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Agua Subterránea Como Recurso
Agua Subterránea Como Recurso
2. EL AGUA EN EL PLANETA
El agua se distribuye desigualmente entre los distintos compartimentos, y los
procesos por los que éstos intercambian el agua se dan a ritmos heterogéneos. El
mayor volumen corresponde al océano, seguido del hielo glaciar y después por el
agua subterránea. El agua dulce superficial representa sólo una exigua fracción y
aún menor el agua atmosférica (vapor y nubes).
Volumen
Depósito Porcentaje
(Millones de km3)
Ríos 2 a 6 meses
El ciclo hidrológico comienza con la evaporación del agua desde la superficie del
océano. A medida que se eleva, el aire humedecido se enfría y el vapor se
transforma en agua: es la condensación. Las gotas se juntan y forman una nube.
Luego, caen por su propio peso: es la precipitación. Si en la atmósfera hace mucho
frío, el agua cae como nieve o granizo. Si es más cálida, caerán gotas de lluvia.
Una parte del agua que llega a la tierra será aprovechada por los seres vivos; otra
escurrirá por el terreno hasta llegar a un río, un lago o el océano. A este fenómeno
se le conoce como escorrentía. Otro poco del agua se filtrará a través del suelo,
formando capas de agua subterránea. Este proceso es la percolación. Más tarde o
más temprano, toda esta agua volverá nuevamente a la atmósfera, debido
principalmente a la evaporación.
Al evaporarse, el agua deja atrás todos los elementos que la contaminan o la hacen
no apta para beber (sales minerales, químicos, desechos). Por eso el ciclo del agua
nos entrega un elemento puro. Pero hay otro proceso que también purifica el agua,
y es parte del ciclo: la transpiración de las plantas.
Las raíces de las plantas absorben el agua, la cual se desplaza hacia arriba a través
de los tallos o troncos, movilizando consigo a los elementos que necesita la planta
para nutrirse. Al llegar a las hojas y flores, se evapora hacia el aire en forma de
vapor de agua. Este fenómeno es la transpiración.
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Es una creencia común que el agua subterránea llena cavidades y circula por
galerías. Sin embargo, no siempre es así, pues puede encontrarse ocupando los
intersticios (poros y grietas) del suelo, del sustrato rocoso o del sedimento sin
consolidar, los cuales la contienen como una esponja. La única excepción
significativa, la ofrecen las rocas solubles como las calizas y los yesos, susceptibles
de sufrir el proceso llamado karstificación, en el que el agua excava simas,
cavernas y otras vías de circulación, modelo que más se ajusta a la creencia
popular.
Si se excava o perfora la tierra para conectar con un acuífero, a través de pozos y/o
galerías se puede explotar esta masa de agua para consumo humano, agrícola o
industrial.
En lugares alejados de ríos, lagos o mares, los acuíferos son a menudo la única
fuente de agua disponible, especialmente en extensas áreas como los desiertos de
Atacama, Kalahari y Sahara. A veces este agua sale a la superficie por sí sola a
través de encharcamientos, manantiales (oasis, en los desiertos), surgencias
manantiales, rezumes, aguas termales, o géiseres. La zona del subsuelo en la que
los huecos (espacios porales), están llenos de agua se llama zona saturada. El nivel
superior de la zona freática a presión atmosférica se conoce como nivel freático. El
nivel freático puede encontrarse a muy diferentes profundidades, dependiendo de
las circunstancias geológicas y climáticas, desde sólo unos centímetros hasta
decenas de metros por debajo de la superficie. En la mayoría de los casos la
profundidad varía con las circunstancias meteorológicas de las que depende la
recarga de los acuíferos. El nivel freático no es horizontal, a diferencia del nivel
superior de los mares o lagos, sino que es irregular, con pendiente monótonamente
decreciente desde el nivel fijo superior al nivel fijo inferior. Podría decirse que es
una expresión atenuada de la superficie topográfica.
Cuando la roca permeable donde se acumula el agua se localiza entre dos capas
impermeables se trata de un acuífero cautivo o confinado. En este caso, el agua se
encuentra sometida a una presión mayor que la atmosférica, y si se perfora la capa
superior, fluye como un surtidor, tipo pozo artesiano.
El agua de las precipitaciones (lluvia, nieve, granizo) puede tener distintos destinos
una vez que alcanza el suelo. Se reparte en tres fracciones. Se llama escorrentía a
la parte que se desliza por la superficie del terreno, primero como arroyada difusa y
luego como agua encauzada, formando arroyos y ríos. Otra parte del agua se
evapora desde las capas superficiales del suelo o pasa a la atmósfera con la
transpiración de los organismos, especialmente las plantas; nos referimos a esta
parte como evapotranspiración. Por último, otra parte se infiltra en el terreno y
pasa a ser agua subterránea.
Los pozos se pueden secar si el nivel freático cae por debajo de su profundidad
inicial, lo que ocurre ocasionalmente en años de sequía, y por las mismas razones
pueden dejar de manar las fuentes. El régimen de recarga puede alterarse por
otras causas, como la repoblación forestal, que favorece la infiltración frente a la
escorrentía, pero aún más favorece la evapotranspiración, o por la extensión de
pavimentos impermeables, como ocurre en zonas urbanas e industriales.
El agua subterránea tiende a ser dulce (es decir, de muy baja salinidad) y potable
(puede ser bebida sin riesgo). Sin embargo en ocasiones las capas freáticas son
demasiado ricas en sales disueltas como para ser consumida, y eso mismo puede
resultar inconveniente también para otros usos determinados. La circulación
subterránea tiende a depurar el agua de partículas y microorganismos, pero en
ocasiones éstos llegan al acuífero por contaminación debida a los usos humanos,
como pozos sépticos o residuos agrícolas. El agua subterránea puede contaminarse
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por otras causas antropogénicas (debidas a los seres humanos), como la infiltración
de nitratos y otros abonos químicos muy solubles usados en la agricultura, que
suele ser una causa grave de contaminación de los suministros en llanuras de
elevada productividad agrícola y densa población.
Otro capítulo lo forman los abonos químicos minerales, especialmente los nitratos,
que son el contaminante inorgánico más conocido y quizás uno de los que genera
mayor preocupación. El nitrato se origina de diferentes fuentes: aplicación de
fertilizantes, pozos sépticos que no estén funcionando bien, lagunas de retención de
desperdicios sólidos no impermeabilizadas por debajo y la infiltración de aguas
residuales o tratadas. Afloramientos de sal
Cuando se añade agua de riego, el agua es transpirada, pero las sales que haya en
el agua de riego quedan en el suelo. Si el sistema de drenaje es adecuado, y se
suministra suficiente cantidad de agua en exceso, como suele hacerse en la práctica
del riego superficial, y algunas veces con el riego por aspersión, estas sales se
disolverán y serán arrastradas al sistema de drenaje. Si el sistema de drenaje falla,
o la cantidad de agua suministrada no es suficiente para el lavado de las sales,
éstas se acumularan en el suelo hasta tal grado en que las tierras pueden perder su
productividad. Éste sería, según algunos expertos, la razón del decaimiento de la
civilización Mesopotámica, irrigada por los ríos Tigris y Eufrates con un excelente
sistema de riego, pero con deficiencias en el drenaje.
El noreste argentino detenta una de las Reservas de agua más importantes del mundo:
“Acuífero Guaraní”, denominado así por el geólogo uruguayo Danilo Antón (1994), en
homenaje a la nación indígena Guaraní, dado que abarca prácticamente al dominio
geográfico que fue habitado por esa civilización en la época del descubrimiento de
América. Se localiza dentro de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Por ello muchos
lo denominan Acuífero Gigante del MERCOSUR (Laury Medeiros de Araújo y otros,
1995).
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Este Acuífero tiene 132 millones de años y empezó a nacer cuando África y América
estaban unidas. Su extensión es de 1,2 millones de kilómetros cuadrados y el
volumen de agua almacenada es de 37000 Km. cúbicos y cada kilómetro cúbico es
igual a un billón de litros. El volumen explotado actualmente es de 40 a 80 Km.
cúbicos por año. Técnicamente éste Acuífero abastecería una población del orden
de los trescientos sesenta millones de personas, con una dotación de 300 litros
diarios por habitante.
El agua del Puelche es bicarbonatada sódica con una salinidad total menor de 1 g/l.
La calidad desmejora hacia la cuenca del Salado, en las llanuras aluviales de los
colectores más importantes (Matanza, Reconquista, Luján), y en la planicie costera
aledaña al Río de la Plata (Auge, 1997).
La productividad del Puelche oscila entre 30 y 160 m3/h por pozo y se lo utiliza para
consumo humano, para riego y para la industria. Hidráulicamente se comporta
como semiconfinado debido a la presencia de un limo arcilloso gris de unos 5 m de
potencia que conforma su techo (Ensenadense basal) y que actúa como acuitardo.
Donde el acuitardo falta, el limo castaño del Ensenadense grada a limo arenoso y
finalmente a arena franca.
Las Arenas Puelches poseen estratificación gradada, con aumento de tamaño hacia
la base donde suelen presentarse arenas gruesas y hasta gravillas.
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Acuífero profundo de Bahía Blanca. Esta región ha sido durante el Terciario y, tal
vez durante parte del Mesozoico, asiento de grandes espesores de sedimentos que
alojan varios niveles de acuíferos, entre los que se destacan los confinados en las
capas del Plioceno y en la formación rojiza del Mioceno.
En las capas del Plioceno, representadas por la Formación Chasicó, constituida por
areniscas limo-arcillosas con unos 120 m de espesor, se encuentran niveles de
acuíferos cuyo número decrece hacia el sur y el naciente, disminuyendo en el
mismo sentido el espesor de los mismos.
Las capas acuíferas tienen, en general, un espesor reducido y los caudales son
exiguos. El contenido salino del agua es abundante, con valores que superan los 8
gll.
Este acuífero no aflora en la región y la definición de sus límites sólo podrá lograrse
merced a trabajos explorativos.
Esta información indicaría un hundimiento del techo del acuífero a partir de Chasicó
hacia el naciente y el sur.
El espesor total del acuífero sólo se conoce en la ciudad de Bahía Blanca, lugar en
que se lo atravesó totalmente en dos ocasiones, en las que se han registrado 382 y
283 metros, respectivamente.
Este acuífero está formado en los casos citados, por arena, gravilla y grava de
cuarcitas y granitos con intercalaciones de capas de arcillas rojizas que lo dividen
en varias capas, que varían en cantidad y espesor de uno a otro lugar.
El agua en todas las obras de captación es surgente con una presión de unas 4
atmósferas y temperaturas que oscilan entre 55 ºC y 72 ºC. La mayor temperatura
se registró en Chasicó, lugar donde el techo del acuífero se encuentra a menor
profundidad.
El contenido salino del agua varía entre 0,3 g/l y 1,8 g/l, salinidad baja, que hace al
agua de buena aptitud para todo uso y, por su temperatura elevada, aprovechable
con fines industriales.
El glaciar Perito Moreno es, junto con las Cataratas del Iguazú, una de las
principales bellezas naturales de Argentina
El Parque Los Glaciares fue creado en 1937 y, de la mano de la ONU, en 1981 fue
incorporado a la lista del patrimonio mundial.
Debemos tener en cuenta también nuestra Antártida Argentina que tiene una capa
de hielo llamada “Inlan Dsis”. Solo aquí y en Groenlandia la encontramos pero la
Antártida es más grande. La capa de hielo antártica tiene aproximadamente 4500
kilómetros de diámetro.
La contaminación atenta al agua dulce y potable y que trae aparejada una amenaza
seria para las próximas décadas. El agua dulce representa el 3% en el mundo y
potable, solo el 1,5% / 1,8%. Cuando hablamos de agua potable estamos diciendo
que no debe contener materias orgánicas, gérmenes patógenos, ni substancias
químicas.
Además, contempla todas las propuestas, sobre todo las que provienen de las
Instituciones y ONGs ambientalistas de los territorio más afectados porque
permanentemente luchan por la preservación del Medio Ambiente y portan toda la
información de su zona.
Está de acuerdo con que se ejecuten las multas para empresas y/o entidades o
personas que contaminan, como así también recompensas o reconocimiento para
las que tienen un buen uso del agua.
La provincia de San Juan posee dos cuencas hídricas, la del río San Juan que irriga
una superficie cultivada de 90.000 Ha en los valles de Tulum, Ullun y Zonda y la
cuenca del río Jáchal que tiene una superficie bajo riego de 8.022 Ha en los Valles
de Jáchal, Huaco y Niquivil.
Es en la naciente de la cuenca del Río Jáchal donde se ubican los Proyectos Lama -
Pascua y Veladero, cuyo río posee un módulo de 9.000 l/seg.
Todo esto permite inferir como conclusión: que cuando en el año 2010 o 2011 se
disponga la marcha productiva del Proyecto Lama – Pascua, el 96% del caudal del
citado río se usará para: Riego Agrícola, Consumo Poblacional, Recreativo,
Pecuario, y Piscícola y solo el 4% para uso minero.
Con relación a las suposiciones que dan cuenta de la destrucción de los glaciares,
aclaramos lo siguiente:
Todos los estudios técnicos realizados han concluido que las obras a desarrollar en
el Proyecto Minero Lama, no afectan directamente a glaciares, manchones de nieve
y glaciares de escombros. Tal es así, que con referencia al Impacto en el Ambiente
Glacial y Periglacial del área de ubicación de los proyectos Veladero y Pascua Lama,
la Dra. Lydia Elena Espizua investigadora del Instituto Argentino de Nivología
Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), luego de todos los estudios de
análisis y evaluación señaló lo siguiente: ..” en conclusión las obras a desarrollar
por el Proyecto Pascua - Lama, en el sector argentino, no afectarán directamente a
los glaciares, manchones de nieve, glaciares de escombros y el impacto sobre el
permafrost discontinuo no es significativo”.
A los fines de llevar este caudal a 9.000 m3/hora, Minera Alumbrera inició un
proceso de construcción de nuevas cañerías e instalación de tres nuevas bombas,
que se sumarán a las cinco que se encuentran en funcionamiento.
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En todos los casos se trata de datos oficiales reportados por las empresas en sus
respectivos informes de impacto ambiental.
Por disposición de la Constitución Nacional (Artículo 75, inciso 12) existe un sólo CM
para todo el país, correspondiendo su aplicación a las autoridades nacionales o
provinciales según donde estuviesen situados los recursos mineros. El CM establece
los derechos de fondo y regula los procedimientos adquisitivos y extintivos de esos
derechos, mientras que las Provincias establecen las normas procesales formales
para el ejercicio de tales derechos ante las autoridades mineras pertinentes.
Previo al inicio de la actividad minera, esta ley exige que el titular del derecho
minero presente en Mesa de Entradas y Salidas, de la Dirección de Recursos
Energéticos y Minería, un Informe de Impacto Ambiental (IIA), a fin de obtener la
autorización para iniciar las actividades según términos de referencia prefijados en
la ley 24.585 (Anexos I, II y III para las etapas de: Prospección, Exploración y
Explotación respectivamente).
La evaluación del IIA es un proceso dinámico, que debe ajustarse durante la vida
útil del proyecto minero, y posterior al cese de las actividades, y la información
debe actualizarse cada dos años como máximo.
Los niveles guías admitidos para potabilidad de agua y calidad de agua para
consumo humano están establecidos en el Código Alimentario Argentino Ley
Nacional Nº 18.284 (Capitulo XII), y en el Decreto N° 831 reglamentario de la Ley
Nacional N° 24.051, de Residuos Peligrosos.
12. EPÍLOGO
Una forma de asegurar el desarrollo sustentable de cualquier tipo de
emprendimiento es determinar previamente la “vulnerabilidad del agua subterránea
a la contaminación”, término introducido por el Hidrogeólogo J. Margat (1968).
Existen dos grandes corrientes sobre el alcance del término. Una está representada
por aquellos investigadores que consideran a la vulnerabilidad como una propiedad
referida exclusivamente al medio (tipo de acuífero y cobertura, permeabilidad,
profundidad, recarga, etc.), sin tener en cuenta la incidencia de las sustancias
contaminantes (vulnerabilidad intrínseca) y en la otra orientación, se agrupan los
que sí le otorgan, además del comportamiento del medio, trascendencia al tipo y
carga del contaminante (vulnerabilidad específica).