Trad52 Josue Hombres de Caracter

Machine Translated by Google

Este libro sobre Josué está cariñosamente dedicado a Virgilio.

Stoneking, un viejo amigo. Virgil me presentó por primera vez
a Chuck Wilson, vicepresidente de Trade Publishing/editor de
Broadman & Holman Publishers, lo que resultó en una
maravillosa relación entre editor y autor. Entonces, gracias,
Virgil, por construir este puente único.
Otros libros de la serie Men of Character:

Elijah: permanecer firme a través de la incertidumbre
Nehemías: convertirse en un líder disciplinado
Jacob: seguir a Dios sin mirar atrás
Moisés: liberarse para conocer a Dios
José: Superando obstáculos a través de la fidelidad
Abraham: aferrándose a la voluntad de Dios
David: Buscando fielmente a Dios
Samuel: toda una vida sirviendo a Dios
Daniel: Manteniéndose firme para Dios
Los Apóstoles: Uniéndose a través de la Diversidad
Pablo: Vivir para el llamado de Cristo
Contenido
Prólogo de Frank Minirth
Introducción: Un guerrero del Antiguo Testamento
1. Entrenamiento básico de Josué
2. Una llamada al valor
3. Un encuentro con una prostituta
4. Un ejemplo de fe y humildad
5. Una cura para los recuerdos que se desvanecen
6. Recuerdos: ¡Más que rituales!
7. Los muros se derrumbaron
8. Una terrible tragedia

9. Experimentar la victoria a la manera de Dios
10. Vuelta a lo básico
11. Atrapado con la guardia baja
12. Dios no te olvidará
13. Habla un hombre de Dios
Conclusión: ¿Hacia dónde debe ir desde aquí?
notas
Prefacio
Una de las formas más dinámicas y prácticas de aprender los principios
bíblicos para la vida cristiana diaria es estudiar los personajes del Antiguo
Testamento. No creo que nadie haga un mejor trabajo presentándonos a
estas personalidades bíblicas y sacando lecciones de sus vidas que mi
buen amigo y pastor Gene Getz.
Conozco a Gene desde hace muchos años. De hecho, cuando vine

por primera vez a Dallas para comenzar mi práctica psiquiátrica, enseñamos
juntos psicología pastoral y consejería en el Seminario Teológico de Dallas.
Como profesor titular y alguien que "conocía las cuerdas", Gene realmente
me ayudó a aclimatarme al ambiente del seminario. A lo largo de los años,
he observado de primera mano que Gene Getz practica lo que predica en
su vida personal, en su matrimonio y familia, y en su vida profesional.
Más tarde, Gene se convirtió en pastor de mi familia, y todavía lo es.

Lo he escuchado contar estas historias del Antiguo Testamento desde el
púlpito. De hecho, mientras escribo el prólogo de este libro sobre Josué,
Gene acaba de terminar un interesante estudio sobre Jacob.
Lo que hace que estos estudios sean tan poderosos es la

capacidad de Gene no solo para revelar los hechos bíblicos sobre sus
vidas, sino también para explorar sus personalidades únicas: sus
fortalezas, sus debilidades, sus altibajos emocionales y sus luchas
espirituales. En resumen, sus ideas bíblicas combinadas con su
sabiduría psicológica le permiten a Gene ayudarnos a comprender y
aprender de estos hombres que vivieron hace mucho tiempo.
Otro aspecto único de estos estudios es la extraordinaria habilidad

de Gene para abstraer principios que son supraculturales y siempre
relevantes. Él integra efectivamente las ideas del Antiguo Testamento
con las verdades del Nuevo Testamento.
Este estimulante estudio de Josué es un modelo a seguir para

los hombres cristianos de hoy. Enriquecerá la vida de los lectores al
proporcionar ejemplos reales y orientación para las opciones y los
desafíos del mundo actual.
Frank Minirth
Fundador y Co-CEO
Las Clínicas Minirth Meier New Life

Introducción
un antiguo testamento
Guerrero
Una de las maneras más emocionantes para cada veinte

hombre del siglo para aprender lecciones prácticas para enfrentar con
éxito los desafíos de hoy es estudiar los personajes de la Biblia del
Antiguo Testamento. Josué es uno de esos. Quizás más que cualquier
otra persona del Antiguo Testamento, Josué ejemplifica para cada
hombre, en particular, formas positivas de vivir una vida cristiana
victoriosa. Camina por los campos de batalla del Antiguo Testamento
como un hombre piadoso. Aunque ciertamente cometió errores, vivió
una vida ejemplar.
La mayor parte de lo que aprendemos sobre Josué está

registrado en el libro que lleva su nombre, el sexto libro del Antiguo
1 Testamento. Y aunque el hombre Josué es el centro de nuestro
estudio, la mayoría de las lecciones que podemos aprender de su
vida involucran su relación con los demás: los hijos de Israel, los
cananeos y las personas únicas que se identificaron estrechamente
con él en la conquista. de la tierra.
Haciendo Batalla Contra las Fuerzas del Mal

¿Qué puede aprender un cristiano del siglo XX que vive en una cultura
muy diferente de un hombre como Joshua?
Es cierto que definitivamente era un líder militar que operaba en un
entorno muy primitivo. Su mayor tarea fue conducir a los ejércitos de
Israel para tomar posesión de la tierra de Canaán. Sin embargo,
muchos de los desafíos que enfrentó son esencialmente los mismos
desafíos que enfrenta un hombre estadounidense hoy en día cuando
lucha contra las fuerzas del mal que intentan capturar su corazón y su
mente.
Mientras enfrenta batallas literales, Josué demuestra cómo los

hombres de hoy pueden ser "fuertes en el Señor y en el poder de su
fuerza" al "vestirse" con "toda la armadura de Dios" para derrotar "los
poderes de este mundo oscuro" y " las fuerzas espirituales del mal en
los lugares celestiales”
(Efesios 6:10–12, NVI).
Escuchando a Nuestro Comandante en Jefe Espiritual
A medida que estudiamos la vida de este guerrero del Antiguo

Testamento, podemos aprender lecciones dinámicas para vivir
victoriosamente. En esencia, estas lecciones provienen de Dios
mismo, aunque veremos que se concretan en la experiencia de Josué.
Dios entiende nuestras debilidades humanas—nuestras

miedos, nuestras ansiedades, nuestros sentimientos de insuficiencia.
Dios promete seguridad y paz interior en el

medio del miedo y el estrés.
Dios quiere que todas las personas se salven de sus pecados y Él
continúa alcanzando a la humanidad perdida, sin importar sus
antecedentes, sus errores, sus malas acciones, la profundidad de
su desesperación o su comportamiento idólatra y pagano.
Dios honra y responde a la fe, pero no espera que sus hijos operen
con una fe "ciega".
Dios honra a los que le honran.
Cuando la familia deja de reflejar los valores de Dios, sólo se
necesita una generación para que se produzca la degeneración
espiritual.
Como cristianos del siglo XX, necesitamos “recuerdos” para no
olvidar lo que Dios ha hecho por nosotros.
Dios puede tomar incluso nuestros errores y convertirlos en

resultados positivos.
Debemos tomarnos el tiempo de manera constante para
mantener la perspectiva de la voluntad de Dios para nuestras vidas.
El verdadero amor por Dios es la esencia de la vida cristiana.
Hacer la voluntad de Dios implica una elección personal, un acto
de la voluntad.
Estas son algunas de las lecciones dinámicas y prácticas

aprenderás de Joshua. Bienvenido a un estudio emocionante.
Entrenamiento básico de Joshua
Lee 2 Timoteo 2:1–4
Joshua era un líder, ¡y tú también! cuando te convertiste

un cristiano, heredó un papel de liderazgo. Puede que no seas
presidente de una corporación o pastor de una iglesia, pero eres
un líder en el gran ejército de creyentes de Dios. Para empezar,
está llamado a modelar a Jesucristo, y eso es liderazgo. Alguien
lo está observando: su esposa, sus hijos, un amigo, y la forma
en que funcione en este nivel de liderazgo determinará su avance.
Ese culpable llamado “impaciencia”
¿Alguna vez te has vuelto impaciente porque el tiempo de

Dios no coincide con el tuyo, especialmente al darte una posición
de respeto y reconocimiento? Recuerdo enfrentar esa lucha en
mi propia vida. Poco me di cuenta entonces de lo mucho que
tenía que aprender acerca de ser un líder. Ahora, años después,
soy más consciente de lo inmaduro que era entonces. Y,
después de vivir casi medio siglo como cristiano, todavía estoy
muy consciente de cuánto más queda por aprender. De hecho,
cuando enfrento nuevos desafíos, a veces siento que todavía
estoy en un “campo de entrenamiento”.
Este principio también se aplica al nombramiento de otros

para puestos de liderazgo. Cuando miro hacia atrás, algunos de los
mayores errores que he cometido fueron nombrar a hombres para
puestos de liderazgo que no estaban adecuadamente preparados.
En algunos casos, los resultados fueron desastrosos en la forma
en que la experiencia impactó sus propias vidas, sus matrimonios
y sus familias, y el cuerpo de Cristo. Con suerte, he aprendido a
ser mucho más perspicaz y “paciente” en el cumplimiento de mis
propias responsabilidades de liderazgo.
El ejemplo de Joshua me ha ayudado mucho, y estoy seguro

de que un estudio de su vida también te ayudará a ti, sin importar
cuál sea tu posición de liderazgo como cristiano. Le ayudará a ser
un mejor esposo, un mejor padre, un mejor hombre de negocios
que opera en el mundo secular, o un mejor ministro, ya sea en una
posición laica o en una posición de personal.
El entrenamiento básico de Joshua tomó muchos años. Esto

fue “a la par del curso” entre los líderes bíblicos. Dios nunca tuvo
prisa por darles puestos de gran responsabilidad. Le preocupaba
que estuvieran adecuadamente preparados. Esto a menudo
requería años.
Lo que es único acerca de Joshua en sus primeros años es su

corazón abierto, su disposición a ser enseñado y su espíritu de

humildad. En consecuencia, aprendió bien sus lecciones.
El tatarabuelo de Joshua
Para entender y apreciar el lugar de Josué en la historia bíblica,
necesitamos entender su herencia. De hecho, lo que sucedió en la
vida adulta de Josué se relaciona con una promesa específica que
Dios le hizo a Abraham siglos antes cuando lo llamó de Ur de los
caldeos.
El encuentro de Abraham con Dios
Aunque se registran eventos significativos en los primeros

once capítulos de la Biblia, la historia de la redención que se
desarrolla en realidad comienza en Génesis 12 con el pacto o
contrato abrahámico. En ese momento de la historia, Dios
menospreció a la humanidad pecadora y perdida. De una cultura
pagana y un mundo que se había alejado de Él como el único Dios
verdadero, eligió a Abraham, un hombre que vivía en Ur de los
caldeos.
Una Tierra, una Semilla, una Bendición

Dios hizo tres promesas básicas a Abraham (originalmente

llamado Abram). Iba a bendecirlo con una tierra, un hogar
permanente. Dios también le prometió a Abraham una
simiente, una herencia, una gran nación de personas. Más
importante aún, Dios prometió que a través de Abraham, todo
el mundo sería bendecido (Gén. 12:1–3). Dios se estaba
refiriendo a un futuro “hijo de Abraham”, el Hijo eterno de
Dios, Jesucristo, quien nacería a su debido tiempo y se
convertiría en el Salvador de toda la humanidad (Gálatas 3:6–9).
Historia comprimida
Abraham respondió al llamado y mandato de Dios. Por fe,

entró en la tierra de Canaán (ver el mapa a continuación), y
siguieron una serie de eventos. Mirando la historia bíblica
comprimida, Abraham finalmente tuvo dos hijos, Ismael e
Isaac (Gén. 16:15; 22:2). Según el plan de Dios, Isaac era el
heredero elegido y, a través de él, las promesas de Dios
continuaron desarrollándose. Isaac tuvo dos hijos, Esaú y
Jacob (25:24–26), y según el decreto divino de Dios, Jacob
se convirtió en el canal que Dios usó para seguir cumpliendo
Sus promesas específicas a Abraham. Jacob eventualmente
tuvo doce hijos, más tarde llamados los hijos de Israel.
La trama se complica
En este punto de la historia del Antiguo Testamento, la trama se

complica. Los hijos mayores de Jacob odiaban a su hermano menor, José,
porque su padre lo favorecía. Inventando un plan malvado, lo vendieron
como esclavo a una banda de madianitas.
Estos traficantes de esclavos llevaron a José a Egipto, donde fue vendido
a Potifar, el capitán de la guardia personal del rey de Egipto (37:28, 36).
Este no fue el final para José, sino el comienzo. Aunque enfrentó

algunas dificultades increíbles, pronto se convirtió en un hombre muy
exitoso y eventualmente ascendió a una posición de gran prominencia en
Egipto. A la edad de treinta años, en realidad era el líder ejecutivo del país,
reportando directamente al faraón.
Una hambruna devastadora
Finalmente, e irónicamente, Dios usó a José para liberar a su familia

de una hambruna devastadora en la tierra de Canaán. A través del cuidado
providencial de Dios, su padre, Jacob, y todos sus hijos y nietos llegaron a
vivir en una de las zonas más productivas de Egipto. En ese momento,
José perdonó misericordiosamente a sus hermanos por su pecado contra
él.
Durante aproximadamente cuatrocientos años, los hijos de

Israel (el nombre de Jacob se cambió a Israel—32:28; 35:10) se
convirtieron en una gran nación, tal como Dios le había prometido a
Abraham (12:2). Sin embargo, los reyes de Egipto que conocían a
José finalmente murieron (Éxodo 1:8), y llegó al poder un faraón que
estaba amenazado por este grupo de personas que crecía
rápidamente. Para desanimarlos y desmoralizarlos, les impuso
cargas que difícilmente podían soportar.
Liberación de Egipto
Dios no se olvidó de sus promesas a Abraham. En Su tiempo

divino, levantó a un gran líder llamado Moisés, quien eventualmente
sacó a los hijos de Israel de Egipto. Ahora una gran multitud,
cruzaron milagrosamente el Mar Rojo en tierra seca. Aunque
vagaron por el desierto durante cuarenta años a causa de sus
pecados, Dios finalmente los llevó al borde de la tierra que le había
prometido a Abraham y a sus descendientes tantos años antes (ver
el mapa a continuación).
Las sandalias más grandes que un hombre haya visto jamás

En este punto, Josué, el hombre que estamos a punto de conocer,

pasó a la etapa divina y providencial de Dios como sucesor de Moisés.
Debido a que Moisés falló en obedecer en una ocasión muy
importante, Dios no le permitió entrar a la Tierra Prometida. Podía
verlo, pero no podía cruzar el río Jordán. Dios mismo enterró a Moisés
y registró el siguiente epitafio en su “lápida”: “Ningún profeta se ha
levantado en Israel como Moisés, a quien el SEÑOR conoció cara a
cara” (Deut. 34:10, NVI).
Joshua estaba destinado a calzarse las sandalias más grandes

alguna vez había tenido en sus pies.
Campo de entrenamiento
Josué nació en Egipto. Su padre y su madre eran esclavos junto con

todos los hijos de Israel que se habían convertido en víctimas del
Faraón, el “nuevo rey” que “se levantó sobre Egipto” y “no conoció a
José” (Éxodo 1:8).
Cuando era un joven aferrado a la toga de su madre, Joshua sin duda
vio a su padre caminar a casa muchas noches desde el campo,
cansado y exhausto de trabajar de sol a sol bajo los despiadados
capataces de Egipto.
Josué nació muchos años después de que Faraón se viera amenazado
por primera vez por la tasa de crecimiento de Israel, pero la
persecución inhumana nunca disminuyó hasta el día en que Moisés
los sacó de Egipto.
Obviamente, los primeros recuerdos de Joshua eran cualquier

cosa menos agradables. Cuando creció, él también se convirtió en un
esclavo “trabajador”. Como cualquier joven hebreo, hubo momentos en
los que podría haber sido asesinado. Pero en la providencia de Dios,
sobrevivió.
una noche impresionante
Hubo una noche terrible pero bendecida que Joshua nunca

olvidaría. Sucedió cuando Moisés se estaba preparando para sacar a
todo Israel de Egipto. Dios ya había enviado una serie de nueve plagas
devastadoras sobre el pueblo de Faraón. Pero la décima plaga fue la
más devastadora.
El Señor iba a quitarle la vida a todo primogénito en Egipto, incluidos los
animales. Sin embargo, el Señor proporcionó una forma muy inusual
pero profética para que los padres israelitas salvaran la vida de sus hijos
mayores. Debían matar un cordero y rociar su sangre en los postes de
las puertas de sus casas. “'Cuando vea la sangre'”, dijo el Señor, “'Pasaré
de vosotros, y no os sobrevendrá plaga que os destruya cuando hiera la
tierra de Egipto'” (12:13).
Evidentemente, Josué era el primogénito y el hijo mayor de su

familia (1 Crónicas 7:27). Ni él, ni ningún primogénito de Israel, podría
olvidar jamás aquella horrible noche.
—o la mañana que siguió. Los lamentos y gritos de dolor de los

padres egipcios perforaron el aire de la noche cuando descubrieron
que todos los niños mayores habían sido asesinados.
Qué agradecido debe haber estado Josué de estar entre los vivos
y entre los que marcharon triunfalmente fuera de Egipto, siguiendo
a su gran líder, Moisés.
un gran mentor
Moisés ya debe haberse convertido en un modelo a seguir

ideal en el corazón y la mente de Josué. Sabía de la gran fe de
Moisés mezclada con coraje cuando Moisés confrontó a Faraón y
pronunció juicio sobre Egipto. Josué vio los resultados de esa fe y
coraje a medida que acontecía plaga tras plaga: primero, las aguas
del Nilo se convirtieron en sangre, seguidas por las plagas de ranas,
mosquitos, insectos, pestilencia, furúnculos, granizo, langostas,
gran oscuridad y , finalmente, la muerte de todo primogénito. Había,
por supuesto, más por venir, ¡el mayor milagro hasta ahora! Josué
debe haberse quedado sin habla y sin aliento cuando vio a Moisés
extender su vara sobre el Mar Rojo. Las aguas se separaron, lo que
permitió a Israel cruzar en seco. Y luego vio a Moisés extender su
vara una vez más sobre las aguas, haciendo que el mar volviera a
su lugar, destruyendo a todos los guerreros egipcios que seguían a
los israelitas en medio del mar.
En este momento de su vida, Josué había resuelto un problema

muy importante: sabía y creía que el Señor Dios de Israel era de
hecho el único Dios verdadero. Y también sabía que Moisés era el
líder de Israel designado por Dios.
Josué pronto se convirtió en la mano derecha de Moisés. De

hecho, esta relación especial había comenzado incluso antes de que
salieran de Egipto, porque leemos que Josué, el hijo de Nun, fue un
“ayudante de Moisés desde su juventud” (Núm. 11:28).
Experiencias en el desierto
Moses desarrolló una confianza inusual en su joven lugarteniente.

Esto se demuestra en varios eventos significativos durante el viaje
por el desierto de Egipto a Canaán.
Primera asignación militar de Joshua
En el camino a la Tierra Prometida, los hijos de Israel se

enfrentaron a enemigos resentidos por la intrusión en su territorio.
En Refidim (Éx. 17:8–16), el lugar donde
Moisés golpeó la roca y sacó agua — El ejército de Amalec atacó a

los israelitas. Como asistente militar de Moisés, Josué dirigió un
contraataque y, con la ayuda sobrenatural de Dios, llevó a su
incipiente ejército de hombres a su primera victoria militar.
Esta experiencia ciertamente ayudó a preparar a Josué para

los desafíos que enfrentaría en la tierra de Canaán. Su lección más
importante fue que Dios estaba de su lado. Si simplemente le
obedecieran, serían victoriosos sobre sus enemigos. Joshua nunca
olvidó esa experiencia en Rephidim.
Experiencia en la cima de la montaña de Joshua
Cuando Israel llegó al desierto de Sinaí y acampó frente a esa

gran montaña, todo el pueblo podía escuchar la voz de Dios
reverberando desde ese lugar sagrado. Más tarde, Dios escribió
Sus leyes en tablas de piedra y ordenó a Moisés que subiera a la
montaña, entrara en Su presencia y recibiera los Diez Mandamientos.
Respondiendo a la orden de Dios, también se llevó consigo a Josué

(24:12–13), sin permitir que los otros líderes de Israel se unieran a
ellos. “'Espérennos aquí'”, dijo Moisés a los ancianos, “'hasta que
nosotros [Moisés y Josué] volvamos a ustedes'” (v. 14).
Los detalles exactos de esta historia no están claros. Es

dudoso que Josué experimentara la gloria de Dios al mismo grado
que Moisés, pero disfrutó de un mayor acceso a la presencia del
Señor que los otros líderes. Solo a él se le permitió continuar
subiendo la montaña con Moisés. Cuando se le indicó que se
quedara atrás, no se nos dice. Pero sí sabemos que su exposición
a la presencia de Dios solo fue superada por la de Moisés. Josué
estaba tan abrumado con la relación personal de Moisés con el
Señor que a veces no se apartaba del lado de Moisés: “Así hablaba
el SEÑOR con Moisés cara a cara, como habla cualquiera con su
amigo.
Cuando Moisés volvió al campamento, su siervo Josué, hijo de
Nun, joven, no se apartaba de la tienda” (33:11).
Lo que sucedió en el Sinaí demuestra dramáticamente la

posición única que Josué ya ocupaba como la mano derecha de
Moisés. También revela la relación única que tenía con Dios. Todas
estas experiencias fueron diseñadas divinamente por el Señor para
preparar a Josué para su futuro papel de liderazgo con Israel. Si
Josué hubiera sabido en ese momento lo que Dios tenía reservado
para él, habría perdido la perspectiva. El solo hecho de saber que
eventualmente reemplazaría a Moses habría sido mucho más de lo
que podría haber manejado psicológicamente. Y, si Moisés hubiera
sabido antes del hecho de que no se le iba a permitir llevar a Israel
a la Tierra Prometida, se habría sentido tan desanimado,
desanimado y deprimido que no habría podido continuar.
Hay una lección importante aquí. Solo Dios conoce nuestro

futuro, y en su tiempo providencial, revela su plan soberano, que de
alguna manera incomprensible está interrelacionado y entretejido con
nuestra libertad de elección. El pecado y el fracaso de Moisés no
fueron predeterminados por Dios, ¡pero la preparación única de Josué
sí lo fue! ¡Solo un Dios omnisciente y soberano puede diseñar un plan
como ese!
Misión de vigilancia de Joshua
La oportunidad de Josué de demostrar su compromiso con su

comandante en jefe llegó cuando Moisés lo nombró, junto con otros
once hombres, para entrar en Canaán para reconocer la tierra (Núm.
13:1–14:10). Cuando regresaron de su misión, solo Josué y Caleb
estaban seguros de entrar a Canaán. Los demás estaban asustados
por lo que habían visto: ciudades fortificadas y guerreros gigantes.
Ellos inculcaron este mismo temor en todo Israel, y toda la nación se
rebeló contra Moisés y su hermano, Aarón.
En este punto, Joshua demostró una madurez increíble. Él, junto

con Caleb, se atrevió a enfrentarse a la congregación de los hijos de
Israel, diciendo:
“La tierra por donde pasamos para reconocerla es una

“La tierra por donde pasamos para reconocerla es tierra en

gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él
nos traerá a esta tierra, y nos la dará, tierra que mana leche y
miel. Solamente que no os rebeléis contra el SEÑOR; y no
temáis al pueblo de la tierra, porque ellos serán nuestra presa.
Su protección les ha sido quitada, y el SEÑOR está con
nosotros; no les tengas miedo.” (Números 14:7–9)
Tristemente, los hijos de Israel no escucharon. Se levantaron

contra Josué y Caleb y trataron de apedrearlos. Pero, en ese
momento, Dios intervino y pronunció juicio sobre Su pueblo. Debido
a su rebelión, estaban destinados a vagar por el desierto durante
cuarenta años hasta que toda esa generación adulta muriera.
Ninguno de ellos podía entrar en Canaán, excepto Josué y Caleb,
y Josué, como sucesor de Moisés, guiaría a la nueva generación a
través del Jordán.
La experiencia de Joshua como espía le enseñó lecciones

más importantes como líder militar. Este fue solo otro curso en la
"escuela del desierto" que Dios había diseñado para prepararlo
para sus futuras responsabilidades.
Josué había pasado todas las pruebas, y en otros cuarenta años
estaría listo para llevar a Israel a Canaán.
Una “Medalla de Honor” Única

En algún momento, tal vez después de que las doce tribus

regresaron de su misión en Canaán, Josué recibió una "medalla de
honor" otorgada a muy pocas personas en el gran ejército de Dios.
Originalmente, su nombre era Hoshea (u Oshea, Núm. 13:8), pero
Moisés cambió su nombre a Josué (Núm.
13:16). Como Bernabé en el Nuevo Testamento, la razón de este
cambio de nombre se explica en los nombres mismos. Los apóstoles
cambiaron el nombre de José a "Bernabé", que significa "Hijo de
consolación", simplemente porque él era un líder generoso y
afectuoso durante los primeros días de la iglesia.
Las razones de Moisés eran similares a las de los apóstoles.

Oseas significa “salvación”. Desde un punto de vista humano,
“Oseas” sería el salvador de Israel. Pero Josué significa “el Señor
es salvación”. Desde un punto de vista divino, Dios conduciría a
Israel a Canaán. Aunque el Señor definitivamente usaría lo que este
joven había aprendido al lado de Moisés—en Egipto, en la guerra
contra Amalec, en el Monte Sinaí, su experiencia como espía y su
posterior y aterrador encuentro con Israel cuando intentaron matarlo
— sin embargo, fue Dios quien ciertamente conduciría a Israel a
Canaán. Fue Él quien haría retroceder las aguas del Jordán, quien
haría caer los muros de Jericó y permitiría a Israel derrotar al pueblo
de Hai. Fue Dios quien derribaría a los gigantes en Canaán. En
consecuencia, Moisés cambió el nombre de Oseas a Josué para
enfatizar e ilustrar que solo Dios era
la salvación de Israel.
¡Josué aprendió bien esta lección! En el tiempo de Dios, estuvo listo

para permitir que el Señor usara sus habilidades y destrezas y todo lo
que había aprendido durante sus años de preparación.
Convertirse en un hombre de Dios hoy

Principios para vivir
Hay varias lecciones importantes que todos podemos aprender de esta

mirada introductoria a la preparación de Josué para el liderazgo en Israel.
Principio 1. Lleva tiempo prepararse para

ser un líder fiel de los demás.
La prominencia de Josué en Israel llegó solo después de muchos años

de fidelidad, tanto al Señor ya Sus mandamientos, como a Moisés, el líder
designado por Dios. Josué demostró ser digno de confianza.
Muchos hombres hoy en día quieren pasar por alto el proceso de

demostrar fidelidad durante un período de tiempo. En este sentido, somos
un producto de nuestra cultura. Nuestra tendencia es desear el
reconocimiento instantáneo, la prominencia instantánea, la responsabilidad
instantánea en el desempeño de roles de liderazgo importantes en el
gran ejército de Dios: el Cuerpo de Cristo. Además, muchos de nosotros
que ya ocupamos puestos de liderazgo somos demasiado rápidos para
nombrar personas en puestos de importante responsabilidad espiritual.
Lo que Dios está buscando
Pablo instruyó a Timoteo para que evitara nombrar líderes

espirituales en la iglesia demasiado rápido (1 Timoteo 5:22). Anteriormente
en esta carta, Pablo le había encomendado a Timoteo que se asegurara
de que aquellos que deseaban un liderazgo espiritual en la iglesia
tenían una buena reputación

eran moralmente puros
demostraban una filosofía de vida bien ordenada eran
autodisciplinados tenían respeto y credibilidad entre los
demás eran desinteresados en el uso de su material
las posesiones
no estaban sujetas a los apetitos carnales eran
sensibles no eran defensivas
eran amables y gentiles

eran líderes adecuados de sus propias familias.
Finalmente, Pablo declaró que un cristiano al que se le da un

alto nivel de responsabilidad de liderazgo espiritual no debe ser un
cristiano nuevo debido a la tentación del orgullo (1 1 Tim. 3:1–7).
Algunas reflexiones personales
Al repasar mis años en el ministerio, particularmente como

pastor, ahora veo que uno de los errores que cometí en mis primeros
años de experiencia fue nombrar a hombres para puestos de liderazgo
en la iglesia que no estaban preparados.
Algunos de estos hombres no tenían suficiente experiencia para

manejar sus responsabilidades asignadas. La razón es pura y simple.
Eran demasiado jóvenes. El lugar en el que se encontraban en su
desarrollo cronológico no coincidía con las demandas de sus roles de
liderazgo.
Otros hombres no estaban calificados, no por la edad, sino

porque carecían de experiencia. No se habían probado a sí mismos
en las temporadas difíciles de la vida. En algunos casos, vi cómo sus
matrimonios se derrumbaban debido a la
presiones añadidas.
Recuerdo bien a Jim y Mary (no son sus nombres reales).

Antes del nombramiento de Jim para una función pastoral laica en la
iglesia, varias personas habían indicado que habían oído informes de
que esta pareja había experimentado problemas maritales en el
pasado. De hecho, mi esposa me dijo que tenía algunas
preocupaciones en base a lo que había observado.
Una lección que he aprendido a lo largo de los años es escuchar

con más atención a mi esposa, quien ha demostrado ser una persona
muy piadosa y perspicaz cuando se trata de evaluar el carácter.
Desafortunadamente, no investigué la situación marital de Jim tan a
fondo como debería haberlo hecho. Lamentablemente, este
matrimonio terminó en divorcio. Aunque esto podría haber sucedido
de todos modos, estoy seguro de que las presiones del liderazgo
espiritual se sumaron a las circunstancias que finalmente rompieron
este matrimonio de forma permanente.
Aprendiendo a hacer las preguntas difíciles
Una de las cosas que he aprendido sobre mí mismo es que me

resulta difícil hacerle a la gente las preguntas realmente difíciles.
Una de las razones de esta tendencia es que no quiero ofender a la
gente. Además, me resulta difícil arriesgar mi vida personal.
rechazo.
Otra razón es que me resulta fácil creer en los demás. De hecho,

uno de mis colaboradores más cercanos comentó una vez: "Gene, tu
mayor fortaleza es confiar en las personas.
Sin embargo, tu mayor debilidad es confiar en personas en las que
no debes confiar”.
A lo largo de los años, esta afirmación ha demostrado ser cierta.

Sin embargo, también he aprendido a través de la experiencia a ser
más cauteloso, cauteloso y discriminatorio en la selección y
nombramiento de líderes. Todavía me resulta muy fácil confiar en la
gente, pero también he aprendido a hacer preguntas más penetrantes.
También he aprendido a tomar más en serio las evaluaciones de otras
personas.
Principio 2. Como hombres cristianos,

debemos darnos cuenta de que existe un equilibrio
único entre la dependencia de Dios y la confianza en
nosotros mismos.
Sin lugar a dudas, Dios usó a Josué, el hombre, como un medio para
lograr sus objetivos. Pero Josué sabía que era Dios mismo quien
guiaría y dirigiría a Israel. Fue su poder que
hizo retroceder las aguas del Jordán, Su fuerza que hizo que los
muros de Jericó se derrumbaran, Su sabiduría que permitió a Josué
diseñar estrategias contra los enemigos de Israel.
Este es un misterio divino. Dios sí nos usa: nuestra fidelidad,

nuestro compromiso, nuestras capacidades y capacidades humanas.
Pero en realidad, sin Él lograremos poco, y lo que logremos puede
resultar ser “madera, heno, paja” (1 Corintios 3:12).
Pablo emitió una advertencia solemne a las iglesias de Corinto

con respecto a esta posibilidad. Debemos:
¡Construye con cuidado!
Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como

perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima.
Pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede
poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es
Jesucristo. Ahora bien, si sobre este fundamento alguno edifica
con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la
obra de cada uno se hará manifiesta; porque el Día lo declarará,
porque por fuego será revelado; y el
el fuego probará la obra de cada uno, de qué clase sea. Si

perdura la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
Si la obra de alguno fuere quemada, sufrirá pérdida; pero él
mismo será salvo, aunque así como por fuego. (1 Corintios 3:10–
15, NVI)
Edificar con cuidado es una exhortación muy directa para todos

nosotros como hombres cristianos, no solo con respecto a nuestro
ministerio en la iglesia, sino también en nuestros matrimonios y familias.
No podemos enfrentar los desafíos de la vida con nuestras propias
fuerzas y finalmente tener éxito. Por un lado, Dios quiere usar todos
nuestros recursos humanos. Sin embargo, Él es quien nos permite
tener éxito. Por lo tanto, Pablo escribió las siguientes exhortaciones
adicionales:
es cristo en mi
he sido crucificado con Cristo; y ya no vivo yo, sino que Cristo

vive en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del
Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
(Gálatas 2:20)
Fortalecidos con Su Poder

Por eso doblo mis rodillas ante el Padre, de quien toma su

nombre toda familia en el cielo y en la tierra, para que os
conceda, conforme a las riquezas de su gloria, ser fortalecidos
con poder por su Espíritu en el interior hombre. (Efesios 3:14–
16)
La armadura de Dios
Por lo demás, fortaleceos en el Señor, y en la fuerza de su

poder… Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que
podáis resistir en el día malo, y habiendo terminado todo, estar
firmes. (Efesios 6:10, 13)
Principio 3. Debemos comenzar a servir a Dios

ahora para estar preparados para la
responsabilidad futura.
Se necesita tiempo para estar preparado para manejar

importantes responsabilidades espirituales. Sin embargo, ese tiempo
debe ser empleado fielmente sirviendo a Dios en roles menos
exigentes y aprendiendo de hombres más maduros y experimentados.
En este sentido, todos necesitamos mentores. Esta era la fuerza de
Josué. Moisés fue su ejemplo, su modelo a seguir y su pastor
espiritual.
Tenga en cuenta también que Josué sirvió fielmente sin

siquiera saber que algún día asumiría el papel de liderazgo de
Moisés. Esto implica otra razón por la cual Dios lo escogió—¡y lo
usó! No solo aprendió bien sus lecciones, sino que sus motivos
eran puros.
Puntos de acción
Esta respuesta de vida y las siguientes están diseñadas para

ayudarlo a personalizar las lecciones que aprenderemos de la vida
y las experiencias de Joshua. Piense cuidadosa y seriamente en
este punto. A menos que dé este paso final, se perderá lo que Dios
pretendía cuando registró las experiencias de vida de hombres
como Josué.
¿Que hay de tu vida? ¿Dónde se encuentra en el proceso de

demostrar su compromiso tanto con Dios como con otros miembros
del Cuerpo de Cristo? ¿Ha sido fiel en las "pequeñas cosas" y en
el largo plazo?
La duración del tiempo no es el punto más importante
La cantidad de tiempo involucrada en la preparación de Josué

no es el tema crucial en esta historia. De hecho, no hay manera
fijar absolutamente la cantidad de tiempo que puede estar involucrado en la

preparación de una persona para servir. A veces, Dios abrevia
considerablemente este proceso.
Al recordar, ahora sé que Dios hizo esto en mi propia vida. Tenía solo
veinte años cuando pasé por una experiencia muy difícil en el desierto. Me
enfoqué en los hombres en lugar de Cristo. En el proceso, me desilusioné
terriblemente. ¡Mi corazón estaba lleno de dudas sobre quién era realmente,
qué creía realmente y de qué se trataba la vida! Fue un momento muy difícil.
Ahora sé que Dios usó este período de mi vida para prepararme para
mi papel futuro, uno que nunca podría haber anticipado. Poco me di cuenta
de que sería el hombre más joven en unirse a la facultad del Instituto Bíblico
Moody en Chicago. En muy poco tiempo, Dios se ocupó de algunas áreas
de mi vida que no sabía que eran problemas: ¡orgullo espiritual, prejuicio
religioso, confusión teológica!
Dios definitivamente abrevia el proceso de crecimiento en mi vida.

¿Doloroso? ¡Muy! Pero necesario si iba a tener éxito en un papel de
liderazgo muy importante.
Una experiencia de por vida

Se necesita tiempo para crecer y madurar, ya que es una

aventura para toda la vida. También significa cumplir fielmente las
tareas que Dios nos da en el camino. El éxito en un nivel nos prepara
para el éxito en otro nivel. Es solo cuando pasamos estas pruebas
que Dios nos confía más responsabilidad.
Aunque los hombres pueden construir grandes reinos, lograr

grandes metas e incluso cambiar la dirección de la historia,
aparentemente sin reconocer a Dios en absoluto, son solo aquellos
que confían en Dios quienes logran las metas que realmente marcan
la diferencia a la luz de la eternidad.
¿Y usted? ¿Le preocupa principalmente el aquí y el ahora: su

éxito inmediato, su reputación, sus logros materiales? Si es así,
probablemente tendrá éxito según los estándares del mundo. Pero a
los ojos de Dios puede que estés logrando muy poco. Recuerde las
palabras de Jesús: “'Pero busquen primeramente su reino y su
justicia; y todas estas cosas os serán añadidas'”.
(Mateo 6:33).
Esta fue la experiencia de Josué. Y al final de su vida Dios

seguramente dijo: “Bien hecho, esclavo bueno y fiel”
(Mateo 25:21). Considere este gran tributo registrado en el momento
de su muerte: “E Israel sirvió a Jehová todos los días
de Josué y todos los días de los ancianos que sobrevivieron a Josué, y habían
conocido todas las obras de Jehová que había hecho por Israel” (Josué 24:31).
El hombre de un hombre es un hombre piadoso
Mientras evalúa los siguientes principios, ore y pídale al Espíritu Santo que
grabe en su corazón una lección que necesita aplicar de manera más efectiva
en su vida. Luego escribe un objetivo específico. Por ejemplo, puede reconocer
que está impaciente. Quiere una posición de liderazgo significativa ahora.
No está dispuesto a esperar el tiempo de Dios ni a desarrollar ciertas cualidades

de carácter que lo preparen para una responsabilidad particular.
Se necesita tiempo para estar preparado para ser un líder fiel.
Como hombres cristianos, debemos darnos cuenta de que existe un

equilibrio único entre la dependencia de Dios y la confianza en nosotros
mismos.
Debemos comenzar a servir a Dios ahora para estar preparados para
la responsabilidad futura.
Pon una meta
Con la ayuda de Dios, comenzaré de inmediato a realizar

la siguiente meta en mi vida:
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
Memoriza la siguiente escritura
No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto,

sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo
cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, no
considero que yo mismo lo haya alcanzado todavía;
pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta,
al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo
Jesús.
FILIPENSES 3:12–14
Un llamado al coraje
Lee Josué 1:1–18
Supongamos que la junta directiva de una gran corporación

te seleccionó para ser el próximo presidente. Pero incluso
mientras lo nombraban para este papel de liderazgo, hicieron la
declaración, en su presencia, de que el presidente anterior era
insustituible. Además, sabías por experiencia propia que lo que
decían era absolutamente cierto. Usted había trabajado codo a
codo, día tras día, con el anterior presidente. Fuiste testigo de
su capacidad de liderazgo.
Viste su sabiduría y su coraje. Más importante aún, usted
observó de primera mano su fe en Dios. ¡No había manera de
sentir que alguna vez podrías estar a la altura de ese hombre en
ningún aspecto!
¿Cómo te sentirías? No importa cuánto intentara la junta

directiva asegurarle su confianza en usted y que usted podría
hacer el trabajo, la asombrosa realidad del historial del hombre
anterior lo perseguiría. Y el hecho de que nunca pudieras estar
a la altura probablemente te amenazaría todas las mañanas
cuando te fueras a la oficina.
Algunos recuerdos vívidos
En muchos aspectos, esto podría describir los sentimientos de Joshua.

Pero su situación se intensificó muchas veces.
Los grandes logros de Moisés
Moisés entró en la corte de Faraón y pronunció juicio sobre los

egipcios. Josué estaba con él mientras este gran hombre de Dios
conducía audazmente a los hijos de Israel hacia el Mar Rojo. Observó
con asombro cómo Moisés extendía su vara y partía el mar.
Josué también acompañó a Moisés a la montaña que brillaba con

fuego y resonaba con truenos. Sabía que Moisés se había comunicado
con Dios “cara a cara” (Éx.
33:11). Había visto a este gran líder de Israel bajar de la montaña con
su rostro reflejando la gloria de Dios.
A lo largo de su peregrinaje por el desierto, Josué había mirado

con asombro cómo Dios usó a Moisés como un instrumento humano
para sacar agua de la roca para saciar la sed de Israel. Había visto a
Moisés endulzar las aguas de
Mara y alimenta a los hijos de Israel con codornices y maná del cielo.
Joshua sabía todas estas cosas sobre su predecesor.

Intentar asumir el papel de Moisés como líder de los hijos de Israel
hubiera sido una experiencia amenazante para cualquier ser humano.
Enfrentando un rechazo increíble
Probablemente aún más aterrador para Josué que vivir a la sombra

de los grandes logros de Moisés sería su conocimiento de la cantidad
de veces que los volubles hijos de Israel rechazaron a su líder.
¿Cómo podría evitar tener vívidos recuerdos de los tiempos en

que los hijos de Israel se levantaron contra Moisés, hasta el punto de
amenazarlo de muerte cuando no les permitía regresar a Egipto? ¿Y
cómo podría olvidar ese momento aterrador cuando él y Caleb regresaron
de espiar la tierra de Canaán y se atrevieron a confrontar a aquellos que
desafiaron a Dios y rehusaron entrar y tomar la tierra de inmediato?
Josué nunca olvidaría las numerosas ocasiones en que la incredulidad
de Israel estaba más allá de lo creíble.
¡Y ahora Moisés se había ido! Joshua estaba solo con la

tremenda responsabilidad de asumir el liderazgo de esta gran
multitud de personas impredecibles y, a menudo, volubles.
"Se fuerte y valiente"
¡No hay duda al respecto! Joshua enfrentó uno de los mayores

desafíos de su vida. Aunque el papel en el que se encontraba como
líder de Israel no fue una sorpresa, la realidad de todo esto lo aplastó
repentinamente. Las preguntas inundaron su mente. ¿Cómo podría
él manejar esta gran responsabilidad?
¿Y si los hijos de Israel no lo aceptaban como sucesor de Moisés?
¿Y si fallaba? ¿Qué pasaría si los hijos de Israel se rebelaran?
La Realidad Fue Impresionante
Dios entendió el dilema de Josué. El Señor nunca nos da una

tarea sin proporcionar los recursos y la ayuda para llevar a cabo la
responsabilidad, lo cual se ilustra dramáticamente en las palabras
de Dios a Josué en los versículos introductorios del primer capítulo
del libro que lleva su nombre.
Anteriormente, el Señor le había hablado directamente a Moisés.

Ahora Él habló directa y tranquilizadoramente a Josué. “'Tal como
hablé con Moisés'”, dijo el Señor, y “'Tal como estuve con Moisés,
estaré contigo'” (Josué 1:3, 5).*
*A continuación, el autor ha puesto en cursiva palabras y frases en

pasajes de las Escrituras para enfatizar.
¿No es alentador que Dios entendiera las debilidades humanas

de Josué? Este nuevo líder en Israel estaba casi abrumado por la
tremenda responsabilidad que había caído sobre sus hombros.
Aunque Dios lo había preparado con anticipación, la realidad de lo
que tenía ante él era asombrosa. En consecuencia, Dios le encargó a
Josué que se “fuerte y valiente”, una frase que aparece cuatro veces
en este capítulo inicial (vv. 6–7, 9, 18).
Sus miedos eran comprensibles
Los temores de Joshua son ciertamente comprensibles. Después

de todo, había sido elegido para seguir los pasos de uno de los líderes
más poderosos y distinguidos de Dios de todos los tiempos.
(Deuteronomio 34:9–12).
Y aunque Josué había demostrado su valía una y otra vez y le habían

informado en varias ocasiones que iba a asumir las responsabilidades de Moisés,
cuando finalmente llegó el momento, fue un desafío intimidante.
Nuevamente, estas respuestas son predecibles, particularmente para un

hombre que realmente entendió lo que le esperaba.
Calvino señaló una vez: “Incluso algunos de los hombres más valientes, aunque
estén completamente preparados de antemano, se quedan quietos o dudan
cuando hay que hacer algo”.
Josué era un hombre valiente
¿No había sido un exitoso líder militar durante el viaje por el desierto? ¿No
era él uno de los dos espías (de los doce) que anhelaban entrar y conquistar la
tierra cuarenta años antes, aunque desde el punto de vista humano parecía
imposible?
Joshua también había estado bien preparado para este momento.

Su "campamento de entrenamiento" y "experiencia de campo" fueron inigualables.
entre los principales hombres de Israel. Anteriormente Moisés había

proclamado en presencia de todo Israel, afirmando su confianza y fe en
Josué:
“Sé fuerte y valiente, porque tú entrarás con este pueblo en la tierra…

Y el SEÑOR es el que va delante de ti; Él estará contigo. Él no te
fallará ni te desamparará. No temas, ni desmayes.”
(Deuteronomio 31:7-8)
Pero... cuando finalmente llegó el momento
Justo antes de su muerte, Moisés “impuso sus manos” sobre Josué

y lo comisionó para esta nueva tarea, nuevamente en presencia de todos
los hijos de Israel (34:9). Pero incluso en vista de su evidente valentía, la
preparación que tenía para la tarea y la confianza que Moisés tenía en él,
cuando finalmente llegó el momento de asumir la responsabilidad, Josué
de repente se sintió invadido por el miedo. Entendió demasiado bien la
maravilla de la carga de Dios y lo que le esperaba.
La ignorancia es grata
Un grupo de estudiantes universitarios de Toronto había ido a

Georgian Bay a pescar. Contrataron un bote y un capitán para llevarlos a
la bahía. Esa mañana, un
estalló la tormenta. El capitán, un viejo alquitrán, estaba

sentado al timón con una mirada preocupada en su rostro. Los
estudiantes se rieron de su miedo y entre risas declararon:
“¡No tenemos miedo!”. El viejo lobo de mar los miró y dijo: “Sí,
sois demasiado ignorantes para tener miedo”.
Joshua no ignoraba lo que le esperaba. Cualquiera que

comprenda la dinámica amenazante involucrada en este
momento en la vida de Joshua debería poder comprender, al
menos un poco, su situación. ¿Cómo nos sentiríamos usted o
yo si reemplazamos a un líder a quien Dios ha declarado
públicamente que no puede ser reemplazado? En posición, ¡sí!
Pero cualitativamente, ¡no! Las Escrituras declaran: “Desde
entonces no se ha levantado profeta en Israel como Moisés, a
quien Jehová conoció cara a cara” (34:10). Aunque escrito
desde la perspectiva de la historia, Josué obviamente sabía en
su corazón que nunca habría otro hombre como Moisés.
Condiciones para el éxito
El Señor hizo más que tranquilizar a Josué acerca de Su

presencia y poder (Josué 1:7–9). También detalló muy
específica y claramente las condiciones para tomar con éxito
la tierra. Dios no dejó "y", "si" y "pero" sin definir.
Obediencia a la Palabra de Dios
El Señor le dio a Josué cinco mandatos directos, todos

relacionados con Sus leyes. Aunque similares, describen
claramente las condiciones de Dios para tomar con éxito la
tierra de Canaán:
“Cuídate de hacer conforme a toda la ley [y]”

“No os apartéis de él ni a la derecha ni a la
izquierda” (v. 7); “Nunca se apartará de tu boca este
libro de la ley, sino…”
“Meditaréis en él día y noche [y]”

“Mirad y haced conforme a todo lo que en él está
escrito” (v. 8).
Comprender, Practicar y Comunicar
Dios le dejó claro a Josué que si obedecía constantemente

estos mandamientos, sería exitoso y próspero (vv. 7–8). Estos
comandos interrelacionados se pueden resumir de la siguiente
manera:
Primero, Josué tenía que asegurarse de que conocía y

entendía la ley que Dios ya le había dado a Moisés.
Para lograr este objetivo, debe revisarlo con regularidad y
constancia, meditando “en él día y noche”.
En segundo lugar, Josué tenía que practicar la ley de Dios en

su propia vida personal y pública, sin apartarse “a la derecha ni a la
izquierda”. No podía guiar a Israel a obedecer a Dios sin ejemplificar
la obediencia en su propia vida.
En tercer lugar, y quizás lo más importante, Josué tuvo que

comunicar con valentía y confianza la Palabra de Dios a los hijos de
Israel. La ley de Dios nunca debe apartarse de su boca.
Superando el miedo
Cuando Dios dio estos mandatos, animó a Josué a ser “fuerte

y valiente” (vv. 6–7, 9). Y siendo aún más específico, el Señor dijo:
“No tembléis ni desmayéis” (v. 9b). Joshua nunca debía rehuir su
responsabilidad. No debe temer a los hijos de Israel y dejarse
intimidar. Debía ser audaz y fuerte como Moisés y hablar con la
misma autoridad del Señor Dios de Israel.
Promesas condicionales vs. incondicionales

El éxito de Israel en tomar la tierra estuvo claramente condicionado

a su obediencia a la Palabra de Dios. Pero esto plantea una
pregunta muy importante. ¿No fue la tierra prometida a Israel
incondicionalmente? ¿Qué pasa con la promesa de la tierra de Dios
a Abraham (Gén. 12:1–3; 13:15, 17; 15:18–19; 17:8; 28:13; 35:12)?
¿Cómo puedes tener condiciones adjuntas a una promesa
incondicional?
Las Escrituras pueden sonar contradictorias con respecto a la

“tierra prometida”, pero no lo son cuando entendemos el plan
completo de Dios para Israel. Primero, debemos darnos cuenta de
que la promesa de la tierra de Dios a Israel es incondicional. Sin
embargo, no solo es incondicional, también es literal.
Literal Suelo, Literal Distancia, Literal Promesas
Algunos cristianos tratan de espiritualizar esta verdad.

Francamente, tengo dificultad para entender la referencia de Dios
a la “suciedad” y la “distancia” si no es una promesa literal. Abraham
debía caminar arriba y abajo de la tierra. Este era suelo literal (13:17).
Dios le dijo a Abraham que mirara al norte y al sur, al este y al
oeste, y luego dijo: “Porque toda la tierra que ves, te la daré a ti ya
tu descendencia para siempre” (vv. 14–15). Esta es la distancia
literal. En consecuencia, estas fueron promesas literales para
Abraham y sus hijos.
Ocupación vs. Propiedad
Mientras leemos acerca de Israel en las Escrituras, no debemos

pasar por alto un principio muy importante: la propiedad de la tierra
de Israel es incondicional. ¡Pertenece a los hijos de Israel y
eventualmente Dios les dará todo! Sin embargo, no la poseerán ni
la ocuparán totalmente ni la disfrutarán hasta que sean perfectamente
obedientes a todos los mandamientos del Señor.
"Cerradura, Stock y Barril"
Esta promesa incondicional a Israel, entonces, sigue en pie.

Además, las condiciones también son una realidad. Pero uno de
estos días, quizás pronto, lo tendrán todo: candado, culata y cañón.
Sucederá como Dios dijo que sucedería porque Dios lo hará. Él
reunirá al pueblo de Israel de todas las naciones y los traerá de
regreso a su propia tierra. Él “rociará agua limpia” sobre ellos. Él les
dará “un corazón nuevo y pondrá un espíritu nuevo dentro” de ellos.
Esto es lo que Dios quiso decir cuando reveló Su voluntad a Israel
a través del profeta Ezequiel:
“Pondré Mi Espíritu dentro de ti y te haré caminar en Mis

estatutos, y cuidarás de observar Mis ordenanzas. Y habitaréis
en la tierra que di a vuestros antepasados; así seréis mi pueblo,
y yo os
sé tu Dios.” (Ezequiel 36:27–28)
Mientras tanto, en los días de Josué...
En este estudio, veremos que no se puede culpar a Josué

por su papel en la historia de Israel. Bajo su liderazgo obtuvieron
victoria tras victoria y eventualmente experimentaron descanso
en la tierra. Dios fue fiel a Su promesa de éxito, y Josué 1:7–9
registra esa promesa: Mientras Israel cumplió con Sus condiciones
y obedeció Su Palabra, tuvo éxito y fue victorioso dondequiera
que fue.
Luego leemos en el último capítulo del Libro de Josué: “E

Israel sirvió a Jehová todos los días de Josué y todos los días de
los ancianos que sobrevivieron a Josué, y conocieron todas las
obras de Jehová que había hecho por Israel. (24:31).
Confía y obedece, no hay otra manera
Josué estaba muy animado y fortalecido por la comunicación

directa de Dios. No perdió el tiempo respondiendo al encargo de
Dios. En Josué 1:10–18, podemos leer cómo asumió por primera
vez el papel de líder al
reuniendo a los oficiales y líderes del pueblo. Luego emitió un

comando que se puede dividir en dos secciones:
Primero, dirigió sus palabras a todos los hijos de Israel

(vv. 10–11). Debían prepararse para cruzar el Jordán
para tomar posesión de la tierra de Canaán.
Segundo, habló específicamente a los rubenitas, los

gaditas y la media tribu de Manasés. Repasó para ellos
lo que había sucedido bajo el liderazgo de Moisés. Israel
había capturado una parcela de tierra al lado del Jordán
frente a Canaán que Moisés les había prometido. Pero
había una condición importante. Los guerreros rubenitas,
gaditas y manasés debían actuar como “tropas de
choque” y cruzar el Jordán antes que el resto de Israel (v.
14). Cuando terminaron la tarea y ayudaron a tomar

posesión de la tierra, pudieron regresar al otro lado del
Jordán y establecerse permanentemente en la tierra que
Moisés les había prometido (Deut. 3:8–19).
Confianza en uno mismo y confianza en Dios
Después de que Josué revisó las condiciones de Moisés,

todos estuvieron de acuerdo (Josué 1:16–18). Ellos respondieron
de buena gana y con entusiasmo y dijeron: “Así como obedecimos
Moisés en todo, así te obedeceremos'” (v. 17). Luego le

aseguraron a Josué que cualquiera que se rebelara y no
siguiera el mandato de Josué sería “muerto”.
Luego mostraron todo su apoyo cuando dijeron: “Solamente
sé fuerte y valiente” (v. 18).
Esta respuesta positiva fue el consuelo que Joshua

necesitaba. A partir de ese momento, se “sintió” como su líder.
No parecía haber preguntas, dudas o vacilaciones.
Su temor y temblor se convirtieron en audacia, mano firme y
paso rápido que demostraba una actitud de confianza en sí
mismo mezclada con una fuerte fe en Dios.
Principio 1. Nosotros también podemos y debemos “ser fuertes y

valientes”, independientemente de
nuestras responsabilidades
o nuestro
posición en la vida.
Como empresarios, como esposos, como padres, como iglesia

líderes y como miembros activos del cuerpo de Cristo, podemos enfrentar

nuestras responsabilidades con confianza y seguridad.
Lo más importante es que la base de esa seguridad no está en nosotros
mismos, sino en el hecho de que la misma ayuda que estaba disponible
para Joshua está disponible para cada uno de nosotros.
¡Dios entiende!
Al igual que Josué, todos tenemos debilidades humanas: miedos,

ansiedades y sentimientos de insuficiencia. Pero Dios entendió todos estos
problemas en la vida de Josué y lo tranquilizó y lo ayudó a superar sus
circunstancias frustrantes.
Dios también entiende nuestra humanidad. Él nos hizo.

Él nos conoce. Se solidariza con nosotros. No hay lucha con la que Él no
se identifique. Él no está sobre nosotros listo para condenarnos en
momentos de debilidad. Más bien, Él se acerca para ayudarnos, para
tranquilizarnos, ¡tal como lo hizo con Josué!
Una Realidad Maravillosa
El gran acto de amor de Dios al llegar a nosotros enviándonos

Jesucristo hace posible esta verdad de manera continua.

Considere la maravillosa realidad descrita en la carta a los Hebreos:
Ya que tenemos un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos,

Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no
tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, con confianza al
trono de la gracia, para que alcancemos misericordia y hallemos
gracia para el oportuno socorro. (Hebreos 4:14–16)
La verdad revelada de Dios
Nuestra autoridad, como la de Josué, se basa en la Palabra de Dios.

El Señor lidió con el temor de Josué al repasar para él Sus promesas
anteriores a Israel con respecto a la tierra de Canaán. Además, le encargó
a Josué que se familiarizara a fondo con Su ley, que la aplicara a su propia
vida y luego que la comunicara clara y consistentemente a todos los hijos
de Israel.
Todos los hombres tienen miedos, incluidos los pastores

Pablo repitió las mismas instrucciones básicas a

Timoteo, un joven líder espiritual que a menudo experimentaba
miedo al cumplir con sus responsabilidades. Muy temprano
en la segunda carta de Pablo a Timoteo, declaró: “Porque no
nos ha dado Dios espíritu de timidez, sino de poder, de amor
y de disciplina” (2 Timoteo 1:7). Más adelante en la misma
carta escribió: “Esfuérzate en la gracia que es en Cristo
Jesús… Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado,
como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa
bien la palabra de verdad” (2: 1, 15). Y aún más tarde, Pablo
escribe: “Encarezco solemnemente...: predicad la palabra;
estar listo a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende,
exhorta con mucha paciencia e instrucción” (4:1–2).
Después de servir como profesor durante casi veinte

años (trece años en el Instituto Bíblico Moody y siete años
en el Seminario Teológico de Dallas), enfrenté una maravillosa
pero desafiante oportunidad de liderar el lanzamiento de una
nueva iglesia. Lo que hizo que esta oportunidad fuera un
poco amenazante fue que las familias que me pidieron que
fuera su pastor fundador tenían en mente cierto tipo de
iglesia. Querían lanzar este nuevo ministerio con un
compromiso con funciones y principios bíblicos supraculturales,
no con formas y patrones culturales particulares. En otras
palabras, querían volver a las bases del cristianismo del
Nuevo Testamento y luego desarrollar estructuras relevantes
para nuestra cultura sin comprometer los absolutos de la Biblia. En
En este sentido, querían seguir el ejemplo del apóstol Pablo:

“hacerse de todo a todos” para que “por todos los medios”
pudiéramos “salvar a algunos” (1 Cor. 9:22).
Lo que hizo que este desafío fuera amenazante es que nunca

antes había pasado por este proceso. Tenía mucha experiencia
funcionando y liderando en un entorno de iglesia tradicional. Y me
sentí muy seguro como profesor, pero, ¿tendría éxito como pastor
plantador de iglesias que dirigía a un grupo de personas a hacer
algo que ninguno de nosotros había hecho antes?
Para ser perfectamente honesto, experimenté una gran

cantidad de ansiedad. ¿Qué pasa si este experimento falla? ¿Cuál
sería la reacción de la gente? ¿Qué pasa con aquellos que me
critican porque no entienden?
Creo que sentí un poco lo que sintió Josué cuando Dios lo

nombró líder de Israel. Es cierto que su papel de liderazgo fue
muchas veces más amenazador y exigente que el mío. Sin embargo,
aunque nuestro grado de responsabilidad puede variar mucho,
nuestras respuestas emocionales suelen ser muy similares. ¡Pero
Dios entiende! Él satisfizo la necesidad de Josué, y Él satisfizo la
mía de la misma manera. Hoy esa iglesia inicial que llamamos
Fellowship Bible Church se ha multiplicado muchas veces. ¡Dios fue
fiel! Cuando Él nos llama a hacer un trabajo, Él
danos también el coraje de responder. Eso es ciertamente lo que le pasó a

Joshua.
Principio 2. La obediencia trae bendición.
Martín Lutero dijo una vez que “el que anda conforme a la Palabra de Dios
obra sabia y felizmente, pero el que anda conforme a su propia cabeza obra
imprudentemente y sin provecho”.
Esta declaración simple pero profunda refleja una lección importante

en el primer capítulo de Josué. Dios compartió con este nuevo líder de Israel
un secreto muy importante para una vida espiritual y un liderazgo exitosos:
la obediencia a Su Palabra trae bendición.
Tenga la seguridad de que esta es una promesa continua a lo largo de

las Escrituras y aplicable a todos los creyentes. Y donde no se dice
específicamente, se supone. Dios honra la obediencia a Su Palabra. Por eso
Pablo escribió: “Y no os conforméis a este mundo, sino transformaos
mediante la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál
es la voluntad de Dios: buena, agradable y perfecta”
(Romanos 12:2).
Recuerda también que las bendiciones de Dios no son solo

temporales sino eternas. La recompensa más importante por la
obediencia a la Palabra de Dios será Su “bien, buen siervo y
fiel” (Mateo 25:21, NVI).
Principio 3. Dios nunca nos abandonará.
"'¡Se fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque Jehová tu

Dios estará contigo dondequiera que vayas'” (Josué 1:9). Estas
deben haber sido las palabras más tranquilizadoras que Dios le
habló a Josué. El Señor mismo prometió ser su compañero continuo
y recurso divino.
Jesús hizo una declaración muy similar cuando dio la Gran

Comisión. “He aquí”, prometió, “Yo estaré con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo” (Mat. 28:20).
Grande es tu fidelidad
Hay Uno en quien podemos confiar. Leemos en la carta a los

Hebreos: “Fiel es el que prometió” (Heb. 10:23). Y el profeta del
Antiguo Testamento dijo hermosamente: “EL SEÑOR
Misericordias, en verdad, nunca cesan, porque sus misericordias

nunca decaen. Son nuevos cada mañana; grande es tu
fidelidad” (Lamentaciones 3:22–23). Los cristianos han cantado con
confianza durante años el gran himno de fe de William M. Runyan,
“Grande es tu fidelidad”.
marchando hacia adelante
La vida está llena de situaciones amenazantes. Actuar de

manera responsable y proactiva exige valentía diaria en nuestro
matrimonio, en nuestra familia, en nuestro trato con los demás y en
nuestra iglesia.
El mundo de los negocios en particular es altamente competitivo

y está lleno de todo tipo de desafíos. Uno de esos desafíos es vivir
de manera ética y honesta, especialmente si nuestros competidores
marchan con un ritmo diferente: un estilo de vida dirigido por valores
que van en contra de las normas bíblicas.
Pero hay otros desafíos que exigen coraje, incluso si no hay conflicto
de valores, desafíos que nos amenazan porque no estamos seguros
de tener éxito. ¡Y nadie, por supuesto, quiere fallar en nada!
Una de nuestras mayores tentaciones como hombres es permitir

que nuestros egos nos controlen hasta el punto de tratar de resolver
problemas por nosotros mismos. Después de todo, ¡este es el “estilo

americano”! Admitir que necesitamos ayuda es admitir debilidad.
Hemos recorrido un largo camino en nuestro crecimiento espiritual
cuando aceptamos que necesitamos a Dios ya los demás. El Señor
estableció este principio incluso antes de que el pecado entrara en el
mundo cuando anunció que “no es bueno que el hombre esté solo; le
haré una ayuda idónea para él” (Gén. 2:18).
Puntos de acción
Los siguientes son algunos "Puntos de acción": preguntas que nos

ayudarán a todos a aislar las áreas que nos intimidan.
¿Tengo miedo y estoy ansioso? ¿Me siento inadecuado?

¡Recuerda que no estás solo! Muchos de los más grandes
líderes de Dios han experimentado estos sentimientos.
Pero más importante, Dios quiere que seas “fuerte y valiente”.
Y Él te ha dado recursos para lograr este objetivo.
¿Tengo una visión correcta de la preocupación amorosa de

Dios por mí, que Él quiere satisfacer mis necesidades si se lo
permito?
¿Tomo en serio la Palabra de Dios y sus promesas? ¿Me
doy cuenta de que esta es la mayor fuente de aliento?
¿Consulto la Biblia regularmente? ¿Medito en ello? ¿Lo
obedezco? ¿Sacaré fuerza de él para llevar a cabo mis
responsabilidades, ya que mi
¿Se basa realmente la autoridad en la autoridad de Dios?

¿Realmente creo que la obediencia a la Palabra de Dios traerá
bendición, ahora y eternamente?
¿Realmente creo que Dios está conmigo, que Él no me ha
abandonado y nunca lo hará?
Vuelva a leer las preguntas bajo Puntos de acción. Mientras lo hace, pídale
al Espíritu Santo que grabe en su corazón una lección que necesita aplicar
más específicamente en su vida. Luego escribe un objetivo específico. Por
ejemplo, puede sentirse temeroso y ansioso. Sientes que estás solo con
sentimientos de insuficiencia.
Pon una meta

__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino

que de día y de noche meditarás en él, para que cuides
de hacer conforme a todo lo que en él está escrito;
porque entonces harás prosperar tu camino, y entonces
tendrás éxito.”
JOSUÉ 1:8
Un encuentro con un
Prostituta
Lee Josué 2:1–24
Fui criado en una subcultura muy religiosa y asistí a una iglesia

muy “pietista”. En realidad, mi iglesia era legalista, lo cual no es
verdadera piedad bíblica. Pero yo no sabía eso entonces. De
hecho, estaba controlado por el orgullo espiritual en ese
momento y no podía reconocer la diferencia. De alguna manera
sentí que mi trasfondo y herencia religiosa me daban un
derecho especial a la gracia y el amor de Dios. En resumen,
me sentí mejor que otras personas que no asistían a mi iglesia.
Un día de repente me di cuenta del hecho de que había

otros cristianos, fuera de mi círculo particular de amigos, que
eran mucho más espirituales que yo. Aunque algunos de ellos
no habían tenido tanta formación religiosa como yo, su fe era
mucho más fuerte y dinámica. Eran más fieles en vivir a la
altura de la luz que tenían.
El Salón de la Fe del Antiguo Testamento

En muchos aspectos esto es lo que Josué y los hijos de Israel

descubrieron acerca de Rahab la ramera, que vivía en Jericó.
Aunque creció y vivió en una cultura totalmente pagana e
idólatra, respondió con fe cuando escuchó acerca del Dios de
Israel. En ciertos aspectos, ella respondía más espiritualmente
que algunos de los israelitas.
El Señor honró su fe y, lo que puede ser una sorpresa para
algunos, la incluyó en el salón de la fe del Antiguo Testamento
en el Nuevo Testamento.
Ninguna mujer en todas las páginas de la Escritura se

destaca como ejemplo de gran fe y objeto de la gracia redentora
de Dios más que Rahab. El autor de Hebreos la menciona en
la misma compañía de grandes como Noé, Abraham, Isaac,
Jacob, José y Moisés, todos los cuales fueron elogiados por su
fe. Leemos: “Por la fe Rahab la ramera no pereció con los
desobedientes, después de haber recibido en paz a los
espías” (Heb. 11:31).
¿Cómo llegó una prostituta a la sala de fe del Antiguo

Testamento? Lee el segundo capítulo de Josué y descubrirás
la respuesta.
Rahab vivía en Jericó, una ciudad cananea idólatra e

inmoral. Pero en medio de este antro de iniquidad, ella
llegó a conocer al único Dios verdadero.
Una misión secreta
Parece haber dos razones básicas por las que Josué envió espías
a la tierra de Canaán. El primero es militar. Así Josué dio la orden: “Ve,
mira la tierra, especialmente Jericó” (2:1). El nuevo líder de Israel quería
saber más sobre la tierra, particularmente las actitudes de los cananeos
y lo que sabían sobre los planes de batalla de los hijos de Israel.
No tomar riesgos
Curiosamente, Josué envió solo dos espías a la tierra de Canaán.

¿Fue esto un reflejo de su propia experiencia años antes, cuando fue
enviado como uno de los doce? Solo él y Caleb habían regresado con un
informe positivo. Los otros diez fueron negativos y contagiaron a toda la
nación de Israel con actitudes de incredulidad.
Joshua no estaba dispuesto a correr riesgos esta vez. ¡Era muy

selectivo! Dos serían suficientes: dos hombres en quienes tuviera
confianza para darle un informe preciso de la situación,
que no se dejarían intimidar por la fuerza militar del enemigo y sus grandes
ciudades fortificadas (Núm. 13:28).
El amor de Dios por una prostituta
La segunda razón por la que Josué envió espías a Canaán fue

providencial, probablemente conocida en este momento solo en la mente de
Dios. Desde una perspectiva divina, esta razón era mucho más importante
que los intereses militares de Josué. Una mujer y toda su familia vivían en
Jericó que habían llegado a creer en el Dios vivo y verdadero, y necesitaban
protección y liberación. En consecuencia, la mayor parte del capítulo 2 se
dedica a la historia de la fe de esta mujer.
Un sistema de vigilancia increíble
El autor del Libro de Josué no perdió tiempo en enfocarse en el tema

principal de este capítulo. Inmediatamente leemos: “Fueron, pues, y entraron
en casa de una ramera que se llamaba Rahab, y durmieron allí” (2:1).
Poco después de que los espías de Josué entraran en la casa de

Rahab, también entraron hombres de Jericó. Habían sido enviados por el
rey y su misión era capturar a los dos espías de
Israel.
¿Cómo sabía tanto el rey de Jericó?
Él sabía que los hombres de Josué habían entrado en la casa de Rahab.
Sabía que estaban juntos y no se habían separado.

Sabía que eran “hijos de Israel”.
También sabía la hora exacta de llegada, esa misma
noche.
Él conocía su propósito: "escudriñar la tierra" (vv. 2-3).
Hoy usamos “satélites espía” y monitores de video para

descubrir este tipo de información detallada. Pero incluso los reyes
de Canaán habían establecido un tremendo sistema de seguridad.
Sus propios espías observaban cada movimiento que hacían los
hijos de Israel. Evidentemente sabían cuándo los espías abandonaron
el campamento al otro lado del Jordán. Deben haberlos visto cruzar
el río y luego siguieron todos sus movimientos. Obviamente sabían
cuando entraron a la ciudad de Jericó y los siguieron directamente
al “lugar de negocios” de Rahab.
Toda esta información fue transmitida al rey de Jericó a

intervalos regulares. Cuando supo que los espías habían entrado en
la casa de Rahab, inmediatamente ordenó
su captura.
La prueba de fe de Rahab
Cuando los hombres del rey llegaron a la casa de Rahab para

detener a los dos espías, ella ya los había escondido en su
techo bajo tallos de lino, como si ya supiera que su casa sería
registrada (vv. 1–7). ¿Por qué esta preocupación?
¿Por qué este afán de proteger a los hijos de Israel? ¿Por qué
la voluntad de correr el riesgo de su propia vida en caso de
que se descubrieran los espías? Todas estas preguntas
apuntan a una respuesta básica: ¡Rahab ya había cambiado su lealtad!
La "mentira piadosa" de Rahab
Rahab definitivamente les mintió a los hombres de Jericó,

lo que parece ser una de esas situaciones en las que Dios
acepta decir una falsedad. Esto sucedió antes cuando el Señor
honró a las parteras hebreas en Egipto que mintieron al faraón.
En lugar de matar a todos los niños que nacieron, como había
ordenado el rey, los dejaron vivir.
Y cuando el rey preguntó por qué estos niños no fueron
asesinados, informaron que las madres hebreas dieron a luz a
sus bebés prematuramente, antes de que pudieran llegar a la
escena para ayudarlas. Los hechos fueron que estas mujeres salvaron
estos muchachos porque “temían a Dios”. Y debido a este “temor

piadoso”, el Señor “era bueno con las parteras” (Éxodo 1:20).
De la misma manera, ¡Dios fue “bueno con Rahab!”
También debemos recordar que Rahab se había criado en

una ciudad pagana donde el estilo de vida normal era la mentira, el
engaño y todas las formas de inmoralidad. Era prostituta de
profesión. Ella había adorado a los falsos dioses de Canaán. Su
conocimiento del único Dios verdadero se había enfocado
recientemente. En este sentido, Rahab estaba respondiendo a la
luz que tenía. Y Dios honró su fe. Ella pasó la prueba. Al mentir
sobre los espías, estaba literalmente dispuesta a arriesgar su propia
vida.
Respondiendo a la luz que ella tenía
Rahab estaba por delante de muchos de los hijos de Israel,

aunque su luz era mayor. Habían visto milagro tras milagro,
mientras que Rahab solo había oído hablar de ellos. Los hijos de
Israel habían recibido la ley de Dios por Su revelación directa a
Moisés, mientras que Rahab solo escuchó indirectamente acerca
de la voluntad de Dios.
Incluso con toda esta luz, Israel le dio la espalda a Dios una y
otra vez, permitiéndose pecados horribles. Parece que Dios estaba
prestando mayor atención a la fe de Rahab porque ella era más fiel a
la luz que tenía, por tenue que fuera. Comparada con Israel, su fe era
mayor. Y lo demostró arriesgando su vida por el pueblo de Dios. En
este caso, Dios miró más allá de sus debilidades humanas y vio de
dónde venía y hacia dónde se dirigía.
Una gran medida de fe
El grado de fe de Rahab se ve por su voluntad de esconder a

los espías en su casa. Ciertamente sabía sobre el sistema de vigilancia
del rey. Su riesgo era grande. Como hemos visto, el sistema del rey
fue tan eficaz que sus hombres siguieron todos los movimientos de
los dos espías, desde que abandonaron el campamento hasta que
entraron en la casa de Rahab. ¡Qué fácil sería para los hombres del
rey descubrir a dos hombres en una azotea! Y esto probablemente
significaría la muerte para ella y quizás para toda su familia.
El milagro de la “ceguera mental”
¿Por qué los hombres del rey de repente creen que

¿Rahab estaba diciendo la verdad cuando les dijo que los espías
se habían ido? ¿Por qué no registraron la casa antes de salir
corriendo a la oscuridad? Del lado humano, estos hombres pueden
haber asumido simplemente que nadie protegería a los espías de
Israel. Después de todo, todos en Jericó estaban en peligro,
¡incluso Rahab!
Sin embargo, desde una perspectiva divina, esto fue un

milagro. ¿De qué otra manera podemos explicar que la red de
espionaje altamente controlada y altamente efectiva del rey se rompió?
Dios estaba honrando la fe de Rahab. Ella había pasado la prueba.
Se atrevió a creer que este Dios del que había oído hablar la
protegería. ¡Y Dios no la defraudó!
Teología simple: una fe fuerte
La voluntad de Rahab de arriesgar su vida para proteger a los

hombres de Israel es una fuerte evidencia de que ella ya había
cambiado su forma de vida. Pero su declaración de fe en el capítulo
2, versículos 8 al 11, demuestra claramente la teología simple que
guiaba su comportamiento.
Después de que los hombres de Jericó partieron para

perseguir a los espías de Israel, “ella subió a ellos en el techo” (v.
8). Tenga en cuenta la certeza con la que habló a estos hombres: "'Lo sé'".
ella dijo, “que Jehová os ha dado la tierra” (v. 9).

Rahab había visto el miedo de su propio pueblo en Jericó y de
los demás habitantes de la tierra. Había oído hablar de los
milagros que Dios había realizado para Israel: la división del
Mar Rojo y las grandes victorias sobre los amorreos al otro
lado del Jordán (vv. 9–11).
Pero había una gran diferencia entre Rahab y los demás

cananeos. Actuó sobre lo que sabía. Ella reconoció que Dios
era el único Dios verdadero. Su declaración de fe fue muy
específica cuando dijo: “'Porque Jehová tu Dios es Dios arriba
en los cielos y abajo en la tierra'” (v. 11).
Los compañeros cananeos de Rahab, que tenían el

mismo conocimiento que ella, no reconocieron al Dios del
cielo. No responderían a la luz que se les había dado. Y debido
a su incredulidad, se dirigían a la destrucción inmediata y
eterna ya la separación de Dios.
Una fe que obra
Ya hemos visto cómo la fe de Rahab fue probada inicialmente.

También hemos visto la forma en que pasó la prueba. su fe
era real! Pero su mayor prueba estaba por delante (vv. 12–21).
Una solicitud desinteresada
Si yo hubiera sido Rahab, sabiendo que la derrota y la destrucción

estaban en camino, mi primera tentación sería preguntarles a los espías si
podía irme con ellos. ¡En lugar de decirles dónde esconderse (v. 16), hubiera
querido mostrarles la región montañosa donde todos podíamos escondernos!
Rahab debe haber enfrentado esta tentación. Esta fue su oportunidad

de oro para unirse a los hijos de Israel antes de que la destrucción y la
devastación golpearan a Jericó. Pero ella no cedió a esos pensamientos.
Ella venció la tentación. Si vaciló en algo, no se nota en el registro histórico,
porque su primera petición no fue para ella sino para su casa (v.
12). “Perdona a mi padre ya mi madre ya mis hermanos ya mis hermanas,

con todo lo que les pertenece”, suplicó (v. 13).
Los hombres de Israel respondieron diciéndole que colgara un “cordón

de hilo escarlata” en su ventana y que trajera a todos sus parientes a su
casa. Le aseguraron que cuando Israel marchara sobre Jericó, ella y todos
los de su casa se salvarían (v. 18).
Los tallos de lino
Reflexione por un momento sobre las “ramas de lino que

Rahab había puesto en orden en el techo” de su casa (v. 6).
Recoger el lino era una tarea muy tediosa y laboriosa.
Las mujeres trabajadoras de antaño pasaban horas recolectando
estos tallos para hacer telas. De hecho, el autor de Proverbios
describe a una mujer virtuosa como aquella que “busca lana y lino,
y con deleite trabaja con sus manos” (Prov. 31:13).
Si Rahab todavía hubiera estado practicando su antigua

profesión, lo más probable es que no estaría recogiendo lino, ya
que las prostitutas no son conocidas por el tiempo que dedican a
este tipo de trabajo respetable. Nótese, también, que Rahab había
recogido suficiente lino para cubrir a dos hombres adultos.
Evidentemente, ella había estado en el negocio de las telas durante
un largo período de tiempo.
La cuerda escarlata
La “cuerda escarlata” o “hilo”—aún más que el lino—señala un

cambio de profesión. Cuando los antiguos
hecho tinte, lo hervían de las rocas. Y dado que el tinte líquido era
difícil de transportar y almacenar, ponían un trozo de cuerda en el
tinte para absorberlo. Los fabricantes de telas entonces compraban
pedazos de cuerda para teñir sus ropas. Mientras la tela estaba
hirviendo en agua, dejaban caer un trozo de cuerda teñida en el
recipiente y el color se transfería de la cuerda a la tela. Por lo
general, un trozo de cuerda muy pequeño, de unos quince
centímetros, teñiría una gran cantidad de tela.
Éste es un punto importante. Rahab había acumulado suficiente

cuerda roja para colgarla por encima de una pared que podría haber
tenido una altura de diez metros. ¡Para un fabricante de telas, eso
es mucha cuerda! Evidentemente, el negocio de telas de Rahab no
era una operación menor. Puede que haya cambiado de profesión.
1 años antes.
La casa dejada en pie
Cuando los espías regresaron al campamento de Israel, informaron

a Josué que los cananeos estaban muy asustados. “'Ciertamente'”,
dijeron, “'Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras
manos'” (2:24). Pero probablemente la historia más intrigante que
compartieron fue su encuentro con Rahab y cómo le habían
prometido su liberación cuando Israel atacó Jericó.
Sin embargo, había algo que los espías aún no sabían. Dios
iba a destruir los muros de Jericó, ¡y Rahab vivía en el muro!
¿Puedes imaginar la consternación que debe haberse apoderado
de estos hombres cuando Dios finalmente reveló Su plan de batalla
a los hijos de Israel?
Como veremos en un capítulo futuro, ¡los muros de Jericó se

derrumbaron (6:20)! Pero, ¿qué pasó con la casa de Rahab cuando
esto sucedió? ¡Solo puede haber una explicación!
De pie, a la vista de todos, había una pequeña sección de la pared
con una casa solitaria, una casa con una cuerda escarlata colgando
de la ventana. Rahab y toda su familia se salvaron. ¡Dios honró su
fe!

¿Qué podemos aprender todos nosotros como hombres de una

prostituta convertida? Quizás una de las mejores lecciones es que
podemos aprender de las mujeres, incluso de una mujer como
Rahab. ¡Pero hay más!
Principio 1. Dios no hace acepción de personas.
Una de las mejores maneras de cerrar la brecha entre esta historia

del Antiguo Testamento y nuestras vidas hoy es mirar un paralelo
en el Nuevo Testamento. Muchos años después, el apóstol Juan
escribió que Jesús “tenía que pasar por Samaria” (Juan 4:4). Hay
un sentido de urgencia predeterminada en esta declaración, tal
como lo hubo en la orden de Josué a los espías cuando dijo: “Id,
ved la tierra, especialmente Jericó”.
Además, en ambas historias nos encontramos con mujeres de mala
reputación. Ambos respondieron a la luz que tenían y ambos se
convirtieron en testigos de su fe.
La mayor lección que salta de las páginas del capítulo 2 de

Josué y el capítulo 4 de Juan es que Dios no hace acepción de
personas. ¿Por qué otra razón daría Él tanto espacio en medio de
la historia divina para registrar la conversión de dos de esas
personas? El deseo de Dios es que todas las personas sepan que
Jesucristo murió por los pecados del mundo. No hay individuo fuera
de la esfera de Su amor y gracia (Juan 3:16).
Hay otro hecho intrigante en las Escrituras que indica el amor

de Dios por los pecadores. Dado que Rahab se había convertido en
creyente, ¿por qué entonces elegiría Dios registrar su nombre en el
Nuevo Testamento como "Rahab la ramera"? ¿Por qué
¿No la identificó simplemente como “Rahab la creyente”? ¿No fue

para demostrar que Él no hace acepción de personas y que todos los
hombres y mujeres en todas partes pueden invocar el nombre del
Señor y ser salvos (Rom. 10: 13)?
Este no es un fenómeno nuevo en las Escrituras. Uno de los

apóstoles se llamaba Simón el Zelote (Marcos 3:18).
Los fanáticos eran judíos radicales, similares a los grupos de nuestra
propia cultura que usan tácticas violentas para lograr reformas.
Los fanáticos a menudo estaban involucrados en asaltos y asesinatos.
Obviamente, Simón cambió de profesión después de convertirse en
seguidor de Jesucristo. Y, sin embargo, retuvo su nombre, Simón el
Zelote, evidencia de la gracia de Dios al llamar a tal hombre para que
fuera uno de sus siervos más escogidos.
Rahab, entonces, entró en Israel con un nombre de vergüenza.

¡Pero ella era una mujer de fe! Ella fue redimida. Como Abraham,
cuando Rahab le creyó a Dios, Él se lo contó por justicia (Rom. 4:22).
De hecho, el nombre de Rahab aparece en la genealogía de Jesucristo,
el Salvador del mundo (Mateo 1:5).
Principio 2. La verdadera fe produce obras.

La fe es una palabra de acción. Santiago escribió: “La fe, si no tiene obras, es

muerta” (Santiago 2:17). Rahab tenía una fe activa.
En ese sentido, ella fue “justificada por las obras” (Santiago 2:25).
Ella fue salva por la fe (Rom. 5:1), pero demostró que su fe era real por sus
obras. La calidad de la fe de Rahab se destaca en al menos cuatro formas:
Tomando a Dios en Su Palabra
Las primeras palabras de Rahab fueron: “Yo sé” (Josué 2:9). Ella creía
que el Dios de Israel era el único Dios verdadero y que solo en Él se podía
confiar.
¿Y usted? ¿Qué tan fuerte es tu fe? ¿Crees en Dios y en Su Hijo

Jesucristo con la misma intensidad que Rahab? Recuerda, tu luz es mucho
mayor que la de ella, como lo fue la de Israel. ¿Es tu fe acorde con tu
conocimiento?
Tomar una posición
La fe de Rahab produjo abnegación. Ella se negó a ir junto con el resto

del mundo. Abandonó su antigua profesión y se convirtió en tejedora. En la
protección de Dios
mensajeros, ella negó todo lo que representaban sus

compatriotas. Con este acto de fe renunció a todo su pasado. Ya
no era parte de la pecaminosa Jericó. Su vida cambió, y la gente
lo notó.
¿Y usted? ¿Tu fe en Jesucristo realmente hace una

diferencia en la forma en que vives? ¿Está dispuesto a arriesgar
su vida y su reputación debido a su compromiso con Dios y con
su sistema de valores?
Mostrar preocupación por los demás
La fe de Rahab resultó en preocupación por toda su familia.

Ella los convenció de que fueran a su casa y se quedaran allí
durante los siete días que el ejército de Israel rodeó la ciudad.
No tenía forma de saber cuándo vendría el ataque, pero debió
comunicarse como si las paredes fueran a caer en cualquier
momento. Ella operó con un sentido de urgencia.
¿Y usted? ¿Realmente crees que las personas están

perdidas sin Cristo y que eventualmente vendrá un juicio final?
Obviamente podemos volvernos neuróticos y obsesionados con
esto, desconfiando de Dios para llevar a cabo Su plan divino y
soberano. Pero por otro lado, debemos mezclar
responsabilidad humana con su perspectiva divina. Dios nos ha dado la tarea

de compartir Su mensaje de gracia con aquellos que no lo conocen
personalmente.
Simplemente creer en Dios
La teología de Rahab era sencilla pero su fe era grande.

No sabía mucho, pero lo que sabía determinaba sus acciones.
¿Y usted? Para algunos, el conocimiento se interpone en el camino de

la fe. ¡Que desafortunado! Cuanto más sabemos acerca de Dios, más
debemos creer en Dios. No debemos perdernos en un laberinto teológico,
tratando de desentrañar todas las ramificaciones del gran plan de Dios y
perdernos Su mayor deseo para nosotros: ¡que simplemente confiemos en Él
con todo nuestro corazón y actuemos con esa fe!
Puntos de acción
¿Realmente crees que Dios se preocupa por tu bienestar
espiritual? ¿Crees que Él perdonará tus pecados sin importar lo que
hayas hecho? Si tienes alguna duda al respecto, ¡piensa en Rahab!
¡Dios se preocupa por ti! Por eso envió a Su único
Hijo a este mundo para morir por nuestros pecados. ¡Recibe a

Jesucristo hoy como tu Salvador y Señor!
Como cristiano, considere las siguientes cinco áreas en su vida.
Seleccione un área que crea que es la más débil y necesita más
atención. Decide una forma específica en la que puedes cambiar
esa área de tu vida. Por ejemplo, si selecciona el número uno,
escriba un área en la que no esté tomando la palabra de Dios.
Luego ore y pídale a Dios que le ayude a alcanzar esta meta.
1. Realmente tomo a Dios en Su Palabra.

2. Me he opuesto a aquellos valores que reflejan “los deseos de la
carne y los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida” (1 Juan
2:16).
3. No permito que el miedo al ridículo y la persecución me
afectar mi estilo de vida cristiano.
4. Estoy testificando activamente por Cristo, creyendo que el juicio
vendrá algún día.
5. Simplemente estoy creyendo en Dios aunque no entiendo todos los
aspectos profundos de la teología.
Vuelva a leer las preguntas bajo Puntos de acción. Mientras lo hace, pídale
al Espíritu Santo que grabe en su corazón una lección que necesita aplicar
de manera más efectiva en su vida. Luego escribe un objetivo específico.
Por ejemplo, usted puede estar luchando para ser
fiel a los valores bíblicos. El mundo tiende a presionarte en

su molde. Sabes que no estás siendo coherente.
Pon una meta
Con la ayuda de Dios, comenzaré de inmediato a realizar la

siguiente meta en mi vida:
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
Y sin fe es imposible agradarle, porque el que se acerca a Dios

debe creer que Él existe, y que
Él es galardonador de los que le buscan.
HEBREOS II:6
Un ejemplo de fe y
Humildad
Lee Josué 3:1–17
Imagina que tu familia está en un problema desesperado. Estás

enfrentando obstáculos financieros tan gigantescos que no hay
forma de que sobrevivas económicamente. Puede perder su hogar,
su negocio y su reputación. De hecho, está en un problema tan
profundo que su mayor temor es perder a su familia.
Y luego... ¡Dios te habla directamente, con una voz audible! Te

dice que te va a exaltar en presencia de toda tu familia. Él va a obrar
un gran milagro, y tú serás quien saque a tu familia de la profunda
crisis. Dios luego revela que como resultado de liberar a tu familia,
todos los que vean el milagro te considerarán un gran héroe.
Entonces Dios dice que le digas a tu familia lo que acaba de

revelarte. ¿Cómo reaccionarías? Obviamente, consideraría compartir
todo lo que Dios le dijo, ¡incluso la declaración de que Él lo iba a
exaltar!
Después de todo, eso es lo que Dios dijo. Y se suponía que debías
¡Cuéntale a tu familia lo que Dios dijo!
Ahora, multiplica mil veces esta fantasía, sustituyendo el nombre

“Josué” por el tuyo y piensa en términos de “tu familia” siendo todos los
hijos de Israel.
Sin embargo, no lo consideres una fantasía sino una realidad.
En este capítulo vamos a ver lo que hizo Josué cuando se le

presentó la oportunidad de exaltarse a sí mismo basándose en un mensaje
directo de Dios. Su respuesta es impresionante.
¡Cuando regresaron los dos espías!
Cuando los dos espías de Josué regresaron de Jericó, estaban

entusiasmados por entrar en la tierra de Canaán. Desde una perspectiva
humana, Josué debe haber exhalado un suspiro de alivio cuando leyó su
informe: "'Ciertamente el SEÑOR ha entregado toda la tierra en nuestras
manos, y además todos los habitantes de la tierra se han desvanecido
delante de nosotros'". (Josué 2:24).
Una confirmacion
Dios ya le había asegurado a Josué que la tierra era de ellos (1:2–4).

Y Josué creyó lo que Dios había dicho (vv. 10–11). Pero el informe positivo
de los dos espías añadió un toque de realidad que reforzó su fe. Dios sabía
lo que su siervo necesitaba. Y aunque había dejado muy claro que la victoria
ya estaba garantizada si cumplían con Sus condiciones, el Señor permitió
que Josué acumulara algunas pruebas militares para que fuera más fácil
seguir creyendo activamente en la promesa de Dios y comunicarse con
confianza con la nación de Israel.
un río embravecido
Sin embargo, la mayor prueba de fe de Josué estaba justo delante

(3:1–6). Aunque los cananeos que vivían más allá del Jordán parecían no
ser un obstáculo, los hijos de Israel se enfrentaron a un río embravecido que
los separó de la tierra.
Espías o no espías, este problema era en muchos aspectos tan grande
como el que enfrentó Moisés cuando se paró en la orilla del Mar Rojo sin
medios humanos para llegar al otro lado.
Como hemos visto en la historia de Rahab, la fe verdadera y las obras

piadosas van de la mano. Así fue en la vida de
Josué! No perdió el tiempo después de haber recibido el informe positivo

de sus espías. Levantó el campamento “temprano en la mañana” y
trasladó a toda la compañía de israelitas cerca del río Jordán (ver el
mapa a continuación).
Una nueva generación
¿Te imaginas lo que pasaba por la mente de los hijos de Israel?

Delante de ellos había un torrente ancho y caudaloso de agua. El río
Jordán estaba desbordado, tan ancho como un campo de fútbol. La
misma palabra "Jordan" significa "descendente". El río cae
aproximadamente mil pies en su viaje desde el Mar de Galilea hasta el
Mar Muerto. Aunque este descenso ha creado una corriente natural,
durante la temporada de inundaciones, la velocidad aumenta a casi diez
millas por hora. No había forma de que los hijos de Israel cruzaran con
sus hijos, sus animales y sus provisiones. No había puentes, ni
transbordadores, ni helicópteros, solo agua corriendo.
La mayoría de los hijos de Israel que enfrentaron esta crisis actual

representaron una nueva generación. La mayoría no había visto la
división del Mar Rojo. Los pocos que lo habían hecho eran demasiado
jóvenes para recordarlo con claridad. A causa de la desobediencia, sus
padres habían muerto en el desierto. La mayor parte de esta nueva
generación había oído sólo informes de lo que Dios había hecho.

Sus mentes deben haber estado llenas de una mezcla de
anticipación y miedo. ¿Volvería a actuar Dios?
Una promesa sin detalles
En este momento, Josué probablemente no sabía

exactamente lo que Dios iba a hacer para que cruzaran el río. A
medida que avanzaba, cargando con la responsabilidad de miles
de vidas, debe haber reforzado su coraje repitiéndose a sí mismo
una y otra vez las palabras que Dios le dirigió después de la
muerte de Moisés: “'Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues,
levántate, cruza este Jordán'” (1:2).
Del lado humano, Josué estaba enfrentando la mayor prueba

de su vida. ¿Qué pasa si no pasa nada? ¿Qué haría la gente?
¿Qué pasaría con su imagen?
“La fe es la victoria”
Pero la fe de Joshua anuló sus temores. Además, su fe era

contagiosa. Los sacerdotes levitas encabezaban el camino
llevando el Arca de la Alianza, una pequeña caja, probablemente
de unos cuatro pies de largo, dos pies y medio de ancho y alrededor de
dos pies y medio de altura. Estaba cubierto de oro por dentro y por
fuera. El arca contenía las tablas de piedra en las que Dios mismo
había escrito la ley, así como otros símbolos del liderazgo de Dios.
Cuando el pueblo acampó, el arca fue colocada en el Lugar

Santísimo en el Tabernáculo (Éxodo 26:33). Ahora se estaba
llevando a cabo delante de Israel mientras marchaban hacia el
Jordán. Y como el arca representaba la presencia de Dios, los hijos
de Israel sintieron que Dios mismo los estaba guiando hasta la orilla
del río.
La profundidad de la fe de Josué se ve en su confiada

declaración al pueblo: “'Santificaos, porque Jehová hará mañana
entre vosotros maravillas'” (Josué 3:5).
Aparentemente, los detalles aún no se habían revelado, pero

Josué creía que Dios daría esas instrucciones cuando fueran
necesarias. Y debido a que Dios es fiel a Sus promesas, ¡Él hizo
exactamente eso!
Otro mensaje de Dios

Al principio de mi vida cristiana, estaba confundido sobre el tema de

la fe. De alguna manera pensé que la fe implicaba un salto en la
oscuridad. “Si Dios lo dice, yo lo creo”, decía a menudo.
Hoy todavía diría: “¡Si Dios lo dice, yo lo creo!”

Pero hay una diferencia. Ahora sé que no necesito disculparme ni
ponerme a la defensiva acerca de la fe en la Palabra de Dios tal
como se revela en la Biblia. Ahora entiendo que Dios nunca le ha
pedido a la gente que crea en algo que no esté basado en la realidad
y en hechos sustanciales. Cuando Dios le pidió a Josué que se
acercara al río Jordán y que creyera que las aguas retrocederían
(3:7–8), la fe de Josué se basó no solo en las declaraciones directas
de Dios a él personalmente, sino también en experiencias previas,
que incluían cosas similares, separación muy dramática del Mar
Rojo.
La comunicación directa de Dios
Es muy importante señalar que la obra de fe de Josué no se

basó en una fe ciega, en pensamientos internos o sentimientos
intuitivos. Era fe basada en hechos. Dios habló, no a través de una
voz interior o experiencia existencial, sino a través de una revelación
directa. Josué escuchó milagrosamente la voz de Dios decir: “Te
llevaré al otro lado del Jordán”, tal como Dios había verificado Su
presencia con Israel en muchas ocasiones cuando Moisés los guiaba.
Una vez más, Dios le estaba hablando directamente a Josué, y justo

en el momento adecuado. Mientras se acercaban a este torrente
embravecido, Dios dijo: “Hoy comenzaré a exaltarte a la vista de todo
Israel, para que sepan que así como estuve con Moisés, estaré contigo” (v.
7).
Una promesa específica: un significado específico
Cuando Dios le dijo a Josué: “Así como estuve con Moisés, estaré
contigo” (1:5; 3:7), se estaba refiriendo a ese gran evento muchos años
antes, cuando Israel estaba siendo perseguido por los Ejercito egipcio. ¡El
Mar Rojo estaba delante y sus enemigos se abalanzaban sobre ellos a la
velocidad del rayo! Fue entonces, no antes, que Dios le dijo a Moisés que
extendiera su vara sobre el Mar Rojo. Se levantaron megatones de agua
en un montón e Israel pasó sobre tierra seca.
Cuando llegaron sanos y salvos al otro lado, Dios instruyó a Moisés para
que agitara su vara sobre el mar nuevamente. Los grandes montículos de
agua cedieron y destruyeron al ejército egipcio.
Cuando estos recuerdos inundaron la mente de Josué, entendió

claramente el significado de esta promesa presente.
El poder de Dios iba a estar con él como lo estaba con
Moisés. También entendió el significado de las instrucciones

específicas de Dios a los sacerdotes de caminar hacia las aguas del
Jordán, llevando el arca. Cuando se detuvieran, serían testigos de
otro milagro dramático (3:8).
Para comprender lo que estaba sucediendo, visualice cómo

era el río Jordán durante la marea alta. Cuando las condiciones
eran normales, el río fluía a un nivel mucho más bajo. Pero cuando
la nieve comenzó a derretirse en las montañas, el Jordán se
desbordó a un segundo nivel que normalmente estaba cubierto de
arbustos y otras plantas. Cuando los sacerdotes entraron al agua
ese día, el río probablemente estaba en su punto más alto (3:15).
Portavoz de Dios
La Biblia no registra muchas veces cuando Dios habló directamente

a un gran grupo de personas. Por lo general, hablaba con una o
unas pocas personas, personas que Él había seleccionado
especialmente para ser Su portavoz divino. En este momento de la
historia de Israel, Josué era el mensajero divino de Dios para ellos
(3:9–13).
La mayor tentación de un hombre

Después de que Dios le habló directamente a Josué, observe lo

que le dijo al pueblo: “¡Hoy comenzarán a ver a Dios exaltarme en su
presencia!”
¿Es esto lo que dijo Josué al pueblo? ¡De nada! Es lo que Dios
le dijo a Josué, no lo que Josué le dijo a los hijos de Israel. Más bien,
Josué dijo: “¡En esto conoceréis que el Dios vivo está entre vosotros!” (v.
10).
Por derecho, Josué podría haber repetido exactamente lo que

Dios le había dicho. Pero no lo hizo. ¡No había ningún indicio de orgullo
o arrogancia! Su preocupación era que Dios fuera honrado y glorificado
en lo que estaba por suceder.
Pero piense en la tentación que debe haber enfrentado Josué.

Qué fácil hubiera sido llamar la atención sobre sí mismo e intentar
construir su propio ego. Y qué mejor oportunidad para participar en una
gran cantidad de auto-glorificación. Dios mismo le había hablado
específicamente a Josué sobre el hecho de que lo exaltaría.
El área de mayor vulnerabilidad de un hombre

Joshua, principalmente por sus sentimientos de inseguridad,

era muy vulnerable a este tipo de tentación. ¿Recuerdas lo
amenazado que estaba cuando se dio cuenta de que el manto de
Moisés había caído sobre sus hombros? Estaba tan asustado que
literalmente tembló. Las personas temerosas son vulnerables al
orgullo. A menudo reaccionan de forma exagerada a los elogios y
los honores. Su tentación hacia la exaltación propia es a menudo
mayor que en las personas que están básicamente seguras.
Josué, sin embargo, no respondió ni con falsa humildad ni con

orgullo. Había descubierto seguridad en las promesas que Dios le
había hecho. Pudo superar la tentación de glorificarse a sí mismo.
Él honró al Único a quien se le podía dar crédito por el milagro que
estaba a punto de ocurrir.
Un hombre en quien Dios podía confiar
La respuesta de Josué fue admirable, especialmente en vista

del hecho de que había estado temeroso y amenazado por esta
gran tarea. Pero su respuesta muestra la razón principal por la que
Dios eligió usar a Josué en primer lugar. Sabía que podía confiarle
este papel de liderazgo. Sabía que Joshua podía manejar la
tentación que le sobreviene a cada persona a quien se le confía una
gran responsabilidad.
Comprenda, sin embargo, que Dios sí usa a los hombres:

sus talentos, sus dones y sus habilidades. Josué era un líder que
Dios podía usar. Se había probado a sí mismo muchas veces.
Era un estratega brillante. Había enviado a los espías, había
reflexionado sobre los problemas y se había comunicado con
eficacia a sus líderes. Pero cuando llegó el momento de decirles
a los hijos de Israel cuál era el plan de Dios específicamente
para él, pasó completamente por alto la oportunidad de exaltarse a sí mis
¡Qué marca de madurez espiritual!
¡Mudarse!
¡El gran evento estaba por suceder! En obediencia y por fe, los
sacerdotes entraron en el río (3:14–17). Las aguas torrenciales
se detuvieron y comenzaron a retroceder, todo el camino hasta
la ciudad de Adán. ¡Qué espectáculo debe haber sido esto!
Algunos eruditos creen que la ciudad de Adán estaba ubicada
hasta treinta millas río arriba (vea el mapa en la página 53).
¿Qué crees que estaban pensando los espías cananeos

cuando sucedió este increíble fenómeno?
¿Y qué crees que pasó con su moral cuando miles de israelitas
comenzaron a cruzar el Jordán en seco? Recuerda que este
milagro se podía escuchar y ver a kilómetros a la redonda. En
cuestión de horas,
todos los reyes a ambos lados del Jordán sabían lo que estaba
sucediendo.
Con este milagro, Dios no solo exaltó a Josué a los ojos de los
hijos de Israel. También demostró una vez más Su poder y majestad
al mundo pagano, a la humanidad perdida, a los hombres, mujeres
y niños que amaba. Él deseaba que se volvieran a Él con fe y
obediencia. Les estaba dando a los habitantes de Canaán otra
oportunidad de arrepentirse de sus pecados y alejarse de sus dioses
de madera y piedra para adorarlo a Él, el Dios vivo y verdadero.
Personalmente, creo que Él habría salvado a todos los

habitantes de Canaán que se hubieran vuelto a Él con fe, tal como
lo hizo con Rahab. Advertir a la gente del juicio venidero y luego
arrepentirse cuando la gente se arrepienta es parte del mismo
carácter y naturaleza de Dios.
Un predicador rebelde
Tome los ninivitas por ejemplo. Dios encargó a Jonás que

fuera y advirtiera a este pueblo que Él los iba a destruir a causa de
sus malas obras. Jonás se resistió. Se fue en la dirección de la
oposición, pero finalmente, después de tratar de evitar esta
responsabilidad, Jonás predicó un mensaje de
perdición en esta gran ciudad. En cuarenta días, Nínive sería

destruida (Jon. 3:4). No hubo "si o peros" en este mensaje. El
desastre era inminente.
¡Pero fíjate! La gente de Nínive escuchó a Jonás.

Se arrepintieron en cilicio y ceniza. Y “cuando vio Dios las obras de
ellos, que se habían convertido de su mal camino, entonces se
arrepintió Dios del mal que había anunciado que traería sobre
ellos” (v. 10).
¿Cómo puede ser esto?
Puede ser difícil entender cómo un Dios soberano que declara

que algo va a suceder puede cambiar de opinión. Pero cuando la
gente se arrepiente, ¡Dios se arrepiente!
Inherente a la naturaleza de Dios está la capacidad de retirar Su
juicio cuando volvemos a Él.
Verá, Dios había estado emitiendo advertencia tras advertencia

a los cananeos. Doom estaba en camino. Desde el Mar Rojo en
adelante, con los milagros en el desierto, con el juicio de cuarenta
años sobre Israel, y ahora con la separación del río Jordán, Dios
estaba diciendo: ¡Arrepentíos! Apartaos de vuestros malos caminos
y de vuestros falsos dioses y
¡alábame! Si no lo hace, el juicio viene.
¡Y no se equivoquen! Los cananeos entendieron el mensaje.

¿Recuerdas lo que Rahab había informado a los espías?
“Hemos oído cómo el SEÑOR secó las aguas del Mar Rojo
delante de ti cuando saliste de Egipto, y lo que hiciste a los
dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del
Jordán…. Y cuando lo oímos, nuestros corazones se derritieron
y ya no quedó valor en ningún hombre a causa de ti”. (Josué
2:10–11)
Un corazón arrepentido
Rahab había escuchado. Se había apartado de su pecado y

de los falsos dioses para adorar al único Dios verdadero: “'Porque
Jehová vuestro Dios'”, testificó, “'Él es Dios arriba en los cielos y
abajo en la tierra'” (v. 11). Pero la gran mayoría de los cananeos se
negaron a abandonar su idolatría. Si se hubieran arrepentido, si
hubieran escuchado la voz de Dios a través de Israel, Él habría
apartado Su ira y con un corazón de amor los hubiera acogido en el
redil de seguridad y protección. Jonás nos dice esto cuando dijo:
“Porque sabía que eres clemente y

“Porque sabía que eres un Dios clemente y compasivo,

lento para la ira y grande en misericordia, y que se
arrepiente en la calamidad”. (Jon. 4:2)
De la misma manera, este fue el mensaje de Dios a los cananeos

mientras Su pueblo marchaba sobre el Jordán.

Hay tres lecciones dinámicas que emergen de este estudio.
Principio 1. Dios honra la fe pero no

espera que sus hijos operen con una fe ciega.
Con frecuencia, los maestros de la Biblia enfatizan la

importancia de la “fe” al enseñar acerca de muchos de estos
personajes del Antiguo Testamento. Y, por supuesto, es
cierto que la fe es el punto central de muchas de sus vidas.
Esto queda muy claro en Hebreos 11. Pero a menudo no
enfatizamos que su fe se basó directamente en los hechos:
la revelación directa de Dios y las promesas que hizo a estos seguido
personalmente. Esto fue cierto en la experiencia de Josué cuando se acercó al

río Jordán. Tenía una gran fe, pero también tenía una gran evidencia e
información fáctica sobre la cual basar esa fe.
La trampa “experiencial”
Hoy en día, muchos cristianos están siendo descarriados al confiar en la

experiencia y los sentimientos que, en algunos casos, se oponen directamente a
la Palabra escrita de Dios. La experiencia, incluso lo que puede parecer una
experiencia cristiana, puede llevarnos a algunas trampas muy sutiles. Siempre
debemos asegurarnos de que nuestros sentimientos y deseos (y fe) estén en
armonía con las Escrituras.
Interpretación Apropiada de la Biblia
También debemos asegurarnos de que las promesas que reclamamos

sean promesas para nosotros hoy. Por ejemplo, Dios nunca te prometió ni a ti ni
a mí que haría retroceder las aguas del río Jordán, ni de ningún otro río. Pero
debido a que tenía un propósito especial en mente para Josué y los hijos de
Israel, realizó este milagro para que todos lo vieran, incluidos los enemigos de
Israel.
Por otro lado, Dios nos ha prometido muchas cosas para nuestro
estímulo. Por ejemplo, prometió que nunca nos dejaría ni nos abandonaría
(Heb. 13:5; Mat.
28:20). Su presencia siempre estará con nosotros. En otras palabras, nuestra
responsabilidad como cristianos es basar nuestra fe en las enseñanzas directas
de las Escrituras que se hacen a todos los creyentes de todos los tiempos.
Esto significa que debemos leer nuestra Biblia cuidadosamente y en oración,
buscando conocer Su voluntad para nosotros hoy.
“¡Un salto a ciegas!”
Otro error que cometen algunos cristianos es dar a los no cristianos la

impresión de que la fe cristiana es un salto en la oscuridad. ¡No tan! La fe
puede y debe basarse en un mensaje fiable y digno de confianza. Hay más
evidencia interna y externa para confiar en la Biblia y lo que dice que la mayoría
de los otros registros históricos. Esta declaración puede sorprender a algunas
personas, pero es un hecho. Se basa en evidencias que son bien conocidas
entre aquellos que han comparado cuidadosamente la historia de los
documentos bíblicos con la historia de otra literatura.
Una crisis personal de fe
Me desilusioné mucho como un cristiano joven, principalmente

porque desvié mis ojos de Dios y los puse en los seres humanos,
tres líderes cristianos en particular que no podían llevarse bien entre
sí. Todos me confiaron las debilidades y los “pecados” de los demás.
Lamentablemente, no pude manejar esta experiencia. Casi “perdí”
mi propia fe.
En realidad, esta “crisis de fe” resultó ser la más importante

que tuve en mi experiencia cristiana. Me hizo evaluar mucho más
cuidadosamente la base de mi fe. Dios misericordiosamente me
dirigió a estudiar con un gran erudito del Nuevo Testamento, el Dr.
Merrill Tenney. Dios usó a este hombre para demostrar que mi fe
podía basarse en un cuerpo de literatura confiable y verificable.
Él también había pasado por un período de duda, pero en su

búsqueda descubrió lo que me enseñó: ¡que la Biblia es un libro en
el que podemos confiar! Nuestra fe en Dios y en Su Hijo Jesucristo
no es un “salto en la oscuridad”.
Principio 2. Dios honra a los cristianos que lo

honran.
Quizás la lección más sorprendente que surge de esta historia del Antiguo
Testamento es la forma en que Josué dio gloria a Dios. Hubiera sido tan
fácil para él honrarse a sí mismo cuando Dios le dijo a Josué directamente
que iba a honrarlo ese día.
Este fue uno de los secretos del éxito de Josué como creyente del Antiguo
Testamento. Y es uno de los secretos para una vida cristiana exitosa.
Debemos desarrollar un equilibrio y una perspectiva adecuados sobre el uso
soberano de los seres humanos por parte de Dios. Dios usa nuestros
talentos y nuestras habilidades. Él realmente quiere que tengamos confianza
en nosotros mismos. Él quiere que nos honremos unos a otros. Pero sobre
todo esto, Él quiere la gloria. ¡Él solo es Dios! ¡Él nos ha hecho! ¡Sin Él no
podemos hacer nada! Nuestra misma vida y aliento están en Sus manos.
La trampa de la “autoimagen”
Su propia tentación hacia el orgullo puede acentuarse debido a

sentimientos de inseguridad y falta de autoestima. ¡Esto suena extraño, pero
es verdad! A menudo, las personas con un problema de autoimagen
reaccionan al éxito como una esponja seca responde al agua. Su necesidad
de comentarios positivos es tan grande que reaccionan de forma exagerada.
Cualquiera que sea la causa del orgullo persistente y la auto

glorificación, es un comportamiento inapropiado. Necesitamos lidiar
con el problema, abandonar el orgullo y el honor y glorificar a Dios en
todo lo que hacemos.
Esto no significa que no debamos aceptar el honor y

la alabanza, sino que debemos desarrollar la capacidad
de manejarlos con equilibrio y perspectiva. Y cuanto más
seguros estemos de nosotros mismos y de nuestro Señor,
más capaces seremos de alabar y honrar a Dios ya los
demás con naturalidad y equilibrio.
Principio 3. Dios todavía está alcanzando a la

humanidad perdida.
Uno de los principales propósitos de Dios al llamar a

Israel a ser Su pueblo especial fue usarlos como nación
para comunicar Su justicia y amor a un mundo perdido.
Hoy el plan de Dios es usar Su cuerpo, la iglesia, para
comunicar esta verdad a aquellos que no lo conocen.
Así, oró a su Padre antes de regresar al cielo:
“No ruego solamente por éstos [sus discípulos], sino

también por los que creen en mí por medio de sus
palabra [todos los cristianos de todos los tiempos]; para que todos
sean uno… Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en
unidad, para que el mundo sepa que tú me enviaste, y que los
amaste como me amaste a mí”. (Juan 17:20–21, 23)
Pedro también escribió con respecto al propósito de Dios para

alcanzar al mundo:
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,

pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel
que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; porque vosotros en
otro tiempo no erais pueblo, pero ahora sois pueblo de Dios; no
habíais recibido misericordia, pero ahora habéis recibido misericordia.
Amados, os exhorto como a extranjeros y extraños a que os

abstengáis de los deseos carnales que hacen guerra contra el alma.
Mantened excelente vuestra conducta entre los gentiles, para

que en aquello en que os calumnien como malhechores, a causa de
vuestras buenas obras, al observarlas, glorifiquen a Dios en el día
de la visitación. (1 Pedro 2:9–12)
Puntos de acción
Las siguientes preguntas le permitirán aplicar estas lecciones

a su vida personal. Concéntrese en la pregunta que sea más
apropiada para su propia necesidad espiritual y decida hoy
qué puede hacer para ser más efectivo como cristiano en esa
área de su vida.
¿Hasta qué punto estoy confiando en Dios basado

en un conocimiento profundo de Su Palabra y cómo se
aplica a mí hoy? ___nunca___poco___algo___mucho
¿En qué medida le doy gloria y honra a Dios por lo
que me ha dado? ___nunca___un poco___un
poco___mucho
¿Hasta qué punto estoy contribuyendo a la eficacia
del cuerpo de Cristo, la iglesia, para brindar una imagen
corporativa de amor, unidad y justicia al mundo no
salvo? ___nunca___un poco___un poco___mucho
Vuelva a leer las preguntas anteriores y la forma en que

respondió a la lista de verificación. Pídele al Espíritu Santo
que grabe en tu corazón una lección que necesites aplicar más
efectivamente en tu vida. Luego escribe una meta específica.
Por ejemplo, es posible que haya marcado "un poco" cuando se trata d
dando gloria y honra a Dios. Sabes que esto es una debilidad

en tu vida. Tiendes a tomar el crédito por ti mismo.
Pon una meta

__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
Yo, pues, preso del Señor, os ruego que andéis como es

digno de la vocación con que habéis sido llamados, con
toda humildad y mansedumbre, con paciencia,
soportándoos unos a otros en amor, solícitos en conservar
la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
EFESIOS 4:1–3
Una cura para la decoloración

Recuerdos
Lee Josué 4:1–24
Cuídate a ti mismo para que no olvides…”. (Deuteronomio 6:12).

Esta fue la advertencia que Moisés emitió a todo Israel justo antes de
que entraran en la Tierra Prometida. ¡Y esta es la advertencia que
Dios quiere que escuchemos hoy!
¡Qué rápido se desvanecen nuestros recuerdos! Qué rápido

olvidamos. Esto es particularmente cierto cuando todo parece ir a
nuestro favor.
Moisés también le explicó a Israel lo que olvidamos, ¡y por qué!

Más exactamente, el "qué" es "quién": Dios mismo.
“Cuídate de no olvidarte de Jehová” (Deuteronomio 6:12).
Y aún más específicamente, Moisés advirtió a Israel que recordara
que fue “Jehová” quien los sacó de Egipto.
Era el Señor quien los llevaría a una tierra que mana leche
y miel.
Era el Señor quien los haría victoriosos sobre sus enemigos.
Era el Señor quien les proporcionaría vacas y ovejas

y plata y oro.
Como suele ser el caso con nosotros, la tentación de los

hijos de Israel sería enorgullecerse y decir: "¡Nosotros mismos
hicimos esto!" (lea Deuteronomio 6–8).
piedras conmemorativas
Dios enseñó a los hijos de Israel muchas verdades importantes

en su viaje de Egipto a Canaán, pero ninguna más importante
que la lección que rodea a las “piedras conmemorativas” (Josué
4:1–5, 9–20). Si tomaron o no esta lección en serio, en muchos
aspectos, determinaría su destino como nación.
Dios acababa de obrar otro gran milagro para Israel.

Las embravecidas aguas del río Jordán se levantaron “en un
montón…mientras todo Israel cruzaba en seco” (3:16–17).
Milagrosamente, cuando los sacerdotes entraron en el río con
el Arca de la Alianza, las aguas torrenciales se cortaron
repentinamente.
Más de cuarenta años antes, cuando los hijos de Israel

habían cruzado el Mar Rojo, habían dejado la tierra de
servidumbre (Egipto). Ahora, mientras cruzaban el Jordán, estaban

entrando en una tierra que prometía ser un lugar de libertad (Canaán).
Sin embargo, para que pudieran disfrutar de esta libertad, se les

exigió que cumplieran con algunas condiciones muy específicas que
habían sido delineadas por Dios. Nunca deben olvidar los mandamientos
que Él les dio en el Monte Sinaí, y deben obedecer estos mandamientos.
Las instrucciones de Dios con respecto a las “piedras conmemorativas”
en Josué 4 sirven como una forma de ayudar a Israel a recordar.
“Confía en mí con todo tu corazón”
Antes de que los sacerdotes pusieran un pie en el río Jordán, Dios

le había dado a Josué algunas instrucciones generales sobre lo que
debería suceder una vez que cruzaran el río.
Se seleccionaron doce hombres, uno de cada tribu, para llevar a cabo el
resto del plan de Dios tan pronto como los hijos de Israel cruzaran el
Jordán (3:12).
¡Esta es la forma en que Dios obra a menudo! Él no revela toda Su

voluntad de una sola vez. Pero a medida que respondemos a la luz que
tenemos, Él añade más luz y despeja el camino que tenemos por delante.
Nuestra responsabilidad es confiar en Él, con todo nuestro corazón y
para evitar apoyarnos en nuestro propio entendimiento. Y si lo

reconocemos en todos nuestros caminos, entonces, Dios “enderezará
tus veredas” (Prov. 3:5–6).
Esto es exactamente lo que les sucedió a los hijos de Israel.

Una vez que “terminaron de cruzar”, el Señor dio instrucciones más
específicas. Estos doce hombres debían regresar al centro del lecho
del río donde los sacerdotes todavía estaban parados, sosteniendo
el arca. Cada hombre debía recoger una gran roca o piedra de
“medio del Jordán” y llevarla al lado del río donde Israel ahora
acampaba en la tierra de Canaán (Josué 4:3–5).
"¿Ir a donde?"
Imagínese lo que estos doce hombres deben haber pensado,

¿Regresar al medio del Jordán? Israel debe haber tomado la mayor
parte del día para completar el cruce. ¡Y las aguas todavía estaban
amontonadas, el suelo todavía seco! ¿Pero cuánto tiempo duraría?
Cualesquiera que fueran sus sentimientos y ansiedades, estos

hombres obedecieron. No permitieron que el miedo que pudieran
haber sentido los dominara y controlara. Por fe volvieron a entrar en
el lecho del río. Leemos que “tomaron doce piedras
de en medio del Jordán, tal como el SEÑOR habló a Josué, conforme

al número de las tribus de los hijos de Israel; y los llevaron consigo a
la posada, y los pusieron allí” (v. 8).
"Iré contigo"
Estoy convencido de que hay otra razón por la cual estos

hombres obedecieron a Dios tan rápido. Josué no solo emitió la orden
de Dios, sino que personalmente se unió a estos hombres en su
extraña misión de regreso al lecho del río. Si el Jordán volviera
repentinamente a la normalidad, no solo se habrían cobrado las vidas
de los doce hombres y los sacerdotes, que aún permanecían fielmente
en medio del río sosteniendo el arca, sino también la vida de Josué.
Juntos, con su líder, estos hombres abordaron valientemente esta
tarea.
Otro montón de piedras
Algo muy interesante sucedió una vez que llegaron al medio del
Jordán. Mientras los doce hombres transportaban sus piedras de
regreso a la orilla, Josué, en su emoción, de repente comenzó a
amontonar piedras en medio del río, justo a los pies de los sacerdotes.
No hay ningún registro de que Dios le haya dado

instrucciones para hacer esto. Parece ser un acto espontáneo de adoració
Josué ya sabía cuál era el propósito de Dios al hacer que llevaran
las piedras del Jordán, así que simplemente decidió apilar doce
piedras en el Jordán como testimonio personal de lo que Dios
había hecho por Israel al hacer retroceder las aguas del río
Jordán. El texto nos dice que estas piedras “están allí hasta el
día de hoy” (v. 9).
Eso no significa que las piedras todavía estén apiladas en

medio del río Jordán hasta nuestros días. Si buscas, no los
encontrarás. Más bien, en el momento en que Josué registró el
evento, las piedras aún estaban en pie como tributo al gran poder
de Dios. Cuando las aguas bajaran, se harían visibles. Y a
medida que las aguas subieron y bajaron durante los siguientes
años, las piedras se mantendrían como un memorial del amor y
cuidado de Dios por Israel.
¿Por qué Doce Piedras?
Una vez que estos doce hombres hubieron llevado las doce
piedras a la orilla de Canaán, y después que Josué construyó un
altar en medio del río con doce piedras más, mandó a los
sacerdotes que terminaran de cruzar el río con el Arca de la
Alianza. En el momento en que sus pies tocaron el
Al otro lado, la pared de agua que se había acumulado

durante millas río arriba se derrumbó. Leemos: “Las aguas
del Jordán volvieron a su lugar, y cubrieron todas sus orillas
como antes” (4:18).
Qué espectáculo tan impresionante debe haber sido

para los hijos de Israel mientras estaban en la tierra de
Canaán observando la realización de este gran milagro. Pero
después de sus gritos de alegría y triunfo, debe haber habido
un silencio gradual que se apoderó de ellos. Todo parecía
tan normal otra vez. El agua corría y se arremolinaba hacia el
Mar Muerto como lo había hecho antes. Para algunos, toda
la experiencia puede haber sido como un sueño. ¿Esto
realmente sucedió? Esa misma mañana se habían parado a
un lado del poderoso Jordán. Ahora estaban del otro lado.
¿Como puede ser?
Hacia Gilgal
Los hijos de Israel se trasladaron a Gilgal (ver mapa en

la pág. 53) cargando las doce piedras del Jordán, prueba de
que la experiencia no fue un sueño. Era una realidad. Y allí
en Gilgal fueron erigidas las piedras como memorial (v. 20).
Dios declaró el propósito de estas piedras al mismo tiempo

que instruyó a Josué para que los doce hombres de cada tribu las
transportaran desde el medio del río.
Y Josué compartió este propósito con estos hombres antes de que
se involucraran en el proyecto (vv. 6–7). Pero la declaración de
propósito más completa se encuentra al final de este capítulo
cuando Josué habló a todo el pueblo de Israel mientras se ponían
las piedras en Gilgal.
“Cuando mañana vuestros hijos pregunten a sus padres,

diciendo: '¿Qué son estas piedras?' entonces informarás a tus
hijos, diciendo: 'Israel cruzó este Jordán en seco.' Porque el
SEÑOR tu Dios secó las aguas del Jordán delante de ti hasta
que lo pasaste, tal como el SEÑOR tu Dios había hecho con el
mar Rojo, el cual secó delante de nosotros hasta que lo
pasamos”. (vv. 21–23)
Esta fue la razón principal de Dios. Estas piedras eran para

recordar a Israel y a las generaciones venideras que Dios es un
Dios de gran poder y gloria y que fue Él quien las hizo cruzar el
Jordán. También debían ser testigos para los incrédulos. Por lo
tanto, Dios declaró que estas piedras fueron erigidas para “que
todos los pueblos de la tierra sepan que la mano de Jehová es
fuerte” (v. 24).
Una vez más vemos la gran preocupación de Dios por toda la

humanidad. Uno de sus principales propósitos al elegir a Israel y
amarlos como su propio pueblo escogido fue usarlos como un medio
dramático para comunicar a la humanidad perdida que Él es un Dios
que se preocupa por su destino eterno. ¡Y el mensaje fue escuchado!
¡Pasó por toda la tierra! En Josué 5:1, leemos:
Aconteció que cuando todos los reyes de los amorreos que

estaban al otro lado del Jordán al occidente, y todos los reyes
de los cananeos que estaban junto al mar, oyeron cómo
Jehová había secado las aguas del Jordán delante de los hijos
de Israel. hasta que hubieron pasado, desfallecieron sus
corazones, y ya no hubo más espíritu en ellos, a causa de los
hijos de Israel.
¿Qué sucedió?
corazones endurecidos
Qué maravilloso sería si pudiéramos informar que los

cananeos, al ver y escuchar esta gran demostración del poder de
Dios y su amorosa preocupación por Israel, se arrepintieron de sus
pecados, se apartaron de sus malos caminos y se unieron a Rahab
para seguir al único Dios verdadero. Pero
no lo hicieron Al igual que Faraón en Egipto, sus temores pronto se

convirtieron en orgullo y arrogancia. ¡Ellos endurecieron sus
corazones contra Dios y se negaron a reconocer quién es Él realmente!
¡Qué trágico!
Recuerdos que se desvanecen
Pero aún más trágico, el propio pueblo escogido de Dios,

Israel, no les recordó a sus hijos lo que Dios había hecho. Tan
pronto como se asentaron en la tierra que mana leche y miel, sus
recuerdos comenzaron a desvanecerse. Incluso las piedras
conmemorativas fueron olvidadas por la mayoría en Israel.
Una de las declaraciones más desgarradoras y aleccionadoras

de toda la Escritura se registra en Jueces 2. En este momento,
habían pasado muchos años desde que Israel cruzó el Jordán y
colocó las piedras conmemorativas en Gilgal. Dios les había dado
victoria tras victoria. Después de años de servidumbre y vagabundeos
por el desierto, se asentaron en la tierra y disfrutaron de la libertad
de tener un lugar para vivir en paz y abundancia. Pero algo les
estaba pasando a los hijos de Israel, algo que es casi increíble.
Leemos:
Entonces Josué hijo de Nun, siervo de Jehová,

Y murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, a la edad de ciento

diez años... y toda aquella generación fue reunida con sus padres;
y se levantó otra generación después de ellos que no conocían a
Jehová, ni aún la obra que él había hecho por Israel. (Jueces 2:8,
10)
¿Cómo podría ser esto?
¿Cómo podría olvidarlos un pueblo que había presenciado

milagros tan increíbles? Los hechos son que lo hicieron. Los padres en
Israel fallaron en decirles a sus hijos lo que Dios había hecho por ellos
en el Jordán y cómo Él continuó dándoles victorias sobre sus enemigos.
En consecuencia, sus hijos se apartaron de Dios e “hicieron lo malo” y
“servieron a los baales” en Canaán. El registro bíblico habla por sí mismo:
Dejaron a Jehová, el Dios de sus padres, que los había sacado de

la tierra de Egipto, y siguieron dioses ajenos de entre los dioses
de los pueblos que estaban alrededor de ellos, y se postraron ante
ellos; así provocaron a ira a Jehová. (v. 12)
Lamentablemente, e increíblemente, en solo dos generaciones, todos

Israel había abandonado al Dios que era responsable de
todo lo que tenían.

Un principio por el cual vivir
Principio 1. Cuando fallamos en modelar y enseñar la Palabra

de Dios, solo se necesita una
generación para que ocurra la degeneración.
Estados Unidos es la prueba "A"
Puede ser difícil comprender cómo pudo tener lugar un cambio

así en Israel en tan poco tiempo.
Pero piense por un momento en lo que ha sucedido en la cultura
estadounidense en los últimos cincuenta o sesenta años. Todo
nuestro sistema de valores ha cambiado, lo que ha afectado
dramáticamente a la unidad familiar. Cuando dejamos de reflejar los
valores de Dios en nuestros hogares, solo tomó una generación
para que se produjera la degeneración espiritual.
Cuando como padres fallamos en enseñar a nuestros hijos el

respeto y el amor por Dios y Su Palabra tanto con la palabra como
con el ejemplo, cuando fallamos en comunicarles quién es Él,
estamos en el camino hacia el desastre espiritual. A medida que la
sociedad ha cambiado, también lo ha hecho la familia. Y como la
familia ha cambiado, ha aumentado los cambios en la sociedad. Los
cambios que tuvieron lugar en Israel no son diferentes a los cambios
que están teniendo lugar en Estados Unidos.
Si nos remontamos a los inicios de nuestra cultura americana,

es fácil detectar que nuestra sociedad reflejó un sistema de valores
bíblicos en nuestra vida conyugal y familiar, en nuestra ética
empresarial, en nuestras actividades recreativas y de entretenimiento,
en nuestras instituciones académicas y en gobierno.
Los preceptos y principios bíblicos formaban parte del tejido de
nuestra sociedad. Éramos una nación construida sobre el sistema
de valores que surgió de la ética hebreo-cristiana como se explica
en la Biblia. Nuestras leyes civiles fueron forjadas a partir de las
enseñanzas de las Escrituras.
Valores en conflicto
En dos generaciones, nuestra nación ha cambiado (ver la

ilustración en la página anterior). En algunos aspectos, hay muy
poca superposición entre lo que la Biblia dice que es
correcto e incorrecto y lo que nuestra cultura acepta como correcto e

incorrecto. En muchos casos, todavía verbalizamos los viejos valores,
pero no los cumplimos en nuestra vida diaria. Hemos pasado de creer
en un sistema de absolutos a un enfoque completamente relativista en
la toma de decisiones en el área de la ética personal y social.
La "rana en la tetera"
Desafortunadamente, incluso las familias cristianas, personas que

profesan creer en la Biblia, están siendo seriamente influenciadas y
afectadas por nuestro cambiante sistema de valores. Les resulta difícil
estar en el mundo sin ser parte del mundo (Juan 17:14–16). El hecho
es que nuestro pensamiento se ha vuelto confuso y fuera de foco. El
impacto de los medios de comunicación (televisión, cine, literatura), y
particularmente de nuestra institución educativa, ha influido poco a poco
en nuestro pensamiento de maneras que ni siquiera somos conscientes.
George Barna llama a esto el síndrome de la “rana en la tetera”. A

medida que el agua se calienta, domina gradualmente a la rana que no
se da cuenta del cambio de temperatura.
Por lo tanto, nosotros también hemos sido superados por los cambios
de valores que se han producido gradualmente en nuestra sociedad.
¡Este era el problema de Israel!
Dios advirtió a los hijos de Israel muy temprano en su viaje de

Egipto a Canaán que no permitieran que el entorno en el que se
dirigían les hiciera fallar en reconocerlo y enseñar a sus hijos quién
era Él y lo que había hecho por ellos. Dios dijo a través de Moisés:
“Cuídate, no sea que te olvides del SEÑOR que te sacó de la

tierra de Egipto, de la casa de servidumbre. Sólo temerás a
Jehová tu Dios; y lo adorarás, y por su nombre jurarás. No
seguiréis a dioses ajenos, a ninguno de los dioses de los
pueblos que os rodean, porque Jehová vuestro Dios en medio
de vosotros es Dios celoso; no sea que el furor de Jehová tu
Dios se encienda contra ti, y te limpie de la faz de la tierra.
(Deuteronomio 6:12–15)
Lea y compare
Más tarde, Moisés hizo la advertencia aún más específica,

detallando algunas de las cosas que podrían hacer que los israelitas
se olvidaran del Señor. Mientras lee, compárelo con lo que ha
sucedido en la sociedad estadounidense:
“Porque Jehová vuestro Dios os introduce en una buena tierra,

tierra de arroyos de aguas, de fuentes y de manantiales, que
brotan en valles y colinas; una tierra de trigo y cebada, de vides e
higueras y granados, una tierra de aceite de oliva y miel; una tierra
donde comerás pan sin escasez, en la cual nada te faltará; una
tierra cuyas piedras son de hierro, y de cuyos montes se puede
sacar cobre. Cuando hayas comido y te hayas saciado, bendecirás
al SEÑOR tu Dios por la buena tierra que te ha dado. Cuídate de
que no te olvides del SEÑOR tu Dios por no guardar sus
mandamientos, sus ordenanzas y sus estatutos que yo te ordeno
hoy; no sea que cuando hayas comido y te hayas saciado, y hayas
edificado buenas casas y habitado en ellas, y cuando tus vacas y
tus ovejas se multipliquen, y tu plata y tu oro se multipliquen, y
todo lo que tienes se multiplique, entonces tu corazón se
enorgullezca, y te Olvídate de Jehová tu Dios, que te sacó de la
tierra de Egipto, de casa de servidumbre. (8:7–14)
Israel incluso olvidó las piedras conmemorativas
Desafortunadamente, Israel olvidó las advertencias de Moisés.

Y cuando a la nueva generación a la que finalmente se le permitió entrar
en Canaán se le recordaron estas verdades con el
piedras conmemorativas, incluso se olvidaron de usar estas

piedras como Dios manda. No pudieron enseñar a sus hijos
acerca de Aquel que los hizo cruzar el Jordán.
Entonces, una generación más tarde, la nación estaba

involucrada en un materialismo increíble, una idolatría horrible y
los peores tipos de inmoralidad. En consecuencia, la mano del
juicio de Dios cayó sobre ellos y finalmente fueron esparcidos
hasta los confines de la tierra.
Principio 2. La Biblia enseña que, como hombres,

tenemos la enorme
responsabilidad de tomar la iniciativa en la enseñanza
de los valores bíblicos a nuestros
hijos.
¿Qué está pasando en tu casa y en la mía? ¿Qué recordarán

nuestros hijos de nosotros? ¿Recordarán una hermosa casa, un
televisor de pantalla grande, reproductores de video, juegos de
computadora, autos veloces, una casa de vacaciones, una lancha
rápida, una asignación ilimitada y todos los esfuerzos frenéticos
que realizamos para acumular y conservar estas posesiones?
¡No malinterpretes! Dios no dice que material

las cosas están mal y fuera de la voluntad de Dios. Si lo fueran, Dios no les
habría dado a los hijos de Israel todas las cosas mencionadas en
Deuteronomio 6 y 8. Tanto Abraham como Job serían millonarios según los
estándares actuales (Job 42:10–12).
Las cosas materiales, por lo tanto, no son el problema. ¡Nuestra actitud

hacia ellos—y Dios—es! Los hijos de Israel se volvieron materialistas. Ellos
tomaron el crédito por sus bendiciones. Con el tiempo, se apartaron de Dios
y se dirigieron a dioses falsos, los dioses de una sociedad pagana. Y, en el
proceso, no pudieron enseñar a sus hijos su historia sagrada.
¿Qué pasa con nosotros? ¿Tenemos siquiera piedras conmemorativas

que puedan recordarnos a nosotros y a nuestros hijos acerca de las
bendiciones de Dios?
Tuve el privilegio de ser criado en una familia cristiana. Mis padres

estaban bastante involucrados en un tipo de cristianismo que era más bien
legalista, y estaban algo confundidos teológicamente, había una realidad en
sus vidas que nunca olvidaré. Nunca me obligaron a mí ni a mis hermanos y
hermanas a aceptar su fe o sus normas de conducta, pero siempre nos
amaron, nos proveyeron y demostraron su confianza y fe en Dios. Y nunca
dudaron en enseñarnos lo que Dios dijo
en la Biblia.
Aunque los valores culturales han cambiado drásticamente

desde mi niñez y adolescencia, todavía creo en los valores que
me enseñaron cuando era niño. Cierto, refiné mis convicciones a
la luz de las enseñanzas de las Escrituras, pero mi herencia sigue
en pie. Doy gracias a Dios por mis padres cristianos.
Desafortunadamente, no todos tienen el beneficio de que

Dios honre a los padres. Los padres de hoy, al igual que los
padres de los días de Josué, no obedecen a Dios en este sentido.
Pero, no necesitamos fallar, así como Israel no estaba destinado
al fracaso. Y si fallamos, nunca es demasiado tarde para comenzar
a hacer algo al respecto, incluso si lo único que podemos hacer es
pedir perdón.
Puntos de acción
Conteste las siguientes preguntas con la mayor sinceridad posible.

Escriba una cosa que puede hacer de inmediato para ayudar a
sus hijos a sentir la realidad de Dios.
¿Qué “piedras conmemorativas” hay en mi hogar—y en

mi vida personal—que demuestran que Dios
existe y que dependemos de Él para la vida y la existencia?
¿De qué manera hablamos de Dios? ¿Es Él una realidad

viva o simplemente una idea teológica?
¿De qué manera puedo transmitir a mis hijos reverencia y
respeto por Dios? ¿De qué manera puedo transmitirles a
mis hijos que todo lo que tenemos proviene de Él?
Vuelva a leer las preguntas bajo Puntos de acción. Mientras lo hace,

pídale al Espíritu Santo que grabe en su corazón una lección que
necesita aplicar de manera más efectiva en su vida. Luego escribe
un objetivo específico. Por ejemplo, como padre, le gustaría hacer
más para transmitir a sus hijos reverencia y respeto por Dios. Para
hacer esto, sabes que necesitas desarrollar esta cualidad en tu
propia vida.
Pon una meta

__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre

tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos
y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y
cuando andes por el camino y cuando te acuestes y
cuando te levantes.
Y las atarás como una señal en tu mano y serán como
frontales en tu frente. y las escribirás en los postes de
tu casa y en tus puertas.
DEUTERONOMIO 6:6–9
Recuerdos: ¡Más que rituales!
Lee Josué 5:1–15
Una de las experiencias más emocionantes de mi vida como

cristiano fue en Ucrania poco después de que Mikhail
Gorbachev condujera a la Unión Soviética a la era de la perestroika.
Participé en un servicio bautismal en una playa pública.
Solo unos meses antes, lo que sucedió habría sido inaudito.
Cerca, escuchando y observando, había una cantidad de
personas que decían ser comunistas y ateas. Esta experiencia
fue tan inusual porque durante casi setenta años fue ilegal
practicar abiertamente el cristianismo en este país que estaba
comprometido con el materialismo ateo. ¡Pero la glasnost
(expresión abierta de diferentes puntos de vista) y la perestroika
(reestructuración social) cambiaron todo eso!
Siempre había creído y enseñado que un propósito

principal del bautismo era proclamar públicamente el mensaje
de la muerte y resurrección de Cristo y la nueva vida que
podemos tener en Cristo. Pero esta vez tuve la oportunidad de
adorar a Dios en un entorno que había sido pagano durante tanto tiemp
Qué emoción fue preparar el escenario para los bautismos
predicando un mensaje de la Palabra de Dios.
¿Por qué estos símbolos públicos?
¡Dios sabe con qué facilidad olvidamos! Esta es una de las

razones por las que le ordenó a Josué que quitara doce
piedras del medio del río Jordán y las apilara en Gilgal.
Debían ser un memorial del gran poder de Dios al traer a
la nación de Israel a la Tierra Prometida. Debían ser un
medio de comunicar a sus hijos que Dios había "secado las
aguas del Jordán" tal como "lo había hecho con el Mar
Rojo".
Dios también tenía otro propósito para las piedras

conmemorativas: permitir que Israel demostrara ante "todos
los pueblos de la tierra... que la mano de Jehová es
poderosa" y que Israel y toda la humanidad "teman a
Jehová" (4:24) .
Cuando Dios le ordenó a Josué que recordara Sus

actos de amor y gracia con símbolos adicionales, no era
algo nuevo en la historia de Israel. Y como veremos, Dios
continuó proveyendo recuerdos para Sus hijos incluso en
los días del Nuevo Testamento. Nuestra memoria es
terriblemente corta, y Dios ha incluido eso en Su gran plan.
Solo para hombres
Cuando esta nueva generación de israelitas entró en la tierra

de Canaán, el Señor instruyó a Josué que se asegurara de que
todos los hijos de Israel fueran circuncidados (5:2). Dios declaró la
razón de este mandato muy claramente:
Y esta es la razón por la que Josué los circuncidó: todo el

pueblo que había salido de Egipto, los varones, todos los
hombres de guerra, murieron en el desierto, por el camino,
después de salir de Egipto. Porque todo el pueblo que salió fue
circuncidado, pero todo el pueblo que nació en el desierto por
el camino al salir de Egipto no había sido circuncidado. (vv.4-5)
padre abraham
Dios estableció la circuncisión como un rito especial cuando

primero llamó a Abraham a salir del paganismo e hizo convenio con
él de que bendeciría a este hombre con una tierra, una simiente y
una bendición (Gén. 12:1–3). ¡La “tierra” era Canaán!
¡La “simiente” era la nación de Israel! ¡Y la “bendición” era el Salvador
que vendría al mundo a morir por los pecados de toda la humanidad!
Dios confirmó ese pacto con Abraham por medio de la

circuncisión. Era una “señal del pacto” (17:9–14).
Además, iba a ser una práctica continua en Israel recordarle al
pueblo de Dios sus promesas. Así, Dios le dijo a Abraham: “Todo
varón entre vosotros de ocho días será circuncidado por vuestras
generaciones” (v. 12).
¿Por qué la circuncisión?
En primer lugar, debemos darnos cuenta de que los caminos de Dios muy a
menudo no son nuestros caminos. Él hace cosas que a veces son difíciles
de comprender para nuestras mentes finitas. Donde termina nuestro
razonamiento, comienza el suyo (Isa. 55:8–9; Rom. 11:33).
Por otro lado, la mayoría de las cosas que Dios hace y las
demandas que Él hace de Su pueblo tienen sentido, particularmente
si nos detenemos por un momento y lo pensamos histórica, cultural
y científicamente. Siempre que Dios actúa, por lo general logra más
de un propósito con el mismo evento o situación.
Evitar el cáncer
Unos cuatro mil años después del mandato de Dios de

Abraham con respecto a la circuncisión, la ciencia médica

descubrió que las esposas de hombres que no han sido
circuncidados tienen una mayor incidencia de cáncer de cuello
uterino que las esposas de hombres que han sido circuncidados.
Esto es particularmente cierto en las culturas primitivas donde
la limpieza personal es un problema ambiental. En pocas
palabras, la circuncisión promueve la higiene personal y ayuda
a eliminar las bacterias virulentas, incluido el "bacilo Smegma
que produce cáncer" .
Entonces, en el plan de cosas de Dios, la circuncisión no

solo tenía un significado espiritual sino también beneficios para
la salud. Parte de Su promesa a Abraham fue una simiente:
multitudes de hijos y nietos para las generaciones venideras.
Con esta promesa de multiplicación, Dios también seleccionó
el rito de la circuncisión como medio de protección personal
contra una de las causas más graves de muerte: el cáncer. Es
interesante que incluso con todo nuestro conocimiento
científico, hasta el día de hoy no hemos descubierto una cura
satisfactoria para esta enfermedad mortal. Sin embargo, Dios
proveyó una manera hace miles de años para evitarlo.
Un procedimiento seguro
Otro aspecto médico interesante es que Dios ordenó a los

padres de Israel que circuncidaran a sus hijos varones.
hijos al octavo día después de su nacimiento (Gén.

17:12). Nuevamente, la ciencia médica ha descubierto que este es el mejor
momento en la vida de un niño para realizar esta operación menor. Los
recursos naturales en el cuerpo humano para prevenir el sangrado excesivo
alcanzan un nivel del 110 por ciento alrededor del octavo día y luego se
estabilizan rápidamente después de este punto en el tiempo. Además, antes
del octavo día, estos recursos naturales aún no se han producido en cantidad
suficiente en el cuerpo del niño para que la operación sea generalmente
segura.
2 Una vez más vemos la sabiduría de Dios al prescribir
este rito específico como una señal de Su pacto con Israel.
Beneficios espirituales
Las explicaciones científicas de este acto simbólico, por muy útiles que
sean, son solo propósitos secundarios. Las razones principales de Dios para
la circuncisión eran espirituales.
Primero, ningún niño varón en Israel podía pasar por alto este
recordatorio constante de que él era diferente de otros niños varones que no
eran israelitas. Había muchas oportunidades naturales en estas culturas
primitivas para que los padres explicaran a los niños, tanto a los niños como a
los adultos, por qué se circuncidaba a los niños pequeños. El rito sirvió como
un recordatorio constante para Israel y los paganos que los rodeaban.
del pacto de Dios con su pueblo escogido. Las personas no solo

observaron el proceso, sino que vieron los resultados.
Cuando era circuncidado, un varón en Israel nunca volvía a ser el
mismo, ni siquiera en la edad adulta.
Segundo—y relacionado con el primero—ningún varón podría

jamás olvidar el pacto de Dios. Incluso las funciones naturales del
cuerpo sirvieron como recordatorio.
Tercero, ninguna esposa en Israel jamás podría olvidar el pacto

de Dios. Con cada relación íntima con su esposo, recordaba que Dios
les había hecho una promesa. Tal vez incluso soñaron que podrían
ser los padres del Mesías, la simiente prometida.
Cuarto, ningún hombre en Israel jamás sería capaz de

involucrarse en actividades sexuales ilícitas con una mujer pagana
sin ser confrontado con el hecho de que él era diferente de otros
hombres—un recordatorio definitivo de su posición escogida en el
plan eterno de Dios. Incluso un acto de pecado traería a su memoria
el pacto de Dios.
En resumen, cuando se mide por criterios científicos, culturales,

históricos y espirituales, no hay rito que Dios pudiera haber elegido
para lograr Sus propósitos divinos a través de
Israel más adecuadamente que la circuncisión. Este rito también

demuestra la visión de Dios de los procesos naturales, desde la
eliminación hasta las relaciones sexuales legítimas. La humanidad
pervierte y ensucia lo que Dios ha creado para ser muy natural y
necesario. De hecho, es tan natural y significativo para Dios que
eligió la circuncisión como un recordatorio espiritual de su propia
relación personal con su pueblo.
Superando el oprobio de Egipto
Cuando los hijos de Israel entraron en Canaán después de

cruzar el Jordán, Dios les recordó una vez más su pacto. Y para
ayudarlos a recordar ese pacto, les ordenó circuncidar una vez más
a todos los varones de Israel. Con este acto Dios también quitó de
ellos el “oprobio de Egipto” (Josué 5:9). Los egipcios se habían
burlado de los israelitas, sugiriendo que Dios los había librado de su
tierra para “matarlos en las montañas”.
(Éxodo 32:12). En este día, “cuando terminaron de circuncidar a

toda la nación”, fueron librados de esa acusación. “'Hoy'”, dijo el
Señor a Josué, “'he quitado de vosotros el oprobio de Egipto'” (Josué
5:9).
De hecho, eran el pueblo escogido de Dios y Él nunca incumpliría la
promesa que le hizo a Abraham, ya ellos. Era incondicional, literal y
eterna.
La comida: un símbolo universal
La Cena de Pascua
Mientras los hijos de Israel aún estaban en la esclavitud de

Egipto, Dios instituyó otro recuerdo de Su amor y gracia. Era la cena
de Pascua relacionada con la liberación de Israel de la esclavitud.
Después de enviar nueve plagas sobre Egipto, Dios reveló que
traería una última catástrofe. Iba a matar a todos los primogénitos,
“desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el
primogénito de la esclava que está detrás del molino; también todos
los primogénitos del ganado” (Éxodo 11:5). Sin embargo, los hijos
de Israel se librarían de este juicio si rociaban la sangre de un
cordero o de un macho cabrío en los postes de las puertas de sus
casas. “'Cuando vea la sangre'”, prometió el Señor, “'Pasaré de
vosotros, y no os sobrevendrá plaga que os destruya cuando hiera
la tierra de Egipto'” (12:13).
Un recuerdo regular
¡Y así sucedió! Cayó el juicio, y todo Israel que se había

preparado de acuerdo con las instrucciones de Dios fue perdonado.
Era muy claro que Dios
destinado a que Israel recordara perpetuamente la misericordia del

Señor practicando la Pascua. Así leemos: “'Ahora bien, este día os será
un memorial, y lo celebraréis como fiesta solemne al Señor; por vuestras
generaciones la celebraréis como estatuto perpetuo'” (v. 14). Hasta el
día de hoy, los judíos devotos recuerdan su liberación de Egipto
participando en la Pascua y la Fiesta de los Panes sin Levadura. 3
¡La tercera vez fue ahora!
Por lo que sabemos de las Escrituras, la Pascua se celebró solo

dos veces antes de los acontecimientos de Josué 5:10–12. La primera
vez fue la noche antes de que los israelitas salieran de Egipto. La
segunda vez fue en el desierto de Sinaí, un año después de que
abandonaron la tierra de servidumbre (Núm. 9:1–5). Y la tercera vez fue
ahora, después de que los hijos de Israel vagaron por el desierto durante
cuarenta años y una nueva generación entró en Canaán. La celebración
siguió a su experiencia al colocar las piedras conmemorativas y
restablecer el rito de la circuncisión.
¡No más maná!

Para agregar al drama de esta ocasión, una vez que habían

participado en la comida de la Pascua, el maná que Dios había
provisto regularmente, incluso cuando estaban siendo juzgados por
sus pecados mientras vagaban por el desierto, cesó.
Por primera vez, los hijos de Israel pudieron comer “del producto de
la tierra de Canaán”, un cumplimiento directo de la promesa que
Dios les había hecho muchos años antes (Éxodo 13:35; Josué 5:12).
Los propósitos de Dios son claros
Es evidente lo que Dios tenía en mente con estos recuerdos. Le

preocupaba que los hijos de Israel nunca olvidaran todas las cosas
que había hecho por ellos.
Las piedras conmemorativas les recordarían a ellos y a sus

hijos Su gran poder al dividir las aguas del Mar Rojo y retroceder el
río Jordán. En sus mentes, también los llevaría atrás en el tiempo a
la experiencia del Mar Rojo cuando salieron de Egipto.
La circuncisión les ayudaría a recordar el pacto incondicional

de Dios que primero le dio a Abraham.
Se les recordaría constantemente el gran propósito de Dios al
elegirlos: ser una bendición para todo el mundo.
La Pascua les recordaría su amor y gracia al salvarlos de la

horrible plaga en Egipto.
Más importante aún, esta comida les recordaría la venida del
Mesías, el perfecto Cordero Pascual, que derramaría Su sangre por
los pecados del mundo.
Pero no olvidemos los propósitos duales de Dios con todos

estos símbolos. No solo debían servir como recuerdos y recordatorios
para los hijos de Israel, sino que también debían demostrar el amor
y la gracia de Dios a sus vecinos paganos. Con estas demostraciones
visuales, Dios estaba llegando a un mundo perdido y moribundo.
De pie en Tierra Santa
La gran culminación de todos estos eventos involucró una

experiencia muy personal para Josué (5:13–15), una experiencia
que recordaba la experiencia de Moisés cuando Dios le habló desde
una zarza ardiente mientras “pastoreaba el rebaño de Jetro. su
suegro” (Éx.
3:1). En la parte trasera del desierto, un ángel del Señor llamó a
Moisés de en medio de la zarza y le dijo que se quitara las sandalias
de los pies, porque, dijo el ángel, “El lugar en el que estás parado
es santo tierra'” (v.
5).
La experiencia de Josué después de la Pascua fue

similar. Mientras se preparaba para atacar a Jericó, de
repente se le apareció un hombre armado con una espada.
Este extraño se identificó como “capitán del ejército del
Señor”. Josué inmediatamente reconoció la presencia de
Dios en este hombre y "se postró sobre su rostro" y lo adoró
(Josué 5:13-14). Desconocido para Josué en ese momento,
esta fue probablemente una aparición en el Antiguo
Testamento del comandante en jefe de todos los cristianos, el Señor
La similitud más significativa con la de Moisés es que

Dios le estaba revelando a Josué que el suelo donde él
estaba parado en ese momento era ciertamente santo
debido a la asombrosa presencia de Dios. Además, Dios sin
duda les estaba comunicando que toda la tierra, la tierra de
Canaán, también era santa. Dios lo había apartado para
ellos y quería que lo tuvieran como propio. La voluntad de
Dios, por supuesto, era que Su pueblo Israel usara esa tierra
como un medio para reflejar Su santidad a todos los pueblos
de la tierra. Sus vidas debían reflejar la justicia de Dios.

Principio 1. Al igual que Israel, nosotros también

necesitamos “recuerdos” para no
olvidar lo que Dios ha hecho por nosotros.
Así como Dios instituyó eventos conmemorativos en el Antiguo

Testamento, Él ha instituido algunos eventos conmemorativos únicos
en el Nuevo Testamento, los cuales, como cristianos, debemos
practicar hasta el día de hoy.
Bautismo
El bautismo visualiza que hemos muerto con Cristo y hemos

resucitado a una nueva vida. Cuando las personas se convirtieron a
Jesucristo en el primer siglo, se bautizaron. Así Lucas registró:
"Entonces, los que habían recibido su palabra [la de Pedro] eran
bautizados" (Hechos 2:41a).
La Gran Comisión. Practicar el bautismo fue un cumplimiento de

la voluntad del Señor, porque Él había instruido a Sus seguidores a
“'Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo'” (Mat. 28). :19).
Un Símbolo Poderoso. El bautismo, como la circuncisión en el

Antiguo Testamento, es un símbolo único, una señal. No es un medio
de salvación que resulta de la fe y solamente de la fe (Rom. 5:1; Ef. 2:8–
9). Más bien, el bautismo es una representación simbólica de la muerte
y resurrección de Cristo.
Solo para creyentes. Creo que el Nuevo Testamento enseña que

el bautismo es solo para creyentes, personas que tienen la edad
suficiente para tomar una decisión inteligente por Jesucristo.
También creo que la forma del Nuevo Testamento para el bautismo es
la inmersión, aunque me doy cuenta de que algunos eruditos cristianos
muy respetados no están de acuerdo con la forma.
Identificación con Cristo. El propósito principal del bautismo, sin

embargo, es muy claro. Es para recordarnos a todos nosotros como
cristianos nuestra identificación con Cristo. Pero también es ser un
testimonio para los incrédulos, comunicándoles que Jesús murió y
resucitó y que por la fe en Él pueden ser sepultados con Él y resucitar a
una nueva vida. Todo cristiano que quiera ser completamente obediente
a Jesucristo debe ser bautizado.
la cena del señor
El segundo evento conmemorativo a menudo se llama

comunión. Cuando Jesús estaba comiendo la comida de la Pascua

con los apóstoles justo antes de Su muerte en la cruz, extendió el
significado de esta comida religiosa a la vida del cuerpo de Cristo,
la iglesia. Cuando partió el pan esa noche con Sus seguidores y
bebió la copa con ellos, demostró cómo Su cuerpo sería magullado
y Su sangre derramada por los pecados del mundo. “Haced esto”,
dijo, “en memoria de mí” (Lucas 22:19). Pablo elaboró las palabras
de Cristo en su carta a los corintios cuando escribió: “Porque todas
las veces que comiereis este pan y bebiereis esta copa, la muerte
del Señor anunciáis hasta que él venga” (1 Corintios 11:26).
Una experiencia creativa. A lo largo de la historia de la iglesia,

los cristianos han recordado al Señor con esta ordenanza.
Ha tomado muchas formas, desde una comida completa hasta una
comida simbólica. Pero la forma no es realmente tan importante.
¡El significado es! La experiencia de comunión es un recuerdo, un
recuerdo de la muerte de Cristo por cada uno de nosotros.
La Sangre Purificadora. Al igual que Israel, necesitamos un

recordatorio constante de que cuando Dios vea la sangre, en este
caso la sangre de Cristo, pasará por alto nuestro juicio. Por la
sangre del perfecto Cordero de Dios, Su Hijo Jesucristo, hemos
sido limpiados de nuestros pecados y liberados del juicio eterno y
de la muerte. Como escribió Pablo: "En él [Cristo] tenemos
redención por su sangre, la
perdón de nuestros pecados según las riquezas de su

gracia” (Efesios 1:7).
La Iglesia de la Casa. El “pan” y la “copa” en los primeros días

del Nuevo Testamento nunca se separaron de una comida.
Esto es lo que sucedía en Jerusalén cuando los creyentes “partían
el pan en las casas” y “comían juntos con alegría y sencillez de
corazón” (Hechos 2:46).
Esta es también la razón por la que Pablo insertó la palabra

“cena” en su carta a los Corintios entre la fracción del pan y la
participación en la copa. El apóstol nos recuerda que Jesús primero
tomó el pan y “lo partió” y dijo: “Esto es mi cuerpo, que es por
vosotros; haced esto en memoria mía” (1 Corintios 11:24). Pablo
luego declara —"De la misma manera tomó también la copa,
después de haber cenado, diciendo: 'Esta copa es el nuevo pacto
en mi sangre; todas las veces que lo bebáis, haced esto en
memoria mía'” (1 Cor. 11:25).
En algún momento, los cristianos pasaron de una “comida

completa” en el hogar a una “comida simbólica” en un lugar de
reunión público. La comida simbólica se ha convertido en la forma
principal en la que participamos en lo que llamamos "La Cena del Señor".
En realidad, no es una "cena" en el verdadero sentido de esa
palabra. Por otro lado, el significado sigue ahí, aunque puede ser
una comida simbólica que incluye un pequeño trozo de pan y una
pequeña taza de jugo.
La familia: la iglesia en miniatura. El entorno familiar nos brinda

una oportunidad única de participar en la Cena del Señor en gran
medida en la forma en que se practicaba en el primer siglo. Como
padres, tenemos la oportunidad de guiar a nuestras familias en esta
experiencia.
Personalmente, me gusta tomar el pan que forma parte de la cena
y tener una "fracción del pan" preliminar antes de la comida principal.
Damos gracias al Señor por el pan partido, que simboliza el cuerpo
partido de Cristo.
Después de esa experiencia, damos gracias al Señor por la comida.
Luego, tenemos la "cena", la comida principal.
Después de la cena, personalmente me gusta tomar una jarra

de jugo, verterla en varios vasos y pasar el jugo alrededor de la
mesa mientras participamos en beber juntos, recordando la sangre
derramada de Jesucristo.
Una vez más, damos gracias al Señor por Su sangre derramada.
Toda la experiencia puede culminar con un himno, tal como lo hizo
Jesús hace muchos años con sus discípulos.
Al utilizar este entorno familiar, es posible recrear el

compañerismo único entre ellos y el compañerismo.
Los creyentes del Nuevo Testamento tenían con Dios.
“Pero, ¿no deberíamos encontrarnos en el edificio de una iglesia?” Hay

algunos cristianos que creen que es inapropiado tener un servicio de comunión
fuera del edificio de la iglesia.
Estas personas, sin embargo, no se dan cuenta de que los edificios de las
iglesias no comenzaron a existir hasta algún lugar en los siglos segundo y
tercero. La iglesia inicialmente se reunía en los hogares. De hecho, las unidades
familiares individuales formaron la base de las iglesias del Nuevo Testamento.
"¡Pero, no eres un diácono!" Algunas personas creen que solo los líderes
oficiales de la iglesia pueden realizar servicios de comunión. Una vez más, las
Escrituras contradicen esta conclusión.
De hecho, dado que muchos hogares individuales formaron la base de la iglesia
del Nuevo Testamento, los padres eran los líderes espirituales en ese entorno.
En ese sentido, cada unidad familiar individual era una iglesia en miniatura.
Circuncisión del corazón
Incluso en los días del Antiguo Testamento, la circuncisión era un medio

para ayudar a las personas a experimentar una realidad interna. Por eso Pablo
escribió que “no todos los descendientes de Israel son israelitas” (Rom. 9:6).
Anteriormente en su carta a
los romanos, Pablo dejó este punto aún más claro:
Porque no es judío el que lo es exteriormente; ni es la

circuncisión la que es exterior en la carne. Pero es judío el
que lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón,
por el Espíritu, no por la letra; y su alabanza no es de los
hombres, sino de Dios. (Romanos 2:28–29)
“Hecho sin manos. “La circuncisión ya no es necesaria

como ordenanza de Dios. Aunque ciertamente se recomienda
médicamente, no tiene significado espiritual ya que Cristo vino a
cumplir con las demandas de la ley de Dios. En Cristo “hemos
sido hechos completos”. En Cristo hemos sido “circuncidados
con circuncisión no hecha a mano” (Col. 2:10–11). Y hoy
debemos revelar Su gracia a través de todo nuestro ser: cuerpo,
alma y espíritu (Rom.
12:1–2). Somos Sus hijos, y la gente en todas partes debe
saber que somos diferentes, no por la “circuncisión de nuestra
carne”, sino por la “circuncisión de nuestro corazón”.
“Un Camino Nuevo y Vivo. “ De hecho, nosotros, como

Moisés y Josué, estamos parados en tierra santa, ¡diariamente!
A través de Cristo podemos entrar en la misma presencia de
Dios. Con confianza podemos “entrar en el Lugar Santísimo por
la sangre de Jesús, por el camino nuevo y vivo que él inauguró para
nosotros a través del velo, esto es, de su carne” (Hebreos 10:19–20).
No debemos temer. No necesitamos quitarnos los zapatos o

mantener una postura particular. Pero siempre debemos “acercarnos con
corazón sincero, en plena certidumbre de fe” (Hebreos 10:22) y siempre
debemos reflejar Su carácter y Su amor para que todos los hombres sepan
que somos hijos de Dios.
Recuerdos preciosos
Aunque mi experiencia en la iglesia primitiva dejaba mucho que

desear cuando se mide según los estándares bíblicos, hay algunas cosas
que nunca olvidaré. Las ordenanzas de la iglesia, el bautismo y la
comunión, esas cosas que hacemos “en memoria” de lo que Dios ha hecho
por nosotros, fueron especiales para mí. Nunca olvidaré mi propio servicio
bautismal. La muerte y resurrección de Cristo se hicieron muy reales.
Aunque estaba bastante confundido en otras áreas doctrinales de mi vida
cristiana, entendí el verdadero significado de las ordenanzas.
Hoy, estas ordenanzas son aún más significativas para mí. Una cosa
que los ha hecho más significativos es cuando me di cuenta de una nueva
manera que no son solo para que los cristianos los practiquen sino también
para que los no cristianos los vean.
Si se realizan correctamente en presencia de los incrédulos,

estas ordenanzas pueden convertirse en un medio dinámico
para comunicar el evangelio de Jesucristo.
Puntos de acción
¿Ha sido bautizado desde que se hizo cristiano?
Además, si tiene hijos, ¿ha asumido la responsabilidad
de asegurarse de que sus hijos vengan a Cristo y sean
bautizados?
¿Eres parte de un grupo donde regularmente recuerdas
al Señor a través de la sagrada comunión?
¿Estáis verdaderamente convertidos a Jesucristo,
habiendo sido circuncidados de corazón por obra del
Espíritu Santo? Además, como cristiano, ¿estás
reflejando la justicia y el amor de Cristo a todas las
personas, revelando que en verdad eres una persona
nueva en Cristo?
Vuelva a leer las preguntas bajo Puntos de acción. Mientras lo

hace, pídale al Espíritu Santo que grabe en su corazón una
lección que necesita aplicar de manera más efectiva en su
vida. Luego escribe un objetivo específico. Por ejemplo, es
posible que nunca te hayas bautizado desde que pusiste tu fe
en Jesucristo y te convertiste en cristiano. O tal vez, usted tiene hijos q
son creyentes pero nunca han sido bautizados.
Pon una meta

__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la

Deidad, y en Él habéis sido hechos completos, y
Él es la cabeza sobre todo dominio y autoridad; y en él también
fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha a mano,
al quitaros el cuerpo carnal en la circuncisión de Cristo; haber
sido enterrado con
él en el bautismo, en el cual también fuisteis resucitados con
a él por la fe en la acción de Dios, que resucitó
Él de entre los muertos.
COLOSENSES 2:9–12
Las paredes se derrumbaron

Abajo
Lee Josué 6:1–27
Una cosa que solía ser difícil para mí de entender y aceptar

era el juicio de Dios sobre los paganos en el Antiguo
Testamento. Quizás usted también tenga preguntas.
¿Es Dios injusto?
Algunas personas concluyen (yo lo hice una vez) que el Señor

descendió repentinamente sobre el pueblo cananeo sin previo
aviso y los borró de la faz de la tierra. ¡No tan!
¿Recuerdas el informe de Rahab a los espías? Su pueblo
conocía al Dios de Israel desde hacía por lo menos cuarenta años.
Habían oído todo lo que había hecho a los egipcios a causa
de sus pecados. Sabían lo que les había sucedido a los que
se opusieron a Israel en el desierto (Josué 2:10–11).
Y ahora también sabían del milagro en el río Jordán. “Sus

corazones se derritieron” con miedo. "Había
ya no hay espíritu en ellos”—estaban literalmente desmoralizados

(5:1).
Otra oportunidad para arrepentirse
Lo que vamos a ver en este capítulo es que Dios le dio al pueblo

de Jericó siete días más para volverse de sus pecados. Verá, Dios
nunca juzgó a las personas (incluyendo a Sodoma y Gomorra) sin
advertirles en numerosas ocasiones que los iba a destruir a causa de
su idolatría e inmoralidad. Una y otra vez vemos el amor, la gracia, la
misericordia y la paciencia de Dios en el Antiguo Testamento. Es
cierto que pocas personas se arrepintieron, pero cuando lo hicieron,
Dios se arrepintió y los preservó.
No es el deseo de Dios juzgar a las personas. Su actitud ha sido

la misma que expresó el apóstol Pedro. Él no quiere que “nadie
perezca sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).
¡Adelante!
Los hijos de Israel estaban ahora en la tierra de Canaán, una

¡sueño hecho realidad! Dios nuevamente demostró Su gran

poder (a través del milagro en el Jordán). El Señor les
recordó Su pacto incondicional con ellos (a través del rito de
la circuncisión). También les recordó Su gracia al librarlos
de la esclavitud en Egipto (a través de la Pascua). Ahora
estaban listos para tomar la tierra a través del avance militar.
La ciudad de Jericó, por orden directa de Dios, iba a ser su
primer objetivo.
No tomar riesgos
El pueblo de Jericó estaba terriblemente asustado,

según el mensaje que Rahab transmitió a Israel (Jos.
2:10–11). No solo habían oído hablar del fiasco del Mar
Rojo para los egipcios que los perseguían unos cuarenta
años antes, sino que más recientemente habían recibido
informes de cómo los dos reyes de los amorreos al otro lado
del Jordán, junto con todo su pueblo, habían sido literalmente
borrados de la cara. de la tierra (Núm. 21:33-35). Cuando
Dios hizo retroceder las aguas del caudaloso y arremolinado
río Jordán para que Israel pudiera cruzar en tierra seca,
estaban completamente desmoralizados (Josué 5:1). Así
leemos “Jericó estaba bien cerrada a causa de los hijos de
Israel” y “nadie salía ni entraba” (6:1).
“El brazo de carne os fallará”
De alguna manera, el pueblo de Jericó creía que podía

protegerse del Dios de Israel con muros hechos por el hombre, sin
enfrentarse al hecho de que esos muros de piedra estaban tan
sujetos al poder de Dios como las aguas del mar Rojo y el río
Jordán. Si Dios puede controlar y manipular los fenómenos
naturales, ¿cuánto más puede destruir estructuras hechas por el
hombre y desbaratar arcos y flechas?
¿Necio? ¡Sí! Pero qué común para hombres y mujeres que no

conocen a Dios y que están cegados por sus estilos de vida
egocéntricos y religiones paganas. Como dijo tan apropiadamente
el compositor: “El brazo de la carne os fallará”.
Dios dijo "¡Marcha!"
Atacar Jericó no fue una idea humana que se originó en la mente

de Joshua. Era la voluntad y el mandato de Dios para Israel.
Las instrucciones del Señor fueron muy específicas, hasta el último
detalle.
preparándose
Dios había preparado a Josué de manera especial para esta batalla.

Como ya hemos visto, el proceso comenzó en el capítulo anterior.
“El capitán del ejército del Señor”, que probablemente era Dios
mismo en forma humana, se le apareció a Josué mientras
inspeccionaba Jericó. Revelándose como un hombre preparado
para la batalla, el Señor le indicó a Josué que se quitara las
sandalias de los pies porque el lugar donde él estaba parado era
1
tierra santa (5:13–15).
La preparación inicial para esta batalla fue espiritual. No era

una estrategia ordinaria. Lo que Dios estaba a punto de ordenarle a
Josué que hiciera era realmente extraño en comparación con las
técnicas de batalla que había usado en ocasiones anteriores.
De hecho, todo Israel necesitaba estar preparado espiritual y
psicológicamente para lo que parecería ser un plan de batalla
ridículo y extraño.
Avanzando por fe
¡Josué estaba listo! ¡Su respuesta fue inmediata! ¿Cómo podía

dudar ahora? ¿No se había mostrado Dios fiel frente a situaciones
imposibles? Si el Señor pudiera hacer retroceder las aguas del
Jordán, no sería un problema para Él meter a los israelitas dentro
de los muros de Jericó, aunque la estrategia, desde una perspectiva
humana, no tenía sentido.
en absoluto.
Los versículos 2–5 del capítulo 6 son una continuación de la

revelación de Dios en los versículos 13–15 del capítulo 5 cuando
Josué se encontró con el “principal del ejército del Señor”. Una vez
que el Señor hubo preparado espiritualmente a Josué, le dio
instrucciones específicas para atacar Jericó:
“Mira, he entregado Jericó en tu mano, con su rey y los

valientes guerreros. Y marcharéis alrededor de la ciudad,
todos los hombres de guerra alrededor de la ciudad una vez.
Lo harás durante seis días. También siete sacerdotes llevarán
siete trompetas de cuernos de carneros delante del arca;
luego el séptimo día daréis siete vueltas alrededor de la
ciudad, y los sacerdotes tocarán las trompetas.
Y acontecerá que cuando hagan sonar largamente el cuerno
de carnero, y cuando oigas el sonido de la trompeta, todo el
pueblo gritará con gran júbilo; y el muro de la ciudad se
derrumbará, y el pueblo subirá cada uno de frente. (6:2–5)
El plan se desarrolla
Lo que sigue en este capítulo son las instrucciones de Dios

desarrolladas en la vida de los hijos de Israel (vv. 6–19). Josué
y el pueblo obedeció las órdenes de Dios hasta el último detalle.

En consecuencia, capturaron la ciudad tal como el Señor dijo
que lo harían.
¡Marcharon en Silencio Total!
Imagínese lo que debe haber estado pasando por la mente

de los habitantes de Jericó mientras observaban a los hijos de
Israel desde el interior de sus muros fortificados.
Los soldados marchaban alrededor de la ciudad. En medio de
la procesión, los sacerdotes de Dios llevaban el Arca de la
Alianza, y otros aún tocaban cuernos de carnero. Pero, tal como
Dios lo había mandado, ninguno de los israelitas dijo una palabra.
Marcharon en total silencio.
¡Qué vista tan extraña!
Lo mismo sucedió el segundo día, y el tercero. Continuó

hasta que transcurrieron seis días. Y luego vino el séptimo día.
Pero esto era diferente. Como antes, comenzaron la procesión
por la mañana, pero los soldados de Israel no regresaron al
campamento después de rodear los muros una vez.
¡Era realmente una vista extraña! Dieron la vuelta una segunda
vez y una tercera, hasta que dieron la vuelta a la ciudad.
siete tiempos completos. A estas alturas debe haber habido una

consternación absoluta dentro de las paredes. ¿Que estaba
pasando? ¿Qué fue esta increíble demostración?
¡Entonces sucedió!
A la orden de Josué y por primera vez en una semana,

resonaron las voces de los israelitas. Al sonido de la trompeta,
dieron un “gran grito” y los muros de Jericó se derrumbaron (v. 20).
¿Por qué estos enormes muros, lo suficientemente anchos

como para servir de cimiento para la casa de Rahab, se
derrumbaron con tan poco esfuerzo? Algunos estudiosos creen
que se derrumbaron a causa de un terremoto, ya que este tipo de
fenómenos naturales son frecuentes en esta región geográfica.
Quizás esto sea cierto, pues no sería problema para Dios
sincronizar sobrenaturalmente un terremoto con el grito que salió
del ejército de Israel. Sea lo que sea, sin embargo, ya sea un
terremoto natural, un terremoto sobrenatural o ningún terremoto,
Dios había obrado otro milagro para 2 Israel.
¡La batalla era del Señor!

Cuando los muros se derrumbaron, el ejército de Israel entró

en Jericó y comenzó a destruir a sus enemigos (vv. 20–27).
Tomados por sorpresa por esta extraña estrategia, la gente
de la ciudad estaba confundida y no tuvo tiempo de prepararse
para evitar la catástrofe.
Dios estuvo del lado de Israel todo el tiempo, tanto fuera

como dentro de la ciudad. Fue una victoria sobrenatural. Dios
había dicho: “He entregado Jericó en vuestras manos” (6:2).
El golpe de muerte que cayó sobre los habitantes de Jericó
fue un juicio de Dios a causa de su pecado y su corazón no
arrepentido. Aunque este pueblo cayó a manos de los hombres
de Israel, la victoria fue de Dios. Israel fue simplemente el
vaso que usó para lograr su propósito.
¡Rahab y su familia fueron salvados!
Rahab y los miembros de su familia que respondieron a su

advertencia del juicio venidero se salvaron. Tal como le
indicaron los espías, reunió a sus parientes en su casa y colgó
la cuerda escarlata en la ventana.
En consecuencia, Josué honró su obediencia. De hecho,
ordenó a los dos espías cuyas vidas ella había salvado que
entraran en Jericó y sacaran a Rahab y a toda su familia de
la ciudad y al campamento de Israel. Así, leemos—
Rahab la ramera y la casa de su padre y todo lo que

tenía, Josué perdonó; y ha habitado en medio de Israel
hasta el día de hoy, porque escondió a los mensajeros
que Josué envió para reconocer a Jericó. (6:25)
Reflexiones sobre la estrategia de Dios
Hay varias interpretaciones al tratar de explicar la estrategia

de guerra de Dios contra el pueblo de Jericó. ¿Por qué haría
que Israel marchara alrededor de Jericó durante siete días?
Algunos creen que el proceso fue únicamente para Israel, para
enseñarles fe y obediencia. Ciertamente esto estaba
involucrado. Se necesitó fe para que estos hombres
obedecieran las instrucciones de Dios en lugar de seguir su
tendencia natural a involucrarse en tácticas ordinarias de guerra.
Creo que hay otra razón, una que se relaciona con la

compasión de Dios por los no salvos. Debemos recordar que
Dios no escogió a Israel para mostrar favoritismo o parcialidad,
o para demostrar una preocupación nacional y limitada por la
humanidad. Más bien, escogió a Israel para que fuera Su
medio para transmitir a todas las naciones Su existencia, Su
soberanía, Su justicia y Su santidad. El eligió
Israel para llevar el mensaje de que Él estaba dispuesto a salvar a

todos aquellos, judíos o gentiles, que verdaderamente lo invocarían.
Israel se convertiría en el visual único y dramático de Dios para
transmitir que Él es un Dios amoroso y misericordioso, listo para
salvar a todas las personas de sus pecados, aunque, como Pablo
les recordó a los romanos, no consideraron adecuado reconocerlo
(Rom. 1). :28).
Oración de Salomón
Muchos años después, cuando Salomón oró para dedicar el

Templo, resumió muy claramente el amor de Dios por todas las
personas:
“También en cuanto al extranjero que no es de tu pueblo Israel,

cuando venga de una tierra lejana por causa de tu nombre
(porque oirán de tu gran nombre y de tu mano poderosa, y de
tu brazo extendido); cuando venga y ore hacia esta casa,
escucha tú en los cielos tu morada, y haz conforme a todo lo
que el extranjero te clame, para que todos los pueblos de la
tierra conozcan tu nombre y te teman, como hacen tu pueblo
Israel.” (1 Reyes 8:41–43)
Una oportunidad más
Dios les estaba dando a los cananeos de Jericó una oportunidad

más para volverse de sus pecados y sus malos caminos. Mientras
Israel marchaba alrededor de los muros de Jericó, parece que Dios
estaba diciendo de una vez por todas: “¡Se acerca el juicio!
¡Arrepiéntanse y vuélvanse de sus pecados!” Con cada día, la hora
final se acercaba más, y alcanzó un gran crescendo en el séptimo día
cuando la gente marchó alrededor de la ciudad siete veces. Y siete
veces, Dios estaba diciendo: “¡Arrepentíos!”
¿Hubiera Dios cambiado de opinión?
Hay numerosos eventos en el Antiguo Testamento que indican

que si la gente de Jericó hubiera abierto las puertas y suplicado
misericordia, volviéndose a Dios y pidiendo perdón, el Señor se habría
arrepentido. Cuando Jonás advirtió al pueblo de Nínive que en “todavía
cuarenta días” Dios pronunciaría juicio sobre ellos, el pueblo se
arrepintió y Dios se arrepintió (Jon. 3:4–10).
Dios también habría perdonado a Sodoma y Gomorra.

Su reticencia a traer juicio sobre estas ciudades se ve claramente en
su disposición a ceder cuando Abraham le pidió que perdonara a las
ciudades si se podían encontrar cincuenta personas justas.
Entonces Abraham bajó el número a cuarenta y cinco, a cuarenta,

a treinta, a veinte y finalmente a diez. Aun así, Dios prometió que
no destruiría a Sodoma y Gomorra si Abraham podía encontrar
solo diez personas justas (Gén. 18:23–32). Por supuesto, no
eran ni diez. Y el juicio de Dios cayó sobre esta gente inicua, tal
como cayó sobre los habitantes de Jericó.
Jericó fue otra advertencia
Recuerde también que el juicio de Dios sobre Jericó fue

solo una advertencia adicional para las otras ciudades cananeas.
Se acercaba su turno. Israel estaba en marcha, por mandato de
Dios. Y con cada golpe de muerte, Dios estaba diciendo:
“¡Arrepentíos! ¡Arrepentirse! ¡Arrepentirse! Apartaos de vuestros
malos caminos, vuestras inmoralidades, vuestros dioses falsos,
vuestros sacrificios de niños y vuestras numerosas otras malas
acciones. Y si lo haces, te preservaré como lo hice con Rahab la
ramera y toda su familia”.

Principio 1. Los burladores siempre han

existido por mucha luz que tengan.
Incluso en los días del Nuevo Testamento, solo unos pocos

años después de que Cristo caminó sobre esta tierra, enseñando
y obrando milagros, hubo burladores que rechazaron las señales
del juicio venidero. Escucha las palabras de Pedro:
¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde que

los padres se durmieron, todo continúa tal como fue desde
el principio de la creación.
Porque cuando sostienen esto, se les escapa que por

la palabra de Dios existieron los cielos hace mucho tiempo
y que la tierra fue formada de agua y por agua, por lo cual
el mundo en ese tiempo fue destruido, siendo inundado
con agua. Pero los cielos y la tierra presentes por Su
palabra están siendo reservados para el fuego, guardados
para el día del juicio y destrucción de los hombres impíos.
Pero amados, no dejéis que se os escape este hecho,

que para el Señor un día es como mil años, y mil años
como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa,
según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente
para con vosotros, no queriendo que ninguno
perezca sino para que todos lleguen al arrepentimiento. Pero

el día del Señor vendrá como un ladrón en el cual los cielos
pasarán con un estruendo y los elementos serán destruidos
con intenso calor, y la tierra y sus obras serán quemadas. (2
Pedro 3:4–10)
Principio 2. Dios sigue siendo paciente y

sufrido con las personas que lo rechazan.
“El Señor…es paciente…no queriendo que ninguno perezca, sino

que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). Esta sigue
siendo la actitud de Dios, tal como fue Su actitud hacia el pueblo de
Canaán. Ha sido Su actitud hacia el mundo entero desde el día en
que Adán y Eva pecaron en el Jardín.
A través de Abraham e Israel, y en estos últimos días a través de
Jesucristo, ha estado alcanzando a todas las personas. Su
longanimidad es obvia.
Jesucristo todavía está esperando que la gente se vuelva a Él.

A su manera misteriosa y soberana, está retrasando su regreso a
la tierra porque desea que todas las personas se salven. Obviamente,
no todos se volverán a Él. Pero algunos lo harán, como Rahab y su
familia. Jesús dijo que el camino que lleva a la destrucción es ancho
y muchos siguen ese camino. También afirmó que el camino que
lleva a la vida eterna
es angosto y pocos siguen ese camino (Mateo 7:13-14). El pueblo de

Jericó ilustra a los que eligen el camino ancho. Rahab y su familia
ciertamente ilustran a aquellos que eligen el camino angosto.
¿Y usted? ¿Ha recibido personalmente a Jesucristo como su

Salvador del pecado? No postergues más esta importante decisión.
Recíbelo a Él y a Su perdón hoy. Reza esta oración con sinceridad y Él
ciertamente te dará la vida eterna:
Padre, he pecado. Aunque mis pecados pueden no ser tan

grandes como los de los cananeos de antaño, todavía soy pecador
y estoy separado de ti. Gracias por morir por mis pecados.
Ahora te recibo como mi Señor y Salvador personal. Gracias por
aceptarme, por salvarme y por darme vida eterna.
Principio 3. Dios usa a las personas para alcanzar a las personas.
En toda la Escritura, vemos cinco dimensiones para

La estrategia misionera de Dios:
Siendo
Lo que “somos” como cuerpo local de creyentes es fundamental

para tener un alcance evangelístico efectivo
en nuestra comunidad local. “Ser” lo que Cristo mandó y por lo que

oró en el Evangelio de Juan debería servir como un puente dinámico
hacia el mundo. Nuestro amor mutuo (Juan 13:34–35), el dar frutos
de justicia (15:8) y unidad (17:20–23) atraen a los no cristianos,
primero a nosotros, y luego a Jesucristo, el Aquel que nos ha hecho
lo que somos. En esencia, este también fue el plan de Dios para la
nación de Israel en el Antiguo Testamento. Debían amar a Dios con
todo su corazón ya su prójimo como a sí mismos (Marcos 12:28–31).
¿Cuánto estás haciendo para contribuir al amor y la unidad en

tu iglesia?
Yendo
Aunque el “ser” es fundamental y esencial para un alcance

comunitario efectivo, es solo el punto de partida. La “visibilidad del
cuerpo” solo sienta las bases para la verbalización personal. Los no
cristianos solo pueden entender y comprender el evangelio cuando lo
escuchan explicar.
¿Cuánto estás involucrado en “ir” a aquellos que necesitan

escuchar el mensaje (Mat. 28:19–20)?
Enviando
No todos los cristianos están llamados a dejar sus hogares y

comunidades para ser misioneros o evangelistas. De hecho, la
mayoría de los cristianos del Nuevo Testamento que se convirtieron
a Cristo de varias comunidades paganas nunca abandonaron esas
comunidades. Más bien, el plan de Dios era que permanecieran
donde estaban y se convirtieran en un testigo corporativo dinámico
para el resto de su comunidad inmediata. Sin embargo, Su plan
también era que habría quienes saldrían de entre ellos para llevar el
mensaje del evangelio personalmente a la comunidad y hasta los
confines de la tierra, apoyados tanto en oración como
económicamente por los que se quedaran atrás.
¿Cuánto estás involucrado en “enviar” a otros a

predicar el evangelio a los que no han oído?
Donación
Apoyar financieramente a aquellos que desean servir a

Jesucristo a tiempo completo como pastores y misioneros es una
parte tan importante de llevar a cabo la Gran Comisión como “ir”.
Desde un punto de vista cristiano, no podemos enviar personas
conscientemente sin satisfacer sus necesidades físicas y sin
brindarles seguridad financiera. Todos estamos para dar
sistemática, proporcional y alegremente (2 Corintios 9:6-7).
¿Cuánto estás utilizando tus recursos financieros para lograr los

propósitos de Dios en este mundo?
Orando
Los cristianos deben orar por muchas cosas, por todas las cosas
(Filipenses 4:6). Pero hay muchos ejemplos en el Nuevo Testamento que
nos dicen que debemos orar por aquellos que nos representan como
evangelistas y misioneros. Pablo solicitó ese tipo de oración cuando
escribió a los Efesios (6:19–20).
¿Qué tan fiel eres en orar por los misioneros y

otros que comparten el evangelio?
Puntos de acción
¿Hasta qué punto estoy contribuyendo a la vida corporal
dinámica y al testimonio de mi iglesia?
¿Hasta qué punto estoy personalmente compartiendo a Cristo
con los no cristianos?
¿Hasta qué punto estoy animando a otros a servir en el

área de alcance misionero?
¿Hasta qué punto estoy apoyando financieramente a
las misiones?
¿Hasta qué punto estoy orando por los que se van?
Vuelva a leer las preguntas bajo Puntos de acción. Mientras lo

hace, pídale al Espíritu Santo que grabe en su corazón una lección
que necesita aplicar de manera más efectiva en su vida. Luego
escribe un objetivo específico. Por ejemplo, es posible que usted
no sea un dador regular y proporcionado a su iglesia para apoyar
el alcance de las misiones. Esto nunca ha sido parte de su
disciplina cristiana. O tal vez alguna vez lo hiciste pero no has sido
consistentemente obediente en esta área de tu vida.
También sabes que este es un mal modelo para tu esposa y tus
hijos.
Pon una meta

__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
“Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre

vosotros el Espíritu Santo; y seréis mis testigos en
Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último
de la tierra.
HECHOS 1:8
Una terrible tragedia

Lee Josué 7:1–26
Como una persona joven que creció en mi entorno religioso

particular, mi visión de Dios estaba algo distorsionada.
Desafortunadamente, lo vi más como un Dios de ira que como un
Dios de amor. En realidad, vemos Su longanimidad y paciencia con
las debilidades de la humanidad mucho más a menudo en la Biblia
que Sus juicios.
Sin embargo, hay ocasiones en que Dios administró un castigo

severo por el pecado. Esto es particularmente cierto cuando Su
pueblo cometió una desobediencia flagrante a la luz plena de Su
revelación divina. Que Dios permitiera que el pecado pasara
desapercibido e impune en estos casos habría causado que las
masas perdieran el respeto por Él y Su Palabra.
El Milagro en Jericó
¡Qué gran victoria para Josué y los ejércitos de Israel!

Desde un punto de vista humano, no había manera de explicar el
evento. De hecho, fue otro milagro fantástico, igual
en intensidad, dramatismo y significado divino a la experiencia

del Mar Rojo y la entrada de Israel en Canaán a través del río
Jordán.
Jericó fue la primera ciudad en caer bajo el juicio de Dios.

La siguiente sería Hai, otra ciudad cananea que se encontraba
a unas diez millas al oeste de Jericó. Cualquier temor y
ambivalencia que los hijos de Israel pudieran haber sentido
cuando se acercaron por primera vez a Jericó se desvaneció a
la luz de su asombrosa victoria.
Una historia aleccionadora
A pesar de la gran victoria en Jericó, acechar en las

sombras era un problema serio, un problema de pecado que
pronto convertiría el espíritu de confianza de los israelitas en
ansiedad interna, confusión emocional y duda. Un hombre
llamado Acán violó algunas de las instrucciones específicas de
Dios con respecto al botín de Jericó. En consecuencia, Israel
estaba a punto de experimentar una derrota humillante.
Desobediencia flagrante de Acán
Cuando el Señor inicialmente le dio instrucciones a Josué

con respecto a la forma en que Israel atacaría y capturaría a Jericó,

había declarado muy específicamente que toda la ciudad estaba
“bajo la proscripción”. Todo y todos en la ciudad, excepto Rahab y
su familia, deben ser destruidos y quemados con fuego. Solo había
una excepción: “Toda la plata y el oro y los artículos de bronce y de
hierro” debían ser considerados “santos para el SEÑOR” y debían
“ir al tesoro del SEÑOR” (6:19).
Acán, un israelita de la tribu de Judá, deliberadamente hizo

caso omiso del mandato de Dios. En secreto, “tomó algunas de las
cosas bajo anatema” y las escondió en su tienda. En consecuencia,
la ira de Dios “se encendió contra los hijos de Israel” (7:1).
El hecho de que Dios pusiera a personas y cosas “bajo

proscripción” no era un fenómeno nuevo en Israel. De hecho,
estaba escrito en las leyes dadas a Israel en el Sinaí (Lev. 27:29).
Y cuando Moisés revisó la ley antes de su entrada en Canaán,
explicó a Israel y les advirtió sobre la prohibición:
“Y el SEÑOR tu Dios limpiará estas naciones delante de ti

poco a poco…. Las imágenes talladas de sus dioses quemarás
con fuego; no codiciarás la plata ni el oro que hay en ellos, ni
lo tomarás por
vosotros mismos, para que no seáis enredados en él, porque es

abominación a Jehová vuestro Dios. Y no traerás cosa abominable
a tu casa, ni caerás bajo anatema como ella; lo aborrecerás
completamente y lo aborrecerás completamente, porque es algo
prohibido”. (Deuteronomio 7:22, 25–26)
Dios colocó a Jericó y todo lo que hay en ella bajo esta prohibición.
Con pleno conocimiento de la advertencia de Dios a través de Moisés y
ahora a través de Josué con respecto a lo que le sucedería a él y a toda
su casa, Acán tomó parte de la plata y el oro y las ropas lujosas de
Jericó y las ocultó en su tienda. ¡Acán flagrantemente, ya la plena luz de
la revelación de Dios, violó Su santa ley! A los ojos de Dios, fue un acto
de idolatría y maldad que debe ser castigado.
La derrota humillante de Israel
Después de la tremenda victoria de Israel en Jericó, Josué tomó

medidas inmediatas para conquistar la ciudad de Hai. Envió a algunos
hombres a espiar la ciudad. Cuando regresaron, su informe a Josué
irradiaba confianza y seguridad en sí mismos: “'No dejes que suba todo
el pueblo'”, dijeron.
“'Solo unos dos o tres mil hombres necesitan subir a Hai; no hagáis
trabajar a todo el pueblo allá arriba, porque son pocos.
(7:3).
¡Desafortunadamente, Josué les tomó la palabra a estos hombres!

Envió un pequeño grupo de hombres para capturar esta ciudad. Y para
su asombro, los hombres de Hai respondieron y derrotaron a Israel.
Josué y todos los hijos de Israel estaban desconcertados.

No podían creer lo que veían. Estaban tan asustados que sus corazones
“se derritieron y se volvieron como agua” (v. 5).
¿Qué sucedió? Nadie lo sabía realmente, ¡excepto Dios y Acán!

La raíz del problema era el pecado del hombre.
Pero también había algunos otros problemas. Aunque Acán fue el

principal culpable, hubo líderes en Israel que fueron culpables de tomar
el asunto en sus propias manos.
Israel había obtenido una victoria increíble, lo que resultó en

sentimientos de orgullo y arrogancia. De hecho, los hombres que fueron
enviados a espiar a Ai estaban tan seguros de sí mismos que no se
tomaron el tiempo para conocer todos los hechos. ¡Lamentablemente
calcularon mal el número de guerreros armados en Hai!
Aún más trágico, no recordaron que era Dios
quien les había dado la victoria en Jericó—no su gran sabiduría y

estrategias humanas.
¿Alguna vez has enfrentado este tipo de problema en tu propia

vida? ¡Tengo! Soy más vulnerable después de algún gran logro o
victoria. ¡Qué fácil es en esos momentos juzgar mal, volverse
demasiado seguro de sí mismo, confiar en mis propias fuerzas y
habilidades! Y con frecuencia Dios tiene que enseñarme, al permitir
la derrota en mi vida, que debo mantener un intrincado equilibrio
entre tener confianza en mí mismo y confiar continuamente en Dios
para que me guíe y me ayude a discernir Su perfecta voluntad.
Desafortunadamente, a veces aprendo esa lección a través del
fracaso.
¡Qué rápido podemos tropezar y caer! A menudo sucede

cuando nos sentimos más exitosos en nuestra experiencia cristiana.
En medio de nuestro fracaso, a veces es difícil entender el problema
o saber cómo abordar la situación con perspectiva espiritual. ¡Este
también era problema de Josué!
La dolorosa consternación de Josué
Josué fue tomado totalmente por sorpresa cuando Israel fue

derrotado por los hombres de Hai. Sus emociones tomaron rápidamente
y “rasgó sus vestidos y cayó al suelo”. Aunque exteriormente

humilde, en realidad, estaba más preocupado por sus propios
sentimientos de consternación que por llegar a la raíz del problema.
Esto es evidente en su oración:
Y Josué dijo: ¡Ay, oh SEÑOR Dios! ¿Por qué hiciste pasar a

este pueblo el Jordán, sólo para entregarnos en manos de los
amorreos, para destruirnos? ¡Ojalá hubiéramos estado
dispuestos a morar al otro lado del Jordán! Oh Señor, ¿qué
puedo decir ya que Israel ha dado la espalda a sus enemigos?
Porque los cananeos y todos los habitantes de la tierra se
enterarán, y nos rodearán y borrarán nuestro nombre de la
tierra. ¿Y qué harás por tu gran nombre? (7:7–9)
Claramente, Joshua había perdido la perspectiva. En medio

de la derrota se olvidó de la promesa de Dios de que les iba a dar
la tierra. ¿No acababa de instruir el Señor a Josué que circuncidara
a los hijos de Israel como señal de esa promesa?
¿No acababan de recordar su gran liberación de Egipto con la
Pascua? ¿Y qué hay de las piedras conmemorativas? Y sobre
todo, ¿qué pasa con Jericó?
¿Los abandonaría Dios tan rápidamente?
Las reacciones de Joshua revelan que era humano, como tú

y como yo. Hay una delgada línea entre los sentimientos
de éxito y fracaso. En un momento podemos estar eufóricos con

nuestros logros. Y poco tiempo después podemos estar deprimidos
por nuestros fracasos. Cuando estamos deprimidos y consternados,
a menudo perdemos de vista el plan general de Dios para nuestras
vidas: sus promesas, sus victorias anteriores y su presencia divina
con nosotros. A menudo, Dios tiene que tratar con nosotros tal como
lo hizo con Josué. ¡Él tiene que recordarnos los hechos!
Las instrucciones específicas del Señor
Aunque las emociones de Joshua eran muy reales y dolorosas,

¡eran sentimientos superficiales! ¡Era un hombre demasiado maduro
para hundirse en una profunda desesperación y derrota! Dios sabía
que estaba sintiendo lástima de sí mismo. ¡Consecuentemente el
Señor trató con él a ese nivel! “¡Levántate!”, dijo el Señor. “'¿Por
qué te has postrado sobre tu rostro?'” (v. 10).
Con este mandato y pregunta, el Señor indicó que Josué

debería haber sabido lo que estaba mal. Si se hubiera detenido a
pensar por un momento, habría concluido que alguien había violado
la ley de Dios con respecto a la prohibición de Jericó. Así, el Señor
respondió Su propia pregunta directamente y al grano:
“Israel ha pecado, y también han transgredido Mi pacto que les

ordené. Y ellos
incluso han tomado algunas de las cosas bajo la

prohibición y han robado y engañado. Además, también
los han puesto entre sus propias cosas.
Por tanto, los hijos de Israel no pueden hacer frente a
sus enemigos; dan la espalda a sus enemigos, porque
han sido malditos. No estaré más contigo a menos que
destruyas las cosas bajo anatema de en medio de ti”.
(vv. 11-12)
El Señor siguió esta revelación general con algunas

instrucciones muy específicas para resolver el problema. En
lugar de identificar inmediatamente a Acán y a los que
estaban involucrados con él, el Señor detalló un método
paso a paso para descubrir al culpable. Primero, todos los
hijos de Israel debían consagrarse delante del Señor (v. 13).
Todos ellos debían escudriñar sus corazones, porque en
realidad todos eran culpables de orgullo y de no haber
confiado en Dios después de su victoria en Jericó.
A continuación, el Señor reveló el procedimiento para descubrir

Acán:
“Por la mañana os acercaréis por vuestras tribus. Y

acontecerá que la tribu que Jehová tomare en suerte se
acercará por familias, y la familia que Jehová tomare se
acercará por
casas, y la casa que Jehová tomare se acercará hombre por

hombre.” (v.14)
El trágico descubrimiento de Acán
Piense por un momento por qué Dios usó esta táctica de

despliegue. ¿Por qué no identificó a Acán ya los demás
involucrados? Personalmente creo que hay dos razones. Primero,
Dios quería que Israel observara el proceso y nunca lo olvidara. A
medida que caía cada lote y se identificaba cada tribu, familia y
hogar, todo Israel tendría la oportunidad de pensar detenidamente
sobre la seriedad de violar los mandamientos de Dios. ¡Los
recuerdos cortos a menudo necesitan experiencias dramáticas!
Segundo, creo que Dios, en Su divino amor y misericordia,

una vez más estaba ofreciendo una vía de escape a un hombre
que lamentablemente lo había desobedecido. Si Acán hubiera
confesado inmediatamente y verdaderamente se hubiera arrepentido
de su pecado, ¡él y toda su casa podrían haberse salvado! Sería
consistente con la naturaleza de Dios hacer esto, porque años más
tarde perdonó a David, el rey de Israel, quien cometió dos pecados
horribles que deberían haberle causado la muerte. Pero debido al
corazón arrepentido de David, el Señor lo perdonó.
Dios le estaba dando tiempo a Acán, tal como lo había hecho

con el pueblo de Jericó. ¡Su tribu fue identificada, su familia y
finalmente su hogar! ¡Todavía Acán no confesó! Fue solo después
de que la suerte cayó sobre él que reconoció su pecado. Esperó
hasta que su espalda estuvo contra la pared. No tuvo elección. ¡Su
confesión fue forzada! Era demasiado tarde, tal como lo será para
muchos algún día cuando toda rodilla se doble ante Dios y reconozca
quién es Él (Filipenses 2:10–11).
El terrible juicio de Dios: la muerte
¡El final de esta historia es trágico! Acán y su familia y todo lo

que poseía, incluso lo que había robado, fueron completamente
destruidos y quemados con fuego (Jos.
7:22–26). Debido a que Acán se identificó con la proscripción que
Dios puso sobre Jericó, él y toda su casa fueron sometidos al mismo
juicio.

Principio 1. ¡Dios es un Dios santo!

Este pasaje del Antiguo Testamento es uno de los más aleccionadores

de toda la Biblia. Nos enseña que Dios en verdad es un Dios santo.
Aunque Él es paciente y longánimo, no puede tolerar persistentemente
el pecado, especialmente cuando se comete de manera flagrante a
la luz de Su revelación plena y directa.
Principio 2. Cuanta más luz tenemos,

más somos responsables.
Esto se ilustra dramáticamente en la vida de Acán. Dios se reveló

una y otra vez, no solo a través de señales y milagros visibles, sino
también por mandatos directos. Años antes, Él advirtió a Israel contra
este tipo de pecado, que caer en él traería juicio sobre toda la casa.
Para asegurarse de que entendieran la seriedad de esta ley, Dios
revisó este asunto para Israel antes de que entraran en Jericó (6:18).
¡Y fue a la luz de la advertencia directa de Dios que Acán desobedeció
a Dios! En muchos aspectos, sería tan serio como entrar al lugar
santísimo en el Tabernáculo y empujar el arca del Pacto al suelo,
reemplazándola con un ídolo pagano. Era una forma muy grave de
idolatría.
Principio 3. Cuidado con la mentira flagrante.
Note lo que les sucedió a Ananías y Safira en el Nuevo

Testamento. En medio de los dramáticos eventos en la iglesia
de Jerusalén, Satanás los hizo “mentir al Espíritu Santo”. En
consecuencia, fueron severamente juzgados por Dios.
¡Ambos murieron en el acto! Y cuando sucedió, “vino gran
temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que lo
oyeron” (Hechos 5:11).
Principio 4. ¿Puede ocurrir hoy este tipo de juicio?
Para responder a esta pregunta, necesitamos revisar lo que

Pablo escribió en su carta a los Corintios. Inquieto con los
líderes que estaban destruyendo la unidad en la iglesia, emitió
una severa advertencia:
¿No sabéis [todos vosotros] que sois templo [iglesia] de

Dios y que el Espíritu de Dios mora en vosotros [todos
vosotros]? Si alguno destruyere el templo [la iglesia] de
Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo [la iglesia] de
Dios es santo, y eso sois vosotros [todos vosotros]. (1
Corintios 3:16–17)
Sé de ocasiones en que Dios ha juzgado severamente a los

cristianos que han destruido flagrante y deliberadamente la unidad
en la iglesia debido a sus propios motivos egoístas y carnales.
Aunque esto puede no implicar la muerte, ha sido un juicio serio y
doloroso. En estos casos, el pecado ha sido tan evidente que
nadie puede malinterpretar lo sucedido.
En conclusión, debemos recordarnos que incluso la Biblia

registra muy pocas veces cuando Dios irrumpe con este tipo de
juicio. Pero cuando lo hace, recae sobre personas que han
desobedecido voluntariamente a Dios a la plena luz de Su voluntad
y poder revelados.
Principio 5. ¡Todos hemos pecado!
Ambas historias nos enseñan a todos una lección importante.

Sí, Dios es santo y odia el pecado, pero la lección principal es
que, en un sentido muy real, todos estamos bajo la prohibición,
porque "todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios".
(Romanos 3:23). De nuevo Pablo afirma: “No hay justo, ni aun
uno” (v. 10).
Por eso Dios instituyó el sacrificio en el Antiguo Testamento.

Es por eso que finalmente envió a Su Hijo, Jesucristo, a morir de
una vez por todas por los pecados del mundo. Cuando recibimos a
Jesucristo, cuando creemos que Él murió por nosotros personalmente,
Él nos justifica y nos hace justos ante Sus ojos. La sangre de
Jesucristo sigue limpiándonos de todo pecado (1 Juan 1:9).
Sin embargo, saber que somos eternamente perdonados no

nos da una excusa para continuar viviendo en pecado. Si
desobedecemos a Dios deliberadamente, sufriremos las consecuencias.
Cosecharemos lo que sembramos. Como un amoroso Padre
celestial, Dios nos disciplinará para llevarnos de regreso al centro
de Su voluntad. Por otro lado, si no somos disciplinados cuando
pecamos persistentemente, la Biblia enseña que quizás no seamos
Sus hijos, sino hijos e hijas ilegítimos (Hebreos 12:7–8).
Puntos de acción
¿Conoces a Cristo personalmente?
¿Puedes decir: “Si yo, ___________________, muriera esta

noche, sé que iría al cielo y estaría con Cristo
Siempre"?
Si puede decir esto, escriba su nombre en el espacio en blanco.

Si no puedes y quieres conocer a Cristo, reza sinceramente la siguiente
oración:
“Padre, sé que soy un pecador. Sé que te he fallado. Recibo a

Tu Hijo, Jesucristo, para que sea mi Señor y Salvador del pecado.
Gracias por el regalo de la salvación”.
Si rezaste esta oración con sinceridad, escribe tu nombre en el

espacio en blanco de la página anterior.
¿Estás viviendo en la voluntad de Dios?
Hay una pregunta que todos nosotros como cristianos debemos

hacernos: "¿Soy un creyente que está viviendo voluntaria y
deliberadamente en pecado?" Si lo estoy, Dios no está complacido Él
quiere que vivamos vidas santas y justas.
Recuerda que si estás viviendo en pecado a sabiendas, si estás

violando voluntariamente las leyes de Dios, serás disciplinado. Si lo
eres, ¡gracias a Dios, porque eres Su hijo!
Reconoce tus pecados y reclama Su perdón en Jesucristo (1 Juan 1:9).
Por otro lado, si está viviendo en pecado y no está siendo

disciplinado en su conciencia y en otras áreas de su vida, entonces
reevalúe su relación con Jesucristo.
¿Es real? Tal vez no seas verdaderamente salvo.
¿Te estás aprovechando de la gracia de Dios?
El hecho de que Dios no se ocupe de su pecado inmediatamente

no significa que nunca lo hará. No olvides que Dios es paciente y
longánimo.
Tómese unos momentos para reflexionar sobre su vida. Si acaba

de recibir a Jesucristo como su Salvador personal, agradézcale por el
maravilloso regalo que le ha hecho. Pídele que te ayude a crecer en tu
vida cristiana.
Si eres cristiano y sabes que hay cosas en tu vida que no son

propias de un cristiano, aprovecha este momento para confesarle tus
pecados. Recibe el perdón que Él ha prometido.
Si camina con Dios y disfruta de Su presencia, tómese un momento

para adorarlo y alabarlo por todo lo que ha hecho por usted.
Mientras evalúa los siguientes principios, ore y pídale al Espíritu Santo que
grabe en su corazón una lección que necesita aplicar de manera más
efectiva en su vida. Luego escribe un objetivo específico. Por ejemplo,
puede tener dificultades para ser completamente honesto. Es fácil para ti
torcer la verdad. Sabes que esto está mal y es pecaminoso y que Dios
eventualmente te disciplinará por este pecado.
¡Dios es un Dios santo!

Cuanta más luz tenemos, más somos responsables.
Cuidado con ser deshonesto.

Dios eventualmente nos disciplinará si continuamos en pecado.
Pon una meta

__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para

perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
1 JUAN 1:9
experimentando Victoria
el camino de Dios
Lee Josué 8:1–29
Hay un misterio divino que nunca entenderé, al menos mientras viva

en esta tierra. Pero sé que es verdad. Dios puede tomar los resultados
de la debilidad humana y, si se lo permitimos, hacerlos obrar para
bien (Rom. 8:28).
Con qué frecuencia he visto que esto sucede en mi propia vida.

Algunas de las mejores lecciones que he aprendido son el resultado
de mis propios errores o de los errores que otros cometieron y que
han tocado mi vida.
Vemos esta verdad ilustrada en este capítulo. Dios tomó los

resultados del pecado de Israel y los usó para darles la victoria en
Hai.
Tragedia en Israel
La humillante derrota de Israel por parte de los habitantes de Hai y

los trágicos acontecimientos que rodearon a la casa de Acán
dejó a Josué temeroso y con el corazón roto. No solo debe haber sido
terriblemente difícil dar la orden de ejecutar a Acán y su familia, sino
que Josué estaba rodeado de miles de israelitas desanimados y
frustrados. La tristeza y la desesperación impregnaron a todo Israel.
Qué tan rápido sucedió todo
Desde que el Señor le habló a Josué después de la muerte de

Moisés, asegurándole Sus bendiciones sobre él como el nuevo líder
de Israel, Josué había respondido con valentía y fortaleza interior. Él
tomó a Dios en Su palabra. Sus temores se disiparon y su fe fue
fuerte. Condujo triunfalmente a los hijos de Israel a través del Jordán.
Dirigió audazmente al ejército de Israel contra Jericó, sabiendo que
saldrían victoriosos.
Pero de repente, en cuestión de horas, Joshua se encontró

experimentando viejas frustraciones y ansiedades. Su fe triunfante se
convirtió en miedo inmovilizador. Se sintió derrotado y desesperado.
No vio salida.
“No te…desampararé”
Aunque una nube negra de depresión se apoderó del alma de

Josué y se cernió sobre todo Israel, Dios no había abandonado a
Su siervo ni a Su pueblo (1:5). ¡Él no lo haría y no podría! Él les
había prometido la tierra si le obedecían. Y debido a que Josué llevó
a cabo Sus mandatos con respecto a Acán, “Jehová se apartó del
ardor de Su ira” (7:26). Inmediatamente, Dios tomó medidas para
asegurarle a Josué que ciertamente estaba con él y que lo ayudaría
a guiar a Israel hacia más victorias.
Volviendo a las viejas costumbres
Aunque Josué no fue responsable del pecado que condujo a la

derrota de Israel, no estuvo exento de culpa en la forma en que
manejó la maniobra contra Hai. Tomó el asunto en sus propias
manos en lugar de consultar al Señor para obtener instrucciones
específicas (v. 2). Además, su respuesta a su derrota no reflejó el
hombre maduro de Dios que era. En un momento de debilidad,
volvió a sus viejas costumbres.
¡Seguridades!
Una vez que Dios resolvió la causa original del problema (véanse
los vers. 10–11), rápidamente aseguró a Josué que no había
lo abandonó a él o a la nación de Israel:
“No temas ni desmayes. Toma contigo a toda la gente de

guerra y levántate, sube a Hai; Mira, yo he entregado en tu
mano al rey de Hai, a su pueblo, a su ciudad y a su tierra. Y
harás con Hai y su rey lo mismo que hiciste con Jericó y su
rey. (8:1–2a)
Con esta revelación directa y bastante detallada, Dios estaba

ayudando a Josué a superar su profunda sensación de inseguridad.
¡Le aseguró una victoria!
Reiteración
Tenga en cuenta también que las palabras de aliento de Dios

a Josué para que "no tema ni desmaye" fueron las mismas palabras
que Moisés pronunció años antes al pueblo de Cades-barnea antes
de enviar a los doce hombres a reconocer la tierra de Canaán
(Deut. 1: 21). También fueron las mismas palabras que Moisés le
dijo a Josué cuarenta años después cuando entregó las riendas
del liderazgo a este joven después de la experiencia de Israel en el
desierto (31:8). En este momento de la vida de Josué, después de
esta derrota humillante, Dios le recordó específicamente a Josué
su promesa.
El pecado de Acán, por grave que fuera, no significaba que el

Señor había abandonado a Israel. La respuesta inmadura de Josué
tampoco significó que Dios no continuaría usándolo como el líder
escogido.
¡Esto es realmente tranquilizador para todos nosotros! Dios no

retira Sus bendiciones permanentemente cuando le fallamos.
Más bien, nos disciplina con amor y nos ayuda a volver a centrarnos
en su voluntad para nuestras vidas. También es tranquilizador saber
que no somos totalmente responsables de los fracasos de los demás
cuando estamos a cargo. Personalmente, me puedo identificar con
Joshua. Como líder, a menudo me culpo por los fracasos de los demás.
Aunque soy responsable de mis errores ("la responsabilidad se detiene
aquí"), necesito que me aseguren que no soy totalmente culpable.
Una estrategia diferente, pero los mismos resultados
Para hacer Su punto aún más tranquilizador, el Señor le dijo a

Josué que Israel podría capturar Hai tal como habían capturado Jericó.
Su estrategia sería diferente, pero los resultados serían los mismos.
Israel saldría victorioso.
Había otra diferencia. Cuando capturaron Jericó, todo fue puesto

bajo prohibición. Pero en Hai,
el Señor prometió que podrían quedarse con el botín de la ciudad

(Josué 8:2).
Una lección para todos nosotros
¡Que irónico! Si Acán hubiera esperado, si no hubiera

permitido que la codicia y el egoísmo se apoderaran de su vida,
habría podido tomar todo lo que quería y necesitaba cuando
capturaron a Ai. Tristemente, se adelantó al Señor, tomó el
asunto en sus propias manos, violó la ley de Dios y trajo juicio
sobre él y toda su familia.
Un Plan Estratégico
Después de asegurarle a Josué que no había abandonado a

Israel, el Señor le dijo cómo capturar a Hai. Debían “poner una
1
emboscada a la ciudad detrás de ella” (8:2b).
La lectura de los versículos 2 al 17 revela algunos problemas

únicos con respecto a los detalles específicos de la estrategia.
Sin embargo, la siguiente secuencia parece ser la explicación
más consistente, aunque hay una diferencia de opinión entre los
eruditos competentes del Antiguo Testamento.
Una unidad de comando
Josué seleccionó a treinta hombres, "valientes guerreros, y los envió de

noche" para acampar detrás de la ciudad de Hai (en el lado occidental). Estos
hombres componían una unidad de comando que finalmente entraría en la
ciudad y la incendiaría (vv. 3–4).
2
Tropas de respaldo
Detrás de este contingente de hombres había otra emboscada compuesta

por cinco mil hombres (v. 12). Cuando Josué diera la señal apropiada, debían
seguir a los treinta comandos a la ciudad como la retaguardia, agregando
apoyo a la emboscada (v. 13).
3
señuelos
Para preparar el escenario para este ataque sorpresa, Joshua usó una
táctica engañosa. Él y varios otros hombres en Israel subieron a Hai siguiendo
la misma ruta que antes. Acamparon durante la noche en el valle al norte de
Hai a la vista de sus enemigos.
Funcionó
Cuando el rey de Hai vio lo que estaba sucediendo, ordenó a su

propio ejército que atacara a Israel tal como lo habían hecho
anteriormente. Como no sabía nada de los israelitas que esperaban
para atacar desde el oeste, no detuvo a ninguno de sus hombres (v. 14).
El plan funcionó a la perfección. Josué y sus hombres “fingieron

ser golpeados delante de ellos”. Se retiraron y los hombres de Hai los
persiguieron, dejando la ciudad sin vigilancia (vv. 15–17). En el momento
justo, Josué señaló el ataque por la retaguardia (v. 18).
4 Levantó su jabalina y,
evidentemente, los hombres apostados a varias distancias formaron

una línea visual que señaló el mensaje a las unidades de comando.
¡Ataque que hicieron! Entraron en Hai sin resistencia y “rápidamente

prendieron fuego a la ciudad” (v. 19).
Tomado por sorpresa
¡Imagínese la expresión de los rostros de los hombres de Hai! ¡El

miedo se apoderó de sus corazones! Cuando miraron hacia atrás, vieron
oleadas de humo que se elevan hacia el cielo. Toda la ciudad

estaba en llamas. Y antes de que pudieran recobrar el juicio,
Josué y sus hombres de repente se volvieron y atacaron. Los
cinco mil hombres que habían seguido a la unidad de comando
inicial a la ciudad desde el oeste también atravesaron la ciudad
y atacaron a los hombres de Hai por la espalda.
En consecuencia, “quedaron atrapados en medio de Israel” y
fueron completamente destruidos (v. 22).
Caídas del juicio
Cuando Israel derrotó al ejército de Hai, trajeron el juicio de

Dios sobre toda la población, como lo habían hecho en Jericó.
Leemos que “todos los que cayeron aquel día, así hombres como
mujeres, fueron doce mil, todo el pueblo de Hai” (v. 25).
El rey, sin embargo, fue llevado cautivo y entregado a

Josué. Posteriormente, fue ejecutado y enterrado bajo un montón
de piedras a la entrada de la ciudad (vv. 23, 29).
¡Ai se había caído! Una vez más, Dios demostró ser fiel a
Israel. No solo habían destruido a sus enemigos, sino que
también recibieron una recompensa. Se les permitió tomar “el
ganado y los despojos de esa ciudad como botín para ellos”
(v.27).

Hay al menos tres lecciones muy claras y prácticas que surgen de

esta historia.
Principio 1. Dios nunca desamparará a Sus hijos, no

importa cuánto lo hayan abandonado.
Aunque Israel había violado las leyes de Dios y aunque Josué

inicialmente había respondido a la disciplina de Dios de manera
inmadura, el Señor no los abandonó como ellos pensaban que lo
haría. Es cierto que finalmente juzgó la persistente desobediencia
de Israel dispersándolos “de un extremo a otro de la tierra”
(Deuteronomio 28:64). Pero también es cierto que, en última
instancia, Dios cumplirá su promesa incluso con Israel, a pesar de
su total fracaso. Él los reunirá de “los confines de la tierra” y
eventualmente los traerá a la tierra que sus padres poseyeron
(30:45).
“He aquí yo estoy con vosotros siempre”
La promesa de Dios de estar con Sus hijos es aún más llamativa y

vinculante en el Nuevo Testamento. Leemos en Hebreos 13:5: “Porque Él
mismo ha dicho: 'Nunca te desampararé, ni te desampararé'”. Y cuando el
Señor dio a Sus seguidores la Gran Comisión, prometió: “'Y he aquí, Yo estaré
con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo'” (Mat. 28:20).
“Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”
El apóstol Pablo creyó y enseñó esta verdad sin reservas. Escuchemos

sus palabras en su carta a los cristianos romanos:
¿Qué, pues, diremos a estas cosas? Si Dios es por nosotros, ¿quién

contra nosotros? … ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La
tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro
o la espada? … Pero en todas estas cosas vencemos abrumadoramente
por medio de Aquel que nos amó. Porque estoy seguro de que ni la
muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por
venir, ni las potestades, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa
creada nos podrá separar del
amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos

8:31, 35, 37–39)
decepcionando a dios
Obviamente, Dios se disgusta y se decepciona cuando pecamos

contra Él, cuando no hacemos Su voluntad. Pero ningún pecado o
fracaso podrá jamás separarnos espiritualmente de Dios. Él nos prometió
la vida eterna y Él no puede mentir, no importa cuánto le fallemos.
Niños ilegítimos
La Biblia también enseña que ningún cristiano que conozca la

voluntad de Dios y que haya experimentado la gracia salvadora de Dios
puede continuar viviendo en flagrante pecado sin ser disciplinado. Con
suerte, eventualmente reconocerá ese pecado y regresará a la voluntad
de Dios (Hebreos 12:11). Como se dijo en el capítulo anterior, un
verdadero hijo de Dios será disciplinado por su Padre celestial. Si no
experimentamos disciplina, la Biblia declara explícitamente que somos
“hijos ilegítimos y no hijos” (Hebreos 12:8).
¿Y usted? ¿Estás viviendo flagrantemente fuera del

¿voluntad de Dios? Tal vez creas que el Señor te ha abandonado.

Tenga la seguridad de que no lo ha hecho. Él está esperando que
te vuelvas de tus pecados y experimentes Su perdón (1 Juan 1:9).
Tal vez tus sentimientos de soledad y tu sentido de abandono

sean en sí mismos el resultado de tu pecado. Tus sentimientos de
alienación pueden ser parte del proceso disciplinario que Dios ha
permitido en tu vida para que te vuelvas a Él una vez más y camines
en Su voluntad. Dios espera pacientemente que respondas a su
amor y gracia incondicionales.
Cuando lo hagas, acepta el perdón de Dios y también perdónate

a ti mismo. Entonces vive en el gozo de ese perdón, conformando
constantemente tu vida a la vida de Jesucristo.
Principio 2. Dios puede tomar los errores que

cometen Sus hijos y convertirlos en
resultados positivos.
Esto es lo que hizo el Señor con el error de Israel al tratar de atacar

Hai cuando no estaban preparados ni espiritual ni militarmente.
Eventualmente usó la misma estrategia que
originalmente trajo la derrota a Israel para engañar y atrapar a los

hombres de Hai.
Principio 3. Dios nos da libertad para desarrollar un

plan estratégico pero siempre debe estar en armonía con Sus
lineamientos y principios básicos.
Cuando Dios le dio a Josué un plan básico para atacar Hai,

evidentemente no llenó todos los “espacios en blanco”. Le dio libertad
a Josué para idear planes adicionales que estuvieran en armonía con
Su plan general. Sin embargo, Josué estuvo constantemente alerta a
la guía de Dios mientras desarrollaba y elaboraba ese plan.
Hoy, Dios nos da lineamientos y principios claros en Su Palabra

para llevar a cabo Su voluntad en este mundo. Cuando trabajamos
dentro de estos parámetros, tenemos una libertad inusual para
desarrollar estrategias únicas que Él bendecirá. Sin embargo, no
debemos tomar el asunto en nuestras propias manos y descuidar Su
voluntad revelada para nuestras vidas.
Convertir limones en limonada

Solo Dios puede tomar nuestros errores y los resultados de esos

errores y hacer que “colaboren para bien”
(Romanos 8:28). Esto no significa que no experimentaremos los efectos
negativos de nuestros fracasos, tal como lo hizo Israel. Treinta y seis
hombres escogidos perdieron la vida porque Israel caminó fuera de la
voluntad de Dios (7:5).
Además, el miedo y la ansiedad se apoderaron de sus corazones. La
moral estaba en un punto bajo. Dudaron del amor de Dios y olvidaron
sus promesas.
Pero Dios cambió todo eso para Israel. ¡Y Él también puede hacerlo
por nosotros! Si se lo permitimos, puede convertir nuestros errores en
bendiciones.
Puntos de acción
Lea la siguiente paráfrasis de Romanos 8:28–39.

Personalice este mensaje del Señor escribiendo mental o literalmente
su nombre en cada espacio en blanco. Entonces agradezca a Dios por
estas promesas tranquilizadoras.
Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el
_______________________
bien de los que aman a Dios, de los que conforme a su propósito
son
llamados. Porque El__________________
lo conoció de antemano y también lo predestinó
_______________________
_____________________ conformarse a
la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito
entre muchos hermanos. Y cuando Él predestinó
______________________ Él también llamó; y quien
Él llamó, Él también justificado; y
_________________ a quien justificó, a él también
glorificado
¿Qué, pues, diremos a estas cosas? Si Dios es para

_________________ quien esta contra mi El que hizo
no perdonó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por
____________, ¿Cómo no va a estar también con Él gratuitamente?
dar ____________ todas las cosas? ¿Quién traerá un
acusar contra ____________? Dios es quien
justifica; ¿Quién es el que condena? Cristo Jesus
es el que murió, sí, más bien el que resucitó, el que está en
la diestra de Dios, que también intercede por
________________.
¿Quién separará_________________ del amor?

de Cristo? ¿Habrá tribulación, o angustia, o persecución,
o el hambre, o la desnudez, o el peligro, o la espada? … Pero en
todas estas cosas ___________________ pueden
abrumadoramente conquistadas por medio de Aquel que me amó.

Porque estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni
ángeles, ni principados, ni lo presente, ni
cosas por venir, ni poderes, ni altura, ni profundidad,
ni ninguna otra cosa creada, podrá separar
_________________ del amor de Dios, que está en

Cristo Jesús nuestro Señor. (Romanos 8:28–39, parafraseado)
Mientras evalúa los siguientes principios, ore y pídale al Espíritu Santo

que grabe en su corazón una lección que necesita aplicar de manera
más efectiva en su vida. Luego escribe un objetivo específico. Por
ejemplo, es posible que haya cometido algunos errores graves en su
vida. De alguna manera no puedes perdonarte a ti mismo. Estás
teniendo dificultades para ver cómo Dios puede tomar esta experiencia
negativa y convertirla en una lección positiva en tu vida, incluso ayudando
a otra persona a evitar tu error.
Dios nunca abandonará a Sus hijos, no importa cuánto lo

hayan abandonado.
Dios puede tomar los errores que cometen sus hijos y
puede convertirlos en resultados positivos.
Dios nos da la libertad de desarrollar un plan estratégico, pero
siempre debe estar en armonía con Sus lineamientos y principios
básicos.
Pon una meta

__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les
ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados.
ROMANOS 8:28
Capítulo 10
Volver a lo básico
Lee Josué 8:30–35
Si alguna vez has estado involucrado en deportes de equipo, sabes que

un buen entrenador siempre te lleva de vuelta a lo básico. No importa
cuán bueno sea un equipo, siempre es importante revisar los fundamentos.
Personalmente, he jugado mucho voleibol muy competitivo. Cuando

estábamos atrasados, los entrenadores pidieron tiempo muerto y revisaron
los conceptos básicos:
"¡Asegúrate de conseguir el servicio!" (Solo anotas cuando tu equipo

saca).
“Trabaja siempre por un buen decorado”. (Esto configura el pico).
“Por lo general, no siempre, coloque la pelota dos veces para que

pueda rematar el tercer golpe”. (Esto da tiempo para obtener un buen
control de la pelota y el lugar).
Invariablemente, practicar estos conceptos básicos hace que el

diferencia entre ganar y perder. Y así es en nuestra vida

espiritual. En este capítulo, veremos a Josué llevar a los hijos de
Israel a lo básico en términos de las leyes de Dios.
Moviéndose de aquí para allá
Para llamar nuestra atención, el Espíritu Santo a menudo

instruyó a los autores de las Escrituras para que usaran fuertes
contrastes como técnica literaria al registrar varios eventos. Esto
es lo que vemos en el capítulo 8 de Josué, después de la inusual
victoria de Israel en Hai. De hecho, el contraste es tan agudo, no
solo desde el punto de vista literario sino también en el contexto
geográfico, que algunos críticos de la Biblia creen que los
eventos registrados en este pasaje están fuera de secuencia y
fueron agregados por otro autor. Desafortunadamente, estos
eruditos pasan por alto el propósito que el Señor tenía en mente
cuando ordenó al autor del Libro de Josué que transportara
repentinamente a Israel y al lector de Hai al Monte Ebal en
Siquem. Pero este contraste geográfico solo forma un telón de
fondo dramático contra el cual se destaca claramente un
contraste espiritual. ¿Cuál fue ese contraste?
dos montones de piedra

El evento final registrado con respecto a la victoria de Israel sobre Hai

fue la ejecución del rey de la ciudad. Su cuerpo fue sepultado en la
puerta de Hai, bajo “un gran montón de piedras” (8:29) e inmediatamente
después de esta declaración leemos: “Luego Josué edificó altar a
Jehová Dios de Israel en el monte Ebal” (v. 30).
¡El contraste es sorprendente!
En la puerta de una ciudad pagana derrotada y desolada yacía el

cuerpo de un rey pagano, recordado con un montón de piedras,
simbolizando la futilidad de adorar a los dioses falsos de los cananeos.
Pero en el monte Ebal, en el mismo centro de la tierra de Canaán,
vemos a Josué construyendo un altar (también un montón de piedras)
al Dios de Israel, que simboliza las bendiciones y la protección que
provienen de adorar al único Dios verdadero, "el Dios de Israel".
1
hay más aquí
Esto no es solo un contraste entre el paganismo y el judaísmo.

Josué aprendió una lección muy importante basada en su relación
personal con Dios y en su relación con Israel como su política, militar
y, lo más importante,
su líder espiritual. Había experimentado una gran y gratificante

victoria en Jericó (Josué 6), contrastada con una humillante y
traumática derrota en Hai (cap. 7).
Aunque Josué no fue directamente responsable del fracaso de

Israel, su respuesta inicial a la crisis (7:6–9) sirvió como un
recordatorio bastante doloroso de que es muy fácil olvidar
rápidamente las promesas de Dios y las condiciones que Él pone a
esas promesas. Esto es particularmente cierto en tiempos de
grandes éxitos y victorias. Y el método de Dios para recordarle a
Josué Su conversación inicial con este nuevo líder de Israel fue
permitirle experimentar algunos de los viejos temores y ansiedades
que lo habían acosado cuando el manto de Moisés cayó sobre sus
hombros.
no malinterpretes
Dios no fue responsable del pecado de Acán ni del fracaso de

Israel. Como solo el Señor puede hacerlo, simplemente tomó lo que
era el fracaso, la debilidad y el pecado humanos y lo usó para el
bien, particularmente en la vida de Israel. En medio de esta crisis,
Josué experimentó los viejos temores que se habían apoderado de
él después de la muerte de Moisés. Con esos temores vino un
recordatorio de lo que Dios había prometido en medio de su debilidad
humana: “'Sé fuerte y valiente, porque darás a este pueblo la
posesión de la tierra que juré a su
padres para darles'” (1:6; véase también 8:1–2).
Las condiciones de Dios para el éxito
La crisis emocional y espiritual de Josué no solo le recordó las

promesas de Dios, sino también las condiciones de Dios para el éxito:
cinco mandatos directos que se relacionan específicamente con lo
que estaba a punto de suceder en el Monte Ebal.
Revisemos
En aquellos primeros días de trauma que siguieron a la muerte

de Moisés, Dios dijo: “'Daréis a este pueblo posesión de la tierra'” (1:6).
Pero aquí estaban las condiciones de Dios:
Primero, “Cuídate de hacer conforme a toda la ley”. [después]
Segundo, “No os apartéis de ella ni a la derecha ni a la

izquierda” (1:7).
Tercero, “Este libro de la ley nunca se apartará de tu boca”.

[después]
Cuarto, “meditaréis en él de día y de noche”. [y finalmente]
Quinto, “Procurad hacer conforme a todo lo que en él está

escrito” (1:8).
La conexión es clara
Antes de que los hijos de Israel entraran en la Tierra Prometida,

Moisés les dijo específicamente que construyeran un altar al
Señor en el Monte Ebal (Deut. 27:4–7).
Verás, Josué estaba obedeciendo el mandato de Dios. Y en

el proceso, vemos que también estaba revisando la Palabra de
Dios para asegurarse de que Israel continuaría “haciendo
conforme a toda la ley… conforme a todo lo que en ella está
escrito”. Josué, en particular, no quería enfrentar otro Hai y el
tipo de eventos trágicos que rodearon a la casa de Acán y la
humillante derrota de Israel.
Está claro por el flujo de eventos registrados hasta ahora

que lo que sucedió en el Monte Ebal después de la victoria en
Hai forma una continuidad perfecta en la vida tanto de Josué
como de Israel. Su derrota y posterior victoria motivaron
que regresen al “tablero de dibujo”, de regreso a lo básico de

Dios. Por eso leemos—
Josué edificó un altar a Jehová, Dios de Israel, en el monte

Ebal, tal como Moisés, siervo de Jehová, había mandado
a los hijos de Israel, como está escrito en el libro de la ley
de Moisés, un altar de piedras sin labrar. , en el que ningún
hombre había manejado una herramienta de hierro; y
ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, y sacrificaron
ofrendas de paz. (Josué 8:30–31)
Repasando las leyes de Dios
Moisés no solo había instruido a Israel a “construir un altar al

Señor” en el monte Ebal, sino también a “revisar la ley”
cuidadosamente a oídos de todo el pueblo de Israel. Los
recuerdos tendían a desvanecerse, particularmente en una
cultura primitiva donde no había Biblias que pudieran leerse
regularmente. El aprendizaje efectivo dependía de la
comunicación oral de los líderes espirituales. Y el mandato de
Moisés al pueblo de Israel fue que, una vez que hubieran
entrado en Canaán, debían pasar un tiempo de calidad en el monte Eba
27:1–3). Por lo tanto, vemos a Josué haciendo lo que ordenó
Moisés. Primero, escribió la ley en piedras grandes (Josué
8:32). Luego “leyó todas las palabras de la ley” (v.
34). Leemos: “No hubo una palabra de todo lo que Moisés
había mandado lo cual Josué no leyó delante de toda la

asamblea de Israel con las mujeres y los niños y los
extranjeros que habitaban entre ellos” (v. 35).
Esta fue una declaración explícita con respecto a la

obediencia de Josué al mandato de Dios en Josué 1:8:
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que
de día y de noche meditarás en él, para que cuides de hacer
conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces
harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Una mirada más cuidadosa
Este pasaje en Josué 8:30–35, aunque muy claramente una

parte significativa del flujo de eventos de la historia de Israel,
es de naturaleza esquelética. Esto, al parecer, es por diseño.
El Espíritu Santo se preocupó principalmente de que
notáramos claramente el contraste ya mencionado y las
razones por las cuales Josué movió a todo Israel a este lugar
único en Canaán para adorar al Señor y revisar Su ley.
¿Lo que realmente pasó?

Es imposible reconstruir todos los detalles específicos de esta

historia a partir del registro histórico en Josué 8. Sin embargo, es
relativamente simple entender la mayoría de ellos cuando volvemos atrás
y observamos las instrucciones iniciales de Dios a Israel a través de Su
siervo Moisés (Deut. 27). .
Losas para escribir
De hecho, hubo dos eventos en el Monte Ebal que involucraron

“piedras”. Moisés instruyó al pueblo de Israel a “levantar… piedras
grandes”. Debían “recubrirlos con cal” y luego “escribir en ellos todas las
palabras de esta ley”
2 (Deuteronomio 27:2-3). Posteriormente, Josué "escribió... una copia de la
Ley de Moisés" en estas piedras (Josué 8:32).
Un altar para la adoración
El segundo grupo de piedras formaba el altar sobre el cual los hijos

de Israel ofrecían holocaustos y ofrendas de paz (comparar Deuteronomio
27:5 y Josué 8:30–31). Eran piedras que se extraían de la tierra en su
estado natural, evidentemente para hacer un altar que no estuviera
contaminado por los esfuerzos del hombre por refinarse. Este altar debía
reflejar tanto como fuera posible la mano creadora de Dios, no la del
hombre. Y fue en este altar que Israel hizo expiación
por sus pecados conforme a la ley de Dios y también adoraron al Dios

de Israel con ofrendas de acción de gracias y alabanza.
3
Comunicando la Palabra de Dios
La parte más dramática de esta historia es la lectura real de la ley

de Dios al pueblo y su participación en el proceso. El registro de
Joshua da un breve escenario geográfico para este evento. “La
mitad de ellos se pararon frente al monte Gerizim y la otra mitad frente
al monte Ebal” (v. 33). Pero nuevamente, las instrucciones específicas
en el Libro de Deuteronomio completan algunos detalles únicos.
Un sistema de amplificación humana
Israel estaba realmente acampado en un valle entre las dos

montañas: Ebal al norte y Gerizim al sur. La mitad de las tribus
acamparon más cerca de Ebal y la otra mitad acamparon más cerca
de Gerizim. Los sacerdotes levitas evidentemente estaban acampados
en la parte baja del valle entre las dos montañas, donde colocaron el
Arca del Pacto. Aunque los detalles son vagos, parece que Josué
primero leyó una declaración de la ley. Entonces el
los sacerdotes lo repetían al unísono, sirviendo como un sistema de

amplificación humana. Mientras sus voces resonaban por el valle, todo
Israel respondió a cada declaración gritando: “Amén”.
Un mensaje aleccionador
Lo que es más importante que el método que Dios usó es el

mensaje que transmitió con este método. Los medios fueron ciertamente
dramáticos y sensacionalistas, pero el mensaje fue definitivo y
aleccionador. Aunque lo que se registra en Deuteronomio 27 es sin duda
representativo de lo que se leyó de la ley, contiene información suficiente
para revelar la voluntad de Dios con respecto al tipo de moralidad y ética
que exigió de su pueblo. Casi todas las relaciones importantes en la vida
están representadas en las doce declaraciones (Deut. 27:15–26).
Aunque no tenemos espacio para estudiar cuidadosamente la

naturaleza de estas doce prohibiciones registradas en Deuteronomio 27,
una lectura casual revela el deterioro religioso, moral y ético que había
tenido lugar en el mundo de esos días. Esto representa una razón
principal por la que la mano del juicio de Dios cayó sobre los cananeos
por medio de su pueblo Israel. Y si Israel iba a salir victorioso en sus
batallas contra “carne y sangre”, era imperativo
que sean victoriosos sobre “los principados, contra las potestades,

contra las huestes mundiales de estas tinieblas, contra las huestes
espirituales de maldad en las regiones celestiales”
(Efesios 6:12).
Un Testimonio Profundo
Imagínese también el impacto que tuvo este evento en todos los

cananeos que vivían en las cercanías del monte Ebal y Gerizim. Como
todas las situaciones singulares y dramáticas de la vida de Israel, lo
sucedido se repetiría de un extremo a otro de Canaán.
Así Israel hizo una pausa en su marcha contra las ciudades de

Canaán tanto para nutrir su relación personal con Dios como para revisar
Su voluntad para sus vidas. Esto en sí mismo es una de las lecciones
más importantes que emergen de este pasaje para aquellos de nosotros
que somos cristianos que vivimos en el mundo del siglo veinte.

Principio 1. Debemos tomar tiempo de

manera constante para mantener y recuperar la
perspectiva de la voluntad de Dios para nuestras vidas.
Al igual que con Israel, hay dos aspectos en este proceso.
Repasando las Enseñanzas de las Escrituras
Constantemente debemos aprender y revisar la voluntad de Dios

a través de Su Palabra. Si no tenemos cuidado, podemos estar tan
ocupados, incluso "haciendo la obra de Dios", que no podemos recordar
cuáles son los conceptos básicos. Recuerde, las Escrituras son la única
fuente confiable y absoluta para descubrir este tipo de información.
Mantener nuestra relación con Dios
También debemos nutrir constantemente nuestra relación personal

con Dios a través de la adoración y la comunión.
Esto involucra tanto el proceso grupal como la meditación y oración
personal. De hecho, es casi imposible desarrollar una relación cálida y
significativa con el Señor si no estamos desarrollando relaciones cálidas
y significativas.
con otros miembros del cuerpo de Cristo. Por lo tanto,

necesitamos relaciones entre nosotros, así como una relación
dinámica con Dios para crecer espiritualmente.
No tenemos que ofrecer sacrificios por nuestros pecados

como lo hizo Israel. Jesucristo se convirtió en el sacrificio
supremo de una vez por todas (Heb. 10:4–10). Pero como
cristianos no debemos dejar de “reunirnos, como algunos tienen
por costumbre”, sino que debemos “estimularnos unos a otros
al amor y a las buenas obras” (vv. 24-25).
Debemos “ofrecer continuamente a Dios sacrificio de

alabanza, es decir, fruto de labios que alaben su nombre” (13:15).
Principio 2. Dios nunca prometió que Él

específicamente nos revelaría Su voluntad
directamente cada vez que necesitemos tomar una de
Hubo un tiempo en que no entendía cómo determinar la

voluntad de Dios, particularmente en áreas donde las Escrituras
guardan silencio. Una de las razones es que no entendía la
libertad que Dios me ha dado para tomar decisiones dentro del
contexto de Su Palabra escrita. Dios
nunca prometió revelarnos Su voluntad directamente cada vez que

enfrentemos una decisión. Más bien, Él nos da suficiente información
y principios de las Escrituras para ayudarnos a tomar las decisiones
correctas en cualquier momento de nuestras vidas.
Además, Él nos ha dado Su Espíritu Santo para guiarnos en la
interpretación de las Escrituras.
Esto era cierto en los días del Antiguo Testamento
Incluso en la era del Antiguo Testamento, una época en la que

Dios hablaba con frecuencia por revelación directa, Josué era
responsable de revisar lo que Dios ya le había revelado a Moisés.
Debía meditar en el “libro de la ley”. Debía estudiarlo y comunicarlo
a Israel regularmente. Por eso Josué hizo que su pueblo se reuniera
en el monte Ebal.
cuanto mas hoy
Si esto era cierto en los días de Josué, cuánto más en nuestros

días cuando tenemos la revelación escrita completa de Dios en los
sesenta y seis libros de la Biblia. Demasiados cristianos confían en
Dios para que se revele directamente en medio del proceso de toma
de decisiones, sin darse cuenta de que son responsables de buscar
Su voluntad a través de lo que Él ya ha hecho.
reveló.
Directrices importantes
¿Cómo podemos determinar la voluntad de Dios para nosotros

hoy? Hay cuatro consideraciones importantes:
Primero, ¿hay alguna declaración en la revelación escrita de

Dios (la Biblia) que se oponga a esta decisión?
Como cristianos que vivimos en el siglo XX, somos personas

privilegiadas. Los hijos de Israel no tenían acceso a la Palabra de
Dios como nosotros. Dependían únicamente de los líderes
espirituales, como Josué y los sacerdotes, para comunicarles y
revisarles la ley de Dios. Por el contrario, tenemos acceso a las
Escrituras mismas.
¿Cómo pueden las Escrituras ayudarnos a tomar decisiones?

Por ejemplo, Dios deja muy claro en las Escrituras que un cristiano
no debe casarse con un no cristiano. Además, deja en claro que
los cristianos no deben divorciarse simplemente porque tienen
dificultades con la compatibilidad en algún área de sus vidas.
Hacer cualquiera de estos sería
una violación de Su perfecta voluntad. No hay manera de hacer que las Escrituras
se ajusten a nuestros sentimientos si nuestros sentimientos no están en armonía
con las Escrituras.
Debemos buscar, entonces, exhortaciones directas en la Escritura que nos

ayuden a tomar decisiones. Cuanto mejor conozcamos la Palabra de Dios, más
podremos tomar decisiones correctas.
Segundo, ¿qué piensan otros cristianos maduros acerca de esta decisión?

¿Qué consejo pueden dar?
Los cristianos maduros que conocen la Palabra de Dios y que viven una
vida espiritual son importantes para ayudarnos a determinar la voluntad de Dios.

Por eso nunca debemos dejar de congregarnos con otros cristianos.
A menudo, a través del funcionamiento del cuerpo de Cristo, aprendemos cuál es

Su voluntad para nuestras vidas.
Lo que otras personas piensan, incluso los cristianos maduros, no es tan

importante como nuestro conocimiento personal de las Escrituras.
Tampoco pueden tomar decisiones por nosotros donde las Escrituras guardan
silencio. Sin embargo, hay seguridad en una “multitud de consejeros” (Prov. 11:14).
La sabiduría corporativa de personas piadosas es significativa en el plan de cosas
de Dios (Efesios 4:16).
Tercero, ¿qué circunstancias apuntan al hecho de que esta puede

ser una decisión correcta o incorrecta?
Las circunstancias son importantes en el proceso de toma de

decisiones. Sin embargo, debemos tener cuidado de no permitir que las
circunstancias negativas sean el factor principal para tomar una decisión
a favor o en contra de un asunto. Muchas veces los cristianos están
llamados a eludir las circunstancias negativas y romper las barreras
ambientales. El hecho de que un cristiano tenga dificultades debido a
circunstancias negativas no significa que esté fuera de la voluntad de
Dios al seguir un curso de acción en particular. Es en este punto que los
consejeros sabios juegan un papel importante en nuestras vidas.
Cuarto, ¿cómo me siento acerca de esta decisión?
Los sentimientos deben ser considerados en último lugar. Son

importantes, pero también pueden ser engañosas. Las emociones
negativas pueden representar luchas puramente psicológicas.
Cualquier decisión difícil crea sentimientos de ansiedad, si no dolorosos.
Imagínese lo que hubiera pasado si Jesús hubiera prestado atención a
sus sentimientos cuando estaba orando en el jardín. En Su humanidad,
Él quería alejarse de la cruz. Pero a pesar de sus fuertes emociones
negativas, hizo la voluntad de Dios.
Por otro lado, las emociones positivas pueden simplemente

significar que esto es algo que queremos hacer. Es por esto que los
sentimientos siempre deben ser probados y evaluados por lo que Dios
dice en Su Palabra.
Puntos de acción
Lea las siguientes preguntas y encierre en un círculo la respuesta que

mejor represente su comportamiento.
1. ¿Estoy sacando tiempo de mi apretada agenda para revisar la

voluntad de Dios para mi vida? (Nunca) (A veces)
(Siempre)
2. ¿Es parte de mi sistema de prioridades incluir la lectura regular
de la Biblia y el estudio de la Biblia, tanto con otros cristianos
como solo? (Nunca) (A veces)
(Siempre)
3. ¿Estoy aprovechando las oportunidades que Dios me ha dado
para descubrir Su voluntad para mi vida a través del estudio
bíblico personal y grupal? (Nunca)
(A veces siempre)
4. ¿Hago pausas suficientes en mi apretada agenda para reunirme
regularmente con el cuerpo de Cristo a fin de desarrollar
relaciones significativas con otros?
cristianos y con el Señor? (Nunca) (A veces)

(Siempre)
5. ¿Me detengo lo suficiente, incluso al hacer la obra de Dios, para
agradecer a Dios y alabarlo por quién es y por lo que está haciendo
por mí? (Nunca) (A veces)
(Siempre)
6. ¿Hasta qué punto estoy tratando de determinar la voluntad de Dios a
través de la experiencia existencial más que a través de Su Palabra
escrita? (Nunca) (A veces) (Siempre)
Vuelva a leer las preguntas anteriores bajo Puntos de acción. Tenga en cuenta
especialmente los números que ha seleccionado para indicar su respuesta a
estas preguntas. Mientras lo hace, pídale al Espíritu Santo que grabe en su
corazón una lección que necesita aplicar de manera más efectiva en su vida.
Luego escribe un objetivo específico.
Por ejemplo, es posible que no esté sacando tiempo de su apretada agenda
para reunirse regularmente con el cuerpo de Cristo a fin de desarrollar relaciones
significativas con otros cristianos y con el Señor. Incluso si encierra en un círculo
el número 4 que indica que hace esto "a veces", probablemente sea una
necesidad particular en su vida.
Pon una meta


__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu

propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él
enderezará tus veredas.
PROVERBIOS 3:5–6
Capítulo 11
Tomados por sorpresa

Lee Josué 9:3–27
Si eres como yo, los momentos en los que más estás

vulnerable a cometer errores de juicio en los momentos en que menos
espera que sucedan. Irónicamente, mis mayores errores ocurren al
final de un tiempo de ministerio bastante exitoso y cuando estoy más
consciente de la voluntad de Dios para mi vida. Si bajamos la guardia
durante esos momentos, Satanás seguramente encontrará la grieta
en nuestra armadura.
¡No se equivoque al respecto! Satanás es un enemigo sutil. Si

no puede alcanzar sus objetivos insidiosos haciéndonos desobedecer
flagrantemente la Palabra de Dios, en ocasiones aparecerá como un
“ángel de luz” y realmente usará la verdad de Dios para hacer tropezar.
a nosotros.
Le hizo esto a Josué y, desafortunadamente, este Viejo

El líder del testamento tomó una decisión que era irreversible.
Reflexiona por un momento

Josué había enfrentado la derrota en Hai con un coraje inusual.

Tan difícil como había sido, había lidiado con el pecado de Acán.
Además, había construido un altar al Señor y "ofrecido
holocaustos" y "ofrendas de paz" al Señor en el monte Ebal y el
monte Gerizim. Todo Israel había reconocido a Dios y lo adoraba
como su protector y proveedor.
Josué también revisó la ley de Dios para todo Israel. Los

llevó de vuelta a lo básico. Copió cuidadosamente en piedras
todo lo que Dios le había revelado a Moisés. Luego leyó la ley
en presencia de todo Israel (8:35).
Todo parecía estar en orden para que Josué e Israel

avanzaran victoriosamente. ¡Habían aprendido bien sus
lecciones! Si simplemente obedecieran a Dios en todas las
cosas, nunca repetirían su “experiencia Ai”.
Mientras tanto, por toda Canaán
Mientras Israel adoraba al Señor y revisaba las leyes de Dios,

los reyes de Canaán se unieron para formar una alianza contra
el pueblo de Dios. Saber que Ai al principio había logrado derrotar
a Israel puede haberles dado un rayo de esperanza. Obviamente,
ellos no entendieron los factores sobrenaturales en el trabajo en
la derrota inicial de Israel y
victoria posterior. Desafortunadamente, llegaron a la conclusión

de que lo que necesitaban eran más hombres y más espadas y
lanzas.
Desde una perspectiva humana, su pensamiento tenía

sentido, ya que Hai había derrotado a Israel cuando Josué había
enviado inicialmente un pequeño contingente de hombres (7:3–
4). Pero desde la perspectiva de Dios, no tenía ningún sentido.
En su arrogancia y ceguera espiritual, estos reyes ignoraron por
completo lo que había sucedido en Jericó y durante todo el viaje
de Israel desde Egipto hasta Canaán. ¿Cómo podrían olvidar el
milagro del Jordán?
No todos estuvieron de acuerdo
Entre los representados en esta reunión cumbre había

hombres de Gabaón llamados heveos (9:1, 7).
Gabaón era una de las ciudades más grandes de Canaán.
Aunque el pueblo de Gabaón no tenía rey, su ciudad era tan
respetada como cualquier otra ciudad de Canaán. Leemos que
Gabaón era “una ciudad grande, como una de las ciudades
reales”. De hecho, “era más grande que Hai, y todos sus hombres
eran valientes” (10:2).
Una decisión minoritaria
Aunque todos los reyes que se reunieron para formar esta alianza
militar acordaron que se unirían en su lucha contra Josué e Israel (9:2), los
gabaonitas decidieron otro curso de acción. Mientras escuchaban a los
reyes discutir la victoria de Israel sobre Jericó y Hai, llegaron a una
conclusión diferente (v. 3). En lugar de unirse a esta alianza militar contra
Israel, decidieron que idearían una estrategia para hacer la paz, no la
guerra.
El engaño de los gabaonitas
Los gabaonitas eran astutos. Sabían que nunca podrían derrotar a

Israel en la guerra, sin importar cuántos hombres pudiera reunir la alianza.
Entendieron claramente que los recursos militares de Israel eran
sobrenaturales. Se negaron a ignorar lo que había sucedido en batallas
anteriores. Cualquier estratega militar que fuera objetivo en absoluto se
vería obligado a concluir que las hazañas de Israel estaban dirigidas por
Dios.
En una multitud de consejeros
¿Por qué los gabaonitas se negaron a unirse a los reyes de Canaán?

en su alianza militar? ¿Por qué su conclusión fue diferente

con respecto a las capacidades de Israel? Personalmente
creo que su respuesta tuvo algo que ver con su forma de
gobierno. Hasta donde sabemos, ellos eran los únicos en
Canaán que tenían una república. En lugar de ser
gobernado por un rey soberano, un cuerpo de ancianos
que representaba al pueblo gobernaba la ciudad.
Obviamente, tenían un líder entre los líderes, pero sus
decisiones se basaron en el aporte de muchas personas,
lo que sin duda los llevó a la conclusión de que sería
temerario tratar de derrotar a Israel, incluso si todas las
demás ciudades de Canaán se unieran en la lucha. ataque.
Su conclusión fue precisa. Pero desafortunadamente,

su estrategia fue engañosa. Si hubieran estado dispuestos
a abandonar sus dioses y seguir al Dios de Abraham, Isaac
y Jacob, el Señor habría retirado Su mano de juicio, incluso
si fueran cananeos. Rahab y su casa ilustran este hecho
dramáticamente. Pero los gabaonitas no permitieron que
su conocimiento exacto los guiara a las acciones apropiadas.
Una estrategia astuta
Los gabaonitas engañaron a Israel dando la impresión de

que venían de un país lejano, fuera de la tierra de
Canaán. Se pusieron ropa andrajosa y sandalias que parecían

desgastadas por un largo viaje. Ellos “llevaron sacos gastados sobre
sus asnos, y odres gastados, rotos y remendados… y todo el pan de
su provisión estaba seco y se había desmenuzado” (vv. 4–5).
Y cuando llegaron al campamento de Israel, después de viajar no

más de diez o veinte millas, "fueron a Josué... y le dijeron a él y a
los hombres de Israel: 'Hemos venido de un país lejano; ahora,
pues, haced un pacto con nosotros'” (v. 6).
Una maniobra brillante
Desde un punto de vista humano, esta fue una estrategia

brillante. Revela que los líderes gabaonitas tenían un conocimiento
profundo de las instrucciones de Dios a Israel mucho antes de que
entraran en la tierra de Canaán. De hecho, usaron este conocimiento
para engañar a Israel. ¿Qué era este conocimiento? Todos los
cananeos debían ser destruidos o expulsados.
Muchos años antes, Dios le había dicho a Moisés:
“Y fijaré tus límites desde el mar Rojo hasta el mar de los

filisteos, y desde el desierto hasta el
río Éufrates; porque yo libraré a los habitantes de
la tierra en vuestras manos, y los echaréis de delante de

vosotros. No harás pacto con ellos ni con sus dioses. No
habitarán en vuestra tierra, no sea que os hagan pecar contra
mí; porque si sirves a sus dioses, ciertamente será una trampa
para ti. (Éxodo 23:31–33)
Provisión para personas fuera de Canaán
Los gabaonitas sabían lo que Dios le había dicho a Israel: que

ninguna ciudad de Canaán se salvaría. Pero también sabían que
Dios había hecho provisiones para salvar a las ciudades fuera de
Canaán. Moisés dejó esto en claro cuando revisó la ley para Israel
después de su experiencia de cuarenta años en el desierto:
“Cuando te acerques a una ciudad para pelear contra ella, le

ofrecerás términos de paz. Y acontecerá que si consiente en
hacer las paces con vosotros y os abre, será que todo el pueblo
que se halle en él será vuestro trabajo forzado y os servirá.
Sin embargo, si no hace la paz contigo, sino que te hace la

guerra, entonces la sitiarás”.
(Deuteronomio 20:10-12)
Es por eso que querían aparecer como si hubieran venido de

un “país lejano”. También sabían que tenían que dar el primer paso.
No tenían la opción de esperar a que Israel se acercara a ellos ya
que eran cananeos y ya habían caído bajo el juicio de Dios. Su
solución fue tratar de convencer a Israel de que habían venido de
un lugar distante fuera de la tierra de Canaán.
Habían hecho bien su tarea
Nótese también que la contingencia gabaonita evitó cualquier

referencia a Jericó y Hai cuando se acercaron por primera vez.
Josué:
“Tus siervos han venido de un país muy lejano a causa de la

fama del SEÑOR tu Dios; porque hemos oído su informe y
todo lo que hizo en Egipto, y todo lo que hizo a los dos reyes
de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón
rey de Hesbón ya Og rey de Basán que estaba en Astarot.
” (Josué 9:9–10)
Un plan perfecto
Todo encajaba perfectamente. Habían hecho bien su

investigación. De hecho, sabían tanto sobre Israel y sus
leyes que parece que algunas personas de Gabaón pudieron
haber estado "escuchando" cuando Josué revisó la ley de
Dios en el monte Ebal y el monte Gerizim. Probablemente
lo hicieron, ya que en realidad usaron las instrucciones de
Dios a Israel para alcanzar sus metas personales. Se
ofrecieron como voluntarios para ser sirvientes. Evitaron
cualquier referencia a las ciudades cananeas, para dar la
impresión de que no sabían nada de esta tierra. Sus ropas
y sus provisiones estaban gastadas y parecían envejecidas
por viajar largas distancias. Y quizás lo más impresionante
y engañoso es que reconocieron al Dios de Israel.
Tomados por sorpresa
La estrategia de los gabaonitas funcionó. Joshua fue tomado

por sorpresa. Impresionado con toda la evidencia, “hizo paz
con ellos e hizo con ellos pacto” (v. 15).
Desafortunadamente, Josué tomó esta decisión sin

buscar “el consejo de Jehová” (v. 14). Verá, había otra
fuente divina que Dios le había dado a Israel para tales
ocasiones. Podría haber acudido al sumo sacerdote para
buscar directamente la voluntad de Dios (Núm. 27:18–21). Pero no
A pesar de que había sido escéptico antes en su encuentro
con los gabaonitas (Josué 9:7), respondió demasiado rápido.

Estaba convencido de que estas personas le decían la verdad.
También fue engañado.
¡Una gran fortaleza, una gran debilidad!
"¿Cómo pudo pasar esto?" usted pregunta. Los hechos son que le
puede pasar a cualquiera, especialmente a un hombre como Joshua.
Aunque fue un gran líder, su mayor fortaleza se convirtió en una gran
debilidad. Le resultaba fácil confiar en la gente. Debido a que era un
hombre honesto con motivos puros, veía a los demás, incluso a sus
enemigos, a través de sus propios ojos. Probablemente le resultó difícil
hacer las preguntas realmente difíciles.
Joshua incluso estaba actuando como Dios le había dicho que

debía hacerlo en circunstancias como esta. El problema era que las
circunstancias no eran como pensaba Josué.
En consecuencia, aplicó mal las Escrituras. No tenía todos los hechos.
¿Significa esto que Dios no quiere que confiemos en los demás?

¡De nada! Pero la experiencia de Josué nos enseña a ser cautelosos,
ya que las cosas no siempre son lo que parecen.
Aunque ciertamente no debemos ir por la vida “buscando” el engaño en

los demás, debemos darnos cuenta de que algunas personas serán
deshonestas para protegerse y satisfacer sus propias necesidades.
Una experiencia personal
Como pastor, esto me ha pasado en varias ocasiones. A menudo

se me han acercado personas, por lo general fuera de la iglesia, que
intentan aprovecharse de mí y de nuestra congregación. Están buscando
una limosna.
En la mayoría de los casos, sus “historias tristes” son bastante

creíbles. Y dado que la Biblia enseña que debemos ayudar a las
personas necesitadas, es fácil evitar hacer preguntas difíciles y actuar
demasiado rápido.
Francamente, es algo que he tenido que desarrollar, ya que soy

realmente un “toque suave” cuando se trata de satisfacer las necesidades
de las personas. Aunque es difícil, y después de haber hecho algunos
juicios erróneos, he aprendido a hacer las preguntas realmente difíciles.
Recuerdo a una pareja que entró en la oficina de la iglesia y contó

una historia de dolor. Su coche había volado un
motor y necesitaban ir de Dallas a Denver.

Pidieron dinero para arreglar su auto. Se habían acercado a mí,
dijeron, porque habían oído que nuestra iglesia era una iglesia
solidaria. También me aseguraron que me devolverían el dinero una
vez que regresaran a casa, especialmente porque tenía un buen
trabajo.
Fui cordial, pero le pedí alguna identificación, incluido el nombre

de su empleador y un número de teléfono. Me ofrecí a llamar, a
nuestra costa, para ver si podía hacer arreglos para enviar algo de
dinero a Dallas. En ese momento, comenzaron a despotricar y delirar
y a acusarme de “no ser cristiano”. Sin embargo, me mantuve firme y
salieron de la oficina usando algunas palabras que no se pueden
imprimir.
Aunque me resultó difícil, ¡obviamente estaba haciendo las preguntas
correctas!
Huevo en su cara
Irónicamente, solo le tomó tres días a Josué descubrir su error (9:16).

Imagínese su sorpresa y disgusto cuando escuchó que estas personas
eran vecinos.
Para asegurarse de que lo que habían escuchado no era un

rumor, y para salvar las apariencias, un grupo hizo la reunión de tres días.
viaje a Gabaón, la ubicación central. Lo que descubrieron fue

vergonzoso. Formaron tres localidades suburbanas más
pequeñas llamadas Cafira, Beerot y Quiriat-jearim (v. 17).
no era un rumor
Josué había sido terriblemente engañado, junto con otros

hombres en Israel. Desafortunadamente, fue una decisión que
no pudieron revertir. Habían hecho un pacto con ellos en el
nombre de “Jehová el Dios de Israel”. Aunque el error de Josué
se basó en información falsa, fue una decisión que involucró a
Dios, Su nombre y Su reputación.
Dos errores nunca hacen un acierto
Si los hijos de Israel hubieran quebrantado su juramento

con los gabaonitas, habrían hecho despreciar el nombre del
Dios de Israel entre los cananeos. Aunque Josué y todo Israel
definitivamente pecaron al dejarse engañar, romper el pacto
habría agravado el pecado.
Recuerdo otra experiencia que tuve como pastor. Un

hombre se me acercó un día entre servicios.
Yo estaba en la plataforma poniendo las cosas en orden. Cuando
se me acercó, me llamó por mi nombre de pila y me preguntó si
podía hablar conmigo un momento.
Francamente, no reconocí al hombre. Pero me habló como

si yo debiera conocerlo. De hecho, estaba preparado para mi
respuesta vacilante (pudo verlo en mi rostro) y dijo: "Me conoces.
Vivo al final de la calle y he estado asistiendo a la iglesia".
Sintiéndome avergonzado de no saber quién era, seguí su

plan. Me pidió dinero para comprar un boleto de avión a Tucson,
Arizona. Su esposa, dijo, fue a visitar a su madre enferma que
estaba en el hospital.
Sin embargo, mientras conducía al hospital, su esposa tuvo un
accidente automovilístico y terminó en el mismo hospital. Me
informó que acababa de enterarse y necesitaba un boleto de
avión para llegar a Tucson. Necesitaba cincuenta dólares
adicionales para comprar el boleto.
Profundamente conmovido por su historia y avergonzado

de hacer algunas preguntas difíciles, me acerqué a uno de
nuestros hombres que tenía el efectivo. Inmediatamente tomé
prestado el dinero y se lo di al “forastero” y se fue del santuario. Tan pron
mientras salía por la puerta, ¡supe instintivamente que había

hecho un mal juicio!
Al reconstruir la historia, este hombre vio mi nombre en el

letrero frente a la iglesia. Como usamos etiquetas con los
nombres, se acercó a otro hombre en el estacionamiento, lo
llamó por su nombre y le preguntó si sabía dónde estaba;
también me llamó por mi nombre. Descubrió que estaba en el
santuario y el resto de la historia es historia. Aunque mi error
ciertamente no fue tan grande como el de Joshua,
¡definitivamente también tenía un “huevo en la cara”!
una captura 22
¿Qué iba a hacer Josué? Había violado la voluntad de Dios al

hacer un pacto con los gabaonitas. Cuando descubrió su error,
tomó medidas. Inmediatamente exigió una explicación. “¿Por
qué nos habéis engañado?”, preguntó (v. 22).
Cuando Joshua descubrió lo que había sucedido, supo

que no podía revertir su decisión. Solo podía hacer una cosa:
pronunciar una maldición de servidumbre sobre los gabaonitas.
“'Nunca dejaréis de ser esclavos'”, dijo (v. 23).
Es Mejor Servir y Vivir
Los gabaonitas estaban realmente complacidos con la decisión

de Josué. Prefieren servir a Israel y vivir que luchar contra Israel y
morir. “'Estamos en sus manos'”, respondieron a la acusación de
Joshua. “Haced con nosotros lo que bien y recto os pareciere” (v. 25).
Aunque Dios había especificado originalmente que los gabaonitas

serían ejecutados o expulsados de Canaán, honró el pacto de Josué
de preservarlos.
Ya que Su nombre estaba involucrado, Él no se retractaría de Su
promesa. Dios demostraría este compromiso varias veces a lo largo
de los años a favor de estas personas.
Otra lección dolorosa
Israel fue llamado a honrar el pacto con los gabaonitas poco

después de que se hizo el acuerdo. Cinco reyes de los amorreos,
enojados y amenazados por la estrategia de los gabaonitas, decidieron
atacar las ciudades de los gabaonitas (10:3–4).
Los gabaonitas enviaron rápidamente un mensaje a Josué

pidiendo ayuda. E Israel, debido a que estas personas ahora eran
sus sirvientes, actuó de inmediato y con la bendición de Dios.
De hecho, en esta ocasión Josué evidentemente buscó la

voluntad directa del Señor a través del sumo sacerdote, pues
leemos: “Y el Señor dijo a Josué: 'No les temas, porque los he
entregado en tus manos; ninguno de ellos te hará frente a ti'” (v.
8). Una vez más, Joshua había aprendido una lección muy valiosa
pero dolorosa.

Principio 1. Los cristianos pueden ser descarriados al hacer

juicios superficiales basados en la Palabra de Dios.
Recuerde que Josué acababa de revisar la ley completa para

Israel. Habían pasado días y quizás semanas en el monte Ebal y
el monte Gerizim. Sin duda, las declaraciones de Dios de que
Israel podía hacer un pacto con personas fuera de Canaán pero
no dentro de Canaán estaban frescas en la mente de Josué. Fue
en este mismo punto que Satanás atacó
este varón de Dios y los otros líderes en Israel y los engañó.
Mentir es una de las tácticas de Satanás
Satanás es un enemigo sutil, y mentir es una de sus tácticas

comunes. Jesús lo llamó “el padre de la mentira”.
Además, una de sus tácticas más engañosas es usar la Palabra de
Dios para lograr sus objetivos insidiosos.
Satanás intentó desviar a Jesucristo con esta misma estrategia

cuando lo tentó en el desierto.
Llevándolo al pináculo del Templo, le dijo a Jesús: “Si eres Hijo de
Dios, tírate abajo”, y luego, dijo, “porque está escrito: 'A sus ángeles
mandará acerca de ti; y en sus manos te sostendrán, para que no
tropieces con tu pie en piedra'” (Mat. 4:6).
Jesucristo no fue engañado como lo fue Josué. Él nunca lo fue,

porque Él era el divino Hijo de Dios. En este caso, Él correspondió
con la Palabra de Dios, bien interpretada y correctamente pronunciada,
para contrarrestar a Satanás. Jesús respondió: "Escrito está también:
'No tentarás al Señor tu Dios'" (Mat. 4:7, NKJV).
Evitar el engaño hoy
¿Cómo puede todo hombre cristiano, y todos los cristianos,

caer presa de este tipo de táctica satánica? Más importante aún,
¿cómo podemos evitar este tipo de engaño?
Principio 2. Podemos ser engañados si usamos la

Biblia místicamente.
Hay algunos cristianos que adoptan un enfoque muy superficial y

místico al usar la Palabra de Dios para determinar la voluntad de
Dios para sus vidas. Por ejemplo, dejan que la Biblia se abra,
confiando en que el primer versículo que vean será la palabra
específica de Dios para ayudarlos a tomar una decisión en particular.
Dios ciertamente puede usar este método, pero tiene muchos

peligros inherentes. Hay suficiente evidencia de que los cristianos
sinceros se han descarriado al usar la Biblia tan superficialmente.
Recuerdo una historia sobre un hombre que buscaba la

voluntad de Dios para su vida. Dejó que la Biblia se abriera y sus
ojos se posaron en el texto donde Judas salió y se ahorcó.
Impresionado por lo que leyó, lo intentó de nuevo. Esta vez la Biblia

se abrió y sus ojos se posaron en las palabras de Jesús: "¡Ve y haz
tú lo mismo!" Obviamente, este hombre aprendió una valiosa lección.
Este no es un buen método para determinar la voluntad de Dios.
Todos nosotros debemos entender la totalidad de las Escrituras.
Además, debemos entenderlo en su contexto adecuado. Sin
embargo, esto lleva a otro principio importante.
Principio 3. Podemos ser engañados si

leemos y estudiamos la Biblia subjetivamente
y sin buenos principios de interpretación.
Este error de usar la Biblia para determinar la voluntad de Dios está

estrechamente relacionado con el que acabamos de describir. Sin
embargo, el segundo error implica un uso más serio de las Escrituras.
En este caso, a menudo queremos corroborar o probar un conjunto
predeterminado de creencias o deseos.
En realidad, es posible hacer que la Biblia enseñe casi cualquier

cosa si ignoramos los principios básicos de la interpretación literaria.
Este enfoque del estudio de la Biblia ha llevado a todo tipo de
sistemas teológicos erróneos, que a su vez han creado una serie de
cultos e ismos que niegan la verdad total de las Escrituras.
Para entender la Biblia y lo que Dios realmente nos está

diciendo hoy, debemos recordar usar al menos tres pautas
básicas:
Primero, determine cuáles son las palabras, frases y

las oraciones de la Escritura realmente significan en contexto.
Segundo, descubra qué ideas puede obtener del entorno

histórico y cultural en el que se escribieron las Escrituras. En
otras palabras, ¿cuál era el significado original de las
declaraciones bíblicas?
Tercero, discierna qué razones gramaticales, históricas,

culturales y literarias puede haber para adoptar un enfoque
diferente al literal.
Algunas personas creen que la Biblia es puramente

alegórica y figurativa, en lugar de un documento histórico. Los
autores de las Escrituras ciertamente usaron alegorías y
lenguaje figurado, como otros escritores, pero usaron este
enfoque para ilustrar el significado literal. Malinterpretar esta
forma normal de interpretar las Escrituras puede conducir a
todo tipo de conclusiones falsas.
Principio 4. Podemos ser engañados si

aplicamos las circunstancias a las Escrituras
en lugar de evaluar las circunstancias a la luz
de las Escrituras.
Los factores circunstanciales son importantes para determinar la

voluntad de Dios. Esto lo señalamos en un capítulo anterior (ver pp.
139–40). Sin embargo, nunca debemos permitir que las
circunstancias sean el factor principal para determinar la voluntad del Señor
Las circunstancias pueden ser engañosas, como lo fueron en el
encuentro de Josué con los gabaonitas. Todo parecía correcto
para Joshua. Además, Dios incluso había hablado sobre qué hacer
en este tipo de situación. ¡El problema era que las circunstancias
no eran lo que parecían!
Es en este punto que Satanás puede golpear con más fuerza.

Dado que vivimos en un mundo de tiempo y espacio, nos
acostumbramos a evaluar los eventos a la luz de nuestras
circunstancias. En consecuencia, Satanás hace uso de nuestras
tendencias naturales, nuestra comprensión cultural y nuestra
estructura psicológica.
Para complicar las cosas, la línea entre tomar una decisión

correcta y una mala puede ser fina. Si Joshua simplemente hubiera
hecho más preguntas, esperado solo un día más o menos, y
evaluado la situación total con más cuidado, habría descubierto el

engaño antes de tomar esa decisión final e irreversible.
Afortunadamente, la mayoría de nuestros errores son

reversibles. Incluso en el caso de Josué, recogió los pedazos e hizo
lo que pudo para corregir la situación sin cometer un segundo
pecado para tratar de deshacer el primero. En Cristo, siempre hay
esperanza, sin importar nuestros errores del pasado.
Puntos de acción
El hecho de que tengamos la Biblia para guiarnos en la toma de

decisiones es una gran bendición. Pero debemos asegurarnos de
utilizarlo correctamente. Compruébelo usted mismo. Encierre en un
círculo la respuesta que mejor describa su respuesta. ¿Con qué
frecuencia viola las siguientes pautas en su uso de la Biblia?
1. Tiendo a usar la Biblia místicamente, en realidad un método

de “azar espiritual” para determinar cuál es la voluntad de
Dios para mí personalmente. (Nunca)
(A veces siempre)
2. Tiendo a leer y estudiar la Biblia de manera subjetiva,
violando los principios básicos de interpretación de la Biblia.
(Nunca) (A veces) (Siempre)
3. Tiendo a permitir que las circunstancias prevalezcan sobre la Palabra de

Dios al determinar Su voluntad para mi vida.
Vuelva a leer las declaraciones bajo Puntos de acción. Mientras hace esto,
pídale al Espíritu Santo que grabe en su corazón una lección que necesita
aplicar de manera más efectiva en su vida.
Luego escriba una meta específica sugerida por esa lección.
Por ejemplo, el número que encerraste en un círculo puede indicar que permites
que las circunstancias prevalezcan sobre la Palabra de Dios al determinar Su
voluntad para tu vida.
Pon una meta

__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
Porque incluso Satanás se disfraza de ángel de luz.

Por eso no es de extrañar que sus siervos también
se disfracen de siervos de justicia; cuyo fin será
conforme a sus obras.
2 CORINTIOS 11:14–15
Capítulo 12
Dios no te olvidará
Lee Josué 14:6–15
Una cosa difícil para muchos de nosotros es ser fieles cuando

no estamos en una posición destacada. De alguna manera
funcionamos mejor cuando los demás saben lo bien que lo estamos
haciendo. Esta es una tendencia natural. Pero la verdadera prueba
de nuestro compromiso con Jesucristo es qué tan bien funcionamos
cuando tenemos que operar entre bastidores, incluso haciendo
posible que alguien más esté en el centro de atención.
Un hombre "detrás de escena"
Caleb ilustra este tipo de compromiso como ningún otro personaje

de la Biblia. Aunque la Biblia dice poco acerca de él en comparación
con Josué, lo que está escrito refleja a un hombre que era el igual
espiritual de Josué. De hecho, en algunos aspectos superó a Josué
como líder. Pero una vez que Dios nombró a Josué como el sucesor
de Moisés, Caleb permaneció en silencio junto a Josué, a menudo
detrás de escena haciendo la voluntad de Dios al apoyar al líder de
Israel elegido por el Señor.
Victoria tras victoria
Después del tratado de Josué con los gabaonitas, los eventos

que llevaron a la división de la tierra entre las tribus de Israel
se registran en rápida sucesión (ver el siguiente mapa).
1
Sur de Canaán
Los reyes del sur de Canaán estaban muy amenazados

por la alianza de los gabaonitas con Israel (10:1–5).
Cinco de estos hombres reunieron sus fuerzas y su primer
movimiento fue atacar a los gabaonitas para castigarlos por
unirse a Israel, y también para evitar que la fuerza de Israel
se expandiera aún más. La guerra fue un fiasco para los
reyes del sur. Israel, a causa del pacto, vino al rescate de los
gabaonitas. Esta alianza no solo derrotó rotundamente a los
cinco reyes, sino que Israel derrotó a muchas otras ciudades
en el sur de Canaán (vv. 28–43).
Canaán del Norte

Después, Josué centró su atención en el norte de Canaán.

La historia es la misma. Dios le dio a Israel una victoria tras otra. No
hubo más Ai ni alianzas impropias. Dios estaba con Israel tal como
dijo que estaría si obedecían sus leyes (1:8). Aunque fue un proceso
que consumió mucho tiempo y que involucró casi siete años desde el
momento en que cruzaron el Jordán (11:18), derrotaron a treinta y un
reyes en total (12:24). Y luego leemos que “la tierra tuvo descanso de
la guerra” (11:23).
Entiende que Israel no había capturado toda la Tierra Prometida.

De hecho, “gran parte de la tierra” quedó “para ser poseída” (13:1).
Pero “Josué era viejo y entrado en años”, y, en consecuencia, Dios le
dijo que dejara de pelear y dividiera la tierra entre las tribus de Israel
(vv. 1, 7). Con sus treinta y una victorias, primero en el centro de
Canaán con la caída de Jericó y Hai, seguidas de sus campañas del
sur y del norte, Israel había quebrantado el espíritu de todos los
cananeos restantes.
El plan futuro de Dios
Una vez que la tierra se dividió entre las tribus, cada tribu
individual era responsable de completar la tarea. Con unas pocas
excepciones, Israel había sido fiel a Dios y ellos
ahora tenían derecho a su herencia. Y si seguían

obedeciendo al Señor, poco a poco podrían poseer toda la
tierra que Dios les había prometido (ver el mapa en la página
siguiente).
Caleb camina en el escenario
En este punto de la historia de Israel, nos encontramos una vez

más con Caleb. Aunque tenía ochenta y cinco años, y aunque
había servido fiel y pacientemente a Dios a la sombra de Josué, su
memoria no se había desvanecido ni sus habilidades físicas habían
disminuido. Recordó una promesa que Dios le había hecho
cuarenta y cinco años antes y supo que ese era el día para
refrescar la memoria de Josué. Esto lo hizo con un recordatorio
muy específico: “Tú sabes la palabra que el SEÑOR habló a
Moisés, el hombre de Dios, acerca de ti y de mí en Cades-barnea”,
le dijo a Josué (14:6).
Reflexiones
Cuarenta y cinco años antes, mucho antes de que Israel

entrara en Canaán, Dios le ordenó a Moisés que enviara doce
espías a la tierra, un hombre por cada tribu. Junto con Josué,
Caleb era uno de esos hombres, que representaba al
tribu de Judá (Núm. 13:6, 8).
Cuando los espías completaron su tarea y regresaron al

campamento de Israel, diez espías trajeron un informe negativo.
Aunque reconocieron que de la tierra fluía “leche y miel”, también
informaron que era una tierra llena de ciudades fortificadas y
fuertes guerreros (vv. 27–29, 32–33). “'No podemos subir contra el
pueblo'”, informaron, “'porque es demasiado fuerte para
nosotros'” (v. 31).
El miedo engendra miedo y este informe negativo asustó a los
hijos de Israel.
La postura audaz de Caleb
En medio de un pesimismo creciente, Caleb se atrevió a estar

en desacuerdo con el informe de la mayoría. Con gran audacia y
confianza en las promesas de Dios, “hizo callar al pueblo delante
de Moisés”, y gritó para que todos lo oyeran: “Por todos los medios
debemos subir y tomar posesión de ella, porque ciertamente la
venceremos” (v. 30).
En este momento, Joshua se quedó en silencio. Estuvo de

acuerdo con Caleb, pero permaneció en un segundo plano. ¡Caleb
era el portavoz!
En sus primeros años, Joshua parecía ser reservado y, en

algunos casos, un hombre muy temeroso, particularmente cuando
se enfrentaba a la responsabilidad del liderazgo. Caleb era
valiente, más audaz y estaba más dispuesto a enfrentar situaciones
amenazantes de frente.
Todos nos intimidamos
Todos nosotros a veces necesitamos a alguien que sea más

fuerte que nosotros. Recuerdo cuando era un joven administrador
en el Instituto Bíblico Moody en Chicago. Tuve la supervisión de la
Escuela Nocturna, una oportunidad maravillosa para ministrar a
casi mil laicos de toda el área de Chicago. Sin embargo, a veces
me sentí intimidado en vista de lo que para mí era una tarea
asombrosa, especialmente a mi edad.
Todavía tenía veintitantos años.
Sin embargo, conocí a un hombre de negocios cristiano que

trabajaba en el centro de Chicago. Era una persona fuerte y
dinámica que siempre parecía tener el control de los desafíos de la vida.
En consecuencia, almorzaba periódicamente con Jerry, sobre
todo cuando me sentía inseguro. Y cada vez que regresaba a mi
oficina, lo hacía con una mayor sensación de fuerza interior,
confianza y visión. Saqué fuerza de Jerry.
El coraje creciente de Josué
Aparentemente, Joshua sacó fuerzas del comportamiento

valiente de Caleb. Cuando el miedo generado por los espías se
convirtió en ira y rebelión contra Moisés, Josué se puso de parte
de Caleb y desafió a Israel a reclamar las promesas de Dios y luego
a actuar de acuerdo con esas promesas.
Rasgando sus vestiduras, gritaron:
“Si Jehová se agradare de nosotros, él nos traerá a esta tierra,

y nos la entregará... pero no os rebeléis contra Jehová; y no
temáis al pueblo de la tierra, porque ellos serán nuestra presa.
Su protección les ha sido quitada, y el SEÑOR está con
nosotros; no les tengas miedo.” (Números 14:8–9)
Enfrentando una situación que amenaza la vida
Desafortunadamente, las exhortaciones y advertencias de

Caleb y Josué no fueron escuchadas. Los hijos de Israel
amenazaron con apedrearlos.
La rebelión de Israel trajo la ira y la ira de Dios sobre Israel.

Inicialmente, el Señor iba a destruir a su pueblo, allí mismo y en
ese momento. Sin embargo, Moisés intervino y
lograron persuadir al Señor para que les perdonara la vida.
Una vez más, Dios se arrepintió, pero no sin un juicio parcial.

Debido a su incredulidad y falta de obediencia a Él, Dios pronunció que
toda esa generación adulta nunca vería la tierra. Tendrían que vagar por
el desierto durante cuarenta años hasta que murieran. Sólo sus hijos
podrían entrar en Canaán.
Pero hubo dos excepciones: Josué y Caleb (v.

38). Debido a su voluntad de obedecer a Dios, no morirían en el desierto.
Ellos podrían entrar en la tierra de Canaán.
La promesa de Dios a Caleb
Originalmente, Dios escogió a Caleb para esta bendición especial:
“Ciertamente ninguno de los hombres... verá la tierra...

Pero mi siervo Caleb, por haber tenido un espíritu diferente y
haberme seguido completamente, lo introduciré en la tierra en la
que entró, y su descendencia la poseerá”. (vv. 22–24)
¿Por qué no se menciona el nombre de Joshua?

Aparentemente, Dios estaba honrando a Caleb por su coraje y audacia inicia
El tiempo de Josué vendría, pero en este momento, Dios quería que
todos supieran que Él no se olvidaría de Caleb. Le iba a dar una
herencia especial porque había seguido al Señor completamente
(Núm. 14:14; Deut. 1:36).
Cuando Dios le ordenó a Josué que dividiera la tierra entre las

tribus, Caleb salió de las sombras y caminó hacia el gran escenario
de Dios. Había esperado cuarenta y cinco años por este momento.
Recordó la promesa de Dios como si fuera ayer. Así le recordó a
Josué:
“Yo tenía cuarenta años cuando Moisés, siervo del SEÑOR,

me envió desde Cades-barnea para reconocer la tierra, y le
hice saber lo que estaba en mi corazón. Sin embargo, mis
hermanos que subieron conmigo hicieron que el corazón del
pueblo se derritiera de miedo; pero yo seguí plenamente al
SEÑOR mi Dios.” (Josué 14:7–8).
Una herencia específica
Aunque el registro bíblico en Números y

Deuteronomio no hace referencia a una herencia específica para
Caleb (solo una referencia general a la herencia de
la tierra), Dios debe haber mencionado en ese momento el área exacta que
Caleb espió en Canaán. En consecuencia, Caleb también le recordó a Josué
la respuesta de Moisés en ese momento a la promesa de Dios: “Entonces
Moisés juró en aquel día, diciendo: 'Ciertamente la tierra que ha pisado tu
pie será en herencia para ti y para tus hijos para siempre, porque has
seguido fielmente a Jehová mi Dios'” (v. 9).
Solicitud específica de Caleb
A la edad de ochenta y cinco años y después de apoyar a Josué durante

siete años llenos de guerra, con valentía y audacia pidió “la región montañosa
de la cual habló Jehová aquel día” (v.
12). Esta solicitud específica confirma el hecho de que el Señor había
explicado claramente que le daría a Caleb un lugar especial en Canaán
debido a su fidelidad.
El “País de las Colinas”
Esta fue el área exacta que Caleb vio muchos años antes. Y aunque
estaba fuertemente fortificada y densamente poblada por hombres de gran
tamaño, Dios le prometió a Caleb que sería capaz de derrotar a sus
enemigos, incluso en su vejez.
Caleb estaba tan seguro de la promesa de Dios como lo estaba de sí mismo
y de sus propias habilidades.
Ochenta y cinco años, y fortaleciéndose
“Todavía soy tan fuerte hoy como lo era el día que Moisés me
envió; cual era mi fuerza entonces, tal es mi fuerza ahora, para
la guerra y para salir y entrar….
Quizá el SEÑOR esté conmigo, y los expulsaré como el
SEÑOR ha dicho”. (vv. 11-12)
Aquí nuevamente tenemos ese equilibrio único e intrincado

entre Dios: confianza y confianza en uno mismo. Y debe notarse
que el uso de Caleb de la palabra “quizás” no implica duda, sino
humildad. Caleb sabía que podía ganar la batalla. Si lo creyó cuando
todavía estaban en el desierto cuarenta y cinco años antes, cuánto
más después de haber visto a Dios entregar en sus manos a treinta
y un reyes cananeos.
Recompensa especial de Caleb
Josué recordó! ¿Cómo podría olvidar? Inmediatamente bendijo a

Caleb y le dio la tierra que Dios le había prometido como herencia.
Quizás su respuesta fue algo así: “Caleb, es tuyo. Te lo mereces.
¡Lo siento, lo olvidé! Es gracias a ti que reuní el valor suficiente para tomar
una posición contra la hostilidad y la desobediencia de Israel. Fue por ti que
hablé en contra de su rebelión e incredulidad. Me ayudaste a convertirme en
el hombre que soy, un hombre en el que Dios podía confiar para guiar a Israel
en lugar de Moisés. Saqué fuerzas de ti, Caleb. Y me has sido fiel. Me has
apoyado, me has ayudado, me has alentado. Nunca has mostrado celos o
resentimiento porque no fuiste elegido para dirigir a Israel, a pesar de que
eras un hombre más fuerte que yo, tanto física como psicológicamente.
Lamento no haber recordado la promesa de Dios yo mismo. ¡Me alegro de
que me lo hayas recordado! ¡Es tuyo! Toma la montaña que Dios te prometió.”

A continuación se presentan cinco observaciones muy significativas sobre la

vida de Caleb, que a su vez conducen a cinco lecciones prácticas para todo
cristiano.
Principio 1. Dios honra a los hombres que andan en Su voluntad.
Tres veces en este capítulo, leemos que la bendición de Dios sobre

Caleb se basó en el hecho de que había
siguió al Señor plenamente. Dios honró su fiel obediencia a sus

mandamientos.
Dios quiere que seamos obedientes a todo lo que Él nos pide

que hagamos. Tenga en cuenta, sin embargo, que la desobediencia
de Israel interfirió con el deseo de Caleb de entrar en la tierra. Sin
embargo, Dios vio su verdadera voluntad de obedecer como obediencia real.
Lo mismo es cierto para ti y para mí. Hay momentos en que otras

personas en nuestra vida limitan nuestra capacidad de responder a la
voluntad de Dios como nos gustaría. Sin embargo, Dios conoce nuestro
corazón, tal como lo hizo con el de Caleb.
Por ejemplo, conozco hombres que están casados con mujeres

que son incrédulas o muy carnales. Estos hombres tienen el deseo de
servir a Jesucristo más plenamente con sus talentos, su tiempo y sus
tesoros. Sin embargo, están limitados en lo que pueden hacer debido
a la desunión y la hostilidad que crearía. De nuevo, Dios entiende esas
situaciones y honra la respuesta de nuestro corazón.
Desobediencia grupal
A veces encontramos que nuestra obediencia personal carece

debido a la desobediencia del grupo, tal vez en nuestra iglesia o negocio.

En situaciones donde las circunstancias están más allá de nuestro
control, Dios también mira nuestros corazones y lo que hacemos en la
situación. Caleb estaba dispuesto a defender la Palabra de Dios a pesar
de que sabía que su propio pueblo lo rechazaría. ¿Y usted?
Ten cuidado
Los cristianos deben asegurarse de defender la Palabra de Dios y

no sus propias opiniones prejuiciosas.
Algunos cristianos sufren innecesariamente debido a la falta de
conocimiento de la Palabra de Dios. En el caso de Caleb no había
dudas. Israel estaba en violación directa del mandato de Dios.
En esta situación, Caleb no comprometería sus convicciones.
Principio 2. Dios honra a los hombres que

se oponen a la mayoría cuando la mayoría está
equivocada.
La obediencia de Caleb estaba en el contexto de un informe minoritario.

La votación fue diez contra dos a favor de la desobediencia.
Qué fácil es ponerse del lado de la mayoría;

comprometer nuestras convicciones cristianas; operar por
miedo. No es así con Caleb. Incluso cuando Josué parecía
haber tenido miedo de hablar, Caleb habló con valentía.
¿Y usted?
Principio 3. Dios honra a los hombres que

toman una posición por Él aunque signifique rechazo
por parte del grupo.
La obediencia de Caleb estaba en el contexto del rechazo del grupo.

La gente literalmente quería apedrearlo. La mayoría de
nosotros nunca ha visto amenazada su vida por defender
la Palabra de Dios. Sin embargo, es fácil ser inhibido y
temeroso incluso en medio de pequeños rechazos de
aquellos que no quieren seguir a Dios.
El apóstol Pablo se destaca como un ejemplo dinámico

para todos nosotros en este sentido. “Porque no me
avergüenzo del evangelio”, escribió a los romanos, “pues
es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, al
judío primeramente y también al griego” (Rom. 1:16). Y
cuando supo que iba a presentarse ante el emperador
romano, tal vez para enfrentar la pena de muerte, escribió a sus fiel
partidarios de la oración en Filipos:
Porque sé que esto resultará en mi liberación por vuestras

oraciones y la provisión del Espíritu de Jesucristo, conforme a mi
anhelo y esperanza, de que en nada seré avergonzado, sino que
con toda confianza, Cristo ahora, como siempre, será exaltado en
mi cuerpo, ya sea por la vida o por la muerte. (Filipenses 1:19-20)
Principio 4. Dios honra a los hombres que le

siguen fielmente.
Caleb había sido obediente durante cuarenta y cinco años, aunque

Josué era el hombre que Dios escogió para guiar a los hijos de Israel a
la tierra. Qué fácil es volverse celoso y resentido cuando otros cristianos
reciben más atención que nosotros, especialmente cuando sentimos
que lo merecemos tanto como ellos. Ser fiel tras bambalinas es difícil,
pero es una verdadera prueba de carácter. Recuerde, también, que
Dios a menudo nos prueba para ver qué tan fieles somos en estas
circunstancias. Si pasamos la prueba, entonces Él puede confiarnos
una responsabilidad mayor.
Principio 5. Dios no se olvidará de los

hombres que le sirven fiel y consistentemente.
La obediencia de Caleb finalmente fue honrada y recompensada,

aunque fue cuarenta y cinco años después. Dios no se olvidó de su
promesa a Caleb. Él siempre honra la obediencia fiel.
Recuerda que Dios nunca olvida. Eventualmente Él nos

recompensará por la obediencia fiel. Al igual que Caleb, parte de esa
recompensa a menudo llega en esta vida, pero definitivamente llegará
en la eternidad. Y por supuesto, las recompensas eternas son las que
realmente cuentan.
Puntos de acción
Pídele a Dios que te ayude a convertirte en un cristiano fiel y obediente,

a “seguir al Señor plenamente” en todo lo que dice, sin importar las
consecuencias. Escribe una meta personal y específica que quieras
llevar a cabo de inmediato, esta semana. Oren por la ayuda de Dios.
Recuerde las palabras de Pablo, quien dijo: “Todo lo puedo en Cristo
que me fortalece” (Filipenses 4:13).
1. ¿Qué tan obediente soy a todo lo que Dios manda?


2. Cuando la mayoría quiere hacer lo que está mal a los ojos de
Dios, ¿me defiendo por lo que está bien?
3. Cuando me enfrento al rechazo del grupo porque quiero
obedecer la Palabra de Dios, ¿me defiendo por lo que sé que
es la voluntad de Dios? (Nunca)
(A veces siempre)
4. ¿Qué tan fiel soy en mi servicio al Señor y a los demás cuando
tengo que trabajar entre bastidores? (Nunca) (A veces)
(Siempre)
5. 5. ¿Estoy dispuesto a esperar pacientemente a que Dios cumpla
las promesas que me hizo? (Nunca) (A veces) (Siempre)
Vuelva a leer las preguntas bajo Puntos de acción. Mientras lo hace,

pídale al Espíritu Santo que grabe en su corazón una lección que
necesita aplicar de manera más efectiva en su vida. Luego escribe un
objetivo específico. Por ejemplo, puede tener un problema con
sentimientos de rechazo, particularmente cuando quiere ser obediente
a la Palabra de Dios y el grupo quiere hacer otra cosa. Sabes que
necesitas defender lo que sabes que es la voluntad de Dios.
Pon una meta


__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
Finalmente, sea fuerte en el Señor, y en la fuerza de Su

poder. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que
podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
EFESIOS 6:10–11
Capítulo 13
Habla un hombre de Dios

Lea Josué 23:1–24:33
Una cosa que ha dejado una profunda impresión en mi

vida es que he observado que hombres a quienes Dios ha usado
poderosamente se desvían en sus últimos años. Esta observación
se aplica no solo a los cristianos que trabajan y sirven en un
ambiente secular, sino también a los evangelistas, pastores y
misioneros que sirven en lo que llamamos ministerio cristiano de
tiempo completo.
La Biblia está llena de ilustraciones de hombres que le

fallaron a Dios miserablemente: Salomón, por ejemplo, y David,
su padre. Incluso el gran siervo de Dios, Moisés, cometió un
grave error durante sus últimos días en la tierra. En lugar de
hablarle a la roca de Meriba, como Dios le había dicho, perdió los
estribos y golpeó la roca. No solo se atribuyó el mérito a sí mismo,
sino que no defendió la santidad de Dios.
En consecuencia, Dios no le permitió conducir a los hijos de Israel
a la Tierra Prometida (ver Números 20:7-13; Deuteronomio 32:31).
Una excepción a la regla

Joshua se destaca en las páginas del Antiguo Testamento

como uno de esos raros personajes bíblicos que ejemplificaron
caminar en la voluntad de Dios durante toda su vida. Es cierto
que era tan humano como sus compañeros israelitas, y como
nosotros, y en ocasiones cometió algunos errores graves. Pero
los errores de Josué nunca fueron tan graves como los que
cometieron los hombres que lo sucedieron.
Las razones de la fidelidad constante y persistente de

Josué a Dios son vívidas en la historia de su vida. Sin embargo,
en ninguna parte esas razones son más evidentes que en sus
últimas palabras a Israel antes de partir de esta vida.
Mirando hacia atrás
Las exhortaciones finales de Josué al pueblo escogido de Dios

involucraron dos perspectivas históricas siguiendo la división de
la tierra entre las tribus.
La primera perspectiva era de corto alcance. Incluía una

revisión de la fidelidad de Dios hacia Israel en el pasado
reciente, es decir, desde que cruzaron el Jordán y experimentaron
victoria tras victoria en la tierra de Canaán.
La segunda perspectiva era de largo alcance. E incluyó una

revisión de la fidelidad de Dios hacia Israel desde que Dios escogió y
llamó a Abraham por primera vez de un ambiente idólatra en Ur de los
caldeos y lo llevó a él ya su familia a Canaán.
Un gran siete años
“Josué era viejo, entrado en años” cuando reunió a los líderes de

Israel para compartir con ellos la carga que pesaba sobre su corazón
(Josué 23:1). Había completado su tarea terrenal. Había llevado a Israel
a la Tierra Prometida. En siete emocionantes años, habían derrotado a
los cananeos lo suficiente como para eliminar cualquier futura amenaza
y resistencia militar.
Josué acababa de terminar de dividir la tierra entre las tribus como

Dios lo instruyó. Y ahora tenía algunas palabras finales sobre las
experiencias recientes de Israel en Canaán:
“Vosotros habéis visto todo lo que Jehová vuestro Dios ha

hecho con todas estas naciones por causa de vosotros” (v. 3a).
“Jehová vuestro Dios es el que ha estado peleando por
vosotros” (v. 3b).
“Jehová tu Dios, Él los arrojará de delante de ti y los arrojará
de delante de ti”
(v. 5a).
“Tú poseerás su tierra, tal como el SEÑOR tu Dios te ha
dicho” (v. 5b).
“Aférrate a Jehová tu Dios, como lo has hecho hasta el día
de hoy” (v. 8).
“Porque Jehová ha echado de delante de vosotros naciones
grandes y fuertes” (v. 9).
“Jehová vuestro Dios es el que pelea por vosotros” (v. 10).
“Mirad mucho por vosotros mismos en amar a Jehová

vuestro Dios” (v. 11).
Una seria advertencia
Después de esta serie de recordatorios claros y vívidos de que

no era nadie más sino el SEÑOR Dios de Israel quien les había dado
la tierra de Canaán, Josué hizo su punto final con igual claridad:
“Porque si alguna vez regresas y te unes al resto de estas

naciones, estos que quedan entre ti, y te casas con ellos, y te
asocias con ellos y ellos contigo, debes saber con certeza que
el SEÑOR tu Dios no continuará. expulsa a estas naciones de
delante de ti; sino que os serán lazo y lazo, y látigo en vuestros
costados, y espinas en vuestros ojos, hasta que perezcáis de
esta buena tierra que
Jehová tu Dios te ha dado.” (vv. 12-13)
"En conclusión…"
La primera perspectiva histórica de Josué le recordó a Israel

que fue el Señor su Dios quien los trajo a la tierra y les dio victoria
tras victoria. Fue debido a su amor por Él y su obediencia a Sus
leyes que el Señor cumplió Sus promesas para ellos. Él les había
sido fiel debido a la fidelidad de ellos hacia él. Pero si abandonaban
al Señor y comenzaban a adorar dioses falsos, sufrirían las
consecuencias y perderían todo lo que habían ganado.
“'La ira de Jehová se encenderá contra vosotros'”, advirtió Josué, “'y

pereceréis pronto de sobre la buena tierra que él os ha dado'” (v.
16).
El Dios de Abraham, Isaac y Jacob
El segundo y último discurso de Josué a Israel antes de morir a la

edad de 110 años (24:29) fue similar en énfasis a su primer discurso.
Sin embargo, fue más completo.
Además, fue mucho más dramático en términos del entorno
geográfico.
entre dos montañas
Josué una vez más “reunió a todas las tribus de Israel en

Siquem” (24:1), un lugar único y significativo para entregar un
mensaje de despedida. Fue aquí (en el monte Gerizim y el monte
Ebal) donde Josué había construido previamente un altar al Señor
y había escrito las leyes de Dios en grandes tablas de piedra y las
revisó para todo Israel (8:30–35).
Incluso mas importante
Fue en este mismo lugar donde Abraham recibió por primera

vez la promesa de Dios con respecto al hecho de que Él le daría a
Israel la tierra de Canaán. También fue aquí donde Abraham
demostró su rechazo a los dioses falsos al construir también un altar
al Señor, el único Dios verdadero (Gén. 12:6–7).
Aún más dramático
También fue en este mismo lugar donde Jacob, al regresar de

sus andanzas carnales en Mesopotamia, limpió y purificó a su propia
casa de dioses falsos al enterrar todos sus ídolos y al mismo tiempo
construir un altar al Señor (33:18–
20; 35:1–4).
La principal preocupación de Joshua por Israel es muy

clara. Quiere que sepan que fue el Dios de Abraham, Isaac y
Jacob quien los condujo hasta este punto de su historia
nacional, no solo al permitirles hacer grandes hazañas en
Canaán desde que cruzaron el Jordán, sino desde el mismo
comenzando cuando Dios llamó a Abraham de Ur de los
caldeos (Gén. 12:1, 3). Joshua cita al Señor directamente una
y otra vez para demostrar su punto:
“Yo [el Señor tu Dios] tomé a tu padre Abraham de

más allá del río” (Josué 24:3).
“Envié a Moisés ya Aarón” a Egipto (v. 5).
“Yo saqué a vuestros padres de Egipto” (v. 6).
“Yo os traje a la tierra de los amorreos… y os los
entregué en vuestras manos” (v. 8).
“Yo te libré de su mano [de Balaam]” (v. 10).
“Yo los entregué [a los cananeos] en tu mano” (v. 11).
“Envié avispas delante de ti” (v. 12).

“Os di una tierra en la que no habíais trabajado” (v. 13).
"En conclusión…"
Con esta rápida serie de citas del Señor

El mismo Josué nuevamente culminó su discurso con una

exhortación a Israel a “temer a Jehová y servirle con
integridad y verdad” (v. 14). Les advirtió que "desecharan
los dioses" a los cuales sus padres habían servido "al otro
lado del río y en Egipto" y que "servieran a Jehová" (v. 14).
“Pero por Mí y por Mi Casa”
Joshua terminó su discurso formal con lo que se conoce

como uno de los testimonios y testigos más poderosos y
valientes de todas las Escrituras. En su vejez y tal vez con
voz temblorosa, gritó:
“Y si no os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién

sirváis: si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres
cuando estaban al otro lado del río, o a los dioses de los
amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa
serviremos a Jehová. (v.15)

En estos dos mensajes culminantes a Israel se encuentra el

secreto básico del propio éxito de Josué como un hombre de
Dios fiel y comprometido. Sus últimas palabras reflejan su
filosofía personal de vida como líder en Israel.
Dos principios fundamentales emergen de estos pasajes

y se convierten en aplicaciones personales para cada hombre
cristiano del siglo veinte y especialmente para cada líder
cristiano.
Principio 1. Debemos creer con todo nuestro

corazón que Dios es el único Dios verdadero.
Una vez que Josué se apartó de los dioses de Egipto, nunca

abandonó al único Dios verdadero. Doce veces en el capítulo
23, Josué se refirió al “Señor tu Dios” al repasar los éxitos de
Israel en la tierra de Canaán. Esto demuestra quién fue el
primero en su propia vida. El Señor Dios de Israel era el Señor
y Dios de Josué.
verdadera humildad
La verdadera prueba del compromiso de Josué con Dios es

reflejado en su humildad cuando se puso de pie ese día y se dirigió

a Israel. Mirando hacia atrás a las tremendas victorias, qué fácil
hubiera sido exaltarse a sí mismo.
Después de todo, ¿no había dicho Dios antes de cruzar el Jordán:
“¡Hoy comenzaré a exaltarte a la vista de todo Israel!” (Josué 3:7)?
La declaración de Josué a Israel en ese momento reveló su
verdadera perspectiva sobre sí mismo y su relación con Dios:
“En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros,

y que ciertamente echará de delante de vosotros al cananeo, al
heteo, al heveo, al ferezeo, al gergeseo, al amorreo y al jebuseo….
[Él es] el SEÑOR de toda la tierra”. (vv. 10-11)
La verdadera prueba
Y ahora, después de que Dios había cumplido Sus promesas,

Josué todavía estaba dando honor y gloria a Dios. Es cierto que se
dio cuenta muy bien de que Dios lo había usado como un instrumento
humano para lograr estos objetivos. No se disculpó por el hecho de
que Dios lo había usado para cortar estas naciones paganas y
asignar las naciones restantes como herencia para las tribus de
Israel. No dudó en decir: “Os he repartido estas naciones” y “he
cortado” todas las naciones “desde el Jordán hasta el Mar Grande
hacia
la puesta del sol” (23:4). Pero Josué también se dio cuenta muy
bien de que era Dios quien realmente había obrado a favor de
Israel. Josué era simplemente un instrumento humano que utilizaba
los talentos y habilidades que Dios le había dado.
Un ejemplo maravilloso
Este es un gran ejemplo para todo hombre cristiano. Muchas

veces es fácil comenzar nuestra vida cristiana dando gloria a Dios.
Pero a medida que envejecemos y aumentan nuestros propios
logros, nuestra tendencia natural es olvidar la fuente de nuestra
fuerza, nuestras habilidades, nuestros logros. Qué fácil exaltarnos
y honrarnos a nosotros mismos, incluso comenzar a servir a “otros
dioses”, particularmente al “dios del materialismo” y al “dios del
intelectualismo”.
Como Josué, debemos darnos cuenta de que Dios usa

nuestros talentos y nuestras habilidades. Además, los logros
materiales e intelectuales no son malos en sí mismos. Ni siquiera
está mal usar la palabra “yo” para referirnos a nuestros propios esfuerzos.
Pero un cristiano que pone a Dios primero en su vida siempre
reflexionará con honestidad y verdadera humildad que es Dios
quien es responsable de todo lo que somos y tenemos. El cristiano
que tiene una perspectiva correcta sobre el poder y la gracia de
Dios en su vida solo puede estar de acuerdo con el apóstol Pablo
quien, sintiendo esto mismo, escribió con gran convicción:
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que
actúa en nosotros, a Él sea la gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas
las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén. (Efesios 3:20–21)
Principio 2. Debemos amar a Dios con todo nuestro

corazón.
Una Orden Divina
Se sigue naturalmente que si verdaderamente creemos que Dios es el único

Dios verdadero, entonces debemos amarlo y servirlo. El Señor mismo reconoció
este orden divino cuando dio los Diez Mandamientos. Primero dijo: “No tendrás
dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20:3), y luego dijo: “Mostraré misericordia a
millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos” (v. 6). . Josué siguió
este orden en su propia vida e instó a los hijos de Israel a hacer lo mismo.
Verdadero amor por Dios

¿Qué significa amar a Dios? ¿Cómo se expresa?

Estas son preguntas muy importantes, especialmente para hoy, ya
que la palabra “amor” a menudo se define como una respuesta
puramente emocional. No es así en las Escrituras.
Josué respondió estas preguntas de manera clara y específica

en un mensaje anterior a los rubenitas, los gaditas y la media tribu
de Manasés, las tribus que habitaban al otro lado del río Jordán.
Josué advirtió:
“Solamente tened mucho cuidado de observar el mandamiento

y la ley que os mandó Moisés, siervo de Jehová, de amar a
Jehová vuestro Dios y andar en todos sus caminos y guardar
sus mandamientos y aferraros a él y servirle con todo vuestro
corazón. y con toda tu alma. (Josué 22:5)
“Si me amas, me obedecerás”
Aquí de hecho hay una definición comprensiva del amor por

Dios (Juan 14:21, 24). En resumen, significa obediencia total: hacer
lo que Dios dice en todos los aspectos y con todo nuestro ser:
nuestra mente, nuestro corazón, nuestra alma. Obviamente,
nuestras emociones están involucradas. Pero la obediencia a
menudo significa responder a la voluntad de Dios, lo sintamos o no.
Joshua era este tipo de hombre. La historia general de su vida

refleja la obediencia al Señor en todo. Y es por eso que dijo
inequívocamente a Israel en su segundo discurso de despedida:
“Escogeos hoy a quién sirváis… pero yo y mi casa serviremos a
Jehová” (Josué 24:15).
un gran modelo
Esta declaración fue la culminación de una vida vivida en

obediencia a la palabra de Dios. Al comienzo de la carrera de Josué
como sucesor de Moisés en el liderazgo de Israel, Dios dijo: “'Sé
fuerte y muy valiente; cuídate de hacer conforme a toda la ley que mi
siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a la derecha ni a la
izquierda'” (1:7).
Y ahora, años más tarde, Josué pronunció sus últimas palabras

a Israel, en esencia las mismas palabras que Dios le había dicho al
comienzo de su carrera: “Esfuérzate, pues, en guardar y hacer todo
lo que está escrito en el libro. de la ley de Moisés, para que no os
desviéis de ella ni a derecha ni a izquierda'” (23:6).
Fidelidad a los mandamientos de Dios
Hubo momentos, por supuesto, cuando Josué le falló al Señor,

como cuando fue engañado por los gabaonitas.
Hubo días en los que estuvo desanimado, como cuando no confió en
Dios después de la humillante derrota de Israel en Hai. Pero la
dirección general de su vida fue la obediencia.
El amor de Josué por Dios habla a todo hombre cristiano.

Su vida de obediencia también ilustra dramáticamente lo que Jesús
enseñó a sus discípulos. “El que tiene mis mandamientos y los
guarda, ése es el que me ama”, dijo Jesús. Pero, “'El que no me ama,
no guarda mis palabras'” (Juan 14:21, 24).
El mayor mandamiento
Jesús le enfatizó lo mismo a un abogado que un día se le

acercó y le hizo una pregunta: “Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento
de la Ley?” Entonces Jesús respondió: “'Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.'
Este”, dijo Jesús, “es el grande y principal mandamiento” (Mat. 22:36–

38).
Puntos de acción
1. ¿Hasta qué punto crees realmente que Dios es el único Dios

verdadero? ¿Cómo se refleja esto en tu vida?
Cierto, es posible que no te estés inclinando ante ídolos de
madera y piedra. Pero ¿qué pasa con los dioses del
materialismo y el intelectualismo? ¿Los dioses del
sensualismo? ¿Hasta qué punto estás realmente honrando
a Dios por encima de ti mismo?
2. ¿Hasta qué punto amas a Dios? ¿Es con todo tu corazón y
alma? ¿Cuáles son sus áreas de desobediencia? ¿Te das
cuenta de que el grado en que lo obedeces es el grado en
que lo amas?
¡Recuerda!
El amor a Dios es más que sentimientos. Implica un compromiso

con Él sin importar cuál sea nuestra respuesta emocional. Implica
obediencia a Él sin importar cuáles sean nuestros deseos personales.
El amor a Dios significa obedecer lo que Él dice aunque pueda
doler. Jesús demostró este amor cuando dijo en el jardín: “'Padre
mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo
quiero, sino como tú'” (Mat. 26:39).
¡Evaluar!
Marque cualquiera de las siguientes áreas donde su vida

necesita más atención. Ore para que Dios le ayude a mejorar en
las áreas que marque:
___En su mayordomía del tiempo; es decir, en el tiempo que

dediquéis a hacer Su obra;
___En su mayordomía del talento; es decir, en el camino

usas tus habilidades y tus destrezas para servir a Dios;
___En su mayordomía del dinero; es decir, en lo que das para

ayudar a otros a realizar Su obra;
___En su mayordomía de la oración; es decir, en el tiempo

que dedicas a orar por Su obra.
Vuelva a leer las preguntas bajo Puntos de acción. Además, revise

la lista de verificación para evaluar su mayordomía de tiempo,
talento, dinero y oración. Mientras lo haces, pídele al Espíritu Santo
para grabar en tu corazón una lección que necesitas aplicar

más efectivamente en tu vida. Luego escribe un objetivo específico.
Por ejemplo, usted sabe que se queda corto en su mayordomía
de la oración. Debido a su apretada agenda, básicamente está
lleno, tanto a nivel personal como corporativo.
sentido.
Pon una meta

__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
__________________________________________________
Y le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu

corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
Este es el gran y principal mandamiento.
MATEO 22:37–38
Conclusión
¿Adónde debe ir desde aquí?
Con suerte, este ha sido un estudio que cambia la vida. Sé que sí, si
has hecho lo siguiente:
Estudió cuidadosamente la vida de Joshua.

Pidió al Espíritu Santo que le revelara las áreas de su vida
que necesitan atención.
Metas escritas basadas en los principios bíblicos de cada
capítulo.
¿Como estas?
Hay otro paso en curso que debe tomar.

Evalúe continuamente hasta qué punto está alcanzando las metas que
se ha fijado.
Lo que sigue es un resumen de los principios del estudio de la

vida de Josué. A medida que lea estos principios, marque aquellos en
los que establece una meta. Regrese, vuelva a leer cada objetivo y
pregúntese: "¿Cómo me va?"
Durante este proceso, aísle aquellas áreas a las que necesita prestar
más atención.
Se necesita tiempo para estar preparado para ser un líder

fiel de los demás.
Como hombres cristianos, debemos darnos cuenta de que hay una
equilibrio único entre la dependencia de Dios y la confianza en

nosotros mismos.
Debemos comenzar a servir a Dios ahora para estar preparados
para la responsabilidad futura.
Dios quiere que seamos "fuertes y valientes"—
poniendo nuestra fe en Él.
Dios se preocupa por satisfacer nuestras necesidades si se lo
permitimos.
Dios quiere que tomemos en serio la Palabra de Dios y sus
promesas. Para hacerlo, debemos meditar en la Palabra y obedecer
lo que Él dice.
La obediencia a la Palabra de Dios trae bendición, ahora y
eternamente.
Dios nunca nos dejará ni nos desamparará.
Dios perdonará nuestros pecados si sinceramente nos volvemos a
Él en arrepentimiento y buscamos Su perdón.
Dios quiere que seamos receptivos a Su Palabra, creyendo que Él
ha hablado.
Es la voluntad de Dios que nos opongamos a los valores que no
están en armonía con los valores descritos en las Escrituras.
Dios nos honrará si no permitimos que el temor al ridículo y la

persecución afecten nuestro estilo de vida cristiano.
Dios quiere que seamos testigos activos de Cristo,

dándose cuenta de que el juicio vendrá algún día.
Dios quiere que tengamos una fe fuerte en Él, aunque hay cosas
que no entendemos en Su gran plan para nuestras vidas.
Dios honra la fe, pero no espera Su

niños para operar con fe ciega.
Dios honra a los cristianos que lo honran.
Dios todavía está alcanzando a la humanidad perdida y quiere
que participemos en ese proceso.
Dios quiere que tengamos “piedras conmemorativas” en nuestros
hogares y en nuestra vida personal que demuestren que Dios
existe y que dependemos de Él para la vida y la existencia.
Dios quiere ser una realidad viva en nuestras vidas, no solo una
idea teológica.
Dios quiere que transmitamos reverencia y respeto a Dios a
nuestros hijos.
Si eres cristiano, Dios enseña que debes bautizarte para
demostrar que moriste con Cristo y resucitaste a una nueva vida.
Si eres creyente, Dios quiere que participes regularmente en

tomar la Sagrada Comunión. Esto significa que debe ser un
miembro activo de una iglesia local.
Dios quiere que todos los cristianos contribuyan a la
vida corporal dinámica y testimonio de nuestra iglesia.
Dios quiere que cada uno de nosotros comparta personalmente
a Jesucristo con los no cristianos.
Dios quiere que todos nosotros animemos a otros a servir en el
área de alcance misionero.
Dios quiere que todos nosotros apoyemos financieramente el envío de
otros para alcanzar a las personas para Cristo.
Dios quiere que todos oremos por aquellos que están sirviendo
a Jesucristo de una manera especial.
Dios quiere que todos le respondamos como un Dios santo.
Cuanta más luz tenemos, más somos responsables.
Dios está disgustado con la deshonestidad.

Todos los que no conocen a Jesucristo personalmente están
perdidos y condenados al juicio eterno.
Dios nunca abandonará a Sus hijos, no importa cuánto lo hayan
abandonado.
Dios puede tomar los errores que cometen sus hijos y
convertirlos en resultados positivos.
Dios nos da la libertad de desarrollar un plan estratégico, pero
debe estar en armonía con sus directrices y principios básicos.
Dios quiere que tomemos tiempo de nuestros ocupados horarios

para revisar Su voluntad para nuestras vidas.
Dios quiere que desarrollemos un sistema de prioridades que
incluye la lectura regular de la Biblia y el estudio de la Biblia.
Dios quiere que aprovechemos las oportunidades que nos ha
dado para descubrir su voluntad para nuestras vidas a través del
estudio bíblico personal y grupal.
Dios no quiere que dejemos de congregarnos para que podamos
desarrollar relaciones significativas con otros cristianos y consigo
mismo.
Dios quiere que nos detengamos lo suficiente para agradecerle y

alabarle por quién es y por lo que hará por nosotros.
Dios quiere que hagamos de la Palabra de Dios una prioridad

en determinar Su voluntad para nuestras vidas—no nuestra

experiencia existencial.
Podemos ser engañados si usamos la Biblia “místicamente”.
Podemos ser engañados si leemos y estudiamos la Biblia

subjetivamente y sin buenos principios de interpretación.
Podemos ser engañados si aplicamos las circunstancias a las

Escrituras en lugar de evaluar las circunstancias a la luz de las
Escrituras.
Dios honra a los hombres que caminan en la voluntad de Dios.
Dios honra a los hombres que se oponen a la mayoría cuando la

mayoría está equivocada.
Dios honra a los hombres que toman una posición por Él aunque
eso signifique rechazo por parte del grupo.
Dios honra a los hombres que le siguen fielmente a largo plazo.
Dios nunca olvidará a los hombres que le sirven fiel y

consistentemente.
Debemos creer con todo nuestro corazón que Dios es el único
Dios verdadero.
Debemos amar a Dios con todo nuestro corazón.
Un desafío final
Ahora que ha revisado todos los principios que hemos esbozado a

partir de un estudio de la vida de Joshua y ha evaluado la forma en que está
llevando a cabo las metas específicas que ha
establecido para su vida personalmente, recuerde que no puede

lograr estos objetivos con sus propias fuerzas. Es por eso que
Pablo emitió las siguientes exhortaciones a los efesios, y a cada
uno de nosotros:
Finalmente, sea fuerte en el Señor, y en la fuerza de Su

poder. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis
estar firmes contra las asechanzas del diablo.
Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino
contra principados, contra potestades, contra las fuerzas
mundiales de estas tinieblas, contra las fuerzas espirituales
de maldad en las regiones celestiales.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis
resistir en el día malo, y habiendo hecho todo, estar firmes.
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y
vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el
apresto del evangelio de la paz, sobre todo, tomad el escudo
de la fe con que seréis capaz de extinguir todos los proyectiles
de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la
espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
Con toda oración y petición orad en todo tiempo en el

Espíritu, y con esto en vista, velad con toda perseverancia y
petición por todos los santos. (Efesios 6:10–18)
Una meditación final
Quiero un principio interior de temor piadoso y vigilante, Una

sensibilidad del pecado, un dolor para sentirlo cerca.
Ayúdame el primer acercamiento al sentimiento de orgullo o deseo
equivocado.
Para atrapar el anillo de mi voluntad y
apagar el fuego.
De Ti para que nunca más me aleje, no más Tu bondad me aflija,
concédeme el temor filial, te lo ruego, la tierna conciencia da.
¡Rápido como la niña de un ojo, oh

Dios, haz que mi conciencia!
Despierta mi alma cuando el pecado esté
cerca, y mantenla aún despierta.
Dios todopoderoso de verdad y amor, imparte a mí tu poder, quita la
carga de mi alma, la dureza de mi corazón.
¡Oh, que la menor omisión duela

en mi alma despertada y me lleve
de nuevo a esa gracia, 1 que sana a los
heridos!
notas
Introducción
1. La mayoría de los eruditos bíblicos cristianos y judíos

conservadores creen que Josué, el hombre, fue el autor principal
de Josué, el libro. Es cierto que hay secciones que no pudo
haber escrito (como el registro de su muerte), pero hay un
acuerdo general en que debemos atribuir a Josué la autoría
sustancial del libro que lleva su nombre.
Capítulo 1
1. Estas no son solo cualidades para los líderes espirituales

en la iglesia. En esencia, son características de madurez para
todo hombre cristiano. En ese sentido, deberían ser objetivos
espirituales y psicológicos para todos nosotros. Para un estudio
en profundidad de estas cualidades, consulte The Measure of a
Man, escrito por Gene A. Getz y publicado por Regal Books.
Capítulo 3
1. Hay algunos que creen que Rahab operaba una posada.

Esta es ciertamente una interpretación factible. Tal vez ella era
a la vez tejedora y posadera.
Capítulo 4
1. Para un resumen muy útil de estas evidencias, consulte

los dos volúmenes de Josh McDowell: Evidencia que exige un
veredicto y Más evidencia que exige un veredicto (Arrowhead
Springs, California: Campus Crusade for Christ). Ambos libros
aumentarán su fe en la confiabilidad de las Escrituras.
Capítulo 6
1. Para obtener datos de investigación, consulte SI

McMillen, None of These Diseases (Old Tappan, NJ: Fleming
H. Revell Company, 1963), 17–22.
2. Ibíd., 20–21.
3. La Pascua se designa como el sacrificio, y la fiesta que

sigue al sacrificio se designa como la Fiesta de los Panes sin
Levadura. Estos dos eventos son inseparablemente
relacionados y a menudo se les llama simplemente la "Pascua".
Capítulo 7
1. Este no es un fenómeno nuevo en el Antiguo Testamento. Por

ejemplo, Dios también se apareció a Abraham en forma humana y le
transmitió un mensaje especial (Gén. 18:1–33).
2. Para obtener más detalles sobre los descubrimientos

arqueológicos, consulte Howard F. Vos, Archaeology in Bible Lands
(Chicago: Moody Press), 179–81. Véase también Jack Finegan, Light
from the Ancient Past (Londres: Oxford University Press), 1:156–59.
Capítulo 9
1. En este punto, es difícil determinar cuántos detalles le dio Dios a

Josué con respecto a cómo llevar a cabo esta emboscada. El texto
simplemente registra la declaración del Señor de “poner una emboscada
a la ciudad detrás de ella” (Josué 8:2).
Luego, el autor pasó rápidamente a una descripción del proceso mientras
Josué explicaba su estrategia a la gente.
Es mi opinión personal que el Señor le dio estos detalles

específicos a Josué, y él a su vez los repitió al pueblo. Esto sería
consistente con lo que hizo el Señor con respecto a cómo capturar
Jericó. Además, Joshua necesitaba este tipo de seguridad en este
momento de su vida. Las instrucciones específicas del Señor con
respecto a cómo capturar a Hai ciertamente contribuirían a esa
seguridad necesaria.
2. Irving L. Jensen da la siguiente explicación con respecto al

número de hombres escogidos en Josué 8:3: “El tamaño de este
grupo se indica en el texto como treinta mil hombres, lo que parece
ser un contingente inusualmente grande para un grupo tan secreto.
maniobra como emboscada cerca de la ciudad.
Una respuesta plausible al problema es que el texto debería decir
'treinta oficiales'. Esta sugerencia la hace RED Clark, quien señala
que la palabra hebrea elep, traducida como 'mil', también puede
traducirse como 'jefe' u 'oficial', como se traduce en otros pasajes
(cf. 1 Crón.
12:23–27; 2 Cron. 13:3, 17; 17:14–19). Si este fuera el caso,
entonces el grupo de treinta hombres era una unidad de comando
altamente seleccionada, asignada para ingresar a la ciudad
desocupada y quemarla.
Este punto de vista también puede explicar mejor la descripción

del contingente elegido por ser 'hombres poderosos y valientes',
más significativo para un grupo de treinta hombres que para una
unidad de treinta mil hombres”. Irving L. Jensen, Joshua Rest—Tierra
Wo n, Everyman's Bible Commentary (Chicago: Moody Press,

1966), 72.
3. Hay dos formas básicas de resolver el problema textual

en este pasaje. Una es equiparar los treinta mil hombres con los
cinco mil hombres que están al acecho y explicar la discrepancia
numérica como un error de escriba. Esto es factible ya que se
describe a estos hombres como ubicados “entre Betel y Hai, al
lado occidental de Hai” (Josué 8:9, 12). La segunda explicación
es que había dos grupos de hombres al acecho para tender una
emboscada. El primer grupo estaba compuesto por treinta
comandos que estaban más cerca de la ciudad (v. 4), respaldados
por una segunda contingencia de cinco mil (ver nota 2 para la
explicación sobre la cifra de treinta mil dada en el v. 3).
Personalmente, estoy a favor de la segunda explicación, que es
la que he desarrollado en este capítulo.
4. Evidentemente, el rey de Hai obtuvo la ayuda del rey de

Betel en caso del segundo ataque de Israel.
En consecuencia, los que perseguían a Israel eran de ambas
ciudades (v. 17).
Capítulo 10
1. ¿Por qué el autor del Libro de Josué no registró los

detalles del viaje de Israel desde Hai hasta el Monte Ebal?
Parece lógico concluir que quería demostrar dramáticamente el
marcado contraste entre el “montón de piedras” en la puerta de
la ciudad y “el altar” en Ebal. Separar estos dos eventos con
detalles geográficos haría que el lector medio se perdiera el
impacto de este contraste, si no es que lo perdiera de vista por
completo.
2. Los arqueólogos han descubierto losas de piedra en

esta parte del país de hasta siete pies de largo. Recubrirlos con
cal crearía una base blanca sobre la cual Josué podría escribir
muy clara y completamente la ley de Dios.
No se puede determinar completamente a partir del texto

de las Escrituras cuánto de la ley se escribió realmente. Sin
embargo, parece que Josué fue muy comprensivo, lo cual sería
una posibilidad incluso en vista de la naturaleza extensa de las
leyes de Dios en los primeros cinco libros de Moisés. De hecho,
los arqueólogos han descubierto inscripciones en rocas o piedras
similares al proceso que usó Josué. Un ejemplo de ello es uno
de esos descubrimientos en Behistun en Irán, que incluye
información de aproximadamente tres veces la longitud de Deuteronomio
3. Del registro de Josué, es fácil confundir estos

dos juegos de piedras. Una lectura casual podría llevar a la

conclusión de que la ley fue escrita en el altar de piedras (Josué
8:32). Sin embargo, una lectura cuidadosa, especialmente con
el trasfondo de las descripciones más detalladas en
Deuteronomio 27, revela claramente dos conjuntos de piedras.
4. El carácter representativo de estas declaraciones se

refleja en el hecho de que sólo se registran doce, obviamente
relacionado con el hecho de que había doce tribus en Israel.
Capítulo 12
1. Aunque se registran numerosas batallas y victorias en

secuencia rápida en el Libro de Josué, debe notarse que el
proceso involucró un período de tiempo relativamente largo.
Pasaron aproximadamente siete años desde el momento en
que los hijos de Israel cruzaron el Jordán y pisaron la tierra de
Canaán para ganar suficientes victorias para quebrantar la
columna vertebral militar de los cananeos (11:18, 23).
Conclusión
1. Himno, “Quiero que se escriba un principio” por Charles


Trad52 Josue Hombres de Caracter

Cargado por

Información del documento

Derechos de autor

Formatos disponibles

Compartir este documento

Compartir o incrustar documentos

Opciones para compartir

¿Le pareció útil este documento?

¿Este contenido es inapropiado?

Copyright:

Formatos disponibles

Trad52 Josue Hombres de Caracter

Cargado por

Copyright:

Formatos disponibles

Machine Translated by Google

Machine Translated by Google

Este libro sobre Josué está cariñosamente dedicado a Virgilio.

Otros libros de la serie Men of Character:

Introducción: Un guerrero del Antiguo Testamento

1. Entrenamiento básico de Josué

2. Una llamada al valor

3. Un encuentro con una prostituta

5. Una cura para los recuerdos que se desvanecen

6. Recuerdos: ¡Más que rituales!

7. Los muros se derrumbaron

8. Una terrible tragedia

9. Experimentar la victoria a la manera de Dios

10. Vuelta a lo básico

11. Atrapado con la guardia baja

12. Dios no te olvidará

13. Habla un hombre de Dios

Conclusión: ¿Hacia dónde debe ir desde aquí?

Conozco a Gene desde hace muchos años. De hecho, cuando vine

Más tarde, Gene se convirtió en pastor de mi familia, y todavía lo es.

Lo que hace que estos estudios sean tan poderosos es la

Otro aspecto único de estos estudios es la extraordinaria habilidad

Este estimulante estudio de Josué es un modelo a seguir para

Las Clínicas Minirth Meier New Life

Una de las maneras más emocionantes para cada veinte

La mayor parte de lo que aprendemos sobre Josué está

Haciendo Batalla Contra las Fuerzas del Mal

Mientras enfrenta batallas literales, Josué demuestra cómo los

Escuchando a Nuestro Comandante en Jefe Espiritual

A medida que estudiamos la vida de este guerrero del Antiguo

Dios entiende nuestras debilidades humanas—nuestras

Dios promete seguridad y paz interior en el

Dios puede tomar incluso nuestros errores y convertirlos en

Estas son algunas de las lecciones dinámicas y prácticas

Entrenamiento básico de Joshua

Lee 2 Timoteo 2:1–4

Joshua era un líder, ¡y tú también! cuando te convertiste

Ese culpable llamado “impaciencia”

¿Alguna vez te has vuelto impaciente porque el tiempo de

Este principio también se aplica al nombramiento de otros

El ejemplo de Joshua me ha ayudado mucho, y estoy seguro

El entrenamiento básico de Joshua tomó muchos años. Esto

Lo que es único acerca de Joshua en sus primeros años es su

corazón abierto, su disposición a ser enseñado y su espíritu de

El encuentro de Abraham con Dios

Aunque se registran eventos significativos en los primeros

Una Tierra, una Semilla, una Bendición

Dios hizo tres promesas básicas a Abraham (originalmente

Abraham respondió al llamado y mandato de Dios. Por fe,

En este punto de la historia del Antiguo Testamento, la trama se

Este no fue el final para José, sino el comienzo. Aunque enfrentó

Una hambruna devastadora

Finalmente, e irónicamente, Dios usó a José para liberar a su familia

Durante aproximadamente cuatrocientos años, los hijos de

Dios no se olvidó de sus promesas a Abraham. En Su tiempo

Las sandalias más grandes que un hombre haya visto jamás

En este punto, Josué, el hombre que estamos a punto de conocer,

Joshua estaba destinado a calzarse las sandalias más grandes

Josué nació en Egipto. Su padre y su madre eran esclavos junto con

Obviamente, los primeros recuerdos de Joshua eran cualquier

una noche impresionante

Hubo una noche terrible pero bendecida que Joshua nunca

Evidentemente, Josué era el primogénito y el hijo mayor de su

—o la mañana que siguió. Los lamentos y gritos de dolor de los