EHS
Rae
+ VISION MESOAMERICANA
+ GENEROS
Pres he.
* ADORNOS
eas 7AW)3
+ ELROSTRO
DEL MEXICANO
* ELSALON
SECRETO
ole EeSER HUMANO
CUERPO, COSMOS Y GENERO
CanoLyy E, TATE
4. La partera, con el recién nacido en brazos, da vuelta a un potate ya un cuenco de agua
{ue representan la superficie de la tierra florida y sus aguas. La ceremonia introduce
alnifio oa lanifa en las ocupaciones propias de su sexo. Cédice Mendoza, t.57r.
En Mesoamérica, el papel que desempefiaba el género-de una persona
cambiaba a lo largo de su vida. El género de los humanos se equiparaba
con las plantas, sobre todo con el maiz; asi, una persona podia' est
tierna,
se volvia fértil, daba fruto, se marchitaba y se transformaba en semilla.
Las maneras en que las sociedades elaboraban los roles de género
que correspondian a los humanos estaban fundadas en las metdforas
sexuales que se atribuian a las miltiples fuerzas creadoras y destructoras.
36,/ Anqunotocia Messe‘8 Mesoamérica, los individuos
E vivieron en un cosines anima-
do por un incesante proceso de
creaciony destrucci6n. Basadasen sus
observaciones de esta dramética inte-
racci6n de fuerzas opuestas, palpables
sobre todo en los ciclos cosmogéni-
08 y estacionales, las sociedades de-
sasrollaron conceptos de género.
cho de otra manera, establecieron
expectativas respecto a los roles y
comportamientos considerados ade-
euados para hombres y mujeres.
‘Como no existen textos prehispa-
nnicos que traten especificamente el
tema del género, lo abordaremos de
‘manera indirecta: por analogia. En
este ensayo utilizo textos y mitos re-
copilados durante el siglo xvt, asi
como representaciones plasticas de
diversas culturas, para encontrar las
claves que nos permitan entender las
ideas antiguas sobre el género y
como afect6 esto a la identidad de
Jas personas.
Un buen punto de partida es el tex-
to, del siglo xv, de fray Bemadino de
Sahagtin en el que describe la mane-
ra en que la sociedad azteca trat6 de
establecer diferencias en el compor-
tamiento entre las familias de los re-
ign nacidos, Sefiala que unos cuan-
tos dias después de nacer, la partera
hacia una Ceremonia para iniciar al
bebé ya su familia en los deberes que
se esperaban de'los varones y de las
mujeres (fig. 1), En el caso de los ni-
fios, la comadona les presentaba un
pequeito “escudo”, hecho de masa,
con un arco y flechas en miniatura,
asicomo pequefios utensilios relacio
nados con la profesion de la familia
A las nifias, la partera les pre-
sentaba una escobita, instru-
‘mentos para hilar y tejer y
atuendos femeninos. (Ahora
sabemos, por supuesto, que
un porcentaje significative de
infantes muestra caracteristicas se-
xuales ambiguas.) Estas ceremonias
indican que el propésito de los roles,
de género en Mesoamérica era pres
cribirlasactividades mediante las cua-
les los individuos podrian cumplir su
destino como seres humanos. A final
de cuentas, la sociedad azteca espe-
raba que un nifio se convirtiera en
Ccperaén de ortaga con ate cla. Pao mye, Cisco,
Grane canal rt, Tepanit, Tethucoan.
2, Los disefios en las faldas tojidas
representan la vegetacién de la,
‘superficie femenina de la tierra.
guerrero, ya que al tomar cautivos pa-
gaba su deuda con la Tierra, aquella
a cada vida humana, Una nifia
casarse, ser “el coraz6n de la
casa", y se esperaba que se afanara
junto al hogar para alimentar a la si-
guiente generacién de guerreros,
Sin embargo, las formas en que las
sociedades mesoamericanas elabo-
raron el género y sus roles fueron
mucho més fluidas y complejas que
las presentadas en estas primeras ad-
moniciones rituales. Si bien el géne-
10 se definia por las caracteristicas
corporales visibles, no era tan rigido
como cabria esperar a partir del tex-
to de Sahagén.
ARQUETIFOS SOBRE EL PAPEL
DE 10S GENEROS HUMANOS
Las sociedades mesoamericanas ba-
saban los arquetipos de sus roles de
.género en la observacién de los pro-
ccesos naturales y su interrelaci6n di-
namica. En el cielo y en la tierra, las,
cosas surgian, se transformaban, su-
fran, morian y se renovaban cons-
tantemente mediante una serie de
acontecimientos de creacion y des-
truccién que fueron descritos como
:metiforas relacionadas con los sexos,
Eluniverso visible era producto de un,
frigil equilibrio de opuestos comple-
mentarios, Fsto también determinaba
la manera en que los individuos ne
‘gociaban entre los mitos y las meti-
foras que determinaban el género.
En muchas historias de la creaci6n,
las cuevas ~enormes matrices terre-
nales-,o su contraparte celeste, a re-
‘gion de la Estrella Polar, fueron el lu-
‘gar mitico donde se originaron
los dioses y la vida humana,
Las aguas terrenas y sus ma-
reas, regidas por la Luna, se
‘equiparabanal liquido amaié-
tico que rodea al feto en la matriz
La cuenta calendatica de 260 dias era
csencialmente una cuenta femenina
de nueve ciclos lunares, que es lo que
tarda en nacer un nifto a partir de la
suspensi6n de la menstruacion. Estos
vinculos indican que el concepto de
lo femenino se relacionaba con cate-
gorias de humedad, frio, bajo, inte-
ror, receptividad y generacién. La ve-
Curmro, comes ycben0 /37que recuerda la del mito azteca de
Citialinicue, vernos que una pareja de esqueletos
‘mixtecos hace ofrendas y que el héroe cultural
8 Viento nace de un pedemal. Cédlce Viena, p. 49.
4. Este plato maya del periodo Clasico muestra a una
divinidad de! maiz que emerge de un disorio de
con forma de diamante. Es semejante alas faldas de
‘cuentas verdios do las doidades fomoninas de a tierra.
El hermoso Ser-Matz comparte ambos géneros y Il
‘un tocado de tiburén, asociado también a las mujeres.
38 /Aruencoaia Memeana
“Tierra”
getaci6n de la superficie terrestre fue considerada como
Ia falda o el cabello de la Tierra sagrada y femenina; en
muchas sociedades s¢ le represent6 como una falda teji-
da con cuentas de piedra verde; el primer ejemplo cono-
ido de esto es la oftenda de mosaicos de La Venta, Ta-
basco (fig. 2)
Uno de los relatos aztecas sobre la creacién cuenta que
un rayo con forma de pedernal, técpatl, cayo desde la
‘matriz de la diosa celestial Citlalinicue, falda de estrellas,
gran madre de las estrellas (fig. 3). Penetré en la tierra
en Chicoméztoc (Siete Cuevas), lugar mitico de origen, y
asi fueron generados los mil seiscientos dioses. Cuando
éstos pidieron comida a Citlalinicue, ella les dijo que hi-
cieran seres humanos preparndolos con su propia san-
gre sacrificial mezclada con los huesos de humanos an-
teriores. Estos seres se convirtieron en servidores y en
comida de los dioses,
Esta metifora de unién entre la energia celeste mascu-
lina y caliente con la matriz receptiva y fria fue la base e:
tructural del pensamiento mesoamericano. La masculini-
dad estaba asociada con lo caliente, con las cosas duras
ofiginadas en lo alto para penetrar y Fertlizar la Tierra, la
cual era baja y mis frfa. Prototipicos de la masculinidad
fueron el rayo, el calor del Sol y la Iluvia al precipitarse.
Ademés de ser alto y caliente, el Sol desaparece Ia mitad
del tiempo, para librar su lucha diaria por el renacimien-
(0, Esta observacion llev6 a la concepcién de los roles
masculinos que incluyen guerra, viajes largos, dominio
politico, rituales para el fuego y el calendario de 365 dias.
Sin embargo, las mudanzas de la tierra y el cielo, de las.
interacciones sociales y de las fuerzas vitales muestran
siempre una lucha constante por lograr un equilibrio
~usualmente asimétsco— entre estos polos opuestos.
TEL MAIz Y10S HUMANOst
DUALIDAD GENERICA COMO ESTADO IDEAL
Una de las metiforas primordiales de la identidad huma-
na fue que el “cuerpo humano es comida”. Entre los ma-
yas, Ia identificaci6n principal se dio entre los humanos
y el maiz (figs. 4, 5). En el Popol Vish se cuenta como
Xmucane (componente femenino de la pareja creadora)
hizo a los hombres actuales de mafz, agua y grasa de sus
nanos. Los gemelos varones (quienes finalmente vencen
a las fuerzas negativas del inframundo ~femenino~ y lo-
¢gran que el mundo sea propicio para la vida humana bajo
la luz del Sol) mostraron a su abuela plantas de maiz
como testimonio de su existencia, mientras viajaban por
clinframundo,
Cuando los pueblos del México antiguo supieron que
las plantas de maiz se polinizan a si mismas ~probable-
‘mente en el petiodo Preclisico Medio-, y que poseen par-
tes femeninas y masculinas, consideraron al maiz florido
como una entidad con ambos géneros. Los caracteres se-
xuales del maiz cambian conforme la planta se desarro-
lia; de la misma manera, la sexualidad humana florea, ma
dura y se marchita a lo largo de la vida. En la festividad«
*
mes azteca de atlcabualo, que in-
fa el sacrificio de nifios, se usaban
wzorcas de maiz en los tocados. Los
tos representaban a la planta de
‘s2aiz antes de dar fruto. Conforme los
sadividuos crecian y tenian nittos, el
tus de genero se desdibujaba. En-
Jos mayas, mientras mejor funcio-
ba una cosa, manifiestaba mAs las
walidades de ambos géneros, En el
JElisico los gobemantes varories usa-
on a veces, durante los rituales de
senovaci6n, renacimiento 0 creacion,
Jun trae hecho con cuentas tejicias que
epresentaba la vegetaci6n de la su-
pperficie terrestre, que era femenina.
Muchos investigadores suponen que
Jos hombres sangraban sus penes
‘para imitar las ofrendas femeninas de
sangre menstrual. Los mis dotados
contadores de dias del Momostenan-
go actual, en Guatemala, son anci
nos a quienes se llama “padres-ma-
dre", los que se elige para encabezat
un linge y hacer rituales a nombre de
dicho linaje y de la comunidad.
GéxERO Y TRABAJO
Los trabajos mis comunes entre las
mujeres fueron el hilado y el tejido,
No se trataba de actividades simple-
‘mente utilitarias o econ6micas: hilar
y tejer evocaban metaforas de la re-
produccién sexual y de los procesos
de la naturaleza.
Elhilado pasa por etapas de desarrollo
y decadencia, de crecientes y men:
_guantes, como los de las mujeres ges:
tantes, Fl malacate que penetra en el
hilo simbotizaba el coito; el eje donde
se eneda el hilo, al formar el ovillo,
simbolizaba el crecimiento del feto, la
mujer cuyo vientré se hincha... EL te
do, el entreverado de losis, tambien
representaba el coito y, asi hilar y tex
jer representaban la vida, a muerte y el
renacimiento, en un ciclo continuo que
‘earacterizaba la ndturaleza esencial de
la diosa madre Sullivan, 1982),
Incluso los objetos manufacturados
poseian cualidades de género (ig.
6). Es probable que las mujeres me-
soamericanas hicieran la cerimica ca-
sera, la figurillas de barroy el papel.
‘5, Comparactén entre una planta de
‘maiz y una representacién en el tablero
del Templo de la Cruz Foliada, en
Palenque, Chiapas. Nétese la posicin
{de la espiga masculina (2) sobre la
Inciplente mazorca (b); las hojas de
la parte de abajo (c) son temeninas.
6. Vaso de corémica maya
del periodo Cldsico donde
80 vo auna deldad del maiz
pintando la cara dela diosa
‘Luna. En Mesoamética
{os principales escribas
ypintores de escenas
narratives fueron hombres.
7-Las figurllas olmecas conocidas
‘como “hollow baby” rara vez muestran
‘genitales o signos de género.
£8, Esta figurlla del periodo Preciésico
muestra pechos incipientes y enfatiza
la apariencia de una muchacha paber.
8. Danzante de Monte Albén. En los monumentos.
militares de Monte Albén, Oaxaca, los genitales
‘expuestos ge convierten en signo de humillacion.
Curso, tosios y ceo / 39En estas actividades intervenia la manipulacion dle tierra
y agua ~elementos a los cuales se asocian conceptual-
mente las mujeres-, asi como el fuego masculino, esen-
cial para su transformaci6n, Es posible, cuando.se reque-
rian largas jornadas para traer el barro o las comtezas, que
participaran los vatones. Estos labraban materiales duros
‘como la madera y la piedra y escribian en el papel y las
vasijas hechas por las mujeres. Si bien unas cuantas mu-
jeres nobles aztecas fueron escribas, la frase con que al-
iin escriba maya firmaba sus textos en cermica 0 en es-
cultura, indicaba siempre que se trataba de un hombre,
Esto implica que en las vasijas mayas pintadas con jero-
glificos hubo colaboracién entre una alfarera y un escriba
‘varOn. Asi, un vaso Con escenas narrativas 0 un c6dice de
papel pintado fueron entidades de género dul
(GENERO ¥ SOCTEDAD EN LA CULTURA VISUAL
En el Preclisico, como parte de las representaciones me-
soamericanas del cuerpo humano estaban los Organos se-
xuales, que aparecieron mucho menos en periodos pos-
teriores, Hay un gran ntimero de figurillas que representan
mujeres jovenes con pechos incipientes y genitales visi-
bles (fig. 8). El elaborado arreglo del cabello y la joyeria
‘muestran una preocupacién por atraer, lo cual hace su-
poner que apenas han llegado a su madurez sexual. En
Tlatileo, los pechos planos y los bragueros sefialan que se
trata de un joven. En muchas figurillas no se indican cla-
ramente los genitales ~casi un tercio de las procedentes
40 / Anqueonocia Mm
11, El gobernante mixteco
‘8 Venado captura a4 Viento.
‘Codie Nuttall, p. 83.
12. Coallicue, diosa dela Terr
‘ue la madre de Hultzlopochti,
idad tribal azteca,
de Tlatilco y muchos de los llamados “hollow baby” (Bg.
7). Esto podria indicar varias cosas: que los atuendos con-
tenian informaci6n sobre los roles de género; que los be-
bés quizés no habian cumplido atin los rituales de impo-
sicién de género; que se reconocia la fluidez. de los roles
de género; 0 bien que lo relevante en las figurillas no era
el género sino alguna otra caracteristica
Durante el Preclésico Medio aparecié un nuevo medio
de expresi6n en algunas comunidades mesoamericanas;
la escultura en piedra, ya fuera de grandes 0 de pequetias
dimensiones. Representan sobre todo a hombres en roles
asociados al gobierno, al ritual o a la guerra y los atuen-
dos adquieren importancia como un medio de demostrat
el poder de una deidad patronal o de un ancestto. Cuan-
do se muestran genitales cle hombres, como en Jos Dan-
zantes de Monte Albin, es para indicar humillaci6n 0 au-
sencia de poder (fig. 9). Ante la aparici6n de jerarquias
sociales mis complejas, los hombres impusieron nuevas
definiciones del estatus social y el poder politico, ¥ al pa-
recer excluyeron a las mujeres.
Enla parte central de México, sin embargo, las mujeres
conservaron poder ~al menos como objetos de culto— has-
ta el periodo Clasico. La gran diosa con falda tejida con
cuentas de chalchihuites de la época temprana de Teo-
tihuacan parece encamar las esferas de la tierra y el agua,
¥ entreteje asimismo los poderes creativo y destructive
(fig. 10), Tocados especificos y atuendos como el guech-
‘quémitl son caracteristicos de los cuerpos femeninos.
bien los hombres aparecen en el arte como sacerdotes, t-El cuerpo de Coyolxauhqui,
hhermana de Huitzilopochtl,
‘se desmembra cuando éste
lalanza ala Tierra.
418. Enel Dintel 24 de Yaxehilén,
Chiapas, la sefiora K’abal Xoc,
‘arrodilada en laterra, entidad
femenina, ha realizado préctices
rituales: s@ ha sangrado, ofrecido
Incienso y realizado invocaciones.
bemos, gracias a la arqueologia, que fueron agricultores,
artesanos, guerreros y mas tarde gobemantes (&
Las mujeres mayas y mistecas tuvieron poco 4 poco
cierta prominencia politica. La mayor parte de la imagine-
‘fa monumental o pintadla representa a hombres como por-
tadores de poder politico. Sin embargo, en el Clasico Tar-
dio se elaboraron algunas representaciones de mujeres en
Ios relieves monumentales y en la cerimica pintada (8
13, 15). Con frecuencia aparecen usando elaborados tex
tiles y sosteniendo vasijas de cerimica, papel, telas y
comida, es decir, mostrando productos femeninos en con-
textos politico-rituales, Asimismo, en los textos geneal6-
‘gicos se habla tanto de la madre como del padre. Los tex-
tos indican que, en muchas ocasiones, la mujer que se
casaba con un gobernante provenia de otras ciudades, lo
que indica que las mujeres fueron parte importante en las
estrategias de alianiza de las familias gobernantes,
Durante el Clisico y el Posekisico, los artistas evitaban
mostrar los érganos sexuales, aunque algunas tradiciones
antisticas incluyeron imagenes de cuerpos explicitamente
masculinos o femeninos, como las mujeres con los pechos
descubiertos 0 los hombres panzones que vemos en.
gunos vasos mayas, Lo més comin era «que las formas cor-
porales se ocultaran bajo trajes que indicaban los roles ge-
néricos, el estatus 0 la identidad ritual
Entre los aztecas, los adultos imponian a los nitios de-
beres especificos. No sélo se determinabun los roles de los
nifios segin el género, sino que se sefialaban los cuerpos
infantiles con atuendos y hasta horadaciones y marcas que
5. En el Dintol 25 de Yaxchilin, Escudo
Jaguar ~como reencamacin de su
ancestro- surge de a culebra y ocupa
tuna posicién alta, solar, penetrante.
‘Suesposa, la sefiora K’abal Xoc,
‘se arrodilla sobre la terra fi
anunciaban si habian de ser guerreros o sacerdotes, solte-
105 0 casados. El arte imperial azteca pas6 por alto, casi
siempre, la participacién de las mujeres en asuntos dle Es
tado, aunque en los cédices aparecen a veces algunas sa-
cerdotisas. En un mito azteca, la deidad tribal solar, Huitzi-
lopochtl, mata a Coyolxauhqui, su hermana, pelea con su
otra hermana, Malinalxéchitl, acusndola de bruja, y, ade-
‘mis, mata al hijo de ésta, por traidor (fig. 14). Sin embar-
40, losmexicas reconocian quea menos que Huitzilopochti
renaciera de Coatlicue (fig. 12), la poderosa diosa de la
Tierra, nunca tendian legitimidad en la Cuenca de MExi-
co. Si bien los mexicas intentaron excluir el poder femeni-
no de la politica y a sociedad, reconocieron los fuertes efec-
tos de las mujeres y los aspectos femeninos del cosmos en
sus numerosas representaciones de cliosas del maiz.0 en
Jas aterrorizantes Tzitzimime, cliosas celestiales y terrenales
de la generaci6n y la destruccién, emparentadas entre si
En Mesoamérica las metiforas de los sexos permean los,
mitos y son la base cle una manera de pensitr los cuerpos,
el trabajo y la politica, La concepci6n social del enero se
entreveraba con la percepcién individual de la naturaleza
y el destino como una interaccion entre fuerzas creativas
ydestructivas,
‘Traducci6n: Elisa Ramirez
Carolyn E, Tate, Profesora de historia del ate prehispsnico en la Texas
Tech University, Especalist en arte y cultura mays yolmecas, yen te
mas de género. Ente sus publicaciones esti Yaxchilan: The Design of a
Maya Ceremonial City (1992). Cocuradora de de la exposicin “Olmec
‘World: Rulership and Ritual” (199
Curaro, cosas afsano / 41