Fundación telefónica exhibe la obra visual de Juan Downey el cual presenta la
muestra llamada “el ojo pensante”. En el que se exhibe la recopilación de sus viajes por diferentes pueblos indígenas, exponiendo trabajos de ellos, recurriendo a videos, fotografías, instalación, dibujo, pintura. El que ejecuta como adelanto para su tiempo, en la utilización de nuevas tecnologías. Al que se le reconocerá como el precursor del video arte a nivel internacional. Downey toma diversos tipos de técnicas llevándolas a video instalaciones como la del tótem mapuche descontextualizado superponiendo televisores uno sobre otro con imágenes reiteradas del rito.
EL título el ojo pensante refiere a observarse a uno mismo, ya que “observando
aumenta el enfoque de la mente” y este ejercicio lo realizaba con la filmadora y la fotografía. En la obra “el caimán con la risa del fuego” los colores que superpone Downey van en relación a la alucinación del rito, de acuerdo a la descripción que dan en el estado de transe. Esto lo logra insertándose en la cultura durante meses, dando a conocer sus costumbres y su reacción frente a un aparato nunca antes visto por este pueblo, en el que también exhibe partes de imágenes tomadas por los propios indígenas.
Downey enfoca su obra a escritos y pensamientos propios reuniendo una serie de
trabajos que representan un interés y acercamiento a la cultura, haciendo una retroalimentación de diversas identidades como en la obra Trans America en el que muestra su observación de una realidad desconocida y nueva. Generando una alimentación del conocimiento “para no morir de inanición” como el escrito que hace Andrade del manifiesto antropófago, en el cual no hay que negar lo pasado sino aprender y alimentase o comer al otro, creando una aceptación y enseñanza de la cultura y su identidad. A través de la cámara de Downey se genera un medio de reconocimiento de otro, he aquí donde se genera la antropofagia, la unión cultural. Recurrir a un método etnográfico por medio de un lente, generando un estudio de investigación y análisis, para forjar una nueva realidad que surge de la participación de las partes contribuyentes y que nace por la interacción de los elementos. El artista va realizando a partir de la experiencia de lo otro una dinámica exploratoria del cual recoge y emerge la investigación de su obra, como lo crea en su trabajo “el caimán con la risa del fuego”, en donde tuvo que compartir durante un tiempo con los indígenas, donde a través de imágenes que quizás Impuestas desde afuera pudieran, incluso, no tener sentido. Esto se genera tal vez porque Downey busca algo desconocido en su obra.
Una comparación con la temática de Downey es el trabajo de la artista Brasileña
Tarsila do Amaral en la pintura “Abaporu”, una figura de perfil desproporcionada, la que acompaño al manifiesto antropófago. El cual significaba “hombre que come hombre”, es decir “comerse al europeo, tomando lo que se puede nutrir y desechando lo que puede perjudicar”1. Tarsila do Amaral quería referirse a “la construcción de la modernidad y de la identidad nacional, en los países de América Latina”2. A semejanza de Downey el cual quiere mostrar una cultura a si misma a otras culturas indagando en lo antropofágico.