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ÉTICA DE LA PRESCRIPCION

DR. JUAN MANUEL VALLADOLID ALZAMORA


Moya Bernal, Antonio. Ética de la prescripción. Inf Ter Sist Nac Salud 2011; 35: 57-63.

Pérez Peña Julián. La prescripción médica es un acto científico, ético y legal. Rev
Cubana Med Gen Integr . 2002 . 18(2): 114-116
LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a los fármacos,


medicinas, productos farmacéuticos y productos medicinales como
aquellas sustancias o productos utilizados en el ser humano con fines
profilácticos, diagnósticos o terapéuticos. Dentro de este grupo de
sustancias se incluyen las sintéticas y naturales, los biológicos -como las
vacunas y el suero-, y la sangre y sus derivados.
USO RACIONAL DE MEDICAMENTOS

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en 1985, definió que “El uso


racional de medicamentos requiere que los pacientes reciban las
medicaciones apropiadas a sus necesidades clínicas, a una dosificación que
satisfaga sus requerimientos individuales por un período adecuado de
tiempo y al costo más bajo para ellos y para su comunidad”.
DEFINICION DE LA PRESCRIPCION MEDICA

La prescripción médica es un acto científico, ético y legal. Mediante esta


acción un profesional médico utilizará un producto biológico, químico o
natural que modificará las funciones bioquímicas y biológicas del
organismo de una persona con el objetivo de alcanzar un resultado
terapéutico. Este acto implica simultáneamente someter a esa persona a
un riesgo que no tenía con anterioridad y que puede llegar a ser
invalidante o mortal.
PRESCRIPCION EN EL ORDEN CIENTIFICO

En el orden científico significa el resultado de un proceso cognoscitivo donde


el médico, a partir del conocimiento adquirido, escucha el relato de síntomas
del paciente, y con la pericia aprendida realiza un examen físico en busca de
signos, confronta con los datos adquiridos a través de la conversación y el
examen del enfermo y decide una acción. Si la acción es terapéutica surge la
prescripción médica.
LA PRESCRIPCION EN EL ORDEN ETICO

En el orden ético, el médico está sometiendo al enfermo a un riesgo adicional


al que ya tiene. Debe compartir las expectativas con su paciente; comprobar
que él conoce los riesgos a que se somete, con el objetivo de alcanzar un fin
terapéutico, y que esta relación riesgo-beneficio es aceptable para ambos.
LA PRESCRIPCION EN EL ORDEN LEGAL

En el orden legal, el médico se responsabiliza con los resultados de esa


intervención llamada prescripción médica. La sociedad lo faculta para someter
a una persona a riesgo con el propósito de que esta se beneficie, pero esa
facultad social exige una responsabilidad legal que ordene la conducta de los
prescriptores. Las sociedades organizan el medio y las regulaciones en que
dicha prescripción se realiza, y ambas se influyen en una relación dialéctica.
PRACTICAS INCORRECTAS DE LA PRESCRICION

1. Empleo de medicamentos en situaciones clínicas que no lo requieran,


2. Omitir las medidas no farmacológicas cuando son pertinentes,
3. Uso de productos farmacéuticos de eficacia y/o seguridad cuestionables o
de su asociación injustificada,
4. Elección desacertada del medicamento o de medicamentos para el
problema diagnosticado en el paciente,
5. Sobre-prescripción “polifarmacia” o sub-prescripción de medicamentos,
6. Falla en la dosificación, elección de la vía de administración y/o duración
del tratamiento,
7. Omisión de características relevantes del paciente o barreras culturales,
para el ajuste de la terapia.
8. Insuficiente o nula explicación al paciente de los aspectos de la prescripción,
9. Prescripción de medicamentos caros existiendo alternativas más baratas e
igualmente eficaces y seguras,
10.Creencia de que los medicamentos genéricos son de calidad inferior a sus
equivalentes de marca,
11.Tendencia al empleo de medicamentos nuevos sin una adecuada evaluación
comparativa de su beneficio y costo,
12.Monitoreo deficiente de la farmacoterápia que puede impedir la detección
precoz de falla terapéutica y/o de reacciones adversas medicamentosas.
13.Escribir la receta e indicaciones para el paciente con letra ilegible,
14.Indicaciones dadas para el paciente no bien consignadas, así como no
detallar en forma clara y precisa las medidas farmacológicas y no
farmacológicas.
15.Etc.
Una buena prescripción debe perseguir cuatro objetivos: la máxima
efectividad, los mínimos riesgos, el respeto a la elección del paciente y el
menor coste posible

Los principios de la bioética pueden servirnos como base de la reflexión y


ayudarnos a tomar decisiones cuando surgen problemas éticos. Estos
principios nos obligan moralmente, pero no son absolutos
PRINCIPIO DE NO MALEFICENCIA

El principio de no maleficencia exige tratar a las personas con igual


consideración y respeto en su vida biológica. Se concretaría en “no hacer
daño” al paciente con nuestra prescripción.
En la práctica clínica sabemos que la mayoría de los medicamentos
pueden producir efectos indeseables y que es prácticamente imposible
prescribir un fármaco sin correr el riesgo de un daño potencial. Lo que
en realidad exige al médico este principio es que proponga al paciente
sólo alternativas terapéuticas cuya relación beneficio-riesgo no sea
desfavorable. La responsabilidad del médico estará en recetar
medicamentos de eficacia probada y conocer las contraindicaciones e
interacciones de los fármacos, así como ejercer su papel como vigilante
e informador de las reacciones adversas que puedan estar relacionadas
con su utilización.
PRINCIPIO DE BENEFICENCIA

El principio de beneficencia exige perseguir el bienestar del paciente


intentando encontrar el mejor tratamiento posible para su problema de
salud, buscando no sólo la eficacia sino la efectividad. Obliga a los médicos
a establecer indicaciones correctas y a basar en pruebas científicas sus
prescripciones.
el ejercicio de la beneficencia requiere conocimientos técnicos, pero
también una buena dosis de prudencia. Precisamente, ésta consiste en el
manejo razonable de la incertidumbre y en saber tomar decisiones en
situaciones inciertas.
PRINCIPIO DE AUTONOMIA

El principio de autonomía nos obliga a considerar que todas las personas


son, por principio y mientras no se demuestre lo contrario, capaces de
tomar decisiones en todo aquello que afecte su proyecto vital, y por tanto,
que pueden aceptar o rechazar el tratamiento que les propongamos.
Para poder elegir, el paciente tendrá que ser informado, sin ningún tipo de
manipulación ni coacción y de forma comprensible, de los riesgos y
beneficios del tratamiento propuesto y de las alternativas existentes al
mismo.
PRINCIPIO DE JUSTICIA

El principio de justicia nos obliga a tratar a todas las personas con igual
consideración y respeto en el orden social, estableciendo la igualdad de
oportunidades y evitando la discriminación por cualquier motivo. Al hablar
de prescripción, nos exige realizar una justa distribución de los recursos.
La responsabilidad de ejercer justicia recae fundamentalmente en la
Administración pública, que estará obligada a orientar la financiación de los
medicamentos con criterios de equidad y eficiencia, ajustando la oferta a las
necesidades sanitarias de la población. Los gastos en salud limitan la
inversión en educación, obras públicas, etc. y los gastos en medicamentos
limitan a su vez otras partidas destinadas a mejorar la salud (personal
sanitario, medios diagnósticos, etc.)

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