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EL DRAG, MÁS QUE UN ARTE, ES LIBERACIÓN, ES DESPRENDERTE DE TUS ATADURAS Y

ENCONTRARTE.

“el drag no cambia quién eres, en realidad revela quién eres”. RuPaul.

¿Qué es el drag?

La sociedad tiene expectativas heterocisnormativas respecto a lo que es ser “normal”.

¿Y qué pasa cuando alguien no cumple con esas expectativas?

Pues sufre rechazo y segregación y por eso tiene que buscar formas de ser feliz, de
expresarse y no tener que ocultarse ante el mundo: el drag es una de ellas.

Es mostrarte tal y como eres mientras juegas con la categoría del género, es el arte de
exagerar los aspectos tradicionalmente asociados con la masculinidad y la feminidad, un
medio para desafiar las normas sociales y manifestar nuestros sentimientos.

Ha tenido un gran impacto en la cultura queer y crea un espacio en el que  las personas


marginadas se sienten aceptadas y seguras.

Desde sus inicios, el drag ha servido como una forma para desafiar el status quo y si nos
adentramos en su historia. Desde sus orígenes en el teatro hasta la declaración política
que es hoy, el arte drag ha sido una fuerza poderosa de expresión, una salida segura y
creativa para que las personas queer muestren su identidad y compartan su historia.

En lo personal, lo veo como una rebelión y la más dulce venganza al sistema en el que
vivimos. Al hacer drag, nos expresamos a través del vestuario, el maquillaje, las pelucas y
el performance para crear y actuar a través de un personaje.

Es un arte tan flexible y dinámico que cualquiera puede hacer su propia fantasía
transformista, sin importar el género u orientación sexual.

De hecho para muchas personas de la comunidad LGBTQ+ que siguen explorando su


identidad, es un espacio seguro para explorar su identidad y expresarse creativamente.
Todes podemos hacer drag.
Contexto histórico: breve historia de la evolución
del drag

El origen exacto de este arte es desconocido, pero se cree que evolucionó a partir del teatro
antiguo.

Los hombres hacían travestismo para interpretar personajes femeninos, ya que las mujeres no
tenían permitido actuar. La primera evidencia conocida del drag procede de la ciudad griega de
Esmirna, situada en la actual Turquía, debido a que el teatro de la ciudad solía ser un lugar de
encuentro por la población LGBTQ+.

Estos espectáculos perdieron popularidad en los años 20, debido a la introducción masiva de los
medios de comunicación; sin embargo en los 30 regresó con gran fama la presencia de
personalidades drag en cabarets al estilo americano, como elemento primordialmente histriónico
y dramático, que se revolucionó en el periodo de la cultura closet

Tiempo después, por ahí de los años 40, creció hasta convertirse en una subcultura exclusiva de
los que se hacía exclusivamente en clubs nocturnos. A partir de los 80s,

se empezó a presentar en la escena del ballroom. En sus inicios, los looks de las drag queens y drag
kings eran bastante simples. su objetivo era verse lo “más creíble posible” según los estándares de
la sociedad.

Se vestían con la ropa del género que querían representar, ya fuera “de hombre” o “de mujer” y se
maquillaban solamente para acentuar sus rasgos. Al pasar el tiempo, fueron experimentando para
llegar a lo que es el drag de hoy: una explosiónde color y dramatismo. Ya no existe como tal un
“look drag”, no hay reglas

En la actualidad, a pesar de que se ha vuelto un arte mainstream gracias a programas


como Rupaul’s Drag Race, no todas las personas lo comprenden.
Por esta razón, existen varios mitos al respecto. El más común es que es una burla hacia las
mujeres; sin embargo, el drag no es una ofensa y no tiene que ser necesariamente femenino.
Ser drag queen es una cuestión de empoderamiento, no una ofensa, y como mencionamos
anteriormente,
además no solo existen drag queens, también hay drag kings, que exageran lo masculino y drag no
binario, con elementos andróginos que no se apoyan en los asociados con el binarismo de género.
Incluso se puede hacer drag resaltando las características del mismo género con el que te
identificas.
Es por eso que
el drag existe por encima de todo, por lo que posee de liberador. En un momento en el que
tenemos claro -o deberíamos ya- que el género es una construcción social, este tipo de juegos y
expresiones creo que son fundamentales para burlarnos de esas casillas en las que nos quieren
tener recluides.

Por eso no puedo comprender las críticas de ciertos sectores hacia les drag queens afirmando que
se burlan de las mujeres. El drag no es eso.

También hay sectores que creen que las mujeres no podrían practicarlo, por no ser este arte tal
cosa por definición, digamos. A estas drags se las suele denominar faux queen, ya que no travisten
su género (lo que se viene asociando al género socialmente) y solo exageran la feminidad (clásica)
con fines artísticos, con vestidos y maquillajes ostentosos.

se puede ser incluso un personaje drag no binario. O fluir entre el drag queen y el drag king al
gusto, si se desea. De nuevo, libertad, no rendir cuentas a nadie, autoconocerse, eso es para mi el
arte drag.

¿Hay que abolir el género? Pues juguemos con él, mezclemos y exageremos lo que se nos fue
imponiendo como normativo. No van a desaparecer de repente las referencias culturales e
identitarias, ¡pero podemos manipularlas a nuestro antojo! Y con ello, ser lo que nuestro cuerpo y
mente nos piden en cada momento.

Autodescubrirse para respetarnos a nosotres mismes, siempre.

La cultura Drag en Bogotá, una expresión de arte


Con la emoción a flor de piel, y dispuestas a actuar la puesta en escena de sus vidas, buscan
cautivar la capital

Las Drag Queen en Bogotá, valiéndose de su impactante maquillaje, gestos marcados y vestuario
extravagante, representan hoy una nueva forma de expresión artística que busca abrir un espacio
de reconocimiento.

Hoy gracias a series de televisión como “RuPaul`s Drag Race” y “Oh my Drag”, referentes de la
cultura LGBTIQ, se ha logrado llegar a diversos espacios de Bogotá, perfeccionando los rasgos
dramáticos en su apariencia, su carácter burlón hacia la doble moral de la sociedad, los roles de
género, la homofobia y demás estigmatizaciones, que los mantuvieron excluidos por años.
La “onda drag” se reinventa constantemente gracias a los aportes de exponentes del
transformismo de la vieja vanguardia, poco a poco se convierte en un grupo consolidado en
defensa de los principios de inclusión,

al igual que su posición en contra de todo acto de discriminación, la comunidad realiza actividades
como la marcha del Pride y presentaciones en Theatron en la capital colombiana; espacios para
mostrar que son humanos sensibles y con gran potencial artístico que merecen ser valorados.

Junto a ello, en el 2017 se creó “Oh my drag”, la primera apuesta colombiana dedicada al
entretenimiento y exhibiciones de arte que incluyen a los exponentes importantes de series de
televisión, consolidando más allá de los estereotipos impuestos por la sociedad.

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