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COMPRENDE WN Teen. ass El mito del alma Sy AVN DIGITALIZADO POR (QS.|Colecciones Titus originals Caine a pscoegio © 2016, Hachette Fascicoli sr, edicion original © 2017, Editorial Salva, 8. presente edicwn Exltorial Salvat, SL. C/Amigd, 11,5" planta (08021 Barcelona, Espana © Annie Wells/Los Angeles'Times via Getty Images por la foto de la pag © Photo credit should read DON EMMERT/AFP/Geuty Images por las fotos de kas paginas 22 y 24, ‘Testos: Anna Giardini, Haria Baiardini, Barbra Cacciola, Marina Masoni, Laura Ranzini, Francesca Sicuro Revision original: Marco Barbieri Diseic: Studio Dispari Trdueciin: M* Carmen Gareia Bernaben Realizacion editorial: Ormobook, Servicios Editoriales ISBN Goleecién: 970-B4-471-3172-3 ISBN Tomo: 978-84-471-3510.8 Depdsito legal B 12991-2017 Inpresoen Espaiia Servicio de atencién al cliente (solo para Expatia) Para cualquier consulta relacionada con la obra: Teléfono: 900 842 421, de 9.2 19 h, de lunes. a jueves; viernes de 9 a 16h, Fax 03-814 15 69 Gorrcor C7 Amigg, 11,5" planta. 09021 Barcelona, Esp Webs sewr.salvarcomt E-mail deatencisn a elem: infosalvav@savat.com Departamenta de suseripeiones solo par Espaiia) “Teléfono : 900 842 840, de 9a 19 hyde hanes a jueves; viernes de 9.2 16h Fax: 93 814-19 69 Webs: wawsalvat.com Distribucién Espaia Distribucibn México Lagi Pablo DistebuidoraInicrmes S.A. de GN. 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E] arquetipo, aspecto prima- rio de la experiencia humana en el desarrollo de la concienci: lo retoma Hillman y lo exporta fuera de la relacin terapéutic: El investigador abre una lectura del individuo hacia una vi- sin social del sufrimiento y de las dificultades que caracterizan el alma humana. De hecho, por primera vez, de una manera sistematizada, se pasa de una lectura de la psicologia del indi- viduo hacia una lectura de la psicologia del mundo. El sufri- miento no concierne a la persona, sino que la persona esta insertada en un contexto social y cultural, donde los arqueti- pos y los mitos asumen una funcién central y explicativa del malestar. Hillman, de personalidad compleja e inteligencia con mu- chos matices, afronta los temas del sufrimiento con una mira- da de psicélogo, filésofo y socidlogo. Sin lugar a dudas es un hombre de su tiempo y sus teorias estan fuertemente condicio- nadas por el periodo histérico en el que vivid, pero por otra parte introduce aspectos innovadores que construiran, al 6 JAMES HILLMAN igual que otros investigadores ya presentes en libros anteriores de esta coleccién, el inicio de reflexiones de gran envergadura sobre el vinculo hombre-sociedad, sufrimiento individual y sufrimiento social. Ademéas, Hillman es un hombre culto, de hecho, muy culto, y esto se nota en todos sus escritos. Ya sea por como ilustra y describe su pensamiento o por la profundidad y la precision con la que «dialoga» con personajes tales como Freud, Jung, Plotino, Marsilio Ficino y Giambattista Vico. Investigadores, fildsofos, pensadores y diferentes épocas historicas que seran la inspiraci6n y el punto de partida para el pensamiento tedrico de Hillman. Desde el sufrimiento hasta la curacién, desde el dolor hasta la mejoria en busca del bienestar. Desde la atencién del pacien- te hasta la atencién del mundo. Desde la psicologia del indivi- duo hasta la actuacién psicolégica en el mundo. {Qué actual! Hoy en dia, los terapeutas entrevemos muchas veces en el sufri- miento del individuo un sufrimiento social. Y cuanto mas en- trevemos y favorecemos encia del individuo indirecta- mente, mas actuamos positivamente en el mundo. jQué actual ¢s también en nuestra vida cotidiana fuera de la investigacion terapéutica! Cudntas veces nos encontramos pensando, como simples ciudadanos, qué parte del sufrimiento del individuo esta originada por un sufrimiento social y viceversa. Leido a dia de hoy, Hillman nos puede parecer ingenuo y tal vez demasiado filos6fico, pero los puntos de partida de las re- flexiones que nos proporciona, releidos con un poco del sentido critico tipico del hombre moderno, pueden ser de todas mane- ras muchos y significativos. A continuacién se volveran a elabo- la re: rar en el tiempo, se rechazar4n, se revisaran, se alejaran y se retomaran. Pero en cualquier caso, el investigador tiene el INTRODUCCION 7 mérito de habernos obligado a pensar de manera filos6fica en el vinculo individuo-sociedad. El mundo vuelca sobre el hombre su malestar o el malestar del hombre recae en el mundo? Tal vez este debate durara has- ta el infinito y tal vez nadie conseguir formular una teoria in- cuestionable sobre estos conceptos. Pero lo cierto es que Hillman nos abrira un poco la mente. En resumen, esperamos que al fi- nal de esta lectura tengamos, tal vez, mas preguntas que res- puestas, pero lo cierto es que seremos mas ricos en instrumentos para razonar con el que esta cerca de nosotros y sobre el vincu- lo individuo-sociedad. Anna Giardini LA VIDA Y LA EPOCA CRONOLOGIA HISTORIA JAMES HILLMAN ae Los Estados Unidos entranen jg) 7 Ja Primera Guerra Mundial. intra en vigor la ley seca. 1919 1926 Hillman nace en Atlantic City. El aviador estadounidense Charles Lindbergh realizaen gy solitario el primer vuelo transocednico sin escalas. Gran Depresién y crisis 1999 econémica mundial. Se deroga laley seca. 1934 Los Estados Unidos se declaran neutralesen la 1939 Segunda Guerra Mundial. Los Estados Unidos entran en la Segunda Guerra Mundial después 1941 del ataque japonés a Pearl Harbor. Presta servicio en el cuerpo 1944 hoypitalario de la Marina estadounidense. Lanzamiento de las primeras bombas atomicas sobre 1945, Hiroshima y Nagasaki. Ejerce como corresponsal para la 1946 radio de la Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en Europa Empieza la Guerra Fria, en los Estados Unidos se crea un clima de sospecha ydewcazaalos yg 47 comunistas> que se conoce como macartismo (por el senador republicano Joseph McCarthy). Nace laOTAN, 1949 Guerra de Corea. 1950 Se licencia en medicina en el Tritiny College de Dublin. 1952 Viajes a Africa y a Cachemira. 1958 Se establece en Ziirich, se casa y obtiene un doctorado en filosofia Lanzamiento del primer satélite 959 estadounidense, el Explorer I. 1959 1960 Asesinato del presidente Kennedy. ‘1963 Los Estados Unidos intervienen directamente en la 1965 Guerra de Vietnam. 1967 Protestas juveniles y asesinato de Martin Luther King J. 1968 y Bob Kennedy. 1969 1970 1972 1973, Dimision del presidente Nixon 974 después del escandalo del Watergate. 1976 Obtiene el diploma de analista en el CG. Jung Institute. Publica Emotion: A Comprehensive Phenomenology of Theories and Their Meanings for Therapy. Publica Insearch: Paycology and Religion. Abandona el cargo de director de estudios en el C.G. Jung Institute. Empieza a trabajar para Spring Publications y publica Why carchetypabr psychology? Terry Lectures en la Universidad de Yale Lleva a cabo una conferencia en Roma sobre los origenes «renacentistas» de la psicologia arquetipal. Es candidato al premio Pulitzer por Re-imaginar la psicolagia. 1978 Se traslada a Texas. Elexactor Ronald Reagan Lleva a cabo una conferencia es elegido presidente por el 1981 __en Florencia sobre el tema del Partido Republicano. ‘anima mundi. Se traslada a Connecticut con su segunda mujer. Primera Guerra del Golfo. 1991 Se le dedica el Festival of Archepypal 1992 Pychology en ta Universidad de Notre Dame, Indiana. Bill Clinton, demécrata, se convierte en presidente durante dos mandatos 1994 consecutivos. Los Estados Unidos envian a sus tropas a Bosnia como fuerza para 1995 ‘mantener la paz. Publica su libro mas famoso, 1996 EL eédigo del ala. ‘Atentado suicida contra las torres. g gemelas de Nueva York, 700! Segunda Guerra del Golfo. 2003 Se involucra activamente en la Segundo mandato presidencial ggg _camupaiia por las presidenciales, de George W. Bush. apoyando al candidato demécrata John Kerry. El demécrata Barack Obama gana 3 aes 2008 las clecciones presidenciales El 27 de octubre fallece a causa 2011 den cancer de hueso. LA VIDA LOS PRIMEROS ANOS James Hillman nacié el 12 de abril de 1926 en Atlantic City, en ‘Nueva Jersey (Estados Unidos). Su ciudad, frente al océano Atlin- tico, es un destino turistico de renombre y famosa por sus nume- rosos casinos que la hacen rivalizar con Las Vegas. Nos encontra- mos de lleno en época de la ley seca, el periodo entre 1919 y 1934 en el que el Gobierno estadounidense prohibe la fabricacién y la venta de productos alcohdlicos, y Atlantic City es una ciudad de lujo desenfrenado, de entretenimiento mas o menos licito y de cri- men organizado. En la ciudad, en 1929 se llevara a cabo, bajo los ojos de las autoridades publicas, la primera «reunidn oficial» entre los gansteres mas importantes hebreos ¢ italoamericanos, entre los cuales se encontraban Al Capone y Charles «Lucky» Luciano, con el fin de controlar el contrabando de alcohol y de firmar un acuerdo para proteger los intereses criminales de cada uno. En este clima, el pequefio James vino al mundo como hijo de Julian Hillman y Madeleine Krauskopf, en uno de los hoteles mas prestigiosos de la ciudad, el Breakers Hotel, propiedad de la 14 JAMES HILLMAN familia paterna. La propaganda de la época lo presentaba como una «residencia suntuosa para todos los que buscan descanso y diversién», un enorme edificio construido a principios del si- glo xx con vistas a la playa. El abuelo paterno, Joel Hillman, se habia quedado huérfano a una edad temprana y habia crecido en una familia de comerciantes para dedicarse después a una serie de inversiones de éxito que le permitieron crear un verdadero imperio comercial. Un éxito tal como para permitirle a su hijo Julian convertirse en socio de uno de los mas prestigiosos hoteles de Paris, el George V, para después perder sus cuotas en la gra- ve crisis econdmica mundial de 1929, En cambio, el abuelo ma- terno cra de origen curopeo. Joseph Krauskopf emigré a los Estados Unidos desde Polonia en 1872, sin ni siquiera saber ni una palabra de inglés, y consiguié abrirse camino en su nueva patria y empezar una brillante carrera. Con el tiempo, ocupo diferentes cargos poli- James Hillman ticos de relieve, colabo- rando con el presidente ‘Theodore Roosevelt y Herbert Hoover, entre finales del siglo xix y la Primera Guerra Mun- dial, convirtiéndose en una figura clave en la reforma de la religién judia que se produjo en- tre los siglos XIX y XX. Finalizados los estu- dios superiores, James se inscribié en una presti- giosa escuela interna- LAVIDA 15 cional de Washington, la Edmund A. Walsh School of Foreing Service, donde permanecié durante dos aos. El estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939 y la posterior entrada de los Estados Unidos en el conflicto, en 1941, no le perdonaron. Desde 1944 hasta 1946, Hillman presté servicio durante dos afios en el cuerpo hospitalario de la Marina Militar de los Estados Unidos, para después quedarse en Europa como corresponsal de la radio de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos que permanecian en Alemania. Fue en el Viejo Continente donde decidié conti- nuar con sus estudios de literatura inglesa en La Sorbona de Paris y después se licencié en medicina en el Trinity College de Dublin en 1950, especializandose en mental and moral science y colaboran- do con la revista critica literaria Envoy. ZURICH Concluidos los estudios, James Hillman realiz6 una serie de viajes a Africa y entre la India y Pakistan, en la region de Ca- chemira, donde coincidié con el yogui (maestro de yoga) Gopi Krishna, mistico, escritor y reformista. Del encuentro entre los dos nacié la introduccién que Hillman escribié para el texto del maestro indio Kundalini. La energia evolutiva en el hombre. El térmi- no sanscrito Kundalini indica una energia de naturaleza se- xual que, una vez despertada, atraviesa al hombre en una ex- plosién de vitalidad y de «despertar espiritualy y Gopi Krishna cuenta, en una verdadera autobiografia espiritual, la experiencia vivida al volver a despertar esa energia gracias a los afios de rigida disciplina de yoga. Hillman ofrece una ori- ginal interpretaci6n psicoanalitica del texto y al mismo tiem- po deja emerger ese interés, que no lo abandonara durante 16 JAMES HILLMAN toda su producci6n intelectual, hacia una concepcién mas am- plia y articulada del saber que también llega a tocar los estimu- los de las formas mas arcaicas de espiritualidad como el poli- teismo griego o las filosofias y las religiones orientales. De vuelta en Europa, Hillman se casé con Kate Kempe (con la que tuvo cuatro hijos, Julia, Carola, Susanne, Laurence, y cinco nietos) y se instal en Suiza (de donde también adopté la ciudadania), en Zurich. Aqui pudo retomar sus estudios obte- niendo un doctorado en filosofia, summa cum laude, y empez6 a colaborar con el Carl Gustave Jung Institute de Kiisnacht, en el lago de Zurich. La institucién, fundada en 1948 por el propio Jungy dirigida por él hasta 1961, le extendid el diploma de ana- lista y lo nombré director de estudios, cargo que mantuvo du- rante la década siguiente. Estabilizado profesionalmente, Hillman pudo empezar a pu- blicar sus primeras obras importantes en el campo del psicoana- lisis. En 1960 vio la luz, gracias a las personas de la Routledge and Kegan Paul Ltd. en Londres, Emotion: A Comprehensive Pheno- menology of Theories and Their Meanings for Therapy (todavia inédita en Espafia). A su primera obra le siguieron, en 1964, Suicide and the Soul y Betrayal, y en 1967 On psychological creativity e Insearch. Psychology and Religion. Este Ultimo texto nacié a partir de la invi- tacién de algunos religiosos interesados en la psicologia analiti- ca, para después ampliar el campo de la investigacién hacia el significado de la basqueda de la fe. El texto vuelve a entrar en la produccidn de Hillman que todavia esta insertada en el surco de las investigaciones junguianas, en este caso anclado en la expe- riencia analitica y en la experiencia espiritual, también en res- puesta a la idea difundida en la cultura occidental de una «muer- te de Dios». Idea que para Hillman puede desaparecer de la vida psiquica del hombre, pero nunca a titulo completo. Y si esa LAVIDA 17 idea esta imprescindiblemente destinada a reaparecer, :cudles serdn, por lo tanto, sus efectos? El abandono del C.G. Jung Institute coincidié con una crisis de sus propias convicciones y con el lanzamiento de un replantea- miento de sus propias posiciones, que lo llevé a reconocerse como parte de una «tercera generacién» de alumnos de Jung (algo que Hillman afirmara durante toda su existencia) que veia en el maes- tro su fuente, pero no las bases doctrinales. En 1970, abandonada la carga académica, se convirtié en director de la Spring Publica- tions, una editorial especializada en la traduccion y en la difusién (especialmente para el mercado estadounidense) de las obras jun- guianas. En esta editorial publicé en ese afio un articulo titulado Why archetypal psychology? (‘Por qué la psicologta arquetipal?) en el que sienta las bases de esa disciplina, la psicologia arquetipal, del que se considera el fundador y el maestro. Partiendo de las ensefianzas de Jung, especialmente del de sus tiltimas obras, Hillman queria detenerse en la importancia de los arquetipos en el pensamiento y en la vida del hombre, identificandolos no tanto como figuras in- natas y heredadas del mundo psiquico sino como elementos trans- mitidos en toda la cultura humana, del mito, de la lengua, de la religion, del arte y de la Cultura en el sentido amplio del término. DE ERANOS A YALE Las reflexiones sobre el pensamiento junguiano y la elaboracién critica de su propia posicion encuentran importantes brotes en las relaciones que tiene anualmente en Ascona para la Fundacion Eranos. Se trata de un ciclo de conferencias (que todavia se llevan a cabo) ideadas por la activista britanica Olga Frébe- Kapteyn, que se inspiré en el historiador de religiones Rudolf Otto, pensa- 18° JAMES HILLMAN das con la finalidad de conducir «bisquedas espirituales» gracias a la contribucin de los mayores intelectuales de la época. Las conferencias, definidas como «conversaciones destinadas para el estudio de las imagenes y de las fuerzas arquetipicas en su rela- cién con el individuo», disfrutaron de las contribuciones de inves- tigadores de origenes y formaciones muy diferentes, unidos por el interés por la esfera de la espiritualidad. James Hillman participé en muchas ocasiones, hasta 1989 (aio en el que las conversacio- nes iniciaron un nuevo ciclo orientado a intereses mas filos6ficos), con diferentes contribuciones que después confluyeron en algu- nas obras. Las conferencias de 1968 y de 1969 («Sobre el lengua- je psicolégico» y «Sobre la feminidad psicolégica), por ejemplo, forman parte de la obra El mito del andlisis (1972), unidas a la in- tervencién anterior «Sobre la creatividad psicologica». La década de 1970 se abrié con prestigiosas conferencias en los Estados Unidos, por invitacion de William Sloane Coffin, re- ligioso y pacifista estadounidense (anteriormente pianista y agen- te de la CIA), que le pidid a Hillman su disponibilidad como orador para las célebres Dwight H. Terry Lectureship, en la Uni- versidad de Yale. Llevadas a cabo desde 1905, las Terry Lectures son conferencias abiertas al publico, en un dialogo entre ciencias humanas, filosofia y ciencia moderna, en las que participaron nombres ilustres como Erich Fromm, Margaret Mead, Jacques Maritain, John Dewey y el propio Jung. Segiin los testigos, el efecto que Hillman caus6 sobre la platea fue electrizante. Publi- cado en 1976, Re-imaginar la psicologia (cl mismo titulo que el de las conferencias de Yale) es un verdadero best-seller, tanto como para merecerle la nominacién al premio Pulitzer. El exergo del vo- lumen (la cita colocada en la apertura) es del poeta irlandés William Butler Yeats. En los versos que escogié Hillman, al hom- bre se le compara con una cosa insignificante que solo se puede LAVIDA 19 animar por el alma, cuando esta golpee las manos y baile y cante, invitandonos a estudiar su belleza y su magnificencia. De hecho, precisamente el alma, es el concepto que Hillman pone en el centro de su propia reflexién. La psicologia necesita ser refunda- da. La relaci6n con un mundo que ha acabado por pulverizarse, para dividirse en una infinidad de particulas diferentes, perdien- do de vista un sentido, una imagen compleja del todo, también ha corrompido la propia practica terapéutica. Es hora de apren- der a utilizar una nueva mirada, de aprender a observar de nue- vo las cosas y de reavivar la psicologia proporcionandole esta inédita forma de mirar. A si misma y al mundo y al hombre, que es parte del mundo. En el «coraz6n» del discurso solo puede estar el alma: tenemos que aprender a «hacer alma». El alma no como una simple entidad espiritual de origen religioso, sino la propia alma como una nueva perspectiva de las cosas que nos permite tomar cada realidad como imaginativa y metaforica, portadora de un sentido que estamos Ilamados a entender. La sugerencia que Hillman, admitida por é mismo, quiere dar es la de una «base pottica» de la psicologia. No la filosofia y la quimica del cerebro, no el mecanismo de la civilizacion, no la diseccion de los comportamientos, sino mas bien los procesos de la imaginaci6n, la capacidad de ver la verdad dentro de los simbolos y de esta vision extraer el cuidado y el crecimiento. En 1973, particip6 en una convencién internacional en Roma dedicada a Jung y a su papel en la cultura europea, don- de realiz6 una intervencién de titulo «Plotino, Ficino y Vico, precursores de la psicologia arquetipal». El autor estadouniden- se no deja de dirigirles a sus compaiieros italianos una divertida acusacion. {Para qué comprometerse en buscar explicaciones, en querer encontrar la psicologia y sus respuestas en la cultura noérdica, del marxismo al existencialismo pasando por Freud y 20 JAMES HILLMAN Jung o por qué buscarlas en la sabiduria oriental cuando seria suficiente con dirigirse al humanismo y al Renacimiento? RETORNO ALOS ESTADOS UNIDOS Después de treinta afios en Europa, tras la consagracion al publico, Hillman sintié la necesidad de volver a sus raices. En 1978 acepto el cargo de decano de la facultad en Ia Universidad de Dallas y se dedicé a construir una fundacion centrada en la conciencia civica, el Dallas Institute of Humanities and Culture. Sin embargo, volvia a menudo al Viejo Continente para dar conferencias y recibir reco- nocimientos. En 1981 se hospedé en Florencia donde llevé a cabo la conferencia (leida directamente en italiano) Anima Mundi. II ritor- no dell’anima al mondo (El pensamiento del corazén y Anima Mundi: el retorno del alma al mundo), en el suntuoso marco del Salone de? Du- gento di Palazzo Vecchio. Retomando también temas ya citados en la conferencia romana, formula la invitacion a tomar la com- plejidad de la realidad psiquica y a releerla dandole voz al alma y, por lo tanto, al mundo al que pertenecemos, estando este dotado de un alma que el hombre vive y comparte, que no podemos in- terpretar como un simple marco, como un simple telén de fondo de nuestro acto psiquico individualista. 1984 lo vio comprometido en un nuevo matrimonio con la analista Patricia Berry, ella tam- bién de la escuela junguiana y formada en Zarich, y en un nuevo traslado, esta vez definitivo, a Thompson (Connecticut). El compromiso de la docencia se amplié a la experiencia del Men’s Moviment. Se trataba de un movimiento, paralelo al feminista y que se divulgé en mas organizaciones, que se ocupaba de las di- ferencias de género y del papel del hombre en la sociedad contem- poranea, en una éptica de replanteamiento de la naturaleza y del LAVIDA 21 papel de lo «masculino». Junto con sus amigos Robert Bly, poeta, y Michael Meade, escritor (con los que también realiz6 una antolo- gia de poesias titulada The Rag and Bone Shop of the Heart, que se puede traducir —no en sentido literal como «el corazon carente de inspiracién»), Hillman organiz6 seminarios, conferencias, cursos y encuentros en los que analiz6 los arquetipos masculinos en la cul- tura y en los que reflexionaba sobre la alineacién y sobre la compe- titividad inhumana a la que el hombre esta llamado en los me nismos de la sociedad occidental. El reconocimiento oficial de la importancia de Hillman en el pensamiento contemporaneo fue ratificado, en 1992, por la Universidad de Notre Dame, en India- na, que le dedicd el Festival of Archeatypal Psychology, con cente- nares de participantes en una semana de conferencias y encuen- tros. Paralaemisora inglesa BBC, participé en diferentes programas de television en los que expuso sus teorizaciones y al mismo tiempo colaboré con la artista Margot McLean en un ensayo (que ilustré McLean) titulado Dreams animals (1997), sobre la simbologia oniri- ca de los animales y del papel que el inconsciente les atribuye, la expresién de un arquetipo «animal» que llevamos dentro, casi una antologia de metaforas de nuestros mismos comportamientos. La comunié6n primordial con el reino animal, ese reino al que nos hemos dedicado a exterminar y al que solo recordamos en los ani- males domésticos, se redescubre y se les atribuye el justo respeto y la consideraci6n necesaria. {C6mo podemos pretender que nos en- tendamos a nosotros mismos si nos olvidamos de que, a fin de cuentas, somos miembros del mismo reino animal y que con ellos compartimos una intimidad profunda, hasta lo mds recéndito de nuestros suetios? ‘Tenemos que escuchar, no limitarnos a seccionar estas «visitas nocturnas» con el frio acero del bisturi del andlisis. Las mas importantes universidades estadounidenses lo invita- ron a dar lecciones y conferencias (como cl «Instituto de Psicologia 22 JAMES HILLMAN Profunda y estudios mitolégicos» del Pacific Graduate Institute de Santa Barbara, en el que hoy en dia se conservan sus papeles y sus archivos personales) y lo mismo en Europa. 1996 fue el aio de su libro tal vez mas famoso, E eédigo del alma, En una rica galeria de personajes famosos, dando preferencia a los mas asépticos casos clinicos de manual, Hillman presenta al lector, con una prosa atra- yente y magnética, el significado del destino individual, de la se- milla Gnica ¢ irrepetible que pertenece a cada uno de nosotros y que estamos llamados a cultivar, aprendiendo a escuchar a nuestro daimon, nuestro angel de James Hillman en la exposicién The Red Book of C6 la guarda, nuestro guia Jung en el Rubin Museum of Art de Nueva York, el 7 de ‘octubre de 2009. cspiritual, en una mi- ~ sion de realizaci6n per- sonal, abandonando la ree idea de que somos, trictivamente, ¢l fruto de la genética o del entorno que nos rodea (familiar, escolar, laboral, social, cultural), dos elecciones que, de hecho, nos pri- van del valor y del signi- ficado de un modo mas profundo. La tragedia del II de septiembre de 2001, el atentado suicida contra las torres gemelas de Nueva York, es leida por Hillman como una he- rida en la misma psique LAVIDA 23 de Occidente. Nada volvera a ser lo mismo. La Zona Cero, el abismo dejado en el tejido urbano de la ciudad estadounidense después del derrumbe de los dos rascacielos, tendria que conver- tirse en el punto de reanudacién, el punto destinado a producir una nueva autoconciencia. Alli, en aquella rotura, ese cruce a tra- vés de la superficie y de la superficialidad, tiene que cambiar la manera de ver las cosas, la manera de leer el mundo y la presunta normalidad de la existencia. Tiene que cambiar nuestro camino. Con una extrema autoironia, en noviembre del mismo aio en una convencién celebrada en Bolzano, acepté el reconocimiento singular de «Maestro y traidor del psicoandlisis», por su activi- dad de revisién y de relanzamiento de la practica de este ultimo, en un respiro y en una 6ptica del todo nuevos, y lo empujé a rea- lizar una nueva reflexion sobre el papel actual del psicoanalisis, en la conciencia de sus limitaciones metodolégicas (sobre todo, la conviccién, heredada de Descartes, de que el mundo «exterior» es un mero marco y de que el alma es solo del individuo). En las elecciones presidenciales de 2004, el matrimonio Hillman se in- volucré activamente en la campaiia electoral del rival democrata (después derrotado) John Kerry, encontrandose en persona y tele- fonicamente con los votantes estadounidenses, en una profunda campafia pacifista contra el republicano George W. Bush. En la noticia de su confirmacién, Hillman envié personalmente a los amigos un correo en el que se disculpaba por su fracaso y se de- claraba preparado para volver a empezar a luchar. REFLEXIONAR SOBRE LA MUERTE La muerte lo sorprendié el 27 de octubre de 2011, debido a un cancer de hueso. En las semanas anteriores tuvo la ocasién de 24° JAMES HILLMAN Pe aie ere eee ccc ay ___ tocante entrevista, pu- blicada en Italia en el diario La Stampa el 29 de octubre. Es una re- flexién licida, cristali- na, sobre los resultados de la vida humana, so- bre la muerte como esencia de la misma existencia. La compa- racién con la enferme- dad y sus dudas inevi- tables se convierten en la oportunidad para un «reportaje», para un re- lato de los tiltimos mo- mentos, de ese presente al que Hillman se siente (y quiere sentirse) pegado, negandose a pensar en lo que viene después y concentrandose solo en la bits- queda de las palabras adecuadas para reconocer, aceptar y ex- plicar: «las palabras son como almohadas, cuando estan colo- cadas de la manera correcta alivian el dolor». Es necesario y, al mismo tiempo, Hegar hasta la muerte con plena concien ir» toda- ensalzar la vida misma, casi «comprometiéndose a v via mds intensamente. Al margen del discurso, la «posibilidad> extrema. Tomar en sus manos el momento una vez reconocido. El suicidio como un horizonte posible, como lo sugerian los es- toicos. «:Hay humo en casa? Si no hay demasiado me quedo, si hay demasiado salgo. Hay que recordar que la puerta siempre esta abierta.» ENTRE ARQUETIPOS Y MITOS BUSCAR UNA DEFINICION Antes de entrar en el pensamiento de James Hillman, puede que sea necesario fijar algunos puntos fundamentales y responder a algunas preguntas. ¢Qué determina la originalidad de su pensa- miento? ¢Ciudles son los maestros a los que se refiere y c6mo consi- gue desarrollar de una manera del todo original y autonoma su propia reflexién? Para entenderlo podemos abrir la Enciclopedia del Novecento, editada por Treccani en 1980 y buscar la voz «psicologia arquetipal», compilada por el propio Hillman. El psicdlogo esta- dounidense no solo se limita a compilar la voz de la enciclopedia sino que también es el «padre» de esta misma disciplina y el que le da el nombre. De hecho, ya la habia definido de esta manera en su obra de 1970, publicada por la editorial Spring y titulada Way archetypal psychology? La definicién es una declaracién de intencio- nes. La idea es la de abandonar el campo clinico y terapéutico, superar la psicologia analitica de Jung, en la que incluso Hillman se forms, y desplazar su campo de accién hacia un terreno mucho mas amplio, el de la cultura occidental. Se trata de superar los 26 JAMES HILLMAN ARQUETIPO Vv Literalmente, con arquetipo indica- mos el «primer ejemplar» de algo. En la reflexién filoséfica de Platén, las Ideas son arquetipos, es decir, los modelos en los que después se plas- ma toda la realidad. Estas son incog- noscibles directamente, el alma las observa antes de encarnarse en el cuerpo, mientras se encuentra en la dimensién del hiperuranio y después solo tiene vagos recuerdos una vez que han descendido a la realidad fisi- ca. Para Jung son las imagenes pri- mordiales contenidas en el incons- ciente colectivo y constituyen la base simbdlica de suefios y leyendas. modelos cientificos que se consideraban ineficaces ¢ insuficientes y de adoptar un punto de vista que pueda abrazar todos los campos de actuacién humano, no solo el estudio del terapeuta. Tradicionalmente, en la formulacién junguiana, el arquetipo es un conteni- do psiquico innato, trans- mitido hereditariamente a través de los ancestros co- munes y presente en todos los seres humanos, en el interior de un inconscien- te colectivo, en contrapo- sicion al individual que cada uno de nosotros forma y desarrolla en base a sus propias experien- cias, Sin embargo, en la observacién que condujo Hillman, estos INCONSCIENTE COLECTIVO <3 = Segiin Jung, es una zona del incons- ciente que no atafe a la existencia del individuo, pero donde se estrati- fican todas las experiencias huma- nas desde el comienzo. Es el conjun- to de los arquetipos, una realidad supraindividual compartida por to- dos los hombres. contenidos van mas alla de la esfera de la psique y emer- gen, de una manera mas 0 menos directa, en las rela- ciones sociales, en las tradi- ciones culturales, en la espi- ritualidad, en el arte, en la lengua y en el origen de las palabras. Por lo tanto, resul- taria claro que es impensa- ble «limitar» estos conceptos al Gnico campo de la prac- tica psicoanalitica, dismi- nuyendo de este modo su importancia. Anclar estos modelos a la esfera clinica seria un legado del positi- ENTRE ARQUETIPOS Y MITOS 27 POSITIVISMO YO Corriente filosdfica y cultural, nacida en la primera mitad del siglo xx en Francia y que duré hasta la Primera vismo y de su ciega y opti- mista (y, de hecho, reductora) confianza en el empirismo cientifico. Presentada de esta manera, la reflexion de Hi- Iman es algo que va mas alla, es algo que pertenece por completo a la esfera cultural en sus declinacio- nes mas amplias y que nos invita a replantearnos la propia psicologia y sus implicaciones en los planos patologico y terapéutico. Se trata de desestructurar el modo «tradicional» de hacer psicologia. De hecho, la de Hillman no quie- re ser una acusacién simplista o una polémica gratuita: se presenta como un nuevo modo de ver (y de vivir) las cosas, sefialado por la autenticidad y sin la pretensién de proporcionar respuestas que se consideran intocables para su estatus de conciencia. Para explicar la variedad del mundo psiquico, antes que nada tenemos que aprender a mirarlo con ojos nuevos y a aceptar las sefales de manera correcta. riaciones. Por lo general, se la indica como una confianza y una exaltacién del progreso cientifico, entendido como portador de la verdad, de cer- tezas absolutas e instrumento ade- | cuado para explicar y gobernar toda la realidad, abandonando perspecti- vas metafisicas. Entre sus maximos exponentes se encuentran Henri de Saint-Simon y Auguste Comte. Guerra Mundial, con diferentes va- | | LAS ENSENANZAS DEL MAESTRO Como se ha mencionado anteriormente, el camino en el que se mueve Hillman es ese en el que se ha formado como psicoanalista, 28 JAMES HILLMAN el de la psicologia junguiana. Sin embargo, la revision que lleva a cabo no se limita a un nuevo etiquetado, sustituyendo el adje- tivo «analitico» (con el que por lo general se identifica el pensa- miento de Jung) por el adjetivo «arquetipo». Es un replantea- amplio de la psicologia que se basa en el papel eminente del sujeto cartesiano, de un yo razonable que tiene en el acto mismo del pensamiento, en la actividad psfquica, la cifra y la garantia de su existencia. Poner entre paréntesis la primacia del sujeto significa necesariamente poner entre paréntesis una lista mucho mas amplia de disciplinas. Pero para llegar a estas conclusiones, el punto de partida sigue siendo el pensamiento del «maestro». El propio Hillman se define, durante toda su carre- miento mas ra, como un junguiano y forma parte de la AIPA, la Asociacién Internacional de Psicologia Analitica. Para hablar de su trabajo, el psicdlogo estadounidense se refiere a la cultura hebraica. El Midrash es uno de los métodos con los se interpreta el Tanak, es decir, el conjunto de textos sagrados del judaismo. Este método tiene como objetivo superar el sentido literal del texto y de exca- var en profundidad de manera que restituya un sentido que se adapte a las exigencias y a las concepciones de la comunidad y que proporcione nuevos significados. Por lo tanto, Hillman se define a si mismo como un comentarista que ha afiadido un nuevo midrash al tesoro de los significados de la psicologia anali- tica, en busqueda constante de respuestas a las preguntas del hombre. El terreno en el que se buscan los nuevos significados es el de la tardia producci6n junguiana. Carl Gustav Jung, separdndose de la ensefianza freudiana, con- cibe el inconsciente como algo que tiene una autonomia propia, colocado entre el instinto y la conciencia, y provisto de un lengua- je especifico propio, es decir, el de las imagenes. Es un concepto exclusivamente psicolégico, 0 mejor dicho, un concepto-limite ENTRE ARQUETIPOS YMITOS 29 psicolégico que comprende todos los contenidos no conscien- tes. Pretender explicar el estado en el que tales contenidos se encuentran es del todo initil e incognoscible. La experiencia nos puede decir que tales contenidos existen, pero siguen sin responder a la pregunta sobre qué podrian ser estos conteni- dos. Pero sabemos lo suficiente como para distinguir entre un inconsciente personal, comprender todas las adquisiciones de nuestras experiencias directas, y un inconsciente colectivo, al que pertenecen todos los contenidos que no se derivan, de nuestra adquisicién sino que ya se han dado, que ya estan in- herentes en el funcionamiento de la psique. Estos contenidos se identifican como arquetipos, como «tramas mitolégicas» arcaicas, primitivas, universales existentes desde la mas remo- ta antigiiedad. La derivacién de este concepto es, admitido por el propio Jung, platénica. En la concepcién del filésofo griego, las ideas (en griego eidos, es decir forma, aspecto) son los contenidos innatos en nosotros, los que nos permiten reco- nocer inmediatamente esos modelos perfectos, eternos e in- mutables que estan mas alla de la realidad material, y las co- sas que nos rodean. No existen dos Arboles exactamente idénticos, sin embargo, si los observamos, sabemos que son Arboles. Esto es posible porque llevamos con nosotros la «idea» del Arbol. El arquetipo propio del i connotaci6n. Es el modelo sobre el que plasmaremos la variedad de nuestras experiencias psiquicas, toda nuestra «representacion arquetipica». Estas pueblan y Ilenan nuestro inconsciente. Pero los arquetipos permanecen a un nivel de separaci6n total de la realidad contingente de los fendmenos. Es a través de los instintos donde intervienen en los contenidos inconscientes, determinan- dolos. El arquetipo es espiritu, es divinidad, es impulso. Por lo nte colectivo tiene la misma ns 30 JAMES HILLMAN ALMA/ANIMA [0 ANIMUS) —— Para Jung, son dos arquetipos los que representan las «partes contra- sexuales» de la relacién amorosa, proyectadas sobre la pareja. El Alma es el inconsciente femenino del hombre; el Animus es el masculino del inconsciente de la mujer. Por lo general, llevan consigo determina- das caracteristicas que la cultura | tanto, el instinto no es sim- plemente el producto de las operaciones que se llevan a cabo a nivel fisiolégico, sino que es una imagen ge- nerada de la dimensién transcendental del arqueti- po, alli donde coagulan mis simbolos y el simbolo se convierte en la media- cién entre el inconsciente occidental ha terminado por asociar aun género o al otro. En cuanto a los. arquetipos, no representan «la me- moria» de una persona especifica sino m4s en general es la estratifi- cacién del inconsciente colectivo. individual y el inconsciente colectivo, permitiéndole al sujeto participar en las si- tuaciones «tipicas» del hombre. Y he aqui la vuel- taa los arquetipos. Entre estos, Jung evidencia algunos particularmente impor- tantes: por ejemplo, el alma y el anima (animus). La primera pertenece al inconsciente masculino y representa su parte feme- nina, intuitiva, que la cultura occidental considera no viril y como tal se tiene que rechazar. Es la representacién arquetipica de la mujer, la que le permite al hombre de reconocerla en la individualidad que encuentra, y también es la proyeccién de la propia feminidad del inconsciente. Por el contrario, el ani- mus ¢s el inconsciente femenino. Como en el caso del hombre, este representara las cualidades masculinas. Aqui el inconscien- te colectivo interviene y determina la represién de determina- dos contenidos y la destaca de los demas. Estos son los papeles que asume la persona en sociedad, sacrificando parte de su per- sonalidad mas auténtica. ENTRE ARQUETIPOSYMITOS 31 EL CAMINO DE HILLMAN Seguin el psicélogo estadounidense, en la linea del tiempo, Jung representa el tiltimo de los padres nobles. Pero «re-imaginar» el psicoandlisis que propone Hillman es, al mismo tiempo, el en- foque y la fuga del psicoanalista suizo. Permanecer fijos sobre su ensefanza querria decir permanecer rigurosamente jun- guianos, pero esto solo seria posible para Jung. De hecho, la separacién se consumiria en la medida en que la psicologia es «confesién», es decir, que es el estimulo para elaborar una res- puesta personal propia y no para adaptarse a todo lo que ya se ha elaborado. Mantener a Freud y a Jung como maestros es posible en la medida en la que se observan sus pasos para enten- der cémo empezar un camino propio y no en la medida en la que los pasos se recorren de manera no original. La psicologia es una actividad necesaria y como tal tiene que emprender ca- minos nuevos y autonomos. E] respeto por los maestros no puc- de convertirse en imitaci6n. Aqui es donde Hillman declaré su interés en realizar una «psicologia de lo profundo», una psicologia que omita los campos de los psicélogos sociales o de los psicdlogos de la edad evolutiva, pero que investigue las zonas de sombras y las pro- fundidades mas recénditas, porque alli se esconden los con- ceptos que estamos buscando. Al explorar estos rincones oscu- ros nos encontramos delante del alma. Y aqui se abre el camino «aut6énomo» de Hillman con respecto a la tradicion junguiana. ¢Qué es en realidad el alma? En primer lugar, el alma es una perspectiva y no una sustancia. Es ese punto de vista que se situa como mediador entre nosotros mismos y todo lo que nos rodea, entre nosotros y los acontecimientos del mundo. 32 JAMES HILLMAN El objetivo que Hillman se pone es el de «hacer alma». El de reconsiderar la propia implantaci6n de la psicologia desde esta perspectiva. Es por ello que habla de «re-imaginar» y no de «revisar». No es una costumbre grafica. La separacion entre el verbo y el prefijo «re-» parece casi indicarnos el camino, una declaracion de intenciones. No tenemos que someter la psicolo- gia a una revision, como un automévil que necesita periédica- mente controles profundos para asegurarse de que esté en con- diciones de afrontar la carretera. Tenemos que aprender a mirarla de nuevo, con otros ojos. Para el vocabulario, se trata de un «prefijo presente en algunos verbos espafioles, y en sus derivados, que expresa por lo menos la repeticion de una accién en el mismo sentido 0 en sentido contrario». Esto es lo que Hi- Iman nos propone que hagamos. Repetir el camino psicolégico en un sentido contrario, partiendo de supuestos nuevos. Elalma se nos presenta como la que permite transformar nues- tras experiencias y acontecimientos individuales, a través de las capacidades especiales de excavar de la experiencia de la especu- lacion, de la reflexion, de la imagen y de la fantasia. Es decir, de la capacidad de tomar cada realidad como simbolo y metafora. La vida psiquica es analizada por las imagenes, que son tanto la materia prima como el producto final. Las imagenes son aconte- cimientos espontaneos y auténomos que se generan segin las con- figuraciones de los arquetipos cada vez que se vive un determina- do acontecimiento. La vida es analizada por imagenes. Por lo tanto, el punto de partida tendra que ser el de tomar los procesos de la imaginacién, reteniendo los fundamentos de la psicologia y del funcionamiento mismo de la psique. No los condicionamientos. sociales, no el lenguaje con sus reglas, no sus procesos biolégicos y fisiolégicos, no el desarrollo de la edad infantil. Tenemos que to- as leyes, los mecanismos y las formas de las imagenes. ENTRE ARQUETIPOSYMITOS 33 REVISAR LOS ARQUETIPOS ¢Qué espacio encuentran los arquetipos en esta «re-imagina- cién»? Para Hillman, la misma dificultad que encontramos al tra- tar de definirlos es una sefial de sus propias cualidades. Son mas metéforas que objetos. Para hablar de ellos estamos obligados a utilizar imagenes, nos esforzamos en reducirlos a conceptos sim- ples, en definiciones elementales. En primer lugar, son los arqueti- pos los que nos obligan a razonar por medio de imagenes. Jung ya se habia detenido en la imposibilidad de definirlos de manera con- creta. Por lo tanto, esta claro que adoptar una perspectiva «de lo profundo», que nos habla del alma y de arquetipos es obligatoria- mente una perspectiva imaginativa, y la imaginacién se convierte en el instrumento para acercarse a las preguntas fundamentales de la psicologia. Por fuerza, si se los quiere definir, son «los mode- Jos mas profundos del funcionamiento psiquico», las raices, los 4n- gulos visuales, los axiomas de la vida psiquica y las bases de la teorizacién sobre la misma. Son discursos que no podemos hacer, que se nos escapan, se elu- den del vinculo de la pala- | | bra y de la definicién. Ha- =| |DEALTYPUS | blar de ellos es saltar de una | | metafora a otra. Aparecen | Para la sociologia y la historiogratia, | con diferentes nombres, pero | _se trata de una construccién mental, | de la misma manera meta- de la teorizacién de un modelo que | | | | | | | j | es . «4. | lleva consigo los datos histéricos de forica en las otras discipli- | P ae un determinado fendmeno. Mediante nas, como un rio carstico que fluye escondiéndose de la vista, pero modificando radicalmente el paisaje que atraviesa. | el estudio de fenémenos diferentes | entre ellos, se puede suponer un es- | quema que explique los rasgos fun- | damentales y comunes limpios de | las dectinaciones contingentes. I 34 JAMES HILLMAN Estas son las relaciones inmateriales sobre las que se estructu- ra la sociedad, son los modelos comportamentales intrinsecos de cada uno de nosotros, son los idealtypus de los que habla la historiografia, los rituales compartidos que los antropdlogos en- cuentran en poblaciones en los angulos opuestos del globo, son los topoi de la tradicién literaria. Pero, sobre todo, el arquetipo es como una divinidad que esta debajo de si y que controla todo lo ‘a nos que hacemos y lo que vivimos. Por lo tanto, esta perspec permite reunir en un solo vistazo, en un solo abrazo, diversas experiencias, Hillman pone el ejemplo del arquetipo del héroe. Bajo él podemos considerar algunos comportamientos hacia la vida y el mundo, podemos identificarlos con las grandes figuras de la literatura del pasado y del cine de hoy en dia, podemos considerarlo de alguna manera para regular nuestros valores, podemos leernos la tragedia de algunas psicopatologias que em- pujan a este «modelo» a extremos destructivos. Entre otras cosas, este ejemplo se presenta para una mayor reflexion, Habria estado tan interiorizado en la percepcion del pensamiento occidental como para cambiarle el nombre y encajarlo, bajo falsas apariencias, en otro sector diferente. Esta- mos tan enamorados de la actitud heroica que lo hemos llamado yo. De ser uno de tantos arquetipos a ser el central. Re-imagi- nar la psicologia es también derribar esta réplica que estorba, dejarla atrs y pensar en algo nuevo. Pero, en primer lugar, se nos vuelve util una vez mas, precisamente para subrayar la di- mension colectiva del arquetipo. Nos permite entenderlo como que lo que le ocurre a mi Unica alma también le ocurre al alma colectiva, sin limitaciones geograficas ni cronol6gicas. Los ar- quetipos son algo lejano, desconectados de la realidad de los fendmenos, nouménico como diria Kant. Los arquetipos son profundamente humanos. Y si lo que queremos representar es la misma multiplicidad de la naturaleza humana, en- tonces no podemos fijar la mirada sobre el volumino- so yo heroico, perpetua- mente comprometido en la lucha que la psicologia quiere reforzar. ‘Tenemos que ampliar la vision a ho- rizontes mas amplios. Al igual que el héroe, tambi la necesidad de unificacion es aplazable a una pers- pectiva arquetipica entre ENTRE ARQUETIPOS YMITOS 35 NOUMENO V4 El término estd tradicional mente aso- ciado a la filosoffa alemana de Im- manuel Kant. Se trataria de una rea- lidad «dltima», que se puede intuir, pero es incognoscible e indescripti- ble, y que se encuentra detras de los fendmenos contingentes, es decir, de las cosas con las que podemos «familiarizarnos». Es una represen- tacién del pensamiento, una verdad buscada y supuesta, pero concreta- mente inaccesible porque va més alld de la posibilidad del intelecto. muchas. Bajemos en profundidad y aprendamos a ampliar nuestra vision. La recaida es inmediatamente terapéutica. Hacer alma es una busqueda que trae consecuencias que no podemos igno- rar, es psicologia precisamente porque es el discurso sobre el alma. Si la ponemos entre paréntesis, entonces utilizamos cl término filosofia, estadistica, economia y antropologia. Si la ponemos entre paréntesis, estamos haciendo otra cosa. En cambio, si hacemos psicologia, entonces también estamos ha- ciendo terapia y analisis. Y no sirve la relacion entre un enfer- mo y un médico. Cada uno de nosotros hace terapia de si mis- mo en cl momento en el que se pone a escuchar para entender su complejidad 0 para estimular o para criticar su propio com- portamiento. Cuando nos esforzamos en entender ese punto de vista del mundo que nos rodea, cuando le preguntamos a las imagenes hacemos alma, y haciendo alma somos pacientes y terapeutas. 36 JAMES HILLMAN EL PAPEL DEL MITO Para Hillman, afrontar las cosas desde el punto de vista de hacer alma, desde el punto de vista de la psicologia arquetipal, signifi- ca reconducirlas a su fondo original arquetipico. Citando al an- tiguo filésofo Plotino, todo es una «copia» y todo tiene que vol- ver a su dimensi6n. El conocimiento no es mas que entender la semejanza. ¢A cual de los arquetipos es reconducible este com- portamiento mio? ¢Qué modelo estoy poniendo en el escenario? El horizonte al que estas preguntas nos llaman es al del mito. Alli vuelven mis fantasias, mis comportamientos y, si, también mis patologfas. Sobre todo las patologias. En primer lugar, tene- mos que tener presente que estas son necesarias, inevitables y no por fuerza se leen en términos de enfermedad y de pecado, las cosas que la ciencia y la religién no han acostumbrado a hacer. La patologia tiene que encontrar su lugar. Hemos tenido la ten- tacién de etiquetar cada comportamiento con la voracidad del enciclopedista (el «nominalismo») y con la simplicidad del que rechaza cada clasificaci6n (una «negacién andrquica») apelando a una hipotética falta de comunicacién del funcionamiento del alma y, por lo tanto, a la imposibilidad de catalogar comporta- mientos como «anormales». Por ultimo, estamos convencidos de que la verdad reside en la practica clinica, y que solo ella es capaz de explicarnos el funcionamiento de nuestra alma. Pero para hacerlo estamos centrados en los sintomas y hemos perdi- do de vista el resto. No nos hemos dado cuenta de que el alma puede estar sin terapeutas, pero no puede estar sin sintomas. Sus aflicciones, sus problemas y sus sufrimientos se plasman en los comportamientos y en el desdoble de la realidad. E] comportamiento patolégico nos empuja hacia atras. Pero no en el sentido simplista de una regresion. Que la patologia sea ENTRE ARQUETIPOS YMITOS 37 en cambio un retorno a las dimensiones mitolégicas y arcaicas, a fin de cuentas, ya lo habia dicho Freud poniendo en escena a Edipo. Pero sus conclusiones fueron precipitadas. ¢Qué es el mito? ¢Qué representa, mas alla de la historia y de la diversion que deriva? ;Se agota a si mismo en la simple dimensién de la literatura? Al contrario. El mito ha representado y representa algo relevante para la vida psiquica. Aqui estamos delante de una historia que lleva consigo metaforas y perspectivas sobre los acontecimientos. Los griegos no ten{an la psicologia de lo profundo. Los griegos tenian la mitologia. A partir de los rela- tos de las divinidades y de sus gestas, podemos descender al re- lato del género humano. En una vida en la que lo patolégico siempre esta activo, en lo que se refiere a la condici6n esencial del alma y de sus movimientos y de sus dificultades para encon- trar su propio espacio en el mundo con sus reglas, el mito nos proporciona un telén de fondo. Aqui encontramos las semejan- zas arquetipicas en aquellas divinidades arcaicas y en sus com- portamientos que nosotros mismos ponemos en practica. Esto quiere decir que el mito se convierte en un catlogo. Quiere decir que podemos leer los problemas cotidianos desde un an- gulo mas amplio en el que reconocer los acontecimientos. He aqui que nuestro problema no es solo nuestro. No es solo fruto de nuestro pecado o de nuestra enfermedad. En esta herida nos hablan los dioses y nos llevan a la unidad con la dimensién ar- quetipica de la que formamos parte. No nos curamos. Reeva- luamos. El mito, en su ficci6n real, acerca nuestra alma al alma del mundo. HILLMAN funda la Psicologia de lo profundo | PSICOLOGIA ARQUETIPAL, Re-imaginar la psicologia junguiana No se limita al ambito clinico-terapéutico, sino que abarca todos los | campos de la actividad humana (relaciones sociales, tradiciones | culturales, mitos, artes, lengua...) | J que habla de =)! ARQUETIPOS — Modelos mas profundos del funcionamiento psiquico Metéforas, imagenes colectivas dificiles de definir | Relaciones materiales en las que | se estructura la sociedad Modelos de comportamientos interiores (ejemplo: arquetipo del héroe} Conectados a los mitos HACER ALMA ~~ | El alma es una perspectiva, un | punto de vista que media entre el. | individuo y los acontecimientos | | del mundo | Transforma los acontecimientos individuales en experiencia || subjetiva con simbolos y metéforas Investiga los espacios de sombras, las profundidades El alma no puede estar sin sintomas EL PENSAMIENTO PREDECESORES ILUSTRES SUENOS Para Hillman, un punto fundamental es el de entender qué camino se ha completado para llegar a la psicologia arqueti- pal recorriendo, traicionando, los pasos de los predecesores y Hegar a una nueva vision de la psicologia y de sus desafios. En la intervencién que tuvo lugar en Roma el 22 de mayo de 1973, en el marco del seminario internacional «Jung y la cul- tura europea», Hillman parte de un suefio del «maestro». Es un suefio famoso, que el propio Jung recuerda en su libro au- tobiografico Recuerdos, suenios y reflexiones y es en el que se com- pleta la ruptura con Freud. El psicdlogo suizo se encuentra en su casa, en el piso superior, y se da cuenta de la suntuosa de- coracién, de estilo rococé. Al bajar al piso inferior se fija en que la decoracié6n es de estilo medieval, mientras que el sotano presenta rasgos de la época romana. Una trampilla en el suelo atrae su atencién. La abre y baja con prudenci se en una caverna poco profunda, Ilena de cascotes, huesos y ruinas, los signos de una civilizacion prehist6rica. Su atencién , encontrando- 42 JAMES HILLMAN se centra en el hallazgo de dos craneos semidestruidos, pero el suefio se interrumpe. La carcoma que permanece en Jung es entender qué significado tienen esos dos craneos que ha visto en el suefio. ¢Qué representa la casa con sus diferentes decora- ciones y qué significan los restos humanos? A partir de aqui se abre la posterior separacion de la leccién freudiana. De hecho, para Jung el suefio no es un impostor que mistifica sus contenidos, ocultando detras apariencias engafio- sas. El suefio nos quiere decir algo y lo hace con los medios que posee, de la mejor manera posible. Y entonces la posterior comprensi6n: los diferentes pisos de la casa representan la con- ciencia, el inconsciente y, después, las estratificaciones mas an- tiguas y primordiales, esas de las que parece que se ha olvida- do. El interés se va cristalizando en el significado del simbolo. Primero el suefio y después la lectura del arquedlogo aleman Friedrich Creuzer, que vivid entre los siglos xvi y XIx. Para Creuzer, la basqueda en los mitos arcaicos no se lleva a cabo con el fin de encontrar el dato histérico concreto que los ha generado, sino mas bien va dirigida hacia el encuentro de su significado mas recéndito y oculto. Jung, en esta reflexion se- fialada por la influencia del platonismo, puede encontrar la confirmacién de lo que se elabora a propésito del significado simbélico, por ejemplo, en lo que respecta al incesto, en la di- namica edipica, que considera que hay que evaluar en el plano simbdlico y no en el plano literal, como en cambio hace Freud. Segan Hillman, Freud se coloca en una posicion de ruptura. Del mismo modo que el deseo del nifo hacia la madre no se puede leer en el sentido estricto como un deseo sexual, del mis- mo modo, los dos craneos y el ascenso hacia los pisos mas no- bles de la casa no se pueden leer en un entretejido simplista de deseos reprimidos y contenidos vinculados a las vivencias PREDECESORES ILUSTRES 43 personales que se desahogan en el mundo onirico bajo falsas apariencias. Platén nos habia hablado del mito de la caverna, en el que esclavos encadenados en la oscuridad de una cueva solo recibian sombras del mundo externo y se convencian de que la realidad era aquella, hasta que no fueron liberados y no consiguieron salir, entendiendo la realidad de las cosas. Jung, que rechaza la interpretacién literal e inmediata, cumple el mismo gesto. Se libera de las condiciones superficiales e indi- vidualistas y amplia su vision a la perspectiva simbdlica y arquetipica. MITO DE LA CAVERNA yh a —— a El mito platénico de la caverna es uno de los mas famosos y estd | contenido en el séptimo libro de la Republica. En la oscuridad de una profunda caverna, los prisioneros estan encadenados y obligados a mirar la pared frente a ellos. Detras de ellos, fuera de la cueva, un | | fuego encendido, y entre la cueva y el fuego se vislumbra un camino | protegido por una pared. Los transetntes y los objetos que trans- portan proyectarian asi su sombra en la pared del fondo de la ca- verna engafando y haciendo creer que estas proyecciones sean la realidad, siendo lo Unico que ven. Si un prisionero consiguiera libe- | rarse, acostumbrado a la oscuridad quedaria cegado por la luz. Lentamente, con dificultad, conseguiria entender que lo que le | rodea es verdaderamente real y lo que veia en el fondo de la cueva eran solo sombras ilusorias. En la reflexion de Hillman, entender la realidad ultima de las cosas superando el nivel superficial para ir hacia lo profundo y ver la luz de los modelos arquetipico es como la | salida platénica de la caverna. 44 JAMES HILLMAN PLOTINO Por lo tanto, la reflexién junguiana, en su apertura del camino a la psicologia arquetipal, mueve sus pasos en los estimulos del platonismo y del neoplatonismo. El vinculo que Hillman quiere encontrar no es de tipo filosofico, entrelazando los textos de los diferentes autores para recopilar citas, remisiones y préstamos. De hecho, seria un enfoque materialista y contingente que, a fin de cuentas, traicionaria cl enfoque arquetipico. Lo que se quie- re es volver a sacar, recorrer al revés ese descenso que este enfo- que ha cumplido durante siglos. En estos andlisis, el punto de partida es Plotino, el maximo de los autores neoplaténicos, na- cido en Egipto y que después vivid en Italia durante el siglo m. «mente universal»: proverbio, El hombre es muchas cosas, obtiene su identidad en base alo que se cumple | Seen sentido comtn, lanticipa la psique eee leyendas, tradiciones, disociada). Prioridad de laesfera | personajes (héroes Deicnaettceeecetal| psiquica sobrela. | | ~—_y divinidades} 2 fisica: el conocimiento | : ; espejo en el que la | Vision genealdgica tiene su sede en | elalmay el dnico criterio de juicio es el Los mitos seutilizan | valor queelelemento | | —_Elaboracién del | como ejemplos. tiene para el alma. | pensamiento metaférico: mitos y escritos como metaforas de significado. de maduracién y de evolucién del hombre. conciencia se reflejay produce la conciencia La fantasia, en la psique, guia al cuerpo a cumplir su propio destino. EL ALMA DEL MUNDO zA QUIEN DIRIGIRSE? En este caso, re-imaginar la psicologia también nos plantea un interrogante sobre quién tendria que ser el interlocutor. ¢A quién le habla Hillman cuando pide cambiar el modo en el que pensa- mos en la psicologia? Cuando actuamos, cuando hablamos, no estamos solos. Y no esta solo la persona o el grupo de personas a quienes eventualmente nos estamos dirigiendo en ese momento. Si mirdsemos alrededor, nos dariamos cuenta de que, en reali- dad, hay un espectador. Y este espectador es el mundo. No somos ménadas, no somos parcelas aisladas, no somos islas. Somos ha- bitantes del mundo y, por lo tanto, también indirectamente, es con él con quien nos enfrentamos. Una psicologia que quiere «hacer alma», que quiere investigar y resolver los problemas del alma tendria que pensar en cémo se dirige al mundo. Hillman se define a si mismo, retomando a Marsilio Ficino, como un «hijo del alma». Y, en realidad, todos lo somos. Todos, tanto los seres vivos como los objetos que nos rodean comparten. un alma. Por lo tanto, esta nueva psicologia tiene que restituir, no ELALMA DEL MUNDO 57 al yo, sino al mundo, una realidad psiquica y contribuir a curar el sufrimiento. Porque es en el sufrimiento donde la psicologia de lo profundo puede ser concreta, no en el vano intento de proporcio- nar explicaciones exhaustivas de conceptos. La necesidad de este «Renacimiento» de la psicologia lo pide la propia psicologia. La «enfermedad» del mundo, su pérdida progresiva de un alma ha contagiado la practica del psicoanilisis, la ha vuelto arida, la ha «agotado mas que los pacientes que se dirigen a ella». La auto- rreferencia, el esnobismo, la fijacién por la ganancia y la celebri- dad han hecho que esta pierda su sentido profundo. La psicologia es el espejo del mundo en el que trabaja. Solo restituyendo al mun- do un alma podremos pensar en restituirsela también a la psicolo- gia, de devolverle ese sentido de lo profundo que le pertenece. Los trastornos de los pacientes son reales, asi como realistas, es decir, acordes al mundo que los rodea. La pérdida del alma, la alienacion, la distorsi6n de la comunicacién, la voluntad de domi- nio y de explotacion del entorno, la exaltacién de valores insignifi- cantes y aparentes: es una lista descorazonadora. Pero todo esto nos ensefia una cosa, dice Hillman. Nos encontramos frente a tal punto que la psicopatologia del individuo es indistinguible de la psicopatologia del mundo. Y volver a cerrar el malestar psiquico en un recinto subjetivo y solipsistico no hace mas que eliminar e igno- rar el verdadero problema. La curacién del paciente se reduce a un paliativo temporal destinado brevemente a perder su eficacia, a menos que ampliemos la actuacién de la psicologia en el mundo. La concepcién mas tradicional de la psicologia nos habla de intervenciones sobre las dinamicas intrapsiquicas, es decir, in- ternas a la psique del paciente que se dirige al terapeuta. El yo interior estaba estimulado para encontrar un nuevo equilibrio, con el fin de ordenar sus propios sentimientos, sus propios recuerdos, sus propias emociones y sus propios deseos. En los 58 JAMES HILLMAN ultimos tiempos, hemos ofdo hablar de psicologia social, con una ampliacién del campo de Ia investigacion a las dinamicas familiares 0 a las laborales, pasando de dindmicas intrasubjeti- vas a dindminas intersubjetivas. Pero, esté dentro o fuera, la Ultima palabra era la que gastaba el sujeto. ¢Y el mundo? El mundo se reduce al telon de fondo del escenario, a un adorno decorativo molesto. Al psicélogo y a su intervencién sobre el sujeto le esperan las luces del protagonismo. Sobre el telon de fondo se mueven, como maximo, los actores secundarios, los profesionales considerados como de «rango inferior» como los asistentes sociales 0 los profesores de apoyo 0 los consejeros. ¢EN QUE DIRECCION VA EL MUNDO? Se mantuvo una forma de prestar atenci6n al mundo: se trataba de releer el «exterior» a través de los instrumentos de la psiquiatria social como determinante del «interior». Pero si leemos esta rela- cién entre las dos dimensiones como Ia interacci6n entre subjetivi- dad y un conjunto de factores econémicos, culturales, sociales y de clase (lo que Marx habria definido como superestructura), estamos en el punto de partida. El «exterior es interesante, cierto. Pero no sufre. Permanece esquematizado y cristalizado en dinamicas que interactiian con el «interior», pero siguen siendo otra cosa diferen- te del sujeto y de su sufrimiento. Aqui es donde Hillman cree que se tienen que tomar medidas: en la vision de un mundo entendido como no subjetivo. Sin embargo, antes de trabajar en él es necesa- rio hacer una aclaracién sobre «qué» es realmente la realidad. El problema ha interesado tanto a los fildsofos como a los psicélogos. Por lo general, creemos que la realidad, de hecho, son dos. En pri- mer lugar, la fisica. La del mundo externo al nuestro, de las cosas ELALMADEL MUNDO 59 que vemos, que tocamos, que experimentamos, la realidad de los sentidos que es también la social en la que nos movemos, la publica. Y después esté la psiquica, oculta, privada e interior, o por lo me- nos asi nos han acostumbrado. Contra lo que Hillman polemiza es precisamente esto. El haber creado dos realidades tan diferentes como para parecer opuestas la una de la otra, excepto para des- pues tratar de unificarlas con toda una serie de artimafias y teori- zaciones, a partir de Descartes que después de haber distinguido entre res cogitans, es decir, el yo como pensamiento, y res exten- sa, es decir el mundo externo y material, se inventa la glandula pineal en la que inserta el = .-— aaa alma y le confia la tareade | pec COGITANS / mantener unidas las dos | ges EXTENSA realidades. Separarlas crea mas pro- . blemasquScolecianesaLa René Descartes es considerado : . como el fundador de la filosofia mo- realidad psiquica se en- | gerna. En sureflexién, ejemplificada cuentra privada del crite- en El discurso del método de 1637, rio de la objetividad, se en- subdivide la realidad en dos partes. cuentra privada del mundo, | UN realidad psiquica (res cogitans, lo que «piensa»] caracterizada por Aree yla realidad externa s¢ en- la libertad y la conciencia, y una fisi- cuentra sin un alma. No ca [res extensa, lo que «se extien- hay ninguna ganancia en | de») caracterizada, en cambio, por pensar en ellas de manera ° sa De esta manera se abre un dualismo diferente. En estas condicio- entre la mente y el cuerpo, entre la nes, cuando algo «no fun- racionalidad y la realidad sensible. ciona» nos esforzamos para Lo que caracteriza al hombre como enoontrar-una:solucign-de= tal es el pensamiento, lo Unico que baliendoente aime naae de ninguna manera puede dudar ; i Todo lo demas es pura materia y mo- entre el sujeto y los demas TITS tOTRECSRICG: sujetos.y “dejamosi-que. el) (Le = | el inconsciente y por la limitacién. ——— 60 JAMES HILLMAN mundo siga su curso, fuera de la terapia, fuera de la vista y fuera del alma. Desde sus primeros pasos, a la psicoterapia se le recono- ce el mérito de haber conseguido unos resultados éptimos en la investigacién de la subjetividad entendida como sede de la activi- dad psiquica. El problema se presenta hoy en dia. En el momento en que el paciente presenta patologias que van més alla de la di- mensi6n subjetiva y que ponen en cuestion el funcionamiento del mundo, la psicoterapia tiene necesariamente que replantearse su propio paradigma interpretativo. Los terapeutas se han esforzado en reforzar la subjetividad, poniéndola en condiciones de gestio- narse a si misma y a los desafios que provienen del mundo exter- no. Pero, mientras tanto, el mundo externo, en el que la subjetivi- dad tendria que actuar, se ha venido abajo. El yo se ha reforzado y, al mismo tiempo, se ha visto privado de un mundo en el que actuar. El colapso ya no es el psiquico del adulto neurdtico. El colapso (en inglés, breakdown) es el que nos restituye la historia con- tempordnea. Hillman (que escribe el ensayo Anima Mundi en 1982) nos trae ejemplos llamativos de la historia estadounidense: el es- cAndalo del Watergate, que Ilev6 ala dimision al presidente Nixon, o laguerra del Vietnam. Pero si observamos la cronica, su andlisis sigue siendo valido, la sintomatologia es la misma: «los escandalos bancarios con la complicidad del gobierno, la contaminacién, la microcriminalidad, la vuelta del analfabetismo, la difusion de co- sas-basura, el engaiio, la ostentacién» (Hillman, El pensamiento del corazén_y Anima Mundi: el retorno del alma al mundo, Madrid 2005). «Crisis» parece ser la clave interpretativa de la sociedad contem- pordinea, la disfuncién es individual y colectiva al mismo tiempo. Si en el estudio de Freud, en el 19 de Bergstrasse en Viena, el paciente descargaba sobre el célebre sofa verde a si mismo y su propio malestar, hoy en dia tendria que ser el propio mundo el que se acomode para enfrentarse al colapso. Escuchamos un

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