Los diplomáticos de casi 200 países acordaron en Glasgow que harían más para combatir el cambio climático y ayudar a las naciones vulnerables. También dejaron sin resolver algunas cuestiones críticas. Antes de que comenzara, la cumbre internacional de las Naciones Unidas sobre el clima celebrada en Escocia y conocida como COP 26 fue promocionada por su principal organizador como “la mejor y última esperanza” para salvar el planeta. A medio camino, las evaluaciones optimistas de los avances señalaron que los jefes de Estado y los titanes de la industria llegaron con fuerza a la reunión con nuevas promesas de alto impacto para el clima, un indicio de que se estaba cobrando impulso en la dirección correcta. Con esto se llegaron a las siguientes conclusiones para controlar el cambio climático: • El tiempo para actuar se está agotando El acuerdo estableció un consenso claro de que todas las naciones deben hacer mucho más, y de inmediato, para prevenir un aumento catastrófico de las temperaturas a nivel mundial. Cuando se inauguró la conferencia, el secretario general de la ONU António Guterres declaró que la principal prioridad debe ser limitar el incremento de las temperaturas globales a solo 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales. Los científicos han advertido que rebasar ese umbral aumenta enormemente el riesgo de que se desaten desastres como olas de calor letales, escasez de agua y el colapso de ecosistemas. (La temperatura del planeta ya se ha incrementado 1,1 grados Celsius). • Aumentan llamados a favor de la asistencia ante desastres y la regulación Una de las discusiones más grandes en la cumbre se dio en torno a si las naciones más ricas, que son responsables de manera desproporcionada por el calentamiento del planeta hasta el momento, deben o no compensar a las naciones más pobres por los daños derivados de las temperaturas elevadas, y cómo deben hacerlo. Este fondo, conocido como “mecanismo de pérdidas y daños”, es independiente del dinero para ayudar a los países pobres a adaptarse al clima cambiante. El tema de “pérdidas y daños” es una cuestión de responsabilidad histórica, según afirman sus proponentes, y cubriría pérdidas irreparables, como la desaparición de territorios, culturas y ecosistemas nacionales. El Acuerdo de París de 2015 instó a establecer reglas más claras sobre cómo permitirles a las empresas y naciones contaminantes comprar e intercambiar permisos para reducir las emisiones globales, pero este tema, tan denso y técnico, siguió presente en los debates hasta bien entrado el sábado en Glasgow. • Otros acuerdos internacionales logrados en la cumbre Estados Unidos y China: Los dos países anunciaron un acuerdo conjunto para hacer más a favor de reducir las emisiones esta década, y China se comprometió por primera vez a desarrollar un plan para reducir el metano, un potente gas de efecto invernadero. El pacto entre las potencias rivales, que son los dos mayores contaminadores del mundo, sorprendió a los delegados en la cumbre. El acuerdo fue somero en detalles y aunque China acordó “reducir gradualmente” el carbón a partir de 2026, no especificó cuánto o durante qué período de tiempo. Deforestación: los líderes de más de 100 países, incluidos Brasil, China, Rusia y Estados Unidos, prometieron poner fin a la deforestación para 2030. El acuerdo cubre aproximadamente el 85 por ciento de los bosques del mundo, que son cruciales para absorber dióxido de carbono y ralentizar el ritmo del calentamiento global. Algunos grupos de defensa criticaron el acuerdo por carecer de fuerza y señalaron que esfuerzos similares han fracasado en el pasado. Metano: Más de 100 países acordaron reducir las emisiones de metano, un potente gas que calienta el planeta, en un 30 por ciento para fines de esta década. La promesa fue parte de un impulso de la gestión de Biden, que también anunció que la Agencia de Protección Ambiental limitaría el metano proveniente de aproximadamente un millón de plataformas de petróleo y gas en Estados Unidos. India: El país se unió al creciente coro de naciones que se comprometieron a alcanzar emisiones “netas cero”, estableciendo una fecha límite de 2070 para dejar de agregar gases de efecto invernadero a la atmósfera. El país, uno de los mayores consumidores de carbón del mundo, también dijo que expandirá significativamente la porción de su mezcla energética total que proviene de fuentes renovables, y que la mitad de su energía provendrá de fuentes distintas a los combustibles fósiles para 2030. • Los distintos rostros de la acción climática Se vio una clara brecha generacional y de género en las charlas de Glasgow. Las personas que tienen el poder de decidir cuánto se calienta el mundo en las próximas décadas son, en su mayoría, hombres blancos de la tercera edad. Las personas más molestas por el ritmo de las acciones climáticas son, en su mayoría, mujeres jóvenes. Malik Amin Aslam, asesor del primer ministro de Pakistán, se burló de algunas de las metas lejanas de cero emisiones netas que se anunciaron durante la conferencia, incluida la de India: “Con una edad promedio de 60 años, dudo que alguien en la sala de negociaciones esté vivo para experimentar ese cero neto en 2070”, declaró.