Está en la página 1de 6

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA


“JOSÉ LEONARDO CHIRINO”
PUNTO FIJO – ESTADO FALCÓN
CARRERA: ADMINISTRACIÓN MENCIÓN ADUANA

¿POR QUÉ A LA CONTABILIDAD SE LE HA DENOMINADO COMO EL


LENGUAJE DE LOS NEGOCIOS?

AUTORES:
Marynes Amaya Navas
(18.632.384)

Punto Fijo, abril del 2023


La contabilidad es una de las disciplinas económicas más importantes.
Permite llevar un orden claro y preciso de las actividades, recursos, dinero,
entre otros. La utilización de la contabilidad es necesaria para poder administrar
de la mejor manera posible nuestro dinero.
Es necesario recordar la definición teórica de contabilidad el cual es el
sistema de control y registro de los gastos e ingresos y demás operaciones
económicas que se realizan en un negocio, empresa o entidad.

La contabilidad tiene su último origen en la incapacidad de memoria del


humano para almacenar infinitos datos y nace de la necesidad de registrar todo
referencia relacionada con la actividad empresarial. Y es que, más vale un lápiz
corto que una memoria larga. En definitiva, la contabilidad se encarga de dejar
constancia de todo lo que ocurre en la empresa con repercusión económica: es
información económica. En muchos sentidos, la tarea de contabilidad es muy
específica y si bien una persona puede hacerla, es de mucha importancia tener
conocimientos o recurrir a profesionales para evitar errores.

La contabilidad a menudo se ha llamado "EL LENGUAJE DE LOS


NEGOCIOS". La gente en el mundo de los negocios como: los propietarios,
gerentes, banqueros, corredores de bolsa, abogados, ingenieros, inversionistas,
entre otros, utilizan términos y conceptos contables para describir los eventos que
forman la cotidiana existencia de cada negocio, grande o pequeño. Como un
lenguaje representa el medio de comunicación creado por el hombre, es natural
que los lenguajes deban transformarse para hacer frente a las cambiantes
necesidades de la sociedad. La contabilidad, también, representa un arte creado
por el hombre, un arte en el cual continuamente se están efectuando cambios y
perfeccionamientos en el proceso de comunicar la información comercial. Los
acreedores, inversionistas, el gobierno y el público en general quienes, o bien han
aportado dinero al negocio, o tienen algún otro interés que pueda ser atendido
mediante información acerca de su posición financiera y de los resultados de las
operaciones.
Del mismo modo Kieso y Weigandt (2006) expresa que, la contabilidad
puede ser entendida, al mismo tiempo, como una actividad de servicio, una
disciplina descriptiva y analítica, y un sistema de información, dado que identifica,
cuantifica y registra los distintos sucesos y transacciones que se llevan a cabo
dentro de una entidad (disciplina descriptiva y analítica), los cuales,
posteriormente, comunica a una amplia gama de usuarios que están interesados
en dicha información para tomar sus decisiones (sistema de información),
logrando así suministrar información útil para la toma de decisiones de los distintos
usuarios (actividad de servicio).

Dependiendo de los objetivos que persiga, la contabilidad se divide,


básicamente, en dos áreas fundamentales: la contabilidad financiera y la
contabilidad administrativa. La contabilidad financiera “es el proceso que culmina
con la elaboración de los estados financieros relacionados con la empresa
completa” (Kieso y Weigandt, 2006, p. 5) y que puede ser de interés tanto para
usuarios internos como externos. Por su parte, la contabilidad administrativa es el
proceso a través del cual se identifica, mide, acumula, analiza, interpreta, elabora
y comunica “la información financiera que usa internamente la gerencia para
planear, evaluar y controlar los recursos de una organización, y asegurar el uso y
registro apropiado de dichos recursos” (Kieso y Weigandt, 2006, p. 5), por lo que
los usuarios a los cuales se destina esta información son solo personas internas a
las empresas, relacionadas con la operatividad y el funcionamiento de la misma.

De esta forma, sin importar el usuario cuyas necesidades de información se


satisfagan, la contabilidad es siempre una actividad de servicio, debido a que
comunica información de las empresas a personas que la necesitan. Evidencia de
esto es el hecho de que la contabilidad y su entorno se retroalimentan
constantemente formando parte de un ciclo bidireccional, en el cual las empresas
comunican su información económica y financiera a los distintos usuarios
interesados que, a su vez, toman decisiones que podrían modificar (o no) el
entorno que rodea a dichas organizaciones y que, posteriormente, este entorno
modificaría las necesidades de información de los usuarios, trayendo como
consecuencia que cambie la propia contabilidad y la forma de comunicar sus
resultados.

En este sentido también podemos desarrollar lo que nos establece Romero


(2006) sobre la contabilidad, él establece que la contabilidad es “EL LENGUAJE
DE LOS NEGOCIOS”, ya que constituye “la forma por medio de la cual las
entidades comunican su situación financiera, el resultado de sus operaciones, los
cambios en la situación financiera y en la inversión de los propietarios o
patrocinadores” (p. 244), entendiendo que la información financiera presentada por
las empresas es toda aquella información que represente y comunique a los
usuarios, en general, la situación financiera y el desempeño de la entidad que
informa, de tal manera que sea útil para la toma de decisiones económicas por
parte de dichos usuarios (incluyendo los estados financieros y cualquier otra
información relacionada). Ahora, básicamente, la forma como se comunica la
información financiera de las empresas son los estados financieros, pues estos
proporcionan a los usuarios información que les permite evaluar los cambios en el
patrimonio de la empresa, derivados de las transacciones ocurridas en el pasado,
y que permiten proyectar el comportamiento futuro de las transacciones. De esta
forma, dichos estados se constituyen en “la manifestación fundamental de la
información financiera, pues representan la forma primordial de comunicar
información contable-financiera” (Romero, 2006, p. 244).

Es así como a lo largo de los años, y desde la principal corriente del


pensamiento contable, se ha entendido que la contabilidad es el lenguaje de los
negocios: en ellos, las personas que allí participan deben tomar decisiones y para
hacerlo requieren de elementos confiables que les permitan analizar la información
que se presenta. La contabilidad, desde un punto de vista pragmático, representa
el proceso a través del cual se recopilan, clasifican, analizan y registran las
transacciones, eventos, hechos y condiciones que suceden dentro de una
empresa, la cual, a su vez, es comunicada (de forma sintetizada y resumida) a los
usuarios interesados a través de los estados financieros, los cuales contienen
información concerniente a las distintas áreas, funciones y procesos desarrollados
por las empresas para lograr sus objetivos mercantiles.

En este orden de ideas, los estados financieros representan el código


lingüístico y la estructura que subyace al funcionamiento de los negocios, y su
análisis e interpretación permite la planificación y la toma de decisiones dentro de
un contexto financiero y económico cada vez más complejo, permitiendo obtener
un mejor aprovechamiento de los recursos y conseguir ventajas competitivas.

Este código lingüístico ha estado caracterizado, a lo largo de la historia de


la contabilidad, por ciertas normas y reglas denominadas Principios de
Contabilidad de Aceptación General (PCGA), que son aquellas guías y
convenciones que permiten que la información financiera presentada sea de
utilidad para la toma de decisiones, pues todos los participantes del proceso de
comunicar información (preparadores de la información, auditores y usuarios)
conocen y utilizan el mismo lenguaje y, por tanto, lo comprenden.

Siendo así, la mejor y más reconocida forma de comunicar la información


de y desde las empresas ha sido la preparación y presentación de estados
financieros denominados de propósito general, que son los presentados por las
empresas y dirigidos a ser utilizados por una amplia gama de usuarios, con
necesidades de información distintas, pero que individualmente no están en
posición de exigir informes a las medidas de sus necesidades particulares de
información.

Por otra parte, incluso desde la óptica de los mercados de valores, se ha


entendido que la contabilidad es el lenguaje de los negocios y que el código
lingüístico por excelencia son los estados financieros de propósito general, ya que
las empresas deben presentar su información financiera, la cual se constituye en
su tarjeta de presentación para que los inversionistas tomen sus decisiones.
Sin embargo, en un mundo globalizado, y sobre todo para los mercados
financieros, la comunicación de información a través de los estados financieros de
propósito general sí puede llegar a ser sustituida por el uso del lenguaje XBRL,
debido a que permite, como ya se ha dicho previamente, que los usuarios
construyan la información que necesitan para su toma de decisiones.

De este modo concluimos que la contabilidad, se configura como el


lenguaje de los negocios, puesto que permite vincular a las empresas con las
personas interesadas en sus actividades. Como todo lenguaje, comunica
información (en este caso económica y financiera), tiene una utilidad (permite la
toma de decisiones) y permite la retroalimentación (dado que las decisiones que
toman los usuarios podrían modificar el entorno que rodea a la contabilidad).

Bibliografía
 www. //economipedia.com
 www.//es.wikipedia.org/wiki/ContabilidadhtmlLa contabilidad es la parte d
 Romero, 2006, p. 244.
 Kieso y Weigandt, 2006, p. 5.

También podría gustarte