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Celebracion Dominical en Espera de Pbro.
Celebracion Dominical en Espera de Pbro.
CELEBRACIONES
DOMINICALES Y FESTIVAS
EN ESPERA DE PRESBÍTERO
RITOS INICIALES
Reunida la comunidad puede entonarse un canto apropiado al tiempo litúrgico.
Terminado el canto, el ministro dice:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Todos se santiguan y responden:
Amén.
Saludo, si el ministro es un laico
Si el ministro es un laico, saluda a los presentes con estas palabras:
Hermanos, bendigamos al Señor,
que nos invita benignamente
a la mesa del Cuerpo de Cristo.
Todos responden:
Bendito seas por siempre, Señor.
Otro saludo, si el ministro es un laico
Los saludo a todos como delegado de nuestro párroco. En su ausencia nos reunimos
para celebrar el día del Señor, alimentando nuestra vida con la Palabra de Dios y con
el Cuerpo de Cristo. Alabemos juntos el nombre del Señor.
Todos responden:
Bendito seas por siempre, Señor.
ACTO PENITENCIAL
A continuación se hace el Acto penitencial con algunos de los siguientes formularios:
Acto penitencial, formulario 1
El ministro invita a los fieles al arrepentimiento:
Hermanos:
para participar con fruto en esta celebración,
reconozcamos nuestros pecados.
O bien, sólo en domingo:
En el día en que celebramos
la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte,
reconozcamos que estamos necesitados
de la misericordia del Padre
para morir al pecado
y resucitar a la vida nueva.
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Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
El pueblo responde:
Amén.
O bien:
Acto penitencial, formulario 3
El ministro invita a los fieles al arrepentimiento:
El Señor ha dicho:
“El que esté sin pecado, que tire la primera piedra”.
Reconozcámonos, pues, pecadores
y perdonémonos los unos a los otros
desde lo más íntimo de nuestro corazón.
Se hace una breve pausa en silencio.
Después el ministro, dice las siguientes invocaciones u otras semejantes:
Tú, que has sido enviado a sanar los corazones afligidos:
Señor, ten piedad. (O bien: Kýrie, eléison).
El pueblo responde:
Señor, ten piedad. (O bien: Kýrie, eléison).
El ministro:
Tú, que has venido a llamar a los pecadores:
Cristo, ten piedad. (O bien: Christe, eléison).
El pueblo responde:
Cristo, ten piedad. (O bien: Christe, eléison).
El ministro:
Tú, que estás sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros:
Señor, ten piedad. (O bien: Kýrie, eléison).
El pueblo responde:
Señor, ten piedad. (O bien: Kýrie, eléison).
El ministro concluye con la siguiente plegaria:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
El pueblo responde:
Amén.
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GLORIA
A Continuación, si la liturgia del día lo prescribe, se canta o se dice el Gloria.
Ministro: Hermanos, alabemos a Dios cantando (o rezando) el Gloria.
Gloria a Dios en el cielo
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias.
Señor Dios, rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre.
Tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica.
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros.
Porque sólo Tú eres Santo, solo Tú Señor,
solo Tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo,
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Acabado el Gloria se hace la oración colecta del domingo correspondiente desde el Ambón.
El ministro dice:
Oremos.
Y todos, junto con el ministro, oran en silencio durante unos momentos. Después el ministro, sin
extender las manos, dice la oración colecta del día.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
El lector va al ambón y lee la primera lectura, que todos escuchan sentados.
Para indicar el fin de la lectura, el lector dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor
Salmo
El salmista o el cantor proclama el salmo, y el pueblo intercala la respuesta, a no ser que el salmo se
diga seguido sin estribillo del pueblo.
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Segunda lectura
Si hay segunda lectura, se lee desde el ambón, como la primera.
Para indicar el fin de la lectura, el lector dice:
Palabra de Dios.
Todos aclaman:
Te alabamos, Señor.
Sigue el Aleluya o, en tiempo de Cuaresma, el canto antes del evangelio.
Evangelio
Evangelio proclamado por un laico
Si el ministro es un laico, va al ambón, omite el saludo y dice solamente:
Escuchen, hermanos, el santo Evangelio según san N.
Luego proclama el Evangelio.
Acabado el Evangelio, el ministro o el laico dice:
Palabra del Señor.
Todos aclaman:
Gloria a ti, Señor Jesús.
Homilía
Si es un laico puede leer la homilía escrita por el sacerdote responsable de la comunidad.
Acabada la homilía o el comentario homilético, se hace la profesión de fe:
Creo en un solo Dios,
Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
En las palabras que siguen, hasta se hizo hombre, todos se inclinan.
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
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El ministro invita a los fieles a orar, por medio de una breve monición.
Intenciones
Las intenciones son propuestas por un lector o por otra persona idónea. Pueden tomarse del misal
mensual.
El pueblo manifiesta su participación con una invocación u orando en silencio.
La sucesión de intenciones ordinariamente debe ser la siguiente:
a) por las necesidades de la Iglesia universal y local;
b) por lo gobernantes y por la salvación del mundo entero;
c) por aquellos que se encuentran en necesidades particulares;
d) por la comunidad local.
Conclusión
El ministro termina la plegaria común con una oración conclusiva. Se toma del misal mensual.
ACCIÓN DE GRACIAS
La acción de gracias se puede hacer de dos formas: o bien simplemente acción de gracias, o bien
como acción de gracias con adoración.
Si se hace simple acción de gracias se puede hacer o bien al terminar la oración universal (como se
indica a continuación), o bien después de la comunión (como se indica en la pág. 13).
Si se prefiere hacerla como acción de gracias con adoración, se hace antes del Padre nuestro (como
se indica en la pág. 10).
Acción de gracias
después de la oración universal
El ministro invita a exaltar la bondad de Dios con estas o parecidas palabras:
Proclamemos la bondad de Dios
y exaltemos su misericordia,
que se ha manifestado,
en las palabras de salvación
que hemos escuchado.
A continuación se hace la acción de gracias con alguna de las siguientes fórmulas:
1
Demos gracias al Señor
Gabarain
Demos gracias al Señor,
demos gracias, demos gracias al Señor.
En la mañana que se levanta,
el día canta y yo canto al Creador. (bis)
Cuando la noche se despereza
con sueño reza y yo rezo al Creador. (bis)
Cuando en mi pecho la vida siento
mi pensamiento sonríe al Creador. (bis)
8
Ministro:
Del mismo modo que el pan de la Eucaristía,
que vamos a compartir,
ha sido amasado con muchos granos,
así también nosotros, tu Iglesia,
seamos congregados por la fe y el amor
de un extremo al otro de la tierra en tu Reino.
Todos:
Gloria a ti por los siglos.
Ministro:
Te damos gracias, Dios, Padre nuestro,
por Jesucristo, tu Hijo,
el que es, el que viene, el que vendrá.
Todos:
Gloria a ti por los siglos.
Ministro:
Bendito seas por siempre, Señor.
Todos
Bendito seas por siempre, Señor.
Ministro:
Porque has puesto en nuestras manos
La obra de tu creación,
para que colaboremos contigo
en la nueva tierra, que esperamos.
Todos
Bendito seas por siempre, Señor.
Ministro:
Porque nos llamas a ser mejores,
según el modelo que nos has dado: Jesucristo,
para que alcancemos por él
la plenitud de la vida eterna.
Todos
Bendito seas por siempre, Señor.
Ministro:
Porque nos has convocado
en la unidad de tu Iglesia,
para que vayamos alumbrando
la Nueva Humanidad que nos prometes.
Todos
Bendito seas por siempre, Señor.
RITO DE LA COMUNIÓN
Acabada las oraciones de los fieles y la acción de gracias, si ha tenido lugar, el ministro se acerca al
lugar donde se guarda la Eucaristía, toma el copón con el Cuerpo del Señor, lo pone sobre el altar y
hace una genuflexión.
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Ministro:
Haz que la gloria eterna
formemos parte de tus santos.
Todos:
Te alabamos, te bendecimos, te damos gracias.
Después el ministro, de pie, inicia la oración dominical con estas o parecidas palabras:
Fieles a la recomendación del Salvador
y siguiendo su divina enseñanza,
nos atrevemos a decir:
O bien:
Llenos de alegría por ser hijos de Dios,
digamos confiadamente
la oración que Cristo nos enseñó:
O bien:
El amor de Dios ha sido derramado
en nuestros corazones
con el Espíritu Santo que se nos ha dado;
digamos con fe y esperanza:
O bien:
Antes de participar en el banquete de la Eucaristía,
signo de reconciliación
y vínculo de unión fraterna
oremos juntos como el Señor nos ha enseñado.
Y todos juntos prosiguen:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Luego, si se juzga oportuno, invita a los fieles con estas o parecidas palabras:
Dense fraternamente la paz.
O bien:
Como hijos de Dios, dense ahora un signo de comunión fraterno.
A continuación, el ministro hace genuflexión, toma la hostia y, sosteniéndola un poco elevada sobre
el copón, la muestra al pueblo, diciendo:
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1
Te doy gracias Jesús
Te doy gracias Jesús
Por haberte encontrado
Por haberme salvado
Te doy gracias Jesús.
(CORO)
Hoy ya se el camino
Y hacia el me dirijo
Es la senda bendita
Que representa el hijo
(CORO)
Mi amor era pequeño
Pero ya lo he encontrado
14
Ministro:
Por todas las cosas que nos has dado
y por el espíritu e ingenio que has puesto en el hombre.
Todos:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Ministro:
Por el agua y el sol que fecundan la tierra
y por las máquinas y las herramientas,
producto de nuestras manos.
Todos:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Ministro:
Por la semilla que se entierra y germina
y por los minerales que extraemos y elaboramos.
Todos:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Ministro:
Por la fertilidad de la tierra
y por el trabajo del hombre.
Todos:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Ministro:
Por el amor de nuestras familias
y por la amistad y solidaridad social.
Todos:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Ministro:
Porque nos quiere semejantes a ti,
santos, perfectos, misericordiosos,
según la imagen de tu Hijo Jesucristo.
Todos:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Ministro:
Porque en tu Hijo Jesucristo,
el crucificado, el resucitado,
tiene sentido nuestras penas y alegrías,
nuestros fracasos y nuestros éxitos.
Todos:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Ministro:
Porque la creación entera gime con dolores de parto,
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