Está en la página 1de 6

Institución: Escuela Nueva

Materia: Lengua y Literatura


Profesora: Camila Spíndola
Fecha de entrega: 15 de mayo del 2023
Curso: 6° año

Las contradicciones del amor en la mente de Charles Baudelaire

Emilia Lendzian

1
Las contradicciones del amor en la mente de Charles Baudelaire
El corpus del trabajo presentado se encuentra compuesto por una serie de
poemas extraídos de “El spleen de París” de Charles Baudelaire. Fueron elegidos
acorde a la temática del amor y los diferentes enfoques que puede tener el mismo. Estos
serían: “VII: El Loco y Venus”, “XI: La mujer salvaje y la pequeña amante”, “XVI: El
reloj”, “XVII: Un hemisferio en una cabellera”, “XVIII: La invitación al viaje”, “XXI: o
Eros, Pluto y la Gloria”, “XXIV: Los proyectos”, “XXV: La bella Dorotea”, “XXVI:
Los ojos de los pobres”, y por último “XXXI: Las vocaciones”.
El objeto que elegimos se centra principalmente en el amor, ya que el mismo
toma connotaciones variadas y le genera al lector un choque con lo que había leído
anteriormente y lo que se encuentra leyendo en dicho momento. En “El spleen de
París”, el yo poético se encuentra representado de una manera abstracta y con bordes
difuminados, observable en las variaciones de sus ideas y filosofías y se puede suponer
que se encuentra estrechamente relacionado con el contexto en el que el autor vivó
durante la escritura de estos poemas. Es posible observar la repetición de temas tales
como la naturaleza, la belleza, la exterioridad e interioridad de los personajes con las
cosas u espacios que los rodean, la soledad y la melancolía (abordado desde un lugar
positivo y agradable), los cambios en el arte y en el entorno, lo que lleva al yo poético a
expresar su profunda disconformidad junto a una marcada crítica social, y la nostalgia
de lo bello. Pero como se ha dicho anteriormente, en este ensayo se tomará el tema del
amor como centro a desarrollar y para argumentar la siguiente hipótesis:
“El yo poético presentado por Charles Baudelaire en “El spleen de París”
siente, piensa y vive el amor como algo metamórfico pero bello, que, a pesar de
generarle diversas contradicciones mentales y sentimentales, continúa sumergiéndose en
él para descubrir todos los detalles posibles que pueda tener”.
A continuación, presentaremos los diez poemas seleccionados y expresados en el
corpus junto con su relación al objeto del ensayo.
El primero ha de estar titulado como “VII: El Loco y Venus” y habla del amor
como una fuente de éxtasis universal, la cual le provee de felicidad a todas las personas
que la posean y aquel que sea privado de ella, pasará a convertirse en un ser afligido,
triste y desdichado. En este texto, ese personaje es el Bufón, quien tiene como misión
entretener a su público, hacerlo feliz y provocarle risas, pero al finalizar su tarea y muy
contradictoriamente, se siente perdido y pobre al no ser feliz ni amado. Esto se observa
en la siguiente cita:
Y los ojos dicen: "Soy el último y el más solo de los hombres, privado del amor
y la amistad, más pobre que el animal más imperfecto. ¡Pero yo también he
nacido para comprender y sentir la inmortal belleza! ¡Dios! ¡Apiádate de mí
tristeza y mi delirio!
(Baudelaire C, s/f, páginas 20 y 21, 1869)

El segundo poema se llama “XI: La mujer salvaje y la pequeña amante” y en


este se evidencia una fuerte contradicción dentro del pensamiento del yo poético, ya que
a lo largo de la obra, se refería al amor como un objeto claro de veneración y
admiración, y graficaba a la mujer como un ser poseedor de la belleza máxima que
encantaba a todo aquel que la apreciaba, en cambio, en este poema se describe la
situación de un hombre que tiene una mujer que le pide ser amada y que demuestra la
2
necesidad propia del amor, por ejemplo “«¡Quiérame mucho! ¡Lo necesito tanto!
¡Consuéleme aquí, acarícieme allá!».” (Baudelaire C, s/f, página 30) a quien le
responden fría y cruelmente “Para ser sincero, querida mía usted me cansa sin medida y
sin piedad.” (Baudelaire C, s/f, página 30), y se puede observar una amplia utilización
de recursos literarios, entre ellos estarían la animalización (al hablar de la esposa y el
esposo como si fuesen animales debido a sus acciones), y la metaforización (se dan a
entender determinadas situaciones a través de metáforas con fuertes descripciones
negativas).
"Observemos la sólida jaula de hierro en la que se debate gritando como condenado,
sacude los barrotes como orangután enloquecido por el encierro, un monstruo peludo que da
vueltas en redondo como el tigre, se balancea como el oso blanco, y cuya forma imita
vagamente la de usted. "El monstruo responde al tipo de animal al que suele llamarse «mi
ángel»; es decir una mujer. El otro monstruo, que grita ensordecedoramente armado con un
palo, es un marido. Encadenó a su legítima esposa como a una bestia y la exhibe por la calle los
días de fiesta, con permiso de los jueces, claro está.”
(Baudelaire C, s/f, páginas 30 y 31, 1869)

Baudelaire se refiere a los hábitos conyugales como consecuencias de las


acciones de Dios, específicamente, debido a Adán y Eva, donde ambos integrantes de la
relación son seres melancólicos y desdichados, que aún así poseen una belleza frágil
como el vidrio. Y aún así, el yo poético, luego de lamentarse, expresa su impaciencia
diciendo que si la mujer continúa llorando (a lo cual le da una caracterización positiva,
allí se ve otra contradicción) “preciosos lloriqueos”, se desprendería de ella como de un
objeto.
El tercero se encuentra nombrado “XVI: El reloj”, y aquí se puede ver un
enfoque más abstracto y de interpretación propia respecto al resto, allí se describe el
encuentro entre dos personas y cómo mirando a través de la “Bella Felina” uno de los
personajes es capaz de ver el tiempo, y el otro, el yo poético, se pierde en su mirada, y
en vez de ver el tiempo se pierde en él, dentro de algo a lo que denomina “eternidad”, ya
que la asocia con los ojos de alguien que ama (animalización de dicha mujer) y le
describe al lector las sensaciones de paz y placer que le generan.
“En el fondo de sus adorables ojos siempre veo la hora con claridad, la misma
siempre, una hora vasta, solemne, grande como el espacio, sin división de
minutos o segundos -una hora inmóvil que los relojes no marcan, liviana como
un suspiro y rápida como una mirada. […] Para ser sincero, sentí tanto placer
bordando esta preciosa galantería que no pediré, a cambio, nada.”
(Baudelaire C, s/f, páginas 50 y 51, 1869)

El cuarto poema elegido dentro de “El spleen de París” es “XVII: Un


hemisferio en una cabellera”.
“Déjame respirar mucho, mucho tiempo, el olor de tu pelo, sumergir todo mi
rostro, como un hombre sediento en el agua de una fuente, y agitarlo con mi
mano como un pañuelo perfumado, para esparcir recuerdos en el aire.”
(Baudelaire C, s/f, página 52, 1869)

Comienza suplicándole a la mujer que le permita acceder a ella y a lo que le


transmite. Todos esos recuerdos de los que el yo poético habla, puede obtenerlos a
3
través de sus sentidos, estos siendo el olfato para oler su perfume, la audición para
escuchar lo que le dice el pelo, la vista para mirarla y así transportarse a momentos que
vivieron juntos, y el tacto para acariciarla y reencontrarse con todos esos recuerdos a los
que necesita acceder ferozmente. “Déjame morder tus pesadas y negras trenzas mucho
tiempo. Al mordisquear tu pelo elástico y rebelde, es como si comiera recuerdos.”
(Baudelaire C, s/f, página 53).
El quinto título elegido es “XVIII: La invitación al viaje”. Baudelaire describe
un lugar llamado Jauja, como el destino perfecto y magnífico, que engloba todos los
aspectos de lo bello para el yo poético, “Delicadas”, “Tranquilo”, “Honesto”, “Poética”,
“Excitante”, “Generosa”, “Dulce”, entre otros (Baudelaire C, s/f, página 54). Y habla de
Jauja como un lugar para crecer y florecer junto a su amada “Mi amado ángel”. Para el
yo poético, ella posee todas las características de la belleza del lugar y se merece lo
mejor, siendo él quien intenta cumplírselo al volver hacia la muchacha desde el infinito.
“Serán mis pensamientos enriquecidos que también vuelven hacia ti, desde el infinito.”
(Baudelaire C, s/f, página 57).
Como sexta elección, se tomó al poema “XXI: Las tentaciones o Eros, Pluto y la
Gloria”, el cual requiere un grado mayor de comprensión y se puede interpretar de
diversas formas. En el caso del ensayo presente, se extrajeron las descripciones de los
comportamientos y pensamientos de un yo poético sumiso bajo la figura de una mujer
“Diablesa” imponente y feroz. Al principio le otorga caracterizaciones positivas y
propias de una fémina bella y directamente relacionadas con aspectos superficiales, pero
luego se descubrirán las verdaderas intenciones de la misma y como el protagonista fue
engañado por las apariencias. “En cuanto a la Diablesa, mentiría si no confesara, que a
primera vista le encontré un extraño encanto.” (Baudelaire C, s/f, página 68). Y aquí se
puede relacionar lo explicado con el amor, enfoque del ensayo, ya que a lo largo del
poema solamente se veneró a la mujer, mientras que a los personajes hombres se los
rebajó, demostrando los intereses y gustos del yo poético.
“XXIV: Los proyectos” es el séptimo poema seleccionado de “El spleen de
París” y se reconocen dos personajes: un hombre quien imagina a su amada como una
princesa y le atribuye unilateralmente las necesidades que considera que puede llegar a
tener ella, pero no con un mal sentido, sino demostrando su manera de amar y brindar
fuentes de felicidad al amado. El otro personaje es el de la mujer, que no e llega a
reconocer si es una imaginación o persona real, pero quien le dice que no requiere de
todos los lujos que el hombre menciona, y que las pequeñas bellas cosas pueden ser
encontradas en la simpleza e intimidad. Esto se observa en una frase muy bonita que
dice “Es evidente -se dijo- que mi espíritu es un gran vagabundo para tener que ir a
buscar tan lejos lo que está tan cerca.” (Baudelaire C, s/f, páginas 77 y 78).
En octavo lugar se seleccionó “XXV: La bella Dorotea”. El yo poético siente el
amor que no le corresponde directamente, debido a que no tiene ninguna relación con la
mujer Dorotea, pero aun así la idolatra por su aspecto físico. Se puede leer descripciones
que van desde su ropa hasta su forma de ser, todo desde un enfoque positivo y
admirable para el que lo lee. Con estos detalles tan puntuales es posible pensar lo que le
gustaba al propio Charles Baudelaire, ya que los versos transmiten cariño sobre lo que
habla.
Pero Dorotea, fuerte y orgullosa como el sol, avanza por la calle desierta, único
ser vivo a esta hora bajo el inmenso cielo, y hace sobre la luz una mancha
restallante y negra. Avanza, balanceando blandamente su torso, tan delgado
4
sobre sus caderas tan anchas. Su vestido de seda adherente, de tono claro y rosa,
divide vívidamente la oscuridad de su piel y reproduce exactamente su largo
talle, su espalda comba y su garganta aguda.
(Baudelaire C, s/f, página 79, 1869)

El noveno poema, “XXVI: Los ojos de los pobres”, toma un enfoque sobre el
amor y las relaciones desde un lugar más realista y menos idealizado, donde ilustra
situaciones de problemas en la comunicación y miedo a perder y/o fallar en las
promesas amorosas “sueños” que se tienen como expectativas al iniciar la relación.
Pero, aun así, demuestra que es el amor lo que vuelve humanas a las personas “el placer
vuelve buena el alma y ablanda el corazón.” (Baudelaire C, s/f, página 84), y que, si se
tiene la predisposición necesaria entender los pensamientos ajenos y sumergirse en
todos sus tipos de belleza, es lo que al final del día le dará felicidad a la relación. A
continuación, citaremos el final del poema ya que demuestra su esencia: amar al otro a
pesar de las complicaciones. “¡Así de difícil es comprenderse, mi ángel amado, y así de
incomunicable es el pensamiento, incluso entre gente que se ama!” (Baudelaire C, s/f,
página 84).
Y, por último, el poema número diez de este ensayo es “XXXI: Las vocaciones”,
y es la manera más amplia para cerrar la idea del enfoque para el yo poético de
Baudelaire. Explica cómo hay ciertas mujeres que poseen la capacidad innata de
inspirar al otro, de abrumarlo en sentimientos agradables y que, al ser tan bellas, el yo
poético rebosa en felicidad por el simple hecho de poder contemplarlas e imitarlas. Y
como recursos literarios, se pueden reconocer ciertos tipos de comparaciones: “Y la piel
tan suave, tan suave, que parece papel de carta, o papel de seda.” (Baudelaire C, s/f,
página 109). / “Después sumergí mi cara en el pelo que le caía por la espalda, espeso
como melena y perfumado como las flores del jardín a esta hora.” (Baudelaire C, s/f,
página 109). Englobando todos los aspectos de belleza y pasión femenino que
experimenta el yo poético.
Para concluir el ensayo desarrollado, es posible afirmar que se argumentó la
hipótesis sobre cómo ve Charles Baudelaire al amor y a las contradicciones que el
mismo presenta entre sí y con la mente del autor. Nada es perfecto, y no solo lo perfecto
puede ser bello, dentro de “El spleen de París” se puede observar como el yo poético
encuentra belleza en la mayoría de las cosas, personas y lugares que lo rodean, desde un
lugar melancólico por tener miedo a perderlo a lo largo del tiempo. Pero aquí, se ha
logrado explicar el por qué del objeto de estudio y descubrir un poco de la mente de
Baudelaire a través de sus escritos.

5
Bibliografía
- Baudelaire, Charles, 1869, “El spleen de París”, París.

También podría gustarte