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Documento Sistema Tizac in de Experiencia S
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Introducción
L
os procesos de reconstrucción de experiencias se han convertido en una de las
formas investigativas privilegiadas para llevar a cabo la selección, organización y
análisis de prácticas sociales. Aunque el interés de los procesos de sistematización
de experiencias se concreta en el fortalecimiento de la memoria institucional o de
prácticas situadas, cada vez más rebasa los límites del trabajo social, la educación
popular o una educación para la libertad. En este orden de ideas, la utilidad que se desprende
de estas formas de hacer investigación, pueden contribuir a la vinculación y formación de
agentes con pocas posibilidades de producción de conocimiento dentro del ámbito cientifico.
1
Este trabajo se realizó para los procesos de capacitación docente a los equipos de proyección social de la
Universidad la Gran Colombia. Tiene como propósito aclarar los procesos de indagación y elaboración de
procesos de sistematización de experiencias desde el apoyo a la proyección social. Esta capacitación fue
realizada el 6 de diciembre de 2016. Vale la pena decir que este trabajo ha sido liderado por la directora de
proyección social, Lilian Ramírez.
2
Candidato a Doctor en Ciencias Humanas del Patrimonio y la Cultura, Universidad de Girona (España).
Magíster en Investigación social interdisciplinaria de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas,
Licenciado en Ciencias Sociales, de la misma Universidad. Investigador asociado Colciencias Mail:
llanofabian@hotmail.com, ID 0000-0003-2181-3476.
1
abstracción y conceptualización. Esta primera tensión en cuanto a la validez de los
conocimientos de los agentes involucrados en la experiencia a ser reconocida, pasa por el
debate del establecimiento de diálogos de saberes y convalidación constante de este
conocimiento que, en la mayoría de los casos, se ve enfrentado al desafío de la teorización y
la consecución de mayor abstracción. En esta medida, la conceptualización lograda en los
procesos de sistematización opera desde el ámbito del aprendizaje y desde la particularidad
del contexto de aplicación.
Ahora bien, no es que se imponga la lógica académica y científica sobre las prácticas
sociales, ni tampoco se insiste en que los saberes cotidianos se eleven a teorías con la misma
validez y rigurosidad de la producción de conocimiento desde el ámbito de las disciplinas y
la interdisciplina. Se insiste eso sí, en que el desarrollo de habilidades para sistematizar como
la lectura, la escritura y el pensamiento lógico, requiere del fortalecimiento de un
pensamiento epistémico como práctica para la creatividad3.
3
De acuerdo con Zemelman (s.f), el pensar epistémico es, el plantearse problemas a partir de lo que observo,
pero sin quedarme reducido a lo que observo, sino ir a lo profundo de la realidad y reconocer esas
potencialidades que se ocultan, que son las que nos van a permitir construir un conocimiento que nos muestre
posibilidades distintas de construcción de la sociedad.
2
epistemológico donde se enmarque dicha experiencia. Dicha lógica de pensamiento requiere
ser desarrollada por los líderes de estos procesos de trasformación de la realidad, con el fin
de lograr aprendizajes y ajustes de la misma práctica sistematizada.
Vale la pena decir que, desde la investigación social de segundo orden, se reclama la
presencia del sujeto que investiga desde un proceso intencional de búsqueda, de
reconstrucción y clasificación de la información. En esta dinámica especifica de
sistematización de experiencias, la reflexión, la construcción colectiva de un conocimiento y
una apuesta social para la trasformación de la realidad social, requiere además la
visibilización de un ángulo de observación de la realidad, en este caso se propone la
fenomenología y el interaccionismo simbólico como ejemplo, para profundizar en las
gramáticas y los sentidos específicos de las prácticas.
3
La sistematización de experiencias: desde la experiencia situada a los enfoques críticos4
4
Algunas de estas referencias fueron tomadas de la ponencia titulada “hacia la sistematización de unas prácticas
vocacionales del humanismo: el caso del centro de práctica docente Madre Elisa Roncallo” presentada en las
VIIII jornadas de formación docente Formación docente y Narrativa en el año 2014 en la Plata, Argentina
4
del conocido pedagogo Paulo Freire5. Estas iniciativas de confrontación del paradigma
dominante abrieron las puertas a la conceptualización de las prácticas y los saberes no
oficializados. Esta apertura epistemológica se vinculó en los años ochenta a fuertes procesos
de movimientos sociales en América Latina tal como lo expresa Carrillo (2009).
5
Los lugares de producción de sentido de tales prácticas tuvieron como referente a la revolución cubana que
ofreció un panorama cultural y político congestionado.
5
la práctica y la experiencia. Como antecedente de la sistematización de experiencias el
trabajo social aportó a su conceptualización y consolidación como categoría de análisis entre
los años sesentas y setentas.
6
Fuente: elaboración propia a partir de los planteamientos de Oscar Jara
7
Para este primer momento se espera además ubicar la pertinencia social e institucional
de la práctica o el objeto a sistematizar bajo las preguntas ¿Quiénes se involucraron? ¿Qué
aprendizajes se lograron o se esperan? ¿cuál sería la mejor manera de sistematizar? Con estos
primeros acercamientos se espera definir los ejes de la sistematización una vez ubicado el
objeto a sistematizar. Es importante aclarar que durante este proceso los actores requieren
estar involucrados en el proceso y a través de la problematización se espera fortalecer el
enfoque crítico de la sistematización. Una vez definidos los ejes de discusión de la
sistematización de la experiencia se pasa a la fase de documentación y posicionamiento de la
práctica tanto desde lo estructural al definir unos breves antecedentes, datos y cifras
relacionados con el objeto de estudio y la definición de los responsables de los análisis
posteriores como en lo particular definiendo y priorizando los actores o agentes directos e
indirectos asociados al objeto a sistematizar.
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a definir y organizar la presentación del informe bajo la premisa de la construcción completa
de la experiencia. Por último, se espera difundir la experiencia sistematizada bajo una
estrategia de comunicación efectiva que permita visibilizar a loa actores o agentes
involucrados y sobre todo los aprendizajes adquiridos en este tiempo de trabajo colectivo.
Los riesgos que se corren con una práctica sistematizada y difundida mediante una fuerte
estrategia de comunicación, sobre todo en los escenarios académicos giran alrededor de la
validez y la legitimidad de un conocimiento que, si bien ha pasado por instancias de
validación con la comunidad, carece de lenguajes y enfoques que permitan una mayor
profundización en el análisis y tal vez nuevos aprendizajes. Sostengo que un proceso de
sistematización de experiencias requiere del complemento de perspectivas teóricas y sobre
todo ángulos de interpretación que ayuden a profundizar los análisis para darle mayor
significado a las experiencias sistematizadas.
9
indicación en los fenómenos. Estas reflexiones filosóficas y sus posteriores manifestaciones
en la sociológica con el interaccionismo simbólico, da relevancia a los contextos de
significación.
Según Schütz, la vivencia que se tiene del otro, está determinada por el propio tiempo
y espacio del yo, esto resulta importante, porque toda representación que se tenga del otro
estará mediada por las condiciones de existencia del yo; a esto lo llama Schütz, contexto de
significación, que se inscribe en todo un sistema de signos. Ahora bien, en estos contextos
10
de significación se desarrollan procesos de comunicación que para nuestro autor se presenta
en dos actos. En primer lugar, aquellos que no tienen ninguna intención comunicativa dirigida
básicamente a reconocer los cambios en el cuerpo de la otra persona, a través de sus
movimientos corporales (“indicaciones”), y, por otra parte, los actos que buscan comunicar
o transmitir algo a través del manejo de ciertos signos. En este proceso de comunicación se
presenta la conformación de los contextos de significado, que constituyen el sentido de la
acción social sobre la base del conocimiento pasado del yo, sobre la otra persona particular.
Es así como los actos expresivos, se constituyen en objeto-sujeto a ser interpretados, en tanto
son siempre comunicativos, tienen como meta su propia interpretación e implican el uso de
signos.
Si tenemos en cuenta lo anterior, para ubicar un signo dentro de un sistema de
signos, es necesario tener en cuenta que el signo, se debe al contexto total de la existencia
de un sujeto; sin embargo, un sistema de signos está presente para quién lo comprende, como
un sistema de orden superior entre signos previamente experimentado; utilizamos un signo
como una expresión de un sentido de nuestra existencia, más allá, el signo está ligado
profundamente con nuestras vivencias; ahora bien, este sistema de signos posee dos
componentes importantes que lo caracterizan: El primero de ellos hace referencia a un
esquema expresivo que está encaminado a la utilización del signo con el objetivo de designar
lo que este quiere significar. El segundo de ellos es el esquema interpretativo donde se
traduce lo que se ha escrito, solamente se presenta una correspondencia entre estos en el
mundo del yo solitario porque obedecen a una sola experiencia.
Por consiguiente, cuando estos dos esquemas son utilizados en la vida cotidiana, el
hablante que comunica un mensaje a un oyente entra en la incertidumbre porque no sabe
cómo el oyente lo está interpretando ¿entonces qué es lo que realmente se comprende? En
primera instancia es necesario dominar el significado de los signos que integran el sistema;
pero si se tiene en cuenta lo que se ha dicho anteriormente, además de dominar el significado
de los signos, es necesario ubicar en algún punto de la experiencia pasada, el significado que
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este signo tuvo para esa persona (familiaridad), de lo anterior se deduce que para comprender
un signo debo estar familiarizado con él.6
6
Un signo para SHUTZ, es un objeto - acto que se interpreta de acuerdo a esquemas no adecuados para ellos
mismos y que pertenecen más bien a otros objetos, es decir que “los signos son artefactos u objetos- acto que
se interpretan no de acuerdo con los esquemas interpretativos que les son adecuados como objetos del mundo
externo, sino de acuerdo a objetos que no son adecuados para ellos y pertenecen más bien a otros objetos” vale
decir, como afirma SHUTZ, que la relación entre un signo y un esquema no adecuado depende de la experiencia
pasada del intérprete. El objeto acto indica que el signo no es solamente una cosa que ocupa el lugar de otro,
como en el caso de las estatuas, que representan simbólicamente el lugar de una persona que ya no está; para
SHUTZ, en cambio el signo implica necesariamente la acción del sujeto, es decir sus propias vivencias. De
acuerdo a lo anterior la relación sígnica implicaría el signo de sus propias vivencias, puesto que, la comprensión
de un signo se remonta a una decisión previa de nuestra parte.
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En consecuencia, para estos dos autores anteriormente mencionados, el
conocimiento social se distribuye en grados diferentes; además de esto, esta construcción
social que es el lenguaje, junto con el acopio social, elaboran esquemas tipificadores de toda
clase de hechos sociales y naturales7. En síntesis, el lenguaje tiene la capacidad para tipificar
las experiencias envolviéndolas en categorías amplias, donde se generan significados
colectivos, esta objetivación lingüística permite a los actores pensar el mundo concreto y
simbólico, que constituye la representación simbólica que domina la realidad de la vida
cotidiana, en la forma de esquemas clasificadores que ubican a los sujetos en diferentes
campos semánticos de acuerdo a su condición social.
7
Este tipo de acopio social da cuenta de la ubicación de los individuos en la sociedad y se manifiesta por
ejemplo en los criterios de pobreza que existen en una sociedad en particular. De acuerdo a esto, el lenguaje se
tornaría como un elemento cohesionador, pero también diferenciador de los sujetos en la vida cotidiana; aunque
se pueden evidenciar las posiciones de los sujetos sociales a través de las tipificaciones que permiten la
objetivación lingüística insertos dentro de un mercado lingüístico, es importante anotar que estas necesitan ser
evidenciadas a través de las identidades que se configuran.
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contextuales y las visiones experienciales. Finalmente, se dirá que es un contrasentido,
utilizar un enfoque o una tendencia en las prácticas sistematizadas, sin embargo, la dificultad
que supone la reconstrucción de una experiencia luego de tener la experiencia, resulta una
dificultad enorme, en la medida en que estas prácticas requieren ser llevadas a cabo desde el
comienzo de la práctica.
Referencias
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vivas: memoria y narración. En: Serna, A. Memorias en crisoles propuestas teóricas, metodológicas
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instituto para la pedagogía, la paz y el conflicto urbano IPAZUD.
PARRA, R. (1998). "La calidad de la educación: universidad y cultura popular” Ed: Tercer Mundo
Editores, Colombia.
ZEMELMAN Hugo (s.f) pensar teórico y pensar epistémico: los retos de las ciencias sociales
latinoamericanas instituto pensamiento y cultura en américa a. c.
“enseñar a pensar” galeana n 96, colonia guerrero, México, d..f tel 55 29 84 86, mail
ipecal_mexico@yahoo.es tomado
http://www.ipecal.edu.mx/Biblioteca/Documentos/Documento7.pdf el 3 de diciembre de 2016
SERNA D. (2007). Hacia una caracterización de la interdisciplinar sobre las formas de articulación
de las ciencias humanas y sociales en: la cuestión interdisciplinaria de las cuestiones epistemológicas
a los imperativos estratégicos para la investigación social. Universidad Distrital Francisco José de
Caldas.
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