se le entregaron las llaves de la ciudad y fue agasajada por la Universidad
Nacional del Litoral (que le entregó un volumen con publicaciones de la casa). La Iglesia
no quiso quedarse atrás y ofreció una misa en su honor en la catedral, a la que asistieron
también el gobernador y sus ministros.16 Junto al arzobispo Fasolino, Eva visitó además el
centro antituberculoso que acababa de inaugurarse y en una muestra más de la fascinación
que su presencia generaba, el diario católico La Mañana publicó exultante una fotografía
suya junto al gobernador en el local del periódico.17 Por su parte, la joyería Worms –una de
las más prestigiosas a nivel local– le otorgó a modo de despedida una plaqueta del
Santuario de Guadalupe en oro macizo de 18 quilates para beneplácito de los católicos que
difundieron las fotografías de la placa presentada como un justo y merecido homenaje.18Al
año siguiente, el gobierno de la provincia volvió a mostrar su proximidad con la Iglesia
financiando oficialmente los festejos por la conmemoración de los veinte años de la
coronación pontificia de la imagen y haciéndose presente en los diferentes actos que se

13
"Fueron imponentes manifestaciones de fe mariana los actos de ayer en nuestra ciudad en adhesión al
Primer Congreso Mariano Nacional", LM, 16/8/1947.
14
"Santa Fe se volcó a las calles para agasajar a doña M. Eva Duarte de Perón", LM, 8/12/1947; "La
recepción a la Sra. María Eva Duarte de Perón adquirirá caracteres extraordinarios", El Orden (EO),
27/11/1947.
15
"Ha finalizado la organización de los actos de mañana", LM, 6/12/1947.
16
"Horas de intenso júbilo vivieron ayer las masas trabajadoras", LM, 8/12/1947; "Comisión oficial de
recepción y homenaje a la primera dama", El Litoral (EL), 6/12/1947.
17
"Pasando frente a nuestra casa", LM, 8/12/1947.
18
"Una obra de arte en la joyería Worms", LM, 3/12/1947.
llevaron a cabo (colocación de placas, peregrinaciones, lanzamiento de fuegos artificiales,
misas de campaña). En la ocasión se realizó también una bicicleteada desde el Parque Sur,
una práctica que comenzaría a hacerse cada vez más recurrente.19 Por su parte,
aprovechando el buen momento, Fasolino acompañó el pedido de recursos de la Junta
Parroquial de San José dirigido personalmente a Eva Perón para la construcción de un
Ateneo Popular.20
A fines de ese año, no obstante, se registraron algunos roces, en el contexto de la prematura
salida del gobernador Suárez de la Casa Gris, tras la intervención decretada por Perón y el
posterior intento de Suárez de crear una estructura política independiente del Partido
Peronista (el llamado Partido Obrero de la Revolución).21 Desde el Arzobispado se evitaron
las declaraciones directas, pero se deslizaron algunas críticas a la subsecretaría de cultura
municipal que, en coincidencia con la "caída" de Suárez, había relajado supuestamente sus
controles y autorizado la propaganda de varias películas consideradas indecentes por la
ACA. Las insinuaciones y el altercado puntual por los filmes no duraron de todas maneras
demasiado y en líneas generales la cooperación entre la Iglesia y el gobierno siguió siendo
estrecha. En una muestra de ello, dejando atrás las críticas, Fasolino solicitó poco después
el apoyo estatal para iniciar las obras del nuevo edificio del Seminario en Guadalupe y
desde La Mañana se comenzó a alentar la candidatura peronista de Juan Caesar, impulsada
también por la ACA y el cardenal y obispo de Rosario Antonio Caggiano (quien por si
quedaban dudas hizo pública una carta de apoyo).22 El Arzobispado, asimismo, decidió
trasladar la peregrinación guadalupana para no entorpecer los comicios que dieron
holgadamente el triunfo al peronismo.23

19
"Extraordinario relieve alcanzó la tradicional peregrinación arquidiocesana al Santuario de NS de
Guadalupe", LM, 19/4/1948; "Numerosos peregrinos han asistido a la peregrinación", EO, 12/4/1948.
También se dio apoyo a la devoción lujanense que, tras la visita de Monseñor Serafini, había comenzado a
fortalecerse en la ciudad. Comenzaron a realizarse anualmente peregrinaciones con la imagen y se inauguró
un nuevo templo parroquial en nombre de la devoción. "Dos peregrinaciones se efectuaron con brillo ayer en
nuestra ciudad", LM, 25/4/1948.
20
AASF, Caja Parroquia San José, 1912-1990, folio 128, informe de Fasolino.
21
Al respecto: Mercedes Prol, Estado, movimiento y partido peronista. La ingeniería institucional en Santa
Fe, 1943-1955, Buenos Aires, Siglo XXI, 2012.
22
"Pastoral sobre la edificación de un nuevo seminario diocesano", LM, 26/4/1949.Seducía también por
entonces el proyecto del gobierno nacional de crear un Museo Histórico de la Iglesia Católica en la Argentina.
"Auspicia el Poder Ejecutivo el Museo de la Iglesia en nuestro país", LM, 19/4/1949; "Del Cardenal Caggiano
al Ing. Caesar", LM, 4/5/1949.
23
"La tradicional peregrinación a Guadalupe el domingo próximo", LM, 8/5/1949.También siguieron
difundiéndose con meticulosidad los movimiento de Eva. En mayo de 1949, por ejemplo, el solo rumor de
Al año siguiente, los vínculos entre la Iglesia y el peronismo se escenificaron incontables
veces: la visita de Eva a Rosario dio pie a una nueva oleada de homenajes por parte de los
católicos y los festejos por el día del Pontífice así como los actos por el tercer aniversario
de la sanción de la ley de enseñanza religiosa reunieron a las principales autoridades civiles
y religiosas de la provincia. De igual manera, el gobierno volvió a hacerse presente en la
celebración de San Jerónimo, patrono de la provincia, en la colocación de la piedra
fundacional del nuevo edificio del seminario y en la celebración del cincuenta aniversario
del patronazgo de la Virgen de Guadalupe.24Para la ocasión, se realizó una peregrinación
que partió desde dos puntos distintos, el habitual en el Colegio Adoratrices, y una segunda
columna desde el Colegio Don Bosco que confluyó en el altar que se había levantado en las
inmediaciones del santuario.25Poco después, en el marco del V Congreso Eucarístico
Nacional que se realizó en Rosario, el gobernador se dirigió al Arroyo del Medio –el límite
interprovincial con Buenos Aires– para recibir al legado pontificio, el cardenal Ernesto
Ruffini, y acompañarlo al Congreso. Además, el gobierno decretó asueto en las escuelas de
Rosario y zonas cercanas porque, como afirmaba en el texto de la resolución, la "inmensa
mayoría" del "pueblo era cristiana" y la visita del cardenal merecía una "cálida
demostración". Asimismo, se decretó feriado obligatorio el día 28 y, en Santa Fe, en
adhesión, se organizaron varias peregrinaciones desde la Iglesia del Carmen a la Iglesia
Matriz, de la que participaron las autoridades municipales.26 Perón y Eva llegaron a
Rosario para la jornada final y si bien esto fue visto tradicionalmente como un motivo de
malestar, los actos transcurrieron con total normalidad y las tensiones, si existieron, no
llegaron a manifestarse en público. En Santa Fe, el diario La Mañana lejos de plantear

que el tren en el que viajaría a Chaco se detendría en Santa Fe por cinco minutos generó infinidad de notas y
titulares en La Mañana (que relegaron, dicho sea de paso, el relato de lo acontecido en la peregrinación
guadalupana a unas pocas líneas). "Pasará por Santa Fe la Señora Eva Duarte de Perón", LM, 18/5/1949;
"Diez minutos estuvo en Santa Fe la Esposa de Perón", LM, 19/5/1949.
24
"El gobierno decretó feriado el día de hoy como homenaje al Sumo Pontífice", LM, 29/6/1950; "Jesús
Hostia estuvo presente", LM, 9/6/1950. En Guadalupe, no obstante, el gobernador finalmente se ausentó,
avisando telefónicamente que lo hacía debido a lo torrencial lluvia que caía durante el pontifical."Se realizó
bajo la intensa lluvia la Procesión al Santuario de Nuestra Sra. de Guadalupe", LM, 24/4/1950"Fue celebrada
con toda solemnidad la fiesta de San Jerónimo. Se colocó la piedra del seminario", LM, 1/10/1950; "Aspectos
de la colocación de la Piedra Básica del Seminario", LM, 2/10/1950.
25
"Una vez más los santafesinos testimoniaron su profunda devoción a la virgen de Guadalupe", LM,
16/10/1950.
26
"Un cordial recibimiento se tributó en Rosario al cardenal Ernesto Ruffini", EL, 21/10/1950; "Asueto
escolar con motivo del Congreso Eucarístico Nacional", LM, 20/10/1950; "Es feriado obligatorio el 28 en
nuestra provincia", LM, 24/10/1950."El legado pontificio presidió importantes actos en Rosario", LM,
23/10/1950."Una vez más el pueblo exteriorizó su profunda fe cristiana", LM, 30/10/1950.
reservas, celebró la presencia del presidente y su esposa y destacó los números de asistencia
–entre 100 y 200 mil personas– una muestra, en su opinión, de la "elocuencia del triunfo de
Cristo" y de los beneficios que traía la "revolución nacional" de Perón.27 En otra muestra de
cercanía, pocos días después, Roberto Lavagna, ministro de salud pública, le confirmó al
párroco de Guadalupe, Miguel Genesio, que el gobierno provincial aceptaba su propuesta
para entronizar la imagen de la virgen de Guadalupe en todos los "establecimientos médico-
asistenciales".28
Durante 1951, más allá de algunos altercados menores con las empresas ferroviarias, las
buenas relaciones entre la Iglesia y el peronismo provincial siguieron los mismos carriles.29
Los actos por el cuarto aniversario de la ley de enseñanza religiosa contaron con la
presencia de los representantes del gobierno, y el diario La Mañana consideró que el
"reintegro del Divino ausente a las aulas era la base de la revolución nacional que llevaba
adelante Perón”.30Poco después, durante las celebraciones del aniversario de su triunfo, el
periódico se refirió a la "epopeya del pueblo" que había llevado a Perón a la presidencia en
1946. En la ocasión, por si quedaban dudas, consideró que su reelección era justa y
necesaria porque no había defraudado la confianza del pueblo y junto a él estaba Eva que
era el "puente de contacto" entre el "líder" y las “clases humildes de la patria".31

Los católicos y la muerte de Evita


A comienzos de julio, el deterioro de la salud de Eva generó innumerables demostraciones
en las iglesias de Santa Fe. Se realizaron rogativas por su recuperación en prácticamente
todos los templos de la ciudad, desde la Iglesia Catedral, el Convento de San Francisco, la
Iglesia de Nuestra Señora del Carmen y la del Sagrado Corazón de Jesús (Catedral Nueva)
en el centro, hasta las parroquias más alejadas. El Club Colón, por su parte, organizó una

27
"El primer magistrado y su esposa asistieron a los actos finales del Congreso Eucarístico Nacional", EL,
29/10/1950; "Visitará hoy Rosario el primer magistrado", EO, 29/10/1950.
28
AASF, Caja Parroquia de Guadalupe, 1947-1990, folio 119, carta de Lavagna a Genesio, 20/11/1950.
29
Durante los preparativos para la peregrinación a Guadalupe, el párroco Miguel Genesio se vio obligado a
escribir una carta al Subsecretario Técnico de Transportes de la Nación para que intercediera ante las
empresas que se negaban a ofrecer servicios diferenciales para los asistentes. La solicitud fue respondida
favorablemente. AASF, Caja Parroquia de Guadalupe, 1947-1990, carta de Genesio a Carcamo, 4/3/1951 y
carta de Carcamo a Genesio, 15/3/1951.
30
"Conmemora hoy el pueblo argentino el IV aniversario de la promulgación de la ley de instrucción
religiosa", LM, 29/4/1951.
31
"La epopeya de un pueblo", LM, 24/2/1052.
misa a cargo del Pbro. Pedro Pagés Sellarés en su estadio ante la presencia de unas cinco
mil personas.32 Se realizaron también procesiones al Santuario de la Virgen de Guadalupe,
organizadas por diversos sindicatos, y el 21 de julio se llevó a cabo una misa de campaña
frente a la Casa de Gobierno, donde se montó un altar en las escalinatas. 33En la celebración
se dieron cita el gobernador, el intendente y las principales autoridades, así como los
diferentes sindicatos nucleados en la CGT.34El diario La Mañana, por su parte, brindó
cobertura a los diversos actos del gobierno y los sindicatos y se plegó a las muestras de
dolor. "Rodeada del amor de su pueblo se apagó la vida de Eva Perón", tituló la edición del
27 de julio. En la ocasión se repasó su obra en la Fundación y sus actividades en el Partido
Peronista Femenino presentadas como la constante búsqueda de la "felicidad de los
humildes". Según los editores, había dejado este "valle de lágrimas para retornar al lugar
celeste de los cielos donde Dios recibe a aquellos que pasaron por el mundo haciendo el
bien y amando al prójimo". Para el diario, que hizo llegar sus condolencias a Perón, había
solo un camino hacia la "inmortalidad": el del "sacrificio por los ideales", tal como Eva
había hecho, luchando denodadamente por la felicidad del pueblo. Por su parte, los
trabajadores de los talleres de la Sociedad de Publicaciones que editaba la hoja hicieron
llegar ofrendas florales a la CGT local y a Buenos Aires e inauguraron un altar con su
imagen en el local del diario, con la participación de delegados de la CGT y el arzobispo
auxiliar de la diócesis.35
Como ocurría a lo largo y a lo ancho del país, los actos de homenaje y las muestras de dolor
se multiplicaron y se mantuvieron por varias semanas. El arzobispo Fasolino envió sus
condolencias al presidente y las iglesias de la ciudad hicieron sonar sus campanas los días
28 y 29 de julio.36 La Asociación del Magisterio Católico entornó la puerta de su local y
envió condolencias. En la sede regional Santa Fe de la CGT se levantó un altar con su

32
"En el Estadio de Colón se ofició la misa por la salud de Eva Perón", EL, 6/7/1952.
33
"Rogativas por la salud de la señora Eva Perón", LM, 3/7/1952; "Proseguirán las rogativas por la salud de
Eva Perón", LM, 7/7/1952; "Misas por la salud de Eva Perón", LM, 12/7/1952; "Rezáronse misas por la salud
de Eva Perón", LM, 14/7/1952; "Por la salud de la señora Eva Perón se realizan rogativas", EL, 12/7/1952.
34
"Con el auspicio de la CGT se realiza mañana la misa por Eva Perón", EL, 19/7/1952; "Asistió el
gobernador a la misa dispuesta por la CGT rogando por la salud de Eva Perón", LM, 21/7/1952.
35
"Extraordinarias proporciones han alcanzado homenajes a Eva Perón", LM, 5/7/1952; "Falleció Eva Perón",
LM, 27/7/1952. "Todo el país sacudido en sus fibras más íntimas", LM, 27/7/1952; "Símbolo de un sacrifico",
LM, 28/7/1952; "Homenaje del personal de La Mañana a Eva Perón", LM, 29/7/1952; "Homenaje de La
Mañana a la Sra. Eva Perón", LM, 2/8/1952; "A las 20.25 de anoche falleció la esposa del primer magistrado
de la nación Sra. Eva Perón", EL, 27/7/1952.
36
"Condolencias del Arzobispo al presidente de la Nación", LM, 28/7/1952.
imagen –al igual que en el Asilo de Huérfanos, con la presencia de los Boy Scout
católicos– y se oficiaron misas en las Iglesias de Santo Domingo, San Francisco y Nuestra
Señora de los Milagros.37
Desde el gobierno se organizó junto al Arzobispado una misa de campaña oficiada por
Fasolino con la participación del Coro del Seminario en el Foro Perón, donde se levantó un
altar frente al edificio de la Legislatura presidido por un cartel con la leyenda: "A Eva
Perón, el Pueblo de Santa Fe R. I. P.". A sus pies se colocó una imagen de la Virgen de
Guadalupe y a la izquierda un cuadro de Eva precedido por una palma de claveles blancos y
rodeado por los abanderados primarios, secundarios y universitarios. En la ocasión, la Junta
Arquidiocesana de la ACA se plegó a la organización junto a la CGT y el Partido Peronista
y participó de los actos que reunieron una multitud.38 Según los cronistas, el "pueblo
santafesino, que es un pueblo cristiano" había buscado "en Dios la resignación y el amparo
ante el hondo estupor" que suponía la pérdida "irreparable de la insigne Jefa Espiritual".39
El evento más multitudinario, no obstante, fue la peregrinación al santuario guadalupano,
organizada por la CGT y para el que se pusieron a disposición como era habitual servicios
especiales de ómnibus y tranvías. La peregrinación, custodiada por la Guardia de
Caballería, fue encabezada por dos carrozas con ofrendas florales, las autoridades
provinciales y municipales y las principales figuras del Partido Peronista. Se hicieron
también presentes los directores de los colegios católicos, las formaciones de los Batallones
de Exploradores de Don Bosco y representantes de los regimientos de infantería, cuya
fanfarria ejecutó marchas fúnebres. Finalmente las diversas columnas reunidas en la
intersección del Boulevard Gálvez y Marcial Candioti, con velas y antorchas. Al llegar al
santuario, Monseñor Samuel Santa Cruz se refirió a la vida y obra de Eva Perón y las
autoridades ocuparon las naves centrales de la Basílica. Poco después, se rezó una oración
colectiva por el descanso de Eva y a las 20.25, hora del deceso, mientras sonaban las

37
"Se desmayaron de emoción", LM, 28/7/1952.
38
"Adhesión de la ACA a las rogativas por Eva Perón", LM, 2/8/1952.
39
"Con hondo pesar colectivo el pueblo de Santa Fe imploró por el eterno descanso de Eva Perón", LM,
4/8/1952; "El pueblo de Santa Fe rogo en la misa oficiada esta mañana en sufragio del alma de Eva Perón",
EL, 3/8/1952.
campanas, se apagaron las velas, cirios, antorchas y luces y se guardaron cinco minutos de
silencio. Según las estimaciones policiales la concurrencia superó las 60 mil personas.40
Los homenajes continuaron y al cumplirse el primer mes de la muerte, las actividades
religiosas volvieron a repetirse en la mayoría de los templos. El Cabildo Eclesiástico
ofreció además un funeral en la catedral, y el Colegio Nacional Simón de Iriondo invitó
especialmente a Fasolino a la misa que celebraría en la Iglesia del Sagrado Corazón con
motivo de "cumplirse un mes" del "llorado fallecimiento" de Eva.41 Los principales
escenarios de la conmemoración religiosa volvieron a ser, no obstante, el Foro Perón en el
centro de la ciudad y la Basílica de Guadalupe. En la ocasión, el pbro. Salvador Santoro
rezó un responso en el altar montado frente a la Legislatura con una imagen de Eva. A
continuación, la multitud, estimada en más de 50 mil personas, se desplazó hasta el local
del Ministerio de Trabajo y Previsión –donde se había preparado un segundo altar frente al
edificio– y luego al local de la CGT. Allí, el arzobispo Fasolino oró nuevamente en nombre
de Eva y a continuación Monseñor Santa Cruz rezó el Rosario, intercalado con reflexiones
sobre la vida y obra de la "Jefa Espiritual". Por último, el local de la CGT se abrió al
público para que los presentes pudieran desfilar junto al altar con la imagen instalada en el
hall central para comenzar, poco después, el rezo de un segundo rosario, compartido entre
Santa Cruz y un representante de la CGT local, hasta las 20.25, momento en que los
presentes se desplazaron en procesión a la Iglesia de San Francisco. A su vez, mientras las
columnas se movilizaban, desde los altoparlantes de la CGT se leyeron pasajes de La Razón
de mi vida (recientemente convertido en texto oficial en los programas de estudio
nacionales y provinciales).42 El diario La Mañana, por su parte, a pesar de las dificultades
económicas que atravesaba, decidió lanzar una sección de homenaje en la que se repasó la
obra de Eva Perón, su "compromiso con el pueblo y su fe en Dios".43

El fervor religioso en las calles

40
"El pueblo congregado frente a la Basílica de Guadalupe" y "Singulares proyecciones alcanzó la
peregrinación de antorcha a Guadalupe", LM, 6/8/1952; "Extraordinaria cantidad de público participó en la
procesión a Guadalupe", EL, 6/8/1952.
41
"Concurrirá el gobernador a los actos de homenaje a Eva Perón: asueto desde la 17", LM, 26/8/1952 y
AASF, Caja Ministerio de Educación de la Nación, 1899-1964, carta de las autoridades del Colegio Simón de
Iriondo a Fasolino, 19/8/1952.
42
"Fiel reflejo del hondo pesar popular fue la manifestación organizada por la CGT", LM, 11/8/1952.
43
"Homenaje a Eva Perón", LM, 26/8/1952.
Al año siguiente, la conmemoración de los 25 años de la coronación de la imagen
guadalupana ocurrida en 1928 reunió una vez más grandes contingentes católicos en torno a
un programa de festejos que recordaba las apuestas más ambiciosas de la Iglesia argentina.
La ACA y las comisiones de Iglesia iniciaron los preparativos con varios meses de
anticipación y el gobierno y la intendencia se plegaron a los festejos y ofrecieron apoyo
económico y logístico44. El Arzobispado, por su parte, realizó varias colectas a través de
las parroquias.45
Tras una semana de novenas preparatorias, el programa de festejos comenzó el día 18 de
abril con una noche mariana –precedida por un mensaje radial de Fasolino–, una misa a
cargo del pbro. Miguel Genesio y la tradicional procesión. Una vez en el santuario se
iniciaron tandas de confesiones y se celebró un pontifical –a cargo del arzobispo de
Córdoba Monseñor Lafitte– en un altar erigido en la plaza frente al templo y en presencia
del gobernador Luis Cárcamo y sus ministros.46 Previamente, como solía hacerse cuando la
ceremonia se realizaba al aire libre, se efectuó una breve procesión con la imagen de la
virgen hasta depositarla en un trono junto al altar.47
Por la tarde se ofreció una segunda misa a cargo del Pbro. Ernesto Leyendecker y,
finalmente, el Papa impartió su bendición por radio. El clímax de los festejos se alcanzó al
día siguiente cuando la imagen fue embarcada y se la llevó en peregrinación desde el
santuario de Guadalupe hasta el centro de la ciudad de Santa Fe por la laguna Setúbal. Una
multitud apostada sobre el puente colgante arrojó flores a su paso y, una vez desembarcada,
la imagen fue trasladada en una carroza por la ciudad hasta el Foro Perón, frente a la
Legislatura. Una larga caravana de bicicletas, motos y automóviles se sumó a la recorrida.
En el foro, entre tanto, se encontraban formados los alumnos de los colegios de la provincia
y las principales autoridades. Al día siguiente las celebraciones continuaron en el
santuario, con la participación de las Fuerzas Armadas y una misa para las "entidades
católicas". El cierre de los festejos –que incluyó la "jornada de la familia trabajadora"– se

44
AASF, Caja Parroquia de Guadalupe, 1947-1990, carta del secretario del H. Senado Edisto Romero al
Obispo Auxiliar Manuel Marengo, 23/3/1953, autorizando el uso del Anfiteatro "Presidente Perón" de la
Legislatura durante las celebraciones del 25 aniversario de la coronación de la Virgen de Guadalupe.
45
"Pastoral del Exmo. Sr. Arzobispo con motivo del 25° Aniversario de la Solemne Coronación de la
Santísima Virgen de Guadalupe", en RESF, enero-febrero de 1953, p. 5.
46
"Alcanzaron lucimiento los actos en honor de la Virgen de Guadalupe, patrona de Santa Fe", EL,
19/4/1953.
47
Afiches y programas del evento en: AASF, Caja Parroquia Guadalupe, 1947-1990, 1953.
realizó el día 22, con las presencia del obispo de Rosario, Antonio Caggiano, el gobernador
y las principales figuras de la órbita provincial.48
Fasolino se mostró satisfecho por la convocatoria –que para la prensa católica estaba a la
altura de los grandes eventos de la provincia– pero deslizó sin embargo algunas críticas que
recordaban las que se habían difundido tras la salida de Suárez.49En la ocasión, pidió que el
fervor en las calles no se diluyera rápidamente, como solía ocurrir tras los congresos
eucarísticos, y que se convirtiera en una fuerza "perenne" y en un compromiso duradero
con la fe. En particular, se refirió a la importancia de la ACA –cuyo estancamiento
preocupaba al Episcopado–, y se refirió también a la importancia de colaborar en el
apostolado de la doctrina cristiana, para que el catecismo se enseñara con solvencia en
todas las parroquias.50El tono severo volvió a ser empleado por el Arzobispado poco
después cuando pidió una mayor intervención policial en playas, cines y teatros, dada la
escasa influencia que "lamentablemente" parecían tener las recomendaciones de la ACA.51
Tras bambalinas, las relaciones entre Fasolino y el gobierno tampoco parecían atravesar su
mejor momento debido principalmente a los frecuentes pedidos de información que hacía la
Subsecretaría de Culto sobre las actividades de las congregaciones y la ACA. El
arzobispado los consideró una intromisión injustificada y planteó quejas que fueron
contestadas por el propio subsecretario Leonardo Benítez –hermano de Hernán Benítez, el
confesor de Eva–, quien escribió a Fasolino aclarándole que los pedidos de información no
constituían un requerimiento obligatorio y tenían el "único" propósito de evaluar la
posibilidad de otorgar más recursos económicos a las obras de la Iglesia.52
A nivel nacional, en el Episcopado, Caggiano y Copello buscaban descomprimir este tipo
de roces, comunes también en el terreno educativo, y sobre todo bajar la intensidad de las
críticas públicas de algunos obispos y dirigentes del laicado, que no sólo se escuchaban en
Santa Fe. Con dicho propósito, solían resaltar los beneficios políticos de la integración de la
clase obrera, que gracias a Perón se había alejado supuestamente del comunismo, y si bien

48
"Triunfal homenaje del Pueblo de Santa Fe a María Santísima de Guadalupe", LM, 26/4/1953.Una crónica
oficial de los festejos en RESD, mayo de 1953, pp. 61-63.
49
"A los fieles del Arzobispado de Santa Fe", Revista Eclesiástica de la Diócesis de Santa Fe (REDSF),
junio-julio de 1952, pp. 66-67.
50
"Pastoral del Arzobispo de Santa Fe con motivo de la clausura de los festejos", LM, 26/4/1953 y REDSF,
mayo de 1953, pp. 66-69.
51
"¿Baile en Semana Santa?", LM, 5/4/1953.
52
AASF, Carta del Subsecretario de Culto Leonardo Benítez de Aldama a Fasolino, 3/12/1952
no se había logrado la firma de un concordato, como era el deseo de Roma, Caggiano
subrayaba el firme apoyo simbólico y material que el gobierno brindaba a la Iglesia y
consideraba un error culpar al peronismo por el volátil compromiso de los fieles con las
organizaciones católicas. Fasolino, como Lafitte, tenía una mirada algo más crítica sobre
los hábitos de consumo y los usos del tiempo libre de los trabajadores peronistas, y en
general sobre el peronismo, pero coincidía de todas maneras en el planteo de fondo de
Caggiano: había que fortalecer el compromiso de los católicos con la Iglesia y eso no podía
exigírsele a Perón.53
Por entonces, con ese objetivo y apoyado una vez más por el gobierno provincial, el
Arzobispado de Santa Fe lanzó dos iniciativas tendientes a robustecer la enseñanza
religiosa: la creación de una Escuela Diocesana de Catequistas –que se sumaba al ya
existente Instituto Pio XI desde los años treinta–y la realización de un congreso catequístico
en el mes de octubre, con el propósito de mejorar la formación de los maestros de religión.
Según Fasolino, era imperioso sumar más catequistas y dotarlos además de nuevos recursos
pedagógicos para que pasaran de las "frías exposiciones" memorísticas, que animaban una
fe frágil y superficial, a explicaciones más "cálidas" que edificaran un vínculo perenne con
la Iglesia. El periódico La Mañana –ahora devenido semanario del arzobispado y la ACA–
comenzó a publicar una sección sobre el congreso con entrevistas y reportajes, y desde
Radio LT 9, con el aval oficial, comenzaron a emitirse micros radiales alusivos.54
El congreso logró una importante repercusión y se desplegó en diferentes puntos de la
ciudad. Se realizó una muestra de materiales didácticos y libros de religión en la Dirección
General de Escuelas Primarias de la provincia, con la presencia del ministro Luis Albornoz,
y una exposición en el patio de la Escuela Normal Nacional Mixta "Gral. San Martín", cuya
presentación estuvo a cargo del Pbro. Américo Tonda, en su rol de Inspector General de
Enseñanza Religiosa de la provincia. Tras la inauguración formal en la Catedral
Metropolitana, Victorio Bonamín, apodado por los organizadores el "verbo de fuego" –por

53
Sobre la visión de Fasolino: "Cumplióse el sexto aniversario de la ley de enseñanza religiosa", LM,
3/5/1953;"Concurra a la gran manifestación de apoyo al pontífice de la Paz y por la Iglesia perseguida", LM,
21/6/1953; "Adhesión al Papa de la paz e Iglesia del silencio", LM, 5/7/1953.
54
"El primer congreso catequístico de Santa Fe", LM, 19/7/1953; "Un reportaje por semana", LM, 16/8/1953.
En otra muestra más de la buena sintonía de la Iglesia con el peronismo, Fasolino asistió junto al gobernador
al puerto para recibir a Perón, quien hizo una fugaz visita a la ciudad en el marco de su viaje a Paraguay poco
antes del congreso catequístico. "En viaje al Paraguay estuvo de paso por Santa Fe el presidente Juan Perón",
LM, 3/10/1953.
entonces al frente de la revista catequística Didascalia de los salesianos en Rosario y
conocido por su fervorosa oratoria– tuvo a su cargo las "meditaciones" para los
congresistas. El viernes 23 se realizó además un homenaje a la ley de enseñanza religiosa
frente al monumento levantado por la municipalidad y el sábado un desfile patriótico hasta
la plaza San Martín. Finalmente, durante el acto de cierre en el Club Unión, con la
presencia del ministro de gobierno, el intendente municipal y autoridades militares,
Fasolino dirigió la palabra a las delegaciones de los colegios y repasó las conclusiones del
congreso que, en sintonía con sus pastorales previas, subrayaban la urgencia de intensificar
la catequización y lograr un mayor compromiso de los católicos con la enseñanza
religiosa.55
Tras el éxito del congreso la movilización católica no declinó y el año finalizó con la visita
de la Virgen Peregrina a Llambi Campbel en donde, como en otras localidades, se
organizaron diversos actos de recepción y caravanas de ciclistas, automovilistas y jinetes,
junto a organizaciones católicas, clubes y las Unidades Básicas peronistas; y con la
inauguración oficial del "Año Mariano" en la Basílica de Guadalupe la medianoche del 7 de
diciembre con un pontifical a cargo de Fasolino.56

Las celebraciones marianas de 1954


El año mariano comenzó con un nuevo itinerario de la virgen peregrina, la organización de
varias peregrinaciones lujanenses en la ciudad y las reuniones de la comisión diocesana
encargada de colaborar con la organización del II Congreso Mariano Nacional, sin dudas el
gran evento católico del año, a realizarse en Catamarca los primeros días de mayo.57 En
paralelas, la organización de la peregrinación anual guadalupana se llevó a cabo con la
consigna de agradecer al papa la elevación del santuario al grado de Basílica Menor e

55
"El 21 será inaugurado en Santa Fe el Primer Congreso Catequístico de la Arquidiócesis", LM, 18/10/1953;
"Con gran solemnidad fue inaugurado el 1re. Congreso Catequístico", LM, 24/10/1953; "Con solemnidad fue
clausurado el primer congreso catequístico", "Las jornadas vividas"; LM, 31/10/1953;"Las sesiones del
primer congreso catequístico de Santa Fe", 23/10/1953; "Fue clausurado el primer congreso catequístico", EL,
25/10/1953.
56
"La Virgen peregrina en Llambi Campbell", LM 31/10/1953; "Santa Fe, una ciudad mariana", LM,
12/12/1953.
57
"Itinerario de la virgen peregrina" y "Actividades del Año Mariano", en REDSF, marzo de 1954, pp. 48 y
77.
inaugurar las nuevas escalinatas al camarín de la virgen.58 Según el semanario del
Arzobispado, las multitudes guadalupanas eran la prueba de que en la "patria" habían
"vencido" el catolicismo y la fe. Como el año anterior, el templo permaneció abierto desde
la noche, con presencia de seminaristas y fieles rezando el rosario.59 La peregrinación desde
la ciudad fue acompañada en la ocasión por un camión sonoro para dirigir los cánticos, y la
misa pontifical a cargo del arzobispo se llevó a cabo a media mañana, seguida de varias
misas en el ala este y la visita de los peregrinos al camarín. Por la tarde se realizó la
procesión con la imagen por las calles cercanas al santuario hasta la realización de la misa
frente al templo. En ese marco, el semanario La Mañana celebró el triunfo del
"espiritualismo" sobre el "materialismo" y, dejando por el momento de lado las habituales
reprimendas de Fasolino, consideró que los fieles tenían en realidad una fe profunda, que
no se guiaba de supersticiones ni del "vano espíritu del turismo".60 Pocos días después,
concluía en Catamarca el II Congreso Mariano Nacional, con la presencia del legado papal,
el cardenal Antonio Caggiano y el subsecretario de culto, en representación del presidente
Perón.61 Entre tanto, en la diócesis, la Escuela de Catequistas había comenzado a funcionar
en el Colegio de Nuestra Señora del Huerto y entre las innovaciones se destacaba la
trasmisión radial de la misa dominical y el rezo del rosario por radio Santa Fe, LT9.
Las celebraciones continuaron durante agosto con la realización de una "Gran Semana
Mariana" con misas y vigilias y la entronización de una imagen de la virgen de Guadalupe
en la Estación de Ómnibus y una de Nuestra Señora de los Milagros en la Jefatura de
Policía. Asimismo, se realizó una muestra "bibliográfica e iconográfica" en el Museo
Municipal, a cargo del Arzobispado, y en el Colegio de la Inmaculada se ofrecieron obras
de teatro alusivas. Como cierre de la "gran semana" se llevó a cabo una procesión desde la
Iglesia de Nuestra Señora del Carmen hasta el monumento a la Virgen en el Parque
Belgrano, donde Fasolino dirigió una vez más la palabra.62

58
"La voz de nuestro pastor", LM, 23/4/1954; "Santa Fe rendirá homenaje de filiar devoción a la santísima
virgen de Guadalupe", LM, 30/4/1954.
59
Afiches y programas del evento en: AASF, Caja Parroquia de Guadalupe, 1947-1990, sin folio, 1954.
60
"Las dianas triunfantes", LM, 30/4/1954.
61
"Finalizaron en Catamarca los actos del II Congreso Mariano Nacional", LM, 15/5/1954.
62
"Gran Semana Mariana de Santa Fe se desarrollará del 8 al 15 de agosto", LM, 31/7/1954; "Se inicia la
semana mariana", LM, 7/8/1954; "Numeroso público presenció todos los actos de la Semana Mariana", LM,
14/8/1954;"La imagen de la virgen de los milagros fue entronizada en la J. de policía", EL, 11/8/1954.
Poco después, el gobierno nacional colocó la banda y faja de Generala a la imagen de la
Virgen de la Merced en la Basílica de la ciudad de Santa Fe y se hizo presente en los actos
por la entronización de la imagen de la Virgen de Luján en la estación de ferrocarriles, a
través del Ministro de Transportes de la Nación. En la ocasión estuvieron presentes también
el gobernador Luis Cárcamo y el arzobispo Fasolino.63 Como en años anteriores, los
católicos plegaron a las conmemoraciones por el aniversario de la muerte de Eva y se
hicieron presentes en los actos por el 17 de octubre.64Fasolino, además, se mostró
satisfecho por el avance de algunos de sus principales proyectos como la escuela de
catequistas o, más recientemente, la creación de la Liga de Padres y Madres de Familia y
evaluó con optimismo la revigorizada presencia católica en las calles en el marco de la
maratónica seguidilla de actividades por el año mariano.

El conflicto inesperado
A finales de 1954, no obstante, de manera sorpresiva se desató el enfrentamiento entre el
Arzobispado y el gobierno nacional. A las tensiones derivadas de la discusión y sanción de
las leyes de profilaxis y divorcio vincular, se sumaron las denuncias formuladas por Perón
contra algunos obispos considerados "opositores", entre los que se contaba Fasolino
(además de Lafitte de Córdoba y Ferreyra Reinafé de La Rioja).65 Perón acusó también a
algunos miembros de la ACA y del clero entre los que se contaba Quinto Carnelutti –al
frente junto a Enrique Angelelli de las juventudes católicas de Córdoba–, el salesiano
Victorio Bonamín –al frente de la revista Didascalia en Rosario– y el pbro. Ernesto
Leyendecker, muy cercano a Fasolino y vinculado a la militancia católica estudiantil en la
Universidad Nacional del Litoral. La denuncia causó un verdadero terremoto en la curia y
generó inmediatamente un escenario de confrontación. Leyendecker presentó su renuncia,
que fue aceptada por el obispo, negando taxativamente las acusaciones. Envió asimismo
una carta al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto con el propósito de poner a salvo a
Fasolino, aclarando puntualmente que en ningún momento había recibido del obispo

63
AASF, Caja Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, 1943-1957, carta de Leonardo Benítez a Fasolino,
15/9/1954. "Entronización de la imagen de Nuestra Señora de Luján", LM, 23/10/1954.
64
"Misa y Rosario por radio Santa Fe", LM, 12/6/1954; "Recuerdan su memoria", LM, 24/7/1954; "17 de
octubre", LM, 16/10/1954.
65
Un relato pormenorizado de la coyuntura de conflicto a nivel nacional en: Horacio Verbitsky, La Iglesia en
la Argentina. Un siglo de historia política, 1884-1983, Tomo I: De Roca a Perón. Cristo Vence, Buenos
Aires, Sudamericana, 2007, pp. 248-306.
instrucciones que pudieran ser interpretadas como una amenaza al orden público u
orientadas a propiciar la actividad política en su rol como asesor de la juventud
universitaria (tal como había sugerido Perón en su encendido discurso).66 Caggiano, de
igual manera, insistió en que no había ninguna hostilidad por parte de la Iglesia y consideró
que el presidente había sido mal informado. Se comprometió igualmente a impedir toda
actividad político partidaria entre los católicos y volvió a cuestionar a los sectores que
impulsaban el lanzamiento de un partido democristiano. El punto que más inquietaba a
Perón.
A pesar del cimbronazo y el enrarecimiento de las relaciones, se realizaron de todos modos
los actos por el cierre del año mariano, que incluyeron una peregrinación a Guadalupe, un
pontifical en el santuario y una procesión de carrozas desde la Iglesia del Carmen, en el
centro, hasta el monumento a María en el parque Belgrano. La policía y la intendencia
colaboraron con los actos normalmente aunque en una muestra del enfriamiento de las
relaciones no hubo esta vez presencia de las autoridades provinciales, y Fasolino partió
poco después a Roma.67
El deterioro de las relaciones se profundizó en los meses siguientes, al compás de la batería
de nuevas leyes que afectaban prerrogativas de la Iglesia –entre las que se destacaban las
relativas a la enseñanza religiosa y la laicización del Estado– y el propio enrarecimiento del
clima político general afectado por una espiral creciente de polarización con epicentro en
Buenos Aires y Córdoba.68 La curia santafesina acentuó el tono crítico de sus
cuestionamientos morales, dirigiendo ahora sí sus dardos al gobierno, y desde el semanario
del arzobispado se publicaron algunas notas, como el sermón de pascua de Monseñor De
Andrea sobre la importancia de la libertad, que claramente tenía un sentido opositor.

66
AASF, Caja Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación, carta de Leyendecker al Ministro de
Relaciones Exteriores y Culto, 12/11/1954.
67
"La fe del pueblo", LM, 11/12/1954.
68
A fines de diciembre el personal laico a sueldo del Ministerio de Educación de las escuelas católicos se pasó
a las estatales y se retiró la personería a jurídica a las asociaciones profesionales constituidas sobre bases
religiosas. Asimismo, se facultó a los gobiernos provinciales para autorizar el funcionamiento de prostíbulos y
se disolvió la Dirección General de Enseñanza Religiosa. En marzo se suprimieron los feriados de las
festividades católicas (incluidas Corpus y el día de la Inmaculada Concepción). En mayo, finalmente, el
Senado derogó la ley de enseñanza religiosa y los beneficios tributarios para las instituciones católicas. La
cámara de diputados, por su parte, votó el proyecto de separación de la Iglesia y del Estado (avalado a su vez
por el Senado a través del llamado a una reforma de la constitución). Al respecto: Susana Bianchi,
Catolicismo..., op. cit.
También se cuestionó la asociación entre Iglesia y oligarquía que alentaban sectores del
peronismo y se recordaron las iniciativas del catolicismo social.69
En el espacio público, no obstante, la primera muestra contundente de distanciamiento se
hizo esperar hasta la peregrinación guadalupana a fines de abril, cuando el arzobispado
lamentó las inclemencias del tiempo pero, sobre todo, la "falta de cooperación oficial".70
Según los organizadores, por primera vez desde la década de 1920 no había habido
refuerzos en el transporte lo que dificultó considerablemente la llegada al santuario.
Además, la demora en las habilitaciones municipales para la instalación de las tiendas y
puestos de venta frente al templo dificultó la permanencia de los peregrinos. El pbro.
Miguel Genesio, párroco de Guadalupe, debió incluso enviar un telegrama de último
momento al Ministro del Interior de la Nación, Ángel Brolenghi, pidiendo su intervención
para que la policía local autorizara la peregrinación.71
Un mes después, en la celebración de Corpus, el Arzobispado volvió a lamentar la
supresión del feriado pero recordó que la obligación seguía en pie para los católicos –a los
que se les ofrecieron misas vespertinas– y se les recordó que la procesión con espíritu de
"desagravio" se realizaría el domingo por "razones de dominio público". Fasolino emitió
además una pastoral cuestionando la quita de los feriados en nombre de la "tradición
jurídica" de la Argentina y envió asimismo un carta al Ministerio de Relaciones Exteriores
y Culto.72 Por otro lado, en una actitud por primera vez desafiante, desde el semanario del
Arzobispado se señaló en tono de advertencia al gobierno que "ni la furia comunista de
Rusia, ni las amenazas de Hitler, Mussolini y Calles" habían podido con las "verdades" de
Cristo.73 El clima de tensión y la creciente polarización política se apoderaron rápidamente
de la celebración de Corpus Christi, como no había ocurrido aún en el santuario
guadalupano poco antes, y la celebración católica devino, como en Buenos Aires, una
marcha opositora. Mucho contribuyó a dicha metamorfosis, además de lo que acontecía a
nivel nacional, la decisión del gobierno provincial de negar autorización para realizar los
actos el domingo como se tenía previsto, exigiendo que la procesión se llevara a cabo el

69
"Sermón de Pascua de Mons. De Andrea", LM, 10/4/1955.
70
"Majestuosa peregrinación", LM, 30/4/1955.
71
AASF, Caja Parroquia de Guadalupe, 1947-1990, Telegrama de Genesio a Borlenghi, sin fecha.
72
AASF, Caja Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, carta de Remorino a Fasolino, mayo de 1955.
73
"Carta del Exmo. Sr. Arzobispo de Santa al Ministro de Relaciones Exteriores y Culto", en REDSF, mayo-
junio de 1955, pp. 36-38. "Cristo Permanece", LM, 11/6/1955.
mismo día de la festividad. La medida, tomada a último momento y con el evidente
propósito de dificultar la convocatoria, insufló de vigor a los militantes de la ACA que
coordinaron con la curia la organización de los actos en un tiempo récord. En este contexto,
a pesar del adelantamiento (o en parte gracias a él) la plaza San Martín se llenó rápidamente
y la multitud desbordó las calles adyacentes. Frente a la catedral, Fasolino ofreció desde los
balcones de la casa parroquial una bendición tras la cual la multitud entonó el himno
nacional y Christus Vincit. Luego, mientras muchos se desconcentraban, se celebró una
misa en el interior del templo.74Si bien los cronistas exageraron en los números (puesto que
se estuvo claramente lejos de los teóricamente 50 mil presentes), la Iglesia mostró una
importante capacidad de convocatoria, algo de lo que los propios organizadores no estaban
seguros. Después de todo, había que remontarse a comienzos de los años treinta para hallar
una manifestación católica "opositora" en la provincia. Desde el semanario del Arzobispado
se buscó entonces bajar los decibeles del conflicto llamando a la conciliación y a la
"pacificación nacional", en sintonía con la propuesta de Perón tras la escalada de violencia
que había incluido el intento de golpe de estado del 16 de junio –con centenares de muertos
a raíz de los bombardeos de la Marina– y la quema, en respuesta, de las principales iglesias
del centro porteño. Ninguno de esos escenarios se había vivido en la ciudad de Santa Fe,
donde había primado la calma –más allá de los rumores que circularon–y eso, sin dudas,
facilitaba el llamado a la conciliación.
Los acercamientos duraron de todas maneras poco tiempo. En un nuevo signo de
distanciamiento, las organizaciones católicas no asistieron a los homenajes a Eva ni
participaron de los actos que se realizaron en el "altar cívico" frente a la CGT el 26 de
julio.75En un nuevo signo de tirantez, el Arzobispado consideró, además, que hablar "sobre
el divorcio, la ley de profilaxis o la familia" no era "hacer política" sino atender las
obligaciones religiosas y exigió al gobierno devolver al pueblo su "legislación cristiana" y a
la Iglesia todo lo que le "había quitado".76 Poco después, la muerte de un militante
comunista en Rosario, tras ser torturado por la policía, volvió a colocar al diario en una

74
"Santa Fe rindió homenaje de adoración a la realeza de Cristo en la Eucaristía", LM, 18/6/1955.
75
"En el tercer aniversario de su muerte será evocada Eva Perón", EL, 25/7/1955; "Fue evocada hoy en la
ciudad la memoria de Eva Perón", 26/7/1955.
76
"Los católicos y la predicación de los curas", LM, 12/8/1955.
posición decididamente opositora frente a un conflicto que definían no obstante como
"inesperado" y "artificial".77
En ese contexto, la "revolución libertadora" fue decididamente apoyada por las jerarquías
de Santa Fe y el semanario La Mañana celebró la recuperación de las libertades perdidas
tras "10 años de represiones totales". En un giro de ciento ochenta grados –similar por
cierto al que el propio Perón había dado a finales de 1954–, el Arzobispado de Santa Fe
pasó así en menos de un año de celebrar la "revolución nacional peronista" así como la
abnegada labor de Eva –cuya muerte había congregado a los fieles en el santuario
guadalupano– a festejar la caída del "tirano" que había cambiado "libertad por pan y circo",
dando vida a un régimen de "podredumbre y miseria moral". Las fotos de las multitudes
llorando a Eva en los templos y de las misas en su nombre trocaron en imágenes de los
"comandos civiles" de Córdoba –presentados como la expresión más nítida de la patria– y
en denuncias de corrupción de toda índole contra el gobierno derrocado. En la misma línea,
la Asociación del Magisterio Católico, activa partícipe en los festejos anuales por la ley de
enseñanza religiosa, se refirió a la "década de opresión" y a la recuperación de la
democracia y la libertad. Fasolino, algo más cauto, llamó a la unidad pero no dejó por ello
de disponer la celebración de un Te Deum de acción de gracias por la "revolución" en las
parroquias de la diócesis.78 A fines de 1955, sin embargo, la algarabía había cesado en
buena parte de los medios católicos y desde La Mañana se señaló con preocupación que
Perón mantenía intacta su popularidad, al igual que la CGT, pidiendo terminar con la ola de
revanchismos que aumentaban el odio y podían derivar en consecuencias nefastas. Para
ello, concluían, era indispensable "respetar" a los que habían creído de "buena fe" en el
"demagogo" ante el riesgo de que, derribada la "revolución nacional", el comunismo
volviera a erigirse en una amenaza para el futuro del país.

Conclusiones
El recorrido realizado demuestra que, al menos en lo referido a la ocupación del espacio
público, la Iglesia y el gobierno provincial mantuvieron una relación de mutua colaboración

77
"Doctor J. Ingalinella", LM, 20/8/1955, "El Estado Totalitario", "Conducta de la Iglesia", LM, 10/9/1955.
78
"Manifiesto del magisterio católico de Santa Fe", LM, 22/10/1955,"Iglesia y revolución"; "Documento del
Exmo. y Rdmo. Señor Arzobispo", LM, 1/10/1955; "La dolorosa experiencia será fructífera para la
República", LM, 8/10/1955; "Llamado del Episcopado Argentino a la unidad de los católicos en el campo
Apostólico Social", 22/9/1955, en REDSF, septiembre-diciembre de 1955, pp. 73-79.
desde el comienzo, que recién se vio afectada a finales de 1954, cuando el conflicto
nacional golpeó las puertas de la diócesis. A partir de entonces el distanciamiento se hizo
evidente en la peregrinación al Santuario de la Virgen de Guadalupe, que se realizó sin
apoyo oficial, y poco después en la procesión de Corpus Christi, que se tiñó de un nítido
tono opositor como en la capital del país. De igual manera, durante el tercer aniversario de
la muerte de Eva, las autoridades eclesiásticas de la diócesis se ausentaron de los actos que,
por primera vez, no se desarrollaron en la basílica guadalupana ni contaron con misas en las
principales plazas y en el Foro Perón. A diferencia de lo ocurrido en Buenos Aires, de todas
maneras, no se registraron hechos de violencia ni se denunciaron agresiones en los templos
de la ciudad. Los rumores sobre posibles ataques circularon, como en otros lugares del país,
pero, finalmente, los enfrentamientos –que la mayoría coincidía en considerar inesperados e
inexplicables– no traspasaron el plano retórico.
Retrospectivamente, si se ajusta la lente de observación, es posible reconocer algunas
fricciones a lo largo de la década. Las críticas de Fasolino al rumbo de la cultura de masas y
al uso del tiempo libre por parte de los trabajadores peronistas no faltaron en muchos de los
principales actos y celebraciones, así como tampoco faltaron, puertas adentro, roces con la
Subsecretaría de Culto, como ocurrió con los pedidos de informes de 1952 y 1953. De
todas modos, sería apresurado y hasta cierto punto arbitrario considerar estos hechos como
indicios de un eventual y necesario conflicto. El propio arzobispo se encargó de aclarar
reiteradas veces que sus críticas no tenían como destinatario al gobierno, a quien por el
contrario reconocía su apoyo, sino a los propios católicos. De igual manera, los reclamos de
Fasolino a la Subsecretaría de Culto tuvieron una respuesta favorable por parte de Leonardo
Benítez quien le aclaró que no se trataba de un requerimiento obligatorio y que el propósito
era apoyar las iniciativas católicas de la diócesis. Por otro lado, como subrayan
investigaciones recientes, si bien el peronismo en las calles eclipsó, al menos en parte, el
esplendor previo de las celebraciones religiosas, en el caso de Santa Fe no se registraron
muestras evidentes de malestar y la colaboración entre la ACA, las parroquias y las
Unidades Básicas peronistas se hizo habitual en muchos de las actos. Tal como ocurrió, por
ejemplo, durante la ola de festejos por el 25 aniversario de la coronación guadalupana y por
el "Año Mariano", cuando la Iglesia logró inundar de simbología religiosa la ciudad de
Santa Fe como pocas veces antes, ensayando además propuestas innovadoras como las
peregrinaciones náuticas, las bicicleteadas, la transmisión de micros radiales o el uso de
camiones sonoros.
Finalmente, tampoco el creciente culto popular a Eva pareció generar públicamente
tensiones que pudieran hacer prever un conflicto como el de 1955. Como se aprecia en los
homenajes que se le tributaron y sobre todo en las rogativas y conmemoraciones entre 1952
y 1954, la Iglesia más que competir con las expresiones de devoción y de duelo hacia su
persona intentó encausarlas en los marcos de la ritualidad católica. Algo que logró con
considerable éxito, a juzgar por las multitudinarias convocatorias en el Santuario de
Guadalupe y las misas celebradas en el Foro Perón y en numerosos templos. En efecto, tras
la repentina muerte de Eva, el catolicismo y en especial la devoción guadalupana
irrumpieron en la escena con una fuerza inusitada, proveyendo de significados
trascendentes y de contención a miles de creyentes devastados que, lejos de sentirse
tironeados entre dos "ideologías totalizantes" que disputaban implacablemente su fidelidad,
se volcaron a las calles como peronistas, católicos y guadalupanos buscando como frente a
tantas otras tragedias cotidianas respuestas y sentido. En esta dirección, en contraste con lo
que se ha señalado muchas veces, el culto a Eva no necesariamente supuso un repliegue del
catolicismo y la erosión de su funcionalidad religiosa.
La colaboración entre las Unidades Básicas, la CGT, la ACA, los párrocos y el
Arzobispado durante los funerales muestra además que, más allá de celos y tensiones
existentes, rivalidades y eventuales altercados, existían vínculos y relaciones cuya
materialidad no se limitaba meramente a las lógicas de escenificación del poder sobre las
que nos hemos detenido en este capítulo.
El caso estudiado sugiere, por tanto, en conclusión, que el repentino enfrentamiento entre
la Iglesia y el peronismo en Santa Fe fue mucho más el resultado de la onda expansiva de lo
que acontecía en Buenos Aires y en Córdoba que de lo que se había vivido en la ciudad y
en la diócesis, donde la cooperación en las calles se mantuvo hasta el estallido mismo del
conflicto.

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