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Objetivo de estudio de la ética y su

sentido sociocultural

A lo largo de nuestra vida nos encontramos ante difíciles


juicios para tomar lo correcto, decidiendo entre lo que sería
bien para todos o para una persona querida que tiene más
prioridad en nuestra vida, dejando de lado lo “correcto”. Aquí
entra la ética, que se podría definir como la disciplina de la
filosofía que estudia el comportamiento humano y su relación
con las nociones del bien y del mal, los perceptos morales, el
deber, la felicidad y el bienestar común. La ética se relaciona
muy estrechamente con la moral, pero es diferente a esta.
Mientras que la moral se refiere a las normas adoptadas por
tradición, la ética es una disciplina que reflexiona sobre
cuáles acciones serían correctas.

Empecemos abordando lo que estudia la ética. La ética se


ocupa únicamente de los actos típicamente humanos, es
decir, aquellos que dependen de la razón y la libertad. Estos
son actos voluntarios que pueden realizarse o evitarse dentro
del ámbito de la libertad personal. Otros actos como el sueño,
el hambre y el dolor, si bien son humanos, no dependen de la
libertad. Son actos involuntarios que ocurren querámoslo o
no. La ética reflexiona acerca de las conductas morales del
ser humano y sus efectos en la sociedad. También nos
permite diferenciar lo correcto de lo incorrecto, y se relaciona
con valores como la responsabilidad, la honestidad, el
respeto o el compromiso a fin de ser buenos ciudadanos. Más
concretamente, La ética tiene por objeto de estudio la moral,
los juicios morales y la corrección de las acciones humanas.
La moral se refiere al conjunto de normas, valores y
costumbres consideradas como buenas en una sociedad. La
moral es importante porque nos permite distinguir las
conductas correctas de las incorrectas, y guía nuestras
acciones en la vida cotidiana.
El juicio moral es la habilidad de razonar correctamente sobre
lo que debe hacerse en una situación específica. Este juicio
hace que los humanos puedan tomar decisiones y juicios de
valor sobre lo que está bien o sobre lo que está mal. Algunas
de sus características pueden ser; Es activo, el juicio moral es
activo por naturaleza. Esto se debe a que el juicio moral es
dado sobre los actos voluntarios y habituales de las personas
y no sobre sus experiencias pasivas. Es social:
Adicionalmente, el juicio moral es social de manera implícita.
Los actos voluntarios de una persona son buenos o malos, ya
que afectan el interés de otros individuos. Es de carácter
obligatorio: Se puede decir que el juicio moral es de carácter
obligatorio; la sentencia puede ser pensada como correcta,
mientras que sentimos la obligación moral de realizarla.
Por otro lado, el juicio ético consiste en tomar la decisión más
adecuada ante una disyuntiva en la que se debe elegir la más
acorde a la moral y a la ética. Se trata de una decisión
individual, aunque se relaciona con los valores morales de la
sociedad. Sus características pueden denotarse como: para
efectuarlo se tienen en cuenta unos principios morales
abstractos. No es parcial al juzgar los derechos de los demás,
sino que se respetan. El individuo se coloca primero frente a
las relaciones sociales. Solo es una manera de conseguir
llegar a un resultado justo, sin prejuzgar los resultados. Lo
importante es el procedimiento utilizado. Todos los seres
humanos lo utilizan durante toda su vida, aunque el resultado
final sea perjudicial para sí mismos. Se trata de usar un
concepto de justicia universal a la hora de tomar decisiones.

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