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Ciclo de Conferencias

Jubileo 2000

La Cámara Santa y su posible papel en la Regia Sedis ovetense.


Una reflexión alrededor del origen del relicario de
San Salvador de Oviedo
D." PILARGARCÍACUETOS

Los caminos de peregrinación. El camino de León a Oviedo


D ." M ."JOSEFASANZ FUENTES

Las reliquias de Oviedo en los siglos VIII-IX. Religión y poder


D. MIGUELCALLEJA
PUERTA

REAL INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS


PRINCIPADO DE ASTURIAS
OVIEDO, 2004
Pág.
-

La Cámara Santa y su posible papel en la Regia Sedis ovetense.


Una reflexión alrededor del origen del relicario de San Salvador
de Oviedo
D." PILARGARC~A CUETOS................................................. 7

Los caminos de peregrinación. El camino de León a Oviedo


D." M." JOSEFASANZFUENTES ............................................ 77

Las reliquias de Oviedo en los siglos VIII-IX. Religión y poder


D. MIGUEL CALLEJA PUERTA .............................................. 97

8 De la edición: Real Instituto de Estudios Asturianos


8 Del estudio: D.= Pilar García Cuetos
D." M.' Josefa Sanz Fuentes
D. Miguel Calleja Puerta
Asturgraf, S. L. - Granda (Siero)

- ISBN 84-89645-84-1
Depósito legal: As.- 3.087104
LAS RELIQUIAS DE OVIEDO EN LOS SIGLOS VIII-X.
RELIGIÓN Y PODER*
Miguel Calleja fierta. Universidad de Oviedo.

Si no llega a ser por el Padre Carvallo y por Rubén Darío yo segu-


ramente no sabría ir a lo que quizás pueda atraer vuestra fantasía.
Rubén Darío lo dice bien claramente: "Sabía yo que la catedral de
Oviedo poseía un tesoro de reliquias más rico que el de cualquier basí-
lica italiana o que la de Nuestra Señora de París; y que entre las cosas
que allíse encuentran las hay extraordinarias". Y sigue: "Yo había ima-
ginado muchas de ellas a través de cristales de poesía".

Xuan Bello: Historia universal de Paniceiros, Madrid, 2002, p. 100.

En un ciclo de conferencias convocado por la celebración del Jubileo y


articulado en tomo a la funcionalidad de las reliquias, los espacios de su
culto o el desarrollo de los fenómenos peregrinatorios, el epígrafe religión
y poder cuyo desarrollo se me ha encomendado tiene dos vertientes funda-
mentales: indagar para qué sirven las reliquias en la Edad Media y, en con-
secuencia, de qué modo particular se emplearon en la sede catedralicia de
San Salvador de Oviedo.
La esperanza de perdón llevaba a las gentes al camino con objetivos
concretos: venerar una reliquia intercesora, dirigirse a un lugar preciso
donde era más fácil el contacto con la divinidad y la redención del pecado
a través de los santos. La fuerza espiritual de sus restos y su atractivo para
los peregrinos generaron algunos de los programas constbctivos más ricos
de todo el medievo; en su seno, la riqueza de los relicarios destinados a cus-
todiar cada resto santo revela el lugar central que ocupa el culto a las reli-
quias en la mentalidad medieval'.

* Trabajo realizado en el marco del proyecto de investigación Oviedo, ciudad medieval. De


lafirndación al incendio (siglos VIII-XVI),financiado por la FICYT (HUM01-04).
' Sobre las peregrinaciones y los programas constructivos generados en tomo a las reliquias
de Oviedo v. los otros dos trabajos que componen este volumen.
Pero la propia conciencia de su poderoso efecto entre los hombres de Destacan en este sentido los trabajos de P. Brown4:en su obra los san-
aquel tiempo llevaba también a la propaganda e incluso el robo, y las con- tos adquieren dimensión pública al reconocer sus enterrarnientos como
vertía, en suma, en vigoroso instrumento de poder: poseerlas equivalía a lugares centrales para la comunidad, espacios donde cielo y tierra se unen5;
controlar lo sagrado, los signos de identidad de una comunidad, y este tra- con ello los despojos del santo, sus reliquias, se convierten en sujeto histo-
bajo pretende identificar esas claves en el caso del Oviedo medieval. Este riográfico dotado de múltiples implicaciones, desde la creación de nuevos
análisis se desarrollará sobre un esquema de tres puntos: en primer lugar se polos de atracción urbana en las ciudades tardoantiguas hasta los múltiples
repasa el valor de las reliquias en los primeros siglos de su veneración y con movimientos peregrinatorios que son el correlato inevitable de la santidad
especial atención al territorio peninsular. En segundo término, se analiza la y la reliquia, y por supuesto el protagonismo y patronato que se extiende a
aplicación de aquellas bases ideológicas a las circunstancias particulares los promotores y gestores del culto, los obispos. En efecto, y como segun-
del Oviedo de la monarquía asturiana, explicando cómo una ciudad de da gran aportación de aquel autor, los santos y su culto dejan de ser consi-
nueva creación accedió al rango episcopal y fue dotada con uno de los reli- derados expresión de la fe popular para convertirse en creación de las éli-
cario~más ricos de la Península. Por último, se cerrará la exposición lle- tes, respuesta a las necesidades de protección material y espiritual de los
gando al filo del 1100, cuando se desencadena el fenómeno amplio y com- primeros siglos del Cristianismo y, en fin, instrumento y expresión de un
plejo de las peregrinaciones a San Salvador de Oviedo. Naturalmente es a podei-6.
finales del siglo XI cuando eclosiona el movimiento peregrinatorio en
Oviedo, pero esa circunstancia ha centrado los estudios sobre los siglos ple-
nomedievales y desborda el marco de este trabajo; por el contrario, son más
complejas y menos conocidas las bases del proceso, y por tanto las que pue- Las primeras noticias ciertas de culto a las reliquias se remontan al si-
den dotar de más valor a esta investigación2. glo IV; a principios de! mismo Santa Elena va a destacarse en la búsqueda
del lignum crucis, San Agustín legitimaría su valor en La Ciudad de Dios7,
y en la última década de esta centuria la galaica Egeria recorrió los esce-
Santos, reliquias y patronato: la cristianización de la sociedad en la narios bíblicos buscando con afán las tumbas de los santos y documentan-
Antigüedad tardía do ya en tan temprana fecha la fe en la capacidad protectora de las reli-
No hay otra manera de entender el Reino de Asturias que vinculándolo
al desarrollo de las sociedades tardoantiguas, y en éstas uno de los fenó- des hagiographiques au 20e siecle: bilan et perspectives", en J. PIROlTE y E. LOU-
menos sintomáticos es la cristianización, la imposición de la fe cristiana, la CHEZ (dirs.): Deux mille ans d'histoire de l'église. Revue d'Histoire Ecclesiastique, 9513
articulación de los paisajes rurales y urbanos en tomo a los centros de culto. (juil1.-sept. 2000). Nospécial ?I'occasion
i du centenaire de la Revue, pp. 17-33; o bien la
Una de las fuentes básicas de información para ilustrar este fenómeno son completa aportación de S. BOESCH-GAJANO: "Des loca sanctorum aux espaces de la
los relatos hagiográficos: la narración de las vidas y pasiones de los santos sainteté. Etapes de l'historiographie hagiographique", ibidem, pp. 48-70. También E.
PAOLI: Gli studi agiografici su1 Medioevo in Europa (1968-98),Firenze, 2000 y, para
ocupa un lugar destacado en la producción escrita de estos siglos, y los his- España, J. MARTÍNEZ GAZQUEZ: "Los estudios hagiográficos sobre el Medioevo en
toriadores han descubierto en las últimas décadas el alto potencial infor- los últimos treinta años en Europa: España", Hagiographica, VI (1999). pp. 1-22.
mativo de estos textos3. Particularmente su artículo "The rise and function of the holy man in Late Antiquity", The
Journal of Roman Studies, LXI ( 1 97 l), pp. 80-101, y Tlle cult of saints, Chicago, 1981.
V. también el influyente trabajo de P. GEARY Furta sacra. Thefts of relics in the Central
Tras la valiosa aportación de J. u F ~ ARÍtJ en el marco de la obra que con L. VÁZQUEZ Middle Ages, Princeton, 1978.
DE PARCA y J. M. LACARRA dedicara a Lusperegrinaciones a Santiago de Composte- Sobre el fenómeno del enterramiento ad sanctos v. Y. DUVAL: Auprks des saints, corps
la (Madrid, 1948-9, 3 vols.), dos obras fundamentales sirven hoy de,referencia par? el et ames: l'inhumation "ad sanctos" dans la chrétienté dlOrient et dJOccident dzi 3e au
conocimiento del proceso: J. 1. RUIZ DE LA PENA SOLAR, S. SUAREZ BELTRAN, 7e sikcle, Paris, 1988. Invita a moderar sus apreciaciones para los primeros siglos E.
M. J. SANZ FUENTES, E. GARCÍA GARCÍA y E. FERNÁNDEZ GONZÁLEZ: Las REBILLARD: "Église et sépulture dans 1'Antiquité Tardive (Occident latin, 3e-6e si&
peregrinaciones a San Salvador de Oviedo en la Edad Media, Oviedo, 1990; J. 1. RUIZ cles)", A~znalesHSS, 5415 (1999), pp. 1027-1046.
DE LA PENA SOLAR (coord.): Las peregrinaciones a Santiago de Compostela y San t. Seguimos en lo anterior las observaciones de S. BOESCH-GAJANO: "Reliques et pou-
Salvador de Oviedo en la Edad Media. Actas del Congreso Internacional celebrado en voirs", en E. BOZOKY y A.-M. HELVETTUS (eds.): Les reliques. Objets, c~iltes,symbo-
Oviedo del 3 al 7 de diciembre de 1990, Oviedo, 1993. les, Tumhout, 1999, pp. 255-269 y p. 257.
De los muchos balances bibliográficos y estados de la cuestión propuestos en la última ' Cfr. Y. DUVAL: Loca sanctorum Africae: le culte des martyrs en Afriqlre du IVe au VIIe
década, se puede citar entre los más recientes a F. SCORZA BARCELLONA: "Les étu- sikcle, Rome, 1982, pp. 545-9.
quias8:en el relato de su estancia en Edesa destaca la idea de que una carta grado", y los testimonios epigráficos confirman igualmente la importancia
presuntamente remitida por el propio Jesucristo a su rey Abgar habría de los restos santos en la articulación de los espacios litúrgicos: a partir del
actuado como talismán de la ciudad ante el ataque de los persas. siglo VI los epígrafes consecratorios comienzan a consignar los nombres de
No sabemos si Egeria regresó a la Península y, haciéndolo, trajo reli- los santos materialmente presentes en los altaresJ6,y los testimonios mate-
quias a su vuelta, pero ya en la primera década del siglo V consta que un riales permiten incluso hipotetizar sobre la existencia de un quinto pie de
presbítero galaico llamado Orosio volvía de los santos lugares a su iglesia altar destinado a albergar las reliquias".
matriz de Braga portando reliquias de San Esteban9.El afán de poseer res- En cuanto a la trascendencia social de las reliquias, las fuentes advier-
tos sagrados inducía a la fragmentación y traslado de los mismos y los con- ten desde temprana época su alto valor político y comunitario, su papel
virtió progresivamente en un elemento fundamental de los lugares de culto, como elemento de cohesión social y protector del grupo, y también su
emplazados normalmente ensolemnes ceremonias en los lugares de privi- importancia como instrumento de poder. Hidacio atribuye a las reliquias de
legio de los templos cristianos. Santa Eulalia la defensa de Mérida frente a Teodorico en 45618,y Gregorio
De este modo, Gregorio el Grande estimuló la deposición de reliquias de Tours narra cómo los francos levantaron el sitio de Zaragoza a cambio
en antiguos lugares paganos, y la costumbre de emplazar reliquias en los de la túnica de San VicenteI9.En fin, las Ktas patrum emeretensium, redac-
altares también parece extendida en el territorio peninsular a principios tadas a principios del siglo VII, ilustran a la perfección el papel de la már-
del siglo V: así lo da a entender Prudencio en el himno a San HipÓlitolO, tir Eulalia en la comunidad; es sobre su enterramiento donde se levanta el
y así lo sugiere que en el 401 se hable de basilicis quae sine martyrum re- altar y la basílica que genera un desarrollo urbano particular, se advierte
liquiis dedicatae sunt'l, admitiendo su deposición como algo generalizado; que todo lo asociado a la santa adquiere valor sagrado -como ocurre con su
en fin, el Papa envió reliquias en 538 al obispo de Braga, y el concilio de túnica- y destaca particularmente la privilegiada relación de patronato
Toledo de 597 presupone la situacidn de reliquias en cada altar consa- mantenida con el obispo Masona, en una relación que se expresa literal-
gradoI2.La escasez de testimonios literarios de esta época no impide per- mente de domina a s e r v ~ l u m ~ ~ .
cibir la formación a su alrededor de un espacio definido como sagrado En efecto, la acción protectora de los santos y sus reliquias va a mani-
por su propia presencia: el concilio de Braga (572) establece que se celebre festarse principalmente a escala local. La virtus del santo actúa sobre la tie-
in basilicas ubi rnariyrum reliquiae sunt depositae ibi pro defunctis obla- rra que guarda sus reliquias e induce alguna de las transformaciones más
tionem oferre...13,y cuando Martín de Braga escribe poco después su ser-
món contra las supersticiones rurales, insta a la oración en la iglesia y la
concurrencia a los lugares de los santos: Praeparate viam vestram in ope- l5 M. FEROTIN, Le Liber Ordinum en usage dans 1'Église wisigothique et morazabe
d'Espagne du cinquieme au onzi6me siecle, Paris, 1904, reed. Roma, 1996, p. 513. Cfr.
ribus bonis. Frecuentate ad deprecandum deum ecclesiam ve1 loca sancto- A.M. MARTÍNEZ TEJERA: "Dedicaciones, consagraciones y monumenta consecratio-
rumI4. En fin, los ceremoniales de consagración del rito visigótico con- nes (SS.VI-XII): testimonios epigráficos altomedievales en los antiguos reinos de Asturias
firmarán la práctica generalizada de dotar de reliquias a cada altar consa- y León", Brigecio. Estudios de Benavente y sus tierras, 6 (1996), pp. 77-102, pp. 78-9.
P. DOURTHE: "Typologie de I'autel, emplacement et fonction des reliques dans la
Péninsule Ibérique et le Sud de la Gaule du Ve au XIe siecle", Bulletin Monumental, 153
CfT. A. ARCE: Itinerario de Egeria, Madrid, 1978. (1995), pp. 7-22; J. MICHAUD: "Culte des reliques et épigraphie. L'example des dédi-
V. GAUGE: "Les routes d'Orose et les reliques d'EtienneW,Antiquité Tardive, 6 (1998), caces et des consecrations d'autels", en E. BOZOKY y A.-M. HELVETIUS (eds.): Les
pp. 265-286. reliques. Objets, cultes, symboles, Tumhout, 1999, pp. 199-212 y pp. 201-3. Llama la
l o J. CROOK: The architectural setting of the cult of saints in the early Christian West (c. atención sobre la fecha tardía de estas inscripciones Y. DWAL: "Projet d'emquete sur
300-c. 1200),Oxford, 2000, p. 12. I'epigraphie martyriale en Espagne romaine, visigothique (et byzantine)", Antiquité
" DWAL: Loca sanctorum, p. 544. Tardive, 1 (1993), pp. 173-206 y pp. 178-9.
l 2 J. VIVES: C~ltcilios visigóticos e hispano-romanos, Madrid, 1963, pp. 156-7. Cfr. L. A. '' DOURTHE: "Typologie de I'autel", p. 18.
GARCÍA MORENO: "La conversión des Sukves au catholicisme et 2 I'arianisme", en M. l8 ...Theudericus,Emeritam depredari moliens beatae Eulaliae martyris terretus ostentis...
ROUCHE (dir.): Clovis. Fstoire e? mémoire. Clovis et son temps, l'événemeizt, Paris, l9 Cit. L. GARCIA IGLESIAS: Zaragoza, ciudad visigoda, Zaragoza, 1979, p. 33.
1997, pp. 199-216; M.C. DIAZ Y DIAZ: "Passionaires, Iégendiers et compilations hagio- ...basilicam sancte virginis Eolalie preproperus petiit tribusque diebus tothidemque noc-
graphiques dans le haut Moyen Age espagnol", en Hagiographie, cultures et sociétés, tibus parsimoniis et jletibus ante altare, sub quo vene~abilecorpusculum sacre martiris
IVe-XIIe siecles, Paris, 1981, pp. 49-60, p. 49. situm es?,pavimento prostratus incubuit (A. MAYA SANCHEZ: Vitas sanctorum patrum
l 3 VIVES; Concilios visigóticos, p. 102. emeretensium, CCCM, CXVI, Turnhout, 1992, p. 59; la historia de la túnica ibidem, pp.
l4 J. E. LOPEZ PEREIRA: Cultura, relixións e supersticións na Galicia Sueva. Martiño de 65-70); ...sacratissima virgo Eolalia in columbe speciem nivei candoris apparuit...utpote
Braga. De correctione rusticorum, A Coruña, 1996, p. 109. piissima domina, jidelissimum consolare dignata est servulum (ibidem,p. 73).
llamativas de las ciudades tardoantiguas, pues frente a la ruralización, la hecho, para la España visigoda se han llegado a individualizar auténticas
crisis del mercado y las instituciones urbanas y la interrupción de los inter- dinastías episcopales, y se advierte cómo las familias poderosas situaban
cambios comerciales, se opone un proceso de redefinición urbana polariza- algunos de sus miembros en la escala episcopal con el claro objeto de
do por los centros de culto cristiano y dirigida por los obispos. Por un lado emplear en beneficio propio el poder creciente asociado a la figura de los
se detecta un proceso claro de cristianización de la topografía urbana2';por preladosz6.Del mismo modo, cualquier instancia de poder que aspire a
otro, la crisis del municipio romano convierte a los obispos en las princi- dominar una comunidad pretenderá el control de sus reliquias, y éstas
pales autoridades a escala local, y el componente simbólico de su poder va sumarán a su carisma religioso un extraordinario valor cívico: Recaredo
a pivotar sobre el poder carismático de las reliquias protectoras. recibió del Papa cabellos de San Juan Bautistaz7y el rey suevo Chacarico
En el mismo sentido, el control episcopal de las reliquias va a conver- se convirtió tras la curación milagrosa de su hijo por las reliquias de San
tirse también en un eficaz instrumento de control sobre las áreas rurales cir- Martín, que fueron traídas expresamente desde Tours2*.
cundantes, sobre todo desde el momento en que la ubicación de reliquias en En fin, la dimensión simbólica de las reliquias en referencia a las
los altares se convierte en condición indispensable de su consagración. comunidades que les prestan culto se percibe en prácticas, tan curiosas
Casos como el de Mijangos atestiguan la existencia de loculi para reliquias como la humillación de los santos: humillar al santo es humillar a la comu-
en los altares de iglesias rurales de época visigodaZ2,y en sentido inverso la nidad por extensión, y la Crónica Albeldense aún se haría eco de esta prác-
gestión del culto a San Emiliano por el obispo Braulio de Zaragoza ejem- tica y sus consecuencias a finales del siglo IX: en su texto, el rey visigodo
plifica bien el significado del control de las reliquias desde las sedes epis- Agila atrajo la desgracia al despreciar el sepulcro de San Acisclo; a con-
copa le^^^; del mismo modo, resulta significativo que el 11 Concilio de secuencia de aquel acto perdió a su hijo, numerosa tropa y casi todo el
Zaragoza estableciese, en 592, el sometimiento a la prueba del fuego de tesoro realz9.
todas las reliquias de los arrianos: el sometimiento al poder episcopal pasa-
ba por la prueba de la legitimidad de las propias reliquias24.
La consecuencia inmediata de ese papel preeminente en las sociedades La monarquía asturiana, Oviedo y sus reliquias
tardoantiguas será la voluntad de adquirir su posesión y control como ins-
trumento político. Por su propio cometido religioso y su protagonismo en Comprender la extensión de este fenómeno a la monarquía astur es el
las comunidades urbanas los obispos serán los primeros en usar en benefi- objetivo principal de este artículo, pero una de las mayores dificultades
cio propio el poder de las reliquias, su presencia, difusión y controlz5.De para estudiar el culto a los santos y sus reliquias en toda la alta Edad Media

2' Cfr. L.A. GARCÍA MORENO: cristianización de la topografía de las ciudades de la episcopal del culto de los santos y su trasfondo social: Braulio de Zaragoza", SHHA, XII
Península Ibérica durante la Antigüedad tardía", Archivo Español de Arqueología, 50-51 (1994), pp. 169-177; (con T. DEL POZO): "Vigilancio y el culto a los santos y sus reli-
(1977-1978),pp. 3 11-323.X. BARRAL 1ALTET: "Transformacionsde la topografía urba- quias en el Occidente tardoantiguo", SHHA, 13-14 (1995-6), pp. 405-20; "Las reliquias
na a la Hispania cristiana durant 1'Antiguitat tardana", 11 Reunió d'Arqueologia de santos y su papel social: cohesion comunitaria y control episcopal en Hispania (SS.V-
Paleocristiana Hispánica, Barcelona, 1982,,pp. 104-30. Para los núcleos urbanos del VII)", Polis, 8 (1996), pp. 5-21; "Conflictos entre la autoridad y el hombre santo. Hacia
Noroeste, J. LÓPEZ QUIROGA y M. RODRIGUEZ LOVELLE: "El mundo urbano en la el control oficial del patronatus caelestis en la Hispania visigoda", Brocar, 20 (1996), pp.
"Gallaecia" (Conventus Lucense-Conventus Bracaraugustano) entre la Antigüedad tardía y 77-89; Poder social, aristocracias y hombre santo en la Hispania visigoda : la Vitu
la Alta Edad Media (siglos IV-X)", N CAME. Sociedades en transición.Actas. 11. Comuni- Aemiliani de Braulio de Zaragoza, Logroño, 1998; Hagiografía y sociedad en la
caciones, Alicante, 1994, pp. 47-57; ID.: "Ciudades atlánticas en transición: la "ciudad" Hispania visigoda. La Vit.a Aemiliani y el actual territorio riojano (siglo VI), Logroño,
tardo-antigua y alto-medieval en el noroeste de la Península Ibérica (s. V-XI)", Archeologia 1999. V. también C. GODOY FERNANDEZ: "Poder i prestigi episcopal en relació amb
Medievale,XXVI (1999), pp. 257-268; ID.: "De la cité antique aux évechés du haut Moyen el culte de les relíquies de les marti", Estudis universitaris catalans, 29 (1993),
Age en Galice et dans le nord du Portugal (Ne-XIe sikcle)", en N. COULET y O. GUYOT- Homenatge a Miguel Tarradell, pp. 879-99; P. CASTILLO MALDONADO: "Reliquias
JEANNIN (dirs.): La ville au Moyen Age. l. Nlle et espace, Paris, 1998, pp. 15-40. y lugares santos. Una propuesta de clasificación jerárquica", Florentia Iliberntana, 8
" J.A. LECANDA ESTEBAN: "Mijangos: la aportación de la epigrafía y el análisis arqueo- (1997), pp. 39-54.
lógico al conocimiento de la transición a la alta Edad Media en Castilla", Anejos de 2b Cfr. J. NIÑO SÁNCHEZ-GUISANDE: "Una familia episcopal en la España del siglo
AespA, XXIII (2000), pp. 181-206, p. 192. VI", Compostellanum, XLIV11-2 (1999), pp. 55-66.
23 V. los trabajos de S. CASTELLANOS cit. infra. 27 L. DUCHESNE: Les origines du culte chrétien, Paris, 1889, p. 423; cit. por J.
24 VIVES: Concilios visigóticos, p. 154. MICHAUD: "Culte des reliques et épigraphie", 201.
U BROWN: The cult of the saints, passim. Ha desarrollado esta cuestión en la historiogra- 28 Virt. Martini, 1, 11 (MGH, SS. re. Merov., I,2, 144).
fía peninsular S. CASTELLANOS en diversos trabajos, entre ellos "La capitalización 29 GIL: Crónicas asturianas, p. 241.
hispana está en la escasez de textos hagiográficos, reducidos a algunas pie- Un territorio rural progresivamente cristianizado
zas excepci~nales~~. La cuestión, entonces, estiba en explicar hasta qué
punto la escasez de textos se basa en un menor interés en estas manifesta- Por encima de las declaraciones triunfales de los textos propagandís-
ciones; o lo que es lo mismo, resolver la aparente contradicción entre esa ticos es en los escalones inferiores de una sociedad donde se verifican sus
falta de testimonios literarios y la presunta creación del relicario ovetense rasgos más acentuados, y el campo asturiano se caracteriza en los siglos
en el período de la monarquía asturiana. de transición a la Edad Media por una presencia creciente de huellas del
Con los múltiples problemas que atañen a su interpretación, las culto c r i s t i a n ~ La
~ ~ inscripción
. de Argüero permite suponer la existencia
Crónicas Asturianas constituyen el más compacto núcleo informativo de un edificio con dedicación cultual ya en el siglo IV36,y la pizarra de
sobre la historia del reino en los siglos VI11 y IX3', y en ellas el reino se Carrio, con su texto confuso, atestigua la invocación de los santos como
define como esencialmente cristiano. Tanto la Crónica Albeldense como la intercesores en el siglo VI o VI1 e incluso el conocimiento de la Passio
Profética identifican la expansión del reino con la liberación de la Christophori3'. Pero la consagración de Santa Cruz de Cangas supone ya
Iglesia3*,y en las dos versiones de la de Alfonso 111 las referencias se una sociedad muy avanzada en su cristianización; por primera vez se docu-
amplían: en la Rotense la pérdida de España ante los musulmanes se inter- mentan conjuntamente un edificio y su advocación, y en este caso no se
preta como consecuencia de las agresiones a la Iglesia, y es a su salvación, remite a un santo sino a una idea, la de la cruz, aquí insistentemente repe-
con la ayuda de Cristo, a lo que aspira Pelayo en C ~ v a d o n g aLa
~ ~versión
. tida y luego convertida en anagrama obsesivo de los monarcas a s t ~ r e s ~ ~ .
a Sebastián de la Crónica regia no es muy distinta: es el acecho a la reli- Una cruz no es un despojo santo sino un objeto personificado, y una socie-
gión en tiempos de Vitiza lo que desencadena la pérdida de España, y el dad capaz de situarla en el centro de sus preocupaciones religiosas denota
discurso puesto en labios de Pelayo participa de esa acentuada identifica- unas estructuras de pensamiento complejas y un culto desarrollado y madu-
ción de un proyecto político con un credo religioso: confía en salvarse por ro. A finales del mismo siglo, Beato de Liébana certifica de nuevo la madu-
la fe, admite el justo castigo infligido a los godos y espera recuperar la rez del pensamiento religioso elaborado en el reino de Asturias y la conti-
Iglesia, el pueblo y el reino34.Llama la atención, entonces, que el papel que nuidad con las prácticas anteriores: explica quiénes son los mártires, y
en ellas se dedica a las reliquias sea menor; la resolución del problema que cuando se refiere a los supersticiosos, toma a la inversa las palabras de
nos ocupa ha de pasar por una consideración detenida de diversos temas y Martín de Braga y dice que suelen diversas terras circuire, et sanctorum
problemas. sepulcra pewidere, quasi pro salute animae suae: sed nihil eis proderit 39.
La propaganda y la leyenda llenan el primer siglo de la historia reli-
giosa del reino: la vinculación de Pelayo a Santa Eulalia de Abamia y
M.C. DÍAZ Y DÍAZ: "Passionaires, légendiers"; ID.: Index sc~iptorumlatinorum de Alfonso I a San Pedro de Villanueva es tardía, pero las dos versiones de
Medii Aevi Hispanorum, Salamanca, 1958-1959. V. también F. BANOS VALLEJO: La la Crónica de Alfonso 111 atribuyen a este último una acentuada labor de
hagiografía como género literario en la Edad Media. Tipología de doce vidas indivi-
duales castellanas, Oviedo, 1989. Recientemente destaca esta carencia A. GUIANCE:
"De reyes y santos: las manifestaciones de la monarquía en la hagiografía castellana
(siglos VII-XI)", Acta Historica et Archaeologica Mediaevalia, 2212 (1999-2001). F. J. FERNÁNDEZ CONDE: "Lugares de culto en Asturias durante la época de transi-
Homenatge al Dr. Manuel Riu i Riu, pp. 9-30. Para épocas posteriores vid. el interesan- ción", Asturiensia Medievalia, 7 (1993-1994), pp. 31-55. ID.: "Cristianización y simbo-
te trabajo de A. GARCIA DE LA BORBOLLA GARC~ADE PAREDES: La "praesen- logía del poder en la época de la monarquía asturiana", La época de la monarquía astu-
tia" y la "virtus": La imagen y la función del santo a partir de la lzagiografía castellano- riana, pp. 263-294.
leonesa del siglo XIII. Silos, 2002. J. DE FRANCISCO MARTÍN: "Nueva inscripción paleocristiana de Argüero (Villavi-
31 Sobre el mismo v. con carácter general las recientes aportaciones de A. BESGA ciosa, A>turias)", Memorana, 1 (1997), pp. 19-24.
M A ~ O Q U Í N Orígenes
: hispano-godos del Reino de Asturias, Oviedo, 2000; L.R. " 7. VELAZQlJEZ SORIANO: Las pizarras visigodas. Edición crítica y estudio, Murcia,
MENENDEZ BUEYES: Reflexiones críticas sobre el origen del reino de Asturias, 1989, no 104; F. DIEGO SANTOS: Inscripciones medievales de Asturias, Oviedo, 1994,
Salamanca, 2001; y J.I. RUIZ DE LA PENA: La monarquía asturiana, Oviedo, 2001; no 5. J. GIL FERNÁNDEZ llamó la atención sobre la identidad entre dos pasajes del texto
también La época de la monarquía asturiana. Actas del simposio celebrado en y la pasión de San Cristóbal ("Notas sobre fonética del latín visigodo", Habis, 1 (1970),
Covadonga (8-10 de octubre de 2001), Oviedo, 2002. Para las-Crónicas seguimos la edi- p. 46).
ción de J. GIL, J.L. MORALEJO y J.I. RUIZ DE LA PENA: Crónicas Asturianas, Sobre la iglesia y su desaparecido epígrafe v. C. GARCÍA DE CASTRO VALDÉS:
Oviedo, 1985. Arqueología cristiana de la alta Edad Media en Asturias, Oviedo, 1995, pp. 181-4 y 511-
Crónicas asturianas, pp. 251 y 262. 2; DIEGO SANTOS: Inscripciones, no 253.
j3 Ibidem, pp. 198,202,204,206 y 208.
l9 J. GONZÁLEZ ECHEGARAY, A. DEL CAMPO y L. G. FREEMAN: Obras completas

" Crónicas asturianas, pp. 199,205,207,209. de Beato de Liébana, Madrid, 1995, pp. 136 y 60.
fundación cultual40.Del mismo modo, el himno a Santiago del tiempo de hacían presentes sus santos patronos: el atrio y el altaf6.Ante la documen-
Mauregato expone claramente la idea del santo como patrono y protector'", tación de este periodo es difícil desterrar la idea de una sociedad convenci-
y la dotación de Obona de 780, aunque discutida, incluye un Pasionarium da del valor protector de las reliquias de los santos: en 834 el diácono
entre los libros litúrgicos del rnona~terio~~. Francio dona sus propiedades en Triongo (Cangas de Onís) a la venerabili
Mucho más sólido resulta el testimonio de Santianes de Pravia, cuyo Ecclesiae, et post Deum nobis fortissimne Patronae Sacratissimae
primitivo pie de altar contaba con un hueco para la ubicación de re- Sanctorum Ecclesiae Sanctae Eulaliae Virginis, et Sancti Vicenti 47,y en la
liquias". Pero para esta primera época las realidades comprobables son diplomática de mediados del siglo IX aparecen las donaciones pías dirigi-
escasas, y lo cierto es que la política religiosa de los monarcas astures das, según las fórmulas visigodas, domnis invictissimis hac tru~zfactoribzis
no parece haber supuesto, ni ahora ni en el siglo IX, un programa sis- sanctis martiribus gl0riosis4~.
temático de encuadramiento religioso del territorio". Por el contrario, en Hay sin embargo un fenómeno muy particular en esta etapa, y es la pues-
el ámbito rural las empresas religiosas patrocinadas por los reyes pare- ta en valor de las reliquias de Santiago". En ella queremos subrayar que se
cen responder más bien a la voluntad de dotar de infraestructuras religio- trata de la fundación religiosa más periférica de las atribuidas a Alfonso 11,
sas a sus propias residencia^^^, según lo sugiere la primera fundación de y eso en una etapa en que el control del territorio gallego es uno de los prin-
San Salvador de Oviedo por Fruela, o el caso de Santianes de Pravia para cipales retos de la monarquía astuP; por otra parte, no debe caer en saco
Silo. roto la proximidad del hallazgo a la única sede episcopal que había sobrevi-
El reinado de Alfonso 11 supone un cambio en este sentido: por un lado vido a la invasión musulmana. A consecuencia de la invención del sepulcro
se manifiesta una primera voluntad de promoción urbana que analizamos la organización espacial de su entorno se alteró radicalmente por iniciativa
más adelante, pero el resto de sus fundaciones se establecen en ámbito rural regia5',y entendemos que esas modificaciones expresan un cambio social de
y con aquel carácter privado del que venimos hablando: San Julián de los mayor calado: la desaparición del control episcopal sobre las reliquias y la
Prados, Bendones o Nora podrían suponer un anillo estratégico en las inme- transferencia de esas funciones y el poder asociado a las mismas a los
diaciones de Oviedo, pero en todas ellas destaca su carácter de villas subur- monarcas. Se ha llamado muchas veces la atención sobre el desinterés de las
banas y, en San Julián, una posible dedicación monástica, antes que una
voluntad efectiva de encuadramiento religioso.
Era la iniciativa de otros particulares la que seguía poblando el campo 46 ...et ex reliquiis almi Dei arcangeli Micaeli et sanctorum apostolor~rmPetri et Pauli et
de templos dotados de reliquias: los monjes fundadores de San Miguel de sancti Pr~rdenciisacrare disposui, e! ineum sororumque c2ram predictis patribus, id est,
gloriosi Froilani regis... (A. C. FLORIANO CUMBRENO: Diplomhtica española del
Pedroso, en La Rioja, reconocían la potestad de Fruela 1 mientras se afe- período astur (718-910),Oviedo, 1949-1951, no 7); la fundación de Tobiellas ibidem, no 8.
rraban a las reliquias de sus patronos, y los de Tobiellas hacían lo propio 47 FLORIANO: Diplomática astur, no 41.

con Alfonso 11, delimitando a su vez los distintos espacios en los que se " FLORIANO: Diplomática astur, passim.
49 Cfr. F. LÓPEZ ALSINA: "«Cabeza de oro refulgente de España»: los orígenes del patro-

cinio jacobeo sobre el reino astur", en Las peregrinaciones a Santiago de Compostela y


40 Crónicas asturianas, pp. 208 y 209. San Salvador de Oviedo en la Edad Media, Oviedo, 1993, pp. 27-37; J. VAN HER-
4' O vere digne sanctior apostole, / caput refulgens aureum Ispanie, / tutorque nobis et WAARDEN: "The origins of the cult of St. James of Compostela", JMH, 6 (1980), pp. 1-
patronus vemulus, /vitando pestem esto salus celitus, / omnino pelle morbum, ulcus, faci- 35; éste autor concluye que es muy difícil que los restos de Santiago estén enterrados en
nus (M. C. D ~ A ZY DIAZ: Asturias en el siglo VIII. La cultura literaria, Oviedo, 2001, p. Compostela, y abre la posibilidad de interpretar la invención como estrategia política de
88). fortalecimiento del reino, revelando en última instancia el alto papel de las reliquias en la
42 M. J. SANZ FüENTES: ' L D ~ ~ ~ m e n t a medieval
~ i ó n del monasterio de Santa María de mentalidad de la épo,ca.
Obona en el Archivo Histórico Diocesano de Oviedo", Asturiensia Medievalia, 8 (1995- " Cfr. C. BALIÑAS PEREZ: "De Covadonga a Compostela: Galicia en el marco de la cons-
1996), pp. 291-339, no 1. trucción del Reino de Asturias", en La época de la Monarquía asturiana, pp. 367-389.
43 F. DE SELGAS: Monumentos ovetenses del siglo IX, Madrid, 1908, p. 39; GARCÍA DE Adelanta la cronología A. BESGA MARROQUW: "Galicia y el reino de Asturias en el
CASTRO: Arqueología cristiana, pp. 212-213. Cfr. DOURTHE: ''I'ypologie de I'autel", siglo,VIII", En torno al bimilenario del Eo, Oviedo, 2002, pp. 487-514.
p. 18. F. LOPEZ ALSINA: "Parro~uiasy diócesis: el obispado de Santiago de Compostela", en
M V. nuestro estudio La formación de la red parroquia1 de la diócesis de Oviedo en la Edad J. A. GARCÍA DE CORTAZAR (ed.): Del Cantábrico al Duero. Trece estudios sobre
Media, Oviedo, 2000, pp. 43 SS. organización social del espacio en los SS. VIII a XIII, Santander, 1999, pp. 263-312. M.
45 V. en este sentido nuestro trabajo, en colaboración con M. S. BELTRÁN SUÁREZ, "El NÚÑEZ RODRIGUEZ: "Era para los cristianos lo que para los musulmanes la Cava de
espacio centro-oriental de Asturias en el siglo VIII", La época de la monarquía asturia- la Meca", Santiago, la Catedral y la memoria del arte, Santiago de Compostela, 2000, pp.
na, pp. 63-109. 17-35.
Crónicas en los inicios del culto jaco be^^^; a nuestro entender, ese desinte- siones bárbarass7.Así, los monarcas merovingios adoptaron el uso de poner
rés puede interpretarse como una ocultación generalizada en estos textos del bajo la protección de un santo cada ciudad en la que establecían su resi-
poder autónomo -y en consecuencia posible objeto de disputa- de las reli- dencia: Clodoveo construyó numerosas iglesias en Pan's y se enterró allí
quias, en su afán de propagar el poder incontestado de los monarcas astures. con su familia, y Gregorio de Tours documenta cómo esa pauta se repro-
Sobre esta interpretación quizá puedan entenderse también otras noticias dujo tras la partición de la Galia en sucesivas divisiones hereditarias; en fin,
de los años siguientes. De Ramiro 1 dice la Albeldense que terminó con los la identificación entre unos monarcas y una ciudad llegaría hasta el punto
magos por medio del fuego, y con admirable celeridad desbarató y extermi- de que Childeberto se hiciese llamar rey de ParísS8.
nó a los rebeldess3;el primer aserto se ha interpretado con frecuencia como
expresión de la lucha contra la superstición, pero la vinculación de magicis a
tyrannos también permite leer esta noticia a la luz de las teorías de Brown, La fundación de una ciudad: Oviedo en el siglo IX
viendo en esta denuncia de la superstición un debate político en el que el culto
La situación descrita en la Galia recuerda mucho a lo que conocemos
de los santos es una de las claves y se disputa la apropiación de sus cuerpos
del siglo IX en Asturias; en varios diplomas hallamos a sus monarcas inti-
por las familias de la aristocracia romanas4.Al fin y al cabo la formación polí-
tulados como reyes de 0 v i e d 0 ~y~que
; esta ciudad se convirtiera en todo un
tica del reino de Asturias es más una lucha de aristocracias locales por llenar
un vacío de poder que la sucesión del reino de los godos que pretenden las símbolo, en el que el valor de representación es acaso mayor que sus pro-
pias funciones como sede de una corte sometida a permanente itinerancia,
Crónicas. Posiblemente haya sido el escenario gallego el de más compleja
se manifiesta plenamente en el gusto con que las Crónicas recorren la
integración, y por eso no es raro que allí se sitúe otro documento, que
nueva formación urbana. De nuevo es éste un topos literario común en la
Floriano reputa original, en que Ordoño 1otorga al abad de Samos autoridad
Europa de la época, pues no son otra cosa las descripciones encomiásticas
sobre los sacerdotes del entorno, algunos de elios tildados de magicosS5.
de Milán (ca. 749), Verona (ca. 796), la imagen con que presenta Alcuino
Adrnítanse o no estas lecturas, es innegable que de la etapa visigoda a
la ciudad de York o Paulo Diácono la de Metzm.La distinción la hallamos
la asturiana se produce una enorme transformación, y es la asunción por
en el protagonismo, pues éstas descripciones participan de las gesta epis-
parte de los monarcas de unas funciones de promoción religiosa y control
copum o gesta abbatum, mientras que las Crónicas Asturianas se convier-
del culto de los santos antes dominadas por los obispos. Besga Marroquín
ten en verdadera gesta regum, y las bases de este interés por la ciudad arrai-
ha argumentado sólidamente la enorme transformación que se produce en
gan en la tradición hispana6'.
las filas episcopales, convertidas ahora en hechuras de la monarquías6,y en
ese contexto el empleo de las reliquias como instrumento de poder puede
no haber estado ausente. Por otra parte, esta progresiva adquisición de su Cfr. L. PIETRI: "Culte des saints et religiosité politique dans la Gaule du Ve et du VIe
control por los reyes tampoco sería un un rasgo exclusivo del reino astu- sikle", Les fonctions des saints dans le Moyen Age occidental (IIIe-XIIIe sikcle). Actes
riano: en otras geografías, y para los siglos VI1 y VIII, también se ha des- du colloque, Rome, 1993, pp. 353-369, p. 353, con la bibliografía pertinente.
58 PIETRI: "Culte des saints et religiosité politique", p. 359.
crito cómo el culto a los santos se tiñe de un importante significado políti- 59 Esto aparece en las crónicas, pero también en la diplomática regia; así Ordoño 1 en 854
co, culminando un proceso ya iniciado en el siglo V al calor de las inva- (G. DEL SER QUIJANO: Colección diplomática de Santa María de Otero de las Dueñas
(León) (854-10371, Salamanca: 1993, no la), Alfonso 111 en 895 (G. CAVERO
DOMÍNGUEZ y E. M A R T ~ LOPEZ: Colección documental de la Catedral de Astorga,
52 Sin embargo, cuando Alfonso 11 se califica a sí mismo de vernulus en su Testamentum de 1 (646-1126),León, 1999, no 8). Esa caracterizació? como reyes de Oviedo perdurará a lo
812 se perciben los ecos de la primera manifestación conocida del culto local al apóstol, largo del siglo X, según puso de relieve J. U R ~ ARIu: "Notas para la historia de Oviedo.
el himno O Dei verbum. Oviedo desde que dejó de ser corte hasta el otorgamiento de su fuero", La Balesquida,
s3 Magicis per ignem finem inposuit, sibique iyrannos mira celeravit et sic regnum accepit
Oviedo, 1964.
(Crónicas, pp. 175 y 249). Cfr. P. RICHÉ: "La représentation de la ville dans les textes littéraires du Ve au DCe si&-
" BROWN: The cult of saints. cle", en C. LEPELLEY (ed.): Lafin de la cité antique et le début de la cité médiévale. De
...Et omnes ipsos sacerdotes qui per monasterio, ve1 in ipso circuitu sunt ad vestram la fin du IIIe sikcle 2 l'avknement de Charlemagne. Actes du colloque tenu lJUniversité
veniant colationem, ve1 concilio, et licentia tibi persolvimus, ut habeas potestatem stir- de Paris X-Nanterre les 1,2 et 3 avrilI993, Bari, 1996, pp. 183-190. S. COATES: "The
pare vitia, et ipsos sacerdotes regiilariter regere, tam sanguimistios, latrones, refugas bishop as benefactor and civic patron: Alcuin, York and episcopal authority in Anglo-
monasterii, magicos, ve1 caetera vitia occupatos ... (FLORIANO: Diplomática astur, Saxon England", Speculum, 7113 (june 1996), pp. 529-558.
no 63). 6' Cfr. I.G. BANGO TORVISO: "LOSreyes y el arte durante la Alta Edad Media: Leovipildo
56 A. BESGA MARROQUÍN: Orígenes Izispano-godos del Reino de Asturias, p. 534.
y Alfonso 11 y el arte oficial", Lecturas de Historia del Arte, 1992, pp. 19-32.
mentos que en los siglos anteriores y en ciudades antiguas habían tenido
La conciencia del valor de crear ciudades seguía viva en la mentalidad
que adaptarse a un trazado preexistente; la iglesia toledana de Santa
de los visigodos; fundaciones ex novo como Recópolis o Victoriaco, Ileva-
Leocadia estaba en la periferia de la ciudad, pero Oviedo no tenía el pie for-
das a cabo en una coyuntura poco propicia al desarrollo del fenómeno urba-
zado de una vetusta ciudad que adaptar a necesidades nuevas. Por eso, el
no, son el reflejo del evergetismo de cuño antiguo que había hecho nacer a
Oviedo del siglo IX debe ser un reflejo del imaginario político-religioso de
la propia Constantin~pla~~. Los reyes astures no habían olvidado aquel anti-
sus promotores; el único problema para su interpretación es resolver si la
guo ideaP3;en la Albeldense Leovigildo es recordado en cuanto fundador
ciudad narrada en la penúltima década del siglo refleja fielmente la histo-
de Recópolis, y la Nómina leonesa hace de Alfonso 11 un nuevo Leovigildo
ria de esa centuria, pues la correspondencia entre las crónicas y los testi-
al atribuirle la fundación de Oviedo: ac post Aurelio donznus Adefonsus
monios materiales no siempre es perfecta.
nzaior et castus, qui fundavit Obeto@.La crónica de Alfonso III, por su
Las Crónicas Asturianas son la fuente más rica para imaginar el Oviedo
parte, hace de Oviedo ciudad regia en sus dos versiones, y Olmo ha subra-
del siglo IX, y su proximidad a los hechos -ni medio siglo ha transcurrido
yado que la localización topográfica de los palacios regios ovetenses sigue
desde la muerte del rey Casto- el principal argumento para admitir lo esen-
la misma pauta que se encuentra en sus precedentes v i s i g o d ~ s En
~ ~ .fin,
cial de su discurso en aspectos de topografía urbana. En él Alfonso iI se
cuando Alfonso III encarga la inscripción de la fortaleza, la del palacio o la
tercera de emplazamiento desconocido, no actúa de manera muy distinta a lleva la parte del león en la topografía religiosa de la naciente ciudad, al ree-
lo que atribuye a Wamba la Crónica del 754, cuando indica que restauró dificar el templo de San Salvador y yuxtaponerle los de San Tirso y Santa
María68;en su caracterización destacan estos textos el número de sus altares
Toledo y puso inscripciones en sus puertas con dedicatoria a los mártireP.
Los mitos no habían cambiado, pero las ciudades sí6', y la crisis del -doce junto al del Salvador, tres en Santa María y dos en Santullano según
la Rotense-, y la Sebastianense se muestra algo más prolija al añadir que en
Imperio y de los intercambios comerciales acabó con su antiguo esplendor.
los de la iglesia principal se añadieron reconditis reliquiis ornnium aposto-
Las investigaciones de los últimos años han explicado su pervivencia en la
lorurn, y que en Santa María se habilitó un espacio para el enterramiento de
Antigüedad Tardía a través de una serie de transformaciones funcionales en
los monarcas. Aún más, nadie duda que Alfonso 11 dotó al templo de San
las que destaca la cristianización. En ese aspecto, la fundación de una ciu-
Salvador con la llamada cruz de los ángeles, y resulta que ésta también tiene
dad como Oviedo permitía incorporar desde su planteamiento aquellos ele-
unos pequeños espacios en sus brazos destinados a albergar reliquias69.
Todo esto, sin ser mucho, revela un progreso en el Oviedo que resurgió
L. OLMO ENCISO llama la atención sobre el detalle que las fuentes de época visigoda tras los ataques de Hixem 1170:donde Fruela había levantado un templo de
prestan a fundaciones urbanas como Recópolis, en claro contraste con la pobreza que referencias imperiales dotado con doce altares7',su hijo lo reedifica, añade
estas fuentes suelen presentar para otro tipo de asuntos ("Consideraciones sobre la ciudad
en época visigoda", Arqueología y territorio medieval, 5 (1998), pp. 109-118, p. 113).
Sobre las ciudades hispanas en la Antigüedad Tardía dice J. ARCE que la idea de ciudad,
su sacralidad, sst sentido cívico no ha desaparecido, ni desaparece (no tenemos indicios
" GIL FERNÁNDEZ: Crónicas, pp. 138-41 y 174-5.
69 1. RUIZ DE LA PENA GONZALEZ: "Cruz de los Ángelesn, en 1. G. BANGO TORVI-
de ello) hasta jel siglo VI? jel siglo VII?, jo quizás el VIII? ("La transformación de
SO (ed.): Maravillas de la España medieval. Tesoro sagrado y monarquía, Madrid, 2001,
Hispania en época tardorromana: paisaje urbano, paisaje mral", De la Antigüedad al
pp. 218-9.
Medievo, siglos IV-VIII. III Congreso de Estudios Medievales, León, 1993, pp. 225-249,
lo Sobre estos v. J. U R ~ ARÍU: "Las campañas de Hixem 1contra Asturias (794-795) y su
p. 247). Subraya la misma idea I.G. BANGO TORVISO: "La cultura artística de la
probable geografía", en Estudios sobre la monarquía asturiana, Oviedo, 1942, pp. 469-
monarquía astur, la última manifestación de la antigüedad", Astures. Pueblos y culturas
515; ahora en Estudios de historia de Asturias, Gijón, 1989, pp. 87-130.
en la frontera del Imperio Romano, Gijón, 1995, pp. 171-187, p. 175.
M Crónicas astsirianas, pp. 241 y 245 y 172. Sobre los puntos comunes de ambos monarcas
'' De Luis el Piadoso se ha e2crito que promovió el culto al Salvador y la cruz con sentido
centralizador (Ph. LE MAITRE: "Image du Christ, image de I'empereur. L'exemple du
v. el fundamental trabajo de 1. G. BANGO TORVISO: "Los reyes y el arte durante la Alta
culte de Saint-Sauveur sous Louis le Pieux", Rev. Hist. Egl. FK 68 (1982). pp. 212-12; cit.
Edad Media".
Th. HEAD: Hagiography and the cult of saints: the diocese of Orleans, 800-1200,
65 L. OLMO: "Los conjuntos palatinos en el contexto de la topografía urbana altomedieval
Cambridge, 1990, p. 45); recuérdese en ese sentido la cruz de los ángeles y la fecha de
de la Península Ibérica", Arq~~eologíaMedieval Española, II Congreso. 11,
consagración del rey Casto, no casualmente recogida en las crónicas: el 14 de setiembre,
Comunicaciones, Madrid, 1987, pp. 345-52, pp. 350-2.
fiesta de la exaltación de la cruz. Los doce altares, por cierto, estaban ya en la fundación
DIEGO SANTOS: Inscripciones, nos. 7 , 7 5 y 76. Para Wamba v. J. E. LÓPEZ PEREI-
de Fruela según las lápidas perdidas de la Catedral, y también cuentan con paralelos en
RA: Crónica mozárabe de 754. Edición crítica y traducción, Zaragoza, 1980, pp. 53-5.
otros templos de la época como Saint-Aignan o la anterior de She~borne,para los que
b7 V. la comparación entre e ! Gijón ~ardoantiguoy el Oviedo altomedieval que trazamos en compuso epigramas un autor conocido en el reino astur, Aldhelmo @IAZ: La cultura lite-
colaboración con BELTRAN SUAREZ: "El espacio centro-oriental de Asturias en el siglo
raria, p. 134).
VIII", pp. 88-97.
dos más, un panteón dinástico y una iglesia suburbana que acentúa la En este sentido las Crónicas vuelven a callar, y la famosa donación de 8 12
impresión de conjunto. De hecho las novedades posteriores parecen haber no se dirige a nadie titulado como obispo ni reconoce rango episcopal al
sido mínimas y Alfonso 111 parece haberse centrado en edificaciones civi- nuevo templo, sino que se limita a dotarlo ricamente en ajuar litúrgico y
les, en su propio palacio y en la fortaleza dirigida a proteger aquel núcleo7'. hombres dependiente^'^. Paralelamente, sus perdidas inscripciones funda-
La interpretación de este conjunto, sin embargo, ha causado muchos que- cionales reconocían a los monarcas un poder sobre el templo suficiente
bradero~de cabeza a los historiadores, pues no sabemos si en la descripción para expulsar a aquellos cultores de San Salvador -nunca llamados obis-
de las crónicas están todas las piezas y cómo interpretarlas. pos- que incumpliesen sus obligaciones, y con ello lo asemejaban más a
Para nuestros actuales intereses el problema está en saber cuándo se una iglesia propia que a una sede e p i s c o ~ a l de
~ ~ la
; misma manera, las
define la Cámara Santa como depósito de reliquias, y en esto el acuerdo es imprecaciones grabadas en la Cruz de los Angeles vuelven a subrayar esta
mínimo. Vista la pervivencia del valor de las reliquias y la referencia al res- libre disposición del monarca sobre su iglesia de San Salvador, pues ofre-
pecto de la Crónica de Alfonso IIí no parece razonable dudar que los alta- ce la joya al Señor, pero al mismo tiempo condena a perecer bajo el rayo
res ovetenses contuviesen las reliquias acostumbradas. La cuestión, sin divino a quien quisiera arrebatarla sin la voluntad regia78.En fin, a1 año 821
embargo, está en saber si esas iglesias y esa sede regia establecidas por se atribuyen las actas de un presunto concilio celebrado en Oviedo que
Alfonso 11 contaban con las reliquias como un capital añadido a su poder, habría constituido a la Iglesia ovetense en sede metropolitana, pero la crí-
al modo en que los obispados tardoantiguos se habían convertido en cen- tica ha rechazado unánimemente estos documentos como falsificaciones
tros distribuidores de reliquias que garantizaban su propia preeminencia, y del siglo XT9. Con ello, y durante bastante tiempo, ninguna referencia fia-
eso nos conduce a los problemáticos orígenes del obispado de Oviedo. ble saca a la luz a nadie titulado obispo de Oviedo.
La tradición atribuye al rey Casto la constitución del obispado, y la que-
rella adopcionista incluso haría lógica la fundación de una nueva sede en el
La creación del obispado ovetense emergente reino de Asturias, pero los hechos comprobables nos arrastran a
Leyendas del siglo XII forjadas en las luchas de los cabildos hispanos fechas posteriores para reconocer en Oviedo una sede episcopal. La refe-
rencia al obispo Serrano a mediados del siglo IX no cuenta con la plena
difundieron la fama de una supuesta diócesis antigua en Lucus A~turum'~,
aprobación de los historiadores80,y hay que esperar al reinado de Alfonso
pero lo cierto es que a principios del siglo VI11 no pervivía más sede que la
de Iria, y Galicia estaba lejos del solar astur. Así, el primer siglo del reino 111, al último tercio del siglo, para encontrar una serie variada y represen-
de Asturias se desarrolla sin una jerarquía episcopal sólida, y los pocos pre- tativa de testimonios en este sentido. Figura por un lado el obispo
lados que se encuentran en su territorio parecen más refugiados o persona- Hermenegildo, recordado tanto en la lista episcopal de la Albeldense8'como
jes locales que miembros de la antigua élite7" Oviedo, sede regia, termina- en algunas suscripciones do~umentales~~, y la inscripción de la Cruz de la
ría convirtiéndose en nueva sede episcopal, pero de nuevo los datos de esa
fundación aparecen confusos75.
76 V. por todos, M. LUCAS ÁLVAREZ: El reino de León en la alta Edad Media. VIII.
De Alfonso 11dicen las Crónicas que restableció el antiguo orden tole- Cancill~riasreales asturleonesas (718-1072), León, 1995, pp. 98-101; también E. E.
dano tam ia ecclesia quam in palatio, pero las dificultades para ver una RODRIGUEZ DIAZ: "Notas codicol6gicas sobre el llamado Testamento del Rey Casto",
sede episcopal en su fundación de San Salvador de Oviedo no son escasas. Asturiensia Medievalia, 8 (1995-1996), pp. 71-78. Ya había reparado en la falta de un
obispo en la dirección C. GARCÍADE CASTRO VALDÉS: "Las primeras fundaciones",
en La Catedral de Oviedo, I. Historia y restauración, Oviedo, 1999, pp. 21-73, p. 42.
72 Una lápida de Alfonso 111 conmemora el levantamiento de esa muralla (DIEGO SAN- " ...semper Christo pro me offeras sacrificium ut ipse tibi sit perenne auxilium. Quod si

TOS: Inscripciones, no 7), cuyo texto también se reproduce en su donación de 905 (M. J. forte neglexeris ista vivens sacerdocium amittas (DIEGO SANTOS: Inscripciones, no 6).
SANZ FUENTES: "Transcripción", en Liber Testamentorum Ecclesiae Ovetensis, 78 Quisquis auferre praesumpserit mihfulmine divino intereat ipse nisi libens ubi voluntad

Barcelona, 1995, pp. 493-502, ?O 15). dederit mea (DIEGO SANTOS: Inscripciones, no 22).
73 R. M. CID LÓPEZ, C. FERNANDEZ OCHOA, P. GARCÍA DÍAZ Y A. PEDREGAL 79 F. J. FERNÁNDEZ CONDE: El Libro de los Testamentos de la Catedral de Oviedo,

RODRÍGUEZ: Asentamiento romano y necrópolis medieval en Lugo de Llanera Roma, 1971, pp. 130-137.
(Principado de Asturias), Llanera, 1991,pp. 67-73. " Aparece en FLORIANO: Diplomática astur, nos. 65 y 84; SANZ FUENTES: Liber
74 V. por ejemplo el caso de Eteno, según lo muestra D ~ A ZY DÍAZ: La cultura literaria, Testamentorum, nos. 10, 12 y 13.
pp. 98 y SS. GIL: Crónicas, p. 158.
75 Hemos planteado la cuestión en "La etapa fundacional del obispado de Oviedo", Tesoro Auténtica la de 883 (FLORIANO: Diplomática astur, no 128), interpoladas las de 891 y
sagrado y monarquía, pp. 215-7. 896 (Ibidem, nos. 143 y 153).
Victoria establece una clara diferencia con la de los Ángeles, pues indica a partir del 866 Alfonso 111se relaciona en documentos fiables con los obis-
claramente su cesión a la sede de San Salvador de OviedoE3.No es muy dis- pos de Iria, Coimbra, Astorga, Orense y desde luego Oviedo; se rodea de
tinta la inscripción de Alfonso 111 relativa a la defensa del tesoro, pues esa prelados en consagraciones o dotaciones de iglesias9', y en fin la notitia
defensa es donada a la iglesia de San Salvador con sus derechosE4.Es un su episcoporum de la Crónica Albeldense habla de un reino ya firmemente
reinado o poco después cuando se realiza el proyecto de cartulario por el articulado a través de sus o b i ~ p a d o s ~ ~ .
que conocemos hoy el Testamentum Adefonsi regis, y esta empresa cultural En todo esto sin embargo hay un cambio notable, y es el protagonismo
abonaría la hipótesis de la creación tardía del obispado, habida cuenta del de los monarcas en la vida episcopal: sin que importe ahora la fecha de su
valor de creación de la memoria con que se definen los códices diplomáti- creación, lo que está claro es que el obispado de Oviedo nació para atender
cosS5.En fin, aunque tardío resulta muy explícito el Cronicón de Cardeña, a las necesidades de la monarquía, y lo mismo parece haber ocurrido en el
cuando anota que Alfonso IIIjizo facer obispado en la eglesia de OviedoS6. caso leonés, no casualmente la que se erigiría en sede regia a la muerte de
Sin embargo, la cronología de esa constitución formal de esa sede ove- Alfonso II193.LO cierto es que en ese tiempo el papel político de la Iglesia
tense nos parece tardía en el reinado de Alfonso 111. El enaltecimiento de la sufrió un vuelco, y la institución se convirtió durante siglos en instrumen-
monarquía que subyace en las Crónicas no basta para explicar su silencio, to en manos de los reyes y las aristocracias regionales. Por eso es lógico
y el testimonio de la Albeldense, aún contando con la polémica lista de
obispos, se muestra tibio y subraya el componente regio en el Oviedo de que Alfonso 11, protagonista de un reino en formación, retrasase la forma-
finales del siglo IXp7. ción de unas estructuras episcopales que podían hacer sombra a su poder.
El obispado de Oviedo se formó entre el rey Casto y el Magno, pero Del mismo modo resulta comprensible que en las décadas siguientes, ya
entendemos que su constitución formal se aproxima más al reinado del consolidados en la cúspide del reino, sean los monarcas quienes rehagan el
segundo de estos monarcas. De hecho es curioso observar cómo los casos de mapa episcopal del reino y lo conviertan en vehículo de su política centra-
León o Valpuesta se aproximan en su irregularidad al caso de San Salvador lizadora.
en tiempos de Alfonso IIEs,y cómo a medida que avanza el siglo IX se hacen Todo esto sirve para plantear desde el principio el papel de la Cámara
más fluidas las referencias al episcopado en la documentación: Gladila, Santa como relicario, y preguntarse sobre su cronología y funciones. Todos
obispo de Braga, afirma haber sido elegido por el propio rey Ramiro Is9;con estamos de acuerdo en que llegado el siglo X existe y que en el XI se va a
Ordoño II aumentan las noticias sobre los episcopados de León y Bragago,y poner en valor desde una perspectiva netamente episcopal. La cuestión es si
existe antes, desde cuándo, con qué objeto, o bien si es posible la existen-
cia de un tesoro de reliquias en Oviedo antes de la creación del obispado.
HOCOPUS perfectum et concessum est Sancto Salvatori ovetense sedis (DIEGO SANTOS:
Inscripciones, no 23). Entendemos que cuando la donación de 908 habla de altera modi-
ca cruce vetusto opere ubi reconditum est lignum sancte Crucis podría estar refiriéndose El tesoro de Oviedo y la monarquía astur
a la Cruz de los Angeles, que ahora abandonaba el tesoro regio para incorporarse al de
San Salvador (S. A. GARCIA LARRAGUETA: Colección de documentos de la Catedral
de Oviedo, Oviedo, 1962, no 19). Lo espiritual y devoto que tiene con los Santos Thesoros que guardn,
ffl Hoc opus a nobis offertum, idem aecclesiae sit iure concessum (DIEGO SANTOS:
y el sentimiento que entrándose en ella pone, no se puede decic sino darse
Inscripciones, no 7). GARCIA DE CASTRO identifica la torre de San Miguel con esa infinitas gracias a nuestro Serio>;porque es servido darla a gozar hasta a
munitio del fesoro (Ar ueología cristiana, p. 371). un indigno como yo. Esto estoy escribiendo en la Iglesia antes de la reja,
Cfr. RODRIGUEZ DfAZ: "Notas sobre el Testamento del Rey Carro". y P. GEARY
"Entre gestion et gesta", en O. GUYOTJEANNIN, L. MORELLE y M. PARISSE (eds.):
Les cartulaires. Actes de la Table ronde, Paris, 1993, pp. 13-26. 9' Siete participan en la consagración de Valdediós en 893 (DIEGO SANTOS: Iizscripcio-
86 H. F L ~ R E Z :España Sagrada, XXIII, Madrid, 1767, p. 376. nes, no 226); son tres los que habrían estado presentes en,la de la iglesia de San Salvador del
...omnia templa Domini restaurantur et civitas in Ovetao cum regias aulas hedificantur... castillo de Gozón (J. PÉREZ DE URBEL y A. GONZALEZ RUIZ-ZORRTLLA: Historia
(GIL: Crónicas, pp. 177-8). Silense, Madrid, 1959, p. 152). En cuanto a su presencia en el entorno regio en otro tipo de
D. MANSILLA: Geografa eclesiástica de España. Estudio histórico-geogrdfico de las negocios v. los testimonios publicados por (JARCIA LARRAGUETA: Catedral, no 19.
diócesis, 2 vols., Roma, 1994, p. 247. 92 NO es unánimemente aceptada. P. DAVID supuso que el metropolitano de Braga encabe-
89 ...Et subsequente dompnissimo Ranimiro principe me indignum ab hoc loco vestro abs- zaría originalmente ese listado y que el primer lugar atribuido a Oviedo debía ser fruto de
tractum per sanctum concilium ad pontificale pervenire gradum degens super manipulación, pero J. GIL observa que sus argumentos carecen de fuerza y encuentra
Bracarensem sedem... (GARCIA LARRAGFTA: Catedral, no 8). natural que la sede regia encabezase lanómina episcopal (Crónicas asturianas, p. 91).
90 Santa Eulalia de Ujo en 860, Gladila (GARCIA LARRAGUETA: Catedral, no 8; FLO- 9' El testimonio de la Silense es claro (PEREZ DE URBEL y RUIZZORRILLA: Historia
RIANO: Diplomática astur, nos. 73,74 y 75). Silense, p. 156).
y Dios sabe que estoy comofuera de míde temo>;y reverencia, no sé más Cámara Santa, y que en sus orígenes son otros caracteres los que la defi-
de pedir a Dios que me conforte para proseguir lo que yo no puedo. nen; e1 principal, que guiará nuestras hipótesis, es el de tesoro9'.
En efecto, las referencias de principios del siglo XII a la basílica de
(Ambrosio de Morales: Viaje Santo, p. 70). Santa Eulalia, el altar de San Miguel o el recinto en que se custodiaba el
arca de las reliquias no ofrecen duda posible sobre su existencia o función
El corazón y el centro de gravedad de la Catedral de Oviedo no están, de relicario. Sin embargo, entre esos testimonios destacan algunos que
curiosamente, en alguna parte del templo de San Salvador que hoy cono- permiten dar una nueva orientación al problema: el prefacio del Liber
cemos, sino en esa dependencia accesible desde la Torre Vieja y el claustro Testamerztorurn resulta ya muy explícito al efecto, al definir los pignora
que es conocida como la Cámara Santa. La historia constructiva de la sede sanctorunz como thesauro de la Catedral, en un texto largo y explícito
ovetense ha girado siempre en tomo suyo; no es casualidad que durante sobre el papel de los santos en el Oviedo de principios del siglo XI19%; por
siglos se hayan preservado estos que son sus más antiguos vestigios, y tam- los mismos años, y refiriéndose a las reliquias de Santa Eulalia, la crónica
poco parece casual que la voladura de 1934 afectase precisamente a este del obispo Pelayo recuerda cómo este prelado quadam die introivit in pre-
espacio. Atacando el tesoro -material o espiritual- del centro catedralicio, dicto tlzesauro, ut oraret, et interrogavit custodes thesauri novos et vetus-
los revolucionarios apuntaban a su punto más sensible94. tissimos que res iacebat in predicta ~ a p s e l l a y~ ~en; el mismo sentido se
La historia primitiva de la Cámara Santa, sin embargo, no tiene un con- puede recordar el testimonio del arcediano Pedro Anaya en el año 1128,
senso entre los historiadores, y mientras algunos sostienen la vieja opinión que dirige su donación ad altarem nostri Redemptoris et ad eiusdern tesau-
de que el recinto nace en tiempos de Alfonso II como relicario y oratorio rurn rnagnum quem vocitant Sancti Michaelis archangeli'OO. Lo que está
regio para ser más tarde transformado en depósito de reliquias de la
claro en estos textos es que la Cámara Santa actúa como oratorio de los
Catedral, otros autores pretenden que su fundación ha de retrasarse a la
obispos, que el altar del Redentor se identifica con San Salvador de
época de Alfonso 111, y atribuyen el protagonismo neto de su construcción
Oviedo, y que San Miguel es una de sus dependencias, dotada ya de una
a los obispos de O v i e d ~ ~ ~ .
administración propia, pero claramente inserta en las estructuras catedra-
El problema, sin embargo, tal vez resida en buscar en sus orígenes unos
contenidos que sólo se definen en época tardía. Las Crónicas no la descri- liciasI0'.
ben -como también ignoran el hallazgo del sepulcro de Santiago-, sólo en
908 hallamos una referencia al altar de Santa Leocadia, y hay que esperar GONZÁLEZ RUIZ-ZORRILLA: Historia Silense, pp. 138-9). En Ia lectura de Pelayo,
a la obra de Pelayo de Oviedo o a la Historia Silense, ambas ya en el siglo San Miguel y el Arca ocupan ya el primer lugar, viéndose relegada Leocadia a una posi-
XII, para hallar referencias explícitas a su constr~cción~~.
De todos modos, ción secundaria.
debe recordarse que sólo tardíamente comienza a ser recordada como 97 V. con carácter general 1. G. BANGO TORVISO: "El tesoro de la Iglesia", Tesoro sagra-

do y monarquía, pp. 155-188.


98 Multiplici igitur sanctorum pignore felix letatur sedes Ouetensis que ubifideles populi pia

94 Vid. P. GARC~ACUETOS: El Prerromúnico asturiano. Historia de la arquitectura y res- ferant uota archam tenet spectabili opere auri celatam ubi preciosisima sanctorum tenen-
tauración, p. 118 SS. tur suffragia totius Hispanie presidio et saluti adsistentia. Hoc tanto tam incorporabili
95 Resume la cuestión P. GARC~ACUETOS: "Los Reyes de Asturias. La Cámara Santa be thesauro... (SANZ FUENTES: Liber Testamentorurn, no 4). En el rnism~sentido, la con-
la Catedral de Oviedo", Tesoro sagrado y monarquía, pp. 205-214, p. 205 SS.C. GARCIA temporánea Historia Silense califica de tesoro las reliquias de Santa Justa y San Isidoro
DE CASTRO ha sido el Último representante de la esta última postura; sin embargo, él (PEREZ DE URBEL y RUIZ-ZORRILLA: Historia Silense, pp. 200-201. Muy explícito
mismo ha venido a corregirse con posterioridad al considerar a Hermenegildo primer resulta el epitafio del obispo Vermudo (+991), realizado a finales del siglo XII, que habla
de su enterramiento en las puertas del thesauri celebris aulam si hacemos caso de la lec-
obispo seguro de la sede ("Las primeras fundaciones", p. 42), pues esto implica deshacer
las cuentas que componen lo esencial de su argumentación al definir el destino originario tura de GARCIA DE CASTRO (Arqueología cristiana, p. 80); nada tiene que ver, sin
de la Cámara Santa (Arqueología cristiana, p. 370). La más reciente interpretación del embargo, con la de DIEGO SANTOS: Thesauri celestis onus (Incripciones,Add. 15).
99 J. PRELOG: Die Chronik Alfons'III. Untersuchung und kritische Edition der vier
conjunto catedralicio pertenece a E. CARRERO SANTAMARIA: El conjunto catedrali-
cio de Oviedo durante la Edad Media, Oviedo, 2003, cuyas conclusiones no hemos teni- Redaktionen, Frankfurt am Main-Bem-Cirencester, 1980, pp. 89-90.
do ocasión de incorporar a nuestro trabajo. '" GARCÍA LARRAGUETA: Catedral, no 147.
'O1 La referencia a las reliquias como tesoro perdurará durante siglos: a finales del XIV, la
96 Recoge los datos GARC~ADE CASTRO: Arqueología cristiana, pp. 345-7. Nótese, no
Constitución de la fiesta de la Invención de las Reliquias alude repetidamente a tan sanc-
obstante, que cuando la Silense describe la ubicación del arca en San Salvador de Oviedo
explicita que Santa Leocadia estaba destinada a cobijar en su piso superior las santas reli- to thesoro de reliquias (F. J . FERNANDEZ CONDE: Gutierre de Toledo, obispo de
quias: Fecit quoque sante Leocadie basilicamfomiceo opere cumulatam, super quamfie- Oviedo (1377-1389). Reforma eclesiástica en la Asturias bajomedieval, Oviedo, 1978,
ret domus ubi celsiori loco arca santa a fidelibus adoraretur (PÉREZ DE URBEL y pp. 332-333).
Con ello, la identificación de oficiales específicos al cargo de este te- Pero a principios del siglo X aún se encuentran nuevas e interesan-
soro aporta alguna luz adicional al problema. Dentro del amplio ciclo tes evidencias documentales. En 912 son dos los tesoreros que suscriben
de reformas experimentadas en el cabildo ovetense en torno al año 1100, en posición de privilegio la donación de Fruela 11a San Salvador':, y las
aquella dotación al oficio de tesorero se manifiesta como una de las cautelas diplomáticas de este diploma se aminoran ante el de 908 en que
más necesarias y significativas'02: el tesoro custodiaba las reliquias de también figura un tesorero de nombre Aureliolo7.Geary ha escrito que la apa-
San Salvador de Oviedo, pero también sus documentos, el tesoro docu- rición de los cartularios en el siglo IX se explica por la necesidad creciente
de constituir la memoria de un lugar, su historia, con la realización de un '
mental que en estos años estaba atravesando una extraordinaria reorga-
nización. Pues bien, la frecuencia creciente con que aquel oficio suscribe inventario de bienesloa;en ese sentido, la presencia de estos tesoreros a pnn- '\
los documentos catedralicios desde finales del siglo XI revela hasta qué cipios de la décima centuria bien podría vincularse al proyecto de cartulario .
punto era importante en el organigrama capitular, y el seguimiento en los que parece haberse iniciado en Oviedo en estos años, un proyecto en el que
siglos anteriores de recinto y cargo aporta algunas informaciones de in- el Testamentum Adefonsi regis iba a tener un papel fundamentalIw;de hecho,
terés. aquel mismo documento del 908 hace una referencia muy explícita al papel
Así, la donación del obispo Gudesteo en 1008 tiene como primer del archivo de San Salvador como lugar de conservación de documento^"^.
confirmante a Mirellus, abba qui et tensaurari~s'~', y esto nos acerca a un Sin embargo, lo más importante ahora es reconocer la existencia a principios
fenómeno bien documentado en territorio compostelano por López Alsi- del siglo X de un oficio catedralicio encargado de la custodia del tesoro.
na y que nosotros hemos tratado de encontrar en la alta Edad Media as- En fin, el tesoro de la Catedral está bien documentado en ese momento
turiana: la identificación de ciertos títulos abaciales con lo que luego a través de epígrafes y documentos; Alfonso 111 manifiesta haber fortifica-
serían los cargos arcedianales'". De hecho, y antes de la delimitación del do Oviedo para la proteccion del tesoroiIL,y hasta aquí llega el acuerdo
deanato en 1117, uno de los primeros en comparecer en la documentación entre los especialistas para interpretar la Cámara Santa: unos ven en aquel
va a ser el arcediano de la Cámara Santa, otras veces referido como abad
de la Cámara Santa o tesorero'05; en definitiva, una nueva prueba de la ..J)auid,presbiter; tensaurarius, testis ... Rattarius, presbites tensaurarius, testis (SANZ
importancia que desde antiguo albergaba el tesoro en el seno de la dió- FUENTES : Liber Testamentor~~m, no 18).
cesis. Irn Ha defendido la validez de este diploma J. A. VALDÉS GALLEGO: "La donación otor-

gada por Alfonso iíl a San Salvador de Oviedo en el año 908", BRIDEA, 150 (1997),
págs. 243-260.
'OSP. GEARY "Entre gestion et gesta", en O. GUYOTJEANNIN, L. MORELLE y
'O2 Cfr. M. S. SUÁREZ BELTRÁN: El Cabildo de la Catedral de Oviedo en la Edad Media, M. PARISSE (eds.): Les cartulaires. Actes de la Table ronde organiséepar 1'Ecole natio-
Oviedo, 1986; M . CALLEJA PUERTA: El conde Suero Vermúdez, su parentela y su nale des chartes et le G.D.R. 121 du C.N.R.S. (Paris, 5-7 décembre I991), Paris, 1993,
entorno social. Ln aristocracia asturleonesa en los siglos XI y XII, Oviedo, 2001, pp. 461- PP. 13-26.
2. Llama la atención sobre el vínculo entre tesorero y tesoro de reliquias X. BARRAL 1 Cfr. E.E. RODRÍGUEZ DÍAZ: "Notas sobre el Testamento del Rey Casto".
ALTET: "Reliques, trésors d'églises et création artistique", en D. IOGNA-PRAT (ed.): La 'la ...Ideo quidquid offeruimus huic sancte ecclesie ante Izunc paschalern diem rememorare
Frunce de l'an Mil, Paris, 1990, pp. 184-213, p. 194. procuramus et in eorum c~iltoribussensibus infigi per hanc nostram rememoracionem
'O3 SANZ FUENTES: Liber Testamentorum, no 27; lo mismo ocurre en otra donación de studemus, licet iam prenotata sunt et in arcibis posita equidem solummodo quod nos offe-
1044: Agilanus, abba qui et thesaurarius (ibidem, no 36); en 1039, aunque conocido por rinzus prenotamus...
una copia del siglo XII, confirma otro documento el mismo Agilani abba in tensauro "' 905: hanc ediJicari sanxit munitioizem cum coniuge Xemena et quinque natis, ad tuicio-
(P. FLORIANO LLORENTE: Colección diplonuítica del monasterio de San Vicente de nem muniminis thesauri aule huius sancte ecclesie residendum indemnem cauentes, quod
Oviedo, Oviedo, 1968, no 32). absit dum naualis gentilitas piratico solent exercitu properare (SANZ FUENTES: Liber
I M LÓPEZ ALSINA: La ciudad de Santiago en la alta Edad Media, Santiago de Compostela, Testamentorum, no 14); ad tuiccionem muniminis tensauri aulau huius sanctae aecle-
1988, p. 167 SS.;CALLEJA PUERTA: La formación de la redparroquial, p. 72 SS. siae ... (DIEGO SANTOS: Inscripciones, no 7). En el mismo sentido, la Silense atribuye
'O5 1078: Alvarus, abba et tesaurarius Sancti Salvatoris (SANZ FUENTES: Liber la construcción del castillo de Gozón -y su templo no casualmente dedicado-al Salvador-
Testarnentor~~rn,no 59); 1079: In presentia Alvarus, abba et tlzesaurarius Ovetertsis (ibi- ad defensionem santi Salvatoris Ovetensis (PEREZ DE URBEL y GONZALEZ RUIZ-
dem, no 55); 1080: Alvarus, abbas et tesaurarius Sancti Salvatoris confirrnat (ibidem,,nO ZORRILA: Historia Silense, p. 151). BARRAL subraya la necesidad de proteger los teso-
71); 1081: Alvarus archidiacoizus, clavicularius de ipsius thesauro sancto (GARCIA ros de reliquias y la construcción de protecciones al efecto ("Reliques, trésors d'églises et
LARRAGUETA: Catedral, no 84; otra mención en FLORIANO LLORENTE: San création artistique", p. 195). En el caso de Oviedo, parece clara,la identificació? de la
Vicente, no 99). En años sucesivos aparecen Pedro y Cipriano como erarins, tesaurarius, torre de San Miguel como ese elemento defensivo (E. FERNANDEZ GONZALEZ:
abbas erarius o abbas thesaurarius (GARC~A LARRAGUETA: Catedral, nos. 134,141, "Breves notas sobre la "Torre Vieja" de la catedral de Oviedo", Homenaje al Pro$ DI: D.
146,147 y 148). José M." de Azcárate. Anales de Historia del Arte, 4 (1993-1994), pp. 101-109).
testimonio la primera y más antigua referencia a la luego llamada Cámara su centro fuera de sí mismo, y en un recinto que durante siglos nadie osa-
Santa, y otros retrotraen su existencia al tiempo de Alfonso IIH2. ría tocar.
Desde nuestro punto de vista, la consideración del recinto como tesoro En principio, resulta difícil aceptar la idea de que, ya edificado San
puede apuntalar la segunda opinión. La tradición visigoda hacía del tesoro Salvador, sus obispos hayan decidido crear un recinto propio para albergar
real seña de identidad del reino e incluso instrumento de legitimación del un conjunto de reliquias desvinculadas de los santos titulares de aquel tem-
poderH3,y las Crónicas redactadas en tiempos de Alfonso III recogían alguna plo. Un único argumento nos animaría a dar crédito a esta hipótesis, y es la
referencia a otros tesoros cuando decían que el rey Agila llevó la desgracia consideración de la sede ovetense a modo de heredera de las antiguas dió-
sobre el reino al despreciar el sepulcro de San Acisco, perdiendo con ello a cesis visigóticas, una iglesia central encargada de difundir la fe en ámbito
su hijo, buena parte de su tropa y casi todo el tesoro realn4.En otro sentido, rural y por tanto dotada con una extensa nómina de las reliquias necesarias
Bango Torviso ha señalado que tesoro es el lugar donde se guardan las ofren- en todo altar; sin embargo, esto convertiría a Oviedo en un único no expli-
das, y que la idea de tesoro lleva a custodiar en él las reliquiasHs,y Palazzo cado, en un conjunto sin precedentes. Por el contrario, parece más fácil
ha llamado la atención sobre el lugar central de las reliquias en los tesoros aceptar que la Cámara Santa fue desde el principio tesoro, tesoro de los
altomedievales, y su papel esencial en la constitución de la identidad de la monarcas que por depósito de reliquias participaba también del carácter de
institución que las posee o el territorio que las albergaH6;y en efecto, incluso oratorio, y que sólo con la constitución de la diócesis pasa a titularidad de
en algunas fundaciones rurales como la de Santa Eulalia de Selorio hallamos la sede de San Sal~ador"~. Su atestiguada contigüidad al palacio de Alfonso
en tomo al 900 posibles referencias a las reliquias que conforman su tesorou7. 11 así lo presupone, y su conservación durante siglos se erige de este modo
En definitiva, en una iglesia o para un rey tesoro es su riqueza material en una lección de historia: no sólo se expone el corazón espiritual del tem-
y espiritual y el recinto que la alberga, y entre esos bienes destacan las plo de San Salvador, sino también su génesis material, su inextricable vin-
reliquias. Sin embargo, esta idea choca con los lugares asumidos de depo- culación a la monarquía asturiana.
sición de reliquias dentro de las iglesias: los altares. La Cámara Santa se Adoptábamos antes las inscripciones de las cruces atribuidas a Alfonso
construye en torno unas reliquias cuyo continente, el Arca Santa, adopta 11 y Alfonso ID como indicios de la mutación institucional acaecida en la
en sí misma figura de altar; pero llamativamente no es el altar del Salvador iglesia de San Salvador en el transcurso del siglo que separa su fabricación.
ni sus reliquias recuerdan al Salvador o a los Apóstoles, titulares de la igle- Pues bien, la constitución de San Salvador de Oviedo en sede diocesana
sia. La iglesia de Santiago se construyó encima de sus reliquias, que era el también tendría otras consecuencias en el paisaje ovetense que conviene
desarrollo lógico en los martyria"*, pero el templo de San Salvador tiene resaltar. Alfonso 111se construye un palacio que perduraría en manos regias
hasta finales del siglo XI, o sea doscientos años después del abandono de
la capital ovetense por los monarcas120; y sin embargo, las crónicas atesti-
Il2 Cfr. GARCÍA CUETOS: "La Cámara Santa", pp. 205-6. guan sobradamente que el Rey Casto había edificado otra estancia palacie-
IL3 G. RiPOLL: "El tesoro de Guarrazar. La tradición de la orfebrería durante la Antigüedad ga en la ciudad apenas un siglo antes. ¿Qué ocumó con esta residencia?
Tardía", Tesoro sagrado y monarquía, pp. 189-198, p. 194. Entendemos que, con la constitución de San Salvador de Oviedo en sede
n4 GIL: Ci-dnicas asturianas, p. 241. episcopal, los palacios de Alfonso 11 y su tesoro cambiaron de manos y
I l 5 1. G. BANGO TORVISO: "La vieja liturgia hispana y la interpretación funcional del tem-
pasaron a manos de los obispos'"; por tanto, guardar allí sus reliquias sig-
plo prerrománico", VII Semana de Estudios Medievales. Nújera 1996,Logroiío, 1997, pp.
61-120, p. 113.
lI6E. PALAZZO: "Le livre dans les trésors du Moyen Age. Contribution h I'histoire de la
Memoria médiévale", Annales HSS, janvier-février 1997, no 1, pp. 93- 118; cal; sans elles, Ir9 E. FERNÁNDEZ GONZÁLEZ ha subrayado que ya Constantino hizo adosado al palacio
il n'y a pus de trésor possible, du moins dans I'Antiquité et pendant le Haut Moyen Age un depósito de reliquias y relaciona el Oviedo de Alfonso 11con complejos palatinos de
(ibidein, p. 100). la Antigüedad tardía ("Estructura y simbolismo de la capilla palatina y otros lugares de
I l 7 Sólo si atendemos a la lectura de GARcÍA DE CASTRO: Arqueología cristiana, p. 120; peregrinación: los ejemplos asturianos de la Cámara Santa y las ermitas del Monsacro",
no permite esa apreciación la lectura más cauta de DIEGO SANTOS: Inscripciones, Las peregrinaciones a Santiago y San Salvador, pp. 335-397, p. 339 SS.),y las referen-
no 249. Más amplia resulta la caracterización del tesoro en otro documento de 853, que cias constantinianas en la época de la monarquía asturiana son múltiples.
adopta como ejemplo BANGO TORVISO ("El tesoro de la Iglesia", p. 156), si bien la Irn La versión pelagiya de Sampiro le atribuye la construcción del castellurn et palacium que

fiabilidad del documento está en entredicho. Del mismo modo, la dotación fundacional de est imta eum (PEREZ DE URBEL: Sampiro, p. 279); En 1096 Alfonso VI dona ...illo
Santa Eulalia de Triongo, datada en 834, se refiere a omne vestimentum ecclesiasticorum, palatiofrantisco quod est in Oveto... ( M . J . SANZ FUENTES: El hospital de San Juan de
sive et omne thesaurum, sive libros ... (FLORiANO: Diplomática astur, 1, no 41). Oviedo en la Edad Media. Nuevos documentos para su historia, Oviedo, 1997, no 1).
A. GRABAR: Martyrium. Recherches sur le culte des reliques et l'art chrétien antique, I 2 l Algo similar habría ocumdo en León, según la versión pelagiana de Sampiro: Ordoño 1 1
2 vols., Paris, 1946-8. estableció la sede in domos illas, que erant aula regalis y la adornó con oro y plata de su
nifica identificar el papel regio en su constitución como sede. Del mismo percibe en las comunidades mozárabes o en la Francia carolingia apenas ha
modo, en 896 Alfonso 111 y su esposa se refieren a la iglesia de San Tirso dejado huella entre los cristianos del norte1=.
como illam capellam n o ~ t r a r n ' ~
oratorio
~, regio que de nuevo vendría a Eso no significa, sin embargo, que el culto a las reliquias desaparezcaIz6.
demostrar el abandono del palacio de Alfonso Ii y la habilitación de un La mayoría de los autores -pero no todos- entienden que el desarrollo del
nuevo espacio de claro significado regio. Sobre ambos testimonios da la culto en el relicario ovetense se remontaría a la época de Alfonso IIln. La
impresión de que Alfonso 111 abandona los escenarios de su predecesor, invención del sepulcro de Santiago y el patronato regio sobre el mismo
puede datarse bajo Alfonso 11,y las Crónicas de fines del IX van a ser ya muy
pero de estos tenemos por cierto que perduraron: si la Cámara Santa era
explícitas en su interés por este fenómeno, sobre todo la Albeldense, que
suya, clara está su pervivencia centenaria; y en cuanto al suntuoso palacio
informa cumplidamente sobre martirios, búsqueda de reliquias y ubicación y
descrito en las Crónicas, la recreación de Hevia y Buelta, aunque puestos
traslaciones de las rnismasI2'; con un sentido más local, se detecta la misma
en tela de juicio su método y su interpretación, no ha sido desmentida en
preocupación en las dos versiones de la Crónica de Alfonso ITI,cuando iden-
cuanto a la identificación del palacio regio en este entorno.
tifican a los héroes de Covadonga con mártires de la fe1". Lo que queda de
Entendemos, en definitiva, que la definición de la Cámara Santa como este trabajo se dedica a buscar en la historia asturiana anterior a 1075 la pre-
depósito de reliquias para la veneración de los fieles es fruto de una época, sencia de reliquias y la importancia de las de San Salvador, carentes todavía
consecuencia de la apertura del arca en 1075 y leit-motiv de las pere- del cometido de atracción de peregrinos que más tarde alcanzarían, pero
grinaciones a San Salvador; sin embargo, en los siglos anteriores la no- informadas de otros rasgos y funciones que tratamos de describir aquí.
ción de relicario se subsume en la más amplia de tesoro. El silencio de Para comprender el relicario de San Salvador de Oviedo creemos con-
las Crónicas del siglo IX es comprensible, ya se incluya en el conjunto de veniente establecer dos precisiones previas sobre su formación y su estruc-
San Salvador o en los palacios regios: en uno u otro la Cámara era una tura. La primera concierne al proceso de su creación y lo distingue neta-
dependencia más, y tiene lógica que no se describa pormenorizadamen- mente de Santiago de Compostela, y es que en Galicia la invención del
te, como tampoco se describía el baptisterio o las distintas estancias de sepulcro atrae sobre sí construcciones, peregrinos y culto; en Asturias, sin
palacio. embargo, son las reliquias las que viajan a Oviedo atraídas, en todas las
narraciones que históricamente han explicado su origen, por la monarquía;
Las reliquias de San Salvador de Oviedo (812-1075)
García Cuetos ha replanteado recientemente el problema: la compo- Llama la atención particularmente el Memoriale sanctorum de Eulogio de Córdoba, cono-
sición del relicario de la Ccimara Santa en tiempos de Alfonso II es para cido precisamente a través de un códice ovetense (ed. J. GiL: Corpus Scriptorum
Muzarabicorum, 11, Madrid, 1973, pp. 363-459); v. también K.B. WOLF: Christian
nosotros una incógnita12'. En efecto, y al contrario de lo que ocurre en otras martyrs in Muslim Spain, Cambridge, 1988. Para el espacio carolingio, v. GEARY Furta
geografías, los testimonios cronísticos o documentales sobre el culto de los sacra, y Th. HEAD: Hagiograplzy and the culr of saints.
santos y la veneración de las reliquias se hacen extremadamente raros en '26Cfr.A. ARBEITER y S. NOACK-HALEY "The kingdom of Asturias", en The Art of
tiempos de la monarquía astur; A. Guiance ha subrayado cómo después de Medieval Spain, New York, 1993,,pp. 113-120 y pp. 113-4.
la invasión musulmana la hagiografía peninsular entra en un profundo '"Así se han expresado M. S. SUAREZ BELTRAN ("Los orígenes y la expansión del
culto a las reliquias de San Salvador de Oviedo", en J. 1. RUIZ DE LA PENA (ed.): Las
declive en que relatos anteriores son simplemente copiados o reelabora- peregrinaciones a Santiago de Compostela San Salvador de Oviedo en la Edad
dost2",y en fin, se constata que el interés por los asuntos de santidad que se i
Media, Oviedo, 1993, pp. 37-55) o P. GARC A CUETOS ("El culto a las reliquias en
Asturias. La Cámara Santa y el Monsacro, Oviedo, Asturias, España", en Religion and
Belief in Medieval Europe. Papers of the 'Medieval Europe Brugge 1997' Conference,
tesoro: ex thesauro suo ornabit altaria predicta ornamentis aureis et argenteis (PÉREZ 4, Zellik, 1997, pp. 241-254); contra, GARC~ADE CASTRO (Arqueología cristiana,
DE URBEL: Sampiro, p. 31 1). pp. 345 y SS.),que solo ve panteón episcopal y no acepta su uso como relicario antes
lZ2 GARcÍA LARUAGUETA: Catedral, no 16. Ya habíamos llamado la atención sobre este
del siglo XII.
particular en La formación de la redparroquial, pp. 46-7. Este dato se escapó, sin embar- Así da cuenta de cómo San Cipriano fue coronado por el martirio (GIL: Crónicas,p. 161),
go, a la atención de GARCIA DE CASTRO, que retrasa al siglo XII la primera mención del hallazgo del lignum crucis por Santa Elena, de los cuerpos de San Bernabé, San
de un capellán cuando argumenta la imposibilidad de considerar la Cámara Santa como Antonio y otros profetas (ibidem,pp. 162-4), o bien de que la cabeza del Bautista estaba
capilla palatina (Arqueología cristiana, p. 369). en Constantinopla (ibidem, p. 162).
'29 Et quia Dominus nos dinumerat astas, set cui vult porrigit palmas (GIL: Crónicas, pp.
IP"La Cámara Santa", p. 210.
Iz4 GUIANCE: LLDe reyes y santos", p. 21. 128-9).
en consecuencia, y sin asegurar aún la cronología, son los rectores de la Advertíamos antes que el relicario de San Salvador es un conjunto de
sede ovetense -reyes u obispos- los responsables de la concentración deli- reliquias formado deliberadamente por alguien capaz de concentrarlas y
berada en Oviedo de un tesoro de reliquias. emplearlas como elemento de legitimación; identificar al promotor de esa
En segundo lugar parece también oportuno distinguir, en San Salvador empresa, sin embargo, no es algo que faciliten los textos. La narración de
de Oviedo, dos ámbitos fundamentales de deposición de reliquias: por un translationes es un capítulo habitual en la literatura hagiográfica desde
lado sus altares y en segundo término el ya glosado tesoro. Para los prime- época muy temprana: Gregorio de Tours escribió que la llegada de Martín
ros los testimonios también resultan bastante claros; en principio toda igle- de Braga a Gallaecia coincidió con la de las reliquias de San Martín, en 858
sia consagrada precisa la deposición de reliquias de su santo titular, y en el franco Usuardo viajó a al-Andalus en busca de las reliquias de los már-
San Salvador de Oviedo la más expresiva de las crónicas de fines del siglo tires de C ó r d ~ b a 'y~ ~
llegados
, a las inmediaciones del milenio las trasla-
IX explicita que en cada uno de los títulos dedicados a los apóstoles se alo- ciones de reliquias en el reino de León están bien documentadas y tocan
jaron las correspondientes reliquia^"^. De hecho, una de las leyendas tardí- Asturias; sabemos que las reliquias de San Pelayo son llevadas a León en
as que transmiten el protagonismo de Alfonso 11en la construcción de San 967134, y es también conocido cómo las campañas militares de Almanzor
Salvador se muestra aún más explícita cuando indica que las reliquias fue- provocaron nuevos traslados de cuerpos santos, entre ellos el del propio
ron ocultas por miedo in columnis et subtus columnas et sub altaribus et San Pelayo a 0 v i e d 0 ' ~ ~ .
sub pavimento, pero que luego el arca fue colocada casi por su propia Sin embargo, esa práctica no se documenta contemporáneamente a la
voluntad en la capilla de San MiguelI3'. formación del relicario ovetense e impide darle una datación precisa. El
Y es que, en efecto, la Cámara Santa como depósito de reliquias es algo cuerpo de Santiago fue encontrado, sobre él se edificó su iglesia, y Díaz
diferenciado en el conjunto monumental de San Salvador de Oviedo; el reli- propone que ya en torno a 900 se están poniendo por escrito leyendas sobre
cario ovetense es algo distinto de los restos santos necesarios para la consa- la traslación del apóstol desde Jerusalén hasta G a l i ~ i a 'El
~ ~viaje
. de las reli-
gración de San Salvador y sus altares: su ubicación es diferente -la Cámara quias de San Salvador, sin embargo, sólo tiene una historia propia bien
Santa- y su función también: no cumplen el objetivo de santificar el lugar, documentada a partir del siglo XI, siempre atribuida a los monarcas, y las
y tampoco son los santos titulares de San Salvador de O v i e d ~ 'Es~ ~cierto
. etapas previas solo admiten conjeturas. De principios del X sabemos que
que los peregrinos documentados desde el siglo XI viajaban a San Salvador,
pero aquí la referencia es más institucional que otra cosa, pues los listados rnila al listado de 1075 y menciona como indispensables en las consagraciones ("Las pri-
de reliquias que los atraían no mostraban una pieza única como era el cuer- meras fundaciones", p. 55).
133 "De translatione SS. Martyrum Georgii monachi, Aurelii et Nathaliae ex urbe Corduba
po de Santiago, sino un conjunto amplio y variado de restos santos que se
Parisios" PL, 115, cols. 941-8; B. DE GAIFFIER: "Les notices hispaniques dans le marty-
veneraban en la iglesia de San Salvador de Oviedo, pero en un espacio dife- rologe d'usuard", Analecta Bollandiana, 55 (1937), pp. 268-283; pero v. también la crí-
renciado en la misma. El repaso detenido de esta estructura y de un conjun- tica de los textos de A. CHRISTYS: "St-Germain des-Prés, St Vincent and the martyrs of
to de reliquias acumuladas en el tiempo, respondiendo a claves históricas Cordoba", Early Medieval Europe, 712 (1998), pp. 199-216. No hemos podido consultar
diferenciadas, tal vez permita una interpretación cronológica del conjunto. el trabajo de J.C. LARA OLMO: "El relato del traslado de los santos mártires Jorge,
Aurelio y Naralia: un valioso escrito hagiográfico y documental histórico de mediados del
siglo IX", Hispania Sacra, 51 (1999), pp. 55-89.
'" PEREZ DE URBEL: Sampiro, pp. 338-40.
'" M. C. DÍAZ Y DÍAZ: "La pasión de San Pelayo y su difusión", AEM, 6 (1969), pp. 97-
116 y p. 109. Según el obispo Pelayo sus reliquias se emplazaron en el altar de San Juan
'" Basilicam quoque in nomine Redemptoris nostri Salvatoris lhesu Christi miro constwit Bautista: Corpus ver0 S. Pelagii posuerunt super altare B. Joannis Baptistae (FLOREZ:
opere, unde et specialiter ecclesia sancti Salvatoris nuncupatuc adiciens principali alta- ES, XXIII, Madrid, 1767, p. 127). Cfr. F. J. FERNANDEZ CONDE: "Orígenes del mo-
ri ex utroque latere bis senum numeruin titulorum recoilditis reliquiis omnium apostolo- nasterio de San Pelayo", Semana de historia del monacato cántabro-astur-leonés,
rum (GIL: Crónicas, p. 139). Oviedo, J982, pp. 99-115.
13' F. J . FERNANDEZ CONDE: La Iglesia de Asturias en la alta Edad Media, Oviedo, 1972, 136 M. C. DIAZ Y D~AZ: "La epistola Leonis Pape de translatione sancti Iacobi in Galle-
pp. 162 SS.V. en el mismo sentido, hablando de cajitas relicario ocultas en los muros, ciam", en Compostellanum (1999), L QUINTEIRO FWZA y A. NOVO (eds.). En cami-
capiteles o columnas, E. DECLERQ: "La place des reliques dans le mobilier liturgique et no hacia la gloria. Miscelánea en honor de Mons. Eugenio Romero Pose, Santiago,
l'architecture d'aprks les Gesta Karoli Magni", Les Cahiers de Saint-Michel-de-Cuxa, 14 pp. 517-568. Retrasa esta datación a 950-1029 Th. DESWARTE: "Le récit de la transla-
(1983). tion du corps de saint Jacques dans un manuscrit de Saint-Martial de Limoges (BHL
132 Diferimos en esto de la interpretación de GARCÍA DE CASTRO, que supone la existen- 4060)", en Ph. SENAC (ed.): Aquitaine-Espagne (Vllle-XlIIe siecle), Poitiers, 2002,
cia y posterior extravío de una lápida con la relación de las reliquias de Oviedo, que asi- pp. 113-128.
Más claros parecen otros testimonios como los de Santa Eulalia y Santa
Alfonso 111 fortificó Oviedo, y es llamativo que en las obras de defensa se Leocadia, sobre todo en el sentido de su simbolismo político y sus implica-
mencione explícitamente la protección del tesoro; la amenaza normanda ciones cronológicas. Una y otra tienen extraordinaria importancia en época
estaba provocando en toda la fachada atlántica europea traslados masivos visigoda, hasta el punto de que la fama de Eulalia en Mérida parece haber
de reliquia^"^, y es razonable ver comprendido un conjunto de ellas en esa estimulado la promoción de la basílica de Santa Leocadia en la urbs regia
alusión al tesoro ovetense. Sin embargo, las cautelas deben hacerse mucho toledana14'; por eso es llamativo que el culto y las reliquias principales de
mayores si queremos responsabilizar de traslados de reliquias al norte a las Toledo y Mérida terminasen ocupando un lugar central en Oviedo, nueva
circunstancias bélicas que dieron pie a la formación del reino de Asturias. capital política y centro espiritual del reino. Su culto se adaptaría a la per-
Hoy no podemos aceptar la imagen medieval de una élite visigoda masi- fección al dictado de las Crónicas sobre la reproducción del orden toledano
vamente refugiada en Asturias tras la derrota de Guadalete. Hubo despla- en tiempos del rey Casto, pero de nuevo la cronología es un problema. Por 10
zamientos a las montañas del Norte como hubo refugiados en Septimania, que se refiere a Eulalia, diversas tradiciones atribuyen la traslación del cuer-
pero tales viajes no se dan puntualmente en 71 1 sino a modo de goteo secu- po de Santa Eulalia al rey Silo o a Alfonso 11,pero la presencia de sus reli-
lar; por otra parte, entendemos que el protagonismo en la formación del quias en Oviedo sólo puede certificarse tardíamente, y no antes del siglo X'42.
reino de Asturias debe atribuirse a élites locales y no a godos inrnigrados, En lo relativo a Leocadia, el problema es el mismo: daba nombre a un
y que la clave en esa articulación política se encuentra en el reinado de sector urbano de la sede regia toledana, y la Crónica Albeldense consigna
Alfonso ¿Pudo ser este monarca el responsable de la acumulación de la construcción de su templo en la ciudad del Tajo'43,con lo que el parale-
este tesoro de reliquias que ya parece formado con Alfonso III? Los textos lismo posibilitaría suponer la presencia de sus reliquias en tiempos del rey
callan, pero entre ambos monarcas, entre la dotación de San Salvador y la Casto. Sin embargo, no hemos podido verificar la noticia que atribuye su
protección de su tesoro, ha de situarse la primera etapa de la acumulación llegada a Oviedo en 799'*, y la referencia documental de 908, suficiente
de reliquias en San Salvador de Oviedo.

'" V. R. COLLINS: "Mérida and Toledo: 550-585". en E. JAMES (ed.): Ksigofhic Spain:
new approaches, Oxford, 1980, pp. 189-219.
Si la clave de las traslaciones no aporta argumentos claros, la de la iden- '"Los problemas de remontar, sobre los datos existentes, su,culto a la época de la monar-
tidad de esas reliquias puede ayudar a comprender la cuestión. Alfonso 11es quía asturiana los plantea 1. RUIZ DE LA PENA GONZALEZ: "Arquetas musulmanas
el primer protagonista claro, pues sabemos que en su tesoro particular pose- para mártires cristianos: la traslación de Santa Eulalia de Mérida al relicario ovetense", en
ía una cruz, la llamada de los ángeles, cuyos brazos disponían de sendos caje- Correspondencia e integración de las artes. 14" Congreso Espaiiol de Historia del Arte
(Málaga, 18 a 21 de setiembre de 2002), en prensa.
tines para albergar reliquia^'^^; con toda probabilidad esa cruz permaneció "'Dato significativo si se considera que sólo tres ciudades son descritas en cuanto a
durante un siglo en el tesoro regio y es la que Alfonso III donó a San Salvador su equipamiento religioso: Oviedo, Santa Leocadia de Toledo y el templo de Jerusa-
en 908 como modica cruce vetusto opere ubi reconditum est lignum sancte lén (GiL:Crónicas, pp. pp. 227 y 238. Insiste de nuevo en esa cuestión ibidem, p. 242;
Crucis""'; sobre datos ciertos y contemporáneos no podemos a f i i a r que ya Mommsem advirtió que esta parte de la crónica seguía a la crónica de los godos
Alfonso IT guardase estas reliquias en su cruz ni ésta nos proporciona, por de San Isidoro salvo en este detalle concreto de la edificación de la iglesia toledana, lo
que demuestra el interés de los cronistas ovetenses en subrayar el papel de esta ciudad y
tanto, ninguna clave más allá de un genérico interés por los restos santos. su vinculación con las nuevas iglesias ovetenses. Sobre eso Díaz y Díaz supone un origen
toledano del manuscrito, pero parece más probable la voluntad cortesana dehacer de
Oviedo la nueva Toledo. Para la iglesia de Santa Leocadia de Toledo v. 1. VELAZQUEZ
I3lV., por ejemplo, L. MUSSET: "La translation de reliques en Normandie (IXe-XIIe si&- y G. RIPOLL: "Toletum. La construcción de una urbs regia", en G. RIPOLL y J. M.
cles)", en P. BOUET y F. NEVEUX (eds.): Las saints dans la Normandie médiévale, GURT (eds.): Sedes regiae (ann. 400-800), Barcelona, 2000, pp. 521-578 y pp. 554-558.
Caen, 2000, pp. 97-108. '"En Saint-Medard de Soissons se obtuvieron a finales del siglo XII reliquias de Santa
Sobre esta cuestión v. J. 1. RUIZ DE LA PENA SOLAR: "La realeza asturiana y la for- Leocadia, y en posteriores apuntes de su archivo se recordaban los pasos de la traslación
mulación del poder regio", en La época de la mo~zarquíaasturiana, pp. 163-201. diciendo que les sarrasins ou maures ayanr fait irruption en Espagne, le cores de cette
139Continuando así modelos visigodos (RIPOLL: "El tesoro de Guarrazar", p. 196 y n. 59).
saiizte Viergefit transporté avec d'outres saintes reliques a Ouvede (D. POYAN DIAZ:
'" GARCÍA LARRAGUETA: Catedral, no 19. De hecho, en la c v que el mismo monarca "Transfiguración literaria de unas reliquias de Toledo a Soissons", Revista de Filología
donó a Santiago de Compostela en 874, tan parecida a la de los Angeles, existía un hueco Francesa, 1 (19921, pp. 15-27 y p. 26); resume este autor diversas noticias sobre la tras-
excavado en el cruce de sus brazos quizá en el tiempo de su fabricación, con objeto de lación de las reliquias de la santa ibidem, p. 23, particularmente la noticia del Cronicón
contener reliquias (A. J. GONZALEZ M U I L ~"La : Cruz de Santiago: una donación del de Liutprando que recogería cómo en 799 pasaron sus reliquias de Toledo a Oviedo
rey Alfonso 111 al Apóstol y a su sede de Compostela en el año 874", Compostellanum, y cómo Alfonso 11 cedió una parte de las mismas a los francos. En el mismo sentido
XXXVIII, 3-4 (1993), pp. 303-335, p. 304, n. 3).
para acreditar su existencia en tiempos del Rey Magno, queda demasiado hay que buscar relicarios menores en el Oviedo altomedieval los testimo-
lejos del reinado de Alfonso 11. En fin, las implicaciones visigotistas de los nios son, otra vez, muy tempranos; el primero ya se encuentra el mismo año
restos de Eulalia y Leocadia se hacen más fuertes con otros nuevos datos, de la muerte del rey Magno en la famosa Caja de las Ágatas, muchas veces
pues si atendemos a aquellos cuatro santos cuyo valor subrayaba Díaz y interpretada como depósito de reliquiasI4*;pero si esa función puede poner-
Díaz -Santa Eulalia, San Vicente, Santa Leocadia y Santa Mana-I4j, halla- se en tela de juicio, otros ejemplos atestiguan la práctica generalizada en la
mos que su presencia en el Oviedo de Alfonso 11 coincide plenamente: es familia regia de dotar con ricas arquetas para reliquias los tesoros de las
cierto que en la descripción de la ciudad a principios del siglo IX depende- iglesias acogidas a su protección: las urnas aureas de la donación a
mos del testimonio cronístico, pero también es verdad que sólo cuarenta Santiago en 899 y la arqueta de San Genadio debieron tener también ese
años separan la muerte del rey Casto de su redacción, y parece difícil expli- cometido. Con ello, las ricas cajas de metales preciosos donadas por los
car que los cronistas pudiesen falsificar la historia reciente hasta el punto reyes no agotan la gama de los depósitos de restos santos. Vigil atribuyó a
de recrear tópicamente una ciudad para un tiempo tan cercano. principios del siglo X la cajita-relicario localizada en el oratorio la Casa de
los Deanes, y Jorge Aragoneses lleva al XI las de la Torre Vieja de la
Catedral1"; del mismo modo, en los siglos X y XI es frecuente el empleo
de cajas de origen islámico como relicarios en el norte de peninsular, y
El modo en que esas reliquias se almacenaban en Oviedo también mere- entre ellos el ovetense, con el caso de Santa E~lalia"~.
ce comentario y permite una nueva aproximación cronológica al proceso de Así pues, y durante toda la Edad Media, el Arca Santa se presenta como
su formación, pues lo cierto es que el reconocimiento del relicario de San el suntuoso envoltorio de otras cajas donde se albergaban efectivamente las
Salvador como conjunto plantea problemas. Aparte de que las noticias dis- reliquias. Cuando en 1334 se fundó la cofradía de la Cámara Santa, el con-
ponibles son tardías, se percibe otro rasgo llamativo, y es la escasa coinci- tenido del arca se describió como un conjunto de muchas arqiletas pequen-
dencia en los listados conocidos, incluso entre aquellos redactados en bre- nas, las unas eran de oro, las otras de plata, las otras de rnalfil, e cada una
ves intervalos de tiempo'46.Si el relicario de Oviedo destacaba por la acu- dellas sobre escripto los nombres de las vertudes e de las relicas que en
mulación, esta variedad en los listados sólo sabemos interpretarla como ellas venían151.Ese estado de cosas persistió hasta su destrucción en 1934L52,
manifestación de un relicario que, incluso a finales del siglo XI, aún esta- y Gómez Moreno pudo reconocer que las reliquias, ahora individualizadas
ba en proceso de cambio, acaso la última etapa de una historia marcada por en saquitos, iban acompañadas de pequeñas tiras de pergamino en letra del
la adición progresiva de nuevas piezas al conjunto.
La disposición de las mismas en la Cámara Santa requiere, de hecho
Lucrecie martiris e el cuerpo de San Vicente martiris e el cuerpo de San felayo. E el cuer-
explicación adicional. Cuando pensamos en el relicario de San Salvador la po de Santa Olalla que foe martir en Mérida (M. S. SUAREZ BELTRAN: "La cofradía
referencia visual es el Arca Santa, pero de nuevo las descripciones antiguas de la Cámara Santa de Oviedo',', AM, 7 (1993-19941, pp. 165-177).
vienen a matizar esta imagen, pues los listados de reliquias redactados en '"1. RUIZ DE LA PENA GONZALEZ: "Caja de las Agatas", Tesoro sagrado y monarquía,
tomo al 1100 distinguen con claridad lo que había en el Arca de otros ele- p. 221; nótese la referencia de su inscripción a la caja como hoc donaria nostra. No se
mentos de culto que se hallaban en otros relicarios, fuera de aquélla1*'.Y si olvide, además, que el propio Alfonso 111 y la reina Jimena hicieron fabricar la llamada
arqueta de San Genadio, al parecer con el mismo cometido (EAD.: "Arqueta de Alfonso
IiI o de San Genadio", Tesoro sagrado y morzarguía, p. 390).
J. PÉREZ-EMBID WAMBA incluye la de Leocadia entre las traslaciones de reliquias de '* C. MIGUEL VIGIL: Asturias monumental epigráfica y diplomática, Oviedo 1887,
los mozárabes (Hagiología y sociedad en la España medieval: Castilla y León (siglos XI- reed. 1987, pp. 197-8. M. JORGE ARAGONESES: "Las cajitas-relicario ovetenses",
XIII): Huelva, 2002, p. 33). BIDEA, XV (1952), pp. 131-4; M. ESCORTELL PONSODA: Catálogo de las salas de
'45 V. DIAZ Y D~AZ::LCuestionesen tomo al culto de Santa Leocadia", pp. 52-3.
arte románico y gótico del Museo Arqueológico de Oviedo, Oviedo, 1976, pp. 13-14
'"Lo observa GARCIA DE CASTRO: Arqueología cristiana, p. 365 SS. y lám. L; DIEGO SANTOS: Inscripciones, no 81, fechada en por su escritura en el si-
14' La del ms. de Valenciennes describe el contenido del arca y añade que extra arcam ipsam
glo XI.
habentur corpora Sanctorum martirum Eulogii et Lucrecie, et beate Eulalie Emeritensis, "'1. R Y Z DE LA PEÑA GONZÁLEZ: "La traslación de Santa Eulalia de Mérida".
Is' SUAREZ BELTRAN: "La cofradía de la Cámara Santa".
et Sancti Pelagii martiris... (FERNANDEZ CONDE: La iglesia de Asturias, p. 161); lo
Is2 J. CUESTA: Crónica del milenario de la Cámara Santa, Oviedo, 1947, p. 30. Sobre otras
mismo ocurre en 1344, cuando se funda la Cofradía de la Cámara Santa y se describe la
fragmentación de las reliquias, repartidas dentro y fuera del Arca Santa: e allaron en ella cajas de reliquias, v. H. FLÓREZ: Viage de Ambrosio de Morales, por orden del rey
muchas arquetas pequennas, las unas eran de oro, las otras de plata, las otras de malfil, D.Pltelipe II a los reynos de León, y Galicia, y Principado de Asturias, para reconocer
e cada una dellas sobre escripto los nombres de las vertudes e de las relicas que en ellas las Reliquias de Santos, Sepulcros Reales, y Libros inanuscritos de las Cathedrales y
venían... E de fuera desta archa están los cuerpos santos de Sancti Eulogii e Sancti Monasterios, Madrid, 1765, facs. Oviedo, 1977, p. 73 SS.
siglo XII que indicaban a quién pertenecía cada resto santoIs3.Por desgra- Esas evidencias materiales sobre su origen meridional encuentran ade-
cia ignoramos el paradero actual de estas piezas de pergamino y no resulta más excelente apoyo en las tradiciones textuales que explican la llegada del
posible valorar la por lo demás reconocida capacidad paleográfica de aquel Arca a la ciudad. Éstas son muy variadas en cuanto a las rutas y los deta-
autor; en todo caso, y habida cuenta de que la escritura carolina se impone lles de su viaje'58,pero en todos los casos los puntos fundamentales de su
en la diócesis ya entrada la duodécima centuria, no sería extraño que estos travesía son Jerusalén, Toledo y O ~ i e d o 'de
~ ~nuevo
, una secuencia con evi-
pergaminos fuesen sustitutos de otros más antiguos, fruto de la reforma del dentes contenidos simbólicos de orden político. Pero una vez más el pro-
siglo XII que condujo también al ocultamiento de las cajitas-relicario de la blema está a la hora de atribuir una fecha a esta traslación o a su interesa-
torre vieja. da narración: el componente neogótico es evidente, pero éste no es exclu-
Lo más significativo, no obstante, es que estos hallazgos se correspon- sivo de las Crónicas de fines del siglo IX, sino que se va a mantener duran-
den con lo descrito en el momento de la apertura del Arca, y que permiten te siglos y de hecho alcanza su más clara expresión en las adiciones del
entender que ésta sólo supone un segundo momento en el relicario de San obispo Pelayo a la Crónica de Alfonso IIi, cuando indica que ...ipsa inpri-
Salvador, el almacenamiento unitario de cierto número de sus reliquias -ni mis mansit archa in antris, deinde in tabernaculis, sicut et ipsa archa domi-
siquiera todas- y sobre todo la preexistencia de éstas en el tesoro de los ni ante edificacionem templi, usque ad regnum predicti Adefonsi regis cog-
obispos de Oviedo. nomine Casti. Algunos párrafos más adelante, este mismo cronista identifi-
cará a Alfonso 11con el artífice de la construcción del templo de Jerusalén:
Hic mente pertractans sagaci divine hoc esse pietatis, quod archa prefata
Alguna consideración adicional merece el Arca SantaLs4: las narraciones
sobre su prodigiosa apertura en 1075 y el propio texto que la recorre no fui; que miro opere sculpta et tota deforis inaurata devotionem Regis casti et prudentiam
dejan duda del patronato de Alfonso VI en un momento de revelación y artijicis videntibus representat atque testatur: In hac rnajori archa collocavit sanctam
puesta en valor de un antiguo tesoro de reliquias en un ambiente nuevo de archam tali modo quod quatuor pedes sancti scrinii perjioratis angulis majoris arclzeforis
movimientos peregrinatorios; pero para nuestro actual interés resulta más apparent et a peregrini tanguntur et devotissime osculantur et sub archa illa preces et
llamativo que el rico revestimiento de plata oculte en su interior unas plan- lacrime coram De0 efind~ntnr:De unoquoque pede sancte arche foris apparet longitu-
do pedis et dimidii (FERNANDEZ CONDE: La Iglesia de Asturias, p. 167). Esta prácti-
chas de madera muy singulares. Los dibujos incisos en ellas hicieron supo- ca de los peregrinos de situarse bajo el Arca suspendida sobre pies derechos aparece tam-
ner a Gómez Moreno una procedencia meridional que recientemente ha bién en el milagro de Oria, que, poseída, sub archa in qua sarzcte reliquie continentur se
sido apuntalada por García CuetoslSs,y hace pocos años se han datado esti- projecit sjne mora (ibidem,p. 172). V.para otros ejemplos similares E. CARRERO SAN-
lísticamente tales dibujos a principios del siglo XI o incluso en la centuria TAMARIA: "The Bishop-Saints of Galicia and León, their cults, and material remains
anteriorIs6.Así pues, si lo que financió Alfonso VI era el recubrimiento de (ninth to eleventh centuries)", en S. LAMIA y E. VALDEZ DEL ALAMO (eds.):
Decorations for the Holy Dead. Visual embellishments of tombs and shrines of saints,
un arca que ya estaba en Oviedo, es muy posible que ésta hubiese llegado Tumhout, 2002, pp. 93-110.
allí en las inmediaciones del año mil'". Is8 Peter Linehan llamó primero nuestra atención y luego tuvo la amabilidad de informarnos

cumplidamente de la temprana atribución de su paso por Sevilla reflejada en el ms 8 de


la Catedral de Osma (P. LINEHAN: History and tlze historians of Medieval Spain,
'53 A. GÓMEZ MORENO: L'E1Arca Santa documentada", Archivo Español de Arte y Ar- Oxford, 1993, pp. 285-6.). Otra variante muy difundida es la que supone que el Arca estu-
queología, 18 (1945), pp. 125-136, p. 126. vo un tiempo en el Monsacro antes de ser llevada a Oviedo. La publican J. K. WALSH y
'54 Cfr., por todos, la reciente revisión de R. ALONSO ÁLVAREZ: "Arca Santa o Arca de las B. RUSSEL THOMPSON: La leyenda medieval de Santo Toribio y su 'arca sanctal(con
Reliquias", en Tesoro sagrado y monarquía, pp. 398-400. una edición del texto en el Ms. 780 de la Biblioteca Nacional), New York, 1987, pp. 17-
1 S 5 ~MORENO: Ó ~ ~"El~ Arca Santa documentada", p. 134. P. GARCÍA CUETOS: 18., Habían tratado esta leyenda considerando un posible origen popular J. M. GON-
"Fragmentos del Arca Santa", Nuestro Museo, 2 (1998), pp. 1-9. Sobre la traslación-de ZALEZ ("El Monsacro y sus tradiciones", Archivum, VI1 (1958), pp. 48-81), F. J.
arqueta! paganas y su empleo con reliquias de santos v. 1. RUIZ DE LA PENA FERNANDEZ CONDE y M. C. SANTOS DEL VALLE ("Toponimia y tradiciones del
GONZFEZ: "La traslación de Santa Eulalia de Mérida". Monsacro", Lletres Asturianes, 23 (1987). pp. 99-1 12) y P. GARCÍA CUETOS ("El culto
I M GARC'A CUETOS: 'LFragmento~ del Arca Santa", pp. 7-8. a las reliquias", pp. 247 SS.).
GARCIA CUETOS se pregunta si el arca llegó del sur a consecuencia de las persecucio- '59Publicanesas rutas PÉREZ DE URBEL y GONZÁLEZ RUIZ-ZORRILLA: Historia
nes del siglo X y fue empleada para acoger las reliquias de los reyes asturianos. De hecho, Silense,pp. 138-9; FERNÁNDEZ CONDE: Ln Iglesia de Asturias, pp. 162 SS.;PRELOG:
una de las tradiciones relativas a su origen atribuye al Rey Casto la construcción de un Die Chrfnik,p. 76 SS.;RUIZ DE LA PEÑA e.a.: Las peregrinaciones a San Salvador, no
nuevo contenedor que habría abrigado la original, al igual que luego hizo la de Alfonso M ; SUAREZ BELTRAN: "La cofradía de la Cámara Santa"; SAN2 FUENTES: Liber
VI: rex autem castus fecerat aliam archam parari, rnajorem illa in qua reliquie continen- Testamentorum, pp. 456-61.
intrafines teneretur sui regni, in hoc ipse ianz alter Salomon, cogitavit tem- santos tenían un papel en las librerías de las élites: si el contenido de la
plum construere, in quo pausaret, que hactenus erat absque loci certitudi- dotación de Obona es fiable, hay que recordar que Adelgáster incluía en la
ne premisse sanctitatis archala. Las posibilidades interpretativas para quien misma un Pa~ionario'~~. Sin embargo la mayor densidad de noticias se
pretenda explicar la cultura política del obispo Pelayo son claras, pero el encuentra desde la segunda mitad del siglo IX. En el mundo de las biblio-
problema cronológico de saber hasta dónde remontar esas bases ideológi- tecas se cita otro pasionario en la de Alava (Salas) en 889"j4,y Alfonso 111
cas, insalvable, persiste. se destaca como propietario de libros: en la dotación de Santo Adriano de
Tuñón (891) se incluye un nuevo pa~ionario'~', y en su donación a San
Salvador de Oviedo en 908 figuran una vita Sancti Martini, Sancti Emiliani
et Job in una forma166; esos libros procedían sin duda de la biblioteca regia,
Otra cuestión que deseamos tocar sobre las reliquias en el Oviedo alto- aquella en la que Morales vería más libros góthicos que en todo junto lo
medieval es la de los enterramientos ad sanctosJ6'.En esta ciudad los más demás del Reyno de León; en ella también se guardaban algunas vidas de
antiguos enterramientos de calidad documentados son los de los monarcas santos y también otro santoral grande, códice insigne que el cronista regio
asturianos posteriores a Alfonso 11; en su labor como creador de una ciudad atribuía a Fruela 1, pero que la crítica especializada ha preferido relacionar
y una escenografía política, habría habilitado en el templo de Santa María con Fruela III6'.
un espacio propio para enterramientos que, para lo que ahora nos interesa, Pero con esto, fuera de Oviedo el papel de las reliquias se manifestaría,
es totalmente ajeno a la Cámara Santa. En él fueron sepultados todos los sobre todo, en el ámbito de la consagración de las iglesias, y de nuevo sor-
monarcas asturianos del siglo IX, y a nuestro juicio esto subrayaría la idea prenden las ausencias del primer siglo del reino de Asturiaslb8.Llama pode-
de que en ese momento la Cámara Santa, de existir, mantiene todavía su rosamente la atención que el epígrafe de Santa Cruz de Cangas hable de
función de tesorio regio, no de relicario catedralicio. altares e ignore las reliquias, que se refiera a la cruz, mas no a los santos.
Sin embargo, las excavaciones en su entorno han descubierto un amplio Lo mismo ocum'a con los epígrafes perdidos de San Salvador de Oviedo, y
ciclo de enterramientos altomedievales; García de Castro ha querido iden- de nuevo es sorprendente que la rica epigrafía de Valdediós no incluya ni
tificar en ellos a los obispos que pontificaron en Oviedo desde
Hermenegildo a finales del siglo XI, pero su interpretación se sustenta bási-
163 SANZ FUENTES: "Obona", no 1.
camente en la coincidencia entre el número de prelados conocidos y de IM GARCÍA LARRAGUETA: Catedral, no 12.
enterramientos exhumados; en lo tipológico los tipos de tumbas remiten a '65 Ibidem, no 13. En el mismo sentido no debe olvidarse que el Memoriale Sanctomm fue

los siglos X-X1162, y en consecuencia no permiten concretar con mayor pre- conocido a través de un viejo códice ovetense (J. GIL: "Memoriale Sanctomm", en
cisión si ese atractivo de las reliquias para la sepultura puede remontarse al Corpus Scriptorum Muzarabicorum, 11, Madrid, 1973, pp. 368-458). Del mismo modo,
siglo M y en qué momento dentro del mismo; una vez más, la función la Vita Desiderii de Sisebuto se conoce a través de un códice ovetense del siglo XII hoy
perdido, que aún vio Morales (J. FONTAINE: "King Sisebut's Vita Desiderii and the
dominante de las reliquias en la Cámara Santa se retrasa hasta la constitu- political function of visigothic hagiography", en E. JAMES (ed.): Visigothic Spain. New
ción de la sede episcopal y de este espacio como relicario. approaches, Oxford, 1980, pp. 93-129). En cuanto al oficio propio de San Salvador, en
el Kalendas 1 se incluye un martirologio cuyos auctana remiten a numerosos santos de
los representados en los listados de reliquias, pero desgraciadamente hay que fechar su
origen demasiado tarde, en tomo a 1100 (V.M. RODRIGUEZ VILLAR: "Los auctaria
del martirologio de Adón del Kalendas I de la Catedral de Oviedo, una fuente para
Por último, merece la pena considerar el papel de las reliquias en las el conocimiento del santoral ovetense", Memoria Ecclesiae, XXI (2002), pp. 269-285,
bibliotecas asturianas y en las iglesias rurales; sabemos que las vidas de los p. 285).
'%VALDÉSGALLEGO: "La donación de 908".
16' A: DE MORALES: Viage santo, pp. 93-98; sobre el santoral de Fmeia, M. C. DÍAZ Y

IM PRELOG: Die Chronik, p: 91. GARCÍA CUETOS recuerda cómo esta idea de nuevo DIAZ: Códices visigóticos de la monarquía leonesa, León, 1983 pp. 220-7. Más comple-
Salomón y la equiparación del Arca de Oviedo a la de la alianza ha sido subrayada por ja es la atribución a Oviedo del famoso inventarium librorum allí copiado, que incluía un
S. MORALEJO ("Fragmentos del Arca Santa", p. 4). martirologio romano.
16' V. con carácter general 1. G. BANGO TORVISO: "El espacio para enterrarnientos privi- '"Para la presencia de las reliquias de Oviedo en los templos de la diócesis v. A. HEVIA
legiados en la arquitectura medieval española", Anuario del Departamento de Historia y BALLINA: "El santoral asturiano, a través de las reliquias de la Cámara Santa de Oviedo,
Teoría $el Arte, IV (1992), pp. 93-132. del proprium ovetense y de los titulares de ermitas, capillas y capellanías", Memoria
GARCIA DE CASTRO: Arqueología cristiana, pp. 370-1 y p. 357. Ecclesiae, 11 (1991). pp. 109-149.
una sola referencia clara a reliquias. Michaud ha advertido lo escasas y tar- Llegamos, pues, al momento de aventurar algunas conclusiones: una
días que son las referencias a reliquias en los epígrafes consecratorios de las arraigada tradición ha repetido obsesivamente desde el siglo XI que el reli-
iglesias francesas169, pero aún así es llamativo este silencio. Por su parte, cario ovetense tiene su foco en un Arca Santa venida del Sur en tiempos de
Femández Conde ha aducido el carácter no hispánico de las advocaciones Alfonso II,y con ello ha dejado suponer que con esas reliquias y esos san-
de principios del siglo IX para desmentir el visigotismo del rey Casto'". tos la legitimidad de los visigodos se transmitía a los reyes de Oviedo. Sin
Entendemos sin embargo que esta realidad debe interpretarse en el contex- embargo, buscar en los siglos de la monarquía asturiana evidencias que sus-
to de la escasa institucionalización de la iglesia astur en esta época: ya criban esa interpretación se convierte en tarea poco menos que imposible.
hemos indicado que San Salvador aún no se ha consolidado en sus funcio- ¿Habían desaparecido las reliquias del horizonte mental del reino de
nes diocesanas, y es en ese sentido es lógico que el programa político de Asturias? Creemos haber mostrado que no, y creemos que el nuestro es
Alfonso 11 aún no tenga, en lo eclesiástico, una proyección territorial sólida. esencialmente un problema de fuentes, que ignoran cualquier eventual tras-
Los primeros ejemplos claros pertenecen al siglo X, y en este sentido es lación de reliquias para preferir poner el acento en una auténtica translatio
ejemplar el testimonio de San Miguel de Escalada, estimulado por emigran- política: la del reino de Toledo al de Oviedo.
tes mozárabes y dotado con una riquísima nómina de reliquias171; pero por los No hay duda del valor de las reliquias en el tiempo y en el reino de
mismos años no le van a la zaga dos templos asturianos levantados por ini- Alfonso II; basta recordar Santiago de Compostela, y no conviene aquí
ciativa regia: San Martín de Salas y Santa Eulalia del Valle (Carreño), ambos olvidar la ocultación sistemática de la invención del sepulcro en los textos
en 95 1'72.Tal vez el respaldo regio explique la comisión de estas lápidas y lo redactados en OviedoI7'. También hemos visto que Alfonso 11 patrocinó y
temprano de su fecha, pero la práctica se hará pronto común e irá en parale- guardó en el tesoro de su iglesia de San Salvador -en su propio tesoro- una
lo a la consolidación del obispado ~ v e t e n s e ' ~en~ :968 se consagra San cruz que acaso guardaba fragmentos del lignum crucis. Sin embargo, todos
Zaomín de Villaviciosa y en 993 Santo Tomás de Baones (Gijón), ambas con los datos claros de la existencia de un tesoro de reliquias en la sede de San
presencia episcopal y nueva deposición de reliquias1". En fin, a partir del año Salvador que actúe como foco de irradiación para toda la diócesis se refie-
1000 los testimonios se m~ltiplicanl~~, y en cierto modo se diversifica la ads- ren al reinado de Alfonso IiI, y entendemos que la clave está en el empleo
cripción social de sus comitentes: San Salvador de Fuentes mantiene el papel de las reliquias en una época y otra.
episcopal en la consagración (1024), pero es una fundación de patronato aris- Entendemos que en tiempos de Alfonso 11existe la voluntad política de
tocrático, que se constata también en San Miguel de Trevías (1000), Santa
consolidar un reino y reproducir el orden toledano de que hablan las cróni-
Marina de Otur (1021) o Santa Marina de Oviedo (1063)'76.
cas, pero también creemos que en ese proyecto político las reliquias tienen,
sobre todo, un papel legitimador del emergente poder real y un lugar en el
tesoro del rn~narca"~, es decir en la iglesia de San Salvador que, según el
Sobre 264 consagraciones de iglesias sólo 34 precisaban las reliquias allí contenidas, y discurso de la Cruz de los Ángeles, se define prácticamente como iglesia
sólo a partir del siglo X despegan las referencias, siendo muy raras con anterioridad (J. privada del monarca en la que éste goza de un alto poder de disposición.
MICHAUD: "Culte des reliques et épigraphie", pp. 206-7). Será más tarde, con Alfonso 111, cuando la iglesia de San Salvador se
Im F.J. FERNÁNDEZ CONDE: "Notas sobre la religiosidad de la alta Edad Media asturia-
emancipe de la plena disposición de los reyes al adquirir rango episcopal y,
na", en Scripta. Estudios en homenaje a Elida García García, 1, Oviedo, 1998, pp. 149-
159. ID.: La religiosidad medieval en España, pp. 4 19 SS.
con ello, obtenga la titularidad sobre un tesoro de reliquias -el que los
17' Las edita y estudia V. GARCIA LOBO: Las inscripciones de San Miguel de Escalada.
monarcas venían guardando en San Salvador- y el espacio que las alberga
Estudio crítico, Barcelona, 1982, nos. 5-8. Para su contexto socio-cultural v. con carácter -la Cámara Santa-. De ese modo se constituye en Oviedo un obispado
general G. CAVERO DOMINGUEZ: "Los mozárabes leoneses y los espacios fronteri-
zos", La Península Ibérica en tomo al año 1000. VII Congreso de Estudios Medievales,
León, 2001, pp. 231-254. In En un sentido similar, A. ISLA FREZ ha advertido cómo en tomo al año mil Sampiro
'71 DIEGO SANTOS: Inscripciones, nos. 159 y 214. innova el género del retrato regio en las crónicas, al tratar por vez primera a un monarca
'71 Tratamos este asunto en la tercera parte de nuestro trabajo Suero Vermúdez. -Vermudo 11- en términos de santidad, un dominio que antes había estado ausente en la
Ibidem, nos. 235 y 216; en esta última se constata además el estimulo del monarca caracterización del poder de los reyes ("Building kingship on words. Magni reges and
Vermudo 11. sanctus rex in the Asturleonese kingdom", Journal of Medieval History, 28 (2002), pp.
Cfr. 1. RUIZ DE LA PEÑA GONZÁLEZ: "La arquitectura religiosa en Asturias en tomo 249-261).
al año mil", La Península Ibérica en tomo al ano 1000. VII Congreso de Estudios '18 Es conocido su papel en los tesoros reales visigodos, según indica someramente G.

~ e d i e v a l e s , ' ~ e ó2001,
n , pp. 339-367. RIPOLL: "El tesoro de Guarrazar. La tradición de la orfebreria durante la Antigüedad
176DIEGO SANTOS: Inscripciones, nos. 157, 179 y 90. Tardía", Tesoro sagrado y monarquía, pp. 189-198, p. 193.
cuyas funciones, en lo relativo a la propiedad y empleo de reliquias de san- populi Deo dignus catholici cognoscat quorum inclitas veneratur reliquias
tos, se modelan sobre referentes visigodos: sabemos que la sede zaragoza- intra preciosissimapraesentis arcae lateralu3;todo apunta a que este mismo
na en tiempos del obispo Braulio tenía no menos de ~esenta"~, y el papel de rey es quien regala la arqueta musulmana que albergaría las reliquias de
esas reliquias en las sedes primitivas responde a una función evangelizado- ~ , después se pone por escrito el Liber Testamento-
Santa E ~ l a l i a 'y~ poco
ra, a la necesidad de dotar con restos santos los nuevos templos que colo- rum, en cuyo texto tiene lugar de privilegio la narración del traslado del
nizaban religiosamente el territorio. Significativamente, el relicario oveten- ArcaIus.Las reliquias ovetenses entraban en una nueva época caracterizada
se va a tener esa masa variable de restos santos que en el siglo X harán de por la abundancia de datos, y con ello en una etapa que hoy conocemos
él foco propagador de reliquias en la cristianización del territorio, pero esa mucho mejor.
propia funcionalidad hará también escasas las posibilidades de que generen
noticias para la posteridad: conocemos el caso zaragozano por la afortuna-
da conservación de epístolas de su obispo, y en esta etapa el relicario de
Oviedo sigue sin ser un centro peregrinatorio, de modo que las posibilida-
des de conocerlo se reducen a las noticias siempre indirectas que hemos
venido glosando a lo largo del trabajo.
La mayor densidad informativa coincide con lo que creemos que es la
tercera transformación del relicario ovetense, en la segunda mitad del siglo
XI. Por aquellos mismos años Guibert de Nogent exponía la necesidad de
que la fama y las leyendas de los santos se basasen en una scriptorum vera-
cium traditio certalS0,y la diócesis de Oviedo no se quedó atrás en esa
carrera: creó tradiciones textuales para santos de culto local como Santo
Dolfo18',y sobre todo procedió a un completo programa de reorganización
de su relicario. Desde luego éste conservará su cometido como centro dis-
tribuidor de reliquias para templos nuevamente consagradoslU2, pero su fun-
ción primordial en esta nueva etapa será la de actuar como lugar de pere-
grinación. Por eso no es raro que la cantidad y expresividad de los textos se
multiplique, ya que los listados de reliquias son auténticas operaciones de
propaganda que estaban poniendo en valor un antiguo tesoro. Del mismo
modo, es perfectamente coherente la renovada imagen que desde finales
del siglo XI adquiere ese relicario: tras la apertura del Arca -el antiguo
arcón venido del Sur que conoció Alfonso VI en 1075-, este monarca
patrocina la excelente vestidura que hoy conocemos, cuya larga inscripción
goza, por cierto, de un acentuado carácter publicitario: omnis conventus

A. IUESCO TERRERO: Epistolario de San Bra~ilio.Introducción, edición crítica y tra-


ducción, Sevilla, 1975, Ep. IX.
@
'PL
', vol. 156, p. 3 14, cit. J.M.H. SMITH: "Oral and written: saints, miracles and relics in
Brittanny, c. 850-1250)", Speculum, 6512 (1990), pp. 309-343 y p. 309. Pero no se queda
atrás el discurso sobre las reliquias que hace el obispo Pelayo en sus interpolaciones a la
crónica de Alfonso IiI, según se aprecia en J. PRELOG: Die Chronik Alfons'III, p. 77. lS3 DlEGO SANTOS: Iy-ipciones medievales de Asturias, no 25. Sobre el Arca v. última-
18' Cfr. 1. RUIZ DE LA PENA GONZALEZ y M. CALLEJA PUERTA: "Una santificación mente R. ALONSO ALVAREZ: "Arca Santa o Arca de las Reliquias", Tesoro sagrado y
popular en la Asturias medieval: Santo Dolfo de La Mata (Grado)", Memoria Ecclesiae, monarquía, pp. 398-400.
XX (2001), pp. 605-630. '"RUIZ DE LA PENA GONZÁLEZ: "La traslación de Santa Eulalia de Mérida",
Ix2 LOScasos de Tuñón o Santa Eulalia de Doriga son muy significativos al respecto (DIEGO Ix5 SANZ FUENTES: Liber Testamentorum,pp. 456-461. V. asimismo los estudios que com-

SANTOS: Inscripciones, nos 188a y 174). ponen este volumen.

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