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10. Pragmatica de la no ficcion y os limites de la teorta podria conducir a una guerra discursiva total en la cual el discurso social se vuelve anarquico, inflexible y polarizado. Pero como afirma Jurgen Ha- bermas, la practica de la intersubjetividad —los seres humanos en dialogo entre ellos— crea una mejor base para un discurso social emancipatorio. Por lo tanto las practicas periodisticas contemporaneas, viciadas e imperfectas como son, también garantizan una mayor diversidad de voces y opiniones que la propaganda abierta en que podria convertirse en su sustituto. No veo alternativa a una “tregua” incémoda con versiones relativas de di- chos conceptos, y con el ideal de intersubjetividad. Aunque homogeneicen las noticias, también aseguran el reconocimiento de al menos cierta diversi- dad de opinion, y algun ejercicio de restriccion en la representacion de un tema especifico. Pese a que no logren su cometido total, permanecen como una meta valiosa y aunque puedan enmascarar a la perspectiva, también brindan importantes ventajas al discurso de no ficcién. La estrategia adecua- da por ahora es continuar exponiendo la naturaleza intersubjetiva relativa de la objetividad, equidad, imparcialidad y consenso. Por lo tanto, podemos remarcar sus debilidades, mientras preservemos los beneficios que nos brin- da su utilizacion para un tipo especifico de discurso periodistico. ILUSION Y REFLEXIVIDAD. Una pragmatica de la no ficcion debe considerar los posibles efectos ideol6- gicos del discurso; las discusiones contemporaneas sobre los efectos se han centrado en nociones de reflexién. Una pelicula reflexiva es una que hace mas que simplemente representar su tema, también examina sus propios métodos y la perspectiva de sus productores. Muchas pelicillas reflexivas de no ficcién se encuentran entre los ejemplos mas interesantes del género, incluyendo La delgada linea azul, El hombre de la camara, Not a Love Story y Cronica de un verano. A las peliculas mas consistente y cabalmente reflexi- vas las he llamado metadocumentales. Las peliculas reflexivas son muchas veces opuestas a las peliculas realistas “ilusionistas”, aunque la reflexion y el realismo muchas veces coexisten dentro del mismo texto, y el concepto de “ilusionismo”, como ha sido usado, es, por decir lo menos, problematico. Una pelicula reflexiva, considerada en general, muestra una autocon- ciencia sobre sus métodos, su elaboracin y/o su perspectiva, Los te6ricos “© Robert Stam, Robert Burgoyn y Sandy Flitterman-Lewis, New Vocabularies in Film Semiotics, pp. 201-203. 273 Carl R. Plantinga contemporaneos han privilegiado la pelicula reflexiva como superior no so- lamente por sus cualidades estéticas, sino por sus efectos politicos, por sus efectos en el espectador, y por su habilidad para representar mejor las com- plejidades del mundo contemporaneo. El propésito aqui es cuestionar la centralidad atribuida a la reflexividad politica y formal en la academia contemporanea sobre la pelicula de no fic- cion. Mi argumento es que las estrategias reflexivas no tienen un beneficio ideolégico en si mismas, cuando se consideran aparte de la perspectiva total y tema de la pelicula. Algunos tienden a ver las peliculas reflexivas como el escalén mas alto de la escalera evolutiva, que va de la inocencia a la autocon- ciencia, implicitamente dando un valor al presente reflexivo como sofistica- do, y al pasado como ingenuo. Argumentaré que los beneficios politicos de la reflexividad estan sobrevaluados, y que las consideraciones de la calidad del discurso en una comunidad se extienden a temas mas fundamentales que la reflexividad y las estrategias reflexivas. Las siguientes son varias razo- nes por las cuales las demandas de reflexividad politica son problematicas y sobreenfatizadas. 1) Las peticiones de reflexividad se hasan muchas veces en nociones equivoca- das sobre la naturaleza de la pelicula de no ficcidn. El primer capitulo describis los medios por los cuales algunos hacen distinciones entre el cine de ficcion y el de no ficcion. La familiar historia se da de la siguiente manera: «Una pelicula de no ficcion se presenta a si misma como una verdad basada en una reproduccién no interferida ni manipulada de lo real. Pero mas alla de sus pretensiones, a través de una pelicula de no ficcién es sin embargo ma- nipulada, y hace uso de técnicas de significacién la edicién, la musica, la ilu- minacion, etc., técnicas que podrian apropiadamente llamarse ficticias. Una pelicula de no ficcion reflexiva deja clara su naturaleza construida, y hace menos daninas las mentiras inherentes a la cinematografia de no ficcion». Esta historia es engafiosa, como lo ha mostrado este libro. Las peliculas de no ficcion graban e interpretan, y fuera de las proclamaciones histéri- cas de algunos cineastas de cine directo, la pelicula de no ficcién nunca he pretendido ser una mera reproduccién de lo real sin una perspectiva y um discurso que la acompafiaen. En las primeras etapas de la historia documen- tal, Grierson llamo al documental el «tratamiento creativo de la realidad». no la reproduccién de la realidad. No existe contradiccion entre la funcién de registro de la imagen y el sonido, y la funci6n formativa del discurso; en las no ficciones, ambas existen inevitablemente de manera simulténea. La tarea del critico o analista es examinar los parametros de la representacion fotografica y sonora en relacin con las estrategias creativas y retéricas de una pelicula en particular. 274 10, Pragmatica de la no ficcidn y los limites de la teoria Ademis, las técnicas como la edicién, la musica, etc., no son ficcionales, sino técnicas filmicas que pueden ser utilizadas tanto en las peliculas de fic cion como en las de no ficcién. Lo que hace a una pelicula de no ficcién no es una presunta falta de manipulacion de lo real, sino su afirmacion de que sus estados de cosas son verdaderos en el mundo real. La nocién de que las peliculas de no ficcion son inherentemente falsas se basa en suposiciones sin bases sobre las “falsas pretensiones” que las peliculas de no ficcién tienen en si mismas, Si no hay nada inherentemente falso 0 engafioso en las peliculas de no ficcién, hay menos necesidad de reflexividad en la realizacién de pe- liculas de no ficcion. 2) Las demandas de reflexividad sobreestiman la naturaleza ilusoria de los tex- tos, y no reconocen que los textos de las peliculas son todos reflexivos hasta cierto punto. En las condiciones que reclama para ser vista, una pelicula ruidosa- mente anuncia que es un texto y no un pedazo de realidad, Para ver un video o pelicula, debemos rentar o comprar el video y ponerlo en un reproductor, 0 subirnos al auto para ir a la sala de cine. En el cine nos confrontamos con la pantalla y el publico, y entretanto la imagen se proyecta con esquinas de marcos, marcas de rasguitos y reacciones audibles de los espectadores. La llamada “suspension de la incredulidad” nunca involucra el bloqueo completo de nuestra conciencia de que estamos viendo la pelicula. Inclu- so cuando momentaneamente “olvidamos” dénde estamos y nos absorbe el mundo de la pelicula, esta absorcién nunca constituye una ilusi6n, porque la cualidad de nuestra respuesta sobre lo que vemos hace evidente un cono- cimiento fundamental sobre nuestras circunstancias artificiales. En cuanto a la pelicula de no ficcion, esto es especialmente claro. Cuando veo al racista ignorante rompe huelgas, y armado, en Harlan County, USA, mi respuesta es diferente de lo que seria si me viese enfrentado con el hombre en persona Mientras veo la pelicula, nunca temo por mi seguridad, ya que reconozco que lo que veo es una representacién y no un hombre real con una pistola Ademas, aunque temo por la seguridad de quienes aparecen en la pelicula, con quienes simpatizo, esto no es nada comparado con el miedo que tendria por ellos si fuese testigo de los eventos reales. El miedo es atenuado por mi reconocimiento de que, en cierto nivel, lo que veo es una pelicula, y que los eventos representados ocurrieron ya sea en el pasado (como en el caso de la pelicula de no ficcién)® o realmente nunca ocurrieron (como en la ficcién).?! *® Las cualidades emocionales y fenoménicas de ver videos en vivo requieren de mayor inves- tigacion, 1 Véase mi «Affect, Cognition, and the Power of Movies», en Postscript, pp. 10-29. 25 Carl R. Plantinga 3) Las demandas de estrategias reflexivas subestiman la suspicacia critica del espectador, y no diferencian entre los espectadores. Las demandas de reflexivi- dad muchas veces asumen que las peliculas realistas de no ficcion por de- finicion promueven falsas creencias por parte del espectador. Por ejemplo, E. Ann Kaplan relata ciertas criticas a los documentales feministas realistas, Joyce at 34 y Janie’ Janie: el modo directo de dirigirse en ambas peliculas no induce a que nos rela- cionemos con las imagenes de Joyce y Janie como mujeres “reales”, como si las conociéramos. Sin embargo, de hecho, ambas figuras se construyen en la pelicula por el proceso de la camara, iluminacion, sonido, edicion. No tienen otro estatus ontoldgico que el de las representaciones. Como continua escribiendo Kaplan, la razon por la cual no comprendemos que cada figura femenina es una representacién es porque ninguna pelicula llama la atencion a si misma como pelicula, o nos hace conscientes de que estamos viendo una pelicula. Ninguna pelicula [...] rompe con nuestros habitos de observacion pasiva en el cine comercial.” Tres afirmaciones relacionadas emanan de esa posicién, y todas son pro- leméticas. La primera es que el espectador de la pelicula confunde las ima- genes y sonidos de Joyce y Janie con mujeres verdaderas. La segunda es que por virtud del realismo formal, los espectadores de tales peliculas au- tomaticamente aceptan lo que ven como real o verdadero. La tercera es que debido a que las peliculas realistas no llaman la atenci6n a si mismas como peliculas, promueven pasividad de parte del espectador. Sin’ embargo, es altamente dudoso que los espectadores confundan las imagenes de Joyce y Janie con verdaderas personas. Cuando vemos una pe- licula, estamos conscientes de que lo que vemos es una representacion, y NO el mundo real, como argumenté anteriormente en relacion con la ilusion en las peliculas. De manera mas plausible, los prorreflexistas podrian ser inter- pretados como diciendo que no es que el espectador confunda lo que ve con Jo real, sino que automaticamente acepta las afirmaciones de la pelicula como ciertas. Pero esto no es convincente tampoco. Consideren las criticas lanzadas al “prejuicio liberal” de los noticieros estadunidenses, por ejemplo. ® E, Ann Kaplan, «Theories and Strategies of the Feminist Documentary», op. cit, p. 87. Kaplan refiere estas crticas al documental realista y no necesariamente las asume como st propio punto de vista. % 276 10. Pragmatica de la no fccién y los limites de la teorta O imaginen una pelicula independiente realista sobre los ovnis que incluye- ra fotografias en movimiento supuestamente de una nave espacial; nuestro escepticismo, considero, permaneceria por completo. El realismo no garan- tiza un espectador pasmado e ingenuo. ‘dems, las afirmaciones sobre la importancia de la reflexividad afirman la existencia de un espectador ordinario pasivo, como si la actividad men- tal del espectador —al menos de tipo critico— ocurriera unicamente en relacién con la pelicula reflexiva. Esto no puede explicar el hecho de que el espectador de la pelicula realista a veces rechaza representaciones con las que no simpatiza, Esto sugiere que los espectadores pueden ser altamente activos (incluso oponerse) cuando ven una pelicula realista. Los espectado- tes no son los seres pasivos que la teoria contempordnea a veces considera que son. Tales afirmaciones generales sobre el efecto surgen de un formalismo ideo- logico, un formalismo que afirma efectos ideolégicos universales para cier- tas formas de cine. La afirmacion es que los documentales realistas tienen efectos ideolégicos negativos, mientras que los documentales politicamente reflexivos promueven la autoconciencia y educan a la audiencia, Sin em- bargo, tales afirmaciones minimizan el contexto historico, e ignoran las di- ferencias individuales y de grupo entre los espectadores. Esas afirmaciones no solo no logran distinguir entre los espectadores con base en el nivel de educacion o la perspicacia critica, sino que subestiman el nivel en que la mayoria de los espectadores son criticos respecto a lo que ven. Si la mayo- ria de los espectadores son tontos 0 bobos, la necesidad de la reflexividad podria existir (pero nunca como panacea). Si la mayoria son criticos de 1o que ven, la reflexividad es menos importante. En cualquier caso, uno podria argumentar que la educacion de los medios es mas vital que la reflexividad como estrategia para promover la observaci6n critica entre los espectadores. El espectador inteligente no requiere de la reflexividad para adquirir una perspectiva critica 4) Las estrategias reflexivas, aparte de las consideraciones de contenido y pers- pectiva, no garantizan la plenitud ni la complejidad de representacion. Al igual que la objetividad absoluta es imposible, también lo es la absoluta reflexivi- dad. Es imposible para un cineasta que reflexivamente explore a cabalidad su petspectiva o cabalmente los métodos que utiliza para su realizacion. ‘Ademés del hecho de que lo que implica la exploracién reflexiva de un trabajo singular, y una pelicula totalmente reflexiva requeriria de una inter- minable regresion, en la que la pelicula constantemente regresa a si misma para examinar reflexivamente cada método, cada motivacion, cada situacion de produccién enféntada, cada nueva escena, cada nueva toma. Cualquier 277 Carl R. Plantinga afirmacion reflexiva o representacién que haya hecho la pelicula estarfa en si misma sujeta a un examen reflexivo, porque las afirmaciones reflexivas 0 reptesentaciones siempre son de manera parcial reflexivas, no escapan a la necesidad ostensiva de ser examinada més que el tipo no reflexivo Rogery yo de Michael Moore, por ejemplo, es altamente reflexiva, porque el cineasta revela sus motivaciones para hacer la pelicula, dice algo de su historia de vida, y aparece ante la camara mientras hace entrevistas a varios sujetos. La informacion que da Moore sobre si, a pesar de que es reflexiva, todavia se encuentra en la necesidad de un examen al que podriamos sujetar la informacion no reflexiva. {Por qué Moore se presenta de la manera que lo hace? {Qué estrategias retoricas se encuentran detras de sus elecciones teflexivas? La reflexividad de la pelicula no garantiza un examen absoluto de General Motors y del cierre de las plantas en Flint. La pelicula deja muchas preguntas sin contestar e ignora muchos temas. {Qué tiene que ver el estado de la industria automotriz en Estados Unidos con el cierre de plantas en Flint? gEra necesario concentrarse en un individuo, Roger Smith, en lugar de mostrar las influencias institucionales y economicas de General Motors? El punto es que la reflexividad es siempre parcial, respecto a algun aspecto de la representacion de la pelicula, y no en relacién con todas las posibilidades existentes. La reflexividad no garantiza la representaci6n de las magnitudes y complejidades del mundo, al igual que la objetividad no garantiza equidad y objetividad. 5) Las estrategias reflexivas no garantizan la honestidad, integridad 0 una genuina auto-revelacion por parte de los cineastas. Una pelicula reflexiva puede ser tan manipuladora como cualquier otra. Las peliculas reflexivas revelan aspectos de la metodologia y la perspectiva, pero nada garantiza que las revelaciones de los cineastas se presenten de buena fe o desde una posicién de autoconciencia genuina. Ademas, podriamos preguntar qué es lo que ha elegido el cineasta para ser reflexivo, y qué estrategias retoricas estan en fun- cionamiento en esta eleccién. Una reflexividad totalmente honesta hubiera requerido que Michael Moore revelara algo como lo siguiente: «Los even- tos que cuento aqui no ocurrieron exactamente como los represento. Los acomodé de cierta manera y por varios propositos retéricos, y debido a mi necesidad de contar una historia bien construida». Otras peliculas reflexivas pueden ser menos engafiosas que Roger y yo. Sin embargo, no es su reflexivi- dad lo que las hace diferentes, sino su candidez e integridad, cualidades que no necesariamente dependen de la reflexividad. Ademas, no podemos esperar que un cineasta entienda por completo sus métodos y motivaciones para hacer una pelicula, Si una autoconciencia com- pleta es imposible, tambien lo es la reflexividad completa. Ninguna técnica o 278 10, Pragmatica de la no ficcion y los limites de la teorta estrategia formal, incluyendo la reflexividad, garantiza la verdad 0 certeza en la representacion. La reflexividad no garantiza honestidad, al igual que no es garantia alguna un recurso para dar “equidad” a la tepresentacion de los muchos aspectos de cualquier asunto complejo. Sin embargo, al igual que las concepciones de objetividad, equilibrio e imparcialidad como términos relativos, quiz4 querriamos preservar alguna nocion de reflexividad relativa En algunas peliculas, y por algunos motivos, la reflexividad puede ser una apropiada estrategia de representacion. DECIR LA VERDAD: UNA CONCLUSION La calidad del discurso en una sociedad depende de muchos factores, desde el acceso a los medios entre los diversos grupos, hasta la libertad de prensa y una disposicién de los productores de los medios para investigar asuntos sincera y valientemente, hasta la voluntad de los ciudadanos de escuchar abiertamente a otros. Depende de una intersubjetividad sana, como la defi- ne Habermas. Siento todas las cosas equitativas, la calidad del discurso de no ficcién también depende de un compromiso de la comunidad por decir la verdad. Ya que las no ficciones hacen afirmaciones sobre la realidad, la confiabilidad de esas afirmaciones es esencial para su utilidad dentro de ja comunidad. Unicamente si el discurso cumple con los estandares inter- subjetivos de decir la verdad puede ser util para las diversas funciones que realiza en una democracia. En los estudios filmicos y literarios, las nociones como verdad, objetivi- dad y equidad son muchas veces consideradas como sin solvencia alguna. Es cierto que en el ambiente académico actual, hablar de verdad.o imparciali- dad suena de hecho arcaico. Uno puede ver suspicacia respecto a la “verdad” en sentimientos valiosos, en un deseo de respetar los sistemas de creencias de otras culturas, etnicidades, e individuos, y de combatir el imperialismo que ha caracterizado a gran parte de la historia occidental. Ademas, cuando reconocemos el poder del discurso para crear una realidad social, y para influir en la interaccién en nuestro mundo complejo, podemos ver como las afirmaciones de verdad podrian realmente convertirse en estrategias en una lucha por el poder. Richard Rorty, por ejemplo, rechaza la idea de que hay «fandamentos que sirvan como base comin para adjudicar afirmaciones de conocimiento», y que el discurso se encuentra «enganchado a algo que exige un compromiso moral: realidad, verdad, objetividad, razon». > Richard Rorty, Philosophy and the Mirror of Nature, pp. 316-317, 279

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